click para ampliar

Afectados ambientales en Chiapas convocan a marcha este 9 de Agosto

Afectados ambientales en Chiapas convocan a marcha este 9 de Agosto

click para ampliarTras mucho tiempo de protestar por las afectaciones en su comunidad sin obtener respuesta de las autoridades, afectados por la contaminación y destrucción al medio ambiente en Chiapas, marcharán este 9 de agosto a partir de las 10 am del centro de la ciudad de San Cristóbal hacia las oficinas de la ONU en Chiapas.

Las comunidades de Ribera Cahuaré del municipio de Chiapas de Corzo a un costado del Cañón del Sumidero y las de Las Peras y Ranchería Alcanfores en San Cristóbal de las Casas, hacen el llamado a la comunidad nacional e internacional a que se sumen a la marcha o apoyen en la difusión de su protesta, para que se respete el medio ambiente en Chiapas y se detengan las  graves afectaciones físicas a la población.

(click en la imagen para ampliar)

Fuente y más información:
http://www.pozol.org/?p=1930
http://www.pozol.org/?p=1751
http://www.pozol.org/?p=1007
http://www.pozol.org/?p=1822

¿Crecimiento o cáncer? La economía en tiempos del cambio climático

¿Crecimiento o cáncer? La economía en tiempos del cambio climático

por Joerg Elbers

El alcohólico que sigue tomando, intenta mantener una apariencia normal, y niega que exista algún problema. De igual manera, sociedades adictas al crecimiento sin fin y al consumo ilimitado niegan que exista algún problema, como si los límites de los recursos finitos pudieran ser pasados por alto, por una creencia ciega e irracional en soluciones aún por imaginarse. Finalmente, aparte de todo, la adicción nos obliga a vivir una mentira – a vivir en autoengaño.

Marc Hathaway y Leonardo Boff (2009: 94-95)

crecimientoEn el año 1999, Ed Ayres, el entonces editor del World Watch Magazine, describió con palabras imponentes lo que en la Tierra ocurre cada minuto de cada día (citado en Hathaway y Boff, 2009: 20):

-Perdemos un área de bosques tropicales equivalente a la zona de cincuenta campos de fútbol, sobre todo por la quema.
-Convertimos medio kilómetro cuadrado de tierra en desierto.
-Quemamos una cantidad de energía de combustibles fósiles para cuya producción la Tierra requirió diez mil minutos, a través de la captura de luz solar.

La explotación y destrucción de la Tierra tomó velocidad con la Revolución Industrial, y se ha acelerado dramáticamente desde 1950. En este período ultra corto en la historia de la vida de la Tierra (Hathaway y Boff, 2009: 5-6):

-Destruimos más o menos la mitad de los bosques del planeta.
-Liberamos inmensas cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera.
-Creamos un hueco gigantesco en la capa de ozono, la cubierta protectora del planeta que filtra la dañina radiación ultravioleta.
-Perdimos aproximadamente el 65% de los suelos fértiles, un 15% de la superficie terrestre del planeta se está convirtiendo en desierto, y dos tercios de las tierras agrícolas están amenazadas por procesos moderados a severos de erosión y salinización.
-Liberamos decenas de miles de sustancias químicas al aire, suelo y agua, muchas de ellas toxinas de larga duración que están envenenando la vida.
-Destruimos cientos de miles de especies de plantas y animales. Cada año desaparecen unas 50 mil especies, casi todas como resultado de la actividad humana. La tasa de extinción actual se estima hasta 10 mil veces más alta que las ocurridas antes que el ser humano habitara el planeta.

Esta destrucción masiva y cada vez más acelerada de las bases de nuestra vida en la Tierra se nutre de la quema desenfrenada de combustibles fósiles. La carga ambiental de esta combustión se evidencia no solamente en los niveles crecientes de dióxido de carbono sino también en un trastorno de tipo exponencial. Dianne Dumanoski (2009: 26-28) clasifica los peligros provenientes de este crecimiento explosivo durante los últimos dos siglos en dos categorías: muerte lenta y sorpresas.

capitalismoLas amenazas de la muerte lenta son los problemas familiares, como la desaparición de las especies, la erosión de la tierra, los suelos deteriorados, el agotamiento y contaminación del agua dulce, la pérdida de los bosques, la penetrante contaminación de las cadenas alimentarias y la carga acumulativa de las actividades humanas sobre los sistemas naturales.

Un buen indicador que demuestra los límites del crecimiento es la huella ecológica que desarrollaron William Rees y Mathis Wackernagel (1996) en la década de 1990. La huella ecológica representa la demanda de recursos que tiene la humanidad, contrastada con la biocapacidad del planeta, que indica la disponibilidad de dichos recursos. En 1961 la humanidad utilizó el equivalente de 0,6 planetas para sostener sus actividades, mientras en la década de 1970 pasó el punto en el cual la huella ecológica y la biocapacidad anual estaban equiparadas, y en el año 2007 la humanidad utilizó el equivalente de 1,5 planetas para sostener sus actividades. En otras palabras: para regenerar la cantidad de recursos que el ser humano utilizó en un año, el planeta requiere un año y medio (WWF, 2010: 34-47).

Hasta aquí no hay nada nuevo. Es la demencia normal (business as usual) de la destrucción de las bases de la vida en el planeta, pero nada de lo cual un economista de la escuela neoclásica tendría que preocuparse.

Aparte de todas las amenazas de la muerte lenta -que en sí ya deberían preocuparnos mucho-, existe otro peligro de una magnitud inmensa, las sorpresas: cambios abruptos e imprevisibles que amenazan los fundamentales procesos planetarios. El desarreglo más conocido es el cambio climático que perturba el ciclo de carbono (Hansen, 2009; Lovelock, 2007, 2009), pero además de eso estamos trastornando los ciclos del nitrógeno, fósforo y azufre a una escala planetaria (Dumanoski, 2009: 28-30). Estos cambios pueden distorsionar el sistema de la Tierra con consecuencias impredecibles. El Homo economicus ha evolucionado de ser un miembro de la comunidad de la vida a ser una fuerza planetaria capaz de amenazar todo el sistema.
(…)

¿Cuál es la fuerza destructiva?

