Mensaje sobre cambio climático, Convención de París y Cumbre de los Pueblos

Cuba Debate

“La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante de la ecología. (…) Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. (…) Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño.”
Fidel Castro, Río de Janeiro, 1992.

Han pasado tres años desde que se realizara en junio 2012, la Cumbre de los Pueblos paralela a la de Naciones Unidas conocida como Rio+20. En aquel momento la Red En defensa de la humanidad hizo un llamado a los movimientos sociales, a líderes sociales en general, gobiernos, y a todas las personas de buena voluntad a movilizarse en contra del modelo suicida que se ha impuesto al mundo, y que nos deja como única alternativa la extinción de la especie humana.

Hoy, a las puertas de la COP 21, París 2015, donde se espera la firma de un nuevo acuerdo climático, no existen motivos para estar satisfechos, pues nada nos induce a pensar que habrá consenso en adoptar las verdaderas soluciones que reclama la gravedad del momento. Cabe retomar la consigna abrazada en Copenhague: No cambiemos el clima ¡Cambiemos el sistema! Si no enfrentamos las verdaderas causas de la catástrofe, no podremos evitarla.

En la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida, celebrada en Tiquipaya, Bolivia, del 10 al 12 de octubre de este año, los allí presentes adoptaron la decisión de retomar por su vigencia, y así quedó recogido en la Declaración Final, el mensaje que la Red En defensa de la humanidad hiciera en junio de 2012 a la Cumbre de Río+20 y exigir, por todos los medios a nuestro alcance, ante el sistema de organismos internacionales de las Naciones Unidas:

1. Refutar la pretensión de las nuevas tesis planteadas en torno a la “economía verde”. Rechazar este concepto y cualquier otra forma de explotación por parte del poder transnacional y exigir un abordaje multisectorial y multidimensional del enfrentamiento a la crisis.

2. Condenar la privatización de los recursos naturales y toda forma de mercantilización de la naturaleza. Reconocer y valorar la concepción integral de la vida de las culturas originarias y de los principios de solidaridad, igualdad, complementariedad y reciprocidad en que se basan alternativas como el Buen Vivir y otras, para la relación armónica con la naturaleza y la supervivencia de la especie humana.

3. Reconocer la urgencia de colocar la defensa de los derechos de nuestra especie y de la naturaleza como eje central de las negociaciones e instrumentos normativos internacionales en detrimento de los derechos del capital. Desde esa perspectiva, reconocer la necesidad de un tribunal penal sobre el ambiente.

4. Que se condenen las guerras, las políticas imperiales y la carrera armamentista como las mayores agresiones al medio ambiente y a la preservación de la especie humana, tanto por sus consecuencias directas como por los gastos incalculables que provocan. Estos recursos bien podrían utilizarse para solventar los principales retos sociales y medioambientales que enfrenta la humanidad. Que se denuncie el carácter suicida de los arsenales nucleares y se demande su eliminación y prohibición absoluta.

5. Que las autoridades públicas asuman como obligación principal aplicar un enfoque basado en los derechos de sustentabilidad, bienestar y progreso de la sociedad, y se reivindique la responsabilidad inexcusable de los gobiernos de proporcionar servicios esenciales para la vida a la totalidad de los ciudadanos. Que cambien radicalmente los indicadores de desarrollo y progreso para que tengan en cuenta los costos ambientales, la equidad social y el desarrollo humano.

6. Que se reconozca como imprescindible la transformación de los patrones de producción, consumo y distribución del ingreso. La búsqueda de acumulación creciente de ganancias y la orientación de la producción en función de la demanda solvente y no de la necesidad social, propia del sistema capitalista, no puede, ni podrá nunca, generar igualdad, eliminar la pobreza, ni garantizar un desarrollo armónico con la conservación del medio ambiente. La urgencia real de migrar hacia tecnologías no contaminantes no puede reducir los análisis a aspectos meramente tecnológicos.

7. Que el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, reconocido en la Declaración de Río, se traduzca en reales mecanismos de financiación, flexibilidades y políticas de acceso a la tecnología y el conocimiento para los países más necesitados y en obligaciones ineludibles para los países industrializados.

