LA COMPA RECHAZA EL MERCADO DE CARBONO EN LUCHA CONTRA EL SISTEMA CAPITALISTA.
LA CONVERGENCIA DE MOVIMIENTOS DE LOS PUEBLOS DE LAS AMÉRICAS (COMPA)
El sistema capitalista irrumpe en el escenario mundial con múltiples crisis sistémicas. La crisis financiera se profundiza y no se ven signos positivos de recuperación. El andamiaje financiero internacional ya es obsoleto, ha perdido credibilidad y se hace evidente la crisis de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI’s) como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras organizaciones responsables de la profundización de la situación de pobreza en que viven nuestros pueblos.
Nunca antes en la historia de la humanidad, se había registrado una crisis alimentaria como la que viven hoy nuestros países, en la que pierden la vida millones de personas a consecuencia del hambre. El capitalismo y sus trasnacionales, responsables de esta crisis, siguen mejorando sus mecanismos de control sobre las semillas, las tierras y los territorios, las patentes, la producción centralizada de las semillas transgénicas con impactos irreversibles en la contaminación genética y de especies nativas.
El exceso de Los agroquímicos provoca daños físicos irreparables en poblaciones enteras, y destruye la biodiversidad del planeta limitando las posibilidades de adaptación y reproducción de la vida. La violación de la soberanía alimentaria y la necesidad de transportar alimentos a grandes distancias, en lugar de favorecer su producción local, acelera el uso de hidrocarburos y por consecuencia, la emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI). La crisis energética de este sistema petroadicto nos conduce a conflictos entre naciones, e incluso se llega a la búsqueda de supuestas salidas “ambientales” que conciben el sostenimiento del sistema con agrocombustibles, mientras sigue sin resolverse la profunda crisis alimentaria que vive el planeta. Esta contradicción muestra la insostenibilidad de un sistema que reproduce con cada falsa solución que propone a los problemas que ha creado, nuevos y mayores problemas a resolver, en un círculo vicioso donde las grandes mayorías son cada vez más afectadas y donde se acelera la acumulación del capital en trasnacionales cada vez más poderosas.
De este modo se expresa claramente la crisis del sistema de dominación capitalista en sus múltiples dimensiones, políticas, económicas, culturales.
Millones de personas abandonan sus países en busca de empleos dignos, de garantías educativas, laborales y de salud. Obligados a vivir en situaciones de precariedad; dejan atrás sus hogares de siempre, siendo forzados a convertirse en migrantes, obligados al desarraigo de sus territorios y culturas, en búsqueda de sobrevivencia, al tiempo en que estallan, incluso en los países desarrollados, movilizaciones sociales de protesta por las medidas económicas impuestas, que generalmente conducen a una mayor pérdida de todos estos derechos humanos elementales.
La crisis política se manifiesta no sólo en la falta de credibilidad en las instituciones y estructura del Estado. El ordenamiento jurídico facilita a la clase política el beneficio de otorgar a los grandes capitales trasnacionales y nacionales todos los privilegios, en lugar de gobernar para defender los intereses de las mayorías. La impunidad, ingobernabilidad y falta de acceso a la justicia imperan.
Naciones Unidas como foro político mundial, colapsa. Resulta incompetente para subsanar y evitar los grandes problemas que aquejan al mundo. Ante sus ojos continúan las masacres humanas, el hambre se propaga, los genocidios siguen teniendo lugar, se incumplen acuerdos como los de la creación del estado palestino y el levantamiento del bloqueo a Cuba, las guerras se intensifican, las mayorías siguen siendo cada vez más empobrecidas, mientras las oligarquías del mundo se enriquecen cada vez más desde esa pobreza.
