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Tres personas encapuchadas y armadas ultimaron a balazos el miércoles por la mañana a la dirigente campesina hondureña Margarita Murillo, en una zona rural del municipio de Villanueva, departamento de Cortés. Murillo murió como vivió: con la azada en la mano, pronta para producir y dar vida en la tierra por la que siempre luchó.
Este jueves fue enterrada en ese municipio, en el Cementerio Renacer, muy cerca de la localidad de San Pedro Sula. Horas antes, en el velatorio, dirigentes sociales y populares de Honduras se comprometieron a cerrar filas y fortalecer la unidad para lograr la refundación del país.
Murillo, integrante de la Vía Campesina Honduras, tenía un currículum envidiable para cualquier luchador social: fundadora en su país de la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC, una de las organizaciones más importantes a nivel nacional), nacida en 1985; también fundadora del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que surgió para resistir al Golpe de Estado del 28 de junio de 2009, y al que impulsó en la ciudad de San Pedro Sula, y del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), que se creó a partir de esa resistencia. En las últimas elecciones Murillo fue candidata a diputada por ese partido.
Su lucha fue motivo para que los grupos represivos y los escuadrones de la muerte la secuestraran y torturaran en los años 80, en épocas también de Terrorismo de Estado. Dedicó parte de su vida a la lucha libertaria en El Salvador contra la Dictadura, bajo los seudónimos de “Cipriana” o “Raquel”. Luego del golpe de Estado de 2009 en su país padeció el secuestro de un hijo y su marido fue herido de bala por las fuerzas represoras.
Radio Mundo Real entrevistó este jueves a la coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), Bertha Cáceres, y al dirigente campesino y diputado hondureño Rafael Alegría, referente además de la Vía Campesina Internacional. Alegría estaba en el entierro de Murillo en el momento del contacto.
“Una compañera muy destacada en el movimiento social. Una mujer fuerte, enérgica, beligerante, crítica, muy entregada” a la lucha. Así se refirió Cáceres a la compañera asesinada, a la que reconoció además como una de las “conductoras nacionales” del FNRP, “pero sin abandonar la lucha agraria particularmente”.
“Estos asesinos cobardes la encontraron con el azadón. Ella se disponía a sembrar pepinos, a cultivar la tierra, a dar vida”, agregó la coordinadora del COPINH, que catalogó el ataque de tres personas a Murillo como un “montaje de los grupos de poder y el Estado de Honduras”, a los que responsabilizó por el asesinato.
Nuestra entrevistada destacó que Murillo tenía medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que el Estado hondureño velase por su vida. Pero “nunca se le garantizó su protección pese a las denuncias constantes de amenazas de muerte”.
Cáceres manifestó también que “prácticamente todo el velatorio y entierro de Murillo es una movilización, un acto de protesta”, y subrayó que hay una “gran preocupación nacional en todo el movimiento social y político”. “Nos ha hecho reflexionar de la urgente necesidad que tenemos de cerrar filas ante la represión que continúa en este país criminalizando y con muchas artimañas para hostigar y asesinar a los luchadores sociales y políticos”.
La representante del COPINH contó que el sábado, en una reunión del FNRP, Murillo dijo que había que seguir luchando pese a todo. A pesar “del dolor que arrastramos por nuestros compañeros y compañeras asesinadas como Margarita, por el nivel de exposición, de indefensión, de impunidad y criminalidad, que es parte de la política de terror de este Estado, tenemos esperanza, tenemos ganas de seguir luchando por este país”, enfatizó Cáceres sobre el final de la charla.
En tanto, Alegría subrayó que Murillo dedicó toda su vida “a la organización, la formación, la lucha campesina por una Reforma Agraria Integral”. “Era una brillante luchadora”, aseguró.
El dirigente lamentó que sigue creciendo el “listado de campesinos y campesinas asesinados en Honduras, en la más absoluta impunidad”, y responsabilizó al gobierno nacional. En ese sentido, explicó que el 9 de abril introdujo a la Cámara Legislativa el proyecto de ley de Reforma Agraria Integral, “pero sigue engavetado, pareciera que no hay voluntad del gobierno”. “Ellos tienen gran responsabilidad en estos asesinatos, porque la reforma agraria podría realizarse pacíficamente y sin derramamiento de sangre, pero eso pasa cuando hay gobiernos con voluntad y decisión de impulsar procesos agrarios con justicia, paz y libertad”. “Seguimos en la lucha por una Reforma Agraria Integral”, reivindicó.
Ayer se hizo un minuto de silencio en el Congreso Nacional y Alegría realizó una intervención para llamar la atención sobre la cantidad de campesinos y campesinas asesinadas en el país, los que han sido judicializados por su lucha por la tierra, y para reclamar la aprobación del proyecto de ley de Reforma Agraria.
El dirigente expresó a los micrófonos de Radio Mundo Real: “ayer manifesté que no bastaba un minuto de silencio por la compañera. Sino que es necesario que se discuta y empiece a aprobar la Ley de Reforma Agraria Integral. Esa es nuestra lucha inmediata. Por eso dio la vida Margarita y vamos a continuar con esta lucha”. “En honor al mérito, a la personalidad, a la dignidad de la compañera Margarita Murillo la lucha continuará”, cerró Alegría.