La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) en México, compartió varios estudios que demuestran los daños en la salud por el consumo de alimentos derivados de transgénicos y agrotóxicos asociados.
“Los resultados científicos fundamentan una prohibición total a la liberación de maíz transgénico en su centro de origen, México. De lo contrario, la acumulación de transgen se tornaría irreversible, y con ello se cancelaría la soberanía alimentaria, y se afectaría negativamente a los campesinos, a la producción del alimento básico y la salud de los mexicanos, como así también a la seguridad alimentaria mundial”, dijeron los científicos.
Los investigadores también presentaron una carta que el Dr. David Schubert, experto en inmunología del Instituto Salk de Estados Unidos, envió al Presidente de México Enrique Peña Nieto.
“El maíz es originario de México y los genes transgénicos, sin duda, contaminarían y degradarían las poblaciones nativas. México es el centro de la diversidad del maíz y un tesoro mundial de variedades para combatir las enfermedades y el cambio climático. Este será eliminado con la introducción de semillas transgénicas. Todas estas afirmaciones se han probado científicamente”, afirmó Schubert en su misiva.
La UCCS también compartió un reporte científico europeo, en donde se ofrecen evidencias incontestables acerca de las incertidumbres, riesgos y peligros de los cultivos transgénicos, sustentados por publicaciones científicas, así como de los debates que aún persisten en torno a ellos.
Asimismo, se refirieron a la reciente retractación del artículo del Prof. Gilles-Eric Séralini por parte de los propios editores de la revista en la que se publicó, y manifestaron que esta decisión “carece de sustento científico y responde a la presión de las industrias que comercializan los cultivos transgénicos”.
El Dr. Schubert explicó en su carta al presidente mexicano que: “se dice que debido a que no se ha documentado ninguna enfermedad humana asociada al maíz Bt, entonces es seguro para su consumo”, pero alertó que “esta conclusión no es válida”.
El maíz Bt es un tipo de maíz transgénico que produce una proteína de origen bacteriano. La proteína Cry, producida naturalmente por Bacillus thuringiensis es tóxica para las larvas de insectos barrenadores del tallo, que mueren al comer hojas o tallos de maíz Bt.
En este contexto explicó que sólo una pequeña fracción de este maíz Bt producido en los EE.UU. se consume directamente, pues la gran mayoría se utiliza como alimento para animales y para hacer aceite, jarabe de alta fructosa y etanol, pero que estos no contendrían la proteína Bt.
Schubert aclaró que el maíz que contiene la proteína Bt que se consume, es en forma de bocadillos altamente procesados como chips de maíz y otros productos que no son los principales componentes de la dieta en ese país.
“En cambio la proteína Bt en el maíz mexicano va a ser consumida directamente en grandes cantidades porque el maíz es el alimento básico y, por tanto, un componente importante de la dieta en México. Además, se preparará en un número infinito de formas, lo que llevará a potenciales cambios químicos de la proteína causando una toxicidad desconocida e inmunogenicidad. Aunque se realizaron algunos estudios de alimentación para demostrar la seguridad del maíz genéticamente modificado (GM), hay muchos métodos de cocción que no han sido probados”, sostuvo el Dr. Schubert.
Asimismo, enfatiza que es falso afirmar que debido a que no hay evidencia de enfermedad después de la introducción de un producto genéticamente modificado entonces este producto es seguro para ser consumido, pues la comprobación requeriría un experimento bien diseñado, con los controles adecuados, que no se puede realizar debido a que los alimentos que contienen OMG no están etiquetados.
“De hecho, tal vez la mayor preocupación con la introducción de cualquier alimento GM debería ser que, aunque haya causado alguna enfermedad, esta no podría ser detectada debido a la falta de estudios epidemiológicos y a las limitaciones técnicas para la detección de dicha enfermedad. Es evidente que, una vez que el maíz GM se comercialice en el mercado, no habrá manera de controlar los efectos adversos para la salud causados por el producto y pedir explicaciones al productor. Las empresas son conscientes de que por esta razón nunca tendrán que rendir cuentas por el daño a la salud humana que su producto pueda causar”, aseguró el investigador.
