Carta: Queremos la Minustah a fuera de Haití

Otros Mundos A.C./ Amigos de la Tierra México 

Junio de 2014

¡Queremos la Minustah a fuera de Haití!

A las embajadas en México de cada país participando a la Misión de estabilización de las Naciones Unidas,
En particular a las embajadas en México de los países americanos contribuyendo en la Minustah (Argentina, Brasil, Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Paraguay, Perú y Uruguay), Y a la embajada de Haití en México,

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Pedimos la retirada definitiva de las fuerzas de las Naciones Unidad de Haití, tras 10 años de ocupación ilegitima.

Desde el 1er de junio de 2004, una fuerza internacional coordinada por la ONU ocupa el suelo haitiano sin legitimidad. La llamada Misión de estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) cuenta hoy con efectivos de 9 407 personas provenientes de 56 países, dentro de ellos 5 219 soldados y 2 149 policías, negando la capacidad de los haitianios a gobernarse de manera soberana y violando en varias ocasiones los derechos humanos.

Nosotros, como miembros de la asociación civil mexicana Otros Mundos, A.C. representante de la federación ambientalista Amigos de la Tierra en México, pedimos a Haití y cada uno de los estados participando en la misión, la retirada definitiva de la Minustah. Nuestro mensaje se dirige en particular a nuestros vecinos del continente americano que mandaron soldados y policías en el país caribeño: Argentina, Brasil (el actual comandante de la fuerza de la Minustah es brasileño), Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Paraguay, Perú y Uruguay.

Cabe recordar que de 1915 a 1934, el ejercito norteamericano ocupó Haití, con el pretexto de acabar con la crisis política que sacudía el país en este momento (el ultimo presidente había sido asesinado). La historia se repitió hace 10 años cuando el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, la herramienta de Estados Unidos para asegurar su poder en la escena internacional, decidió enviar cascos azules en Haití bajo la resolución 1542. Justificó su injerencia con la necesidad de “mantener un entorno seguro y estable” en el país tras la oleada de violencias que se desató después de la salida forzada del ex-presidente Jean-Bertrand Aristide en febrero de 2004, organizada por Washington y Paris.

La Minustah nunca impulsó el proceso democrático en Haití, mientras afirmaba que su presencia era necesaria para “organizar, supervisar, y llevar a cabo elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales libres y limpias”. Sucedió todo el contrario. El proceso electoral de 2010-2011, que se desarrolló ante los ojos y con el aval de los representantes de la ONU y que llevó al actual presidente Michel Martelly al poder, fue uno de los más violento y fraudulento de la historia de Haití.

En vez de “proteger a los civiles que se encuentren en riesgo inminente de violencia física” en Haití, como lo pretendía, el personal de la Minustah cometió crímenes en contra de la población local. Se registraron casos de abuso sexual y de recurso a la prostitución, que la propia ONU tuvo que reconocer. Se declaró “indignada” ante estos crímenes y abrió investigaciones pero nunca cuestionó su presencia en el país.

Además, estallaron numerosos enfrentamientos violentes entre cascos azules y civiles haitianos. En noviembre de 2010 por ejemplo, un haitiano fue asesinado por las tropas de la ONU y al menos diez otros personas fueron heridas durante una protesta contra la presencia de la Minustah.

Estos manifestantes estaban acusando a la Minustah de ser responsable de la introducción del cólera en Haití en octubre de 2010, cuando llegaron cascos azules provenientes de Nepal y portadores de la enfermedad. Como lo enseñaron varios estudios científicos independientes, por ejemplo el de la universidad norteamericana Yale Law School, las infraestructuras del campo donde estaban instaladas las tropas nepaleses eran muy mal diseñadas. Esta negligencia fue fatal ya que sus aguas residuales se vertieron directamente en el río Artibonite, el río mas grande del país, contaminando a la población. Así que 2000 personas murieron del cólera dentro de solo un mes.

Hasta la fecha, la epidemia no fue erradicada en Haití, donde se registraron 8 556 muertos y otros 701 961 personas infectadas desde su aparición, según el ultimo informe de la oficina de las Naciones Unidas para la coordinación de asuntos humanitarios en Haití (ver el informe en inglés o en francés). La ONU lucha hoy para la erradicación de la enfermedad, pero nunca reconoció su responsabilidad en esta catástrofe humanitaria.

Ante estos 10 años de fracasos y de violaciones de derechos humanos, exigimos la retirada de las fuerzas de la ONU de Haití. Esta decisión respectaría la voluntad del pueblo haitiano : según una encuesta hecha en Port-au-Prince en 2011 por la Universidad de Estado de Haití, solo un 24.2% de los habitantes de la capital piensan que la presencia de la Minustah es “una buena cosa”, mientras 40.9% piensan el contrario.

No somos ingenuos. Sabemos bien que la Minustah no está el suelo de nuestra vecina caribeña para defender a su pueblo, sino para defender los intereses de los países ocupantes. En efecto, el territorio haitiano es una fuente de riquezas naturales muy grande, para las empresas mineras en particular. Según el Observatorio de conflictos mineros de América latina, un tercio del norte de Haití es el objeto de investigaciones y de labores de exploración por parte de empresas extranjeras. Cerca de 2.400 km² de sus tierras ya están destinados a compañías haitianas que representan intereses de compañías de Estados Unidos y Canadá, añadió el OCMAL.

Por eso, ¡ nos solidarizamos con el pueblo haitiano y exigimos el fin de la Minustah ¡

OTROS MUNDOS, AC/AMIGOS DE LA TIERRA MEXICO

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