Exigimos justicia a cinco años del asesinato de Bety Cariño y Jyri Jaakkola

A cinco años del ASESINATO de Bety Cariño y Jyri Jaakkola, la

Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA)

¡EXIGIMOS JUSTICIA!

Sábado 25 de abril de 2015. Chila de Las Flores, Puebla, México

Hace cinco años nuestra querida compañera Bety Cariño, incansable integrante de la Red Mexicana de Afectados por la Minería, encabezaba una Caravana Humanitaria, para visibilizar y denunciar la terrible situación de violencia e impunidad sufrida por la población en el entonces municipio autónomo Triqui de San Juan Copala.

Dos días antes de su artero asesinato, en el pueblo de Cerro San Pedro, en San Luis Potosí, justo en la reunión anual de REMA, Bety nos platicaba cómo estaban organizando la Caravana y cómo habían pasado muchos meses en que los gobiernos estatal y federal venían respondiendo con desprecio a los múltiples llamados para que se brindara protección a la población del municipio, quienes en repetidas ocasiones habían sido agredidos, asesinados y se encontraban en estado de sitio por el conocido grupo de paramilitares de la Unión de Bienestar Social de la Región Triqui  (UBISORT), financiado y operado por el entonces Gobernador de Oaxaca, el represor y asesino Ulises Ruíz.

Cerca del medio día nos enteramos de que la caravana había sido atacada y que nuestra querida compañera Bety y Jyri Jaakkola, quien acompañaba a la caravana como observador internacional finlandés, habían sido asesinados de manera artera y cobarde en una emboscada preparada por los paramilitares de la UBISORT.

Ya han pasado cinco años, y a pesar de que este hecho ha sido denunciado por el Parlamento Europeo y por Amnistía Internacional, lo cual ubica una vez más a México en la escena internacional como un PAÍS/GOBIERNO VIOLADOR DE DERECHOS HUMANOS, continúa la prevalecencia de la impunidad y la falta de procuración de justicia, y él estado mexicano, ha perpetuado su apuesta a la espiral de violencia, misma que, hoy más que nunca, es evidente está dirigida a la criminalización de la protesta, a la privación de libertad de líderes sociales y fomenta la desaparición forzada dirigida a los luchadores y las luchadoras sociales, defensores y defensoras de la Madre Tierra.

La política de despojo de nuestros bienes naturales por parte de las empresas rapaces en contubernio con el gobierno mexicano, incluye quitar la vida de las y los defensores, porque a través de ello buscan desmoralizar a los movimientos sociales e imponer, a través de los medios de comunicación, un discurso para “normalizar” el despojo y el asesinato vinculado a las resistencias y defensores.

Ante ello, las y los integrantes de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), manifestamos que nunca nos parecerá normal el asesinato, el encarcelamiento o la desaparición de un compañero o una compañera que lucha por la vida. Por lo tanto, tampoco nunca nos someteremos a un sistema que impone sus reglas y nos desdeña como ciudadanos, razones por lo cual, continuaremos peleando por acabar con la impunidad, la corrupción y la falta de procuración de justicia, así como seguiremos impulsando “El Buen Vivir”, y seguiremos avivando la lucha de los pueblos y del pueblo Triqui para que logren su Autonomía y Libre Determinación para con nuestros bienes naturales y su territorio.

En este quinto aniversario luctuoso y triste por la pérdida de Bety y Jyri, sólo han detenido a tres personas del doble homicidio, pero continúa la impunidad contra los presuntos responsables, incluido un servidor público.

 Exigimos sean detenidos y sentenciados inmediatamente todos los culpables y se les retiren los beneficios y protección de los tres niveles de gobierno. Es lamentable que el gobierno sea sometido e incapaz de disolver y detener a los integrantes de la UBISORT. Sabemos que al igual como sucede en otros rincones del país, estos grupos paramilitares gozan del cobijo del PRI y el resto de los partidos políticos, además de ser apoyados por el ejército o la marina.

  Demandamos sean otorgadas medidas cautelares eficientes para cada uno de las y los testigos presentes en el momento del doble asesinato, porque están siendo amenazados recurrentemente por parte de los matones de la UBISORT, y mientras la impunidad prevalezca, se hace más evidente la complicidad que tienen las autoridades oaxaqueñas y federales en el doble asesinato.

 Bety promovía la defensa de la Madre Tierra, la autonomía alimentaria y la defensa de la mujer. La recordamos como una de las voces más inspiradoras y comprometida de la coordinación de REMA, y por ello extrañamos profundamente su mente crítica y sus versos llenos de esperanza que nos hacía llegar a través de sus palabras, siempre llenas de energía y sabiduría, a la vez que eran enérgicas.

 Cómo olvidar la palabra de Bety, ante la embajada de Canadá en México, cuando recordaba la lucha de otro miembro de REMA asesinado, el también querido Mariano Abarca Roblero, quienes le quitaron la vida sicarios mandados por la empresa minera canadiense Blackfire, por luchar contra el despojo en su pueblo de Chicomuselo, Chiapas. La muerte de Mariano también sigue impune y no dejaremos de exigir justicia para él y su familia. Enfrente de la embajada canadiense o en el palacio legislativo de San Lázaro, Bety recurrentemente señalaba que “es tiempo de nosotros los pueblos”, para acabar con estos “gobiernos corruptos y miserables a quienes no les importa entregar nuestros bienes a las empresas mineras, a las trasnacionales como Monsanto” y a quienes atentan contra las y los campesinos e indígenas de todo México que aman y trabajan la Tierra. Su sueño era también nuestro; “Que los pueblos afectados y amenazados por la proliferación de las concesiones mineras nos unamos, nos organicemos y nos solidaricemos, para resistir juntos al despojo y protegernos unos a los otros”.

 ¡Viva Bety Cariño y Jyri Jaakkola!

 ¡Viva Mariano Abarca!

 ¡No más Asesinatos, Desaparecidos y Presos Políticos en México!

 ¡No a la Minería, Sí a la Vida!

 Territorios Libres de Minería Ya!

 Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA)

Discurso de Bety Cariño. Embajada de Canadá. 3 de diciembre de 2009

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