LOS BOSQUES Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

Otros Mundos, A.C. otrosmundoschiapas.org
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México; 3 de abril de 2009

Los bosques juegan un papel fundamental no sólo para la vida de nuestro Planeta, sino para la sobrevivencia humana. La capa vegetal terrestre del mundo absorbe el 40% de las emisiones globales de CO2[1] y son fuente fundamental para el agua. En la medida en que se acelera la destrucción de los bosques no sólo se elimina la posibilidad de absorción de los gases efecto invernadero sino que el mismo hecho libera más CO2 a la atmósfera.

 
Para la dinámica intrínsecamente depredadora del sistema capitalista los bosques son una de las principales víctimas, alimentando así el cáncer del capitalismo: el calentamiento global. Los megaproyectos de acumulación de la riqueza y control de recursos naturales y estratégicos están acabando con los bosques. Minas y presas; plantaciones forestales de eucalipto, pino, palma africana, palma camedor, entre otras; agro combustibles y otros monocultivos como la piña; el turismo, el tráfico de maderas, por mencionar tan solo algunas, han acelerado la depredación de los bosques. Hoy, más del  70% de ellos en el mundo se han talado produciendo desertificación y por tanto agudizando el calentamiento global. Este calentamiento es lo que hoy se traduce en aumentos de temperatura, sequías, inundaciones, cambios en las corrientes marinas, mayores enfermedades y epidemias; entre otros efectos.
 
El capitalismo ha convertido a su cáncer en un negocio más, lucrando con la enfermedad y agudizándola a la vez. Para ello, el Banco Mundial y otras Instituciones Financieras se lanzan a la generación de mecanismos para lucrar con aparentes soluciones al cáncer que ellos mismos y las grandes trasnacionales han generado. Espejismos que ocultan otros mecanismos de perpetúan y garantizan la acumulación de la riqueza en los países del norte y sus grandes corporaciones. Bajo el Protocolo de Kyoto estamos viendo las formas más absurdas de mercantilización de la deforestación. Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), diversas formas de pago por servicios ambientales, sumideros de carbono, Certificación por Absorción de Carbono y “sellos verdes”, “Derechos por Emisión y Fijación de Carbono”, Biochar, REDD, entre otros.[2]
 
En el contexto de estas preocupaciones se llevó a cabo del 24 al 28 de marzo de 2009 en Heredia, Costa Rica, la asamblea del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) y el encuentro de la Red contra los Monocultivos de Árboles (Recoma)[3]. Los participantes provinieron de 21 países, entre ellos: Reino Unido, Alemania, Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Filipinas, Ghana, Guatemala, Holanda, Honduras, India, Indonesia, Italia, México, Nicarágua, Sudáfrica, Tailandia, Uruguay. En este encuentro confluimos muchas organizaciones, entre ellas WRM, Recoma, CoecoCeiba/Amigos de la Tierra Costa Rica, CESTA/Amigos de al Tierra El Salvador; GRAIN, Biofuel Watch, Savia, Monitoreo REDD, Acción Ecológica, FEDICAMP, FPP, Otros Mundos AC/Amigos de la Tierra México; Via Campesina, Timberwatch Coalition Africa, Madre Tierrra, FERN, Insituto para Asuntos Culturales, FEDICAMP, Focus on the Global South, Transnational Institute, The Corner House, Foro Nacional de los Pueblos y Trabajadores de los Bosques, Red Alerta contra el Desierto Verde, FER.
 
Luego de un encuentro sumamente rico de reflexión, diálogo, intercambio de experiencias e información, visitas a las grandes plantaciones de monocultivos de piña que están acabando con el pueblo y las tierras costarricenses, se definió la Declaración de Heredia que a continuación reproducimos textualmente:
 
 
Declaración de Heredia
Clima, bosques y plantaciones
Heredia, 28 de marzo de 2009
 
Organizaciones de la sociedad civil de todos los continentes nos hemos reunido en Costa Rica entre los días 24 y 28 de marzo para compartir experiencias, visitar comunidades campesinas reflexionar y generar propuestas sobre la temática de Clima, Bosques y Plantaciones.
 
