La guerra en Honduras, no es declarada como tal, pero asesinan a quienes defienden la vida y defienden y recompensan a quienes atentan contra ella. Berta Cáceres defendió los recursos naturales de la tierra.
Ronnie Huete S. Periodista y activista de DDHH.
El mundo sigue su curso y celebró el día internacional del medio ambiente el pasado 5 de junio.
Tres meses atrás, también el mundo anunciaba el asesinato domiciliario del que fue víctima la líder internacional ambientalista e indígena, Berta Cáceres en su natal Honduras, el 3 de marzo del presente año y en cuyo país el 90 por ciento de los casos queda impune.
Y es que en Latinoamérica, los vigías del respeto a los recursos naturales de la tierra, están en peligro de extinción.
Ser defensor del medio ambiente, es un crimen que se paga con la vida y su caso emerge en el afluente de la impunidad en Honduras en donde los casos como el de Berta Cáceres se “investigan en total secretividad”.
Esta condena es ejecutada por los asesinos invisibles, emisarios de la muerte de las grandes corporaciones internacionales.
El millonario capital financiero de estas compañías, ha dejado una escalada de mártires en Latinoamérica, puesto que esta patria grande posee la bendición de tener ricos recursos naturales y la maldición de ser secuestrada por grandes transnacionales.
Berta Cáceres, originaria del pueblo lenca de Honduras, denunció en vida que la empresa DESA-agua zarca es un proyecto hidroeléctrico naciente de fuertes capitales financieros europeos, y cuyo propósito en Honduras es el de apropiarse del Rio Gualcarque, patrimonio del pueblo originario lenca de esa nación latinoamericana.
Berta fue asesinada en su casa de habitación. El gobierno de ese país capturó a los supuestos sicarios que cometieron el crimen, pero no a sus actores intelectuales.
Las hijas de Berta Cáceres denunciaron que la familia Átala, dueños del grupo financiero Ficohsa en Honduras, son sospechosos de estar ligado al crimen de su madre, puesto que Ficohsa tiene fuertes nexos financieros con el capital extranjero de DESA-agua zarca.
El crimen de Berta Cáceres sigue impune. Sus hijas han realizado un recorrido por diversos países de Europa, Los Estados Unidos, y Latinoamérica, exigiendo justicia internacional en el crimen de su madre, puesto que la estructura judicial e investigación de su país, está contaminada al servicio de los intereses de una clase.
El proyecto Desa-Agua Zarca sigue sus operaciones en Honduras, sin embargo su concesión es ilegal, según los miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), ya que arguyen que se ha violado el derecho de consulta y consentimiento previo, libre e informado del pueblo lenca, así como el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El convenio de la OIT es una declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo contexto describe el derecho de los pueblos indígenas hacer consultados, antes de aprobar un proyecto de competencia internacional o nacional.
Por lo que textualmente el COPINH condenó y afirmó que “quienes apoyan este proyecto de muerte los convierte en violadores de derechos históricos, colectivos e individuales del Pueblo Lenca como lo son el Fondo de Desarrollo de los Países Bajos FMO-Banco Holandés que apoya con 15 millones de dólares, igualmente el Finnish Fund for Industrial Cooperation Ltd. FINNFUND de Finlandia con 5 millones de dólares, el Banco Centroamericano de Integración Económica con 24,4 millones de dólares, las empresas Siemens y VoithHydro de Alemania, Empresa CASTOR (CASTILLO TORRES) CONTRUCTORA CERROS DE COMAYAGUA, el Banco FICOHSA, el grupo empresarial de la familia Atala, el gobierno de los Estados Unidos a través de USAID-Proyecto MERCADO, la Secretaria de Recursos Naturales de Honduras SERNA, que continúa siendo lacaya de las empresas como DESA, y que se ha negado a entregar al COPINH información de más de 40 proyectos hidroeléctricos que afectan y violan derechos del Pueblo Lenca, incluyendo el PH AGUA ZARCA”.
A esta condena, se suman varias protestas que se han efectuado en distintos puntos de Honduras, según los informes que se reciben en portales internacionales, en relación a lo que ocurre en esta nación centroamericana.
Y es que Berta Cáceres ahora es un símbolo de inmortalidad para las generaciones actuales y venideras en la defensa de los recursos naturales de la tierra, puesto que la realidad del planeta desciende en el risco del cambio climático, contaminación mundial, y la venta inicua de los ríos, bosques y la vida natural que se venden como objetos cualquieras, Berta Cáceres fue consciente de ello, y sacrifico su vida por el rio, cuyo afluente preserva la vida silvestre y humana del planeta.
Cualquier atentado o amenaza para el autor de este artículo es responsabilidad de quienes representan y gobiernan el Estado de Honduras y sus invasores o los que menciono en el presente artículo.