El mecanismo REDD+ pone en riesgo garantías de indígenas
-Advierten organizaciones de derechos humanos los daños que causará dicho proyecto
-Con esto se estaría introduciendo a los bosques en el mercado de carbono, señalan
Angélica Enciso L. Periódico La Jornada. Lunes 20 de diciembre de 2010.
Con el aval al mecanismo de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación plus (REDD+) que dieron las naciones en la pasada Conferencia de las Partes (COP) de cambio climático se ponen en riesgo los derechos humanos de las comunidades indígenas y se introduce a los bosques en el mercado de carbono, advierten organizaciones.
Este fue una de las decisiones que se preveía fueran acordadas dentro de un paquete de decisiones que incluye la «intención» de países desarrollados de dar financiamiento después de 2020.
Bolivia, la única nación que al final discrepó de los acuerdos, advirtió que estos permiten elevar la temperatura global en más de 4 grados, a niveles desastrosos para la humanidad. «Recientes reportes científicos muestran que 300 mil personas ya están muriendo cada año por los desastres relacionados con el cambio climático. Este texto amenaza con el aumento de muertes anuales a un millón».
En cuanto al REDD+, esta nación planteó que los bosques no deben verse como un «mercado de carbono», con el cual las naciones industrializadas dan recursos a los que están en desarrollo para que estos «bajen» emisiones, pero las primeras se adjudican las disminuciones en sus metas nacionales.
En cambio, Bolivia propuso que se financien planes nacionales de países en desarrollo para preservar los bosques, pero «no para ver cuántas toneladas de carbono capturan y a partir de ello emitir bonos de carbono que entrarían a un mercado internacional».
En el texto final en cuanto al REDD+ se señala que «los gobiernos acordaron fomentar la acción para frenar las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo con soporte tecnológico y financiamiento».
El REDD+ no asegura la conservación de los bosques y se les ve solamente como instrumentos para almacenar carbono, señaló Amigos de la Tierra internacional. Tampoco garantizan los derechos de los pueblos indígenas ni aseguran la protección de los bosques naturales, «busca permitir a los países ricos utilizar créditos de carbono de los bosques para escapar a sus obligaciones de reducción de emisiones».
Ahfi Wahyu Hidayat, de la organización Amigos de la Tierra Indonesia, detalló que mil 600 millones de personas en el mundo viven de los bosques, entre ellas 60 millones de pueblos indígenas dependen por completo de ellos para su sustento, alimentación, medicina y materiales de construcción. Incluir a los bosques en los mercados de carbono puede provocar acaparamiento de tierra.
Tom Goltooth, director de la Red Ambiental Indígena de Estados Unidos, consideró en entrevista que REDD no da garantías sobre derechos humanos, además de que no es una solución para mitigar el cambio climático, ya que la ciencia ha aportado pocos estudios acerca de que la captura de carbono del bosque compense las emisiones industriales.
Ahora la pregunta es quienes serán los dueños de los árboles, «los que invierten o quienes viven allí». El riesgo para los derechos humanos «es el desalojo de la tierra, la privatización por las corporaciones, restricciones a la gente indígena de su territorio para su cultura y alimentación», señaló.
Para organizaciones mexicanas agrupadas en la campaña Las Comunidades Cuentan Más pidieron que se dé un proceso de difusión, información y consulta para hacer valer de manera plena y efectiva la participación de las comunidades y ejidos, a partir del derecho de consentimiento previo, libre e informado en todo proceso y decisión concerniente al desarrollo, planeación e implementación de la política REDD+ en México
Sobre el Protocolo de Kyoto, que establece las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrollados, el único acuerdo fue que las naciones «aceptan continuar con las negociaciones con el propósito de completar su trabajo y asegurar que no hay brecha alguna entre el primer periodo de compromisos y el segundo del tratado».
Esto brinda una plataforma para abandonar el Protocolo de Kyoto, para remplazarlo con «un sistema débil de promesa y examen como legado del Acuerdo de Copenhague, que conduciría a un calentamiento devastador de cinco grados centígrados», advirtió Amigos de la Tierra Internacional.
En cuanto al establecimiento de un Fondo Mundial para el Clima, sólo se planteó la «intención» de recaudar 100 mil millones de dólares en fondos a largo plazo para 2020, se acordó «un proceso para diseñar un fondo verde para el clima bajo la Conferencia de las Partes que cuente con una junta con igual representación de los países en desarrollo y desarrollados».
Para esta organización esta propuesta no va de «acuerdo con la equidad ni la necesidad. Los países ricos deben cumplir con sus obligaciones de brindar suficientes fondos públicos a naciones en desarrollo para que puedan desarrollarse en forma limpia y se adapten a los impactos del cambio climático, que ya sufren».