8. Denunciar el cínico “discurso limpio” de las potencias del Norte que intentan hoy inculpar a los países del Sur mientras ocultan su responsabilidad histórica y presente en el atraso de las tecnologías de esos países y en la deformación de sus economías y favorecen las operaciones “sucias” de las transnacionales en el Sur. Las marcas y patentes “verdes” deben ser denunciadas como un renovado y peligroso mecanismo de reafirmación de la dominación hacia todos los países tecnológicamente dependientes.

9. Que la Cumbre se pronuncie por la imprescindible evaluación precautoria de las tecnologías según sus impactos sociales y ambientales. Debe gestarse con urgencia una Convención mundial para el control de tecnologías nuevas y emergentes, basada en el principio de precaución y la evaluación participativa.

10. Denunciar la llamada obsolescencia programada y que se favorezcan las tecnologías que atiendan a la máxima vida útil de los productos, beneficien la estandarización, la reparación, el reciclaje y un mínimo de desechos, de manera que se satisfagan las necesidades humanas con el menor costo ambiental.

11. Condenar el control del comercio mundial por las transnacionales y el papel de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la imposición de acuerdos que legitiman la desigualdad y la exclusión e impiden el ejercicio de políticas públicas soberanas. Promover acciones concretas para lograr un intercambio comercial más justo, y en armonía con los requerimientos medioambientales.

12. Acordar medidas concretas para frenar la volatilidad de los precios de los alimentos y la especulación en los mercados de productos básicos, como medio indispensable para combatir el hambre y la pobreza.

13. Denunciar la compra masiva de tierras en países del Sur por parte de potencias extranjeras y multinacionales para explotar sus recursos naturales o dedicarlos a proyectos que comprometen el medio ambiente o el equilibrio de sus ecosistemas.

14. Promover un convenio marco para la responsabilidad ambiental y social de las empresas y legislaciones nacionales que condenen prácticas nocivas y abusivas de las mismas, teniendo en cuenta el carácter transnacional de sus operaciones

15. Promover acciones de control sobre la publicidad comercial, la incitación al consumo desmedido y la creación de falsas necesidades, sobre todo los dirigidos a la infancia y la juventud, y establecer en cambio políticas de impulso a la publicidad de bien público, que constituya fuente de información y prácticas sustentables.

16. Que se realice un firme pronunciamiento en favor de orientar la educación y la ciencia en beneficio del desarrollo humano y no en función del mercado, basada en una nueva ética del consumo que, sin sacrificar lo esencial de las satisfacciones materiales, rechace los productos fruto de prácticas ecológicamente agresivas o del trabajo esclavo y de otras formas de explotación.

17. Promover la revisión y modificación del sistema de propiedad intelectual vigente, a la luz de las negociaciones medioambientales, la agenda de lucha contra el cambio climático y los derechos humanos, de modo que pueda facilitarse la transferencia de tecnologías y conocimientos prácticos ambientalmente sanos, o el acceso a ellos.

18. Exigir a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) como organización del sistema de Naciones Unidas, que enfrente la urgente necesidad de un cambio de paradigma en torno a la investigación científica internacional y el conocimiento, de manera que, dejando a un lado los mecanismos de mercado, fomente la necesaria colaboración, la investigación coordinada y la difusión y aplicación de sus resultados a gran escala. Que se implementen por esta organización los mecanismos necesarios para propiciar en el menor tiempo posible una transición energética efectiva y las medidas de mitigación del cambio climático.

19. Que se promueva una reevaluación integral del sistema de gobernanza ambiental existente, que ha demostrado ser incapaz de frenar la catástrofe ecológica, y se sienten las bases de uno nuevo, inclusivo, auténticamente democrático y participativo, que se dirija a las causas profundas de la crisis, y sea capaz de promover soluciones reales a estos problemas para las actuales y futuras generaciones. Generar un nuevo Contrato Social en nuestros países y a escala internacional.

 

El cambio climático elevó en 2014 la intensidad de 14 desastres naturales

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU (NOAA, por sus siglas en inglés) ha difundido este jueves su informe sobre los fenómenos climáticos extremos de 2014. Lo hace a menos de un mes para que comience en París la cumbre sobre cambio climático, donde se espera un gran acuerdo mundial para intentar atajar este problema.