En la primera parte de nuestro encuentro visitamos comunidades campesinas de la zona norte y pudimos verificar el impacto del monocultivo de piña sobre comunidades locales, sus territorios, sus fuentes de agua, su salud y los ecosistemas locales y comprobar como las comunidades campesinas continúan protegiendo sus bosques y regenerándolos frente a todas las agresiones que reciben.
 
Pudimos constatar de manera impactante la imposición de un modelo agroexportador que se repite con distintas formas y productos a lo largo de todo el globo y que nos conduce hacia la presente debacle ambiental. Este modelo de exportación de productos básicos, con sus monocultivos, el uso intensivo de agroquímicos, el transporte de productos a través de miles de kilómetros para el consumo de un norte opulento es una de las principales causas de la actual crisis climática.
 
Costa Rica se vende al mundo como un país “verde” que defiende sus bosques y su biodiversidad,  sin embargo hemos verificado que ésta es una imagen falsa que no refleja la realidad que vive el pueblo y el ambiente en Costa Rica.
 
Después de dos días de reflexionar sobre las causas que han llevado a nuestra sociedad a esta situación y sobre las propuestas que desde los ámbitos oficiales se están realizando queremos compartir nuestras conclusiones, nuestros compromisos y nuestras propuestas para enfrentar el Cambio Climático.
 
Nuestra primera conclusión es que el Cambio Climático es la consecuencia inevitable de un sistema socioeconómico y político que ha convertido a la naturaleza y a las personas en una mercancía y que si bien el mismo es una de las amenazas más serias que deberemos enfrentar hacia el futuro, es parte de una cadena de crisis que vienen sucediéndose los últimos años.
 
En segundo lugar hemos llegado a la conclusión de que ninguna de las soluciones propuestas desde los ámbitos gubernamentales y de Naciones Unidas enfrenta realmente las causas del Cambio Climático.
 
Hemos concluido que el mercado de los bonos de carbono, el mecanismo conocido por su sigla en inglés como REDD, el pago por servicios ambientales y todos los mecanismos de mitigación o compensación basados en el mercado son instrumentos que no solo no cumplen el objetivo declarado, sino que avanzan en la mercantilización de toda la vida y por lo tanto en la destrucción de nuestro planeta y en el agravamiento del Cambio Climático.  Todos estas propuestas se convierten en “blancos móviles” que cambiando permanentemente intentan distraernos de los verdaderos problemas.
 
El mercado global y sus grandes corporaciones se han apropiado de las negociaciones sobre Cambio Climático en las Naciones Unidas y las han secuestrado, convirtiéndolas en un espacio para negocios que de ninguna manera responden a las necesidades y las medidas que urgentemente se deben tomar.
 
El Banco Mundial, que ha sido responsable de financiar la destrucción del planeta, ahora está adoptando un papel de liderazgo en las negociaciones sobre clima, promoviendo modelos de mercado fracasados que convierten en una burla los intentos de enfrentarse a la crisis climática.
 
Tampoco las tecnologías que se están desarrollando como respuesta, tales como los agrocombustibles, nuevas variedades de transgénicos, el uso del “biochar” y otras similares son una respuesta real al Cambio Climático. Detrás de todas estas falsas soluciones están las grandes corporaciones con la complicidad de los gobiernos, que se han convertido en simples facilitadores de los negocios de las mismas. Al mismo tiempo, son también los gobiernos quienes promueven la represión y la criminalización de las personas y organizaciones que resisten a la imposición de plantaciones, monocultivos y todas estas falsas soluciones.
 
Por este motivo, nos hemos comprometido a desarrollar nuestra propia agenda, centrada en las necesidades y luchas de nuestros pueblos, para generar y contribuir a un movimiento social amplio que busque transformar este sistema desde abajo hacia arriba.
 
