Radio mundo real: una década de comunicación ambientalista
¿En qué se asemejan el actual modelo del agronegocio con el sistema mediático trasnacional? El primero, sustentado en la privatización de la vida vía empresas trasnacionales monopólicas, sólo puede funcionar basado en agrotóxicos; el veneno es pues su piedra angular, su corazón. La mercantilización de la comunicación también creó monopolios mediáticos que hoy surten a las grandes mayorías de nuestras poblaciones de dosis diarias, infaltables y adictivas de veneno, de prejuicios, de aislamiento, de futilidad y de desazón.
A más de dos décadas de la proclamación falaz de un mundo incambiable, huérfano de utopías y de referencias de un horizonte emancipador, las organizaciones sociales, rurales y urbanas, campesinas y estudiantiles, originarias y nómades no han visto pasar el tiempo en vano. Construyeron –o rescataron del olvido– conceptos fundantes y ancestrales, antídotos frente a la desesperanza, como la agroecología, la soberanía alimentaria, los bienes comunes o el buen vivir.
Hoy tenemos certeza de que la comunicación popular es parte integral e inescindible de esos logros conceptuales. La defensa de los territorios, que ha alumbrado de una nueva centralidad a las comunidades rurales y movimientos ambientalistas, recuperando herramientas ideológicas e históricas con ese fin, ha hecho resurgir la movilización de masas en América Latina. Hoy lo sabemos con certeza, esa defensa incluye la comunicación en resistencia como uno de sus componentes estratégicos.
La tarea de creación comunicacional se visualiza y se vive hoy desde las comunidades de base y desde las articulaciones nacionales, regionales y hasta globales, no como una función instrumental de las organizaciones. Es parte integral, política y organizativa de la resistencia, es primer paso para la construcción de alternativas ante un paradigma del capital absolutamente agotado económica, ambiental y éticamente. La Cumbre de Comunicación Indígena es, a todas luces, una muestra cabal de esta tesis.
En esa coyuntura, Radio Mundo Real (www.radiomundoreal.fm) celebra este año su primera década de existencia, como parte orgánica de Amigos de la Tierra Internacional, federación mundial que desde el ambientalismo político anticapitalista se da la mano con las articulaciones de Vía Campesina y el feminismo de la Marcha Mundial de las Mujeres, entre otros aliados estratégicos. Y lo hace desde la revalorización del campo comunicacional como un espacio en que se disputan sentidos, intencionalidades y valores; en que se visibilizan o invisibilizan realidades y por ende se construyen consciente o inconscientemente visiones de mundo, ideologías vivas y coleantes pese al hegemónico (y falaz) anuncio de su muerte.
Desde este colectivo de comunicación, que se reconoce en la trinchera militante y en transformación constante, la actual etapa en esta evolución se caracteriza por la necesidad de un salto metodológico que dé cuenta de los desafíos de la hora. Ese crecimiento metodológico lo rotulamos como convergencia. Su ensayo principal lo vivimos en la Cumbre de los Pueblos en Río+20, a mediados de 2012, en alternativa a la Cumbre de la Tierra que, bajo la bandera de la Economía Verde se celebraba en esa ciudad del Brasil.
Así, agotada ya la metodología de la dispersión –que caracterizó por ejemplo el ciclo de Foros Sociales Mundiales y su correlato de comunicación– comprendimos que la complementación y la colaboración entre colectivos de comunicación eran elementos imprescindibles para hacer frente al discurso único de la ineluctabilidad del capital como rector de la co-evolución de la humanidad y el planeta. Y descubrimos que, para ello, los comunicadores y las comunicadoras debíamos asumirnos como actores políticos, dar el debate en ese plano para alcanzar acuerdos y sumar fuerzas.
Desde entonces –conscientes de la necesidad de una sistematización de ese trabajo, aún pendiente– la construcción de esta Convergencia de Medios de Comunicación de los Movimientos Sociales ha sido constante y se ha expresado desde la Cumbre de los Pueblos en Santiago de Chile (enero 2013) hasta la reciente creación de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos de América Latina y el Caribe, cribando asimismo las agendas y los procesos nacionales y regionales.
Al cabo de esta primera década de existencia, nos sentimos parte de esa construcción, que a su vez brinda una reafirmación de nuestra razón de ser, iluminando la enorme superioridad del futuro respecto del pasado.