Declaración de la Marcha Mundial de las Mujeres rumbo al 8 de marzo

Compartimos la Declaración de La Marcha Mundial de las Mujeres rumbo al 8 de marzo 2018, Día Internacional de las Mujeres- A 21 de febrero 2018

Este 8 de Marzo de 2018, Día Internacional de las Mujeres, nosotras, mujeres de la Marcha Mundial de las Mujeres, mujeres diversas, de todos los pueblos, razas y edades, nos unimos una vez más para reafirmar que seguiremos en Marcha hasta que todas seamos libres de toda la opresión patriarcal capitalista y colonial. Seguimos con el feminismo como nuestra forma de vida y con las calles como nuestro espacio para manifestar nuestras demandas.

Denunciamos y resistimos frente al contexto político mundial, marcado por la creciente crisis económica, social, política, climática e ideológica, en definitiva, denunciamos el estado de guerra total donde nosotras, mujeres, ¡somos las principales afectadas!

Denunciamos los argumentos económicos y nacionalistas como forma de privarnos del ejercicio de derechos y libertades fundamentales y, como consecuencia, el boicot a la autonomía de las mujeres y los pueblos. Rechazamos todas las políticas de los gobiernos de derecha, que, cada vez más radicales, expresan odio, racismo, misoginia, intolerancia y demás formas de discriminación. Nos mantenemos firmes y en lucha contra la criminalización de los movimientos sociales. La lucha por nuestros Derechos y libertades es una forma de expresión justa, por lo tanto: ¡NO SOMOS CRIMINALES! Seguiremos en las calles y en solidaridad con nuestras compañeras asesinadas, perseguidas y privadas de su libertad y acción política.

Denunciamos y enfrentamos el avance de la militarización en todo el mundo como estrategia de control de la vida de los pueblos. La militarización refuerza el neocolonialismo, el neosaqueo y la apropiación del capital sobre los recursos naturales y es un soporte de enriquecimiento para la industria de armamento frente a la crisis. Además del permanente estado de guerra en Medio Oriente y África. Nos preocupan los movimientos de las potencias militarizadas del Norte que indican una amenaza de retorno a la guerra fría y la continua interferencia en los países del sur intentando promover el modelo de democracia neoliberal nórdico como la meta alcanzable.

Denunciamos los acuerdos de libre comercio, que empobrecen cada vez más a los pueblos del sur global. La apropiación, privatización y mercantilización del conocimiento, de la tierra, el agua, la salud, la educación y demás bienes comunes, agudizan las condiciones de explotación en el trabajo de las personas empobrecidas y dejan sin oportunidades a las futuras generaciones, perpetuando el círculo de la pobreza. La industria extractiva y el agronegocio siguen degradando nuestra salud y nuestras condiciones de vida, mientras las élites políticas acumulan una riqueza basada en la corrupción y la impunidad y construyen Estados en función de los intereses de las transnacionales. Reafirmamos que seguiremos sacando nuestros cuerpos a la calle para enfrentar la situación, ya que las instituciones de derecho están cada vez más fragilizadas frente al poder del capital y no funcionan como deberían. Las fuerzas del mercado desnutren el estado social y de derecho.

Denunciamos el asesinato del planeta por la institucionalización de un universalismo occidental y por la búsqueda desenfrenada del lucro. El cártel formado por las corporaciones multinacionales antiéticas está destruyendo la madre tierra que nos mantiene. Los acuerdos climáticos han creado falsas soluciones fundamentadas en un marketing de lenguaje cada vez más vacío, ¡y que perpetúa la violencia contra la naturaleza! Nosotras, mujeres de la Marcha Mundial de las Mujeres, mujeres del campo y de las ciudades, estamos a favor de sostener la vida. Damos nuestras vidas por defender la naturaleza de la cual vivimos, de la que hacemos parte y que nos mantiene allí donde estamos (el agua, la tierra y los bosques en nuestros territorios), pues creemos en modos de vida que interactúen de forma sostenible con los recursos naturales.

Denunciamos un mercado que explota y precariza las condiciones de trabajo de las mujeres con largas jornadas de trabajo, bajos salarios y exposición a riesgos diversos; denunciamos la precarización del trabajo doméstico y de cuidados. Un trabajo que garantiza el sustento de la vida humana, que nutre, harmoniza, enseña, ampara. ¡Un trabajo invisibilizando e infravalorado! Cuestionamos la división sexual del trabajo que sobrevalora el trabajo socialmente concebido para los hombres a partir de la negación del valor del trabajo atribuido a las mujeres. ¿Cómo puede el mundo pretender inferior la realización de las tareas más básicas para la existencia humana, como el acto de cocinar que nos alimenta y el de limpiar el lugar donde vivimos y dormimos? El trabajo ejercido por las mujeres es la base para sostener la vida y por lo tanto, una importante fuente de contribución económica. Exigimos el reconocimiento del valor del trabajo doméstico, pues las contribuciones económicas van más allá de lo que puede ser monetizado.

Denunciamos a la industria de la ayuda internacional y los programas de desarrollo, en particular a los que se centran en las cuestiones de género, como agentes que promueven las agendas neoliberales e imperialistas, perpetuando la discriminación, racialización y explotación de mujeres de los países del sur.

Denunciamos y seguiremos denunciando siempre todas las formas de violencia porque, no olvidamos la violencia machista que enfrentamos cotidianamente en espacios públicos y privados. Gritamos bien alto ¡BASTA! Basta de abusos, violaciones, matrimonios forzados y feminicidios que no suceden únicamente en países de Asia y África, sino que están presentes en las vidas de las mujeres de todas las clases y en todo el mundo. Nuestros cuerpos y nuestras vidas nos pertenecen y ese derecho no es negociable.

Enaltecemos, apoyamos y participamos en iniciativas para acabar con el silencio, como son los recientes movimientos de denuncia y de ocupación del espacio público: Marcha das Mulheres, Time´s up, #metoo, ¡Ni una a menos!, ¡Vivas nos queremos! y la Huelga Internacional de Mujeres, así como en iniciativas que se suman a las luchas permanentes e incontornables que venimos tejiendo contra la opresión del sistema patriarcal, capitalista y colonialista.

Enaltecemos las luchas y resistencias de las mujeres que trabajan a nivel local construyendo nuevas narrativas y reescribiendo la historia de las poblaciones marginalizadas, manifestando la diversidad y multiculturalidad de los pueblos, la solidaridad como estrategia de subversión del sistema actual y como estrategia de humanización, contribuyendo así para la transformación de las sociedades, haciéndolas más justas e iguales.

Es por todo ello y más, que nosotras, mujeres de la Marcha Mundial de las Mujeres, como movimiento de acción permanente, marcharemos este 8 de Marzo.

Estaremos realizando acciones alrededor del mundo durante las 24 horas del día 24 de Abril de 2018 para reafirmar que «Rana Plaza está en todas partes»; estaremos denunciando a la industria textil, a las transnacionales y todo tipo de explotación en el trabajo de las mujeres.

Seguimos rumbo al XI Encuentro Internacional donde del 22 al 28 de Octubre, en el País Vasco, construiremos colectivamente utopías y alternativas, ¡para marchar por un Mundo de justicia, libertad y paz!

¡Seguimos transformando nuestro dolor en fuerza!

¡Seguimos confiando en la Solidaridad y el trabajo colectivo!

Seguimos en Marcha , Mujeres… ¡Siempre!

Más lectura:

Libro en PDF: Desafíos feministas para enfrentar el conflicto del capital contra la vida

Chiapas: aumentan los feminicidios a pesar de la Alerta de Violencia de Género

Nota informativa de Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra México

El 7 de noviembre 2017, a las 6 de la tarde, en nuestro conversatorio mensual en el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (CIMSUR) de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, hablamos de la lucha contra las violencias hacia las mujeres y los feminicidios en Chiapas y México. Contamos con la presencia de la abogada Martha Figueroa Mier, fundadora de la asociación civil COLEM-Mujeres Libres A.C., también integrante de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos de México y del Observatorio Nacional Ciudadano del Feminicidio.

Hace casi un año, el 18 de noviembre 2016, el Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (SNPASVM) decretó en nuestra entidad una «Alerta de Violencia de Género», prevista por el artículo 22 de la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Esta Alerta se presenta como «un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida», o un «mecanismo de actuación de las autoridades públicas que buscan cumplir con las obligaciones del Estado respecto del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, atendiendo específicamente, entre otras, a una de las violaciones más graves a este derecho: la violencia feminicida».

