¿Cómo gasta la Fundación Gates su dinero para alimentar el mundo?

GRAIN | 20 noviembre 2014

“Escuchando a los agricultores y atendiendo sus necesidades específicas. Hablamos con los agricultores acerca de los cultivos que quieren desarrollar y comer, así como los desafíos únicos que ellos enfrentan. Nos asociamos con organizaciones que entienden y están equipadas para enfrentar estos desafíos e invertimos en investigación para identificar las soluciones relevantes y factibles que los agricultores quieren y usarán.”
Principio rector principal de la Fundación Gates para el trabajo en agricultura.

En algún momento de junio de este año, la cantidad total concedida como donaciones a proyectos alimentarios y agrícolas por la Fundación de Bill y Melinda Gates, sobrepasó los US$ 3 mil millones. Esto marcó un hito importante. De ser nadie en la escena agrícola hace menos de una década, la Fundación Gates ha surgido como uno de los principales donantes a la investigación y desarrollo agrícola.

La Fundación Gates es posiblemente, como nunca se ha visto, el mayor emprendimiento filantrópico. Actualmente mantiene un fondo por $40 mil millones, captado mayormente a partir de la propia riqueza de Gates y de su amigo multimillonario Warren Buffet. La Fundación tiene un personal de más de 1.200 personas y ha entregado sobre US$30 mil millones en donaciones desde su creación en el año 2000, tres mil seiscientos millones solamente en 2013.2 La mayoría de las donaciones son para los programas globales de salud y trabajo educacional en los Estados Unidos, tradicionalmente las áreas prioritarias de la Fundación. Pero en los años 2006-2007, la fundación expandió de manera masiva su financiamiento para la agricultura, con el lanzamiento de la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA) y una serie de grandes donaciones al sistema internacional de investigación agrícola (CGIAR). En el año 2007 gastó sobre quinientos millones de dólares en proyectos agrícolas y el financiamiento lo ha mantenido cercano a este nivel. La gran mayoría de las donaciones agrícolas de la fundación se centran en África.

Gastar tales cantidades de dinero le da a la fundación una gran influencia sobre las agendas de investigación y desarrollo agrícola. A medida que el peso del interés de la fundación en asociarse con el sector tecnológico y el sector privado se ha empezado a sentir en el concierto global de la agricultura, éste ha originado controversia y oposición, particularmente sobre su trabajo en África. Las críticas señalan que la Fundación Gates está promoviendo e importando modelos de agricultura industrial basada en las semillas y químicos de alta tecnología que venden las corporaciones estadounidenses. Estas críticas señalan que la fundación está obsesionada con el trabajo de científicos en laboratorios centralizados que prefieren ignorar el conocimiento y la biodiversidad que los pequeños agricultores de África han desarrollado y mantenido por generaciones. Algunos también denuncian que la Fundación Gates está usando el dinero para imponer una agenda política en África, acusando a la fundación de intervención directa en temas altamente controvertidos como las leyes de semillas y los OGM.

GRAIN revisó los registros financieros de la fundación, disponibles para el público, para ver si los flujos reales de dinero sustentan estas críticas. Hicimos un barrido a través de todas las donaciones para la agricultura que la Fundación Gates entregó entre 2003 y septiembre de 20143. Organizamos a los destinatarios de las donaciones en grandes grupos (ver tabla 2) y construimos una base de datos, la cual puede ser bajada del sitio (en inglés solamente) como una hoja de cálculo en formato Excel o en formato PDF.4.

Estas son algunas de las conclusiones que pudimos obtener a partir de los datos:

VER INFORME COMPLETO: grain.org

Encima de todo, una puñalada transgénica

por Elena Álvarez-Buylla, La Jornada

En medio del luto que nos sacude a raíz de la tragedia de Ayotzinapa, sorprende la noticia de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha aprobado el libre consumo de 132 productos transgénicos, de los cuales 50 por ciento corresponde a maíz, el resto son de algodón, soya y canola, entre otros. Esto manifiesta entusiasta Alejandro Monteagudo Cuevas, director ejecutivo de AgroBio México, pues mantiene el negocio en lo que se aprueba la siembra de maíz transgénico, declaró recientemente.

Gracias a una acción colectiva se logró la suspensión de la liberación de maíz transgénico en México, con base en evidencias científicas sobre su impacto nocivo en el ambiente y la biodiversidad del maíz nativo. El futuro del maíz, ante retos de cambio climático y otros, depende de las variedades nativas mexicanas, producto del cuidado de los pueblos autóctonos y que hoy aún sustentan una parte importante de la producción nacional. La liberación de maíces transgénicos las amenaza de múltiples formas.

Parece que para compensar esta interrupción del negocio de productoras monopólicas de transgénicos, y a costa de la soberanía alimentaria y la salud de todos, el Estado aprueba el consumo de algunas más de sus líneas transgénicas. Este favor a las trasnacionales coincide con que en varios países de Europa, Asia y América rechazan los transgénicos. Es abundante la evidencia científica de los daños en la salud por su consumo, incluyendo los agrotóxicos que se usan en su cultivo.

A estudios hechos en animales se suman datos epidemiológicos en Paraguay, Argentina y Estados Unidos, país en el que la salud de sus habitantes se ha deteriorado aceleradamente en los últimos 20 años. El aumento de muertes a causa de varios tipos de cánceres, diabetes, daño renal o por alteraciones metabólicas, o incluso por enfermedades como Alzheimer, a partir de mediados de la década de 1990, es pavoroso. Esto ha sido publicado en las revistas de mayor reconocimiento científico. ¿Cuál es la causa de esta tendencia? Estudios recientes indican que el consumo de transgénicos y sus agrotóxicos asociados pudieran tener un papel causal. Los transgénicos se empezaron a liberar masivamente en Estados Unidos a principios de 1990. Uno de los componentes que más claramente se correlaciona con la tendencia es el glifosato, llamado “Faena” en México. Este herbicida se usaba desde aproximadamente 10 años antes de la liberación de los cultivos transgénicos en Estados Unidos, pero empezó a usarse masivamente en los transgénicos tolerantes al mismo. En Europa no se aprobó la siembra de transgénicos tolerantes a este agrotóxico y se evita su consumo. La correlación entre el aumento de la prevalencia de enfermedades y el uso de glifosato y/o el cultivo de soya y/o maíz transgénicos tolerantes al mismo es mayor a 90 por ciento en muchos de los casos a partir de mediados/finales de la década de 1990. Aunque una correlación no indica causalidad, el hecho de que la correlación sea tan alta para tantas enfermedades (22 estudiadas) indica que este herbicida es un agente causal.

Los estadunidenses están sujetos a contaminantes en agua, aire y comida, y al parecer el glifosato afecta sistemas corporales que lidian con ellos. A pesar de ello, el gobierno estadunidense sigue usando a su población de “conejillos de indias”, no ha aprobado el etiquetado de transgénicos, y tampoco prohíbe el uso del faena y otros agrotóxicos. Algunos expertos aluden a corrupción. Estos expertos insisten en que las instituciones públicas que regulan el uso de estas sustancias deberían aplicar el principio precautorio, más que esperar a que aparezcan los daños. Éstos y la permanencia de los tóxicos en el ambiente son difíciles de revertir; y ahora que se va conociendo la importancia de la herencia epigenética, es probable que la exposición a tóxicos afecte a las futuras generaciones, aun si los hijos y nietos de estas ya no estuvieran expuestos. En ausencia de corrupción, el faena nunca se hubiera aprobado para uso masivo y sería retirado del mercado. Además, la presencia y diseminación de los organismos transgénicos mismos, que implican una contaminación con vida propia e impactos impredecibles, será irreversible si no se para ya. Esto es particularmente importante para centros de origen y diversidad, como es el caso de México para el maíz. Ante los datos recientes en torno a los daños en salud por el cultivo y consumo de transgénicos, lo único aceptable es impedir que estos cultivos contaminen nuestro ambiente y alimentos. Su razón de ser es sólo el lucro; a 20 años de su liberación no han alimentado a un solo hambriento del mundo y tampoco han aumentado los rendimientos o disminuido el uso de tóxicos.

