Durante el primer año del autollamado “gobierno de la esperanza”, las organizaciones civiles, indígenas y campesinas mantuvieron un cierto silencio ante la expectativa del nuevo gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía, cuya alianza de partidos derrota en el 2000 al Partido Revolucionario Institucional (PRI) encaramado en el poder luego de muchos años.
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