Y la principal consecuencia de este informe, donde se analizan 28 fenómenos extremos de todo planeta, es que las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso del suelo —es decir, las actividades humanas— han incrementado la intensidad de ciclones, lluvias torrenciales, sequías y olas de calor. “El cambio climático es real y está aquí”, ha concluido Stephanie Herring, coordinadora del informe de la NOAA, en una conferencia de prensa telefónica.

Además del aumento medio de las temperaturas del planeta, un fenómeno del que lleva alertando mes a mes esta agencia, el cambio climático también está detrás de algunos eventos extremos. En el informe se identifican 14 casos en los que el cambio global ha hecho que sean más probables o más fuertes.

Esta es la cuarta edición de este informe, que a su vez es una compilación de los estudios de 32 grupos científicos. En las conclusiones se remacha que hay una relación directa entre el cambio climático y los episodios de calor extremos registrados en 2014 en Argentina, Europa, China, Corea, Australia, el Atlántico Norte y el Pacífico. Herring ha detallado que en el 95% de los casos estudiados hay “una influencia humana”.

Donde no es tan directa y frecuente la relación es con las precipitaciones. En el 40% de los casos de lluvias extremas la NOAA ha encontrado una vinculación con el cambio climático, detalló Herring. Pero el informe también identifica algunos casos concretos. Por ejemplo, se apunta a que “cada vez son más probables debido al cambio climático y otras influencias humanas” inundaciones “devastadoras” como las de Yakarta (Indonesia) de enero de 2014. 26 personas murieron y los daños ascendieron a más de 350 millones.
Ciclones

En el estudio también se apunta al cambio climático como responsable del aumento de los ciclones tropicales en Hawái. También ocurre algo parecido con el incremento de las tormentas de nieve que se registró en 2014 en el Himalaya.

Sin embargo, en el informe no se logra establecer una relación directa entre el cambio climático y los incendios del año pasado en California. Eso sí, la NOAA sostiene que la “probabilidad de incendios forestales” en este Estado “ha aumentado debido al cambio climático”. En el análisis de esta agencia tampoco encuentra relación entre las bajas temperaturas que se registraron en EE UU en 2014 y el cambio global.

El País

Dejar los combustibles fósiles debajo de la Tierra: Una declaración por la salud de la Madre Tierra

Esta declaración será publicada en el marco de la COP21 para llamar la atención sobre la necesidad de mantener los combustibles fósiles bajo tierra, sin quemarlos, mientras respaldamos una transición justa hacía un futuro de energía limpia. La misma fue elaborada durante la Sesión Estratégica sobre Equidad Climática realizada en abril de 2015 en San Francisco, convocada por Amazon Watch y Sierra Club. Se reciben adhesiones.

OILWATCH

Nos hemos juntamos, reconociendo los derechos de la naturaleza y nuestra relación interdependiente y espiritual con la Madre Tierra.

Honramos el conocimiento espiritual y sagrado que los Pueblos Indígenas tienen con la Madre Tierra y su relación con ella. Respetamos su liderazgo en la restauración de una relación sagrada y saludable con el mundo natural.

Reconocemos que la extracción, transporte y consumo de combustibles fósiles ha causado un daño severo a la tierra, aire, agua, atmósfera y a todas las formas de vida, y es el mayor contribuyente al cambio climático y la extinción masiva. Estos daños son desproporcionadamente asumidos por gente que no se beneficia de los sistemas económicos y políticos que los ha causado? por gente que no tiene responsabilidad por la crisis y carece de recursos adecuados para adaptarse a un clima cambiante. Esto incluye comunidades directamente afectadas por la extracción y uso de combustibles fósiles y a comunidades al frente de la lucha al cambio climático.

Reconocemos que para evitar la exacerbación de la crisis climática y volver a tener una relación saludable con la Madre Tierra, la vasta mayoría de combustible fósiles del mundo tienen que mantenerse debajo de la tierra. Los gobiernos tienen que priorizar las necesidades de la gente y las comunidades por encima de las ganancias corporativas a través de acciones contundentes e inmediatas para acabar con la extracción de combustibles fósiles ya que el mundo natural no puede esperar más. Foros internacionales como la 21ra Conferencia de Partidos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Paris brindan importantes oportunidades para que líderes mundiales fortalezcan la energía común por ambiciosos avances hacía dejar los combustibles fósiles debajo de la tierra.