¿Cómo llegamos a destruir a nuestra Tierra al grado en el cual nos encontramos ahora? Para decirlo con Stephan Harding (2006: 228), dos palabras pueden resumir la situación ante la cual nos encontramos: crecimiento económico.
Los abogados del crecimiento económico prácticamente siempre presentan como argumento matador la elección entre dos opciones: o combatimos la pobreza -mediante el crecimiento económico obviamente-, o protegemos la naturaleza. Hathaway y Boff (2009: 22) responden lo siguiente “… esta idea de que o se puede luchar contra la pobreza o proteger los ecosistemas (pero no ambos) se revela como una mentira perpetuada por aquellos que quieren seguir explotando tanto a la Tierra y a los más pobres y más vulnerables de la humanidad. Las mismas patologías que empobrecen a la gente también empobrecen a la Tierra”. Hathaway y Boff señalan seis características clave de nuestro actual trastorno global producido por el capitalismo de crecimiento industrial:
1. Adicción al crecimiento ilimitado.
2. Comprensión distorsionada de desarrollo.
3. Creciente sumisión al poder corporativo.
4. Dependencia de deuda y especulación como generadores clave de ganancias.
5. Tendencia a monopolizar el conocimiento e imponer una cultura mundial uniforme.
6. Confianza en el poder como dominación, incluyendo el poder militar y la violencia (Hathaway y Boff, 2009: 22).

El crecimiento canceroso

crecimientoEl crecimiento económico lineal, cuantitativo e ilimitado que predican los economistas y políticos no existe en la naturaleza y no puede existir en un planeta finito. La vida es cíclica, a la fase del crecimiento rápido siempre sigue el crecimiento lento, la maduración, el decrecimiento y por último la descomposición, o en el caso de los ecosistemas, la sucesión. Cuando los sistemas vivos maduran, los procesos cambian del crecimiento cuantitativo hacia el cualitativo (Capra y Henderson, 2009; Hathaway y Boff, 2009).

Capra y Henderson (2009) desenmascaran el crecimiento económico ilimitado:

Un ejemplo ilustrativo es el rápido crecimiento de las células cancerosas, que no reconoce fronteras y no es sostenible porque las células cancerosas mueren cuando el organismo huésped muere. Del mismo modo, el crecimiento económico cuantitativo ilimitado en un planeta finito no puede ser sostenible (Capra y Henderson, 2009).

Esta causalidad de la imposibilidad del crecimiento económico ilimitado está muy bien demostrado en el corto video animado The Impossible Hamster presentado por el think tank inglés the new economics foundation (nef, One Hundred Months, Wake Up y Freak Out, 2010).

(…)

¿Hacia dónde vamos?

La alfabetización ecológica y la economía del estado estacionario son dos ejemplos que nos muestran alternativas deseables -y más que necesarias- si queremos darle un chance a nuestros hijos y nietos, de poder disfrutar de la comunidad de la vida de Gaia, nuestra Tierra viva. La tarea de la transición es titánica y los contrincantes son muy poderosos: el crecimiento económico y la codicia. Plutarco, historiador griego que vivió hace más de 2 mil años, ya dijo “La bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre; pero el oro no apaga jamás la avaricia”. También Mahatma Gandhi encontró palabras elocuentes sobre este tema: “La Madre Tierra puede satisfacer bien a todas las criaturas que habitan sobre ella, pero nunca puede satisfacer la codicia ni de una sola persona”.

Fritjof Capra y Hazel Henderson (2009) terminan su ensayo sobre el crecimiento cualitativo con las siguientes palabras: “Esta transición global hacia la sostenibilidad ya no es un problema conceptual, ni un problema técnico. Se trata de un problema de los valores y la voluntad política”. Las últimas palabras las tiene Sulak Sivaraksa, uno de los líderes pensadores sociales y activistas de Asia y Premio Nobel Alternativo, quien sobre el desarrollo escribe lo siguiente: “El verdadero desarrollo debe estar en armonía con las necesidades de las personas y los ritmos del mundo natural. Los seres humanos son parte del universo, no sus patrones” (Sivaraksa, 2009:32).

climaY la última cita no requiere de comentario alguno:

El capitalismo nos lava el cerebro a través de la publicidad y el sesgo de prioridades, para pensar que tenemos que ser alguien distinto a nosotros mismos para tener valor. Pero nunca podremos ser más que nosotros mismos al rechazar lo que somos. Cuando estamos firmemente arraigados en el respeto propio, podemos tomar decisiones saludables (Sivaraksa, 2009: 31).

LEER COMPLETA: http://vamosacambiarelmundo.org/2011/07/%C2%BFcrecimiento-o-cancer-la-economia-en-tiempos-del-cambio-climatico/

Cambio Climático: que no te engañen. Sí que puedes hacer algo

Cambio Climático: que no te engañen. Sí que puedes hacer algo

justicia climaticaPor Ricardo Natalichio
Durante muchos años, y hasta el día de hoy inclusive, las grandes empresas hidrocarburíferas y las relacionadas con el consumo de combustibles fósiles, como las automotrices, energéticas y demás, han realizado denodados esfuerzos por ocultar a través de los medios masivos de comunicación, la realidad del Cambio Climático. Y en parte lo han logrado.

La voz de grupos ecologistas, de científicos independientes, de investigadores sin relación de dependencia con el poder económico, ha sido acallada adrede con el fin de perpetrar, durante el mayor tiempo posible, este ecocidio global al que estamos siendo sometidos, para beneficio de unos pocos, de un mínimo porcentaje de la población mundial.

Sin embargo, un “aliado” entró a jugar un papel importante. La naturaleza comenzó a dar muestras inconfundibles e inocultables de que el clima sobre la Tierra está cambiando. Inundaciones, sequías, huracanes cada vez más potentes, récords históricos de temperatura. Modificaciones que se han puesto a la vista de toda persona que las quiera ver y que han hecho conciente a la gran mayoría de la humanidad, de que el clima del planeta está cambiando y está claro que el origen de ese cambio es la actividad humana. De tal forma que el primer paso, la generación de una conciencia ecológica masiva, con ayuda de la naturaleza, lo estamos dando.

Pero ser concientes de semejante realidad, nos pone en una situación de responsabilidad para actuar, que no todas las personas están dispuestas a asumir.

Cotidianamente, convivimos con inmensidad de casos en los que podríamos, con poco esfuerzo, hacer un gran acto de solidaridad, de ayuda a un prójimo. (…) Claro que la mayoría de nosotros no podemos dedicar el día a ello, ya que debemos atender nuestras obligaciones. Sin embargo… algo más de lo que hacemos podríamos hacer seguramente.

