EL ESCARAMUJO año 7 Número 37
EL MOVIMIENTO SOCIAL
Y sus conflictos… del 19 al 31
(Quinta Parte y última)
Gustavo Castro Soto
Otros Mundos, A.C.
25 de abril de 2013; San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.
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(EXTRACTO)
En este último número de la serie sobre movimientos sociales abordaremos los conflictos en cuanto a su conducción, su unidad, el manejo de sus conflictos, sus declaraciones políticas, sus análisis del capitalismo, sus conflictos patriarcales, su relación con las Dictaduras, su organización y alianzas; la definición de los afectados; los infiltrados en el movimiento, la seguridad, su ciclo de vida, el narcotráfico y la esperanza del movimiento social.
19) El Movimiento Social y su Conducción.
Se supone que hay un horizonte, un proyecto político común, sólo falta ver quién conduce el vehículo que llevará y guiará al movimiento en esa dirección. Y en caso de que no esté claro el horizonte, no falta quien quiera conducir el caos.
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20) El Movimiento Social y el Manejo de los Conflictos.
Los conflictos internos en el movimiento social, ¿cómo manejarlos? ¿Qué instancias son necesarias para dirimir estos conflictos? Sobre todo cuando han generado fuertes rupturas, divisiones y enconos. El movimiento social tiene claro que la derecha está más unida y la izquierda se fractura interminablemente. También hay una razón. Y es que la derecha tiene un mismo interés, la ganancia, el dinero, y en ello no hay principios éticos. La izquierda privilegia de otra forma las relaciones políticas de amistad, y no tolera las incoherencias a su interior. Idealiza al sujeto de supuesta izquierda como el políticamente correcto, incorruptible, anti patriarcal en el discurso y en su práctica, democrático, justo, dialogante e incapaz de atrocidades. Cuando se dan expresiones contrarias a estos y otros valores, el conflicto se manifiesta.
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21) EL Movimiento Social y sus Declaraciones.
Muchos cuestionan ¿quién lee las declaraciones? Ni los mismos integrantes del movimiento social, dirán algunos. Para otros la declaración política será fundamental para incidir en la opinión pública. En otros momentos se reclaman posiciones políticas públicas cocinadas de antemano sin consulta ni consenso, o se manifiesta la guerra de los logos y las siglas, del protagonismo y la visibilidad.
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22) El Movimiento Social y su Análisis del Sistema Capitalista.
Hay cada vez más consenso en que el Sistema Capitalista es el mal estructural que nos aqueja planetariamente. Pero muy distinto es tener claro qué entendemos por Sistema y qué por Capitalismo, y luego juntos. Y en esto no hay consenso. Incluso marca análisis, estrategias, alianzas y alternativas distintas. Pero hay algo más. Todavía se confunde mucho en el discurso entre lo que significa el sistema y el modelo. El sistema es el capitalismo que tiene modelos como el modelo de Estado de Bienestar, o el neoliberalismo ya prácticamente aplicado y que todavía no se vislumbra que estamos en otro modelo, el modelo corporación-nación.
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El reto para el movimiento social entonces es lograr un consenso sobre lo que es el sistema, el capitalismo, el diagnostico de él, y la estrategia para lograr otros muchos mundos posibles. Cómo lograr espacios permanentes de formación, reflexión conjunta y creación de conocimiento colectivo. Cómo actualizar el análisis, cómo realizar análisis de coyuntura en el marco del análisis de la estructura. Cómo analizar la realidad de manera integral, no parcializada. Cómo integrar los problemas ambientales y caer en la cuenta de que ser anticapitalista es ser ecologista, y que no se puede ser ecologista sin ser anticapitalista.
23) El Movimiento Social y su Organización.
El movimiento social requiere de mucha organización sobre todo si tomamos en cuenta su amplia diversidad, multiplicidad y complejidad. En ocasiones se idealiza en el sentido de que el movimiento social es horizontal, democrático, plural, que funciona por consenso, de forma descentralizada, con autonomía, etc. Sin embargo, las tensiones son sumamente fuertes y complicadas en torno a los mecanismos para la toma de decisiones, de reflexión, de análisis, de diagnósticos y estrategias consensuadas.
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24) El Movimiento Social y sus Alianzas.
La falta de política de alianzas, muchas veces secuestrada por el pragmatismo, el purismo, oportunismo, el revanchismo, el protagonismo, o el dogmatismo entre otros lamentables “ismos”, evidencia muchas lagunas, entre ellas la falta de claridad del proyecto político y de los principios éticos y morales que le deben permear. ¿Cuáles son los principios que rigen una política de alianzas? ¿Existen actores políticos con los cuales bajo ninguna circunstancia se debe hacer alianzas? ¿Hay otros con los que se pueden hacer alianzas en algún momento dado y en otro no?