Nos esforzamos por un mundo en cual todas las personas y nuestros gobiernos e instituciones:

-Respeten los derechos de la naturaleza, de los pueblos indígenas, de las comunidades inmigrantes y comunidades forzadas a emigrar, de las mujeres, de las comunidades al frente de la lucha al cambio climático, y de las futuras generaciones, incluso el derecho internacionalmente reconocido de los pueblos indígenas al consentimiento previo, libre e informado, y su derecho a decir “no” a actividades extractivas en sus territorios tradicionales?
-Reparen los daños causados por siglos de colonialismo, racismo, genocidio ambiental y economías extractivas?
-Promuevan una economía basada en la interdependencia con y responsabilidad hacia la Madre Tierra que se mantenga dentro de los límites ecológicos? y que se redefina la riqueza fuera de la acumulacion financiera hacia la suficiencia y el bienestar? y
-Hacer una transición hacia energía democratizada, equitativa, limpia y 100% renovable.

Para lograr esta visión, exigimos:

-El reconocimiento y apoyo pleno, ­ incluyendo financiamiento adecuado y directo ­ de los derechos de los pueblos indígenas, comunidades impactadas y al frente de la lucha al cambio climático, y su liderazgo y participación informado y eficaz en el desarrollo e implementación de esta visión?
-Que se mantengan los combustibles fósiles debajo de la tierra poniendo fin a la nueva exploración y explotación para la protección de la Madre Tierra, manteniéndose en línea con el conocimiento indígena y los límites climáticos establecidos por la ciencia?
-Poner fin inmediatamente al financiamiento público y todo tipo de subsidio de la exploración, explotación e infraestructura petrolera, y realizar la inversión de recursos necesarios para poner en marcha una transición justa a una economía limpia y renovable para todos, priorizando a las comunidades al frente de la lucha al cambio climático?
-Poner fin al monopolio que tiene la industria petrolera con nuestros sistemas políticos y de gobernanza en todos los niveles para asegurar que las políticas energéticas sigan políticas climáticas basadas en la equidad y la ciencia para que los intereses reales de todos sean protegidos. Para empezar, se tiene que terminar la influencia indebida de la industria petrolera en el desarrollo de políticas internacionales y nacionales y no podemos permitir que la industria participe en las negociaciones climáticas internacionales?
-Rechazo a las ‘soluciones falsas’ que perpetúan y justifican la extracción y el uso de los combustible fósiles, o que mantienen y crean nuevas amenazas a nuestro aire, agua, tierras, comunidades y clima?
-Rechazo a todos los mecanismos basados en el mercado que aumentan la inequidad, violan derechos humanos, agilizan la destrucción de ecosistemas o permiten que los que contaminan eviten la eliminación de la contaminación en su fuente?
-Provisión de suficiente apoyo financiero y de otro para asegurar que los individuos y comunidades más vulnerables al cambio climático de nuestra Madre Tierra puedan adaptarse?
-Desinversión de actividades que apoyen la extracción continua de combustibles fósiles y la opresión de pueblos indígenas y comunidades al frente de la lucha al cambio climático, y fomentar la inversión en actividades que empoderen a las comunidades para tomar el control de su futuro energético? y
-Una transición inmediata a un futuro energético decentralizado y democratizado, iluminado por fuentes energéticas 100% renovables y sostenibles.

Firmar aquí

OILWATCH
http://www.oilwatchsudamerica.org/

Posicionamiento Político de organizaciones sociales de América Latina y el Caribe hacia la COP 21

Noviembre 2015

Los abajo firmantes, organizaciones y movimientos sociales de América Latina y el Caribe:

CONSIDERAMOS
Que la crisis actual no se trata únicamente del calentamiento global. Es también una crisis socio-económica, política, alimentaria, energética y ecológica. En suma, una crisis sistémica cuyas afectaciones son visibles a nivel global. Esta crisis tiene origen en el sistema capitalista que a su vez se sustenta en un modelo de producción y consumo extractivista, depredador de los bienes comunes y de la fuerza de trabajo, creado en función de favorecer los intereses de las grandes corporaciones transnacionales.
Entre los efectos de la crisis vemos el incremento de la discriminación y la violencia en especial contra las mujeres, las migraciones forzosas, la pérdida de soberanía sobre el patrimonio natural y la imposibilidad de seguir existiendo como comunidades originarias y de vivir en armonía con la Madre Tierra.

