No sólo en Chiapas sino en todo el país, los cultivos transgénicos y sus productos comerciales e industrializados nos invaden. En 1988 inició este proceso. La empresa Campbells Sinalopasta solicitó ese año a la Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV) el primer permiso para experimentar con el cultivo de un jitomate transgénico en Guasave, estado de Sinaloa, con la característica de maduración retardada. Para ese entonces, como muchos otros gobiernos en el mundo, la sociedad nada sabía sobre los Organismos Genéticamente Modificados (OGM ́s), aunque seis años antes se había generado el primer producto transgénico en los Estados Unidos.
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