Respecto del Cambio Climático, nos encontramos en una situación similar. Sabemos lo que está sucediendo, en general conocemos las causas y más aun, tenemos una clara idea de los efectos que tendrá a tan corto plazo que nuestros hijos los padecerán crudamente y muchos de nosotros seguramente también nos veremos afectados en mayor o menor medida.

Según el IPCC, estabilizar las emisiones de contaminantes para que la temperatura no ascienda más de 2 grados, económicamente supondría sólo una reducción del PBI global del 3% y un recorte del crecimiento mundial del 0,12% anual. Como ven, no es necesario volver a la Edad de Piedra ni mucho menos.

Si bien hay efectos que ya no podemos evitar, no es demasiado tarde para paliar muchas de las consecuencias del Cambio Climático. Nuestra civilización dispone de la tecnología suficiente para hacerlo. Para ello se requieren tres cosas: esfuerzos económicos, voluntad política y solidaridad. La buena noticia es que sobre las tres cosas, puedes actuar.

Ricardo Natalichio – Director de EcoPortal.net

Los vehículos asfixian las ciudades de América Latina

Los vehículos asfixian las ciudades de América Latina

Once diarios recorrieron las principales capitales de la región para analizar si los autos particulares son una amenaza para las grandes urbes
La escena se repite en Buenos Aires, Sao Paulo, Ciudad de México, Quito, Santiago, Bogotá o Lima: largas filas en las vías principales; conductores que se impacientan, bocinas, imprudencia, invasión de carriles, ruido, violencia verbal, estrés. Se para y se arranca cada tres metros. Inmovilidad.

ElComercio.pe / Lima

autosEl vehículo, esa maravilla de máquina que revolucionó al mundo a finales del siglo XIX, que acortó distancias y dio origen a un nuevo estilo de vida, está asfixiando las ciudades. A tal punto que en muchas de ellas ya se lo considera su principal enemigo.

A la capital argentina, Buenos Aires, ingresan diariamente 1,4 millones de autos provenientes del conurbano; Bogotá, con casi un 1 millón de vehículos particulares, logra sacar de circulación 400 mil cada día, pero aun así, la ciudad colapsa en corredores viales principales; mientras que en Sao Paulo la gente que viaja en auto pierde 2 horas y 43 minutos en algún tramo de los 100 kilómetros de atascos que se registran cada día, esto es, 30 millones de horas a lo largo de sus vidas.

En Quito, Ecuador, un conductor tarda una hora y 30 minutos en recorrer 12 kilómetros por una vía considerada rápida; en Montevideo, Uruguay, los buenos indicadores económicos se traducen en mayor poder adquisitivo para tener carro, lo mismo que en Lima, una ciudad en la que hay sectores en los que se circula a 5 kilómetros por hora, como San Isidro.

¿CIUDADES DE AUTOS?
El automóvil ha contribuido al crecimiento de las economías y de las ciudades en pleno desarrollo, pero también ha sido el responsable de que los centros urbanos hayan sufrido modificaciones o –peor aun– hayan sido diseñados en función del vehículo particular.

Parques, monumentos, áreas verdes, ríos, barrios enteros han sucumbido ante un mal concebido progreso que prioriza el espacio para los vehículos o se construyen autopistas de segundo piso, como en Ciudad de México, que rompen con la estética urbana y atentan contra la calidad de vida.

Los críticos tienen un poderoso argumento a la hora de cuestionar el uso irracional del vehículo: el medio ambiente. Ciudad de México, Buenos Aires, Caracas y Bogotá generan casi 90 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Las consecuencias no se hacen esperar. En Sao Paulo, según la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP), 12 personas mueren al día por culpa de la contaminación.

EL BUS POR EL CARRO
Aunque suena facilista responsabilizar al vehículo por este estado de cosas, lo cierto es que los autos llegaron hace más de un siglo y, en esencia, siguen cumpliendo el mismo papel: rodar por las vías. Lo que ha fallado, en el caso de América Latina, es la manera como se fueron consolidando los modelos de ciudad, un transporte público que no responde a las necesidades de los usuarios y la falta de creatividad para impulsar formas alternativas de movilización.

Pese a que la gran mayoría de personas se transporta en buses, autobuses, trenes o metros, la pésima calidad del servicio público, el alto costo del mismo y la inseguridad, han convertido al sector en uno de los más impopulares.

El metro de Sao Paulo moviliza 10 millones de pasajeros por kilómetro, cuando lo normal en el mundo, según el sindicato de Metroviarios, es que por cada 2 millones de habitantes haya 10 kilómetros de metro. En Buenos Aires, cada vez más gente deja de usar los trenes y la ciudad no tiene competencia para controlar los colectivos urbanos.

“El limeño compra un auto porque no quiere subir a un transporte público lento, sucio e inseguro”, resume Erick Reyes, vicepresidente de la Sociedad de Urbanistas de Perú. “Se necesita ofrecer comodidad y economía para crear un sistema de transporte público atractivo al ciudadano”, agrega Gabriela de Llavaneras, profesora de Maestría de Transporte de la Universidad Central de Venezuela. Y esto es precisamente lo que no existe en buena parte de las 11 ciudades latinoamericanas analizadas por el GDA.

USO RACIONAL DEL AUTO
Lo peor de todo es que la situación, antes de mejorar, empeora. Los presupuestos locales no alcanzan para mantener y construir vías para los autos, mientras que las ventas de estos se han disparado en todos los países. Se añade que el chatarreo de vehículos viejos y obsoletos tampoco es alto y estos se suman a una pelea permanente por el espacio.

La esperanza está en que en las ciudades cada vez aparecen más modelos provenientes de organizaciones cívicas, o incluso de las mismas autoridades, que le apuestan a nuevas maneras de movernos en las ciudades. Se construyen ciclovías, se moderniza el transporte público, se les abre más espacio a los peatones, etc. Pero no es suficiente.

Más que una guerra contra el auto, lo que resulta urgente revisar es el modelo de ciudad que se perfila. El reto de los gobiernos locales y nacionales es pensar qué resulta más rentable para una sociedad en términos ambientales, sociales y de salud pública: si seguir haciendo centros urbanos para los carros o ciudades que permitan a la gente movilizarse con facilidad.

José Rivera Santana, planificador ambiental de Puerto Rico, indicó que lo primordial es la “planificación del terreno”, de manera que el traslado de los ciudadanos no implique grandes distancias. Las distancias cortas pueden ser cubiertas por transporte público, bicicletas o caminando.

