Artículo de Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra México, a 8 de noviembre, Cancún, Quintana Roo, México
El 5 de diciembre de 2016, el presidente mexicano acudió a la COP 13 en el Moon Palace, en Cancún, Quintana Roo, México, para anunciar la creación de cuatro nuevas areas naturales protegidas (ANP), declaradas como “Reservas de la Biósfera”. En el marco de esta reunión en la que los 196 países miembros de la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD, por sus siglos en inglés) negocian la protección de la biodiversidad, Enrique Peña Nieto presentó a México como un país a la “vanguardia de la conservación”.
Las cuatro nuevas ANP son: el Caribe Mexicano (5.7 millones de hectáreas en la franja marítima de Quintana Roo), las Islas del Pacífico y sus aguas adyacentes (1.2 millones de hectáreas de franja marítima de Baja California y Baja California Sur), el Pacífico Mexicano Profundo (57.8 millones de hectáreas de franja marítima de Chiapas a Nayarit y alrededor del Archipiélago de Revillagigedo), y la Sierra de Tamaulipas (308 hectáreas). El país cuenta ahora con 91 millones de hectáreas de areas naturales protegidas. En contraposición, existen 38 millones de hectáreas de concesiones mineras a lo largo del territorio.
Foto: Enrique Peña Nieto en la COP 13 el 5 de diciembre – Otros Mundos A.C.
Dos areas naturales protegidas amenazadas por la minería en Chiapas
En México, las ANP no representan una garantía contra las actividades extractivas. Bien lo vemos en la zona Costa de Chiapas, donde existen 21 concesiones mineras en los municipios de Acacoyagua y Escuintla, ubicados justo entre dos Reservas de la Biósfera, la del Triunfo y la de la Encrucijada. La realización de estos proyectos mineros tendría impactos graves en los ecosistemas de estas areas frágiles de bosques y manglares.
“No es cierto que aquí en México se protege el medio ambiente y se preservan las áreas naturales protegidas”, alerta Luís Rojas Nomura, habitante de Acacoyagua y miembro del Frente Popular en Defensa del Soconusco 20 de Junio. Su organización forma parte de la Red mexicana de afectados por la minería (REMA) y hace un gran trabajo para parar la actividad minera en la region. “¿Para qué sirve crear otras cuatro reservas naturales para proteger la biodiversidad, si aquí con la minería van a destruir dos?”, pregunta.
Además, nos preocupa que en México las ANP se estén instrumentalizando como una forma de control territorial, agundizándose con la creación este año la figura de la gendarmería ambiental, encargada de “garantizar y salvaguardar las áreas naturales protegidas”, para “prevenir los delitos y faltas administrativas en materia ambiental”. Se instaló en regiones claves como la Selva Lacandona, en Chiapas, donde tiene una connotación contrainsurgente.
Los pagos por servicios ambientales sustituyen prácticas colectivas con estrategias individualistas
En su discurso, el presidente promovió el sistema de Pagos por Servicios Ambientales (PSA), en el que individuos reciben un pago por actividades de manejo “sustentable” de los ecosistemas que generan “servicios ambientales” como biodiversidad, agua limpia o aire limpio. Se puede tratar de captar y la filtrar el agua o proteger ciertas especies de fauna o de flora. En el caso de los bosques, los pagos vienen de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), con dinero aportado entre otros por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente Global, banco para la conservación creado para financiar los proyectos de la CBD, en el que se encuentran instituciones como el Banco Mundial y empresas.
“Es preocupante que el esquema de PSA siga siendo promocionado como la forma más adecuada de manejo de bosques en México”, comenta Claudia Ramos, integrante de Otros Mundos A.C. y co-coordinadora del Programa de Bosques y Biodiversidad para Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe. “Más del 60% de los bosques en nuestro país está en manos de ejidos y comunidades y mucho de estos ecosistemas han pervivido gracias a prácticas colectivas que las propias comunidades han mantenido desde centenas de años. El problema con los PSA es que sustituyen esas prácticas colectivas con estrategias individualistas y de corto plazo, dependientes de financiamientos y mercados externos.”
Los PSA son vinculados al mercado de carbono, de tal modo que una de las actividades retribuidas es la captura de CO2, es decir la generación de bonos de carbono para las empresas que quieren compensar sus actividades emisoras de gases a efecto invernadero. Eso permite que el sector privado y países del Norte global sigan contaminando y no representa una verdadera solución al cambio climático.
Más pagos por servicios ambientales en la Selva Lacandona
Unas horas después de su aparición en la COP 13, Enrique Peña Nieto viajó a la Selva Lacandona para exponer su estrategia de defensa del medio ambiente en la zona, en la que prioriza los PSA. “Ya hemos visto como estos programas han afectado a comunidades en la región”, agrega Claudia Ramos, presente en la COP 13 como parte de la delegación de Amigos de la Tierra Internacional. “Varias se quejaron de las restricciones que implicaba la implementación de los programas y de las que no habían sido informado al momento de firmar su contrato, como la de no poder extender sus tierras agrícolas, o no aprovechar ciertos productos del bosque. Por ello, decidieron dejar de recibir los pagos.”
A parte de cuatro nuevas ANP, el presidente anunció la creación de cinco nuevas áreas de salvaguarda, zonas donde se prohibe explotar y extraer hidrocarburos. Una es justamente la “Región Selva Lacandona” (18 mil 348.9 Km2 dentro de la Provincia Petrolera Cinturón Plegado de Chiapas). Según el decreto por el que se crea esta zona de salvaguardia, esto contribuirá a cumplir con uno de los objetivos de la Meta Nacional “México Próspero”: “Impulsar y orientar un crecimiento verde incluyente y facilitador que preserve nuestro patrimonio natural al mismo tiempo que genere riqueza, competitividad y empleo”. Abre claramente la puerta al desarrollo de proyectos de la economía verde en la región.
Isaac Rojas, co-cordinador del Programa de bosques y biodiversidad para Amigos de la Tierra Internacional, también presente en la COP 13 como observador, señala: “Estas areas de salvaguarda pueden ser utilizadas para la compensación en biodiversidad y para generar créditos para seguir contaminando”. (más información sobre la compensación en biodiversidad, biodiversity offset en inglés, en el boletín 227 del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, pagina 5).
Nuevo impulso en el sector de los hidrocarburos
Vemos como a nivel global, la política de conservación, a través de su financiación, va paradójicamente de mano con el desarrollo del modelo extractivo y la destrucción del medio ambiente. En México, al mismo tiempo que se multiplican las ANP y las areas de salvaguarda, el sector de los hidrocarburos está conociendo un nuevo impulso. En el 2014, el presidente promulgó una reforma energética que acabó con la nacionalización del sector, además de abrir la puerta a la extracción a grande escala de hidrocarburos no convencionales mediante el fractura hidráulica (fracking en inglés). En consecuencia, se están actualmente imponiendo proyectos de extracción de hidrocarburos en comunidades rurales, indígenas y campesinas, como en la zona Zoque de Chiapas, donde se proyecta perforar doce pozos.
Enrique Peña Nieto no tiene el derecho de posicionarse en la escena internacional como protector de la biodiversidad, cuando viola derechos de los pueblos indígenas y de las comunidades locales. El Estado mexicano enfrenta denuncias por graves casos de violación de derechos humanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La constante ha sido la política de despojo a través de la imposición de proyectos de extracción en donde se resguarda únicamente los intereses de las grandes empresas nacionales y transnacionales.
Más información:
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