Ana Karen de la Torre, Revista Lado B
Ixtacamaxtitlán, Puebla.- “Es que a la tierra no se le puede poner un precio, tiene valor, no precio. Es algo que no se puede vender; es sagrada, la tierra nos lo da todo. Es como que uno no va a vender a su madre ¿verdad?”, dice Régulo Muñoz, decepcionado por quienes no están de acuerdo con él. Régulo es uno de los defensores de la tierra y el agua de Zacatepec, una localidad de Ixtacamaxtitlán, Puebla; por un tiempo trabajó con Almaden Minerals.
«Aquí trabajamos un día sí para no trabajar una semana. Sí a la mina porque trabajos de esa magnitud nunca vamos a volver a ver por aquí. Dicen que va a haber mucho daño al medio ambiente pero no, no porque los daños no van a ser aquí, van a ser más lejos». Alberta García, 29 años, Zacatepec.
Almaden Minerals estima que el proyecto Tuligtic produzca un promedio anual de 130 mil onzas de oro y 7 millones 798 mil onzas de plata, al menos durante 14 años y a cielo abierto. Si se considera que la onza de oro está valuada en US$1, 300 y la de plata en US$21, se podría hablar de un ingreso bruto anual de US$332 millones 758 mil.
Las buenas noticias para las grandes empresas mineras como ésta no terminan con esas cifras, pues las leyes mexicanas permiten a los inversionistas quedarse con casi toda su riqueza acumulada, ya que éstas sólo deben pagarle a la nación –dependiendo de los años que tengan con su concesión- la módica cantidad de 5.70 pesos (menos de 50 céntimos del dólar) a 124.74 pesos (9 dólares con 60 céntimos) por hectárea cada 6 meses, además del recién aprobado 7.5% sobre las utilidades netas por afectaciones al entorno en donde se encuentra la minera.
Las ganancias para Almaden Minerals por el descubrimiento de la “mina de oro” de Ixtacamaxtitlán serán incomparables con su inversión en este municipio: en su página oficial y en fotocopias difundidas para informar a la comunidad, esta empresa indica la generación de más de 70 empleos y su inversión en proyectos de salud y bienestar social. En la página se indica que se han construido “escuelas, baños públicos, salones comunitarios, iglesias locales y hospitales entre otras actividades”. En las fotocopias, en cambio, lo que se dice es que ha colaborado con estos proyectos de construcción.
En la sexta hoja de las fotocopias, Almaden lanza un mensaje verde a los pobladores: “Nuestro proyecto resguardará tanto el agua como el patrimonio natural de la región para que las próximas generaciones puedan disfrutar de la zona […] El proyecto de mina Ixtaca está designado para asegurar un impacto positivo en el ambiente y en las comunidades locales”.
Régulo Muñóz no está de acuerdo con ese mensaje. Él estuvo en dos barrenaciones (perforaciones) y en ambas, brotó agua del suelo pese a que la minera les había dicho que eso no pasaría. “Era mentira que taponearan el agua, era mentira eso de que el agua dejaba de salir, porque cuando colocaron tubería [para mostrarle a los trabajadores que no salía agua], la colocaron sólo a 100 metros de profundidad y el agua brotaba a partir de los 400 metros, 450. Ahí vi que lo que ellos decían no era confiable”, comenta el activista.
El despojo
Mi preocupación es el futuro de los niños, yo soy campesina, vivo del campo, yo prefiero mi tierra en vez de un condominio. Mis hijos vivirían hasta el final de sus días con maíz y frijoles y con un millón de pesos ¿cómo van a vivir? Socorro García, 34 años, Tuligtic.
¿Por qué invertir en México?
-México es líder mundial en producción de plata
-Se encuentra entre los 10 principales productores de 16 minerales
-Sólo el 30% de la superficie nacional ha sido explorado
-Impulsa en la actualidad, 866 proyectos con 261 empresas de capital extranjero
-Sin límites en extensión de las concesiones mineras.
Lo anterior se puede encontrar en el folleto informativo de la Coordinación General de Minería “La minería es una industria comprometida con las comunidades y el medio ambiente”.
Hasta el 31 de marzo del 2014, la Secretaría de Economía comunicó en atención a la solicitud de información con folio 0001000100114, que en todo el país había vigentes 25 mil 780 concesiones mineras y hasta el 30 de julio del mismo año, 25 asignaciones. En otras palabras poco más de 26 millones 633 mil 893 hectáreas de la superficie del país son para esta actividad milenaria.
El pasado 11 de junio de este año, el comisionado para el Diálogo de los Pueblos Indígenas, Jaime Martínez Veloz, durante su ponencia en un foro organizado por la Universidad de Guadalajara, dio a conocer que 192 comunidades indígenas estaban sumergidas en conflictos, en su mayoría causados por la intromisión de mega proyectos mineros en su territorio.
3a) Si el propietario del terreno se niega, la Ley Minera actual, confiere al concesionario el derecho de obtener la expropiación, ocupación temporal o servidumbre sobre la superficie necesaria para llevar a cabo los trabajos de exploración, explotación y procesamiento, así como para el depósito de residuos, desechos, escorias y depósitos de grasas. El tema de la expropiación es muy delicado y sensible, la compañía debe asegurarse que este proceso sea desarrollado por una persona con vasta experiencia en la negociación con comunidades y ejidos. La Guía.
3b) Lo que tienen los ejidatarios o comuneros son tierras de las que los dotó el gobierno para una cosa muy clara: que pudieran mantener a sus familias. La expropiación la crearon para que la propiedad privada tuviera un fin social y ahora es al revés: la propiedad social está volviéndose privada vía la expropiación, la ocupación temporal… es un fenómeno al revés, es un despojo. López Bárcenas.
“Creo que es una guerra por los bienes comunes, por el despojo del territorio, no es sólo agua; es el agua, la tierra, todos los significados que para los pueblos tiene su territorio y la historia, que es lo que les da sentido y vida. Viene el despojo de sus bienes comunes, de su historia y de sus símbolos”, sentencia Villaseñor Pinedo del Consejo Tiyat Tlali (“tierra” en totonaca y nahua), una organización que acompaña a los pueblos de la entidad en resistencia.
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