“Hay que cambiar de paradigma, reducir al mínimo el uso del auto”, señaló Juncos Gautier, directora del Centro de Estudios para el Desarrollo Sustentable (Cedes), de San Juan de Puerto Rico. Quizás sea ese el camino. Al final, como decía William Faulkner, “un paisaje se conquista con las ruedas del zapato, no con las del automóvil”.

OPINIONES:
“El sistema de transporte condiciona a los limeños a adquirir un auto. Sin un transporte público de calidad tenemos personas que buscan conseguir un auto propio aunque sea viejo”
ERICK REYES. SOC. DE URBANISTAS DEL PERÚ

“Estoy en contra de la dependencia que produce el auto. Estocolmo, por ejemplo, tiene el doble de unidades por habitante que las ciudades latinoamericanas, pero se usa mucho más el transporte público”
ANDRÉS BORTHAGARAY. INST. CIUDAD EN MOVIMIENTO

Informe revela responsabi​lidades del Banco Mundial en el caos climático

Amigos de la Tierra Internacional

Informe revela responsabi​lidades del Banco Mundial en el caos climático

banco mundialUn nuevo informe publicado hoy por Amigos de la Tierra Internacional en las negociaciones de la ONU sobre el clima que se están llevando a cabo esta semana en Bonn, muestra que el Banco Mundial invierte cada vez más en combustibles fósiles y promueve falsas soluciones empresariales al cambio climático, tales como el comercio del carbono, que profundizan, en lugar de mitigar, las actuales crisis ambientales.

El informe, “Banco Mundial: catalizador del cambio climático devastador”, responde a las preocupaciones expresadas por los países en desarrollo acerca del papel cada vez mayor que está adquiriendo el Banco Mundial en el financiamiento para el clima.

El informe muestra como el Banco invierte cada vez más en combustibles fósiles, lo que induce a países como India y Sudáfrica a depender cada vez más en el carbón. Además, el Banco impulsa la expansión de los mercados del carbono, que son una válvula de escape a disposición de los países industrializados para evitar reducir sus emisiones, que causa daños ecológicos y el desplazamiento de comunidades en el Sur global. Y a pesar de sus impactos negativos en términos ambientales, sociales y de cambio climático, el Banco Mundial continúa aumentando significativamente su apoyo a las grandes represas hidroeléctricas.

A pesar de los préstamos que otorga para proyectos sumamente insustentables en todo el mundo, el Banco está procurando asegurarse un papel influyente en el nuevo Fondo Verde para el Clima de la ONU y en los mecanismos para reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques (REDD).

El Coordinador del Programa de Justicia Económica de Amigos de la Tierra Internacional, Sebastián Valdomir, dijo: “El Banco Mundial es parte del problema climático, no de su solución. Sus conflictos de interés y sus pésimos antecedentes sociales y ambientales deberían servir para descalificarlo automáticamente de cualquier participación en el diseño del Fondo Verde para el Clima, y del financiamiento para el clima en general”.

El Banco Mundial es acusado de conflictos de interés al oficiar de administrador interino del Fondo Verde para el Clima (función fiduciaria) y formar parte de la Unidad de Apoyo Técnico que está diseñando el fondo (función de consultoría). Como consecuencia, el Banco estaría diseñando un fondo que supuestamente debería supervisar sus propias actividades.

amigos de la tierraLas inversiones del Banco Mundial en combustibles fósiles y el impulso a las falsas soluciones al cambio climático como el comercio de carbono y las grandes represas, deberían ser suficientes para excluir al Banco de cualquier tipo de participación en el diseño del Fondo Verde para el Clima de la CMNUCC. Amigos de la Tierra Internacional reclama que el financiamiento para el clima provenga de aportes presupuestarios y otras fuentes innovadoras que no estén basadas en el mercado –tales como impuestos a las transacciones financieras- y que su monto guarde proporción con el papel desproporcionado de los países ricos en la generación del problema del cambio climático.

Kate Horner, analista de políticas de Amigos de la Tierra Estados Unidos, dijo: “El Banco Mundial pretende mostrar liderazgo en la lucha contra el cambio climático, pero como muestra este informe, es uno de los mayores financiadores de proyectos de combustibles fósiles sucios, comercio del carbono y mega-represas. Estas iniciativas agravan la pobreza y nos llevan al borde de un desastre ambiental mundial”.

NOTAS:

[1] El informe muestra que en 2010 el Banco batió un nuevo récord en materia de financiamiento para combustibles fósiles (6.600 millones de dólares en total), lo que representa un aumento del 116% con respecto a 2009. De ese total, 4.400 millones de dólares se invirtieron en proyectos asociados al carbón, lo que también significó un incremento récord del 365% respecto del año anterior.

[2] El brazo prestamista del Banco Mundial para el sector privado, la Corporación Financiera Internacional (CFI), aprobó una inversión de 450 millones de dólares para la central de energía eléctrica a carbón de 4000 megavatios de Tata Mundra en Gujarat, India, que emitirá 25,7 millones de toneladas anuales de CO2 durante 25 años o más.

En abril de 2010, el Banco Mundial aprobó un voluminoso préstamo de 3.750 millones de dólares, la mayor parte del cual se utilizará para financiar la central a carbón de Medupi de 4800 megavatios que está construyendo Eskom, la empresa estatal de energía eléctrica de Sudáfrica. Sudáfrica es hoy en día responsable del 40% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de África, y este préstamo le agregará aun más emisiones.

[3] El Banco Mundial ha venido incrementando sus inversiones en grandes represas desde 2003, después de una pausa en su  actividad inversionista en ese rubro en la década de 1990, a pesar que las represas ya han desplazado entre 40 y 80 millones de personas.

[4] Los Fondos de Inversión en el Clima (FIC) del Banco Mundial incluyen un Programa Piloto sobre la Capacidad de Adaptación al Cambio Climático (PPACC), que permite dar préstamos para la adaptación, a diferencia de los fondos de la CMNUCC y el Fondo de Adaptación. Esto condujo recientemente a protestas en Nepal y Bangladesh.

[5] La versión en español del informe está disponible en: http://www.foei.org/es/recursos/publicaciones/pdfs-por-ano/2011/banco-mundial-catalizador-del-cambio-clima301tico-devastador/
La versión en inglés del informe está disponible en: http://www.foei.org/en/resources/publications/pdfs/2011/world-bank-catalysing-catastrophic-climate-change/

[6] Las principales conclusiones del informe se presentarán en un evento paralelo a las negociaciones de la CMNUCC sobre el clima, en Bonn, Alemania, el sábado 11 de junio desde las 18:45 a 19:45, en WIND, en el edificio del Ministerio de Medio Ambiente.

