Privatización del agua, aire y recursos estratégicos, el escenario que viene a Chiapas
Por Ángeles Mariscal, en Chiapas Paralelo
Desde el centro del país, el gobierno federal mantiene la visión de Chiapas como una despensa para surtirse de alimentos, materias primas, agua, aire minerales y otros energéticos; visión ahora compartida por empresas trasnacionales, quienes codician los recursos estratégicos que existen en la entidad, y se encaminan a la apropiación de los mismos.
Este fue el análisis del doctor miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Daniel Villafuerte Solís, en la conferencia que impartió durante el seminario “Las Venas Abiertas del Chiapas Contemporáneo”, que se celebra en la ciudad de San Cristóbal de las Casas.
El encuentro reúne a académicos de diferentes universidades de Chiapas y otros estados del país; a organizaciones no gubernamentales que defienden el medio ambiente, la tierra y el territorio; y a representantes de comunidades afectadas por los modelos extractivos.
Villafuerte Solís explicó durante la conferencia inaugural, que desde la firma del El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en noviembre de 1993, a la fecha, el escenario para México, y Chiapas, es el incremento en los niveles de pobreza, destrucción de los recursos naturales, y privatización de recursos estratégicos, a través de las concesiones mineras, explotación de recursos hídricos, venta de servicios ambientales, y apropiación del viento.
En datos concretos y de acuerdo a cifras oficiales
-75 de cada 100 chiapanecos viven en situación de pobreza
-32 de cada 100 en pobreza extrema
-14% de los pobres extremos del país viven en Chiapas
Aunado a ello, el Doctor en economía explica que Chiapas, el estado mas marginado del país, está entrando al mundo de las privatizaciones a través de fenómenos que están llevando a una polarización mayor de la sociedad: el neo-extractivismo (nuevos procesos de extracción de recursos); degradación de recursos naturales; destrucción de selvas y bosques; privatización y contaminación del agua; minifundización (creación de minifundios), erosión de tierras cultivables; la migración; y la disputas por el espacio.
“¿Qué sigue? Lo que sigue es el neoextractivismo agrícola y minero. En la lógica de la nueva ola neoliberal, el TLCAN no fue suficiente. Hoy se vive un nuevo ciclo para Chiapas, un extractivismo de nuevo tipo, con la privatización de todas las fuentes de recursos, como las concesiones mineras, agua, y aire, que se pude comprobar con los siguientes hechos:
Minería
-En Julio 2008 había concesiones mineras en 20 municipios de Chiapas. Las concesiones abarcaban 224 mil 997 hectáreas. De ellas, 193 mil 595 eran para empresas canadienses.
-En 2011 la organización Otros Mundos documentó con informes del Servicio Geológico Mexicano, la existencia de 104 concesiones mineras en las regiones sierra, soconusco y norte. Estas concesiones vencen entre los años 2054 y 2059.
-La Secretaría de Economía reporta en Chiapas 7 proyectos mineros de empresas de canadienses, 4 de ellas ocupan 98 mil hectáreas, y son para la explotación de oro, antimonio, plata, zing, cobre, magnetita y Barita.
-México ha entregado 26 mil títulos de concesiones, una tercera parte del territorio nacional.
Otros recursos
-La empresa Dragón, de Ricardo salinas Pliego, construyó en 2012 el parque eólico Arriaga, y con ello empezó la privatización del aire.
-Proyectos hidroeléctricos. Se encuentra en proceso la construcción de la hidroeléctrica Chicoasén II, y la llamada Cuilco (con capital de las empresas Hidro Chiapas, e Hidro Soconusco)
-Agrocombustibles. Chiapas es actualmente líder en producción de palma africana, con 46 mil 400 hectáreas sembradas.
-Mercado de carbono. Ya se aplica en la Lacandona el mecanismo RED+. El gobierno de Chiapas comprometió para este mercado 5 millones de hectáreas en 57 municipios, uno de los capitales de inversión más importantes vienen del Banco Mundial.
-Siembra de cultivos transgénicos. Monsanto tiene dos permisos para la siembra de transgénicos en Chiapas; uno en el Soconusco y otro en Villaflores.
A pesar del escenario catastrófico, Villafuerte Solís sostuvo que las y los campesinos del siglo XXI aportarán al logro de soberanía alimentaria de Chiapas y el país, porque la mayor parte de las tierras de labor, bosques y selvas, están en manos de ejidatarios y comuneros.
“Por ello se requiere de la creatividad (para detener estas nuevas políticas de extracción de recursos estratégicos), y de impulsar la organización para generar alternativas de desarrollo”, concluyó.