¡BASTA DE REDD+ Y DE ECONOMÍA VERDE!
Fin al Acuerdo entre los Gobiernos de California, Acre y Chiapas en México.
La Madre Tierra no se vende, se ama y se defiende
El programa REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques+), se inscribe como parte de las negociaciones relacionadas al cambio climático, baja de emisiones y su posible solución mediante la compra de bonos de carbono en países del Sur tropical. Este proyecto se ha venido negociando desde hace por lo menos tres años entre los Estados de Chiapas, México, Acre, Brasil y California, EEUU. En estas semanas, el Gobierno del Estado de California continuará con las intenciones de incluir en este proceso de negociación y afianciamiento de los mercados de carbono al acuerdo trisubancional (955680042), que busca ser refrendado bajo la ley AB32 ( busca reducir en 25% los gases del calentamiento global a los niveles de 1990 para 2020; y en un 80% para 2050). Según las propias palabras del gobierno de California “Se promueve como una oportunidad histórica para reforzar los programas de REDD + de manera jurídica».
A la par el grupo de trabajo de compensaciones por REDD+ (REDD+ Offset Working Group –ROW-) está buscando validar estas negociaciones mediante su línea técnica de expertos. Por Chiapas participa Rosa María Vidal, Directora de Pronatura Sur, Chiapas. Esta validación sólo busca refrendar el esquema REDD+ y así se pueda afianzar este negocio que significa la puesta en venta de la biodiversidad, bosques y territorios de comunidades indígenas y campesinas.
El Estado de California, en lugar de atacar las causas que provocan sus emisiones de GEI, opta por la lógica de la acumulación del capital, su compensación, comprando créditos de carbono -que jurídicamente- le permitan continuar reproduciendo su modelo depredador y consumista, alegando además que con ello contribuye a la protección de las selvas en Chiapas y Acre, pero sin mencionar los bionegocios que hay detrás de este supuesto altruismo; aunque omitiendo la destrucción de la biodiversidad y del medio ambiente en general que conlleva; y al desarrollo sustentable de los pueblos que las habitan, ocultando sus consecuencias como la fractura cultural y organizativa de las comunidades.
El Estado de Chiapas en México, con el apoyo y dirección estratégica del gobierno de la República, pretende asegurar su devastador negocio local de biocombustibles, al que denomina ‘energía limpia’, por un lado; y garantizar a los inversionistas trasnacionales y al coyotaje ambiental nacional (ex funcionarios ambientales y ONGs conservacionistas), los negocios verdes como la biogenética, mediante la conservación de la biodiversidad de ecosistemas más protegidos, ubicada en su inmensa mayoría en territorios indígenas. Por el otro, además de acompañar esta versión de “Energía Limpia” con la instalación de megaproyectos de plantas eólicas y presas en el estado de Chiapas.
El programa REDD+ es la nueva versión, bajo el pretexto de la crisis climática, de una vieja forma de colonialismo en la que se promueve la apropiación de las tierras y territorios mediante el despojo, los desalojos violentos directos, o su arriendo perpetuo a las comunidades indígenas poseedoras. Esto evidencia la incongruente lógica del capitalismo verde, que promueve, por un lado, con su opción “climática” de biocombustibles, la destrucción de los corredores biológicos en zonas bajas de las selvas y por otro lado la conservación de la biodiversidad en las áreas protegidas vecinas. Otra incongruencia se manifiesta entre los programas de conservación y la instalación de proyectos mineros en las Áreas Naturales Protegidas (ANP).
El mecanismo REDD+, en Chiapas, ya está siendo implementado en sus etapas piloto, voluntario o como quiera llamársele, y nos ha dejado grandes y esclarecedoras lecciones:
No respeta los derechos de los pueblos indígenas al no informarlas ni incluirlas. Este programa no prevé la pertinencia cultural de sus objetivos y medios.
Incluye en el término bosques a las plantaciones de piñón y palma africana, además de “venderlas” como energía limpia acompañándolo con grandes megaproyectos de minería y presas y parques eólicos.
Responsabiliza a las comunidades indígenas del éxito de REDD+; y al mismo tiempo criminaliza sus sistemas de producción campesinos de ser causantes y responsables del cambio climático.
Promueve la descampesinización, el abandono del soporte cultural de los pueblos indígenas: la producción tradicional de alimentos de auto-sustento y la pérdida de agro biodiversidad. Bajo este esquema se dividen a las comunidades, se rompe el tejido social, además de los numerosos casos de desalojo de pueblos indígenas y campesinos de sus tierras -para poder arrasar las selvas y dar lugar a plantaciones.