Enfrenta México riesgos ambientales

Enfrenta México riesgos ambientales

contaminaciónMéxico, (Prensa Latina) La degradación del ambiente, el calentamiento global, los desastres naturales y el crecimiento acelerado de la población son algunos de los principales retos que enfrenta el planeta, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En su reporte con motivo de la celebración hoy del “Día Internacional de la Madre Tierra”, refiere que la humanidad no emite señales positivas ante los riesgos generados por el calentamiento global, y por ende ante los desafíos del deterioro ambiental y el agotamiento de los recursos naturales.

Sobre este particular hace referencia a las grandes extensiones de tierra que en México actualmente sufren de erosión como una clara evidencia de los daños que ocasionan el empleo de químicos sintéticos que alteran los procesos de desarrollo y crecimiento en plantas, animales y microorganismos.

Un ejemplo palpable de la agresión constante del hombre contra la madre naturaleza lo constituye la deforestación, un fenómeno que provoca el rompimiento del equilibrio hídrico y por ende la aceleración del cambio climático local, señaló Juan Carlos Andrade, integrante de la Organización Profesionales por México.

El especialista precisó que esta situación, así como la desaparición de especies animales y la contaminación del agua se originan por la tolerancia de las autoridades ante las conductas inapropiadas de industrias, fábricas, empresas y asentamientos humanos.

Asimismo, el informe del Inegi resalta otros aspectos que hoy impactan negativamente al planeta como la distribución inequitativa del agua y su uso inadecuado; la fragilidad de los ecosistemas marinos; la pérdida de la biodiversidad; la acumulación de desechos y el calentamiento global.

Este último factor, subraya el estudio, genera el incremento de enfermedades debido a los cambios en la temperatura y humedad de los ambientes, así como a la proliferación de insectos y otros vectores “en zonas que antes no existían”.

El Día de la Tierra, que se celebra cada 22 de abril, se organizó por primera vez en 1970 en Estados Unidos por iniciativa del senador Gaylord Nelson para crear conciencia acerca de temas como la contaminación, el agujero en la capa de ozono, el crecimiento poblacional y la conservación de la biodiversidad.

A fines de la década de 1980, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) hizo suya la conmemoración, que desde 2005 es reconocida por la ONU como el Día Internacional de la Madre Tierra, término que suma un concepto cultural de armonía con la naturaleza.

LIBRO sobre comercio de carbono: ¿Diseñado para fracasar?

¿Diseñado para fracasar?

Los conceptos, las prácticas y las controversias detrás del comercio de carbono. Ahora disponible en español.

http://www.fern.org
El calentamiento global es ya una realidad. Los climatólogos advierten que, a menos que reduzcamos masivamente el uso de combustibles fósiles de manera inmediata, los cambios climáticos serán probablemente catastróficos, lo que representa una grave amenaza para la viabilidad de la sociedades humanas tal y como las conocemos hoy en día. La opinión de muchos científicos es que, para evitar lo peor de este cambio climático previsto, las emisiones globales de gases de efecto invernadero tendrían que alcanzar un máximo en 2015 y luego disminuir drásticamente.

Frente a esta fuerte advertencia, los gobiernos del mundo han negociado una serie de tratados destinados a detener inicialmente el crecimiento de las emisiones, con la esperanza de finalmente reducir y sustituir la dependencia de nuestras economías en los combustibles fósiles antes de que sea demasiado tarde. Entre los diferentes enfoques propuestos, un sistema de libre comercio basado en el mercado de carbono se ha convertido en el pilar central de la política para incentivar la reducción de emisiones.

Esta versión abreviada de la guía “El comercio de carbono” de FERN (actualmente sólo disponible en francés e inglés) explica los mecanismos de comercio de carbono y por qué no pueden conseguir, o siquiera incentivar, los cambios estructurales necesarios para liberara nuestras economías de los combustibles fósiles en el tiempo necesario.
DESCARGA: Diseñado para fracasar.pdf (20 págs. 920Kb)

Contaminar se conjuga en masculino

Contaminar se conjuga en masculino

Por Julio Godoy
contaminaciónPARÍS, feb (Tierramérica) – La desigualdad de género en detrimento de la mujer es bien conocida y documentada. Pero lo que no se sabe tanto es que también el comportamiento masculino es el mayor responsable de la emisión de gases invernadero, que causan el recalentamiento del planeta.

A esa conclusión llegaron dos estudios independientes desarrollados por científicos europeos por separado, basados ambos en datos estadísticos sobre el consumo y las actividades cotidianas de hombres y mujeres en países industrializados.

Frédéric Chomé, consultor francés en cuestiones ambientales y de desarrollo sostenible, afirmó que una mujer francesa típica provoca la emisión de 32,3 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) por día en promedio, mientras que un hombre en el mismo período es responsable de 39,3 kilogramos.

“Las estimaciones tienen como base un estudio de las actividades humanas dividido por género, realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos de Francia”, explicó Chomé a Tierramérica.

“Aunque nuestro método de cálculo es aún muy aproximativo, creo que el resultado es un buen indicador de las diferencias de contaminación ambiental derivadas de los distintos comportamiento entre hombres y mujeres”, añadió el autor del estudio titulado “24 heures chrono: votre bilan carbone” (24 horas exactas: Su cuenta personal de carbono).

A conclusiones similares arribaron la sueca Annika Carlsson-Kanyama y la finlandesa Riita Räty en una investigación sobre los comportamientos de hombres y mujeres en 10 actividades cotidianas en Alemania, Grecia, Noruega y Suecia.

“Los hombres consumen más carne y bebidas procesadas que las mujeres, además de utilizar más frecuentemente el automóvil y conducir distancias más largas. Eso hace que sumen mayor cantidad de emisiones de CO2”, indica el estudio “Comparing Energy Use by Gender, Age and Income in Some European Countries” (Comparación del uso de energía por género, edad e ingresos en algunos países europeos).

Comentando ambos trabajos, Corinna Altenburg y Fritz Reusswig, del alemán Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, avalaron que algunos de los hábitos más contaminantes atribuidos a la población masculina son motivados por los papeles sociales que ellos cumplen en la sociedad.

“En el transporte, por ejemplo, con muchos trayectos en avión y en automóvil, que elevan considerablemente la huella ecológica de los hombres”, explicaron Altenburg y Reusswig a Tierramérica.

