¡Hagan algo en serio por el clima! ¡Y paren los monocultivos de árboles!
Ya hace 17 años que hay acuerdo a nivel internacional de que la crisis climática es un problema grave y que hay que hacer algo. Las dos medidas sencillas que podían tomarse exigían parar la extracción de combustibles fósiles y parar la deforestación. Año tras año el problema se ha agravado. Hoy son millones las personas afectadas por la crisis climática. Sin embargo la Convención sobre Cambio Climático, organismo creado para tomar las decisiones necesarias para salvar al mundo de una catástrofe planetaria, no ha logrado ninguno de sus dos objetivos fundamentales.
Muy por el contrario, se ha estado planificando la forma de continuar usando combustibles fósiles y se ha creado la posibilidad de que quienes tienen la mayor responsabilidad en esta crisis climática -los países del Norte- evadan sus obligaciones y quienes tienen menos responsabilidad -los países del Sur- tampoco se sientan responsables de asumirlas.
Gran parte de la irresponsabilidad se ha basado en una propaganda engañosa, que proclama que el problema se puede resolver a través del mercado de carbono. En ese contexto, se afirma que mediante la plantación de monocultivos de árboles se puede por un lado “capturar” gases de efecto invernadero y por otro producir combustibles que no afectan el clima. Ambos supuestos son falsos, pero además los monocultivos de árboles ya han probado ser la causa de numerosos impactos negativos en países del Sur.
El sector empresarial, dispuesto a obtener beneficios hasta del cambio climático, no duda en promover falsas soluciones a través del establecimiento de las llamadas plantaciones para “sumideros de carbono” y la promoción de los agrocombustibles – agrodiésel y etanol de madera –. Como consecuencia, en todas partes del mundo se están convirtiendo millones de hectáreas de tierra productiva en desiertos verdes. Crecientes filas de árboles idénticos – eucalipto, pino, palma aceitera, caucho, jatrofa y otras especies- desplazan a las comunidades locales y Pueblos Indígenas, que ven como disminuye cada vez más su capacidad de supervivencia. Se reducen y contaminan los recursos hídricos, se erosionan y degradan los suelos. Se violan los derechos humanos y aumenta la concentración y extranjerización de la tierra. Las plantaciones tienen impactos diferenciados de género, siendo las mujeres las más afectadas.
En busca de un sello verde que les permita continuar con los negocios de siempre, las empresas han ideado mecanismos de certificación que avalan como sustentables plantaciones a gran escala que nunca podrán serlo.
Con la introducción de árboles genéticamente modificados, impulsada desde el sector empresarial, sólo se agravarán más aun los problemas ya existentes.
Nuestra Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Árboles es parte de un movimiento mundial creciente de oposición a los monocultivos forestales que reclama a los gobiernos del mundo: ¡Hagan algo en serio por el clima y detengan la expansión de los monocultivos de árboles!
(Si su organización desea adherir a esta carta envíe un mensaje a recomala@gmail.com)
Descargar esta Declaración en PDF: declaracion_recoma_para_ccc.pdf