RED MEXICANA DE ACCIÓN FRENTE AL LIBRE COMERCIO (RMALC)
COMUNICADO DE PRENSA
La RMALC ante la Reforma Laboral contra los trabajadores
México, D. F. a 17 de octubre de 2012
· Esta reforma contradice los compromisos internacionales que México ha firmado y que le son vinculantes. La RMALC pondrá todo lo que esté de su parte en la lucha actual y futura. Los trabajadores no están solos, cuentan con muchos aliados más allá del mundo sindical, dentro y fuera de nuestras fronteras.
· Demandas de inconstitucionalidad, recurrir a instancias jurídicas internacionales como la OIT, Derechos Humanos e, incluso el Acuerdo Laboral Complementario en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Ante la discusión sobre la Reforma Laboral en la Cámara de Senadores, la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC) se suma a las miles de voces de rechazo, dentro y fuera del país, expresadas por la autenticas organizaciones de trabajadores, por prestigiados académicos y abogados, por legisladores consecuentes e, incluso por organizaciones internacionales como la OIT.
Ante ello hay oídos sordos y se repiten una y otra vez las mismas mentiras: que facilitará la creación de empleos cuando en realidad precarizará los pocos existentes; que tiene perspectiva de género cuando en realidad solo se incorporan algunos elementos como maquillaje; que buscan la transparencia y democracia sindical cuando no se toca el fondo de la problemática en esta materia.
Hoy en la Cámara de Senadores la discusión quiere reducirse a si se debe re-introducir en la reforma lo excluido por la de Diputados en materia de transparencia sindical, como si ello ya hiciera buena la reforma. El PAN quiere ahora aparecer como defensor de la democracia sindical (que no es lo mismo que la simple rendición de cuentas) y hacer aparecer al presunto nuevo PRI como igual al viejo PRI que creó y ha sostenido el corporativismo sindical con su enorme contenido de corrupción y privilegios para un puñado de lideres no elegidos por sus bases. El Pan y el Bloque de Izquierda se han unido para evidenciar que el que no quiere la transparencia sindical es el PRI, pero aún incluyendo lo que los diputados rasuraron de la iniciativa calderonista, la reforma no es aceptable.
Se pretende presentar a los sindicatos como opuestos a la democracia y trasparencia sindicales, cuando los sindicatos auténticos son los que han luchado por décadas por una verdadera democracia y autonomía sindicales y han presentado iniciativas integrales de reforma laboral al menos desde hace una década.
Es importante avanzar en la democracia, transparencia y rendición de cuentas de los sindicatos, pero la reforma propuesta por Calderón no entra al fondo de esta problemática.
-No cancela de fondo la posibilidad de los contratos de protección patronales, es decir la creación de Sindicatos y Contratos Colectivos que se hacen sin conocimiento de los trabajadores.
-Se habla del voto secreto y libre, pero en los hechos la reforma lo cancela. Por ejemplo, en los recuentos por conflictos de titularidad de contratos colectivos o registro de sindicatos, obliga al sindicato entregar el padrón de afiliados y a las Juntas de Conciliación y Arbitraje a darlo a conocer a los patrones, con lo cual facilita el despido anticipado de los disidentes.
-Se exige la rendición de cuentas a las dirigencias sindicales. Perfecto, pero no toca el punto de transparentar los recursos que aportan patrones y gobiernos a sindicatos a cambio de apoyo político o como pago corrupto por el control de los trabajadores e impedir que luchen por sus derechos. Se habla de auditar las cuentas sindicales. Bien, si eso se hace con autonomía del propio sindicato y no como una injerencia patronal o gubernamental en la vida interna del sindicato. Pero no se toca, por ejemplo, el auditar las cuentas de las empresas para verificar si es correcto el reparto de utilidades al que están obligados.
-Lo más grave, de que serviría la democracia sindical cuando el resto de la reforma disminuye la posibilidad de que haya sindicatos y contratos colectivos auténticos al extender y facilitar el outsourcing, al contratar por hora, al contratar a prueba y/o capacitación. De qué serviría la democracia sindical cuando se han reducido en la ley los derechos de los trabajadores y, con ello, les quita instrumentos de lucha en la defensa de los derechos de sus agremiados.
No se puede aceptar la reforma a cambio de que se re-introduzcan limitados avances en temas de transparencia sindical.
Se quieren justificar los cambios argumentando que facilitan la generación de empleos. Ya se ha demostrado que ello no se sustenta. Nadie contratará más gente solo porque es más barato, cuando la economía tiene un muy pobre crecimiento. La tasa media de crecimiento del PIB por habitante en los últimos 30 años neoliberales, es de solo 0.57%.
Peor aún, para generar empleos no basta solo el crecimiento económico, cuando en la estrategia neoliberal actual se han desconectado las cadenas productivas y el poderoso pero pequeño sector exportador, que sí ha estado generando crecimiento, compra la mayoría de sus insumos en el exterior y con ello no crea empleo indirecto e, incluso en ocasiones los cancela. Si se quiere generar empleo hay que cambiar el modelo económico y no precarizar aún más el poco empleo existente.
La reforma laboral propuesta continúa y profundiza la estrategia fracasada de competir en el mundo precarizando a la población para mejorar, por precio, la competitividad de las exportaciones. Cuando las economías exitosas están haciendo lo contrario (incluida China que era la mano de obra más barata del mundo), mejorar el poder de compra de su población para hacer crecer el mercado interno y hacer crecer su sector exportador en base a la innovación y la calidad, y no por el precio. Más aún, seguir apostando fundamentalmente al sector exportador es un absurdo cuando las economías desarrolladas, a las que México les exporta, están en crisis.
La correlación de fuerzas en el estrecho marco del poder legislativo es muy adversa a los trabajadores, pero no así en la sociedad. Hay que seguir haciendo conciencia y movilizando a la población y así podremos cambiar la correlación de fuerzas.
Evidentemente no hay que abandonar la lucha al interior del poder legislativo. Entendemos que tácticamente si se logra modificar algo la minuta enviada por los diputados al Senado, se gana tiempo y se bloquean, de hecho, los limitados tiempos en los que nos encarcela su carácter de iniciativa preferente. Pero la tarea principal está en aumentar la presión cualitativa y cuantitativa en la sociedad mexicana y de aliados internacionales para evitar su aprobación.
Además hay que explorar demandas de inconstitucionalidad, recurrir a instancias jurídicas internacionales como la OIT, Derechos Humanos e, incluso el Acuerdo Laboral Complementario en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Esta reforma claramente contradice los compromisos internacionales que México ha firmado y que le son vinculantes. La RMALC pondrá todo lo que esté de su parte en la lucha actual y futura. Los trabajadores no están solos, cuentan con muchos aliados más allá del mundo sindical, dentro y fuera de nuestras fronteras.
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