En 1994, año también del levantamiento zapatista en Chiapas, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) que firmó México con Estados Unidos y Canadá, significó el sepulcro para el sector agropecuario, y específicamente para los campesinos e indígenas del país, cuando de golpe el 52% de los productos agropecuarios podía entrar libremente al país. En aquél entonces se predijo la catástrofe que actualmente vivimos. Hoy se lamentan también quienes en aquella ocasión festejaban la llegada del progreso y el primer mundo a México, y descalificaban a quienes advertían lo evidente: la muerte del campo mexicano.
Seguir leyendo el artículo: CAMPOYCOMERCIO.pdf