Atlas del Carbón 2015

Datos y cifras muestran impacto social y ambiental de la producción de carbón

Bruselas, Bélgica, noviembre de 2015 – La fundación Heinrich-Böll y Amigos de la Tierra Internacional publicaron hoy en Bruselas la primera edición en inglés del Atlas del Carbón 2015. El atlas contiene los últimos datos y cifras sobre el uso del carbón y sus consecuencias sociales y ambientales. Mediante más de 60 infografías detalladas, el atlas ilustra los efectos de la industria del carbón en la naturaleza, la salud, el trabajo, los derechos humanos y la política.

Además, arroja luz sobre los beneficiarios de la producción de carbón y muestra los proyectos que se están desarrollando actualmente en el sector en China, India, Estados Unidos, Rusia y Alemania.

El atlas está disponible en forma gratuita en papel y en formato digital en: www.boell.de/coalatlas

El carbón contribuye más a la crisis climática que cualquier otra fuente de energía. En 2014 fue responsable de 14,2 gigatoneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2), el equivalente al 44% de todas las emisiones de dióxido de carbono generadas por la energía producida a partir del carbón y más de un cuarto de todas las emisiones de gas invernadero. Además, la extracción y quema de carbón provoca daños irreversibles en el medio ambiente y la salud de las personas.

Tan solo en la Unión Europea, los problemas relacionados con la salud cuestan alrededor de 43.000 millones de euros al año. Otros efectos de la industria del carbón son los desplazamientos forzosos y la represión de los habitantes locales.

“El Atlas del Carbón 2015 demuestra que no existe el carbón limpio”, afirma Jagoda Munic, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional. Munic añadió: “Europa sigue siendo uno de los principales consumidores de carbón. Aún en 2015, Europa sigue sufriendo daños en su medio ambiente provocados por grandes proyectos de minería de carbón, especialmente en Alemania, y por las emisiones tóxicas en los países que dependen del carbón como Polonia. La resistencia a la eliminación progresiva del carbón en Europa demuestra que la Unión Europea es presa del poderoso lobby del carbón industrial. Sin embargo, el Atlas del Carbón deja claro que Europa necesita cambiar su sistema energético antidemocrático, irresponsable e injusto y adoptar uno justo, controlado por la sociedad y que proporcione seguridad climática”.

Barbara Unmüßig y Ralf Fücks, presidentes de la fundación Heinrich-Böll-Stiftung, instan a la UE a que adopte medidas al respecto:

“Europa tiene una deuda de emisiones histórica y actual que pagar. Por lo tanto, tiene la responsabilidad de acelerar la transición de su actual sistema energético mixto hacia uno libre de emisiones. Los últimos años se ha demostrado en Alemania y los países de la Unión Europea que un fuerte aumento de la proporción de energía renovable utilizada no solamente sería perfectamente compatible con los requisitos de las economías industrializadas, sino que además tendría efectos importantes en la innovación y el empleo. Por este motivo la UE necesita mejorar sus instrumentos políticos para lograr una transición hacia una era sin emisiones. Una estrategia fundamental para ello es cambiar la unión energética por metas muchas más ambiciosas, como un precio razonable de las emisiones de CO2”. Esto implicaría también un fuerte enfoque a las subvenciones a la industria del carbón: los Estados miembros de la UE y la propia UE se han mostrado reticentes a adoptar medidas contra los proyectos de carbón y siguen destinando casi 10.000 millones de euros al año en subvenciones a las empresas que realizan actividades vinculadas con el carbón.

“Esa es la otra decisión inevitable: la UE y sus países miembros deben dejar de apoyar proyectos de carbón con dinero de los contribuyentes”, señalaron Unmüßig y Fücks. “No solamente en Alemania, donde las empresas mineras se han beneficiado de subvenciones de alrededor de 327.000 millones de euros en términos reales desde 1970, sino también a nivel mundial, la UE está subvencionando sus inversiones en la industria del carbón, generando múltiples conflictos sociales y ambientales. Hay algo indiscutible: la Unión Europea debe enviar una señal clara para eliminar progresivamente los combustibles fósiles y en primer lugar el carbón si desea liderar la transición mundial hacia un planeta libre de emisiones e influir en un posible acuerdo sobre el clima en la COP21 en París”.

Lucy Cadena, coordinadora del programa Justicia Climática y Energía de Amigos de la Tierra Internacional afirmó: “Europa se ha enriquecido mediante la quema de carbón durante más de 150 años, debido a este efecto “retardado”, estas emisiones han causado el aumento de 1°C de la temperatura que estamos experimentando en 2015. La UE se dirige a las negociaciones sobre el clima en París afirmando ser el líder en cuestiones de clima, pero los hechos no coinciden con la realidad: Europa sigue extrayendo y quemando carbón en el continente. A nivel mundial, los países europeos utilizan dinero público para financiar proyectos sucios de carbón que violan los derechos humanos en todo el mundo, mientras tercerizan las emisiones provenientes de la quema de carbón a países del Sur Global, como China, para producir bienes para el consumo europeo. Estas emisiones ‘ocultas’ se suman a una gran huella de carbono y el compromiso actual de la UE es completamente insuficiente con respecto a su responsabilidad en las emisiones. El Atlas del Carbón arroja luz sobre la gran falta de ambición de la que somos testigos mientras nos acercamos a la cumbre sobre el clima en París, y la necesidad de un cambio radical que elimine el uso del carbón”.

Sin embargo, otros actores mundiales están comenzando a considerar fuentes de energía alternativas. En 2014, el consumo de carbón de China disminuyó por primera vez en más de treinta años. Mientras tanto, el Gobierno chino está presionando para que haya una rápida expansión de la energía renovable. En Estados Unidos, las empresas de carbón están al borde de la quiebra debido al cambio en el mercado hacia las energías renovables y otras fuentes de energía. Por su parte, India y Rusia siguen dependiendo del consumo de carbón para mantener el crecimiento económico. Esto es posible únicamente gracias a las subvenciones: sin ellas, la electricidad generada a partir del carbón costaría el doble del precio actual.

El atlas está disponible en forma gratuita en versión en papel y digital en: www.boell.de/coalatlas

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