El Dr. Schubert cita en su carta que hay pruebas sólidas de que las proteínas Bt producen una respuesta inmune fuerte en algunos trabajadores que la utilizaron como insecticidas en aerosol sobre los cultivos, pero resalta a su vez, que la concentración y cantidad de la proteína activa de la toxina Bt que la gente consumirá en el maíz Bt, son mucho más altas que los niveles de exposición de los trabajadores agrícolas.
“Recientemente, un estudio de alimentación a largo plazo se realizó en cerdos de cría para consumo de los EE.UU. Los cerdos tienen un sistema digestivo similar a los seres humanos y los cerdos de cría para consumo están sujetos a más enfermedades que los animales de laboratorio. Los cerdos fueron alimentados con una dieta mixta que contenía proteínas Bt de maíz. Después de 5 meses, se encontró que los cerdos alimentados con maíz GM tenían niveles más altos de inflamación de estómago y los cerdos hembras tenían un peso del útero superior”, explicó.
Además, refirió que estudios adicionales en animales han demostrado que las toxinas Bt causan directamente daño a los tejidos. “Por ejemplo, Fares y El-Sayed demostraron que los ratones alimentados con papas Bt sufrieron la aparición de células estructuralmente anormales en el intestino. Otros estudios informaron sobre cambios histopatológicos en el riñón y el hígado de las ratas alimentadas con maíz Bt, y cambios en los niveles de urea y en la proteína de la orina de las ratas alimentadas con arroz Bt”.
En opinión del Dr. Schubert, estas investigaciones demuestran que la proteína Bt puede actuar a la vez como alérgeno y como toxina en animales, y en algunos seres humanos.
Luego de mencionar estas investigaciones, enfatizó que lo más importante para la salud de la población mexicana es que si se permite la introducción del maíz Bt, un enorme número de personas van a consumir cantidades de la toxina Bt que son miles de veces más altas que lo que ha ocurrido anteriormente.
También añadió que es prácticamente seguro que un gran número de ellos que coman el maíz Bt se volverán alérgicos a esta proteína extraña, y que algunas de las respuestas inmunes probablemente serán severas, causando anafilaxia y posiblemente la muerte. Además, indicó que es “la genética y el estado de salud del individuo, lo que determina su respuesta a las proteínas extrañas como la toxina Bt. Los individuos menos saludables son mucho más propensos a reacciones tóxicas e inmunológicas negativas”.
Junto a los riesgos de la proteína Bt, la carta dirigida a Peña Nieto también indica que la mayoría del maíz GM también está diseñado para ser resistente a los herbicidas, de los cuales el más estudiado es el glifosato, ingrediente activo del Roundup.
“Si el maíz y/o soja GM se introducen en México, allí habrá un enorme incremento en el uso de este plaguicida, ya que su uso aumentó diez veces entre 1996 (12, 2 millones de kilogramos) y 2009 (113,4 millones de kilogramos), en la agricultura de los EE.UU., tras la introducción de los cultivos transgénicos”, dijo el Dr. Schubert, y añadió que “el glifosato como su fórmula activa son perjudiciales para la salud humana”.
Según el Dr. Schubert, el glifosato (GP) en spray tiene otros compuestos que ayudan al GP a entrar en todos los tejidos de la planta. Son compuestos adicionales llamados surfactantes, que no se dan a conocer públicamente porque son los llamados “secretos comerciales” y estos no están probados para la seguridad.
“El spray de estos herbicidas y todos sus componentes se mantienen dentro de las plantas y se comen”, aseguró.
También mencionó, citando las investigaciones en cada caso, que:
– Cuando el GP se consume como alimento, o en el agua, mata las bacterias intestinales beneficiosas y cambia la flora a una con menos microbios buenos.
– Cuando el pienso modificado genéticamente con GP se usó para alimentar cerdos de 9 meses, estos experimentaron un gran aumento en la inflamación del estómago, comparados con los que habían recibido alimento no transgénico
– “Cuando el maíz resistente a los herbicidas, y tratado con GP, se usó para alimentar ratas durante sus 2 años de vida, hubo un gran aumento en la formación de tumores”, sostuvo.
– Asimismo, referenció que en Argentina recientemente se documentó un aumento en las enfermedades humanas directamente relacionado con la exposición al GP.
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