Por todo lo anterior, sorprende que el actual y los dos anteriores gobiernos de México sacrifiquen nuestra soberanía alimentaria y sanitaria, nuestro ambiente y alimento, así como nuestra salud, a cambio de oscuros acuerdos comerciales. Las evidencias científicas de los últimos años, que muestran una fuerte asociación entre el consumo de alimentos transgénicos y la exposición a glifosato con el aumento de la prevalencia de enfermedades tales como inflamación en el intestino, incidencia de ciertos tipos de cánceres, alteraciones renales y enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo: Interdiscip Toxicol. 2013; Vol. 6(4): 159-184; http://www.uccs.mx/agricultura_ alimentacion/agrotoxicos/prensa/3/ correlacion-altisima-entre-el-uso-de-glifosato-asociado-a-transgenicos-tolerantes-a-este-agrotoxico-y-22-de-enfermedades) tendrían que ser suficientes para impedir que este tipo de agrotóxicos contaminen nuestros alimentos.

* Coordinadora de campañas, UCCS (más información en: www.uccs.mx ), e investigadora del Instituto de Ecología, UNAM

Desmantelemos el poder de las empresas transnacionales de plantaciones

21 de Setiembre de 2014:

10 años del Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles

¡Desmantelemos el poder de las empresas transnacionales de plantaciones!

No existe los “monocultivos inteligentes”: apoyamos la Movilización Climática de los Pueblos!

Hace 10 años en Brasil, el 21 de septiembre fue establecido como el Día Nacional contra los Monocultivos de Árboles, durante una reunión con 250 miembros de las comunidades afectadas por las plantaciones de monocultivo de eucalipto en gran escala en aquel país. El objetivo principal era dar más visibilidad a los muchos pueblos y comunidades que luchan contra los monocultivos de árboles, como una forma de romper el círculo de silencio en torno a las numerosas violaciones enfrentadas por muchas comunidades que viven rodeadas por estos monocultivos. El día también fue creado para dar a conocer lo más posible las evidencias que emergen de estas luchas de resistencia sobre los impactos ambientales y sociales negativos de estas plantaciones. Estos impactos tienden a ser más graves en la vida de las mujeres de las comunidades afectadas. Debido a la importancia de la decisión de las comunidades brasileñas, el WRM (Movimiento Mundial por los Bosques) decidió en 2006 convertir este día en un Día Internacional de Acción.

Este año, el 21 de septiembre también es un día de grandes movilizaciones por la Justicia Climática. Miles de personas se unirán a la Movilización Climática de los Pueblos, mientras que los representantes políticos – y cada vez más también representantes corporativos – se reúnen en la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, para asistir a la Cumbre Climática convocada por el secretario general, Ban Ki Moon. Esta cumbre representa otro paso más hacia la captura corporativa de las negociaciones sobre clima de las Naciones Unidas, así como la privatización de la tierra, el agua y el aire, con la promesa de lograr un acuerdo sobre la problemática del clima.

La iniciativa llamada ‘Agricultura Climáticamente Inteligente’ será lanzada en esta cumbre por las Naciones Unidas y otras agencias internacionales. Este concepto es una frase vacía que está siendo utilizada para teñir de verde a las peores prácticas de la agricultura industrial: los fertilizantes sintéticos, la producción industrial de carne y los cultivos genéticamente modificados, tales como las plantaciones de árboles o monocultivos, camuflados como ‘climáticamente inteligentes’. Los partidarios de esta peligrosa falsa solución, como el Banco Mundial, están buscando convertir el carbono de los campos de las y los campesinos en créditos de carbono, lo que conllevaría a un incremento en el acaparamiento de territorios y socavamiento de las verdaderas soluciones a la crisis climática.

El avance de las plantaciones a gran escala de árboles de eucaliptos, pinos, acacias, caucho y la palma aceitera –que podrían ser definidas como ‘climáticamente inteligentes’ en caso de prosperar la propuesta que está siendo discutida en la Cumbre Climática en Nueva York– es en realidad un proceso de profundización de la acumulación de capital impulsada por las empresas -muchas veces transnacionales y cada vez mayores- sobre los territorios. Algunas de estas empresas son Stora Enso, UPM, Arauco, APP / Sinar Mas, APRIL, Bridgestone / Firestone, Wilmar, Olam y Sime Darby. La producción persigue fines industriales y de exportación, y la expansión se ha producido a un ritmo devastador. Desde 1980, el área de estas plantaciones en el mundo se cuadruplicó, con un crecimiento particularmente de los monocultivos de eucalipto y de palma en el Sur. Si no hubiera sido por la resistencia de las y los campesinos, los pueblos indígenas y otras comunidades en muchos lugares y países, esta expansión habría sido probablemente aún mayor.

Las empresas transnacionales son los principales responsables de los problemas que causan las plantaciones: el acaparamiento de los territorios y de los bienes comunes; la destrucción de áreas biodiversas y formas de vida asociadas; el secamiento y la contaminación por pesticidas de los ríos, arroyos y pozos; el agotamiento y la erosión del suelo; condiciones de trabajo degradantes; un creciente proceso de financierización de la naturaleza sobre las tierras y la producción. Sin embargo, estas empresas no sólo persisten en negar y encubrir sistemáticamente todos estos procesos de injusticia social y ambiental, sino también se consideran parte de las ‘soluciones’ a estos problemas. Algunas de las falsas soluciones de mercado, o mas bien, las soluciones para el propio capitalismo financiero, aumentan las injusticias asociadas a los monocultivos, con una serie de iniciativas que legitiman las operaciones empresariales sin obligarles a rendir cuentas por los crímenes y violaciones cometidos. Algunos ejemplos de este engaño son los sellos ‘verdes’ de certificación como el FSC (Forest Stewardship Council) y la RSPO (Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible), las mesas de ‘diálogo forestal’, donde la sociedad civil y las corporaciones forjan compromisos corporativos voluntarios, y otras iniciativas denominadas ‘sostenibles’ como los falsos compromisos con la ‘deforestación cero’. Si bien estas iniciativas pueden resultar en acciones que conducen a algunas mejoras a corto plazo en favor de las comunidades, éstas han llevado principalmente a la frustración y a la división de las comunidades, al prometer ‘compensaciones’ que no cubren las demandas clave para asegurar sus formas de vida, como la devolución y el respeto de sus territorios, y que permiten la perpetuación de las injusticias ambientales causadas por los monocultivos.

Estas iniciativas son ‘voluntarias’, es decir, no son jurídicamente vinculantes y, por lo tanto, no se rigen por un marco institucional democrático que tenga como objetivo proteger los derechos de las personas afectadas. Así, sin buscar cambiar las destructiva lógica del capital, estas iniciativas terminan legitimando la expansión de un modelo de producción que podemos llamar de neocolonial, ya que destruye las formas de vida, se estructura en base al racismo ambiental y no cuestiona algunas de sus características básicas, tales como la concentración de la tierra y la producción en forma de monocultivo a gran escala con el uso de venenos y condiciones de trabajo degradantes. Además, las iniciativas y los compromisos ‘verdes’ y ‘sostenibles’ no impiden que las grandes empresas sigan ampliando aún más las plantaciones sobre los territorios.

Una dimensión de creciente gravedad son los monocultivos de árboles ‘flexibles’ (flex trees), es decir, árboles que generan usos y/o commodities distintos (producción de energía, madera, alimentos, captura de carbono, etc.), percibidos como intercambiables. Este carácter ‘flexible’ interesa principalmente al capital financiero que promueve cada vez más, junto con las transnacionales de monocultivo de árboles, la especulación sobre el control de la producción y de los usos de la tierra. Estas empresas siguen insistiendo en el uso comercial de árboles transgénicos, en otros usos de la madera para fines energéticos y para vender ‘servicios ambientales’, como el carbono. Todos estos son falsas soluciones a la crisis ambiental y climática que enfrentan las sociedades humanas hoy en día y terminan profundizando las injusticias y propagando aún más el hambre y la miseria. Los monocultivos y cultivos transgénicos no son inteligentes, sino una estrategia más del capitalismo ‘verde’ para acaparar los territorios de los pueblos, socavando a quienes construyen las verdaderas soluciones a las crisis climática, social y ambiental.

