En el contexto de la crisis global del capitalismo, más aguda que la de 1929, México inició la propia desde el 2007 cuando ya el Banco Mundial (BM) calculaba que el 40% de los mexicanos vivían en la pobreza. En ese año, Axel van Trotsenburg, director del BM para México, durante la entrega del informe “México 2006-2012 Creando las bases para el crecimiento equitativo”, confirmó que no se había registrado “ningún progreso en México en los últimos 15 años”. Desde entonces se advertía que la deuda de los Pidiregas generada para crear la infraestructura energética en el país costaría 138 mil millones de pesos al año hasta el 2012, equivalente al 16.9% del PIB anual, la misma cantidad destinada al presupuesto del Poder Judicial y de las pensiones del gobierno.