Si bien los impactos de la crisis climática son evidentes a nivel global, es en el Sur global donde esas consecuencias se están manifestando de forma aguda por medio de los eventos climáticos extremos, deslaves, deshielos, inundaciones, sequías, entre otras manifestaciones.
Para hacer frente a esta crisis creemos que es necesario un cambio de sistema, que modifique radicalmente nuestros patrones de producción y consumo, y que tenga como objetivo la protección del medio ambiente como forma de hacer posible la sustentabilidad de la vida.

DENUNCIAMOS Y RECHAZAMOS
1. Que el proceso multilateral de las negociaciones del clima, en el ámbito de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), ha conducido cada vez más a la privatización, mercantilización y financiarización de la naturaleza y los bienes comunes, desatendiendo las verdaderas causas estructurales del cambio climático. Asimismo, en las tratativas los estados desarrollados han logrado salirse de sus obligaciones y responsabilidades históricas por la crisis del clima. Actualmente se cuenta con una negocación basada en promesas de reducción de emisiones y que implicaría a todos los estados miembros de la Convención.

2. La captura corporativa de la Convención del Clima, que debe ser combatida urgentemente como forma también de proteger el multilateralismo. Somos defensores de ese multilateralismo, crucial para que todos los países puedan participar en las negociaciones y que así los estados en desarrollo puedan reivindicar sus posiciones. No obstante, es necesario seguir alertando de la captura corporativa de la CMNUCC y luchar para erradicarla.

3. La aceleración de los procesos de privatización, mercantilización y financiarización de la naturaleza como parte de las estrategias utilizadas por las corporaciones, basados en los principios de la economía verde, que no son otra cosa que falsas soluciones a la crisis climática. Esas falsas soluciones a su vez intensifican el acaparamiento de tierras y territorios y profundizan la violación de derechos de las comunidades locales. Así lo hemos reafirmado en la Conferencia Latinoamericana sobre Financiarización de la Naturaleza que realizamos en agosto de este año en Belém do Pará, Brasil, muchas de las organizaciones y movimientos sociales abajo firmantes.

4. Las falsas soluciones, que están siendo promovidas y profundizadas para el posible Acuerdo de París. Algunas de ellas son: los mercados de carbono, proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques (REDD), transgénicos, agrocombustibles, megaproyectos hidroeléctricos, centrales nucleares, fractura hidráulica (“fracking”), agricultura climáticamente inteligente, manipulación en gran escala de los sistemas de La Tierra (Geoingeniería), Economía de los Ecosistemas y de la Biodiversidad (TEEB).

5. A las grandes empresas, instituciones financieras internacionales, agencias de desarrollo, entre otros actores que, en complicidad con muchos gobiernos, promueven los marcos institucionales para avanzar aún más en la mercantilización y despojo de nuestros territorios. De esa forma se otorgan nuevos derechos a las grandes corporaciones transnacionales por encima inclusive de la soberanía de nuestros pueblos. Esta arquitectura de la impunidad se expresa en los Tratados de Libre Comercio (TLC), Tratados Bilaterales de Inversiones (TBI), el Acuerdo Transpacífico (TPP), el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA), la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) y todos aquellos que atentan contra la soberanía y autodeterminación de los pueblos. Respaldamos el proceso de negociación en el marco del “Grupo de Trabajo intergubernamental de composición abierta sobre las empresas transnacionales y otras empresas con respecto a los derechos humanos”, creado por el Consejo de Derechos Humanos de ONU para instaurar un tratado legal que obligue a las corporaciones transnacionales a respetar los derechos humanos. Seguiremos vigilantes y activos en las negociaciones de ese Grupo de Trabajo.

6. El modelo de dominación y opresión que sustenta la deuda, que a través del pago de los servicios de la deuda externa e interna, continúa desviando los ya de por si limitados recursos existentes para la inversión social. Los recursos desviados podrían utilizarse para hacer frente a las consecuencias que el cambio climático tiene en la vida de nuestros pueblos. Hablamos de una deuda económica, pero también climática, social, ecológica.