La Alerta fue decretada en 7 municipios de Chiapas: Chiapa de Corzo, Comitán, San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Tonalá, Tuxtla y Villaflores. Además, existe un «programa de trabajo» en 14 municipios de la zona Altos: Aldama, Amatenango, Cancuc, Chalchihuitán, Chamula, Chanal, Huixtán, Larráinzar, Mitontic, Oxchuc, Pantelhó, Tenejapa, Teopisca y Zinacantan. Esta decisión de emitir la Alerta solo en algunos municipios de la entidad ha sido criticada por las organizaciones civiles que forman parte de la Campaña Popular contra la Violencia hacia las Mujeres y el Feminicidio en Chiapas. En un posicionamiento publicado el 10 de octubre del presente año, estas organizacione escriben que la Alerta «debe ampliarse a todo el estado de Chiapas debido al contexto de creciente violencia y muertes violentas contra las mujeres que las organizaciones civiles estamos documentando».

Además, la Alerta no ha sido eficiente para disminuir el número de feminicidios en el estado. El Observatorio Feminista contra la Violencia a las Mujeres de Chiapas denunció el pasado 24 de octubre en su página Facebook que desde el 18 de noviembre, se han contambilizado 201 muertes violentas de mujeres, 58 feminicidios consumados y 79 tentativas de feminicidios en el estado. Según la Red Colectiva Ciudadana de Prevención a la Violencia Feminicida, en el primer semestre del año 2017 se han contabilizado más muertes violentas de mujeres en Chiapas que en todo el año 2016 y se ha registrado un incremento en las tentativas de feminicidios en comparación al 2016.

Para expresar su indignación ante la falta de acciones concretas contra las violencias a las mujeres en Chiapas, varios colectivos feministas y en defensa de los derechos humanos organizaron marchas y actos de protesta durante las celebraciones de Día de Muertos en Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas. Durante la «Marcha de las Catrinas» sancristobalense el 31 de octubre en San Cristóbal, Martha Figueroa Mier leyó una calavera de Silbia Núñez Esquer:

«De todas la muertes avisadas
Hay una que la parca quiso invadir
Son las mujeres asesinadas
Cuando no se quieren ir

Pensaba la catrina feminista
Que ya estuvo bueno el cuento
Pues ya va muy larga la lista
Y no puede con tanto evento

Y así pensaba la huesuda infeliz:
Este agobio me va a convencer de raíz
Son muchas niñas y mujeres muertas,
para el feminicidio tengo cerradas las puertas

‘Yo soy feliz llevando personas en un costal’
Decía la calavera sin reparo
Pero no seguiré haciendo el paro
A tan horrendo crimen patriarcal (…)»

Foto: La marcha de las Catrinas el 31 de octubre 2017 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. / Crédito: Voces Feministas

Foto: Martha Figueroa Mier durante la marcha de las Catrinas el 31 de octubre 2017 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. / Crédito: Voces Feministas

Al día siguiente, en la captial del estado, las mujeres que participaron en la Marcha de las Catrinas tuxtleca clausuraron simbólicamente los edificios de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de la Secretaria de Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres (SEDEM) para denunciar la ineficencia de dichas instancias.

Foto: La periodista y activista, Gely Pacheco, coloca una pancarta en la entrada del edificio gubernamental de la Torre Chiapas/ Crédito: Andrés Domínguez – Chiapas Paralelo

Foto: La entrada de la Torre Chiapas: en la cual se encuentra las oficinas de la SEDEM, fueron cubiertas con cruces rosas. / Crédito: Andrés Domínguez – Chiapas Paralelo

Más lectura:

Diagnóstico de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos como integrante de los grupos de trabajo que dan seguimiento a los procedimientos de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres

[AUDIO] La lucha de las mujeres zoques de Chiapas por la tierra y el territorio

Les compartimos el audio de la presentación de María Sánchez, habitante de Chapultenango, abogada y defensora del territorio en la zona zoque de Chiapas, invitada en el conversatorio de Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra «La lucha del pueblo zoque frente a los proyectos de despojo».

>> ESCUCHAR Y DESCARGAR EL AUDIO <<

Transripción:

«Me toca hablarles de nuestra presencia como mujeres zoques en todo el actual movimiento en defensa del territorio zoque en Chiapas. Por lo general, no parece muy «normal» que las mujeres estén en movimientos sociales.

En tiempos ancestrales, cada familia tenía cierto territorio que le correspondía y allí trabajaba junto con sus hijos. Se dedicaban únicamente a la agricultura porque la visión de nuestros ancestros es que el creador nos hizo de barro, de tierra, y que nosotros no podemos estar lejos de la tierra. Hay esa doble dependencia: la dependencia del ser humano a la tierra y de la tierra al ser humano.

Bajo esa visión, nosotras las mujeres, legalmente nunca hemos tenido un papel que diga que la tierra es nuestra, pero, por muchos años, antes del 1992, teníamos la libertad de andar en todo el ejido, buscando leña, kelites, leña y todo lo que hay en el monte, para hacer nuestros alimentos.

Pero en el 1992, con la reforma del artículo 27 de la Constitución, se inician los parcelamientos de los ejidos y esta acción del Estado mexicano vulneró los derechos a la propiedad de las mujeres de las mujeres zoques. Para nosotras, legitimó y naturalizó la dependencia patrimonial y económica de las mujeres hacia los hombres. Se empezó a invisibilizar el trabajo y la contribución que hacían las mujeres zoques en la producción y la explotación de la tierra y sus recursos.

Al otorgarle la titularidad de la tierra solo a los barones, excluyó a las mujeres no solo de la tenencia de la tierra, sino también de la vida comunitaria y de los espacios donde las mujeres antes podían opinar sobre lo que veían bien o mal dentro de la vida comunitaria. Pero con la reforma agraria, ya las mujeres no podíamos estar en estas asambleas porque el reglamento decía que en las asambleas ejidales o comunitarias solo podían asistir los que tenían derecho a la tierra, es decir en mayoría hombres. Muy pocas viudas podían estar, en caso de no tener hijo baron.

Ante esta vulnerabilidad, las mujeres zoques empezamos a reunirnos. En el 1993, se nos consultó sobre cómo las mujeres queríamos estar en la comunidad. Muchas mujeres dijimos que queríamos estar nuevamente muy involucradas en los asuntos de las comunidades y en la toma de decisiones, que queríamos ser tomadas en cuenta, que nuestras palabras se escucharan y que nuestras propuestas se analizaran a profundidad para seguir viviendo en comunidad. Entonces las mujeres empezamos a participar en la lucha por la recuperación de tierras que inició después del 1994. Muchas mujeres empezaron a ser ejidatarias, a participar e incidir en las asambleas y a estar en organizaciones.

Muy sigilosamente empezamos a trabajar en la reivindicación de nuestros derechos. Queríamos ejercer nuestros derechos a la ciudadanía, a heredar la tierra, a tener el patrimonio familiar, a la salud, a decidir libremente cómo ejercer nuestra maternidad. Queríamos sobre todo tener acceso a la educación, porque al aprender a leer y entender el español nos permitía comunicarnos con las demás compañeras mujeres que estaban en otras regiones.

Empezamos a incidir y ocupar puestos comunitarios. Primero los de servicios, como comités de salud y de madres de familia. Entonces pensamos que si podíamos oficiar en las escuelas y los centros de salud para que todo esté bien organizado y todas estemos atendidas, también podíamos buscar otros espacios. En el 1997, empezamos a decir que queríamos ser agentes municipales en Chapultenango. En el 2009, ya había cinco compañeras agentes municipales y tuvimos una regidora propietaria que incluimos en el ayuntamiento. Trabajamos con ella, empezamos la difusión de los derechos. El tema que más se tocaba era el derecho a acceder a la propiedad de la tierra.

Ahora, las mujeres, aunque no estemos reconocidas por la reforma agraria, en las asambleas ya se nos reconoce el solar y ya podemos usar las parcelas para sembrar. Cuando una mujer está sola, se le presta una parcela para que siembra maíz y frijol. Y cuando pierde a su esposo, la mujer queda con la casa. Logramos estos pequeños avances.

Pero se nos vino encima la Ronda 2.2.: 84,500 hectáreas en la zona zoque de Chiapas, donde se se pretende abrir doce pozos petroleros que van a afectar a nueve de nuestros municipios (Francisco León, Tecpatán y Ostuacan, Chapultenango, Ixtacomitan, Ixtapangajoya, Solosuchiapa, Pichucalco y Sunuapa). Eso va a cambiar completamente el ecosistema. No estamos de acuerdo con estos megaproyectos: aunque nos digan que nos van a dar todo, sabemos que no es cierto.