Pero la falta de una política de alianzas no solo se refleja hacia los sectores gubernamentales, político-electorales, religiosos, o empresariales, sino dentro del mismo espectro de los actores de los movimientos sociales.
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25) El Movimiento Social y su Patriarcado.
Este el principal tema tabú y la principal contradicción del movimiento social. La participación de las mujeres forma parte fundamental de los procesos de cambio. Sin embargo, en el momento en que se visibilizan más se topan con actitudes machistas y patriarcales. Las mujeres luchan no solo contra el sistema capitalista patriarcal, contra el racismo, la opresión, la dominación, la discriminación del sistema, sino que además lo tienen que hacer al interior de los movimientos sociales. Luchar contra la violencia de género que se expresa dentro de los movimientos sociales y de los cuales los varones no se tienen que preocupar porque no experimentan nada de lo que viven las mujeres. Toda esta realidad se calla, se oculta, no se quiere visibilizar ni abordar en los espacios de discusión política como un tema central.
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26) El Movimiento Social y su Unidad.
Es una discusión que se genera permanentemente al interior de los movimientos sociales. Una corriente opina que hay demasiados grupos, redes y organizaciones y que eso dificulta la unidad. No alientan la necesidad de generar nuevos espacios orgánicos. Quizás hay una necesidad de controlar más fácilmente la conducción del movimiento social, de liderarlo, mapearlo, organizarlo. Quizás es la unidad entendida como homogenización de los diversos actores sociales.
Pero, ¿cuál es el factor de unidad? Consideramos que el problema no radica en la multiplicidad, ni en la diversidad, sino en la falta de un análisis y diagnóstico común estructural e integral del capitalismo, aunado a un mismo proyecto político común.
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27) El Movimiento Social y los Afectados.
Algunas corrientes insisten en considerar que los afectados por el capitalismo solo son los pueblos indígenas, o los campesinos, o el que ha sido físicamente desplazado por la imposición de algún megaproyecto. Ciertamente afectados, todos, pero directos.
Solo se tiene una concepción amplia de los afectados en la medida en que se cuenta con un análisis estructural y sistémico. Los megaproyectos impactan social económica, cultural, políticamente más allá de la geografía inmediata. Comprenderlo ha sido posible conjuntar esfuerzos de diversos sectores sociales que luchan por otros modos de vida. Así, abogados y otros profesionistas, estudiantes, ama de casa, campesinos, indígenas, entre otros, han logrado detener conjuntamente muchos megaproyectos. Esto nos hace concluir que los movimientos sociales están conformados por diversas expresiones de organización y colectivos numerosos, pero también por individuos, aunque otra cosa será el rol que estos individuos pueden o no jugar en las estructuras de conducción o representación.
Si bien no hay una última palabra sobre los movimientos sociales, es falsa la idea de que el movimiento social es propio del pueblo indígena, campesino o suburbano de los sectores más empobrecidos económicamente, como si fueran los únicos afectados o los únicos responsables de combatir el capitalismo. El capitalismo es un problema global, sistémico.
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28) El Movimiento Social y los Infiltrados.
Los gobiernos siempre han infiltrado a las organizaciones y a los movimientos. Al igual que el ejército, la CIA e incluso las grandes empresas usan el espionaje e infiltración al interior de los procesos sociales. Estas acciones se dan al interior de las organizaciones, de los foros, eventos, seminarios, encuentros, asambleas y cualquier otro espacio o escenario. Se rastrean llamadas, celulares, correos electrónicos, correspondencia. Se mapean a las organizaciones y sus alianzas como los estudios que han llevado a cabo académicos en Guatemala recientemente y cuyas estrategias se han ejecutado con saldo de muertos y presos para garantizar la imposición de intereses y megaproyectos. Pero también Universidades, Ong’s, centros de investigación, supuestos sindicatos, organizaciones indígenas y campesinas han servido como actores para infiltrarse al interior de los movimientos sociales con el fin de romper procesos, dividirlos o advertir de sus estrategias.
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29) El Movimiento Social y el Narcotráfico.
La presencia del narcotráfico va ganando espacios cada vez más determinantes en lo social, lo político, lo económico y lo territorial. Con su dinero, pero también con su violencia, extorsión, amenazas e intimidación, compra consciencias, lideres, movimientos, productores, ejército, burócratas, policías y políticos. Su violencia e impunidad no tienen límite y logran la instalación de narco-Estados. Muchos procesos de resistencia se inhiben por miedo a la reacción de los grupos de narcotraficantes de la región que se disputan el mercado, las vías de acceso y el territorio de siembra cada vez mayor. Los luchadores y luchadoras sociales temen ser desaparecidos o asesinados. Algunos optarán por negociar una convivencia pacífica. Otros se debaten entre denunciar o no a los criminales locales vinculados con el narco por temor a una represalia mayor.
