Por Alina Rosas Duarte, revoluciontrespuntocero.com
Mejores empleos, incremento en los niveles de productividad, diversificación del mercado, elevar niveles de vida, protección al medio ambiente y disminución de la pobreza, fueron algunas de las promesas que 20 años atrás, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) prometió, sin embargo, a dos décadas de distancia, las promesas y la realidad, parecen no asimilarse.
52.4 por ciento de los mexicanos vivían en pobreza al momento de signar el Tratado en 1994, mientras que para 2012, la situación no habría sido diferente, la pobreza se situaba en un 52.3 por ciento, mientras uno de cada 5 mexicanos se encontraba en pobreza alimentaria, es decir, que no goza de suficientes recursos para comer. Del 2006 al 2011, más de 50 mil personas murieron de desnutrición.
Desde la firma del Tratado con Canadá y Estados Unidos, los salarios mínimos en México han perdido el 20.13 por ciento de su poder adquisitivo, 76.48 por ciento menos, comparado a 1976, cuando se registraron los mejores índices adquisitivos.
Por otra parte, uno de los capítulos más polémicos ha sido el agrario, donde una de las promesas al signar el TLCAN, era que México se transformaría en una potencia agroexportadora, cuando dos décadas después, el país se ha consolidado como una potencia agroimportadora con una dependencia alimentaria del 45 por ciento cuando previo a 1994, era del 15 por ciento.
La tragedia del campo no sólo se tradujo en más importaciones, sino en la disminución del empleo rural del 19 al 13 por ciento, en más de 6 millones de campesinos que migraron a Estados Unidos, y en que 30 grandes corporaciones transnacionales controlen actualmente el mercado agroalimentario de México.
Al mirar a Canadá tras la firma del TLCAN la situación tampoco mejora.
Los ingresos familiares del 2011, ajustados por la inflación, fueron los mismos que para 1980, y desde la firma del TLCAN, la pobreza en Canadá vio un incremento del 12 por ciento de la población, registrando en 2012 un record de 872 mil 378 canadienses utilizando los bancos de alimentos mensualmente, el nivel más alto en la historia canadiense.
Los impulsores del Tratado de Libre Comercio con América del Norte prometieron que mejoraría la situación ambiental bajo sus nuevas reglas, no obstante, en el caso de México, el agotamiento de recursos naturales y la degradación ambiental se disparó. A decir del Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas (Inegi), los costos estimados por el daño ambiental son equivalentes a un promedio anual de 637 mil millones de pesos.
Para Canadá, la firma del TLCAN ha implicado una limitación del gobierno para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, inclusive se obligó a Canadá a derogar el Protocolo de Kyoto, una pieza de legislación internacional en la búsqueda de reducción de gases de esta magnitud.
Organizaciones participantes en el Foro Multisectorial Tri-nacional, señalaron que, pese a las promesas de proteger el medio ambiente, el gobierno canadiense encabezado por el primer ministro Stephen Harper, ha hecho una revisión a las leyes ambientales para hacerlas más favorables con los inversionistas y facilitando los proyectos de mega extracción de recursos.
Cabe mencionar que de 1994 al 2013, decenas de leyes ambientales y de salud de los países del TLCAN han sido impugnadas en tribunales extranjeros, generando más de 360 millones de dólares en compensación.
En el caso de Estados Unidos, quien a decir de la opinión pública se ha beneficiado, mantiene un déficit promedio anual agrícola con México y Canadá de 800 millones de dólares, más del doble del nivel previo al TLCAN.
La oposición al Tratado en EE.UU. ha crecido, de acuerdo con una encuesta elaborada en el 2012 por Angus Reid Public Opinion, el 53 por ciento de los estadounidenses creen que se debe renegociar o salir del Tratado contra un 15 por ciento que piensa que la nación norteamericana debe seguir siendo miembro.
La agenda principal de Barack Obama es una re-edición del Tratado ahora bajo el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), por medio del cual, el gobierno norteamericano no sólo implementaría una estructura similar de acuerdo con México y con Canadá, sino con países como Australia, Brunei, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y aquellos países como Costa Rica, que apenas han mostrado su deseo de incorporarse a nuevas promesas que el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, sigue sin cumplir.