Esto ha llevado a una crisis de seguridad condicionada por las estrategias de militarización del continente. El gobierno de los Estados Unidos fortalece su estrategia político militar implantando sus bases militares en Panamá. Traslada miles de marines a Costa Rica, apoya al ilegítimo gobierno de Porfirio Lobo fortaleciendo su presencia en Honduras. El Salvador es tomado. En México tienen el Plan Mérida. Ocupan Haití con el pretexto de ayuda humanitaria. Implantan otras siete bases militares en Colombia, y todo esto con el aval de los “gobiernos dictatoriales democráticos” del continente.
Los gobiernos, pueblos y organizaciones que han resistido a las políticas de Washington y al poder de las trasnacionales petroleras, energéticas y financieras, entre otras, son amenazados por estos intereses. Las rebeliones populares de los oprimidos y oprimidas son mostradas a la opinión pública internacional como conductas injustificadas, subversivas o accidentadas de los más desprotegidos y pobres, y como revueltas a acallar cuanto antes a través de las armas y la seguridad pregonada, lo que termina convirtiéndose en criminalización de la protesta y más violencia.
Esta depredación social, económica, política y sobre la naturaleza, nos ha conducido a una crisis ambiental y climática que expresa la crisis del capitalismo como sistema. El capital trasnacional responde a ello con un proyecto de muerte.
Plantaciones de monocultivos, represas, minería y otras industrias extractivas, turismo depredador, agro combustibles y otros megaproyectos van desplazando a la población rural, y atentando contra la vida en los espacios urbanos, terminan con bosques, ríos, los pueblos y sus culturas.
El cambio climático fue advertido desde la década de los 80’s y en 1990 se alertó su urgencia. Sin embargo, hasta 1997 se propuso el Protocolo de Kyoto y fue hasta el 2005 que este entró en vigencia.
Durante 15 años aletargaron su compromiso. En esta etapa de negación, solo se logró obtener mayores emisiones de GEI a la atmósfera. Quince años enteros tuvieron que pasar para que gobiernos y empresas asumieran su responsabilidad. Sin embargo, sólo acordaron una reducción de GEI a un absurdo 5% respecto a las emisiones de 1990 cuando ya urgía en ese año un 80%. Por ello, el cambio climático tiene rostro y nombre: el sistema capitalista y sus empresas trasnacionales. Las grandes corporaciones y los países más ricos y desarrollados del mundo son responsables del 75% de la concentración de GEI en el mundo.
Pese a su poca utilidad en la defensa de la vida en el planeta por ser absolutamente insuficiente, los principales responsables de la crisis climática han hecho lo imposible por limitar y evadir el objetivo de reducción del 5%. Por ello, implementaron los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), la distribución gratuita de créditos de carbono y otros esquemas para incluir el carbono al mercado y no sólo evadir la responsabilidad ambiental planetaria, sino lucrar para enriquecer sus bolsillos con la misma crisis que han generado.
Con estas políticas depredadoras, lo único que hicieron fue acelerar el cambio climático y profundizar la huella ecológica.
En 2012 termina el compromiso de Kyoto y los principales causantes del calentamiento global intentan evadir nuevamente su responsabilidad y trasladar al Sur la obligación de absorber el carbono que su vida industrializada ha generado. Siguen apostando en las falsas soluciones para disminuir las emisiones de GEI que han generado con los agro combustibles, los MDL, las plantaciones de monocultivos de árboles como sumideros de carbono, las gigantescas represas como supuesta energía limpia, los proyectos de comercio de carbono en la minería, la fertilización del mar, el “Biochar”, y ahora el mecanismo REDD (Reducción de Emisiones por la Deforestación y Degradación), REDD+ y REDD Plus, que incluirían bosques, agricultura o labranza cero y al mar.
Todas estas falsas soluciones solo traerán mayor deforestación, privatización de bosques y expulsión de sus tierras y territorios de pueblos y comunidades indígenas, siendo mayor cada vez el número de migrantes víctimas y afectados por el cambio climático y por supuesto, también traerá mayor militarización.
