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EL ESCARAMUJO 24: ¿Cómo va el enREDD+o en Chiapas?

EL ESCARAMUJO año 6 Número 24

¿Cómo va el enREDD+o en Chiapas?escaramujo

 
 
 
 
Gustavo Castro Soto
Otros Mundos AC/Amigos de la Tierra México
03 de Julio de 2012, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México

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Cuando en 1990 urgía un porcentaje mayúsculo de reducción de Gases Efecto Invernadero (GEI) ante la gravedad del Cambio Climático, para el 2005 la urgencia era aún mayor. Sin embargo, con en el Protocolo de Kioto en vigencia hasta el 2006, los gobiernos solo aceptaron reducir poco menos del 5% de los GEI respecto de 1990. Y claro, mientras en la década de los 90`s y principios del presente siglo se disparó alarmantemente los GEI, no serían estos años el parámetro del compromiso de reducción para los países y actores privados más contaminantes del mundo. En 2012 llega a su fin El Protocolo de Kioto que, en vez de reducir los GEI, los aumentó por medio de los mecanismos de flexibilidad para que gobiernos y empresas eludieran el ridículo compromiso del 5%. Sin
embargo, el espíritu de la acumulación del capital y de hacer negocio con la crisis que provocaron sigue presente y ahora se asoma galopante el nuevo rostro de la economía verde, del capitalismo verde, de los fondos verdes, de la responsabilidad corporativa.

En la reciente reunión de Río+20 en Brasil, los gobiernos y las Corporaciones se montaron con fuerza en el discurso del Desarrollo Sustentable en el marco de la “Economía Verde”. Pero para la Cumbre de los Pueblos, es claro que las Corporaciones han asaltado no sólo las estructuras del Estado, sino las estructuras Multilaterales y, como sujetos naturales de la concentración de capital, han incorporado la naturaleza y sus funciones al mercado; y han hecho de la crisis ambiental que han provocado, un negocio más de acumulación.

LOS ANTECEDENTES
En este marco y contexto, en el 2006 el gobierno de California de los Estados Unidos bajo el periodo del republicano Arnold Alois Schwarzenegger (2003-2011), aprobó el Proyecto de Ley AB 32 (Global Warming Solutions Act) para supuestamente aportar a la solución del calentamiento global. Pero reduciendo los GEI de 1990 comprometidos en Kioto hasta el año 2020 como fecha tope. Si el compromiso de Kioto se antojaba absurdo, treinta años después es más que inútil esta meta. Todavía más cuando el estado de California, el más poblado de
los EEUU con 40 millones de habitantes, es de los más contaminantes a nivel mundial.

Según la Ley aprobada, el Air Resources Board (ARB) del gobierno de California tendría que determinar los GEI que se emitían en 1990 en todo el estado según su inventario de 1990 al 2004, y poner un límite de emisiones para el año 2020. Así, el 6 de diciembre de 2007 el ARB recomendó 427 millones de toneladas métricas de CO2 equivalente (MTmCO2e) como el tope de emisiones para el 2020 en todo el estado independientemente del sector. El siguiente paso después de aprobada la Ley sería identificar las políticas y medidas que se aplicarían para reducir las emisiones y mantener el límite propuesto. Pero nuevamente, para poder seguir contaminando, en diciembre de 2010 el ARB aprueba las regulaciones para que los mayores emisores de GEI puedan compensarlo o comprar créditos de carbono, sin tener que reducir sus emisiones en el lugar de origen. Esta compra de créditos de carbono pudiera ser dentro de los EEUU o fuera del país. Significa entones que las comunidades locales en
California afectadas por la contaminación de los emisores cercanos (refinerías, industrias, entre otras) no se verían beneficiadas del todo. Y así es como voltean a ver la Selva Lacandona en Chiapas, México.

Mientras los gobiernos lentamente perfilan y definen los falsos mecanismos para el supuesto combate al cambio climático, los GEI avanzan aceleradamente por medio de la deforestación, las plantaciones de monocultivos, los agrocombustibles, los puertos y aeropuertos, las represas, extracción petrolera y minera, los grandes proyectos turísticos sobre manglares, el aumento en el consumo y desperdicio de energía, en el transporte, etcétera.

