COP19: El petróleo gana al clima en Varsovia

El petróleo gana al clima en Varsovia

La cumbre climática demora hasta el 2015 las propuestas sobre limitación de gases invernadero que entrarían en vigor en el 2020

Antonio Cerrillo, La Vanguardia

La nueva conferencia de cambio climático de la ONU, celebrada durante dos semanas en Varsovia, ha frenado en seco las expectativas para alcanzar un acuerdo ambicioso en la negociación del pacto mundial sobre el clima que se debe cerrar en París el 2015. La presentación de las nuevas metas (que entrarán en vigor en el 2020!) se podrá demorar hasta el primer trimestre del 2015. Los negociadores ganan más tiempo. Pero ¿saldrá perdiendo otra vez el clima?

La cumbre de Varsovia ha hecho más visible que nunca el pulso entre la comunidad científica, que pide medidas urgentes para mitigar el calentamiento del planeta, y la industria del carbón, el petróleo y el gas, reacia a ceder el testigo al nuevo modelo energético clave para reducir las emisiones de gases invernadero y estabilizar al clima. Hace ya tiempo que estas cumbres de la ONU se han convertido en el teatro político de esta pugna.

Eso explica que la conferencia registrara el mayor desembarco conocido de la industria de los combustibles fósiles, y por eso, el gobierno polaco organizó una conferencia paralela junto con la Asociación Mundial del Carbón (la Cumbre Internacional del Carbón y el Clima), para prestigiar este modo de generación que aporta el 90% de la electricidad en Polonia.

Dos grados más, peligro

Tan aparatosa escenografía, en contraste con la falta de acuerdos para mitigar el calentamiento, condujeron a que por primera vez las organizaciones conservacionistas dieron un portazo a una cumbre. En el Ministerio de Economía de Polonia aparecieron unas pancartas muy gráficas: “¿Quién manda en Polonia: la industria del carbón o la gente?”. “¿Quién manda en el mundo: la industria de los combustibles fósiles o la gente?”. En Varsovia, el tradicional esquema o conflicto de intereses entre países industrializados y naciones en vías de desarrollo (en torno a quién tiene más responsabilidad a la hora de reducir las emisiones de gases) ha dado paso a trincheras más sutiles e indefinibles: la influencia de las multinacionales de los combustibles fósiles incide también sobre las potencias emergentes o los países en vías de desarrollo (China, India, Venezuela o Arabia Saudí).

Y por eso, muchas naciones en vías de desarrollo se han resistido con uñas y dientes a detallar cómo y cuándo empezarán a poner coto también a sus emisiones de gases, en sintonía con los intereses de un modelo energético basado en el carbón o el petróleo.

El problema es que si se quiere limitar un aumento de temperaturas mundiales a dos grados (un umbral del cual se desencadenaría un clima extremo peligroso), la humanidad solo podría consumir un tercio de las reservas probadas de combustibles fósiles, según la Agencia Internacional de la Energía. Dicho de otra manera, el potencial emisor de CO 2 de las reservas mundiales de los combustibles fósiles es tres veces superior a lo que pueda asumir una atmósfera estable, dice Carbon Tracker, un centro de estudios inglés. Las temperaturas apuntan ahora subidas de hasta 4 grados a final de siglo.

Más demoras y escapatorias

La cumbre ha mostrado escasísimos avances en el plan para tener un acuerdo mundial sobre el clima (París, 2015) que debe implicar, por primera vez, a todos los países, ricos o pobres, a la hora de limitar la emisión de los gases a partir del 2020 (pues las metas actuales sólo afectan a una treintena de naciones industrializadas; y no están EE.UU, China, India y demás). La modesta intención para Varsovia era que las naciones hicieran público la fecha en que van a presentar sus propuestas sobre planes naciones para limitar esos gases. Pero China, India y otros se resistieron a enseñar sus cartas, hasta poner la negociación al borde del colapso. Al final, el pacto de mínimos (marcado por China, India y EE.UU., sobre todo) llegó porque las propuestas (sobre limitación de gases) no se llamarán “compromisos”, sino “contribuciones”, una fórmula con menos valor legal. Además, se presentarán… en el primer trimestre del 2015, “en el caso de las partes en condiciones de hacerlo”: una precisión con la que los países reticentes podrán encontrar otra escapatoria. China, India, Venezuela o Arabia se llevaron el gato al agua.

Ha sido otra derrota para la UE, que proponía una verdadera hoja de ruta hasta París, incluida la idea de que esos “deberes” se entregaran en el 2014, para evaluar con tiempo las propuestas y comprobar si éstas encajan con un esfuerzo colectivo comparable de reducir de gases (para evitar la subida de dos grados).
Para más inri, Japón anunció que aumentará sus emisiones un 3% para el 2020 (respecto a 1990), mientras Australia y Canadá refrendaron su apuesta por los combustibles fósiles.

Síndrome Haiyan: Daños por el clima extremo

La cumbre superó el síndrome del tifón Haiyan, que segó la vida a más de 4.000 personas en Filipinas. Pero en los debates se puso sobre la mesa la reclamación de las naciones menos adelantadas en favor de un fondo para “pérdidas y daños”: una indemnización por el clima extremo que sufren algunos de esos países. Las naciones industrializadas se resistieron a pagar la nueva factura, porque sería tanto como asumir que son responsables directos de las de calor o los ciclones más intensos.

Al final, se acordó crear un sistema de coordinación e intercambio de experiencias en esta materia, el mecanismo de Varsovia, desprovisto de recursos, y “urgir” a los países desarrollados a “continuar movilizando dinero público en niveles superiores” a los acordados los tres últimos años dentro del actual fondo verde de ayuda para que las naciones vulnerables se adapten al cambio climático. Pero tampoco hay etapas claras para dotarlo de los 100.000 dólares anuales para el 2020 prometidos en Copenhague.

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Y si por algo se recordará seguro a esta COP19 es por el abandono masivo, a un día del fin oficial de la cumbre, por parte de ONGs y sindicatos, hecho que no había ocurrido antes en ninguna Cumbre sobre el Clima

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