En este marco, la defensa del clima, los bosques y otros ecosistemas de la mano de los pueblos es la única alternativa posible para el futuro que estamos construyendo. Las mujeres desempeñan un papel de liderazgo fundamental en el camino hacia un cambio de relaciones entre las personas y con la naturaleza que privilegie la cooperación por sobre la dominación y el control.
 
Al mismo tiempo rechazamos las plantaciones y monocultivos porque desplazan comunidades, destruyen bosques, contaminan el planeta y generan más cambio climático y éste será uno de los puntos principales de nuestra agenda a futuro. Definitivamente resaltamos que las plantaciones no son bosques.
 
Sobre esta base es que nos proponemos:

1- La defensa de la tierra y territorios en oposición a cualquier tipo de concentración de la tierra en pocas manos. Proponemos la realización de una reforma agraria integral, partiendo de la integración solidaria de mujeres y hombres con su tierra y protegiendo el agua y la biodiversidad que nos sustenta. Nos oponemos terminantemente a las reformas agrarias de mercado promovidas por el Banco Mundial, que solo buscan el desplazamiento de las comunidades para ocupar sus territorios. Nuestra propuesta es relacionarnos con la tierra de manera respetuosa y sin agredirla. Entendemos que defender el territorio es defender nuestra cultura y nuestro modo de relacionarnos entre nosotros y con la tierra.
 
2- Soberanía alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a decidir sobre todo lo concerniente a la producción de alimentos y la agricultura. La Soberanía Alimentaria comienza con la defensa de las semillas criollas y el vínculo con la naturaleza. Para poder ser soberanos necesitamos producir localmente y de manera diversificada la mayor parte de nuestros alimentos para nuestro consumo en armonía con la naturaleza y de esta manera podemos producir alimentos para todos, “enfriando el planeta” y combatiendo el Cambio Climático. Este es el camino para lograr pueblos y ecosistemas saludables y en equilibrio.
 
3- Oponernos a los mecanismos de mercado para el clima, resistiéndolos y denunciándolos. Denunciaremos en todos los ámbitos posibles la falsedad de los bonos de carbono, el mecanismo REDD o todas las propuestas similares que puedan surgir a futuro. Nos comprometemos a explicar en todos los ámbitos posibles con claridad las razones por las que estos mecanismos jamás podrán dar una respuesta a la actual crisis climática.
 
Estos objetivos los concretaremos a través de realización de actividades en las que nos iremos coordinando y apoyando:
 
– Educación y conscientización a través de la producción de materiales educativos, audiovisuales y todas aquellas herramientas que permitan ampliar la base de personas concientes de la problemática.
 
– Realización de estudios de caso para documentar los impactos del Cambio Climático y sus falsas soluciones, acompañando a las comunidades afectadas en sus denuncias.
 
– Creación de alianzas con todos los movimientos sociales que cuestionan este sistema socioeconómico: organizaciones campesinas, pueblos indígenas, organizaciones de mujeres, organismos de derechos humanos, sindicatos, etc.
 
– Apoyo a los movimientos de afectados por el Cambio Climático para ayudar a que su voz se escuche y fortalecer su estrategia de sobrevivencia.
 
– Trabajo a nivel local, nacional e internacional de manera coordinada y solidaria.
 
Volvemos a nuestros países hermanados con el pueblo de Costa Rica en sus luchas contra los Tratados de Libre Comercio y en defensa de la biodiversidad, el agua, la producción en armonía con la naturaleza y un mundo justo y solidario.
 

[1] Granada, Patricia, Cuaderno “Sumideros de Carbono en los Andes Ecuatorianos”, Colección del WRM sobre plantaciones No. 1, Montevideo, Uruguay, 2005.
[2] Ibid.
[3] Ver www.wrm.org.uy

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