Nota informativa de Otros Mundos A.C.
En el marco del Día del Maíz que se celebra en todo México cada 29 de septiembre para recordar que este país es la cuna de este cereal indispensable en nuestra soberanía alimentaria y diversidad biocultural, organizamos el «Festival del Maíz y la Tortilla» en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. La Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH) nos abrió sus puertas y junto con el proyecto Mujeres y Maíz, que festejaba al mismo tiempo su décimo aniversario, llevamos a cabo una jornada de actividades en torno a la defensa del descendiente del teocintle.
Gracias al trabajo de campesinos y campesinas quienes han conservado a lo largo de la historia de la agricultura las miles de variantes de maíz que existen en México, este grano sigue siendo la principal fuente de alimentación en el país, junto con los demás cultivos que conforman la milpa, como el frijol, la calabaza o el chile. A éstos se suman todos los ricos quelites que crecen en medio de ellos, sin olvidar el huitlacoche, que solo en México se aprecia en la cocina mientras en los demás países se considera como plaga.
Ejemplo de este trabajo campesino tan importante es el de las productoras chiapanecas que conforman el proyecto Mujeres y Maíz, a quienes felicitamos por sus diez años de caminar. En este evento reivindicaron su trabajo como mujeres del campo y compartieron sus técnicas de procesamiento del maíz. Así pudimos recordar que la nixtamalización, que consiste en cocer el maíz con agua y cal viva, ha sido una manera de convertir este cereal en una gran fuente nutricional.
Antes de iniciar las actividades informativas, realizamos una ofrenda maya, en la cual agradecimos a nuestras semillas y alimentos. Entre los participantes se encontraban habitantes de varias comunidades de los municipios de San Cristóbal de las Casas, Chenalhó, La Independencia, Teopisca y Comitán, así como estudiantes de la UNICH, maestros, colectivos y organizaciones.
Para rescatar la importancia de preservar la diversidad de nuestros maíces, invitamos al compañero Cecilio Mota Cruz, de la Fundación Semillas de Vida, que forma parte de la Demanda Colectiva gracias a la cual la siembra de maíz transgénico está prohibida en México desde el 2012. El agroecólogo, según quien la siembra de maíces nativos sigue predominando en tres cuartas partes de México, habló de la importancia del trabajo de los campesinos y las campesinas en la selección de las semillas de maíz en México. Compartió algunas experiencias campesinas de selección participativa de maíces, que permiten obtener maíces con las características deseadas. Con más hojas, por ejemplo, para la elaboración de tamales, o más bajas, para evitar el acame.
A lo largo del día, reflexionamos sobre cómo el modelo agroindustrial amenaza el maíz a través de la siembra de transgénicos y el uso de agrotóxicos. Otros Mundos A.C. compartimos un taller en el cual diferenciamos las semillas nativas de las híbridas y transgénicas. Alertamos sobre el grave impacto de la siembra de cultivos transgénicos en los agroecosistemas, la diversidad biocultural y la economía campesina, así como el proceso de privatización de las semillas que genera. Aunque en el país no está permitida la siembra de maíz transgénico, están encaminados varios proyectos de siembra experimental y programas piloto de siembra.
Aparte, su comercialización no está prohibida, por lo que se pueden encontrar transgénicos en ciertos productos agroalimentarios. Esto impacta la salud humana, ya que en los alimentos que contienen transgénicos, siempre se encuentran residuos de agrotóxicos, porque los cultivos transgénicos han sido modificados justamente para resistir a altas cantidades de herbicidas, insecticidas y plaguicidas tóxicos. Las harinas MASECA, por ejemplo, contienen hasta 94.15% de transgénicos y hasta 17.59 microgramos de glifosato por kilo, según un recién estudio. Están hechas a partir de maíz transgénico importado de Estados Unidos que ha sido cultivado con enormes de cantidades de herbicidas como el Roundup de Monsanto-Bayer, el cual contiene glifosato, un agente tóxico clasificado como carcinógeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No olvidemos que los agrotóxicos no solo se aplican en transgénicos. En México, son trágicamente muy usados en campos de siembra agroindustrial y también en tierras de campesinas y campesinos a quienes los gobiernos y las empresas obligan a usar estos venenos a través de campañas de desinformación y programas de apoyo económi. En el país se usan 140 ingredientes activos que están prohibidos en otros países. Uno de ellos es el Fipronil (un insecticida), que recientemente fue fumigado en un campo de chile en el ejido La Candelaria, en el municipio de José María Morelos, en el estado de Quintana Roo, causando la destrucción de más de 500 colmenas que se encontraban cerca, matando a cientros de miles de abejas.
Ante el desastre sanitario, ambiental y cultural provocado por el avance de los agrotóxicos y las semillas industriales en México, pensamos que la única respuesta para recuperar nuestra soberanía alimentaria, nuestra salud, nuestra economía campesina y nuestras costumbres ligadas a la siembra de semillas nativas, es la agroecología. La hemos defendido en nuestros 11 años de trabajo como asociación en defensa del territorio y la seguiremos defendiendo y compartiendo y aprendiendo en nuestra búsqueda de soberanía alimentaria y de caminos alternativos al modelo extractivo.
Fotos: «Festival del Maíz y la Tortilla» en la UNICH el 1 de octubre 2018 (Otros Mundos A.C.) [Más fotos aquí]
Más información:
Manual de Agroecología y Agroforestería: Prácticas para una Agricultura Ecológica
Encuentran glifosato y OGMs en muestras de harina de maíz de Maseca
[AUDIO] «Sigue predominando en tres cuartas partes de México la siembra de maíces nativos»