Serie de reportajes del proyecto Pie de Página de la Red de Periodistas de a Pie.
Cuatro millonarios mexicanos concentran fortunas personales equivalentes a una décima parte del Producto Interno Bruto del país. Los cuatro han construido sus imperios a partir de sectores privados concesionados y/o regulados por el sector público. Los cuatro tienen negocios en la industria energética y extractiva, que han crecido exponencialmente en la última década.
¿Cómo operan? ¿Qué beneficios han dejado en las comunidades donde explotan sus minas?
Esta investigación de la Red de Periodistas de a Pie fue realizada como parte de la Beca Mike O’Connor, del International Center for Journalist (ICFJ) y de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas, que ICFJ tiene en alianza con Connectas
Son los cuatro millonarios más poderosos de México. En 2015, perdieron 39 mil millones de dólares de su fortuna personal, una cantidad que sextuplica el presupuesto que el gobierno mexicano destinó, para la atención de 53 millones de mexicanos pobres en ese mismo año.
Y a pesar de su millonaria pérdida, siguen entre los 10 hombres más ricos de México, según el ranqueo de Forbes.
En México, sostiene la organización internacional Oxfam, 16 millonarios concentran la quinta parte de los ingresos totales del país. “Estas élites han capturado al Estado mexicano, sea por la falta de regulación o por un exceso de privilegios fiscales”, dice en su estudio Desigualdad Extrema en México.
De esos 16 millonarios, los cuatro que han peleado la punta desde 1996, -cuando la revista Forbes publicó por primera vez su lista de México-, tienen negocios en la boyante industria energética y extractiva: Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Baillères y Ricardo Salinas.
Estos multifacéticos empresarios han impulsado un modelo de nación que permite diseñar y aplicar políticas que ponen intereses privados por encima de los pueblos y sus territorios.
Estas son sus historias y las de los pueblos que han destruido.