Claro es el caso de su implementación en la región de “la Biosfera Montes Azules”, área prioritaria y preferida para la conservación,- donde en abril del 2011, en ceremonia oficial, el gobernador de Chiapas entregó armas y uniformes-al grupo de comuneros lacandones para hacer rondas en el perímetro colindante con las comunidades tzeltales en resistencia que se oponen al paso de su brecha agraria –la llamada brecha Lacandona- . Consolidando así los contratos de despojo de tierras. Claramente este programa no representa la palabra de la mayoría de las comunidades indígenas de la Selva Lacandona.
REDD+ basado en mercados especulativos y compensatorios de bonos de carbono forestal presentados como ‘comercio del aire’ y que conllevan un impacto real en la propiedad y control de la tierra, crea nuevos regímenes de privatización, como la titularización de las reservas de carbono en los territorios. Amplía las fronteras de la mercantilización y el acceso de los mercados a bienes como la tierra, el agua y la biodiversidad en dirección totalmente opuesta de la protección y defensa de estos, bajo políticas públicas y/o manejo colectivo por parte de comunidades indígenas y tradicionales.
Con respecto de las soluciones:
Para generar soluciones verdaderas al cambio climático se requieren medidas democráticas y técnicamente coherentes para transitar a un sistema energético sustentable, y para poder eliminar con carácter de urgente el uso y abuso de los hidrocarburos. Además de esto, los grandes emisores de GEI, principalmente los países del Norte industrial y consumista, deben implementar mecanismos urgentes de reducción de GEI sin sustituciones ni compensaciones, enfocándose en la metas de reducciones en sus propios países.
Los recursos y medidas para conservar los bosques y las selvas deben ser adicionales y democráticamente definidos y no aprobarse en compensación ni imposición para seguir contaminando. Deben tomar en cuenta las alternativas sustentables de los pueblos originarios y campesinos en armonía con la Madre Tierra, que apoyen la gestión y conservación de bosques desde una visión comunitaria; que no sean parte de los mercados ni sean controlados por corporaciones, instituciones financieras internacionales o coyotes verdes, y sí colectivamente por los pueblos.
REDD+ significa:
REDD+ solo representa, bajo el signo + (plus), la búsqueda del comercio del resto de los productos y servicios que proporcionan los ecosistemas tales como la biodiversidad y el agua, foco de las ganancias sobre las nuevas fuentes de riqueza y control, y también el despojo o alienación de las comunidades indígenas y campesinas que habitan las regiones más biodiversas y con mayor captación de agua del planeta.
Se basa en el supuesto de que para efectos de captura de GEI a las grandes extensiones de monocultivos tóxicos, sobre todo de biocombustibles, sin importar que devasten zonas inmensas fundamentales a los corredores biológicos, como ocurre en las llanuras aluviales que circundan a la Selva Lacandona en el estado de Chiapas. La conservación no depende de este tipo de incentivos económicos, sino de formas democráticas, colectivas de manejo del bosque y que respeten la coexistencia de las comunidades originarias con su medio.
Rechazamos REDD+ en todas sus versiones, REDD++ y las que se sumen, incluido REDD azul ya que atentaría gravemente contra los ecosistemas de manglar y las comunidades que coexisten en ellos.
Exigimos un alto a los procesos de comercialización de la naturaleza, de los territorios y de las comunidades indígenas y campesinas.
Nos solidarizamos con las comunidades afectadas por REDD+ en Acre, Brasil.
Exigimos Al Estado de California a establecer medidas reales y de fondo para contrarrestar los efectos del cambio climático, en su territorio.
Los bosques no están en venta
La Madre Tierra no se vende, se ama y se defiende
Firmantes:
COCYP Central de Organizaciones Campesinas y Populares -Chiapas
Comité de derechos Humanos Oralia Morales
Comité de derechos humanos de base de Chiapas Digna Ochoa
Otros Mundos Chiapas /Amigos de La tierra México
Reddeldia
Movimiento Mexicano de Alternativas a las Afectaciones y Cambio Climática MOVIAC-Chiapas
Organización Campesina Emiliano Zapata- Región Carranza
Organización Proletaria Emiliano Zapata –MLN
Laklumal-ixim. Norte- Selva, Chiapas.
Red Mexicana de Afectados por la Minería – Chiapas
Movimiento de Afectados por las Presas y en defensa de los ríos MAPDER-Chiapas
Colectivo Tsunel Bej
Chiapas, Mexico, April, 2013.
A los Señores:
– Gobernador del estado de California, Sr. Jerry Brown
– Grupo de Trabajo sobre Compensaciones REDD (REDD ‘offsets’) de California
Cc: Sra. Mary Nichols (presidente del Consejo de Recursos del Aire de California), Sra. Ashley Conrad-Saydah (Secretaria Asistente en Política del Clima de la Agencia de Protección Ambiental de California), Sr. Arsenio Mataka (Subsecretario para asuntos de justicia ambiental y cuestiones indígenas de la Agencia de Protección Ambiental de California), Sra. La Ronda Bowen (Ombudsman de la Agencia de Protección Ambiental de California)