Ese desequilibrio se puede compensar “en la medida en que la igualdad de oportunidades profesionales permita a la mujer ascender en la escala laboral, a la par de que los hombres cada vez asuman más tareas hogareñas”, señalaron.

En cambio, las diferencias en la alimentación son determinadas por el género. “Los hombres tienden a comer más carne y las mujeres más frutas y vegetales, hábitos difíciles de combatir”, añadieron.

Altenburg y Reusswig sugirieron que una política dirigida a disminuir las emisiones masculinas debe orientarse tanto a objetivos ambientales como a temas de desarrollo urbano, tradiciones profesionales y costumbres arraigadas.

“La meta en alimentación debería ser intercambiar cantidad por calidad. Al mermar el consumo de carne se logra reducir la producción masiva y así abatir las emisiones de CO2 emitidas por los animales, por ejemplo”, puntualizaron.

LA CULPA DE LOS HOMBRES

Chomé comprobó que en Francia, sólo a causa de los hábitos alimenticios, un hombre es responsable por la emisión de 7,98 kilogramos de CO2 al día, mientras que una mujer lo es de 6,79 kilogramos. El científico estimó diferencias similares de género en prácticamente las 11 actividades analizadas.

En el único caso en que las mujeres provocan mayores emisiones de ese gas invernadero es cuando realizan tareas tradicionales en el hogar, como cocinar, limpiar la casa, lavar y planchar ropa, según el estudio divulgado el 24 de noviembre.

Por su parte, Carlsson-Kanyama explicó a Tierramérica que la investigación encarada con Räty dio como resultado que, aparte de las diferencias sustanciales entre género en transporte y alimentación, el consumo de alcohol y de tabaco son dos factores que aumentan las emisiones de las cuales son mucho más responsables los hombres.

“Para el estudio, nosotras examinamos el uso total de energía por hogar en los cuatro países y después diferenciamos los consumos individuales entre hombres y mujeres por actividad,” dijo.

Pero la actividad más importante por sus consecuencias ambientales es el transporte, apuntó Carlsson-Kanyama. “Sólo en este rubro, los hombres consumen entre 70 y 80 por ciento más energía que las mujeres en Alemania y Noruega, 100 por ciento más en Suecia y hasta 350 por ciento más en Grecia,” detalló.

Esto se explica por la utilización mucho más intensiva de automóviles de modo individual de parte de ellos, que conlleva un mayor consumo de combustible y de piezas de repuesto, así como más reparaciones.

“Estas diferencias no son específicas de los cuatro países analizados, pero son generalizadas en toda la Unión Europea (UE), y tienen poco que ver con las distintas actividades profesionales entre hombres y mujeres,” indicó Carlsson-Kanyama.

Las mujeres en la UE tienden a hacer viajes más cortos en automóvil, a utilizar más frecuentemente los transportes colectivos, y conciben sus trayectos en función de las necesidades de transporte de otras personas.

En general, el estudio publicado en agosto de 2009 por Carlsson-Kanyama y Räty muestra que los hombres consumen mucha más energía que las mujeres. Las diferencias van desde ocho por ciento en Alemania, seis por ciento en Noruega y 22 por ciento en Suecia, hasta 39 por ciento en Grecia.

Como otros estudios previos, el de estas investigadoras concluye también que el consumo de energía aumenta a medida que crece el nivel de ingreso de los hogares y con ello también las emisiones de CO2 y su contribución individual al cambio climático.

Según Carlsson-Kanyama, los hallazgos de ambas investigaciones sugieren que los gobiernos europeos deben focalizar sus esfuerzos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en convencer a la población masculina a cambiar sus hábitos de transporte y de alimentación, para incrementar su eficiencia en el consumo de energía en tales actividades.

http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97528

Un verde muy sucio

Un verde muy sucio

Silvia Ribeiro, La Jornada

economía verdeEn varios foros internacionales de Naciones Unidas y otros avanza una nueva ola de discusión –o mejor dicho de cabildeo empresarial– para promover lo que llaman una nueva “economía verde”. En la reunión de enero 2011 del Foro Económico Mundial en Davos –que reúne anualmente a los intereses económicos más poderosos– el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó a una “revolución de libre mercado para la sostenibilidad global”, destacando que esta “revolución” no amenaza sus intereses económicos. Al contrario, llamó a las grandes industrias a invertir en negocios “verdes” para salir de las crisis financieras y económicas, aprovechando oportunidades en “agua, energía y alimentación”, así como con el cambio climático. Yvo de Boer, ex secretario de la Convención de Cambio Climático, alabó la posición de Ban Ki-moon y refirió que justamente el principal éxito de las negociaciones climáticas en Cancún había sido “crear un mapa de ruta para abrir nuevos mecanismos de mercado” (The Guardian, 27/1/2011), insertando el tema del cambio climático en el de la economía verde global.

Es claro que necesitamos cambios profundos y radicales en los patrones de producción y consumo dominantes, incorporando no sólo sostenibilidad ambiental, sino también justicia social y económica en modelos completamente diferentes de relación con la naturaleza y los recursos, cuestionando el propio concepto de “desarrollo” y de “crecimiento”, entre muchos otros. Lo que se propone bajo este nuevo orden económico mundial “verde”, es completamente distinto y muy preocupante. Se trata de ampliar o crear nuevos mercados para las corporaciones –algunos con recursos reales, otros financieros y especulativos– y de utilizar nuevas y peligrosas tecnologías, justificando su uso por los supuestos beneficios “verdes” que traerían.

La mención de Yvo de Boer es alusiva, entre otras, a la decisión de implementar los programas REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación evitada de bosques), que lejos de ser un programa de protección de bosques, es una forma de mercantilizar las funciones ecosistémicas de éstos y sobre todo, de crear un nuevo mercado financiero con el comercio de carbono, habilitando otra ola de atropellos a los derechos indígenas y a los habitantes tradicionales de los bosques.

