DECLARACIÓN DE LA VÍA CAMPESINA FRENTE A REDD

DECLARACIÓN DE LA VÍA CAMPESINA FRENTE A REDD

REDD
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – Vía Campesina (CLOC-VC) expresa su rechazo absoluto ante las falsas soluciones al cambio climático y particularmente al mecanismo llamado REDD, REDD+, REDD++ que se pretende imponer en la Conferencia de Cancún pues el mismo representa un paso más en la privatización de la naturaleza y el despojo de nuestros pueblos.

Tal como lo ha expresado la Cumbre de los Pueblos Frente al Cambio Climático realizada en Cochabamba, donde la CLOC-VC tuvo una activa participación “Condenamos los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus versiones + y ++, que está violando la soberanía de los Pueblos y su derecho al consentimiento libre, previo e informado, así como a la soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los Pueblos y los Derechos de la Naturaleza”.

Los proyectos REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal), son una iniciativa surgida de las negociaciones de cambio climático que pretende incorporar los bosques -y otros ecosistemas- a los mercados internacionales, para lo que necesitan atacar los derechos de los pueblos y las comunidades sobre sus tierras y territorios. Este mecanismo es una profundización y expansión global de la privatización y apropiación de los bosques, paramos y tierras agrícolas por parte de los estados y las empresas privadas. REDD implica la creación y el comercio global de servicios ambientales en desmedro de la soberanía alimentaria y demás derechos de los pueblos promoviendo su control por grandes corporaciones, el control de los territorios y la militarización de los mismos.

Los daños sufridos por las comunidades ya son visibles allí donde se impulsan proyectos de este tipo, siendo una pequeña muestra de la amenaza de REDD los impactos sobre los campesinos de Ecuador, Brasil, Indonesia y Kenia donde ya existen proyectos implementados.

Rechazamos estas formas de interferencia en nuestras tierras y territorios que, aprovechando las necesidades de las comunidades, utilizando estrategias de división y falsas consultas, pretenden involucrarlas en estos mecanismos REDD.

REDD una forma mas de traspasar la responsabilidades de los países que han contaminado la atmósfera hacia los pueblos del Sur que históricamente hemos cuidado el planeta y de ninguna manera podrá ser reformulado para que este al servicio de la verdadera protección de los bosques y a favor de los pueblos.

Exigimos que se enfrente el Cambio Climático con la única salida posible que es la reducción en el consumo y extracción de combustibles fósiles y el apoyo a la agricultura campesina, lo que significa consiguientemente un cambio de relación entre los seres humanos y la naturaleza, inspiradas en aquellas que los pueblos indígenas y campesinos mantienen hasta el día de hoy.

Alertamos a los campesinos del continente que toda intención de incorporar los llamados estandares social y ambientales los proyectos REDD no resuelven los problemas, pues REDD no detiene el cambio climático, ni frena los intereses de apropiación definitiva de nuestras tierras.

Los bosques, los manglares, páramos, humedales y la agricultura campesina están protegiendo al planeta pues, a mas de ser espacios ricos en biodiversidad, son reservorios naturales de agua y carbono y así mantienen el equilibrio climático. Estos ecosistemas junto a prácticas tradicionales constituyen fuente de vida y hogar de comunidades campesinas, pueblos indígenas, pescadores o afrodescendientes, que hemos permanecido en estos territorios y los hemos cuidado desde siempre.

Sin embargo estas tierras están siendo destruidas por actividades petroleras, la minería, la explotación industrial de madera, la conversión de bosques y tierras agrícolas en plantaciones forestales y monocultivos para agrocombustibles y agroexplotación. Todo esto contribuye a acelerar la contaminación y el deterioro de las condiciones de vida en el campo así como a empeorar el cambio climático, puesto se emiten grandes cantidades de C02 y otros gases de efecto invernadero.

Por lo tanto combatir el cambio climático implica, en primer lugar, cambiar el modelo de desarrollo basado en el sobre consumo y extracción de combustibles fósiles, enfrentar seriamente la deforestación lo que significa terminar sus causas subyacentes, apoyar la agricultura campesina y familiar y respetar y favorecer los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades sobre sus tierras y territorios.

Hacemos un llamado a construir amplias alianzas en el campo y la ciudad para que desde la unidad logremos derrotar esta nueva amenaza para nuestros pueblos.

¡Nuestro Clima no está en venta!

Vendiendo aire

Vendiendo aire

Silvia Ribeiro (Investigadora del Grupo ETC)
La jornada 11 septiembre 2010.