Cuando hicimos las asambleas, las mujeres dijimos que no estábamos de acuerdo. Entonces los hombres agarraron el valor de decir: «No, tenemos que pensar primero en la familia» Lo que más nos mueve es que sin tierra, no tenemos vida. Mientras el territorio siga siendo de la comunidad y tenga ríos y agua, nosotras tenemos suficiente para vivir: si la tierra nos regala nuestro producto y nos da la cosecha, podemos comer y no necesitamos el efectivo.

Estamos dispuestas a caminar con los compañeros barones, pero bajo esta constancia de que también nosotras somos parte de este territorio y que queremos también el uso y el disfruto de esa riqueza natural que nuestra Madre Tierra nos dio. Las mujeres que participamos en el movimiento, muchas nos fuimos sumando por voluntad propia porque creemos que la lucha tiene una causa justa, que es defender la vida por nuestros hijos y por el futuro de todos.»

Foto: María Sánchez en el seminario de Otros Mundos A.C. en julio 2017 _ Otros Mundos A.C.

En la prensa:

«Nosotras somos parte de este territorio y queremos también el uso y disfruto de esa riqueza natural que es nuestra Madre Tierra» Abogada Zoque. (Chiapas Paralelo)

Mujeres contra la mina en la Sierra Norte de Puebla

Reportaje publicado originalmente en Pie de Página – Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor y la siguiente frase: Este reportaje fue realizado con el apoyo de Fundación Ford y elaborado por el equipo de investigación de Pie de Página

En la sierra de Puebla, las mujeres han emprendido una resistencia contra los proyectos mineros. Desde la cocina, la militancia, el comercio o la manifestación pública, desde los espacios tradicionales o irrumpiendo los destinados para hombres, ellas buscan proteger un territorio y una forma de vida.

IXTACAMAXTITLÁN, PUEBLA.- Es sólo una llovizna tupida, pero las gotas que estallan en el techo de lámina causan un tronadero. Adentro, truena también la leña que calienta la estufa y truenan, además, los chiquereyes que doña Ángeles Cruz Montiel fríe en el sartén.

La luz se mete apenas en la cocina a través de dos ventanas. Una, la más grande, ilumina una mesa larga, la otra, más pequeña, permite espiar hacia el patio donde están las gallinas y los chivos.

Doña Ángeles se mueve rápido: en pocos minutos pone sobre la mesa una salsa verde que ha hecho en molcajete y tortillas calientes para los chiquereyes.

Un mes atrás preparó varios guisos durante casi una semana para darle de comer a las personas que fueron a apoyar a su hijo Nacho, quien se opuso a que las camionetas de la empresa minera canadiense Almaden Minerals cruzaran por sus terrenos en la comunidad de Loma Larga.

Entre los guisos de aquellos días, también hubo chiquereyes o escamoles, huevos de hormiga, un manjar que en cualquier restaurante gourmet cuesta cientos de pesos y en casa de Doña Ángeles se comen cada primavera.

Ella, de 74 años, ojos claros y acuosos, piel curtida y trenzas largas, defiende así su territorio, la «sagrada agua» y la vida: desde su cocina, donde cuida que nadie se quede sin comer lo que prepara con lo que da la tierra.

{VIMEO}225792650{/VIMEO}

La amenaza

Ixtacamaxtitlán está a 130 kilómetros de la capital del estado de Puebla, es el quinto municipio más extenso y tiene 126 comunidades separadas por una geografía a veces imposible.

Aquí viven 24 mil 512 personas, hay un tristísimo museo de sitio, una presidencia municipal pintada hace 3 o 4 años con los colores institucionales de la empresa minera -amarillo y naranja-, y muchas lagartijas que en tiempos de lluvia cruzan las calles y trepan las paredes. Y hay, además, oro y plata en el subsuelo, bajo la misma tierra de la que sacan los chiquereyes, esos bichos que le gusta cocinar a doña Ángeles.

En 2003, el gobierno federal dio la concesión minera a la compañía canadiense Almaden Minerals y su subsidiaria mexicana Minera Gavilán -ahora también participa su subsidiaria Minera Gorrión-, sin conocimiento de quienes habitan la zona.

El principal accionista de Almaden es el empresario agrícola sinaloense Ernesto Echavarría Salazar, quien junto con James Duane Poliquin, presidente y fundador de la empresa, controlan más del 5 por ciento de las acciones y tienen poder de veto. Entre los 37 principales accionistas está el Royal Bank of Canada. La minera cotiza en las bolsas de valores de Toronto y Nueva York.

 El proyecto está aún en etapa de exploración y desarrollo, pero ya ha cometido varias ilegalidades que han sido documentadas por cuatro organizaciones -Unión de Ejidos y Comunidades en Defensa de la Tierra, el Agua y la Vida, Atcolhua; Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (Cesder); Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec) y Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (Poder)- a través de una Evaluación de Impacto en Derechos Humanos.

El «Proyecto Tuligtic o Ixtaca» se proyecta en distintas zonas del municipio de Ixtacamaxtitlán. El tajo a cielo abierto se haría en la comunidad de Santa María Zotoltepec, y la presa de jales (una estructura que retiene materiales de desecho) en la cabecera de la cuenca del río Apulco, en las tierras de cultivo de Loma Larga, donde vive doña Ángeles Cruz Montiel, y muy cerca de Almeya, Zacatepec, Tuligtic, Vista Hermosa y Xiuquenta.

El riesgo de degradamiento y contaminación abarca más municipios de Puebla y otros tantos de Veracruz

Almaden Minerals – que fue multada en 2009 por la Profepa por irregularidades durante la exploración y tiene antecedentes de violaciones a los derechos humanos en otros proyectos en México (Caballo Blanco, Veracruz) y Canadápretende iniciar la explotación en 2018, para la cual utilizaría 38 mil toneladas de explosivos emitiendo gases con efecto invernadero y violando la norma de uso de explosivos dada la cercanía del lugar de almacenamiento con las viviendas. En Santa María Zotoltepec ya resienten la presencia minera en el medio ambiente, el tejido social y la salud, como bien lo sabe Francisca Zamora Morales, quien nació aquí.

Francisca se dedica a la venta de productos cosméticos y alrededor de ella se reúne una fuerza laboral de 180 mujeres repartidas en los pueblos cercanos a Santa María y Tetela, municipio vecino a Ixtacamaxtitlán. En esta región hay más mujeres solteras que casadas, viudas o divorciadas, así que su movilidad y disponibilidad es amplia.

Francisca forma parte de la Unión de Ejidos y Comunidades en Defensa de la Tierra, el Agua y la Vida, y no entiende que haya quien no quiera ver los daños. El primero, dice, es social:

«-Un pueblo dividido no tiene fuerza y en Ixtacamaxtitlán la hay (división), porque unos quieren empleos sin ver las consecuencias y otros no queremos empleos porque sabemos a cambio de qué. Es algo grave, porque se pierde fuerza, los gobiernos o las empresas, quien tiene poder, lo que más le interesa es que haya divisiones sociales.»

El asunto de los empleos no es nada sencillo, en una región donde dos terceras partes de los habitantes no es económicamente activo y sólo 3 de cada 100 han ido a la universidad.

Pero Francisca no tuvo ni que leer toda la información que recibió sobre los riesgos de la minería durante un foro en Tetela para saber su significado: muerte.

En su modesto auto va y viene, aprovecha su red laboral para regar advertencias entre la gente. Es como esos trabajadores de empresas multinivel que andan convenciendo adeptos a la menor oportunidad, aunque en este caso no es para vender productos, sino para cuidar su tierra.

Francisca es terca: «no debes andar sola» le dice la gente, pero no hace caso. Tampoco le importa que digan que, como no tiene marido ni hijos o hijas, «se manda sola». Y, ya se sabe, para algunas personas una mujer sola es una mujer peligrosa.

«También hay afectaciones por los químicos para barrenar, son peligrosos, allá donde tienen su bodega y hacen su lavado de metales hay una barranca donde pasa el agua y pasa el ganado, y ya se murieron muchas cabezas de ganado porque tomaron de esa agua. Otra cosa importantísima es el agua, únicamente con la barrenación ya la desviaron, los acuíferos no sabemos adentro cómo están, al perforar pasaron por donde salía un manantial y lo desviaron y ya no le salió el agua a mi hermano de un día para otro: mi hermano es discapacitado y tenía un riego de ajo y le iba bien, pero ya no hay agua.»

El agua, «la sagrada agua» —destinada para uso humano y agrícola— es la principal preocupación de las mujeres que resisten contra el proyecto minero. Almaden Minerals perforó el acuífero sin permiso de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), modificó el curso del agua y contaminó el manto freático, como documentaron las organizaciones en la Evaluación de Impacto en Derechos Humanos. Los habitantes de Santa María han solicitado a Conagua una visita para inspeccionar el daño que la minera ha causado. Un daño que la empresa ha ocultado a sus inversionistas, a quienes aseguró que usaría agua de lluvia (un método que no usa ninguna minera en el país).