Este tipo de programas se encuadra en el marco de otros más generales, como el proyecto TEEB (La Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad, por sus siglas en inglés). Es una cara particularmente dañina de esta “economía verde”, porque se refiere a la introducción al mercado de aspectos de la biodiversidad y los ecosistemas que no estaban en él, que son bienes comunes, colectivos. Además, en todo el mundo quienes habitan y conocen estos ecosistemas son comunidades tradicionales, indígenas, campesinas, pescadores artesanales, comunidades negras, pastores, etcétera, por lo que este tipo de proyectos incluye a menudo incorporar una pequeña parte de éstos como “empresarios” de la biodiversidad, para justificar avasallar los derechos del resto. Típico del sistema capitalista, se vende la ilusión de que todos podrían ser esa pequeña parte que teóricamente recibirá algún ganancia. Esto genera disputas dentro y entre comunidades que se presten al juego, como ya ha sucedido con proyectos similares (para ver quienes llegan primero a vender un servicio en un mercado finito o quiénes son los “dueños” de un conocimiento o recursos que son colectivos o compartidos entre varias comunidades, etcétera). Los mercados de servicios ambientales –hidrológicos, forestales, biopiratería– son un antecedente directo de proyectos como TEEB y ya existen muchas pruebas del daño que significan a las comunidades –que son los verdaderos cuidadores de la biodiversidad–, muchas de las cuales terminan perdiendo el acceso a sus recursos y territorios.

TEEB surgió en 2007 como proyecto a partir de una reunión del G8+5. Los cinco gobiernos agregados fueron Brasil, China, India, México y Sudáfrica –todos gobiernos de países megadiversos interesados en comerciar su biodiversidad. Luego fue integrado en la Iniciativa de Economía Verde del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Con la crisis financiera, la “valoración del capital natural” que entraña TEEB aparece como un excelente mercado frente al quiebre de otros mercados especulativos. Por ello no es extraño que el coordinador sea Pavan Sukhdev, un director del Deutsche Bank que venía de trabajar el tema de la valuación económica de la biodiversidad para el Foro Económico de Davos, y según el cual, es un “mercado multibillonario”.

Este contexto y el apoyo desde organismos de Naciones Unidas (PNUMA, inserción en Convenios y en el proceso de Río+20) hace que aunque la filosofía de fondo no sea nueva, estas iniciativas son más peligrosas. Hay un afán recargado por ponerle precio a “todo” lo que integra la biodiversidad y sus funciones, paradójicamente a partir del aparente reconocimiento de que la erosión de la biodiversidad es uno de los mayores problemas globales que sufrimos.

En las presentaciones sobre TEEB, Sukhdev repite que “aquello que no se mide no se puede gestionar”. Es lo opuesto del pensamiento de los pueblos tradicionales que realmente conocen y “gestionan” la biodiversidad desde hace milenios. Un comunero wixarika decía sobre su maíz y la biodiversidad que los acompaña: “si lo cuento no alcanza, así que no lo cuento y siempre alcanza”. Sin duda, un elemento fundamental en la resistencia a estas nuevas trampas: no dejar que nos engañen con sus “lógicas”.

Silvia Ribeiro. Investigadora del Grupo ETC

Para Ban Ki-moon, los líderes del mundo no están preparados para concretar un acuerdo amplio sobre cambio climático

Para Ban Ki-moonBan Ki-moon, los líderes del mundo no están preparados para concretar un acuerdo amplio sobre cambio climático

07/02/11
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha sido foco de noticias en los últimos días con asuntos globales vinculados al medio ambiente. Primero se supo que el jerarca no continuará con un seguimiento específico de las negociaciones internacionales de clima, ante la evidencia de que no es posible un acuerdo global que incluya a todos los países.

Luego el diplomático criticó el modelo consumista mundial imperante y reclamó una revolución económica para superar la crisis ambiental. Y para eso invitó a muchas de las empresas más controvertidas del mundo.

Autoridades de Naciones Unidas citadas por el diario británico The Guardian el 27 de enero informaron que Ban Ki-moon redirigirá sus esfuerzos de promover avances en las negociaciones internacionales de cambio climático en el marco de ONU, a una agenda más amplia de promoción de la energía limpia y el desarrollo sustentable.

Según las fuentes, algunas no reveladas, el máximo representante de ONU llegó a la conclusión de que los líderes del mundo no están preparados para concretar un acuerdo amplio sobre cambio climático, al menos en los próximos años.

Se informa que la XV Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en diciembre de 2009 en Copenhague, Dinamarca, marcó a Ban Ki-moon. El representante de ONU le había dedicado muchas energías a esa COP. La conferencia quedó en el peor recuerdo por las negociaciones a escondidas de un grupo de países, liderados por Estados Unidos, que intentaron imponer un acuerdo a los más de 190 estados participantes.

“Es muy evidente que no habrá un único gran acuerdo en ningún punto en el futuro cercano”, dijo el asistente del secretario general de ONU para Coordinación de Políticas y Planeamiento Estratégico, Robert Orr.

Desde Naciones Unidas se aclara que no es que las negociaciones de clima dejen de ser importantes, sino que el secretario general centrará más su atención en la sustentabilidad ambiental como tema de fondo. De todas formas, este giro puede afectar a las naciones en desarrollo que desde hace años presionan para que los estados industrializados se comprometan más en el marco del Protocolo de Kioto, acuerdo global legalmente vinculante de reducción de emisiones contaminantes. Varias naciones ricas buscan desmantelar el Protocolo.

En tanto, el 28 de enero Ban Ki-moon dio un discurso ante el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, que reunió del 26 al 30 de ese mes a unos 30 jefes de Estado y 1400 presidentes de grandes empresas. Allí dijo que el modelo económico actual supone un “pacto suicida global”.

“Necesitamos una revolución”, expresó el jefe de la ONU, citado por la agencia AP. “El cambio climático también nos muestra que el modelo antiguo es más que obsoleto”, agregó. Para el diplomático es necesaria una revolución del libre mercado que permita la sustentabilidad mundial.

Con este objetivo de fondo, Ban Ki-moon lanzó en Davos el Global Compact LEAD, una plataforma que agrupa a más de 50 empresas que afirman ser líderes en la aplicación a sus prácticas de estrictos criterios de sustentabilidad social y ambiental. Las compañías participantes forman parte también del Pacto Mundial de Naciones Unidas, iniciativa voluntaria en la que las empresas se comprometen a alinear sus estrategias y operaciones con diez principios universalmente aceptados en cuatro áreas temáticas: derechos humanos, estándares laborales, medio ambiente y anti-corrupción.