REDDAvanza uno de los más increíbles ataques a los bienes comunes del planeta y la humanidad: la privatización del aire. La principal herramienta para ello es un mecanismo llamado cínicamente REDD (reducción de emisiones por deforestación y/o degradación evitada de bosques), que está entre los puntos clave que promueve el gobierno mexicano en las negociaciones internacionales sobre el clima.

La propuesta de los programas REDD es que como la deforestación es un factor importante de la crisis climática, hay que compensar económicamente a quienes ya no lo hagan. Por ello se llama deforestación «evitada»: primero hay que deforestar para luego vender el dejar de hacerlo. Un típico escenario «ganar-ganar», como dicen los empresarios y sus ONG amigas. Ganan los talamontes al deforestar y ganan por dejar de hacerlo. Quienes más se benefician de estos programas son los que más bosque y selva hayan destruido. Y que podrán seguir haciéndolo, ya que REDD acepta que dejando apenas 10 por ciento del área original se cuente como «deforestación evitada».

Al programa original se le agregaron versiones llamadas REDD++, que incluyen pagos por «acrecentar los inventarios de carbono» y pagos por «conservación» y «manejo sustentable del bosque». En el primer caso se trata de, además de deforestar, establecer en su lugar monocultivos de árboles, otra fuente de lucro adicional, con fuertes impactos ambientales y sobre las comunidades.

Lo más perverso de este mecanismo es lo que llaman «conservación y manejo sustentable», porque apunta directamente a despojar a las comunidades indígenas y campesinas de sus derechos y territorios.

La propuesta de REDD es que «como se paga», lo que se haga con el bosque y su capacidad de absorción de dióxido de carbono debe ser «verificable», es decir, definido por agentes externos a las comunidades. Para éstas y los ejidos significa pagar caro a «expertos» para que les digan qué pueden o no hacer en sus propios bosques y territorios, y firmar «voluntariamente» (o engañados por instituciones gubernamentales y ONG que gestionan estos programas) la alienación de su manejo autónomo del territorio, para poder cobrar unos pesos por la supuesta capacidad de absorción de sus bosques. Esa capacidad la compran empresas altamente contaminantes y grandes emisores de gases de efecto invernadero, para seguir contaminando con la justificación (no probada científicamente, pero muy lucrativa) de que en otra parte del mundo habrá un bosque que absorberá sus emisiones. A su vez, esto entra en un mercado secundario de créditos de carbono donde la misma empresa puede revender a otros por un precio mayor, recuperar toda su inversión y además ganar dinero extra. El mayor volumen monetario de los mercados de carbono es la especulación secundaria, es decir, la venta y reventa de, literalmente, puro aire.

Este tipo de mercantilización y especulación ya existía antes de REDD, con el pago y comercio de servicios ambientales. Con REDD, se trata de consolidar globalmente una nueva forma de «derechos de propiedad». No la propiedad directa del bosque, sino la de «derechos de emisión» de éstos, para comerciarlos en un mercado altamente especulativo.

Así, las empresas más criminales del planeta, además de devastar enormes zonas con sus actividades, calentar el planeta y maquillarse de verde con esta compra de «créditos de carbono», reclamarán la propiedad de facto de los bosques, porque aunque las comunidades sigan teniendo sus títulos de propiedad, no podrán tocarlos ni decidir nada sobre ellos.

Un ejemplo reciente: el 7 de septiembre, la Red Indígena Ambiental y Amigos de la Tierra Internacional denunciaron que el proyecto REDD más grande hasta el momento, 100 mil hectáreas en Rimba Raya, Borneo, es financiado por la Shell, Gazprom y la Fundación Clinton. En realidad no es «financiación», sino inversión, ya que Shell y Gazprom seguirán lucrando con sus actividades contaminantes (que producen más calentamiento global) y además ganarán millones de dólares con la venta de esos créditos de carbono en el mercado secundario. Reuters estimó que en ese proyecto se podrían captar más de 750 millones de dólares en 30 años.

Tom Goldtooth, de la Red Indígena Ambiental, declaró: «Shell ya cometió genocidio del pueblo Ogoni, en Nigeria, y ecocidio de la cuenca del Níger. REDD hace posible que ésta y otras empresas sigan con la extracción de combustibles fósiles mientras continúan destruyendo el clima y a los pueblos indígenas. La mayoría de los bosques del mundo están en territorios nativos. Los proyectos tipo REDD han resultado en despojos de tierras, violaciones de derechos humanos, amenazas a la sobrevivencia de nuestras culturas, militarización, engaños y servidumbre.»

En México, los que promueven este lucrativo negocio de las trasnacionales junto al gobierno, antes gestionaban contratos de biopiratería, luego metieron a comunidades a la venta de servicios ambientales y ahora, consecuentemente, promueven REDD++.