La autorización que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó a Almaden Minerals le permite hacer perforaciones de máximo 150 metros, sin embargo, la empresa reconoció que está haciendo excavaciones a 701 metros de profundidad, lo que viola las normas mexicanas, y los derechos al agua y al medio ambiente, ante la omisión de la autoridad.

El Consejo Tiyat Tlali

En 2011, mientras el país se inundaba de muertos en el penúltimo y más violento año de gobierno de Felipe Calderón, unos extranjeros llegaron a la Sierra Norte de Puebla a «hacer agujeros» —barrenos para exploración minera—, en Tetela y Zacatlán. Al mismo tiempo, al noreste de Zacatlán, en Xochicuautla, una comunidad totonaca del municipio de Ahuacatlán, empresarios de Canadá y Grupo México le dijeron a la gente que harían una hidroeléctrica que les iba a beneficiar.

Movidas sobre todo por la intuición, varias organizaciones comenzaron a investigar y «mapear» los megraproyectos. En un primer conteo, encontraron que en la Sierra Norte de Puebla, que concentra a un millón 220 mil habitantes de 65 municipios, había 27 concesiones mineras y 5 proyectos hidroeléctricos que ya tenían estudios de factibilidad hechos por el gobierno federal, a partir de concesiones otorgadas en 2003 y tienen una vigencia de 50 años.

Ante la amenaza de los que denominaron «proyectos de muerte», crearon el Consejo Tiyat Tlali «en defensa de nuestro territorio», una red de organizaciones -entre otras el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario A.C. (IMDEC), la Unión de Ejidos y el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (CESDER)- conformada por hombres, mujeres, indígenas totonacas y nahuas, no indígenas, comunidades campesinas, rurales y urbanas, la pastoral social y cooperativas.

Desde entonces, el Consejo es un espacio donde se coordinan, comparten información y enfrentan el embate de los proyectos que ponen en riesgo la vida de los pueblos.

En la actualidad, en la Sierra Norte existen 105 concesiones mineras –72 por ciento son de Almaden Minerals– y 9 hidroeléctricas. Ixcatacamaxtitlán, San Felipe Tepatlán, Ahuacatlán y Tlapacoya son los municipios más afectados. Es decir, desde el 2011 que hicieron el primer conteo, se ha triplicado el número de concesiones mineras y se ha duplicado el de proyectos hidroeléctricos.

Un camino largo

El camino de Zautla a Ixtacamaxtitlán bordea en buena parte al río Apulco, que en primavera recorre su cauce con ritmo pero sin furia.

«Acá viven mis papás -señala a la izquierda Ignacia Serrano Arroyo-. Se llama Las Barrancas.»

Y allá debajo lo que se alcanza a ver son los techos de un caserío.

Ignacia es asesora en el CESDER, donde también estudió, y aunque vive en Zautla, su familia, su sangre y sus orígenes están en Ixtacamaxtitlán.

«Me dio mucha pena, sabiendo que soy de este municipio, cuando me enteré que la mina ya tenía 10 años.»

Para Ignacia, defender el territorio, la vida y el agua ha sido difícil. Ella supo del proyecto minero cuando, en 2012, la comunidad de Tlamanca, en Zautla, logró correr a la empresa china que pretendía establecer una mina de socavón. Aquella experiencia, que contó con el apoyo de varias comunidades y sus autoridades, concluyó con una asamblea en la que participaron entre 5 y 7 mil personas, que decidieron negar el permiso de uso de suelo, clausuraron simbólicamente la empresa y le dieron 24 horas para abandonar el municipio. Ignacia creyó que aquí podrían hacer lo mismo.

«De repente nos entraba la angustia y la desesperación, hasta que hubo momentos en que esto se convertía en fiesta, todo mundo llevaba sus antojitos, hubo un lugar en que hasta nos recibieron con música y entonces dijimos ‘esto es festejo’. Ahí caímos en la cuenta que estos procesos hay que disfrutarlos, no hay que sufrirlos. Entonces dijimos: en el caminar y transcurrir de esta lucha nosotros nos vamos divertir, lo vamos a disfrutar, vamos a honrar el agua, la tierra, los recursos que le están dando sentido a esta lucha, vamos a compartir, vamos a convivir, no la vamos a pasar mal.»

Cuando se cansa, Ignacia piensa en Máxima Acuña, la indígena que enfrentó y venció el proyecto minero en Cajamarca, Perú, que ponía en riesgo las lagunas que rodean su terreno.

Dilo como mujer

A Irma González Rodríguez le gusta ver cómo corre el río. Ella, como Ignacia, también es asesora en el CESDER, nació en Ixtacamaxtitlán y vive en Zautla. Es una mujer pequeña, de sonrisa fácil y mirada cálida. Está sentada en una mesa larga en casa de doña Ángeles Cruz Montiel, frente a Hermila Morelo Escamilla, vecina de Loma Larga. También están Ignacia, Francisca y Rosa Govela.

«Yo digo que, lo que he escuchado personalmente (la mina afecta) a uno, porque está uno viviendo aquí, los principales somos nosotros, porque nos quedamos sin agua, la contaminación, los animales, se acabaría todo -dice Hermila.»

Las mujeres hablan de cómo participan en la defensa contra la mina. Hermila reconoce que ella apoya, pero quien va a las juntas y se entera de todo es su marido, a ella le toca quedarse en casa salvo cuando, como ahora, él no está.

«—Poco sabemos de las mujeres y pocas somos las que estamos mostrándonos y así, pero yo creo que el que usted haya venido demuestra que sí hay mujeres que están defendiendo y alertas, y al pendiente, y que Loma Larga no es sólo doña Ángeles que ayuda desde la cocina y eso no se ve, no se visualiza ante los mismos hombres -reprocha Irma-. A veces que nos den voz nos intimida, que nos digan «a ver tú, dilo como mujer», no nos salen las palabras porque no estamos acostumbradas a esta manera, lo hacemos más desde el silencio, desde el hacer, más que desde lo hablado.

—Siempre el hombre está al pendiente y nosotras siempre estamos atrás y en la cocina, continúa Hermila.

—En Tetela al contrario, interrumpe Francisca, las más entronas de la lucha son mujeres, como que las del frente (son) casi más mujeres, así hombres nada más (hay) como 3 o 4.

—En Tetela había más mujeres pero afuera al único que la gente veía era a Germán (Romero González), replica Rosa, todo el mundo, todos los periodistas, sólo a Germán. Él mismo decía: «ahí están las maestras, ahí está no sé quién», pero no lo oían porque estamos acostumbradas a que los hombres estén al frente.

—Aunque la lucha fuerte era de mujeres sobresalía el hombre, concluye Francisca y las demás asienten.

Cómo resisten las mujeres

En este defender, las mujeres cumplen con un rol que, si bien no suele ser protagónico, siempre es relevante para el sostenimiento de la resistencia.

Mina Lorena Navarro, catedrática del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), especialista en políticas de despojo, lo dice claro.

«El papel de las mujeres es muy importante para defender y para sostener las ideas colectivas de las resistencias, sobre todo en estos momentos de peligro, de amenaza, un papel que no necesariamente se ve.»

De modo que Francisca, Rosa, Irma, Ignacia, Hermila y doña Ángeles aportan a la resistencia desde su ser mujer y en los límites de los roles tradicionales que histórica y culturamente han sido establecidos para ellas, aunque empiezan a romperlos. Es decir, si bien resuelven el asunto de la comida, el cuidado de los hijos e hijas propios o ajenos, incluso de la economía del sustento haciéndose cargo del huerto o el traspatio, también participan en las movilizaciones, aportan en la denuncia y la defensa legal.

«Hay un tipo de sensibilidad más allá de la maternidad que genera una experiencia concreta de cómo se produce y reproduce la vida, también hay una sensibilidad que las mujeres han ido cultivando, una sensibilidad política en términos de cómo se necesita defender lo importante o estratégico para seguir reproduciendo la vida

Silvia Villaseñor, integrante del IMDEC y del Consejo Tiyat Tlali, recuerda que en un ejido llamado Tecoltemic las mujeres reclamaron porque no se enteraban de las asambleas, ni de las decisiones que tomaban los hombres sobre las tierras ejidales, pues son ellos quienes las poseen y heredan.

