Área de Litigio Indígena y Formación en Derechos Humanos

Chiapas es un estado de contrastes. Por un lado, su exuberante riqueza natural y su maravillosa diversidad cultural, que lo convierten en una de las entidades más bellas de México. Por otro, la precariedad en la que vive la mayoría de sus habitantes y que hacen de Chiapas el estado con los mayores niveles de pobreza, vulnerabilidad, miseria y exclusión social en el país.

Asimismo, como lamentablemente ocurre en otras entidades, la violencia ha ido agudizándose por todo el territorio del estado, dañando significativamente la vida de miles de personas, especialmente la de los pueblos originarios y la de las mujeres. Actualmente, además de las irreparables pérdidas humanas y materiales, las desapariciones involuntarias de hombres y mujeres de diversas edades (aún no cuantificadas con precisión) y los ataques de grupos de civiles armados y delincuencia organizada, son lastimosamente recurrentes. Asimismo, el estado atraviesa una crisis humanitaria derivada del desplazamiento forzado Interno al que se han sido obligadas miles de personas, principalmente en las regiones Selva y Fronteriza.

Esta dolorsa realidad se traduce no solamente en la imposibilidad de satisfacer las necesidades básicas de gran parte de las y los chiapanecos sino también en enfrentar problemas estructurales como la exclusión sistemática de los pueblos originarios y la situacion de opresión y subordinación histórica de las mujeres , así como la falta de instituciones sólidas y de acceso a la justicia que prevengan, garanticen y defiendan los derechos humanos y luchen por la eliminación de estas desigualdades. La inmensa mayoría de las y los chiapanecos se encuentran en la indefención total ante los múltiples delitos que ocurren a diario en todo el estado y la casi absoluta impunidad de los perpetradores.

Mientras las organizaciones de la sociedad civil multiplican sus esfuerzos para responder a este lacerante contexto, las violaciones a los derechos humanos se multiplican día con día, desde encarcelamientos injustos, persecución y hostigamiento a periodistas, defensores de derechos humanos y activistas hasta asesinatos y desapariciones, feminicidios y precarización absoluta de las mujeres, violencia a las infancias, profunda discriminación y abandono de los adultos y adultas mayores, y despojo a los pueblos originarios. Las labores de litigio y el acompañamiento en la formación en derechos humanos a las comunidades, colectivos y organizaciones indígenas son insuficientes y en algunos casos inexistentes, en contraste con la impunidad y violencia imperantes hoy en día.

Ante este panorama, desde Otros Mundos Chiapas decidimos conformar un grupo de trabajo multidisciplinario orientado a la defensa jurídica integral de los derechos humanos de los pueblos originarios en Chiapas, a la formación de defensores y defensoras comunitarios, así como al fortalecimiento y/o resignificación de las prácticas culturales y de los mecanismos propios de gobernanza comunitaria para que sean justos y autónomos. Es así como nace la Clínica de Litigio Indígena y Formación en Derechos Humanos en marzo de 2022, dando inicio a este proceso de construcción.

NUESTRA MISIÓN

Fortalecer la defensa de los derechos humanos desde la práctica jurídica integral y la formación de defensoras y defensores de los derechos humanos de pueblos originarios en el estado de Chiapas, que impulsen la eliminación de las desigualdades estructurales del sistema.

NUESTRA VISIÓN

Ser un referente de acompañamiento legal en procesos de litigio social y de formación en derechos humanos, con enfoque de género, principalmente en los casos que involucren a pueblos originarios, para lograr el ejercicio pleno de los derechos humanos y el acceso a la justicia.

OBJETIVO GENERAL

Garantizar, promover e impulsar el acceso a la justicia para la población originaria más vulnerable de Chiapas, a través del acompañamiento legal y la formación de defensores y defensoras de derechos humanos.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

  • Encabezar la defensa legal de casos paradigmáticos de violaciones a derechos humanos, desde la perspectiva de género, el grupo social y la etnia y de esta manera, sentar un precedente para casos futuros.
  • Fomentar la formación y capacitación de defensoras y defensores comunitarios de derechos humanos, mediante la impartición de seminarios, cursos y talleres especializados en la materia, así como la elaboración de herramientas para la promoción y defensa de los derechos humanos.