Algunas de las corporaciones que participan del recién lanzado Global Compact LEAD son Nestlé, Coca Cola, Siemens, Shell, Total, Unilever, Endesa y BBVA. Varias de ellas enfrentan graves acusaciones, e inclusive juicios legales, por violaciones a los derechos humanos y contaminación en diversas partes del mundo.

www.ecoportal.net

Las emisiones marcan el récord histórico de los últimos 10 mil años

La Organización Meteorológica Mundial advierte de que las emisiones marcan el récord histórico de los últimos 10 mil años pese al parón económico

emisionesJacob Petrus. Público

Si la tibieza de los acuerdos adoptados en la cumbre del clima celebrada el pasado diciembre en Cancún pudiera transmitirse a la atmósfera, el calentamiento global sería un problema irrisorio. Por desgracia no es así, y ni siquiera el actual escenario de crisis económica logra hacer la menor mella en el aumento imparable de los gases de efecto invernadero, como atestiguan los últimos datos publicados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

La comunidad científica esperaba que la reducción de la actividad industrial, fruto de las dificultades económicas por las que pasan buena parte de los países desarrollados, facilitaría una disminución en las cantidades emitidas a la atmósfera de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido de nitrógeno (N2O), los tres gases de origen antrópico más influyentes en el proceso de calentamiento global. En cambio, el último Boletín de Gases de Efecto Invernadero del organismo meteorológico de la ONU afirma que las concentraciones han llegado en 2009 último año estudiado a sus niveles más altos de los últimos 10.000 años, en un incremento sostenido que coincide con el comienzo de la época preindustrial, es decir, mediados del siglo XVIII.

“La concentración habría sido mucho mayor si no se hubiesen tomado las acciones internacionales para reducirlos”, afirma Michel Jarraud, secretario general de la OMM. Para Len Barrie, director del Departamento de Investigación de este organismo, existe un problema añadido: “Los gases de efecto invernadero, como el CO2, tienen una vida muy larga, y aunque frenásemos su emisión hoy mismo, permanecerían en la atmósfera durante décadas, haciendo que prosiguiera el calentamiento”.

Un vínculo indudable

La similitud entre el ritmo de crecimiento del CO2 en la atmósfera y la subida de temperaturas a escala global fue una de las razones para que, en el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en el año 2007, se estableciera como “muy probable” más del 90% que los gases de efecto invernadero fueran los responsables del calentamiento global. Según Barrie, sus efectos “ya se aprecian, por ejemplo, en el deshielo del Ártico, la subida del nivel del mar, los cambios en la intensidad de las sequías o las inundaciones causadas por tormentas”.

La pasada semana, científicos australianos sugerían que el cambio climático puede influir en la aparición de episodios inusualmente intensos del fenómeno de La Niña, provocando lluvias torrenciales como las que han inundado parte de aquel país en fechas recientes.

Los últimos datos suministrados por la OMM establecen que el año 2010 está entre los tres más cálidos desde 1850, cuando se iniciaron las observaciones meteorológicas instrumentales, después de 1998 y 2005. Los datos más recientes de la agencia climática de EEUU sitúan 2010 en el podio del año más cálido, junto a 2005. Además, la pasada década se convertirá en el periodo de diez años con temperaturas más altas. Entre las incidencias meteorológicas más importantes de este año destacan el tercer mínimo histórico de superficie de hielo en el Ártico, las peores inundaciones de la historia en Pakistán, el verano tórrido en Rusia o la tercera temporada de huracanes más intensa en el Atlántico, con 19 tormentas tropicales, además de las tierras anegadas en Australia.

Indígenas panameños podrían dejar sus islas ante el aumento de nivel de las aguas

kunaLeslie Josephs. Noticias Aliadas

Los indígenas kuna de Panamá no necesitan televisión para enterarse sobre el calentamiento global. Ya ha llegado a su puerta y está a punto de cambiar sus vidas y para adaptarse tendrán que empacar y mudarse.

El paraíso flotante de los kuna, un cinturón de islas de arenas blancas, salpicadas de palmeras que se extienden por prístinas aguas marinas en el norte de Panamá, se encuentra amenazado. El aumento del nivel de las aguas puede obligar a los miles de kuna que habitan el archipiélago de San Blas a huir a la costa continental, un desplazamiento que cambiará su modo de vida tradicional y la esencia de su cultura.

“Todo está inundado, hasta el tobillo”, dijo Helen Pérez, directora de la escuela de Carti Mulatupu, isla kuna de unos 500 habitantes. Pérez se refiere a los fuertes vientos que afectaron la isla en enero, que empujaron las aguas dentro de la comunidad, inundando brevemente el laberinto de calles de arena que dividen las chozas de madera y palma donde viven los kuna.

Según el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, el nivel del mar está aumentando 2.5 milímetros al año, una tasa que podría poner algunas de las islas, que apenas se asoman por encima del cristalino Caribe, bajo el agua en menos de un siglo. Algunas estimaciones sobre aumentos del nivel de las aguas son mucho más altas, situación que se ve exacerbada para los kuna en las temporadas de fuertes vientos y subidas de marea.

Los Mitos del Mercado de Carbono

Los Mitos del Mercado de Carbono

Edición: Jorge Tadeo Vargas (Marea Creciente México) y Brisa Violeta Carrasco (Jubilee South)

Participación en forma de artículos de: Jubileo Sur Americas, Otros Mundos Chiapas, Fronteras Comunes, Alianza Global de Alternativas a la Incineración (GAIA), Grupo ETC, Carbon Trade Watch y Marea Creciente México.

DESCARGAR: http://marea-creciente.org/mitos.pdf

Introducción
Resulta evidente el fracaso que en cada reunión oficial de la convención marco para el cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas para llegar a acuerdos vinculantes en materia de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, es un fortalecimiento de las corporaciones transnacionales y las instituciones financieras internacionales en los acuerdos sobre los mecanismos del mercado de carbono y el precio de estos ante el negocio que representa la crisis climática, tanto para dichas corporaciones como para los gobiernos en el norte y sur global.
A poco tiempo de vida del Protocolo de Kyoto y mas de dieciséis reuniones oficiales, es claro que el lobby, el esfuerzo y el dinero invertido para seguir incrementando los mercados de carbono, el reforzamiento del Programa para la Reducción de la Deforestación y la Degradación de los bosques (REDD), la estabilidad de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), hablan por si solo de las ganancias que deja la crisis climática sin ver las causas reales y las consecuencias de estas.
Con una intención de evidenciar los mitos del mercado de carbono y sus falsas soluciones hemos invitado a diversas organizaciones, alianzas y movimientos involucrados en la lucha por la justicia climática a compartir sus experiencias y sus conocimientos en el tema.
Estos análisis y critica a los Mercados de Carbono no solo están fundamentadas en la mejor ciencia posible, sino también en el trabajo diario, en la búsqueda de soluciones reales basadas en la cooperación, la solidaridad y su verdadero sentido comunitario.