«La participación de las mujeres, dice Silvia, es fuerte y siempre con una mirada muy clara, profunda y comprometida. Estos proyectos de muerte ponen en riesgo la vida de la comunidad, el agua que es sagrada e indispensable y las afectaciones a la salud ¿Y quiénes son quienes cuidan al otro o la otra? Mujeres.«

La minera miente

La Evaluación de Impacto en Derechos Humanos fue un proceso participativo que las organizaciones dirigieron para saber cuál era la situación en el municipio, pero en voz de las comunidades afectadas.

«Se eligieron regiones, se reunió a la gente y se les dio a conocer los derechos y (les preguntaban) cuál es el derecho que creen que se verá afectado, fue un proceso colectivo. La mayoría de la gente coincidió, explica Irma González Rodríguez, que los derechos al agua, al medio ambiente y a la salud son los que no están garantizados con el proyecto minero

La Evaluación arroja que «el agua en toda la región es de buena calidad. No obstante, es escasa y no todos los habitantes pueden cubrir sus necesidades», además, que, si bien «existen suficientes tierras tanto para cultivos como para áreas de conservación», se trata de un ecosistema «vulnerable si se emprenden nuevas actividades económicas desconocidas en la región, especialmente las industriales. (…) En la región se encuentran especies amenazadas y en peligro de extinción. La Semarnat la ha determinado como de prioridad alta de conservación».

Sobre la salud, revela que «las principales enfermedades de la región están asociadas a las vías respiratorias y, en caso de llevarse a cabo el proyecto minero, se incrementarán por el polvo», y el 57 por ciento de la población «no cuenta con seguridad médica».

La investigación documenta una sumatoria de irregularidades, omisiones e ilegalidades por parte de la empresa y las autoridades.

Por ejemplo, Almaden Minerals ha dicho a sus inversionistas que la zona del proyecto está deshabitada y ocultó que enfrenta el Amparo 445/2015, interpuesto en 2015 por ejidatarios de la comunidad nahua de Tecoltemic, por invadir sus tierras, y que hay una suspensión que la obliga a detener los trabajos, aunque en la práctica continúa con ellos. Ocultar esta información es ilegal, de acuerdo con las leyes de valores de Canadá y Estados Unidos, por lo que las organizaciones civiles solicitaron en mayo pasado una investigación al respecto en ambos países.

Las autoridades municipales, estatales y federales, por su parte, niegan su competencia ante violaciones normativas de la empresa, como la perforación del acuífero, la realización de más barrenos y más profundos de lo que tenía permitido. Incluso, el Consejo Tiyat Tlali acusa a la minera de cooptar a las autoridades de Santa María Zotoltepec, pues aduciendo responsabilidad social donó a la clínica un ultrasonido, cinco monitores de signos vitales, y pintó prácticamente todo el pueblo con los colores institucionales de la empresa (amarillo y naranja); también ha regalado mochilas y hasta sillas de ruedas, que fueron repartidas en un evento público por Marta Erika Alonso, esposa del entonces gobernador Rafael Moreno Valle.

La minería a cielo abierto tiene consecuencias fatales e irreversibles: su impacto en el medioambiente impide la regeneración de flora y fauna, y se pierden terrenos de cultivo. Organizaciones como la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) han advertido, por ejemplo, que la producción de cada gramo de oro deja una tonelada de tierra contaminada con cianuro, arsénico, ácido sulfúrico, plomo y otros metales pesados, que por siglos envenenarán los mantos de agua.

A los pobladores, la empresa les ha dicho que el cianuro no es dañino para la salud y que no tiene intención de explotar la mina, aunque compró un molino para ello. Rechaza reunirse con la población afectada, y no acepta una consulta a la que la obliga la ley.

El 20 por ciento de la población que participó en la Evaluación de Impacto en Derechos Humanos ya siente que el proyecto, aun en su fase de exploración, ha afectado su salud (incluida la emocional) y la de su familia.

Acciones de resistencia

Silvia Villaseñor, integrante del IMDEC, explica que la estrategia para detener a Almaden Minerals es aumentar el costo económico, pero ponérsela difícil no ha sido fácil.

«La lógica en general de los proyectos de muerte desde el Consejo es: (la minería) es negocio, entonces, si quieres evitarlo, tiene que haber una manera en la que no sea negocio, mientras lo sea, las empresas van a querer avanzar. Buscamos con las acciones de resistencia elevar el costo económico a la empresa. Por eso una de las razones es que se interpuso una demanda de amparo, el 44/2015, contra las autoridades federales que han dado autorizaciones para que este proyecto avance, alegando el derecho al territorio, a la tierra de la comunidad, el derecho al agua y su derecho al medio ambiente sano.»

Rosa Govela Gutiérrez, compañera en el CESDER de Irma e Ignacia, lleva más de una década viviendo en Zautla y vinculada a la resistencia contra la instalación de la mina en Ixtacamaxtitlán, pero su resistir va también más allá.

«Estamos resistiendo a un modelo de desarrollo, a un modelo de vida que lo que quiere es aniquilar a las mujeres, a las campesinas, a los niños y niñas y lo que quiere es basarse en la ganancia y la acumulación. El agua es lo primero que estamos cuidando, la tierra, estamos cuidando en sentido amplio la vida, esto que nos da el agua y la tierra, el viento, la posibilidad de existir, de decir aquí estamos, la posibilidad de ser felices, de vivir de acuerdo a lo que creemos, la posibilidad de compartir, de estar alegres, de encontrarnos con el otro, con la otra y de construir otro mundo.»

Para Rosa, en este momento la resistencia es más de calidad que de cantidad, aunque cuando es necesario muestra músculo, como sucedió cuando Nacho, el hijo de doña Ángeles, decidió negarle el paso a la minera a pesar de la intimidación verbal y judicial en contra de él y otras 4 personas.

Ese día al terreno de Nacho llegó mucha gente y volvieron a cavar una zanja para impedir el paso de las camionetas de la empresa canadiense, que buscaban llegar del otro lado de un cerro, donde planean construir la presa de jales. Lo que pasó ese día fue un pequeño triunfo. Y, justo como dice Ignacia, la resistencia se convirtió en festejo cuando doña Ángeles sacó los chiquereyes.

Más lectura:

Despojar pueblos y atacar resistencias: las otras actividades de las empresas mineras

Sierra Norte de Puebla: La minera canadiense Almaden Minerals entra por la fuerza en Ixtamaxtitlán

Carta a AMLO tras sus declaraciones a favor de las mineras canadienses

Canadá se presume como «amigo» del mundo, ambientalista; pero en México… ha enseñado el cobre

La magia de Tetela, cuatro años de frenar los intereses de Carlos Slim

Las mujeres en la lucha anti-minera en El Salvador: «Somos ese enjambre de abejas»

Artículo del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales publicado en el Boletín Nº231 (Junio 2017) – Entrevista con Rhina Navarrete, coordinadora general de la ASIC (Asociación Amigos de San Isidro Cabañas).

>> Descargar el Boletín completo en PDF

En marzo de 2017 los pueblos de El Salvador lograron una tremenda victoria. Con la Ley de Prohibición de Minería Metálica, se decretó la prohibición absoluta de la exploración, explotación y procesamiento minero, ya sea a cielo abierto o subterráneo, así como el uso de sustancias tóxicas como el cianuro y el mercurio.

La legislación es retroactiva y de ese modo cierra de manera absoluta los permisos que pudieran estar en trámite. El riesgo de dañar los ríos y fuentes de agua ha sido uno de los frentes de lucha de los movimientos sociales ante la industria extractiva.

La ley culmina más de diez años de lucha por parte de organizaciones de base y líderes comunitarios que se opusieron sobre todo a los trabajos desarrollados en la mina El Dorado, en el central departamento de Cabañas, por la compañía Pacific Rim, ahora la australiana-canadiense OceanaGold. La oposición al proyecto El Dorado fue brutalmente reprimida, dejando un saldo trágico de muertos y heridos.

A pesar que la activa participación de las mujeres en los procesos de resistencia es casi siempre invisibilizada, las mujeres que están tras la lucha anti-minera en El Salvador no solo han sabido mantenerse en pie de lucha, sino que además han adquirido el papel de protagonistas.

En esta ocasión conversamos con Rhina Navarrete, coordinadora general de la ASIC (Asociación Amigos de San Isidro Cabañas).

1. ¿Qué fue lo que hizo que las poblaciones se resistieran tan fuertemente y por tanto tiempo contra el proyecto El Dorado?

Uno de los principales motivos fue la defensa del recurso agua, dado que la mayoría de la población tenía muy claro que el municipio se quedaría sin el vital liquido. Por otra parte, se dieron algunos sucesos, como la muerte de ganado en las zonas donde hicieron las exploraciones y también se secaron algunos pozos.