Se realizan pactos entre burguesías y gobiernos tutelados. Trasnacionales, políticos, militares y algunas organizaciones no gubernamentales, acuerdan sitiar comunidades y espacios ricos en biodiversidad y recursos naturales, y custodiar megaproyectos con el fin de seguir privatizando las riquezas naturales del planeta.
Estas falsas soluciones solo traerán impulso a la producción transgénica. Ninguno de estos mecanismos reducirá las emisiones de los países ricos ni de las grandes corporaciones, siendo esta la única verdadera solución.
Por tanto, la COMPA
1) Rechaza totalmente el mercado de carbono y todas sus modalidades, así como los Fondos de Carbono de Naciones Unidas manejados por el Banco Mundial. ¡Fuera el BM del clima!
2) Rechaza los MDL y el mecanismo de REDD; así como los megaproyectos que están acabando no sólo con los pueblos originarios sino con la Madre Tierra. Invita a los movimientos sociales, campesinos y pueblos originarios, organizaciones de la clase obrera, a fortalecer las resistencias contra los megaproyectos.
3) Se identifica con el Llamamiento internacional hacia Cancún y nos sumamos a él en su enfrentamiento a las falsas soluciones que solo buscan reproducir más capitalismo, y en la exigencia de justicia climática demandando a los mayores causantes del calentamiento global a que asuman su responsabilidad y disminuyan sus emisiones, sin obligar a los países del Sur a ser sus “sumideros”, sin privatizar la vida, sin mercantilizar el planeta entero.
4) Invita a reforzar la lucha y encontrar estrategias de articulación y coordinación conjuntas contra la militarización del continente, en las que nos integremos internacionalmente con objetivos políticos y estratégicos comunes.
5) Se suma al llamado a la movilización en Cancún paralelo a la COP16 y se compromete a llevar a cabo movilizaciones en nuestros lugares de origen. Se suma al Diálogo Climático.
6) Rechaza el Sistema Capitalista y se compromete en la búsqueda de nuevas formas de vida digna, que incluya la defensa del compromiso con nuestras culturas ancestrales.
7) Ratifica nuestro compromiso de hacer alianzas multisectoriales, multitemáticas, multiregionales; entre pueblos originarios, campesinos, urbanos, obreros, etc.
La COMPA se ha definido desde su concepción en el año 2000 como un movimiento anticapitalista y en búsqueda de alternativas para transitar a un nuevo sistema de vida. En octubre de 2010 la COMPA cumple 10 años en los que sus organizaciones y movimientos hemos luchado contra las manifestaciones del sistema capitalista, en resistencia, pero también transformando. Estamos viviendo una fuerte disputa entre dos proyectos: uno que va por la muerte, impulsado por el capitalismo, apostando por el enriquecimiento de unos pocos con el costo de la vida de muchos. Y el otro, el nuestro, que apuesta por la justicia y la vida, en el que los pueblos damos pasos por la integración, la solidaridad, y la movilización en resistencia. Con este proyecto, COMPA ratifica su compromiso total.
Después de estos diez años, la COMPA sigue en lucha,
CONTRA EL MERCADO DE CARBONO!
CONTRA LOS AGROTÓXICOS!
CONTRA LOS AGROCOMBUSTIBLES!
CONTRA LAS REPRESAS!
CONTRA LOS MONOCULTIVOS!
CONTRA LAS SEMILLAS TRANSGÉNICAS!
LA COMPA SIGUE EN LUCHA POR LA VIDA!
Convocamos a sumarnos todos y todas al diálogo climático en Cancún y a exigir:
¡¡FUERA LAS IFI`s DEL CLIMA!!
¡¡FUERA LAS BASES MILITARES!!
Desde las organizaciones miembros, nos comprometemos con el deseo:
¡¡¡LARGA VIDA A LA CONVERGENCIA DE MOVIMIENTOS DE LOS PUEBLOS DE LAS AMÉRICAS (COMPA)!!!