Acusan a la trasnacional de exceso de prepotencia, hipocresía y cinismo.
Redacción La Coperacha. Ciudad de México
La compañía trasnacional Monsanto promovió un recurso legal contra el magistrado Jaime Manuel Marroquín Zaleta, encargado de emitir un fallo en el juicio contra el maíz transgénico.
Monsanto cuestiona la actitud ética del magistrado, integrante del Poder Judicial de la Federación, y lo acusa de emitir su opinión sobre el fondo del asunto antes de dictar sentencia, señaló a la prensa el abogado René Sánchez Galindo, integrante de la colectividad que inició el juicio contra la trasnacional.
La finalidad de Monsanto es que no sea el magistrado Marroquín quien falle sobre la apelación que busca desechar la demanda de acción colectiva contra la siembra de maíz transgénico, explicó Sánchez Galindo, representante legal de la colectividad demandante.
“Le sale el tiro por la culata a Monsanto”, agregó Sánchez Galindo, pues Monsanto es una empresa que ha sido mundialmente cuestionada por mentir a la población con publicidad engañosa y ocultar la información de los daños que sus productos ocasionan.
El cuestionamiento de Monsanto al juez es tanto como otorgarle una medalla al mérito ya que “no se vendió, no fue contratado por la trasnacional y por eso hoy lo acusan”, espetó el abogado.
El Padre Miguel Concha Malo agregó que “es un exceso de prepotencia”. La trasnacional considera poca justificación que el Magistrado funde su resolución en el interés social, agregó el defensor de Derechos Humanos.
Concha señaló que “el Estado debe proteger el bien colectivo por encima del bien individual empresarial, y al proteger el bien colectivo está indudablemente protegiendo los bienes individuales”.
Por su parte Víctor Suárez, representante de la Asociación de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), calificó de preocupante y de un cinismo impensable que “una empresa que tiene una larga historia de afrentas en contra de la humanidad ponga en tela de juicio a un magistrado por no dictar sentencia a su favor”.
“Es indudable que la empresa está acostumbrada a tener funcionarios a modo y trabajando para ella”, como ha quedado demostrado con las dependencias que han interpuesto recursos contra la demanda colectiva, agregó.
A la fecha Sagarpa ha presentado dos amparos, dos quejas y una apelación contra la suspensión de la siembra de transgénicos. Mientras que Semarnat interpuso una apelación, una disconformidad y una revocación. Asimismo ambas dependencias federales solicitaron al juzgado federal que desechara la demanda.
Los integrantes de la colectividad detallaron algunos de los casos donde a nivel mundial Monsanto ha sido cuestionada por generar daños a la salud de las personas.
Recordaron el trabajo periodístico de Marie Monique Robinson que ilustra cómo la empresa envenenó, sabiendo su toxicidad, a la vecindad a los habitantes de Anniston, Alabama con la fábrica de policlorobifenilos considerado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente como uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano. Reportaje que nunca ha sido desmentido por Monsanto.
Otro ejemplo es el caso de la producción del Agente Naranja, defoliador que fue usado como arma en la guerra de Vietnam y causa cáncer y defectos congénitos. Y frente a los juicios de los propios veteranos estadunideses, la empresa responsabilizó a los gobiernos quienes deben responder por las consecuencias.
Adelita San Vicente mencionó que la historia de Monsanto está plagada de actos de corrupción que llevaron a la liberación de transgénicos en Estados Unidos. “Confiamos en que la conciencia y la responsabilidad del Poder Judicial frente a nuestra salud y nuestro alimento básico primen frente a la presión de las trasnacionales”, concluyó.