2. ¿Cómo organizaron la resistencia? ¿Cuál fue la estrategia?

Fueron varias etapas. Primero, recoger toda la información posible respecto al proyecto minero para conocer de primera mano los impactos que éste tendría en la zona y el país. Posteriormente se procedió al trabajo de campo con el propósito de informar a las comunidades sobre los efectos negativos de la minería metálica. Se hicieron foros informativos con especialistas (Dr. Robert Moran y Dina Larios) en el tema de minería y también con personas que ya tenían experiencia en los daños que causa la minería, como es el caso de Honduras (Dr. Almendares). Se diseñó material escrito, audiovisual y radial en un lenguaje popular para que fuese fácil su asimilación por parte de toda la población. También se crearon alianzas estratégicas con otras organizaciones a nivel nacional.

3. ¿Cómo reaccionó la empresa?

La empresa no se quedó cruzada de brazos. También empezó toda una campaña de promoción en las comunidades, queriendo hacerles creer que el cianuro no era mortal, pero la mayoría de la gente no les creyó. Por otra parte, también utilizaron la estrategia que utilizan a nivel mundial: comprando a las autoridades, gobiernos locales y líderes comunales, haciendo obras sociales, etc. En algunas ocasiones se hacían presentes en los foros que hacíamos con el fin de cuestionar a los ponentes, pero ellos no contaban con que éstos eran personas científicas expertas en el tema.

4. ¿Cuál fue el papel de las mujeres en esta lucha? ¿Cómo es eso diferente de la participación de los hombres?

En primer lugar, la participación en los diferentes espacios informativos, en su mayoría, eran mujeres. A medida que la población se iba informando y tomando conciencia de la magnitud del problema, las mujeres fueron liderando el proceso de la lucha (alrededor de 10 mujeres lideresas). Ellas formaron parte de una estrategia para hacer denuncias y movilizaciones.

5. ¿Porqué crees que las mujeres adquieren un rol tan protagónico en estas luchas?

En primer lugar porque somos la mayoría en cuanto al porcentaje poblacional. Por otro lado, somos las que sufrimos los embates de los desastres y cualquier conflicto, así como también las afectaciones económicas, de salud, entre otras. Una mujer sabe cuan necesaria es el agua y la alimentación en un hogar, ya sea que sean madres solteras o no. No estoy diciendo que el hombre no lo sepa, sino que es ella la proveedora directa de los bienes de sobrevivencia, es la cuidadora de la familia, la casa, los huertos y la criadora de los animales domésticos.

La mujer es más sensible ante los problemas que aquejan a la humanidad y es una excelente cuidadora y administradora de todos los bienes (por ejemplo de la madre naturaleza, la diosa del mar, etc.) Una mujer es muy decidida en sus convicciones y no es tan fácil comprar su voluntad cuando sabe que la vida está en juego.

6. Para que las mujeres tuvieran una participación activa en la resistencia, ¿tuvieron que también luchar dentro de sus mismas comunidades u hogares?

Las mujeres se ganaron su propio espacio. Si en algún momento se vio opacada su participación por parte de algún elemento masculino, fueron casos especiales. De igual modo, creo que su lucha mayor fue dentro de sus hogares, dado que tenían que dejar a su familia para poder unirse a la lucha.

7. ¿Crees que la lucha ya está ganada o hay que estar vigilantes?

Una ley que prohíbe la minería metálica en El Salvador no es garante de nada, dado que es una ley secundaria y en cualquier momento puede ser vetada o modificada. Mientras el Salvador siga adherido a los tratados de libre comercio, seguiremos expuestos a cualquier amenaza – no solo de la industria minera. Por otra parte, las legislaturas cambian cada 3 años, nadie nos asegura que la próxima legislatura modifique las cosas. Al menos por el momento podemos estar un poco tranquil@s respecto a ese tema, aunque el futuro de los salvadoreños sigue siendo incierto. Más ahora con la Ley de Asocios Publico Privado, con el fin de aumentar la inversión privada, especialmente inversiones extranjeras directas, partiendo de que el presidente hizo publica su posición de darle cumplimiento.

8. ¿Qué mensaje le darías a otras mujeres y comunidades que se encuentran luchando contra empresas mineras que intentan apropiarse de sus territorios?

Que somos las mayoría. Somos ese enjambre de abejas, de hormigas y tenemos la capacidad de cambiar el rumbo de la historia si nos mantenemos unidos/as. Insisto, las mujeres somos mayoría. Es nuestro derecho y también nuestra responsabilidad defender la vida y el territorio. Creo que la humanidad debe tener muy en claro que el enemigo es el mismo en todo el mundo y se llama CAPITALISMO. Debemos retomar nuestro papel en el cuidado de la creación o evolución, dependiendo de la perspectiva ideológica de cada individuo.

Es un reto entre la conservación o destrucción del ser humano. Sabemos que las riquezas son privadas, pero las consecuencias que éstas causan afectan a todos/as. Los costos los pagan el pueblo; nos venden lo que nos roban y, a través de la historia, los muertos son los mismos de siempre. El oro no se come, no es un bien indispensable para la humanidad. El agua es un recurso finito. Pero sobre todo, las mujeres tenemos una gran capacidad de amar y amar con el corazón, así que a fortalecer el amor al prójimo, a la vida, a la familia, a la humanidad, a la naturaleza y a la creación o evolución. La clave de la victoria está en el AMOR.

Foto: CESTA / Amigos de la Tierra El Salvador

Más información:

El Salvador aprueba ley que prohíbe la minería metálica

[INFORME] Conflictos Mineros en América Latina en 2016: Extracción, Saqueo y Agresión

Mapa interactivo: Mujeres latinoamericanas tejiendo territorios

El mapa «Mujeres latinoamericanas tejiendo territorios» fue elaborado en marzo 2017 por la Red Latinoamericana de Mujeres defensoras de los derechos sociales y ambientales, CENSAT Agua Viva / Amigos de la Tierra Colombia y ACKnowl-EJ (Academic-Activist Co-Production of Knowledge for Environmental Justice).

>> Consultar el mapa

Este trabajo de mapeo visibiliza por el momento solo 21 de los numerosos conflictos ambientales en los que las mujeres juegan un papel decisivo en la defensa del territorio. Se concentra exclusivamente en conflictos mineros por ahora, en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Uruguay. El objetivo es «visibilizar el rol fundamental que desempeñan las mujeres latinoamericanas en la defensa de sus territorios, estrategias y sentires que las ponen al frente en los conflictos mineros, pero también conocer los impactos diferenciados que generan las actividades mineras en la vida de las mujeres», explica la Red Latinoamericana de Mujeres defensoras de los derechos sociales y ambientales en su página web.

Cada conflicto está vizibilizado por un punto en el mapa, acompañado de un video y un texto de contextualización, de datos sobre el proyecto minero al origen del conflicto, así como de una descripción de sus impactos específicos sobre mujeres y de la manera en que ellas se organizan para resistir.

Por ejemplo, a propósito del proyecto de mina de cobre a cielo abierto «Mirador», de la empresa china ECSA EcuaCorriente S.A., en la Cordillera del Condor, Ecuador, que viola el derecho del pueblo Shuar a la consulta y a un medioambiente sano, se puede leer que las mujeres sufren de «criminalización en protestas contra la minería a gran escala y por resistirse a salir de las zonas que según la empresa le pertenecen». «Viven en permanente hostigamiento por mecanismos administrativos y judiciales (indagaciones, en varios casos con prisión preventiva, y procesos judiciales), y otras formas extrajudiciales (represiones violentas, amedrentamiento y agresiones físicas y psicológicas, así como mensajes y apelativos discriminatorios y estigmatizantes) por parte de funcionarios de la empresa y de las instituciones gubernamentales. Frente a esto y otras violaciones a sus derechos los moradores desconocen los principios judiciales y carecen de recursos económicos para contratar su defensa legal. Se acentúa la dependencia y violencia patriarcal especialmente patrimonial ya que los hombres adultos depende de un jornal y de actividades extractivas y las mujeres junto a niños y niñas trabajan de forma riesgosa y precaria en actividades de subsistencia. Con los desalojos violentos se sufrió violencia física, violencia psicológica tanto las mujeres como sus niños, impotencia, temor, angustia, desesperación al verse sin hogar sin tierra, atentando a su seguridad e integridad.»

