Artículo publicado en la revista en línea mexicana La Coperacha, la cual entrevistó a Claudia Ramos, integrante de Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra México, a 10 años de la creación de la organización
Con los pies en Chiapas, la organización social Otros Mundos, creadores de Alternatos, “las iniciativas que se realizan desde pueblos y comunidades indígenas por un buen vivir”, cumplió 10 años de acompañar procesos de defensa de la vida y el territorio.
Otros Mundos, “un equipo pequeño de agroecólogas, sociólogos, antropólogos y periodistas”, se hizo visible internacionalmente cuando uno de sus integrantes, Gustavo Castro, fue el único testigo del asesinato de la activista lenca Berta Cáceres, en su domicilio de Intubucá, Honduras.
Otra de las integrantes de la organización chiapaneca, Claudia Ramos, realiza un balance de este caminar de 10 años y destaca que los escenarios han cambiado, la violencia y criminalización ha crecido pero también más pueblos y comunidades informadas dicen: “No a la minería, No a los monocultivos”.
¿Para Otros Mundos qué significa llegar al décimo aniversario?
Estamos bastante contentos y contentas de compartir con las comunidades, con los movimientos y procesos de defensa del territorio y esperemos que no sean 10 años, sino muchos más. Viendo hacia adelante, preocupadas por el escenario. Siempre decimos que se va a poner peor en cuanto a la entrada de proyectos del modelo extractivo.
¿En qué temáticas han incidido con su trabajo?
Otros Mundos hemos compartido caminar con procesos de resistencia de defensa de la vida y el territorio de manera local en contra de la minería y represas, hemos acompañado a comunidades que están con la entrada de proyectos de energía verde, de extensión de monocultivo de palma aceitera y a través de vinculaciones a nivel nacional con la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema) con un acompañamiento mucho más grande en contra del modelo extractivo, así como con el Movimiento de Afectados por la Presas y en defensa de los Ríos (Mapder), y conectado con organizaciones más regionales a nivel Mesoamérica.
Al modelo extractivo lo ubicamos como el que se quiere implementar, de despojo, en los territorios de poblaciones y comunidades indígenas y campesinas a lo largo de nuestra América Latina.
¿Qué ha cambiado en 10 años?
Es una lucha constante, de repente pareciera que los megaproyectos están ahí más rápido, sin embargo cada vez más comunidades informadas están decidiendo lo que pasa en sus territorios y están diciendo: No a la minería, No a los monocultivos.
Al principio había una entrada mucho más dura de los proyectos de extracción, tenías que enfrentarte al Estado, era una tendencia que está cambiando, ahora tienes que pelearte con las empresas, eso ha reconfigurado toda la lucha.
¿Dónde han tenido éxito las comunidades?
De manera general están las declaratorias de “Territorios libres del modelo extractivo” y de “Municipios libres de megaproyectos”, que incluyen las experiencias de la costa, municipios de Acacoyagua y Escuintla, que han sido un gran referente para toda la zona y para todo el estado.
¿Cuáles han sido los momentos más complicados?
Sin duda alguna lo más complicado a la hora de ejercer tus derechos como comunidades es enfrentarte a casos de violencia y criminalización por parte del Estado. Un caso emblemático lo tenemos en el asesinato del compañero Mariano Abarca en 2009, relacionado a la minera canadiense Black Fire en Chocomuselo, aunque hubo pruebas que ligan a la empresa con el asesinato a la fecha no se han tenido los resultados esperados y se ha postergado cumplir la justicia.
También está el caso del asesinato de la compañera Berta Cáceres, donde nuestro compañero Gustavo Castro fue objeto de un intento de asesinato y también allí fue un proceso ligado a una empresa hidroeléctrica. En todos esos contextos la criminalización y violencia no culmina con estos asesinatos porque el chiste es generar más violencia y terror no sólo en las comunidades sino a los defensores y defensoras.
¿La criminalización y violencia han modificado la estrategia de defensa y acompañamiento?
Claro que sí, sobre todo nos lleva a generar esquemas de mucho más cuidado para los movimientos, organizaciones, compañeras y compañeros, porque sabemos que en este país y en Latinoamérica la defensa del territorio te puede costar bastante, la vida.
¿Qué significa para Otros Mundos las prácticas de economía solidaria?
En esta idea de querer otros mundos libres del modelo extractivo, megaproyectos y prácticas patriarcales, le apostamos a la creación de pequeños mercados o circuitos más cerrados de intercambio, de alternativas al modelo económico, en ese sentido son los mercaditos del Túmin. Es la apuesta para que las cosas vayan saliendo de la cuestión acumulativa que nos da el mercado y generar procesos más locales.
Foto: Otros Mundos Chiapas