Para hacer frente a los impactos que las grandes empresas y la expansión de plantaciones causan, debemos seguir empujando la transformación de este modelo de producción y luchando contra las políticas neoliberales impuestas a favor del capital. Un paso importante es que unamos fuerzas en el marco de la “Campaña para Desmantelar el Poder de las Transnacionales” para construir y fortalecer los instrumentos que acaben con la arquitectura de la impunidad y legitimación que las empresas gozan hoy. La Campaña parte de las luchas de las comunidades que resisten a la invasión de sus territorios por las transnacionales o que luchan por expulsar de su territorio a las transnacionales, afirmando el derecho de los pueblos a la libre autodeterminación de sus formas de vida. La reforma agraria y el reconocimiento y la demarcación de los territorios indígenas y de otras poblaciones tradicionales y campesinas de todo el mundo son las acciones que se necesitan con urgencia para avanzar en la lucha por la soberanía alimentaria, la justicia social y ambiental, y para construir el poder popular.

No podemos terminar esta declaración sin hacer un homenaje a las mujeres y los hombres de todo el mundo que luchan diariamente y de diferentes maneras contra los monocultivos de árboles, y que ya han logrado importantes victorias en la defensa y la retoma de sus territorios con toda la biodiversidad que necesitan para su supervivencia física y cultural. Estas mujeres y hombres que hacen arduas y sufridas luchas para generar vida y construir un futuro, contrastan con la codicia de las grandes empresas y los inversionistas que buscan estas mismas tierras para generar beneficios para sus accionistas.

“¡Las plantaciones no son bosques!”

“¡Los monocultivos no son inteligentes!”
 
21 de setiembre de 2014

Campaña para Desmantelar el Poder de las Transnacionales
La Via Campesina
Marcha Mundial de las Mujeres
Amigos de la Tierra Internacional
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM)
http://www.wrm.org.uy

Colección de videos sobre los impactos de las plantaciones industriales de palma aceitera

World Rainforest Movement

De cara al próximo 21 de setiembre, esta vez queremos compartir con ustedes una colección de videos que hemos preparado junto a GRAIN, sobre los impactos de las plantaciones industriales a gran escala de palma aceitera. Los videos, que han sido producidos por diversos compañeros que alrededor del mundo trabajan contra la expansión de las plantaciones industriales de palma, retratan los impactos que sufren las comunidades locales cuando esta expansión se da en sus territorios.

La colección busca aportar información a organizaciones de base, movimientos y activistas, particularmente en África -donde la expansión es más reciente y está teniendo lugar a una velocidad alarmante. La colección intenta compartir información tanto de países de África que ya han tenido experiencias con plantaciones palma aceitera -como Liberia- como de países con una larga y triste historia vinculada a la expansión de plantaciones industriales de palma aceitera -como Indonesia- .

Lamentablemente,  la mayoría de los videos se encuentra disponible solamente en inglés.

Palma Aceitera en África: voces desde las comunidades

World Rainforest Movement, 2013, 7 minutos

Las plantaciones industriales de palma aceitera se expanden rápidamente, no solo en Liberia. En muchos países africanos, se implementan o planean proyectos de expansión. A donde sea que arriban, las compañías prometen empleos y desarrollo. Esas promesas nunca se cumplen.

Ver aquí : https://www.youtube.com/watch?v=sKVNEucB_iQ


 

The Herakles Debacle

The Oakland Institute, 2012, 21 minutes

The very name of American-owned SGSOC – SG Sustainable Oils Cameroon, Ltd.- makes for a pro-environment, pro-resource image. This is supported by an impressive- sounding partnership with an NGO by the name of All for Africa and as a package typifies the kind of convoluted modern-day foreign investment going on in Africa. It is sadly all too familiar to communities on the ground. They are unimpressed with promises of infrastructure and jobs, and angry about their loss of land and livelihoods. It is also part of a strategy to deceive the public into believing that there is logic to cutting down rainforests to make room for palm oil plantations. Only available in English.

Watch here: https://www.youtube.com/watch?v=EgrFvayJhE0


 

The Jogbahn Clan

Friends of the Earth International, 2014, 5 minutes

In Liberia, the Jogbahn Clan have been fighting against a palm oil company grabbing their land. In March 2014 Liberia’s President recognized their right to say no to British palm oil company Equatorial Palm Oil PLC. However, despite the President’s commitment, EPO still has not recognised that the Clan said no to their operations. They are conducting studies on the Clan’s land in preparation for clearing. Only available in English.

Watch here: https://www.youtube.com/watch?v=ufMXhc-h9Tg


 

Palm oil plantations in Uganda

Friends of the Earth International, 2012, 4 minutes

Wilmar International is developing palm oil plantations in biodiverse islands in Lake Victoria, Uganda. The first phase of the project finished in 2011. The second phase is currently going ahead, expanding palm oil plantations to several other islands. The project is being promoted as a poverty-reducing endeavor, yet it is causing displacement, food insecurity and deforestation. Only available in English.

Watch here: https://www.youtube.com/watch?v=elqurp7lFTI


 

Environmental crime: in pursuit of palm oil industry

BastaMag, 2013, 15 minutes

Palm oil is massively imported into Europe, to be used for food and biofuels. A new refinery might be established in Port la Nouvelle (Aude – South of France), supported by local authorities (or local governments) like the Languedoc Roussillon region. In West Africa, where palm oil is produced, land grabbing by multinationals and the expropriation of people are skyrocketing.

Watch here: http://vimeo.com/40934862

Also available in French.


Stop land grabbing! Life, land, and justice in Uganda

Friends of the Earth International, 2012, 5 minutes

In Kalangala, Uganda, John Muyisa woke up one day to find bulldozers clearing his land to plant oil palms. John and his community have preserved their forests and lands for generations. Now their way of life is at risk. Only available in English.

Watch here: https://www.youtube.com/watch?v=17QxF61PVC4


 

Palmed Off

LifeMosaic, 2007, 20 minutes

Palmed Off is based on testimonies from indigenous peoples affected by oil palm plantations in Indonesia and explores the impacts of oil palm plantations on their local economies, on the local environment, on their culture and on the prospects for the future generations. Only available in English.

Watch here:http://vimeo.com/10234538


 

A Paradise Lost

Friends of the Earth International, 2013, 4 minutes

A look at the devastation wrought by illegal land grabbing for palm oil plantations in Indonesia. Only available in English.

Watch here: https://www.youtube.com/watch?v=vnTlASZfk6A


 

Manufacturing Consent

The Environmental Investigation Agency, 2013, 10 minutes

Evidence and testimony from Muara Tae, in East Kalimantan, Indonesia, of the abuses of oil palm company First Resources Ltd thought its subsidiary PT Borneo Surya Mining Jaya (PT Borneo). Only available in English.

Watch here: http://vimeo.com/75423415


 

Melikin

Pesticide Action Network Asia Pacific, 2013, 13 minutes

It was their native customary land until palm oil companies came and claimed it their own. With the help of corrupt politicians, almost 9,000 hectares of forest and agricultural lands were flattened. Fences were put up, barring indigenous peoples from entering their own ancestral land. This is the story of Melikin. The story of many indigenous peoples in Sarawak, Malaysia. Only available in English.

Watch here: https://www.youtube.com/watch?v=t6_RXfVa43I


 

Oil Palm Aggression on Palawan UNESCO Man and Biosphere Reserve 

ALDAW Network, 2011, 17 minutes

Agrofuels in Palawan, as elsewhere in the Philippines, have been portrayed as a key solution to lower greenhouse gas emission, achieve energy independence, as well as a tool for poverty eradication. With these objects in mind, the Provincial Government of Palawan is strongly promoting agrofuels development, without taking into account the socio-ecological impact of such mono-crop plantations. As a result, thousands of hectares of lands in the province have been set aside for jatropha feedstock and oil palm. Only available in English.