«En los diversos países de America Latina se impulsa un modelo de desarrollo extractivista basado en el despojo de los recursos naturales, caracterizado por generar cada vez más violencia y criminalidad, atentando sobre los territorios y los cuerpos, y en especial sobre las mujeres», escribe la Red Latinoamericana de Mujeres defensoras de los derechos sociales y ambientales. «A pesar de ello, las mujeres defensoras de los territorios, de los bienes comunes y de la vida desarrollan acciones y estrategias pacificas para defenderse y hacerle frente a este sistema, manteniéndose en la resistencia, articulándose en redes, capacitándose, demandando el ejercicio de sus derechos y planteando alternativas.»

 

>> Consultar el mapa

Carta Abierta al Gobierno de Guatemala: Estado Feminicida en «Hogar Seguro»

Carta Abierta de la comunidad internacional al Gobierno de Guatemala firmada por personas y organizaciones de Chiapas y el mundo, dentro de las cuales Otros Mundos A.C.

>> Ver todas las firmas y descargar el documento

16 de marzo de 2017, Continente Americano

Señor  Presidente, Jimmy Morales Cabrera:

Quienes suscribimos la presente, mujeres y hombres Defensores de Derechos Humanos, expresamos al Pueblo de Guatemala nuestras condolencias por los graves acontecimientos ocurridos el pasado 8 de marzo en el Hogar Seguro «Virgen de la Asunción», ubicado en el Municipio de San José Pinula, Departamento de Guatemala.

Desde recién sucedidos los trágicos hechos hemos estado recibiendo información a través de personas, organizaciones y comunidades de Guatemala sobre la negligente actuación de las autoridades a su cargo que han incumplido con las obligaciones derivadas de las Leyes nacionales y el Derecho Internacional.

Una de estas graves omisiones fue no atender de manera diligente la sentencia del Juzgado Sexto de Niñez y Adolescencia del Área Metropolitana que, en Diciembre del año pasado, condenó al Estado de Guatemala por graves violaciones a derechos humanos, mismas que distintas dependencias estatales documentaron, haciendo visible y denunciando las precarias condiciones del albergue, malos tratos, abuso sexual, actos de tortura, privación de la libertad, así como la probable operación de una red de trata de personas que explotaba a niñas y jóvenes menores de edad en complicidad con funcionarios a cargo del Hogar Seguro.

El acto de protesta que las menores de edad iniciaron el día 7 de marzo al interior del Hogar, fue tan solo una de las expresiones desesperadas para romper el miedo ante la muerte progresiva y silenciada que la impunidad del Estado lapidó sobre las pequeñas voces de quienes personifican un país que sobrevive a la violencia estructural, impunidad e injusticia, la huella del genocidio, descomposición social, la nula reparación del daño, el desprecio y discriminación de sus gobernantes sumado al fracaso de las políticas públicas de atención integral, un maltrecho proceso de construcción de paz y el intento de una nación democrática.

En ese sentido, Señor Presidente, nos hiere, indigna y llena de rabia la muerte de, hasta el día de hoy, 43 niñas y jóvenes, las más de 20 que sobreviven con graves quemaduras que se debaten entre la vida y la muerte y la situación de centenas de menores en los centros de internamiento en el país que presentan condiciones similares a las denunciadas por las víctimas. Nos horroriza que, conociendo las denuncias realizadas varios años atrás, no se hayan tomado las medidas necesarias para deslindar y sancionar responsabilidades, incluyendo la parte que le toca a Usted. Hoy, Guatemala nuevamente ocupa las esquelas fúnebres de Latinoamérica y se consigna en la memoria abierta ¡Fue el Estado!

Acusamos la falta de una respuesta oportuna por parte del Estado guatemalteco ante la solicitud de información que realizó el pasado 31 de enero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el albergue Virgen de La Asunción, por lo cual las autoridades incumplieron con su responsabilidad internacional de salvaguardar y proteger los derechos humanos de las niñas y jóvenes del albergue.

Frente a este contexto de dolor e impunidad le instamos a que su actuar y decisiones favorezcan un proceso de Verdad y Justicia para las víctimas, sobrevivientes, familiares, y todo el pueblo de Guatemala. Señor Presidente en sus manos está la responsabilidad de hacer valer el postulado ¡Guatemala, Nunca Más!.

«No más violencia contra las Mujeres»

«Ni una menos»

>> Ver todas las firmas y descargar el documento

{YOUTUBE}4C-TiNH_LoA{/YOUTUBE}

Más sobre el tema:

Comunicado del Consejo del Pueblo Maya: «¡No más pactos para controlar y matar a las mujeres! ¡Urge un tiempo para reconstruir nuestras vidas!»

La Secretaría de Bienestar Social y la institucionalidad del infierno

Mujeres latinoamericanas entregan a la ONU 15 mil firmas de apoyo para que cese la violencia contra las mujeres por actividades extractivas

Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Sociales y Ambientales

El 25 de noviembre Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, entre música de tambores y organizadas en diferentes países, la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Sociales y Ambientales, realizo la entrega de las 15 mil firmas recolectadas en todo el mundo denunciando que los proyectos extractivos y en particular las actividades mineras están generando violencia con el cuerpo  y el territorio, pero  la vez pidiendo a la ONU que interceda para otorgar garantías para las defensoras de la tierra y la vida.

La entrega se hizo a la ONU en Ecuador, Argentina, Bolivia, Chile, México, Uruguay, Colombia, El Salvador, Honduras, Perú y proximamente serán entregadas en Panamá y en otros países. La campaña de firmas virtuales fue impulsada por la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales en coordinación con Salva la Selva desde su sitio web www.salvalaselva.org con mucha interacción de personas de diferentes países, que al conocer los ejemplos de violencia contra las mujeres por actividades mineras se sumaron a la petición con una firma.

La carta a Naciones Unidas resalta que: las mujeres somos las más afectadas por estas economías extractivistas, nuestra carga de trabajo aumenta porque duplicamos los recorridos para acceder al agua no contaminada, tenemos que resolver la producción de nuestra chacra cuando contaminan nuestro suelo, cuidamos de la salud de nuestros niños/as y demás integrantes de nuestra familia por encontrarnos en ambientes contaminados. Nuestros cuerpos se enferman y le sobre exigimos para cuidar de otros.

Estamos expuestas  a diversas formas de violencia que causan las actividades extractivas: agresiones físicas, sexuales y psicológicas que ponen en riesgo sus vidas, sus cuerpos y sus territorios; contaminación que afecta a su salud; criminalización que afecta a su integridad; y despojo de sus territorios.

La Petición señala: “Las organizaciones, instituciones y personas firmantes de esta petición nos dirigimos a los gobiernos de América Latina, para denunciar y exigir el cese inmediato de toda forma de violencia contra las mujeres, y pedimos medidas efectivas de protección para todas aquellas que se sientan amenazadas”.

Ejemplos que marcan la violencia extractivista como el asesinato de la compañera Berta Cáceres en Honduras en marzo de 2016, los desalojos forzados en medio de militarización y hostigamientos a mujeres y sus pueblos indígenas en Ecuador para implantar actividades mineras, dejar sin agua y en condiciones de alta contaminación minera a comunidades enteras en Bolivia y lo que implica para las mujeres  garantizar el alimento para las mujeres, atentados con armas de fuego a la vida de mujeres por defender el territorio en Guatemala,  enfermedades en Honduras causadas por las mineras, el permanente hostigamientos, daños físicos y psicológicos a Máxima Acuña en Perú entre muchos otros casos que se describen en la petición.

Por ello desde la Red Latinoamericana de mujeres se exige cese la violencia que ejercen las actividades extractivas sobre los territorios y sobre los cuerpos de las mujeres, se  garanticen los derechos de los y las Defensoras socio ambientales en América Latina, en nuestro  legítimo ejercicio a defender la Tierra, el Territorio, los bienes naturales y la Vida. Y se pide justicia por los asesinatos de defensoras de la tierra, se  castiguen para terminar con la impunidad, exigimos Justicia, basta de hostigamientos y  se deje de promover las actividades extractivas en nuestros territorios.

25 de noviembre de 2016

Descargar: Carta ONU

Carta Petición y casos

Revista Biodiversidad, sustento y culturas N° 89

 

 

En el mundo crece la violencia. El asesinato y las desapariciones se vuelven un signo ominoso de los días. La represión se hace abierta, a veces dirigida y a veces confusa, genérica, masiva, siempre a mansalva. Los acuerdos de libre comercio, el sistema agroalimentario industrial, los derechos de propiedad intelectual sobre las semillas y la vida misma, el acaparamiento de tierras, el sometimiento de las mujeres a designios patriarcales e injustos, las devastaciones que se suman, amenazan el futuro común que nos merecemos. Pero la gente sigue buscando cuidar, entender, compartir, procurar, abrazar, impulsar, procrear, alimentar, imaginar, entender junta, responsabilizarse e implicarse, reproducir y cuidar la vida en toda la extensión de la palabra. Para eso está la Biodiversidad, con su información y su razonamiento compartido.

