Guatemala: el defensor maya q’eqchi Rodrigo Tot gana el Premio Goldman de Medio Ambiente

Artículo de The Goldman Environmental Prize/El Premio Goldman de Medio Ambiente, conocido como el «Premio Nobel del Medio Ambiente», entregado cada año a un defensor o una defensora del medio ambiente de cada continente, por la fundación estadounidense Goldman Fund. Este 23 de abril, el defensor guatemalteco Rodrigo Tot recibió el premio para Centroamérica y América del Sur.

Rodrigo Tot, 59 años, es un líder comunitario maya q’eqchi de la aldea de Agua Caliente (municipio El Estor, departamento de Izabal, Guatemala). Guío a su comunidad a una decisión judicial que sentó un precedente histórico, la cual ordenó al gobierno que emitiera títulos de propiedad para el pueblo q’eqchi y evitó que la destructiva minería de níquel se expandiera a su comunidad. Por esta labor en defensa del territorio ganó el Premio Goldman de Medio Ambiente para Centroamérica y América del Sur.

Una larga historia de incursiones

El lago Izabal, el lago más grande de Guatemala, y sus tierras circundantes en El Estor, son un lugar de vital importancia para el pueblo indígena Q’eqchi. Como descendientes de los antiguos mayas, los Q’eqchi mantienen su vida cultivando y pescando. Defendieron su territorio de los colonos españoles en el siglo XVI y, cientos de años más tarde, están luchando por su tierra una vez más, esta vez contra su propio gobierno y las empresas multinacionales interesadas en explotar los depósitos de níquel en sus tierras.

En la década de 1960, el gobierno guatemalteco comenzó a otorgar permisos a mineras multinacionales en un intento de sacar tajada a los precios del níquel en aumento. Entre las minas establecidas durante esta fiebre estaba la mina Fénix. Dejó de operar en los años ochenta cuando el precio del níquel se estrelló, pero no antes de descargar aguas residuales no tratadas en el lago Izabal y convertirlo en el lago más contaminado del país.

El precio global del níquel se recuperó y, en 2006, las empresas mineras regresaron a El Estor. El gobierno emitió un permiso no sólo para que reinicien la mina Fénix, sino que también expandan sus operaciones en la aldea Q’eqchi de Agua Caliente. Las fuerzas de seguridad de la empresa comenzaron a expulsar a la gente de sus tierras, violando los tratados internacionales que requieren el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades indígenas.*

*Info complementaria de Otros Mundos A.C.: La empresa que reactivó la mina Fénix es la Companía Guatemalteca de Níquel (CGN), subsidiaria de la minera canadiense Skye Resources, la cual fusionó en el 2008 con otra minera canadiense, Hudbay Minerals. Se crea ese mismo año una nueva subsidiaria de Hudbay, HMI Nickel Inc., dueña actual de la mina. El proyecto ha generado protestas desde el 2005. En el 2009, Hudbay lanzó un operativo de desalojo en el que un habitante de la comunidad Puerto Barrios en El Estor, Adolfo Ich, fue asesinado a balazos y machetazos por el entonces jefe de seguridad de Hudbay, Mynor Padilla. El mismo dejó paralítico a otro habitante, Germán Chub Choc. Por esos crimenes, Mynor Padilla fue absuelto el 6 de abril 2017.

El Estor

Estableciendo bases legales para defender sus tierras

Rodrigo Tot nació en el centro de Guatemala justo cuando el boom minero de los años 60 estaba en marcha. Después de perder a sus padres a una edad temprana, se mudó a vivir con sus parientes en Agua Caliente cuando tenía 12 años. El pequeño pueblo llegó a ser su hogar donde creció, aprendió a cultivar, se casó y crió a sus hijos.

Tot nunca recibió educación formal, pero aprendió a hablar español escuchando a otros -una habilidad valiosa para una comunidad indígena que estaba culturalmente privada de los derechos disfrutados por el resto del país. Tot recuerda cómo funcionarios del gobierno y de la compañía nunca hablaron con la comunidad local sobre las minas. Los Q’eqchi sólo se enteraron cuando los mineros llegaron a su tierra para comenzar a trabajar.

El miedo comenzó a propagarse por la comunidad. La gente estaba preocupada de perder su tierra y con ella, su sustento. Tot vio la necesidad de comenzar a reunir pruebas de posesión Q’eqchi de las tierras y, en 2002, como el presidente electo de Agua Caliente, trajo estos documentos al gobierno y solicitó títulos de tierras. Para su consternación, descubrió que varias páginas del catastro oficial habían sido removidas en un intento deliberado de negar a su pueblo sus derechos sobre las tierras.

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Un fallo inesperado

El siguiente recurso para la comunidad fue someter a juicio al gobierno. Tot encontró apoyo legal con el Centro de Recursos para la Ley Indígena (ILRC- por sus siglas en inglés), localizado en los EE.UU., y Defensoria Q’eqchi, una pequeña organización de derechos humanos en Guatemala. El equipo pasó años preparando su caso para establecer las reclamaciones legales a la tierra de la comunidad, incluyendo un estudio geográfico de Agua Caliente y la cadena de propiedad de la tierra. Como una de las pocas personas de Agua Caliente que hablaba español, Tot tradujo todos los detalles de los trámites para la comunidad, organizó reuniones para ayudar a reunir evidencia y contestó las preguntas de los aldeanos.

El 8 de febrero de 2011, dos años después de que la comunidad de Agua Caliente presentó su demanda, el Tribunal Constitucional emitió una decisión histórica. Reconociendo los derechos de propiedad colectiva de los Q’eqchi, el tribunal ordenó al gobierno que reemplazara las páginas que faltan del registro y expidiera títulos de propiedad a los habitantes de Agua Caliente. La sentencia fue una sorpresa para los activistas ambientales e indígenas de todo el mundo que eran bien conscientes de la corrupción en el sistema legal de Guatemala y no confiaban en la capacidad de la corte para ver lo atroz que habían sido estas violaciones.

La victoria ha sido lograda con un enorme costo personal para Tot. En 2012, dos de sus hijos se encontraban en un autobús a la Ciudad de Guatemala cuando fueron fusilados en lo que parecía ser un robo en escena. Uno de ellos murió y el otro sobrevivió con graves heridas.

Mientras tanto, la búsqueda de Tot y su comunidad para asegurar los títulos de tierras continúa. El gobierno todavía tiene por hacer cumplir la decisión de la corte y la compañía minera continuó llevando adelante su extensión. En respuesta, Tot estableció un grupo de vigilancia comunitaria para mantener a raya a los intrusos. En 2014, las fuerzas de seguridad intentaron entrar al pueblo, pero se retiraron después de un pacífico enfrentamiento dirigido por Tot. No han vuelto desde entonces. El caso ha sido priorizado para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y se está revisando actualmente bajo un estatus acelerado.

Video: El Capítulo Guatemala del documental «Fraude de Flin Flon» de John Dougherty,

sobre las actividades de Hudbay Minerals en El Estor

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Video: El documental «Fraude de Flin Flon»  completo,

sobre las actividades criminales de Hudbay Minerals en varias partes del mundo

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Información en MiningWatch

Foto: Goldman Environmental Prize

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