Watch here: http://vimeo.com/16570512


 

Bajo Aguán: Grito por la Tierra

Alba Sud and Rel-UITA, 30 minutos

Producción audiovisual sobre el conflicto por la tierra que se vive en el Bajo Aguán, Honduras. Un conflicto provocado por la expansión de las grandes plantaciones de palma africana. El campesinado organizado lucha por defender su derecho a la tierra. El Bajo Aguán, en Honduras, sufre desde hace años un conflicto provocado por la falta de acceso del campesinado a la tierra y la expansión de las grandes plantaciones de palma africana, que han visto cómo crecía su demanda internacional. Tras el golpe de Estado de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya el conflicto se ha agudizado, y la represión sobre el movimiento campesino se ha extendido en un estado de total impunidad.

Ver aquí: https://www.youtube.com/watch?v=gdIcyTBnX6k


 

Ironic Survival

EngageMedia, 2012, 6 minutes

Video about the struggle of the Malind people against the MIFEE project in West Papua, Indonesia. Alex Mahuze is a Malind tribesman and a sago farmer in Merauke. His clan has for generations lived in harmony with nature. The arrival of the Merauke Integrated Food and Energy Estate (MIFEE) program has forced him to earn money through other means, which ironically harms the environment. He lost his lands and his culture is threatened, but Alex fights on. Only available in English.

Watch here: http://www.engagemedia.org/Members/papuanvoicesmerauke/videos/ironic_survival/view


 

On Our Land

The Oakland Institute in partnership with the Pacific Network on Globalisation (PANG) and Bismark Ramu Group, 2013, 36 minutes

On Our Land chronicles the experiences of rural communities in Papua New Guinea–giving a voice to those who are losing their land and natural resources to illegal logging operations. The film exposes the failure of current development strategies and highlights community and local NGO struggles to take back what is rightfully theirs. Only available in English.

Watch here: https://www.youtube.com/watch?v=KWoZmq1lYdw

 

Guatemala: Derogatoria de la “Ley Monsanto” considerada un gran triunfo de los Pueblos

La Ley de Protección de Obtenciones Vegetales, más conocida como “Ley Monsanto”, fue derogada este jueves, “de urgencia nacional”, con los votos a favor de 111 diputados al Congreso de la República, cuatro en contra y 33 ausentes.

CERIGUA

Diversos sectores sociales, mayoritariamente campesinos, habían manifestado su rechazo a la legislación; Álvaro Folgar, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos, consideró que derogar la ley fue lo mejor que pudo hacer el Legislativo; Folgar exhortó a los diputados a actuar con responsabilidad e incluir a la sociedad civil en la discusión y aprobación de leyes de impacto nacional.

El dirigente de la Vía Campesina Guatemala, Daniel Pascual, consideró que “es un gran triunfo para la lucha aquí en Guatemala, principalmente para los pueblos Mayas, Xincas y Garífunas, de los hombres y mujeres de maíz”.

Pascual señaló que esta ha sido una de las pocas veces que se ha podido hacer retroceder una ley en Guatemala, y que ha significado una derrota no sólo para la transnacional “Monsanto”, sino para las multinacionales semilleras Dupont, Bayer, entre otras empresas que “controlar la producción de semillas y alimentos”.

La “Ley Monsanto”, denominada así por considerarse que favorecería a esa compañía internacional, contemplaba penas de uno a cuatro años a las personas que utilizaran o transportaran semillas patentadas, sin el permiso del propietario.

Las licencias serían concedidas a personas individuales o jurídicas, nacionales e internacionales, que hubieran creado o descubierto una semilla, entre las que también se incluían las ya utilizadas, como el maíz o el frijol.

Representantes de diversas organizaciones, entre ellas la Red Nacional por la Defensa de la Soberanía Alimentaria (REDSAG) habían señalado que esta legislación vulneraría la biodiversidad de semillas existentes en Guatemala, al favorecer los transgénicos, y pone en riesgo las cosechas de las milpas.

El pasado martes, varios miles de pobladores de Sololá, bloquearon la ruta Interamericana, desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde, en demanda de que ese mismo día fuera derogada la normativa, lo que fue posible hasta este jueves;  los campesinos argumentaban que los pueblos originarios, a través de las abuelas y los abuelos, han desarrollado sus propias semillas durante más de 7 mil años.

“Cuando se habla de establecer normas que privaticen nuestra biodiversidad se habla también del exterminio de las culturas, un nuevo genocidio, un nuevo etnocidio, porque el objetivo es acabar con las culturas milenarias y dominar el sistema de alimentación”, señalaron.

En tanto, Israel Macario, director de la Plataforma Agraria, manifestó su satisfacción por la derogación de la normativa, que atentaba contra la salud y la seguridad alimentaria de todas y todos los guatemaltecos.

Más notas:
La Justicia de Guatemala suspende la polémica ‘ley Monsanto’

Sobre Monsanto en América Latina

Atlas de la Carne


Editado por Heinrich Böll Stiftung

Lugar de publicación: México D.F.
Fecha de publicación : Junio 2014
Número de páginas: 68
Lengua de publicación: Español
Licencia: CC-BY

Después del gran éxito e interés que generó internacionalmente, nos alegra poder presentar el Atlas de la Carne en español.

La comida es un asunto muy personal. Comemos en distintas situaciones y tenemos nuestras propias y muy personales preferencias. Sin embargo, cada vez somos más ajenos a lo que tenemos en el plato, la mesa o en la mano.
¿Se ha preguntado alguna vez de dónde viene el bistec de su taco, la salchicha o la hamburguesa que se come?

La satisfacción personal refleja las decisiones éticas y las preocupaciones privadas pueden ser de naturaleza bastante política. Cada uno de nosotros debe decidir lo que quiere comer. Pero el consumo responsable es algo que cada vez más personas demandan; y se necesita información para tomar decisiones.

Esta información la reunimos en el “Atlas de la Carne”.
 
El “Atlas de la Carne” (PDF) se puede bajar aquí gratuitamente.
http://mx.boell.org/sites/default/files/atlasdelacarne2014_web_140717.pdf

Monsanto deberá indemnizar con 93 millones de dólares a un pueblo de EE.UU

En la pequeña ciudad de Nitro en West Virgina se produjo Agente Naranja desde 1948 hasta 2004. Ahora Monsanto deberá pagar por los daños que la dioxina ha causado a la comunidad.

Paulina Lordméndez, veoverde.com

Monsanto ha perdido esta vez y por una causa justa. La Suprema Corte del Estado de West Virginia ha declarado que la empresa deberá pagar $93 millones de dólares a la ciudad de Nitro por los daños que la producción del Agente Naranja ha causado a su población. Aunque el acuerdo se aprobó desde hace un año, recién entrará en vigor al definir la forma en que se hará uso de los fondos.

El Agente Naranja es un herbicida altamente tóxico que fue utilizado para rociar los campos vietnamitas durante la guerra, principalmente para eliminar malezas donde se pudieran esconder los adversarios. Su uso dañó a millones de personas en Vietnam, pero de eso nadie se preocupa pues era una guerra. El problema fue que el Agente Naranja se fabricó en la pequeña ciudad de Nitro desde 1948 hasta 2004.

La dioxina contenida en el Agente naranja causa graves afecciones en la salud aún en las concentraciones más pequeñas. La ciudad de Nitro puso entonces una demanda colectiva para legar a un arreglo, pues no hay duda de sus efectos tóxicos. Este realmente es un acuerdo histórico en el que una corte reconoce el daño que ha causado Monsanto e impone una sanción para el beneficio de la gente.

