Organismos buscan evitar nuevas presas en el Usumacinta
Delegados civiles de México y Guatemala se reunieron cerca de la presa Tenosique (antes Boca del Cerro) para definir estrategias que permitan hacer un frente común que frene el acuerdo binacional México-Guatemala para la generación hidroeléctrica sobre el río Usumacinta.
Como parte del Movimiento Mexicano de Afectados por Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER), participaron académicos e intelectuales, entre ellos el doctor Antonino García, de la Universidad Autónoma de Chapingo, quien presentó a los participantes un trabajo referente a la Alianza Binacional de Pueblos Mayas en Cuencas Transfronterizas.
Además del académico Joan Martínez Alier, de Barcelona, España, quien se dijo interesado en plasmar en sus próximas obras de investigación la lucha que ciudadanos mexicanos y guatemaltecos están realizando en defensa de los ríos.
Se analizaron las recientes declaraciones de los gobiernos de México y Guatemala, relativas a la construcción de hidroeléctricas sobre la cuenca del río Usumacinta.
Sobre el tema dijeron que no se respeta el acuerdo 169 de la OIT relativo a las consultas comunitarias, aseguran que pretenden despojar de patrimonio y territorio a quienes serían directamente afectados.
Marco Von Bolster, del MAPDER y Cristian Santiago, de Otros Mundos Chiapas, hablaron sobre la necesidad de continuar con las asambleas informativas que permitan a los posibles afectados tener una información clara y precisa sobre dichos acontecimientos que ponen en riesgo -río abajo- la zona arqueológica de Yaxchilán, así como varias localidades del vecino país de Guatemala.
A su vez, Agustín Tabalan, de Guatemala, informó que el denominado proyecto hidroeléctrico Boca del Cerro en el Usumacinta “ha sido suspendido varias veces; hay evidencias reales que la guerrilla guatemalteca durante el conflicto armado realizó actos de sabotaje, tirando los generadores y otros enseres al río, los que serían de utilidad para la puesta en marcha de dicha hidroeléctrica, y que en gran medida eso ayudó para que tanto del lado mexicano como guatemalteco no hubieran afectaciones”.
Finalmente adelantaron que este tipo de acuerdos binacionales para la construcción de hidroeléctricas sobre la cuenca del río Usumacinta, los pone en grave riesgo, toda vez que serían severamente afectados por tierras inundadas y obligados a un éxodo forzoso que desde luego es contrario a derecho, toda vez que ambos gobiernos tienen suscritos tratados y convenios internacionales y por lo tanto es imprescindible que se sujeten al Convenio 169,” donde se nos otorga el derecho a ser consultados”.