Por todo esto, la Vía Campesina, en su convocatoria a movilizarse frente a las negociaciones sobre el clima, que se realizarán en diciembre en Cancún, llama a denunciar y oponerse a los programas REDD y a los mercados de carbono, una demanda que también expresó claramente la Cumbre Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático, en Cochabamba.

La Petrolera Shell financia REDD

BOLETÍN DE PRENSA
Contacto: Nnimmo Bassey, Director Ejecutivo, Environmental Rights Action/Amigos de la Tierra Nigeria (+234)8037274395
Tom Goldtooth, Director Ejecutivo, Indigenous Environmental Network (Red Indígena sobre el Medio Ambiente)(218)760-0442

La Petrolera Shell financia REDD

Pueblos Indígenas y ambientalistas denuncian

La empresa petrolera Shell, mundialmente censurada por haber causado genocidio contra el Pueblo Ogoni y destrucción ambiental en la Cuenca Níger de Nigeria, ahora está financiando REDD, una falsa solución al cambio climático que mete los bosques en el mercado de carbono y que ha sido denunciado como posiblemente “la usurpación de tierras más grande de todos los tiempos.”

REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) permite a los contaminadores como Shell, la minera Rio Tinto y la petrolera Chevron-Texaco comprar créditos de carbono provenientes de la supuesta conservación de los bosques y así evitar la reducción de sus emisiones del efecto invernadero en el lugar donde se originan. Sin embargo, según la Red Indígena sobre el Medio Ambiente, REDD está cargada de “incentivos perversos” para convertir los bosques naturales en plantaciones de monocultivos y en realidad REDD aumenta la deforestación y la tala.

Shell, la empresa de gas natural Gasprom y la Fundación Clinton están financiando el proyecto tipo-REDD Rimba Raya sobre 100,000 ha en la provincia de Kalimantan Central en Indonesia. Según Reuters, el proyecto Rimba Raya marca «un hito» en el desarrollo de un mercado mundial de créditos de carbono forestal.

Este proyecto REDD de Shell podría sacar muchísimas ganancias. Reuters calcula que “A una tasa de 10 dólares por cada crédito de carbono, se podría ganar hasta $750 millones en 30 años.”

Reconocido ambientalista nigeriano, Nnimmo Bassey, Director de Environmental Rights Action y Presidente de Amigos de la Tierra Internacional, tiene una larga historia luchando contra las actividades destructivas de la extracción petrolera. “Shell nos ha traído puro sufrimiento, la destrucción de comunidades y biodiversidad, así como los derrames petroleros y la quema ilegal de gas desde hace décadas. Ahora podemos añadir el financiamiento de REDD para lavar su imagen y sacar ganancias a la larga lista de las atrocidades de Shell.”

Tom Goldtooth, Director Ejecutivo de la Red Indígena sobre el Medio Ambiente, señaló que “Shell ya cometió genocidio contra el Pueblo Ogoni en la Cuenca Níger. REDD permite que Shell y otras empresas multinacionales expandan la extracción de combustibles fósiles y sigan destruyendo el clima y violando los derechos de los Pueblos Indígenas del mundo.  Actualmente, Shell está intentando perforar en las costas de Alaska a pesar de las protestas de los indígenas de Alaska.”

“Shell no solamente está perjudicando a la Madre Tierra y los Pueblos Indígenas sino ahora está financiando  REDD que puede resultar en la usurpación de tierras más grande de todos los tiempos y más genocidio contra los Pueblos Indígenas,” avisó Goldtooth.

Según Goldtooth, “La mayoría de los bosques del mundo se encuentran en las tierras de los Pueblos Indígenas. Los proyectos tipo-REDD ya han resultado en despojos de tierra, violaciones de derechos humanos, amenazas a la supervivencias cultural, militarización, estafas y servidumbre.”                                                             

Para Teguh Surya, Director de Campanas de WAHLI–Amigos de la Tierra Indonesia, REDD es simplemente “un eco-negocio descarado y patético” “Shell no debe utilizar nuestras selvas hermosas para el lavado verde de los crímenes contra el medio ambiente y los abusos de los derechos humanos que Shell ha cometido en Nigeria y otros lados.”

La semana pasada, Vía Campesina, una organización internacional de 300 millones de campesinos, rechazó REDD y denunció que la conservación forestal no se debe agarrar como “excusa” para que “países y corporaciones sigan contaminando…” Vía Campesina también subrayó que “el comercio de carbono ha probado ser extremadamente lucrativo en términos de generación de ganancias para los inversionistas, sin embargo ha fallado rotundamente en la reducción de gases de efecto invernadero.”

CITA: David Fogarty y Sunanda Creagh. Indonesia project boosts global forest CO2 market. Reuters. 24/8/10.