La Corte de West Virginia declaró que el acuerdo requiere que los fondos de Monsanto se utilicen de la siguiente manera:

-De los $93 millones, $21 serán destinados a pruebas para determinar si las personas han sufrido envenenamiento por la dioxina. $9 de ellos se destinarán a limpiar la dioxina de los hogares.
-Los habitantes de Nitro serán monitoreados a 30 años y no sólo unos meses.
-$63 millones serán utilizados para pruebas de contaminación por dioxina adicionales en caso de ser necesario.
-Será sujeto de prueba cualquier ciudadano en la zona de Nitro nacido entre enero de 1948 y diciembre de 2010. La persona deberá comprobar que vivía en la zona y serán candidato a prueba si ya viven ahí.
-Los empleados de Monsanto no son elegibles para estos beneficios.
-Los residentes podrán presentar demandas individuales a Monsanto en caso de que las pruebas demuestren que han sufrido daños físicos por la exposición a dioxinas.
-Las pruebas para ciudadanos de Nitro estarán validadas por el abogado Charleston Thomas Flaherty, designado por el tribunal para la oficina que se creó con este fin.

Es una pequeña batalla pero muy bien ganada, al menos el gobierno estadounidense está luchando por su gente. Este caso aún no considera el glifosato, otra toxina presente en herbicidas como el RoundUp, pero el caso de la ciudad de Nitro es el principio de una lucha por el derecho a saber qué hay en nuestros alimentos y a ser protegidos de los efectos tóxicos de los agroquímicos de Monsanto.

Mayas le ganan demanda a Monsanto; el multinacional dejará de sembrar transgénicos

Fuente: elcantor.com

El trozo de tierra en el que Leydi Pech tiene sus colmenares no es grande. Tiene, si acaso, dos hectáreas y de él proviene el sustento no solo de esta indígena maya, sino de los diez integrantes de su familia. Forma parte de un ejido en el estado de Campeche, donde los integrantes de su comunidad tienen parcelas similares. La mayoría se dedica a lo mismo: cultivar miel de la delicada abeja melipona, que no posee aguijón, por lo que no puede defenderse de sus depredadores.

Forma parte de un ejido en el estado de Campeche, donde los integrantes de su comunidad tienen parcelas similares. La mayoría se dedica a lo mismo: cultivar miel de la delicada abeja melipona, que no posee aguijón, por lo que no puede defenderse de sus depredadores.

No, no es un terreno grande el de Leydi. Sin embargo, ahora mismo está en el centro de una batalla de alcances globales: la de quienes están a favor o en contra de los cultivos transgénicos.

Apicultores como Leydi temen que los cultivos transgénicos puedan contaminar la miel que producen artesanalmente. México es el tercer exportador mundial de este producto y la mayoría de quienes la trabajan son indígenas.

Amparos

La semana pasada, un juez concedió un amparo a indígenas y campesinos de Yucatán por medio del cual se suspendía la siembra de soya transgénica en la región por parte de la empresa Monsanto.

Dos amparos similares habían sido otorgados en marzo y abril a campesinos e indígenas de Campeche, entre los que se encuentra Leydi.

Según medios de comunicación y activistas, las medidas cobijan a unos 30 mil apicultores con sus familias, en su mayoría de pueblos originarios.

En los fallos de Campeche se indica que el gobierno no consultó a las comunidades indígenas mayas sobre una decisión que las tocaría directamente.

En el dictamen de Yucatán, además de este argumento, también se contempla la posibilidad de que las semillas transgénicas puedan afectar los cultivos y en especial la producción de miel.

“Es el derecho a que no se puede implementar ningún tipo de biotecnología hasta que no se garantice plenamente los efectos secundarios” explica el abogado Jorge Fernández, quien forma parte del colectivo Ma OGM , que asesora a los apicultores.

En los tres amparos -que han sido calificados de “históricos” por defensores del medio ambiente-, además de suspender los cultivos transgénicos se ordena realizar las debidas consultas con las comunidades indígenas.

Guerra jurídica

Esta nueva batalla entre agricultores y activistas contra la siembra de semillas transgénicas se viene desarrollando con especial intensidad en México desde junio de 2012.

Ese mes, el gobierno autorizó al gigante Monsanto a sembrar soya transgénica a nivel comercial en más de 253.000 hectáreas distribuidas en siete estados.

Según dijo Ariel Álvarez Morales, secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) a la periodista Elva Mendoza -especialista en medio ambiente de la revista Contralínea- “cuando el Estado da permisos para la liberación, en este caso de soya, es porque no hay elementos de bioseguridad que nos digan que algo malo va a pasar”.

No es lo que opinan activistas ecológicos ni los indígenas y campesinos que tienen sus sembradíos en los alrededores de las áreas donde se cultivaría la soya, quienes de inmediato interpusieron demandas en cuatro de los siete estados donde se concedieron los permisos.

No son los únicos que se oponen. En una serie de reportajes publicados en 2013, Elva Mendoza indica que, antes de que se concedieran los permisos, tres organismos gubernamentales -la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad; el Instituto Nacional de Ecología y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas- se habían pronunciado de manera negativa a la solicitud de siembra de Monsanto.

Sus argumentos iban desde “la posible filtración de agroquímicos (glifosato) a los mantos acuíferos”, hasta “la colindancia de los polígonos liberados con áreas naturales protegidas y zonas prioritarias terrestres, marinas e hídricas”.

A pesar de eso, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que estudió esos conceptos, dio luz verde a la siembra.

De hecho, según el diario El Financiero, en la decisión del juez de Yucatán influyó que no se tomaran en cuenta las opiniones técnicas de los mencionados organismos. El juez además “desechó los argumentos de las autoridades demandadas quienes exigían a los apicultores mayas pruebas científicas plenas de que los permisos otorgados influyen negativamente en la producción de miel”.

¿Qué dice Monsanto?

Desde su sede en México se indica que la gigante trasnacional, especializada en investigaciones tecnológicas agrícolas (en su sitio de internet dicen que invierte US$2 millones diarios en investigar), no está concediendo entrevistas sobre el tema.

Sin embargo, luego del dictamen en Yucatán dio a conocer un comunicado en el que fija su posición.

En él se indica que “cualquier afectación resultante de la liberación de organismos genéticamente modificados debe ser evaluada por las autoridades competentes en estricto apego a la ley y con base en evidencias y estudios científicos concluyentes”.

Se agrega que durante la rueda de prensa en la que se dio a conocer el fallo “terceros distintos a quienes interpusieron el amparo” divulgaron información “que genera confusión ante la opinión pública”.

Esa información, añaden, también “ignora la afectación que incide sobre los productores de soya de la región, quienes han subsistido su cultivo durante años y tienen derecho a acceder de forma voluntaria a mejores tecnologías agrícolas en beneficio propio de sus familias”.

En el comunicado también se anuncia que Monsanto está analizando el amparo “a efecto de interponer los recursos que por ley le asisten para defender sus derechos”.

Además de en México, Monsanto sostiene -o ha sostenido- batallas jurídicas en diferentes partes del mundo, como Estados Unidos, Brasil (donde los cultivos transgénicos ya superarían a los naturales), Chile o Francia.

La miel de la melipona

México es el tercer exportador de miel a nivel mundial (detrás de Argentina y China) y el sexto productor global. Según reportes, anualmente se producen en este país unas 57.000 toneladas de miel.

Más del 40% de la miel mexicana proviene de la llamada península de Yucatán, que se adentra como una espuela en el Mar Caribe y que incluye al estado del mismo nombre, así como a Campeche y Quintana Roo.

Casi la totalidad de la miel que produce la península -donde unas 30.000 familias dependen de su cultivo- se exporta a la Unión Europea. Uno de los temores que existen entre los apicultores es que la UE rechace su miel si encuentra que supera los limites aceptados de polen transgénico.

Y la miel más preciada de Yucatán es la que proviene de la abeja melipona, que puede venderse hasta por diez veces el precio de la miel común.

La voz de Leydi Pech se endulza cuando habla de ella.

“Es una abeja ancestral que los mayas hemos utilizado por mucho tiempo. Para nuestro consumo y para curarnos. Lo que tiene de especial esta abejita es que selecciona la floración que recolecta. También produce menos cantidad de miel”, dice con el español golpeado que caracteriza a los maya-hablantes.

Luego, un toque de hiel: “es una abeja que está en peligro de extinción en la península de Yucatán”.