EL ACUERDO CHIAPAS-CALIFORNIA
Poco antes del COP16 en Cancún, en noviembre de 2010 y en el marco de la 3a Cumbre Global de Gobernadores ante el Cambio Climático, los gobernadores de California, Chiapas y Acre firmaron el Memorándum de Entendimiento para la cooperación técnica, científica y legal, con el fin de lograr un mercado homologado para la compra-venta de créditos de carbono forestal, que pudiera compensar California para el supuesto combate a la Crisis Climática, por medio de la reducción de emisiones de GEI por la deforestación, la degradación de los suelos y el manejo de los bosques.

Previo a la COP16 estos gobiernos quisieron mostrarse apresuradamente a la vanguardia de la implementación de la primera experiencia piloto de REDD a nivel mundial. Sería el primer mercado mundial de créditos de carbono forestal definidos legalmente al menos desde el estado de California, con el fin de cumplir con la meta propuesta en la Ley AB32, y no como un mecanismo voluntario.

También se pretendían que contagiara a otros estados y provincias para que a formalizar el mercado internacional de créditos de carbono forestal, y cuyas experiencias dieran pautas para definir el mecanismo de REDD desde Naciones Unidas.

En el COP16, el gobierno de Chiapas lanzó su caballería verde para hacerse presente, acompañado de las Ong’s ambientalistas del coyotaje verde empresarial, en diversas mesas y paneles de trabajo, entre ellas: Sistemas
Multiescala de Información y su Aplicación al Piloto de Chiapas; REDD para Chiapas; Proyecto REDD+; Memorándum de Entendimiento para el Mecanismo REDD, Presentación de Avances del Programa de Acción ante el Cambio
Climático del Estado de Chiapas; Presentación de la Ley para la Adaptación y Mitigación ante el Cambio Climático en el Estado de Chiapas. También presumió la operación de 24 Ecobuses con un poco de biodiesel chiapaneco durante el COP.

Sin embargo, cabe señalar otros antecedentes importantes con el fin de implementar diversas experiencias en el país bajo el paraguas del concepto de REDD. En 2010 la Agencia Española para la Cooperación Internacional y el
Desarrollo (AECID) financió un proyecto piloto REDD+ a la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) en la Cuenca del Río Ayuquila en el Estado de Jalisco. Se pretendió impulsar proyectos productivos para mantener la superficie forestal e incluir en el ordenamiento territorial el cambio climático y el manejo sustentable de los recursos. AECID esperaba que esta experiencia se replicara en otras regiones. Posteriormente, en octubre de 2011, la trasnacional Coca-Cola informó que bajo el programa ‘Captura de Carbono en Comunidades Indígenas y Campesinas en el Estado de Oaxaca’, que llevara a cabo Pronatura AC y la CONAFOR, entregaría al Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) el certificado por la neutralización de 12 mil toneladas de CO2 que se generaron durante la reunión del COP16 en Cancún, por medio de la entrega de recursos para la restauración, mantenimiento, enriquecimiento de cafetales y reforestación en diez comunidades forestales de las regiones Mixe, Sierra Norte, Chinanteca y Sierra Sur del estado de Oaxaca.

LOS VACÍOS Y LOS RETOS
Ambos gobiernos, Chiapas y California, se enfrentan con vacíos y problemas que tienen que solucionar luego de la firma del Memorando de Entendimiento a finales del 2010. A nivel federal, el gobierno mexicano no contaba con la normatividad para la implementación del mercado internacional del carbono forestal. Además de la falta de definición de las estructuras, secretarías y dependencias federales y estatales en cuanto a su intervención y alcance, y sus delimitaciones en la implementación de REDD. El personal técnico y la burocracia
gubernamental carecen de información sobre su significado, los conceptos que maneja y el objetivo mismo. Habría que definir las metodologías, la evaluación y seguimiento de los proyectos y mediciones de la captura de carbono, el área boscosa y de selvas que entrarían en el mercado e inventariar lo más que se pudiera, entre otros retos políticos, sociales, técnicos y científicos.

(…)
El gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero (2006-2012), lanza una campaña de justificación y convencimiento sobre el programa de REDD. Argumentó que REDD reduciría la crisis climática. Esto es totalmente falso. Los bosques absorben el carbono y otros gases que de manera natural hay en la atmósfera. Pero no los GEI que artificialmente se inyecta por medio de la quema de hidrocarburos, la deforestación o degradación de los suelos. Mucho menos se logrará tal absorción de GEI adicionales con los pocos bosques que quedan en el planeta. Por si fuera poco, el programa no reduce las emisiones de origen sino que solo se compensan con metodologías y mecanismos de verificación muy dudosos.

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