Dos notas: megaproyectos, trasnacionales, tierra y territorio en México

Dos notas:

1. Hay en México “52 puntos de conflicto” entre pueblos indígenas y trasnacionales: experto

2. “Un salvajismo total, los megaproyectos en México”: Francisco López Bárcenas

Hay en México “52 puntos de conflicto” entre pueblos indígenas y trasnacionales: experto

“Embestida” de empresas para explotar recursos naturales, dice

Eirinet Gómez. Periódico La Jornada

moviacJalapa, Ver., 16 de noviembre. En México existen 52 puntos de conflictos donde los pueblos indígenas defienden su territorio de empresas transnacionales que pretenden explotar los últimos yacimientos minerales en esas regiones, sostuvo David Barkin Rappaport, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“Tenemos los casos Picachos, La Yesca, La Parota, Wixárika, Temacapulín, Ocotlán, Ostula, Cherán, los poblados de Montes Azules. Son 52 puntos de conflicto donde observamos como la política nacional hace todo lo necesario para canalizar los recursos al servicio del capital internacional”, acusó.

Entrevistado después de su participación en la mesa Consulta Pública Previa, efectuada en el marco de las Jornadas Lascasianas Internacionales, realizadas en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV), y organizadas por esta institución y la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que históricamente los pueblos originarios han vivido “embestida tras embestida”.

El también investigador en economía ambiental expuso que “la embestida de transnacionales enfocadas a la minería y a los proyectos hidroeléctricos, afecta a estos pueblos en forma desmedida porque han sido relegados de tierras fértiles de agricultura, y de sus territorios tradicionales, siempre, a lo largo de la historia”.

Esta temática también fue abordada por Mercedes Gayosso y Navarrete, directora emérita del Seminario de Derecho Romano y de Derechos Indígenas de la Facultad de Derecho de la UV, quien consideró que las consultas públicas en las que se pretende dar voz a los pueblos cuando se discute sobre la realización de proyectos como hidroeléctricas y minas, “no cumplen con la búsqueda de consensos y otorgar reconocimiento a la opinión expresada por el pueblo”.

“Se minimiza la opinión de los pueblos, las consultas públicas se vuelven puro protocolo y finalmente, ya sabemos de antemano que las decisiones están tomadas”, planteó. Añadió que esta herramienta se ha convertido en una “simulación”.

“Un salvajismo total, los megaproyectos en México”: Francisco López Bárcenas

wirikutaCuando las empresas trasnacionales saquean los recursos naturales “desaparecen pueblos y nadie es responsable, mueren gente y nadie es responsable, se gastan el dinero y no hay obra y nadie es responsable. Son cosas que suceden en este país”.

Entrevista de Marcela Salas Cassani, desinformemonos.org

México DF. A pesar de los embates cada vez más agresivos del Estado para imponer proyectos “de desarrollo” millonarios a costa de la contaminación de la tierra y la desaparición de pueblos milenarios, la gente de abajo continúa organizándose para defender sus territorios. Así lo explica en la siguiente entrevista para Desinformémonos Francisco López Bárcenas, destacado teórico del derecho indígena, asesor agrario y asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de 1995 a 1996, durante la elaboración de los Acuerdos de San Andrés.

Tipos de acumulación y apropiación de recursos naturales

El tipo de acumulación capitalista en esta coyuntura es una acumulación extractiva. No está en la industria ni en la explotación de la mano de obra lo fuerte de la acumulación, sino en la apropiación de los recursos naturales. Esto tiene varias implicaciones. Una de ellas es que se están cosificando los bienes naturales, y es un cambio bastante profundo.

Los liberales del siglo XVIII, cuando hicieron las primeras leyes de apropiación  – el Código Civil Napoleónico, por ejemplo – dijeron que había ciertos bienes que tenían que ser comunes, porque privatizarlos era poner en peligro la existencia de la vida, por ejemplo el agua y la comida. Incluso en nuestro código civil y en casi todos los códigos del mundo aún existe eso; sin embargo, son esos bienes comunes los que ahora están entrando al mercado y están siendo privatizados.

A los muchos otros tipos de apropiaciones extractivas, como el petróleo, la minería y las grandes represas, que ya tienen una tradición muy fuerte, se suman ahora los eólicos, el uso para fines industriales del agua, y los saberes populares. Esto trae como consecuencia el despojo de los recursos naturales.

Hay muchos tipos de megaproyectos. Los que ya tienen décadas, como el petróleo, las represas, la expropiación de terrenos para usos de obra pública – o por lo menos con ese argumento –, pero ahora estamos viendo otro tipo de proyectos: el uso del agua y el viento con el argumento de hacer energía limpia, los transgénicos, con el argumento de darle de comer a la gente. Es decir, argumentos que no se sostienen.