El cultivo de la miel entre los mayas es prehispánico. En un estudio, la doctora Alejandra García Quintanilla, de la Universidad Autónoma de Yucatán, indica que tanto en la cerámica del período maya clásico (200 a 1.000 DC), como en los libros del Chilam Balam, se encuentran testimonios sobre la importancia de este néctar en la vida de las comunidades indígenas.

Es un conocimiento que sigue vivo: Leydi aprendió todo lo que sabe de la apicultura a los doce años, de su abuelo. Él, a su vez, recibió el saber de sus padres.

“Lo que más recuerdo de lo que me enseñó mi abuelo es que no hay que dejar que las abejas se mueran, siempre hay que defenderlas. Porque las abejas no sólo sirven para hacer la miel, sino para polinizar nuestros alimentos, lo que consumimos. Eso las comunidades mayas lo tenemos muy claro: es un servicio que nuestras abejas nos están dando. Y gratis”.

Lo que se viene

Lo más seguro es que, como lo insinúa en su comunicado, Monsanto impugne las decisiones de los jueces de Campeche y Yucatán. Y un tribunal superior bien puede ordenar la reanudación de los cultivos de soya. Quienes apoyan los cultivos transgénicos insisten en que no hay pruebas de que hayan contaminado la miel.

A nivel global, quienes respaldan los cultivos genéticamente modificados aseguran que son indispensables para alimentar a una población mundial en aumento.

De vuelta en México, los amparos plantean enormes retos logísticos. Los jueces ordenaron que se consulte a las comunidades. El de Yucatán incluso dio plazo: seis meses. El abogado Jorge Fernández cree esto en inviable en tan corto período: hay que traducir al maya -y en un lenguaje comprensible- el proyecto. Luego viene la consulta interna no sólo entre los apicultores, sino entre sus comunidades. Además, es algo que nunca antes se ha hecho.

Leydi no tiene dudas en que, como sea, hay que consultarlos: “nosotros tenemos asambleas. Cada comunidad, cada ejido hace su asamblea por usos y costumbres y tomamos nuestras decisiones… Estamos peleando esa parte: que nos pregunten. Porque tenemos derecho a opinar. Conocemos nuestro medio ambiente, nuestra biodiversidad, porque la hemos cuidado por miles de años”.

Según recuerda la periodista Elva Mendoza, los permisos para cultivar maíz transgénico -contra el que también se han presentado fuertes protestas- se encuentran asimismo suspendidos desde el año pasado por la interdicción de un juez que recibió una demanda colectiva. Según Mendoza, las transnacionales afectadas, entre ellas Monsanto, ya interpusieron los recursos jurídicos necesarios.

Leydi Pech tiene la esperanza de que la Suprema Corte de Justica de México “atraiga” los casos y de un dictamen definitivo.

Mientras tanto, lo que ha ocurrido con Leydi y sus compañeros apicultores es visto por sus simpatizantes como otra victoria local en medio de una enorme batalla global.

¿Adiós al campesinado? El supermercado siempre gana

La agricultura ha dejado de ser desde hace años una actividad económica central. Ante un modelo agrario diseñado por y para el agronegocio, cada vez más campesinos se han visto obligados a cerrar sus explotaciones y abandonar el sector. Sin embargo nuestras necesidades alimentarias siguen allí. Sin campesinado, ¿quién nos dará de comer?

Por Esther Vivas. Público.es

La agricultura, en el Estado español, ha pasado de ser una de las principales actividades económicas a una práctica casi residual. En 1900, el 70% de la población activa trabajaba en el sector agrícola; en 1950, ésta había disminuido hasta el 50% del total; en 1980, ya únicamente representaba el 19%; y en 2013, sumaba un escuálido 4,3%. Las explotaciones agrarias, del mismo modo, desaparecen a gran velocidad. En el período de 1999 al 2009, en solamente diez años, éstas disminuyeron un 23%, según el Censo Agrario del Instituto Nacional de Estadística 2009. Pronto no quedarán campesinos en el campo.

Menos explotaciones y más grandes. La concentración empresarial es otra realidad en el mundo agrario. Entre 1999 y 2009, a pesar del cierre de fincas, las que se mantuvieron, en todas las comunidades autónomas, aumentaron su extensión. Aunque los mayores incrementos se dieron en Galicia, La Rioja y Cantabria. En la ganadería, se repitió la dinámica: el número de explotaciones de cada especie de ganado disminuyó, pero aumentó el número medio de cabezas. Castilla y León se situó al frente de la producción de bovino y ovino y Catalunya fue la primera en la producción avícola y porcina, ambas comunidades con el mayor número de ejemplares de cada una de dichas especies. Por cierto, en Catalunya existen prácticamente tantas cabezas de cerdo, como de personas.

La renta agraria en términos generales, en los últimos años, también ha retrocedido, a pesar de que en 2013, ésta aumentó un 7,7% después de varios años de mantenerse estable o en caída libre. Según datos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), el sector agrario en la última década ha perdido un 23% de su renta. Asimismo, los costes de producción siguen incrementándose, y actualmente significan un 93% de la renta agraria en su conjunto. La subida de precios de la energía, los fertilizantes y los piensos ha contribuido de forma decisiva al aumento. Los ingresos disminuyen, los gastos no hace sino aumentar. Precios en origen y en destino

El diferencial entre el precio que se paga en origen al productor y el que nosotros pagamos en la tienda o el supermercado continúa subiendo. Si en junio del 2013, el precio del producto alimentario de origen a destino se multiplicaba de media por 3,79, un año más tarde, en junio del 2014, el importe se multiplicaba por 4,52, según el Indice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos. Aquellos productos con un mayor incremento de su coste eran el calabacín, el repollo y la berenjena, con un diferencial porcentual entre el precio en origen y en destino de un 950%, un 808% y un 717% respectivamente. En definitiva, quién produce lo que comemos es quién menos dinero recibe.

De aquí que la COAG, la Unión de Consumidores de España (UCE) y la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU) impulsaran una proposición no de ley sobre los márgenes comerciales de los productos agroalimentarios, que fue aprobada por el Congreso de los Diputados en 2008. La proposición instaba a una mayor transparencia en el proceso de configuración de los precios a lo largo de la cadena alimentaria, a la creación de un Observatorio de Precios para controlar y sancionar las malas prácticas en la fijación de los importes, a actuar para eliminar la especulación en los mercados agroalimentarios e implantar un sistema de doble etiquetado (precios origen/precios destino) que permita conocer el valor real de los alimentos y detectar distorsiones interesadas en los precios, entre otras medidas. Aunque del dicho al hecho…

El supermercado siempre gana

La venta a pérdidas por parte de los supermercados, vender por debajo del precio al que se paga al productor, es otra práctica habitual, aunque está prohibido por la administración mediante la Ley de Ordenación del Comercio Minorista y la Ley de la Competencia Desleal. La gran distribución, sin embargo, utiliza esta medida con el objetivo de fidelizar a sus clientes, vendiendo algunos productos, los llamados “productos relamo”, a un precio muy bajo. A pesar de ingresar menos dinero con su venta, lo compensa con el incremento de la comercialización de otras mercancías.

El aceite de oliva ha sido, en los últimos años, uno de los productos agrarios más golpeados por esta práctica, ahora parece le llega el turno al arroz. Pero, no es oro todo lo que reluce. El consumidor piensa que ahorra con estos métodos, aunque una vez en el ‘súper’ lo que deja de pagar en un producto lo acaba pagando en otro. La gran distribución siempre gana.

Mientras, estas prácticas tienen un efecto nefasto en el campo, ya que presionan a la baja el precio que se paga en origen por dichos alimentos conduciendo a la ruina del agricultor. Sin entrar a analizar, por otro lado, el fraude que, a menudo, se da con estas prácticas, cuando nos venden, por ejemplo, aceite de oliva virgen extra a un precio extremadamente barato, y al analizar el producto resulta no tratarse del aceite de primera calidad que nos decían.

