Declaración de preocupación de la Sociedad Civil hacia la Conferencia de La Haya sobre la Agricultura, Seguridad Alimentaria y Cambio Climático

Declaración de preocupación de la Sociedad Civil hacia la Conferencia de La Haya sobre la Agricultura, Seguridad Alimentaria y Cambio Climático

(31 octubre—5 noviembre):
agricultura
Nosotros, las organizaciones abajo firmantes de la sociedad civil de todo el mundo, miramos con preocupación la próxima Conferencia de La Haya. Organizada por el Gobierno  de los Países Bajos en cooperación con los Gobiernos de Etiopía, México, Nueva Zelanda, Noruega, Vietnam, el Banco Mundial y la FAO, la conferencia tiene como objetivo producir una hoja de ruta con «acciones concretas que unen las inversiones políticas y medidas relacionadas con la agricultura a la transición para reducir emisiones de carbono para un crecimiento resiliente al clima. «

El cambio climático amenaza los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de miles de millones de personas pobres y vulnerables en el planeta, y es urgente que tanto el análisis como las soluciones sean adecuadas. Hacer las cosas bien significa también seguir un proceso correcto, incluyendo la participación de aquellos cuyos medios de vida estén en mayor riesgo. Las soluciones impulsadas de arriba hacia abajo no son soluciones legítimas.

Participación y transparencia
Estamos preocupados por la falta de transparencia, participación y consulta con los gobiernos, agricultores y otras personas de la sociedad civil para la preparación de la conferencia y su «hoja de ruta». El proceso se enfoca en los vínculos de la agricultura y el clima, sin embargo, no es evidente que se hayan incluido a los representantes de los países en desarrollo quienes están negociando con la ONU temas relacionados con estos vínculos y en general, con el cambio climático. Una pre-conferencia regional se organizó en África, pero no en otras regiones, aumentando las preocupaciones sobre participación desigual.

Agricultura ecológica en comparación con industrial
El modelo industrial de producción agrícola amenaza la viabilidad de los ecosistemas y contribuye enormemente al cambio climático. Lo que se necesita ante la amenaza del cambio climático no es nada menos que un cambio de sistema. El modelo de producción agrícola ecológica, basado en principios para crear suelos saludables y cultivar la diversidad biológica y que da prioridad a los agricultores y los conocimientos tradicionales, es resistente al clima. Eso es agricultura respetuosa con el clima.

También existe la necesidad crítica de revertir la concentración económica de los mercados mundiales – en particular para los granos, el ganado y procesamiento de alimentos – que ha dado lugar a formas insostenibles de agricultura industrial en todo el mundo y que son fuente de la mayor parte de las emisiones del sector agrícola. Desafortunadamente, la agenda de la conferencia no parece para hacer frente, de manera significativa, a estos necesarios cambios del sistema.

Evitar soluciones tecnológicas cuestionables
La conferencia debe evitar hablar sobre soluciones tecnológicas costosas y no probadas, como los organismos genéticamente modificados y otras tecnologías y practicas patentadas. Estas tecnologías no sólo son prohibitivamente costosas para los países en desarrollo, sino también crean nuevas formas de control corporativo sobre recursos genético en plantas agrícolas y animales. La seguridad de estas tecnologías está en duda, y ya se han producido daños ambientales, sociales y económicos  a partir de su uso. Estas tecnologías amenazan con entorpecer, en vez de mejorar, la adaptación agrícola al cambio climático.

Un enfoque sobre la adaptación
La adaptación al cambio climático en el sector de la agricultura debe ser la prioridad principal de esta conferencia. Se debe hacer hincapié en identificar las prioridades de adaptación de los países en desarrollo, así como la provisión de finanzas públicas constantes y confiables para los países en desarrollo que tendrán que hacer frente a las peores consecuencias del cambio climático. Además, el financiamiento de la adaptación debe ser en forma de subvenciones, no préstamos. Las prioridades de mitigación por parte de los países desarrollados y los mercados de certificados de reducción de carbono no deben ni pueden manipular el diseño de estrategias de adaptación al cambio climático.

