El mundo de los negocios
La financiarización de la naturaleza en la COP de Diversidad Biológica
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Las discusiones sobre mecanismos financieros para la protección de los bosques son centrales en las negociaciones de la 11ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD, por su sigla en inglés) de Naciones Unidas, que se está realizando en la ciudad india de Hyderabad. Amigos de la Tierra Internacional manifiesta “gran preocupación” por lo que llama “financiarización de la naturaleza”, que “en la práctica privatiza grandes áreas de bosques”.
La federación ecologista, de las más importantes a nivel mundial y con presencia en cerca de 80 países, tiene representación en la COP de Diversidad Biológica. Desde allí realizó un reporte especial para Radio Mundo Real el coordinador internacional del Programa de Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra, el costarricense Isaac Rojas.
El tema de finanzas es de los más importantes analizados en Hyderabad, para la disposición de los fondos para la implementación de acuerdos o el cumplimiento de metas surgidas en el marco de la CBD.
Según la mirada de Amigos de la Tierra Internacional y diversos movimientos y organizaciones sociales, los fondos para el cumplimiento de acuerdos y metas de la CBD, como por ejemplo la protección de los bosques, deberían salir de las arcas de los países desarrollados. “Por su papel protagónico en la destrucción de nuestros bosques, tienen la obligación histórica y moral de brindar esos recursos”, enfatizó Rojas.
Sin embargo, en las negociaciones multilaterales los gobiernos de los Estados industrializados no se comprometen con el otorgamiento de esos fondos. Por su parte, los Estados en desarrollo consideran que no son los responsables por la destrucción de los ecosistemas, consecuencia de un modelo de desarrollo impulsado desde el Norte global desde mediados del siglo XIX, y tampoco prometen recursos económicos.
En ese contexto, los gobiernos de los países desarrollados impulsan la participación del sector privado. “En Amigos de la Tierra Internacional tenemos una gran preocupación en relación al tema financiarización, es decir, la entrada del mercado de finanzas en la consecución o creación de fondos para el cumplimiento de metas y actividades de la CBD”, manifestó Rojas. “Nos preocupa mucho porque se relaciona con las falsas soluciones, de las que hemos visto sus graves y negativos impactos en áreas como el cambio climático”.
El ecologista habla de falsas soluciones frente a la crisis del clima para referirse, por ejemplo, al comercio de carbono, con bonos de carbono (certificados de reducción de emisiones) surgidos de proyectos como grandes hidroeléctricas y monocultivos forestales, con graves impactos ambientales y sociales en territorios del Sur global. Los dueños de esos proyectos, gobiernos de países desarrollados y corporaciones transnacionales por ejemplo, se presentan como los salvadores del clima con esos emprendimientos y los bonos de carbono generados, que les sirven de compensación para continuar con sus actividades contaminantes en otros frentes.
La terminología de falsas soluciones refiere también a los agrocombustibles, la energía nuclear y los transgénicos, por nombrar sólo algunas otras. Los gobiernos de los Estados desarrollados “buscan incentivos y beneficios para el sector privado, y empiezan a darse ideas como la creación y la colocación de bonos financieros para generar recursos” para la protección de los bosques, dijo Rojas. “Nos preocupa porque en la práctica estos mecanismos privatizan la naturaleza, lo que tiene consecuencias negativas para pueblos indígenas, pueblos dependientes de los bosques, comunidades costeras, locales y también las comunidades campesinas”, agregó. El activista costarricense destacó justamente que esas áreas privatizadas “no están vacías, ahí viven pueblos que históricamente han manejado bien sus bosques y tienen por lo tanto derechos sobre los mismos”.
El ecologista subrayó que la financiarización de la naturaleza se basa en la idea de la compensación, al igual que sucede en el marco de las negociaciones de cambio climático de Naciones Unidas. “Es una idea perversa”, evaluó, y la explicó así: “si yo soy una industria minera o petrolera puedo contaminar y destruir un lugar por ejemplo en Madagascar”, con impactos ambientales, sociales y culturales, “pero si doy plata para que se preserve o se maneje en forma adecuada una cantidad de tierras en Laos, o en Nicaragua, puedo seguir teniendo mi actividad”. “Esto es básicamente que los contaminadores pagan para seguir contaminando”, sentenció Rojas, antes de señalar que a su vez esto permite a las grandes empresas mejorar su imagen corporativa.
El coordinador internacional de Amigos de la Tierra señaló que en la CBD los mecanismos de financiarización de la naturaleza reciben el nombre de “mecanismos innovadores financieros”. De acuerdo a la información que maneja gran parte de la sociedad civil reunida en Hyderabad, esos temas no se seguirán tratando en la CBD, que es un ámbito multilateral, donde las organizaciones sociales tienen representación para dar sus opiniones. Bancos y corporaciones transnacionales estarían promoviendo ámbitos privados de análisis de esos asuntos financieros. “De ahí la necesidad de ver la CBD como un espacio más de lucha, pero no perder de vista que en otros espacios esto se está discutiendo y que tenemos que seguir fortaleciendo nuestras campañas en defensa de las semillas, del territorio, en contra del acaparamiento de tierras, que llevamos a cabo todos los días en nuestros países”, cerró Rojas su reporte.