Muchos campesinos, ante estas operaciones, tiene que acabar cerrando sus fincas. Entonces, si estos desaparecen, ¿quién nos dará de comer? ¿Quiénes producirán y distribuirán la comida? Creo que la respuesta es clara: unas pocas empresas que controlan cada uno de los tramos de la cadena alimentaria. Se trata de multinacionales como Dupont, Syngenta, Monsanto, Kraft, Nestlé, Procter&Gamble, Danone, Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, Mercadona, por solo citar a algunas. ¿Tenemos, pues, la comida garantizada?

Esther Vivas

El maíz transgénico en México (en 15 píldoras)

Biodiversidad en América Latina y El Caribe

“Los científicos independientes comprometidos con los valores del conocimiento -y no del lucro o de los intereses económicos particulares- también comprometidos con la justicia social, y la sustentabilidad ambiental, deseamos y debemos entablar un diálogo profundo de saberes con los indígenas y campesinos del mundo. Ellos son poseedores de valiosos conocimientos y técnicas tradicionales milenarias, y con ellos podremos encontrar verdaderas soluciones a la producción agrícola y el abasto de alimentos diversos y sanos, garantizando la soberanía alimentaria.”

La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) es una Asociación Civil fundada en 2006 por científicos mexicanos de pensamiento independiente, a los que une la convicción de que el conocimiento científico debe generarse, usarse y aplicarse para mejorar la calidad de vida de la sociedad de manera sustentable y no para beneficio de alguna minoría. Nuestra tarea central es observar, aprender, analizar las oportunidades, peligros y riesgos inherentes del uso del conocimiento científico y divulgar nuestras conclusiones a la sociedad.

El Programa de Agricultura y Alimentación de la UCCS está enfocado en la seguridad alimentaria sustentable (suficiente, accesible a toda la población e inocua), en la soberanía tecnológica y en la protección de la ecología y de la biodiversidad, particularmente la de las especies cultivadas en México y que como en el caso del maíz, fueron domesticadas y/o se diversificaron en México y Mesoamérica. El maíz es central para la seguridad alimentaria y la cultura de la Nación por ser su alimento básico: 53% de la ingesta calórica y 39% de la proteínica de la dieta nacional provienen del consumo directo del maíz. Sin embargo, durante los últimos 10 años debido a políticas deficientes y a una mala planeación por parte del gobierno, la producción de maíz se ha estancado con respecto al requerimiento para consumo nacional, haciéndonos cada vez más dependientes del mercado internacional, principalmente de Estados Unidos y a la vez, exponiéndonos a la creciente volatilidad mundial de su precio.

Las corporaciones multinacionales de semillas transgénicas (CMST) han identificado al creciente déficit nacional de grano de maíz como su oportunidad para llegar a controlar el mercado nacional de semilla de maíz, que es del orden de 200,000 toneladas anuales, con valor potencial para las CMST (incluyendo los herbicidas acompañantes) de más de mil millones de dólares anuales. Su estrategia ha consistido en un intenso cabildeo en los Poderes Ejecutivo y Legislativo, en introducir la práctica de “puertas giratorias’’ en las instituciones de gobierno encargadas de la toma de decisiones a su favor, y, además, en crear adeptos dentro de la comunidad científica y lanzar campañas de propaganda dirigidas a la sociedad a través de la prensa, radio y televisión. La campaña de las CMST anuncia que la introducción de maíz transgénico a México es la modernización necesaria y urgente para alcanzar la seguridad alimentaria de maíz de México, aun considerando al cambio climático inminente. Aseguran que su conocimiento “científico” -que antes de nada está guiado por el lucro- aplicado al campo mexicano consumará la hazaña de resolver los problemas del campo y el hambre. Estas promesas se hacen sin garantía, sin fiador y con propaganda demostradamente falsa.

A cuarenta años de las primeras liberaciones de cultivos transgénicos, ha quedado demostrado que éstos no aportan beneficios sociales o ambientales, y en lugar de ello implican riesgos y peligros públicos que se anticiparon pero no se consideraron con seriedad, y con los años se han ido demostrando científicamente.

La comercialización y liberación de cultivos transgénicos ha implicado, eso sí, grandes ganancias privadas, y por ello las CMST siguen presionando para expandir su dominación sobre las semillas y la producción, distribución y comercialización de alimentos de todo el mundo, y la consiguiente contaminación de los centros de origen y diversificación de plantas como el maíz.

Los científicos independientes comprometidos con los valores del conocimiento -y no del lucro o de los intereses económicos particulares- también comprometidos con la justicia social, y la sustentabilidad ambiental, deseamos y debemos entablar un diálogo profundo de saberes con los indígenas y campesinos del mundo. Ellos son poseedores de valiosos conocimientos y técnicas tradicionales milenarias, y con ellos podremos encontrar verdaderas soluciones a la producción agrícola y el abasto de alimentos diversos y sanos, garantizando la soberanía alimentaria.

Los consorcios multinacionales de semillas transgénicas plantean una alternativa que cancelaría la soberanía y amenazaría profundamente la seguridad alimentaria de México. Su camino no tiene retorno. Con el tiempo, desaparecería todo maíz normal (no transgénico) del país y hasta las razas nativas serían transgenizadas y potencialmente serían objeto de propiedad intelectual de esos consorcios multinacionales.

Por medio de este cuadernillo de difusión y divulgación, presentado a manera de una introducción general y síntesis, escrita en un lenguaje sencillo accesible para todos, y de ‘’15 píldoras’’ con datos técnicos y científicos, queremos comunicarnos con todos los ciudadanos de México. En particular, nos dirigimos a las y los estudiantes, así como a las maestras y maestros, de nivel básico, medio y superior, de todo el país, y esperamos que con su ayuda, esta información llegue a la mayor parte de los mexicanos.

Nuestro mensaje es: “se debe prohibir toda siembra de maíz transgénico en México: la Nación no lo necesita para lograr su autosuficiencia y seguridad alimentarias; y su liberación implica riesgos y peligros inadmisibles e irreversibles”. El país dispone de alternativas basadas en tecnología pública y conocimiento tradicional, que no requieren del uso de transgénicos.

Además el maíz está en el corazón de nuestras culturas mesoamericanas.

Para acceder al documento, haga clic en el enlace a continuación:
El maiz transgénico en México (en 15 píldoras) (14,62 MB)

Crónica del 24 de Mayo Jornada Mundial de Lucha contra Monsanto.

San Cristóbal de Las Casas, se sumó al grito mundial “no transgénicos” en la “Jornada Mundial de Lucha contra Monsanto”, jornada mundial que se llevo en la Plaza de la Resistencia o plaza de la Paz de esta ciudad; en punto de las 10 mañana comenzó con la puesta de una mesa de información y petición de firmas a ciudadanos para que la empresa transnacional “Monsanto” y filiales no entren a nuestro país, los activistas trabajaron pacíficamente bajo la consigna “Sin Maíz no hay país”.

El llamado fue Este 24 de Mayo para a decirle a “Monsanto y a todas las corporaciones que no podrán lucrar con nuestra vida. No queremos transgénicos ni en México ni en ningún lugar del mundo. México es centro mundial de origen y de diversidad del maíz. En las mesas recordaron que “La defensa del maíz es de todxs”. los temas informativos de esta campaña mundial fue “semilla transgénica” “soberanía alimentaría” “efectos de la semilla geneticamente modificada” “salud”.

También hubieron movilizaciones en: Distrito Federal, Aguascalientes, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Querétaro, Yucatán, Jalisco.

Para mayor información www.carnavaldelmaiz.org Facebook: /CarnavaldelMaiz Twitter: /Carnavaldelmaiz o escríbe a carnavaldemaiz@gmail.com

Escrito por: JRC

En México se usan 186 plaguicidas “altamente” peligrosos, denuncian activistas; algunos fueron prohibidos en Europa

agrotóxicosPor: Juliana Fregoso. Revista SinEmbargo.mx

En México están registrados comercialmente 186 plaguicidas altamente peligrosos que contienen sustancias cancerígenas, han sido prohibidos en Europa o bien, no se venden en otros países porque las empresas que los comercializan se negaron a seguir invirtiendo en pruebas que dejen claro cuáles son sus efectos, según un comparativo de la Red de Acción sobre Plaguicidas y sus Alternativas en México (RAPAM).