Finanzas públicas, no mercados de carbono
Si bien se habla mucho de las posibilidades de uso de mercados, debemos declarar enfáticamente que la vinculación de los mercados de carbono con el carbono en los suelos no son la solución para la mitigación o adaptación en el sector agrícola. Dinero de mercado especulativos, inestables y no confiables podrían significar un desastre para la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia en los países en desarrollo. Por otra parte, enfoques «innovadores»  basados en mercados distraen la atención de la responsabilidad de los países desarrollados en base a sus emisiones históricas y sus obligaciones de financiamiento para la adaptación y mitigación por parte de los países en desarrollo. En realidad, los mecanismos de mercado de carbono financian los compromisos de mitigación de los países desarrollados a través de la «compensación» con los proyectos completados en países en desarrollo, lo que les permite a los países desarrollados seguir sus formas de producción y consumo no sostenibles sin ningún cambio— pasándole la carga de la mitigación, e incrementando la carga de la adaptación, a los países en desarrollo.

Implementar en lugar de ignorar  los  hallazgos del IAASTD
Los temas críticos de la agricultura, la seguridad alimentaria y el cambio climático, ya han sido abordados a profundidad en la Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD, por sus siglas en inglés). Iniciado por el Banco Mundial y la FAO, patrocinado por otros organismos de las Naciones Unidas y aprobada por 58 gobiernos, la IAASTD es considerada como el «Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la agricultura,» gracias al trabajo de más de 400 expertos en un proceso de seis años.

Como resultado de este proceso, la IAASTD contiene algunas de las opciones de política e inversión para fortalecer la productividad y la resistencia de los alimentos del mundo y los sistemas agrícolas más completos, y validos, mientras que al mismo tiempo dan prioridad a la equidad social y sostenibilidad. El proceso de consulta y participacion de las múltiples partes interesadas crearon una evaluación legítima e impregnada de conclusiones y opciones de política. Dichas conclusiones fueron recibidas por muchos países en desarrollo que sufren los efectos más graves del hambre y la inseguridad alimentaria .

La Conferencia hace caso omiso de la IAASTD, bajo su propio riesgo. El Banco Mundial y la FAO deberían defender a  la IAASTD, en lugar de tratar de ignorarla o subvertirla. Teniendo en cuenta la altamente criticada trayectoria del Banco Mundial en la agricultura,  el liderazgo del Banco en esta conferencia amerita un análisis exhaustivo.

Conclusión
Exigimos que la Conferencia de La Haya apoye soluciones justas y eficaces a la crisis de la agricultura y el clima. Hacemos un llamado a un liderazgo mundial para la transición a la agricultura ecológica, evitando soluciones tecnológicas cuestionables, que se centre en permitir a los agricultores adaptarse al cambio climático, y garantizar un financiamiento público y adecuado para la agricultura. Muchas de estas recomendaciones se recogen en la IAASTD, lo que refleja una amplia consulta pública, y debe ser endosadas por este proceso, e implementadas por los gobiernos y las organizaciones internacionales, entre ellos el Banco Mundial y la FAO.

Creemos que la comunidad internacional de alimentación y  agricultura, en particular los pequeños agricultores, trabajadores, pueblos indígenas, las mujeres y las organizaciones de la sociedad civil dedicados a cuestiones de seguridad alimentaria, soberanía alimentaria, derecho a la alimentación y la conservación, y el uso de los conocimientos tradicionales, son  elementos esenciales para este debate ya que proporcionan soluciones prácticas, justas y asequibles a los problemas de seguridad alimentaria y cambio climático. Ellos necesitan ser escuchados. La “hoja de ruta” internacional de «acciones concretas» ante todo impactará a los pequeños agricultores del todo el mundo y cualquier proceso que hace caso omiso de sus voces debe ser cuestionado por su falta de legitimidad.

31 de octubre 2010

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