Contenidos

Editorial

 

El mundo parece entrar en un recrudecimiento de las relaciones peligrosas. La gente se desencuentra, todo se mueve de sitio.

Los bombardeos desde helicópteros o aviones, los coches bomba y los atentados sobre poblaciones civiles se multiplican. El asesinato y las desapariciones también se vuelven un signo ominoso de los días. La represión se hace abierta, a veces selectiva, a veces dirigida, a veces confusa, genérica, climática, siempre a mansalva.

No importa qué actividad desarrolle la gente, o si defiende los espacios vitales y los ámbitos comunes, si defiende los ríos, el bosque, la justicia, la salud, la comunidad, el territorio, la posibilidad de información o las relaciones laborales justas, la educación de un modo más humano e imaginante, la democracia y el juego de los partidos, la posibilidad de existencia de los movimientos, la urgencia de ejercer y resolver, por medios propios, lo que más nos importa.

Los poderes de los Estados (y los enemigos que ha inventado en los juegos de espejos o en la torpeza de sus acciones) están decididos a someter, al costo que sea, comunidades, mujeres, pueblos originarios, estudiantes, maestros, jornaleros agrícolas o simples pobladores.

No obstante la gente sigue buscando resolverse, cuidar, entender, compartir, procurar, abrazar, impulsar, procrear, alimentar, imaginar, entender junta, responsabilizarse e implicarse, reproducir y cuidar la vida en toda la extensión de la palabra.

Y eso que le llamamos vivir no es sino la lucha continua e inquebrantable contra todo lo que nos ha tocado enfrentar y por aquello que buscamos atesorar para nuestros hijos e hijas, para las generaciones que vienen a heredar este mismo conflicto, estos mismos cuidados que estamos (con urgencia y orgullo) emprendiendo por nosotros y por los demás, aunque no sean todo lo que buscamos, aunque no reciproquen todo lo que deberían. Porque la vida es de todas y todos.

Y así, le damos un espacio a este hermoso relato-poema de Gustavo Duch, en honor de los trabajadores del matadero Esfosa de Vic y su resistencia, que transmite muy bien lo que queremos:

Primero fue que los hijos nacían de los ojos; las lágrimas al caer en tierra se hacían hijos. Pero las riadas se los llevaban o los rebaños los aplastaban.

Segundo era que los hijos nacían de suspiros. Pero lanzados a los vientos, el Sol los desecaba y los pájaros celosos los ahuyentaban.

Tercero entonces decidieron parir hijos besándose en la mar. Pero se perdían entre tanta inmensidad.

Fue entonces que decidieron aventrar a sus hijos en un trago de mar.

Somos nacidos de un desacato.

Para acceder a la revista en PDF:

Empoderadas / protección integral para mujeres defensoras

Brigadas Internacionales de Paz (PBI por sus siglas en inglés), tiene el gusto de compartir una toolkit (caja de herramientas) en línea, que pretende ser una guía sencilla y accesible a aquellos recursos en línea para mujeres activistas latinoamericanas que trabajan para la defensa de la tierra y del medioambiente. Basada en el principio de protección integral, incluye no sólo recursos sobre la seguridad física, sino también recursos sobre otras áreas que han identificado de igual importancia tales como la financiación, el cabildeo y el auto-cuidado. Estos recursos pretenden ayudar a que las defensoras puedan trabajar en un entorno más seguro, y en grupos y organizaciones más sostenibles.

empoderadas-pbiLa Toolkit está destinada para las defensoras de la tierra y el medioambiente en reconocimiento a los riesgos específicos que enfrentan. Las defensoras afrontan poderosos intereses económicos, frecuentemente en zonas rurales aisladas, con los desafíos adicionales de ser mujer, corriendo el riesgo de agresiones basadas en el género y / o la estigmatización por su trabajo. Muchas son indígenas o afrodescendientes y pueden verse sometidas a discriminación y marginación adicionales.

 

La Toolkit está dirigida a defensoras, miembros de organizaciones de mujeres, mixtas, o
que actúan de forma independiente. Incluye vínculos a publicaciones que brindan sugerencias y consejos y a sitios web de organizaciones relevantes. Las áreas que cubre son los siguientes:

  • cabildeo
  • redes
  • financiamiento y recaudación de fondos
  • apoyo de emergencia
  • seguridad y protección
  • salud y auto-cuidado
  • pasantías y premios
  • formación y desarrollo de capacidades
  • apoyo legal
  • normas internacionales de derechos humanos

Está disponible en inglés y español en http://www.herramientadefensorasderechostierra.org

Vía Movimiento M4

Marcha en Chenalhó el 8 de marzo

Hacemos una atenta y cordial invitación para una marcha que se realizará en Ch´enal vo´.
8 de marzo día internacional de las mujeres
 
Nosotras las mujeres de la Sociedad Civil las Abejas de Acteal, les hacemos una atenta y cordial invitación  a los organizaciones, paroquías, colectivos y  medios libres al alternativas o como se llamen,  para una marcha que se realizará en  Ch´enal vo´.
Punto de encuentro será en la Tijera Ch´ixilton a las 8.00 de la mañana hasta llegar a la cabecera de Ch´enal vo´,  el día 8 de marzo del presente año.

Juntemos nuestras voces, nuestras fuerzas para la defensa de Nuestra Madre Tierra, nuestras Raices como Pueblos Originarios, como organizaciones y como Sociedad Civil.

 ¡Gritemos en una sola voz!
   
 ¡No al despojo de Nuestra Tierras!
               
 ¡No al despojo de Nuestra Tierras!

Digamos NO a todo aquello que atenta a nuestra vida!

Atentamente

Las Mujeres de la  Organización Sociedad Civil las Abejas de Acteal.

 

La situación de las mujeres rurales de América Latina en el acceso a la tierra

Hoy quiero compartir una parte de mi situación como mujer: yo me casé a los 18 años y me separé cuando tenía 21 años, por sufrir violencia psicológica, sexual y física. Gracias al apoyo de mis padres logré seguir adelante con mi vida. Eso fue en el año 1994, justo cuando se estaban organizando el retorno libre y voluntario de México a Guatemala, donde estuve exiliada durante 14 años a causa del conflicto armado que duró 36 años en nuestro país, Guatemala.

Maria Raquel Vásquez – Luchadora social por los derechos de las mujeres rurales en Guatemala desde los años 80

 

eldiario.es

Al momento de quedar libre de ataduras conyugales empecé a luchar junto a otras mujeres para lograr que pudiéramos tomar decisiones para garantizar nuestros derechos a decidir en el proceso de retorno y sobre todo garantizar nuestro derecho a la tierra. Gracias a procesos de formación que he recibido durante estos 21 años he descubierto que las mujeres tenemos capacidad para salir adelante sin necesidad de depender de un hombre.

A las mujeres nos han obligado a estar sumisas a las decisiones que otros toman por nosotras. Sin embargo, el empeño que nosotras hemos puesto para sacar adelante a nuestras familias ha demostrado que somos capaces de contribuir al desarrollo no solo de nuestras familias, sino también de nuestros países. Lamentablemente el sistema actual no nos favorece. Por ejemplo, la tierra, que es uno de los elementos esenciales para nosotras, está en manos de los hombres.

 

Según los datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en un comunicado publicado el mes de agosto del 2015, mientras que las mujeres del campo son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos a nivel mundial, las de la región de Latinoamérica y el Caribe continúan viviendo en una situación de desigualdad social y política. Por esas razones cada día se hace necesario avanzar en la lucha y lograr que las mujeres tengamos mayor acceso a la tierra.

Considero que el control efectivo de la tierra por parte de las mujeres podría tener un mayor impacto en la seguridad alimentaria y nutricional en la región. La misma FAO afirma que, como promedio, sólo el 18% de las explotaciones agrícolas regionales son manejadas por mujeres y que reciben únicamente el 10% de los créditos y el 5% de la asistencia técnica.

No cabe duda que las mujeres rurales de América Latina tenemos que seguir avanzando en posicionar nuestras demandas para lograr mayor participación, promover políticas y garantizar los recursos económicos que nos ayuden a salir de la difícil situación que nos tiene atrapadas.

Invito a más mujeres a que nos atrevamos a hablar, a defender nuestros derechos a la tierra y a vivir una vida libre de violencia.

Por último, quiero compartir que la mejor herencia de nuestras madres y que nosotras dejaremos a nuestros hijos es esa lucha incansable por defender nuestros derechos.