“En México hay, por ejemplo, 85 ingredientes activos de plaguicidas que se comercializan en cientos de formulaciones que no están autorizados en la Unión Europea debido a sus efectos en la salud y/ o el medio ambiente, o porque las empresas transnacionales decidieron retirarlos del mercado europeo porque no quisieron invertir en presentar las nuevas pruebas exigidas por las autoridades europeas sobre su impacto a la salud y ambiente”, alertó Fernando Bejarano, director de la Red.

Destacó que la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) tiene autorizados, según su base de datos aproximadamente 782 ingredientes activos usados como plaguicidas en un poco más de 5 mil 600 formulaciones comerciales (esto incluye no sólo los de síntesis química, sino aceites y extractos vegetales y organismos vivos, aunque estos últimos son la minoría).

Los datos precisos sobre el uso de plaguicidas, su cantidad y el lugar donde se aplican “sigue siendo una información confidencial de las empresas que lo comercializan; no hay un registro de uso de acceso público, es un derecho público no reconocido”, mencionó Bejarano.

Puede considerarse plaguicida a cualquier sustancia o mezcla de sustancias que se destine a controlar una plaga, incluyendo los vectores de enfermedades humanas y de animales, así como las especies no deseadas que causen perjuicio o que interfieran con la producción agropecuaria y forestal.

En México están autorizados 62 ingredientes activos altamente tóxicos para abejas (según la clasificación de la EPA de Estados Unidos) para uso agrícola y algunos de ellos están prohibidos en Europa como fipronil, y el imidacloprid.

“Muchos plaguicidas pueden representar un riesgo a los seres humanos. Por otro lado, en la mayoría de los casos, la cantidad de estos plaguicidas a los que se encuentra expuesta la gente es muy pequeña como para representar un riesgo”, considera por su parte el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) en su página de Internet.

Entre la sociedad civil ha surgido la preocupación por el uso de estas sustancias, ya que no hay existe la certeza de que no afecten a la salud o al medio ambiente, especialmente los plaguicidas de síntesis, de moléculas químicas diseñadas en el laboratorio. Lo que se conoce son las características de su peligrosidad en muchos de ellos y se pretende controlar su riesgo si se usa un equipo de protección adecuado y se siguen las instrucciones de las etiquetas; pero en climas tropicales es inviable el usar trajes de protección, por tanto, para los habitantes de estas zonas, tienen una mayor toxicidad aguda, y las etiquetas advierten generalmente de los efectos tóxicos a corto plazo pero no de los efectos crónicos.

“Los que más nos preocupan son los plaguicidas altamente peligrosos que se definen porque tengan uno más de los siguientes efectos: una alta toxicidad aguda, o toxicidad crónica en humanos (cáncer, mutagénesis, daño reproductivo, o ser perturbadores endocrinos); los que están incluidos en algún convenio ambiental, y los que tienen una toxicidad ambiental relevante (muy persistente o bioacumulativa en agua y/o sedimentos y altamente tóxico para abejas). En México hay 160 ingredientes activos que son plaguicidas altamente peligrosos autorizados para uso agrícola según los criterios descritos anteriormente; entre ellos 31 ingredientes activos que están clasificados como probables carcinógenos en humanos según el Sistema Global Armonizado que adopta la Unión Europea”, explicó el representante de RAPAM.

Distintos estudios, citan por su parte, el ejemplo del herbicida paraquat prohibido en 36 países, comercializado por la suiza Syngenta como Gramoxone y autorizado en México junto con otras empresas en 38 registros comerciales; el herbicida atrazina prohibido en Europa por el riesgo de contaminación de mantos acuíferos subterráneos y con 32 registros comerciales autorizados en nuestro país, incluido Syngenta.

Otros ejemplos de plaguicidas altamente peligrosos no autorizados en la Unión Europea son el insecticida carbofurán de alta toxicidad aguda, considerado un perturbador endocrino y de alta toxicidad para las abejas; los insecticidas dicofol y metamidofós (con 27 registros comerciales en México, incluido Tamarón de Bayer) que están bajo evaluación por el Comité de Examen del Convenio de Estocolmo por su toxicidad, persistencia y bioacumulación para su posible prohibición mundial.

LA PREOCUPACIÓN ES QUE NO PREOCUPA
De acuerdo con lo expresado por el director de Rapam, en el país se le ha dado poca importancia al tema y, hasta ahora, las autoridades no reconocen que hay un problema nacional y que es necesario un cambio de política.

Quienes comercializan estos plaguicidas son las mismas trasnacionales que dominan el mercado mundial: Bayer, Syngenta, Dow, BASF, Monsanto más algunas empresas mexicanas como Agricultura Nacional y otras.

En este sentido, José Alberto Lara Pulido, maestro de la División de Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana, destacó que para desincentivar el uso de plaguicidas que provoquen daño a la salud o que sean agresivos con el medio ambiente, la Reforma Fiscal aprobada el año pasado contempla impuestos adicionales a las sustancias que, se considere, afectan al medio ambiente o a la salud, mismo que deben asumir las empresas o el consumidor final.

La Ley del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) contempla tasas que van del 9 al 6 por ciento, dependiendo del grado de toxicidad, mismo que contempla en cinco categorías.

“Lo relevante es que a la hora de comprar vas a tener un costo que no tenías, entonces eso va a obligar a los consumidores a seguir comprando el producto o a cambiarlo por otro más amigable, y en el caso de las empresas, las va a orillar a transformar sus sistemas y tecnologías de producción en algo que sean más benéfico para todos”, expresó el académico.

El representante de RAPAM dijo por su parte que si bien es cierto que la Cofepris, de la Secretaría de Salud niega los permisos de importación del endosulfán a partir del primero de enero de 2013 para agotar las existencias actuales, y estableció como fecha límite de venta el 31 de diciembre de 2014; no informa a la población de los riesgos a los que se expone si entra en contacto con este plaguicida que, por su toxicidad, persistencia y bioacumulación forma parte de la lista del Convenio de Estocolmo para su eliminación.

“Se sigue una política neoliberal productivista, creyendo que será el mercado y las empresas transnacionales los que traerán los cambios necesarios, no se reconoce el grave peligro de salud pública y ambiental que ocasiona su libre uso y esto se va agravar con la idea de promover más los cultivos genéticamente modificados tolerantes a herbicidas como soya tolerante a glifosato o maíz transgénico tolerante al herbicida glifosato y /o glufosinato de amonio”, expresó.

“No hay un riesgo aceptable si se puede evitar” declaró Fernando Bejarano, y añadió “es hora de cambiar la política neoliberal que privilegia los intereses mercantiles y fomentar alternativas agroecológicas en una política de sustitución paulatina de plaguicidas altamente peligrosos para reducir riesgos a la salud y el medio ambiente en cumplimiento del Convenio sobre el Enfoque Estratégico de Sustancias Químicas a Nivel Internacional (SAICM, por su sigla en inglés)”.

LOS MÁS AFECTADOS

Sin mencionar cifras, el INECC reconoce que la gran mayoría de los casos de intoxicación por plaguicidas afectan a agricultores y trabajadores del campo, ya que estos últimos son los que están en contacto directo con estas sustancias químicas, al aplicarlas a los cultivos y trabajar en las tierras o en los huertos donde se utilizan.

Las familias de los campesinos, en particular los niños y los lactantes, también están expuestos a los plaguicidas. En muchos países, los niños participan en las actividades agrícolas de la familia, en las que se utilizan plaguicidas, o transportan productos tratados con plaguicidas para el comercio local.

En los casos de intoxicaciones con plaguicidas la vía principal de entrada es la piel. Sin embargo, las intoxicaciones que ocurren durante el desempeño del trabajo, también pueden ocurrir por la inhalación de gases y partículas, por vía oral y a través de los ojos.