DEMANDAMOS
En el camino para la construcción de soluciones reales a la crisis, es urgente:
1. Que los países desarrollados se comprometan a reducciones de emisiones drásticas en base a su responsabilidad histórica y capacidades respectivas, a transferencia de fondos para adaptación y mitigación del cambio climático en el Sur global y a transferencia de tecnologías.
2. Poner fin a los procesos de persecución, desaparición, torturas y asesinatos de luchadores sociales y defensores de los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra, ordenados por corporaciones en América Latina y diversas partes del mundo. Además, parar con la represión y criminalización de la protesta social de parte de numerosos gobiernos.
3. La incorporación y reconocimiento de alternativas para el Buen Vivir, la sustentabilidad de la vida, la defensa de los bienes comunes y la Madre Tierra. En este sentido, reivindicamos las formas de vida de los pueblos indígenas y campesinos, y su cosmovisión en absoluta armonía con la naturaleza, basados en principios de justicia ambiental, social y climática.
4. Que se promueva la libre determinación territorial y el autogobierno, la soberanía alimentaria, un cambio global de la matriz de energía que lleve a la transición de los combustibles fósiles y de lugar a la soberanía energética, la economía solidaria y feminista, el manejo comunitario de los bosques y territorios y del agua. Esto hace parte del paquete de soluciones reales que consideramos urgentes para hacer frente a la crisis sistémica.
5. El cambio de sistema debe implicar una transición justa, a ser construida con los trabajadores y trabajadoras y el conjunto de la sociedad. Esta transición pasa además por asegurar el empleo decente, la libertad de organización, la garantía de derechos fundamentales como la negociación colectiva, la huelga, el acceso a la salud, el diálogo social, mecanismos que aseguren la recalificación profesional. Pasa también por el establecimiento de una amplia red de seguridad y protección social, entendida como un derecho humano, además de políticas públicas que garanticen formas de trabajo dignas.
6. En ese sentido, reivindicamos la Plataforma de Desarrollo de las Américas (PLADA) desarrollada por la Confederación de Sindicatos de Trabajadores y Trabajadoras de las América (CSA), que contiene entre otras cosas el marco y el camino de la transición justa que demandamos.
7. Estas ideas presuponen también la ampliación del concepto de trabajo, el reconocimiento del trabajo de las mujeres y el equilibrio entre la producción y reproducción, para que esta última no sea una atribución exclusiva de las mujeres.

DESDE AMÉRICA LATINA NOS SUMAMOS A LAS MOVILIZACIONES
Estamos respaldando el proceso de trabajo e impulso a las manifestaciones de la Coalición Francesa, que aglutina a diversas agrupaciones sociales y organiza las actividades para que nosotros y nosotras, como pueblos del mundo, coloquemos nuestras denucias y demandas en París, y al mismo tiempo en numerosas partes del planeta.
Lo hacemos desde el acumulado que hemos trazado en las luchas y proceso comunes, en momentos como la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en Cochabamba (Abril 2010, y que tuvo su segunda edición del 9 al 12 de octubre pasados), la Cumbre de los Pueblos de Río+20 (Junio 2012), la Pre Cop Social de Isla Margarita (Noviembre 2014) y la Cumbre de los Pueblos de Lima (Diciembre 2014).

En este camino que estamos transitando llamamos a fortalecer los lazos de hermandad, solidaridad y acción, en procesos que apunten a la construcción de sociedades y colectividades justas, equitativas, donde los derechos de los pueblos y los de nuestra tierra se respeten.

Convocamos a profundizar las resistencias locales, regionales y globales contra la implementación de las falsas y peligrosas soluciones al cambio climático, al tiempo que aumentar la promoción de las verdaderas soluciones que ya existen y provienen de los pueblos.

Exhortamos a mantener las movilizaciones y la denuncia activa del curso de las negociaciones del clima, que favorece a las grandes corporaciones transnacionales y gobiernos de los países desarrollados.

Finalmente, llamamos a manifestarnos en todos los espacios y territorios para apoyar las más de dos semanas de movilizaciones de París 2015 (del 28 de noviembre al 12 de diciembre). Entendemos que esa instancia será un momento importante de convergencia con organizaciones y movimientos sociales de diversas regiones, en un camino mucho más largo por la justicia climática, que nos debe aportar para acumular fuerzas y seguir adelante en nuestras luchas comunes.