De cómo entran al país y cómo operan las empresas trasnacionales

Las empresas trasnacionales que llevan adelante los megaproyectos, logran entrar al país fundamentalmente a través del Estado, pero no el que nos imaginamos, o nos enseñaron en la escuela, porque de los años ochenta para acá, el Estado se ha transformado. Dejó de ser el Estado benefactor que procuraba el bienestar de la gente, que hacía obra pública para satisfacer necesidades, que invertía en educación, salud, vivienda y cultura. Ahora tenemos un Estado que no se preocupa en lo absoluto de nada de esto, y que más bien parece gerente de las empresas trasnacionales. El gran cambio es que antes los políticos tenían relaciones con los empresarios, y ahora los empresarios se han vuelto políticos. Un caso muy específico es el de Luis Téllez, quien operó la reforma al artículo 27 y es socio de las empresas mineras mexicanas; los secretarios que ha tenido Sagarpa (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación) vienen de la iniciativa privada dedicada a los alimentos o a la producción de alimentos, los secretarios de Economía que tenemos, antes ya fueron funcionarios en alguna empresa, entonces los secretarios son políticos, y lo que hacen no es favorecer al país, ni proteger los recursos naturales. Están favoreciendo a las empresas. Yo creo que así han llegado.

La otra transformación del Estado ha sido en materia legislativa. Muchos vimos la reforma al artículo 27 como la privatización de la tierra, pero fue un error verlo así. La tierra no se privatizó, lo que buscaron fue meterla a un esquema de flexibilización de mercado que buscaba fundamentalmente rentarla, la renta subido impresionantemente. Las mineras, las eólicas y todas estas empresas buscaban rentar la tierra, a ellos no les interesa la tierra como propiedad. A quienes sí les interesa es a los inmobiliarios y a la gente de los proyectos turísticos, pero en realidad ha habido pocas ventas en estos rubros.

Las leyes que se han modificado sustancialmente para favorecer a las empresas son la ley de aguas, la ley de minas, la ley de vida silvestre por los recursos genéticos y se hicieron otras leyes en áreas donde no había legislación: la ley de variedades vegetales, por ejemplo, para que se pueda modificar la cadena genética de las plantas.

La modificación de las instituciones es otra de las formas en la que las empresas trasnacionales han logrado entrar al país a través del Estado.  Semarnat (Secretaría de Medios Ambiente y Recursos Naturales) es ahora una súper secretaría porque se encarga de todo lo que tiene que ver con impacto ambiental. Otro ejemplo es la Secretaría de Energía, que creó la Dirección Geológica Mexicana, toda la información sobre minería. Se han ido creando instituciones, a modo, para cada tipo de megaproyecto.

El Estado dice que permitiendo la entrada de empresas que exploten los recursos naturales va a traer desarrollo, progreso, trabajo y capital para inversión. Y sí hay trabajo, pero para pocos y por poco tiempo. El problema es que una vez que las empresas entran, el gobierno “las deja hacer”, literalmente.

Las hidroeléctricas, por ejemplo, podría pensarse que las maneja el Estado, pero no es así. Las concesiona y hay algunas que ni siquiera han entrado en funcionamiento, hay otras que funcionan al 10 por ciento de su capacidad, otras que ya se azolvaron, otras que ya terminaron su tiempo de vida útil. El caso más dramático es Arsediano es Nayarit: proyectaron la presa, descubrieron que era zona sísmica, la siguieron proyectando y ya que estaba casi terminada, dijeron que ya no lo iban a hacer. Pero ya se habían gastado todo el dinero, y además, destruyeron el pueblo, lo dinamitaron, corrieron a la gente, y todo para nada. Eso es un salvajismo total.

Hay otras presas, como la presa Cerro de Oro, en Oaxaca, que fue construida hace 40 años y ya va a terminar su vida útil. Desplazaron como a 22 chinantecos, la mayoría fue enviada a Veracruz, y es la fecha en la que todavía no los indemnizan, después de 40 años.

(Jacob)Rousseau ya veía esta situación desde el siglo XVIII. Llamaba a los que hoy sería las empresas,  poderes salvajes. Argumentaba que son poderes que están fuera de la legalidad. No es que sean ilegales, sino que están fuera de la legalidad porque los afectados no pueden hacer nada en contra de ellos. Son privados, pero actúan como si fueran públicos. Violan los derechos, pero no te puedes amparar porque ellos no son la autoridad. No los puedes demandar porque nunca vas a ganar un juicio contra ellos. Son poderes salvajes en el sentido de que no están civilizados y no ajustan sus actitudes a la legislación.

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