La Red Latinoamericana Contra los Monocultivos de Árboles (Recoma) condenó hoy el «desastre ecológico» que afecta al río La Pasión, situado en el departamento guatemalteco de Petén, fronterizo con México y Belice, debido a la contaminación con residuos químicos atribuidos a la industria de palma aceitera.
El problema ambiental fue alertado por las comunidades de la zona en mayo pasado, aunque salió a la luz pública esta semana, con la aparición de miles de peces muertos en el caudal del río.
En un comunicado firmado por 18 organizaciones ecologistas latinoamericanas, la Recoma expresa su condena «enérgica» ante el «terrible desastre ecológico, social y ambiental, que afecta a las especies y los ecosistemas de la región y también a pescadoras y pescadores, poblaciones y comunidades locales, usuarias y beneficiarias del río la Pasión, en Guatemala y México».
Los pobladores implican a la empresa de palma africana Reforestadora de Palma de Petén S.A. (Repsa) a la que acusan de ser la responsable de contaminar el río con residuos químicos.
«Muchos son los efectos nocivos que la agroindustria de Palma Aceitera (africana) causa en los ecosistemas: el alto uso de agro tóxicos vertidos en fuentes de agua y la contaminación generada por las lagunas de oxidación», expresó Recoma.
Además del acaparamiento de tierras, la destrucción de bosques y ecosistemas y las violaciones a los derechos humanos de las poblaciones afectadas «nos hacen denunciar este hecho, como un ecocidio más de la agroindustria de palma aceitera en Centroamérica», señaló el texto enviado a EFE.
Los impactos de las agroindustrias y monocultivos de palma han sido ampliamente denunciados por organizaciones como la Recoma, la Redmanglar Internacional, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, Amigos de La Tierra América Latina y el Caribe, entre otras redes, recordó.
Por ello, la Recoma hizo un llamado al Gobierno de Guatemala y al Ministerio Público para que concluyan las investigaciones y deduzcan responsabilidades para que este hecho no quede impune.
«Exigimos que se deduzcan las responsabilidades penales y las sanciones correspondientes, que caiga el peso de la ley ante este ecocidio y que no quede en la impunidad», enfatizó.
«Demandamos que las autoridades de Justicia de Guatemala cumplan con su papel y que no cedan ante posibles presiones de los responsables, más aún cuando Guatemala vive un momento en el cual sus instituciones públicas están bajo la mirada del pueblo por los casos de corrupción», concluyó.
Las 18 organizaciones que condenan el desastres ecológico son de Guatemala, Chile, Colombia, México, Uruguay, Honduras, Ecuador y Costa Rica.
Según el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) de Guatemala, el río La Pasión está contaminado con Malation, un plaguicida organofosforado utilizado para actividades agrícolas.
La contaminación, que ya alcanza más de 100 kilómetros del caudal, según las denuncias, está considerada como «el más grave problema ambiental» de ese tipo en el país por ese ministerio.
Las autoridades han declarado una alerta amarilla en la región y han prohibido a la población consumir peces y agua del afluente.