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30) El Movimiento Social y la Seguridad.
Cada vez se agudiza la violencia contra los movimientos sociales con saldos de desaparecidos, asesinatos, heridos, despojados, desterrados, perseguidos, presos, amenazados, hostigados, etc. El movimiento social se pregunta cómo responder a estas situaciones, cómo evitarlas, como prevenirlas, y cómo estar preparados para la violencia. Cómo generar mecanismos preventivos y protegerse de la violación a los derechos humanos. La criminalización es ya de tal magnitud porque el accionar del movimiento social es también magnífico. Lleno de iniciativa, movilización, creatividad. Sin embargo, se pueden minimizar los riesgos, se relativizan, o se cae en excesiva paranoia. De cualquier forma no es un conflicto menor ya que también paraliza por miedo el accionar de las personas o las lanza a una valentía indómita.
31) El Movimiento Social y las Dictaduras.
En el contexto de una Dictadura expresa, porque por la vía de los hechos estamos todos inmersos en la dictadura del capital, el movimiento social se debate entre la vida y la muerte. Cualquier camino, cualquier acción se convierte en un riesgo letal. Y se da de todo. Excesivos miedos y excesivas valentías. La violencia estructural se instala de tal forma que pone a prueba a cada componente del movimiento social. Todos los conflictos se agudizan: la relación con el gobierno golpista, con los partidos políticos, con el financiamiento, las alianzas, los conflictos patriarcales, las estrategias, los infiltrados, la unidad, la organización, la identidad, la violencia, la conducción, la representatividad, por mencionar algunos. Todos llegan a su clímax.
No faltan expresiones del ‘Síndrome Político de Estocolmo’, al que denominamos como al hecho de cambiarse de bando, colaborar con el gobierno golpista o dictatorial, y ponerse a su servicio. Un proceso prolongado del estado golpista, es sumamente desgastante para el movimiento social.
32) El Movimiento Social y su Ciclo de Vida.
Hay movimientos sociales y sus organizaciones que lo componen que llegan al límite de su existencia. Que se preguntan por su continuidad en la medida en que se pierde el horizonte, la estrategia, la razón de ser. Muchas veces la razón que les dio origen se desdibujó, se perdió o ya no existe. Otras veces es por causa de su propio desgaste en conflictos no resueltos. Así, el movimiento se va desgranando y las ausencias se van haciendo patentes. Habrá quienes no quieren dejar el barco, que desean reencauzarlo con fundamento o sin él. Que se niegan a aceptar que ha llegado la hora de cambiar de estrategia, plataforma, nombre, objetivo. ¿Cómo generar un mecanismo democrático, incluyente y participativo que convoque, evoque y provoque un nuevo reimpulso del movimiento?
Solo reencauzando acertadamente el horizonte político y la razón de ser del movimiento, podrá seguir adelante. Cuando no es así y persiste la resistencia a desaparecer y renacer, convierte a este proceso en la un barco sin rumbo, sin gente, como un fantasma, como el Perla Negra del Caribe y de la América Latina.
33) El Movimiento Social y la Esperanza.
La lucha es larga, con obstáculos y dificultades. A veces el horizonte no se ve porque no hay un buen análisis y una buena estrategia; otras veces porque el narco-estado-corporación es aplastante y alza tanto polvo que no se ve a lo lejos. Abruma ver el avance de los megaproyectos, los muertos, la descomposición social y ambiental. El desempleo, la impunidad, la violencia, el miedo, la angustia y otras cosas más pasan por cada persona. Y queremos ver cambios, y además vivirlos.
Y en este momento el movimiento social se pregunta cómo mantener la esperanza, la movilización, la resistencia. La alegría, la fiesta y el optimismo. Cómo seguir creyendo que el cambio es posible antes de ver caer a líderes en manos de las corporaciones, cooptados por el estado o desactivados de los procesos sociales. Pero también existe otro reto: visibilizar las experiencias exitosas de alter-natos que hay por todos lados, de experiencias de vida nueva en barrios, pueblos y comunidades. Porque el movimiento está más vivo que nunca y con una creatividad increíble. Y porque solo desde la consciencia y vivencia de una crisis sistémica, es posible construir esperanza y trazar nuevos mundos posibles.
Hasta aquí, un punto de vista…
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