¡No manipulen la Madre Tierra!
Detengamos la geoingeniería – ¡Nuestro planeta no es su laboratorio!
Las sociedades del industrialismo han provocado una serie de crisis ecológicas sin precedentes: crisis climática, devastación de agua, acumulación de toxinas, colapso de ecosistemas y extinción acelerada de especies. La transgresión de los límites naturales en aras de las ganancias privadas pone en riesgo la integridad y supervivencia de nuestro planeta, la Madre Tierra. Esta forma de vida sobre la Tierra se ha vuelto insostenible. El sentido común dicta que actuemos para erigir rápidamente una civilización más justa, que se asiente más suavemente sobre el planeta.
Una mala idea que se hace realidad
Pero el sentido común no es la única opción sobre la mesa. Un grupo de científicos, empresas e instituciones con cada vez más influencia, respaldados por algunos de los gobiernos que tienen la mayor deuda climática, proponen un camino distinto para salir de la crisis: un plan B. En vez de cambiar los modelos dañinos de producción y consumo, pretenden hacer proyectos de geoingeniería en todo el planeta, para que éste pueda (teóricamente) seguir soportando los abusos de las sociedades industriales. Sus propuestas para “arreglar” tecnológicamente el calentamiento global, van desde el cambio de la química de los océanos hasta la contaminación de la atmósfera superior con partículas de azufre. No hay ninguna razón para creer que un puñado de hombres, de países industrializados, podrán realizar esta “geoingeniería” del planeta con integridad e inteligencia, ni que tomarán en cuenta los derechos de los pueblos vulnerables. Ellos reconocen incluso que sus planes conllevan enormes riesgos y aún así están dispuestos a exponernos.
Se llama geoingeniería a proyectos de gran escala para manipular intencionalmente los ecosistemas del planeta y por tanto el clima. Políticos de Estados Unidos y el Reino Unido están considerando seriamente varios proyectos de ese tipo, mientras que la Sociedad Real Británica (UK Royal Society) y sus aliados de la industria abogan por mayor financiamiento para esas actividades. Algunos de los hombres más ricos del mundo (por ejemplo, Richard Branson y Bill Gates) y de las mayores corporaciones industriales (como Boeing y Shell) también están involucrados en este tipo de proyectos.
“Si solucionáramos con geoingeniería este problema, reuniones como la de Copenhague no serían necesarias. Podríamos continuar volando nuestros aviones y conduciendo nuestros autos”. Richard Branson, Fundador y propietario de la empresa multimillonaria Virgin Group
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Los cambios que necesitamos son económicos, sociales y políticos. La geoingeniería es una distracción altamente peligrosa.
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