FIRMANTES
Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA)
Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC – Vía Campesina)
Marcha Mundial de las Mujeres (MMM)
Jubileo Sur/Américas
Grupo Carta de Belém
Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe (ATALC)

El cambio climático se la juega en París

La Cumbre del Clima, marcada por los atentados del viernes, arranca en la capital francesa el 30 de noviembre. Es la última oportunidad para un acuerdo global y vinculante de reducción de emisiones, pero los compromisos de los 195 estados no son suficientes para frenar el calentamiento global.

LUCÍA VILLA, publico.es

En los últimos 135 años el planeta no ha experimentado un mes tan cálido como el del pasado julio. La cantidad de gases de efecto invernadero concentrados en la atmósfera batió de nuevo todos los récords en 2014 y la extensión de hielo ártico disminuye a ritmos desconocidos. Son tres evidencias de que el cambio climático, el mismo que muchos negaron poco tiempo atrás, nos pisa los talones.

La Cumbre del Clima de Naciones Unidas que arrancará en París el 30 de noviembre pese a los antentados del pasado viernes que hicieron temer incluso por su celebración, supone la última oportunidad de hacerle frente. Una cita determinante en la que 195 estados tratarán por primera vez de alcanzar un acuerdo global y vinculante contra el calentamiento del planeta y sus impactos.

El objetivo a corto plazo es lograr una prórroga del frustrado Protocolo de Kioto, que venció en 2012, y que sólo obligaba a algunos de los países más desarrollados a reducir sus emisiones de dióxido de carbono (EEUU, Canadá o Japón, por ejemplo, no lo firmaron). En la cumbre que se celebró en Lima hace un año se entendió por fin que el acuerdo debía comprometer a todos, pero la meta es mucho más ambiciosa. Se trata de conseguir que la temperatura de la Tierra no suba a final de siglo más de 2ºC, el límite establecido por los científicos si se quiere evitar un desenlace catastrófico.

“Dos grados es el punto de no retorno, momento en el que, aunque las emisiones se redujeran a cero, la propia inercia del clima haría que se llegara de forma segura a los tres grados, y aquí los efectos son mucho más imprevisibles”, dice a Público Jonathan Gómez Cantero, climatólogo especializado en riesgos ambientales y miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), la mayor red de expertos sobre la materia. Este organismo calcula que, de seguir al ritmo actual, la temperatura del planeta subiría aproximadamente unos 4ºC en 85 años.

Pero poner de acuerdo a casi 200 mandatarios, con sus respectivos intereses, deja poco espacio al optimismo. De hecho, esta última cuestión llega a París ya fracasada. Según ha declarado la secretaria de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, Christiana Figueres, sumando los compromisos voluntarios de reducción de emisiones que ya han presentado la mayoría de los países, estaríamos ante un escenario de un aumento de la temperatura de 2,7ºC, aunque otras fuentes creen que esta es una cifra optimista y que en realidad se sobrepasarían los tres grados. Sea la que sea, resulta del todo insuficiente.

¿No hay nada que hacer, entonces? Sí y no. El relativo éxito, al menos para salvar la buena imagen de la cumbre, estriba en un mecanismo para que todos los países revisen sus compromisos de emisiones contaminantes cada cinco años. Aunque en este punto hay amplio consenso, los flecos sueltos son numerosos. En el último borrador del acuerdo aprobado la semana pasada, (una maraña de propuestas entre corchetes en la que todo está aún por decidir) no se ha fijado todavía si habrá revisión, cada cuánto tiempo será y, en caso de haberla, si será para ampliar los compromisos y no reducirlos.

“Esto es a lo que se agarran los líderes políticos. Son conscientes de que no se han presentado compromisos suficientes y crean un mecanismo que permite revisarlos. Pero volver a preguntar a los países dentro de cinco años no implica que vayan a cambiarlos, pueden no hacerlo”, explica Javier Andaluz, de Ecologistas en Acción.

La mala noticia no es sólo que en sucesivas cumbres nadie se mueva un ápice de lo ya comprometido, sino que el tiempo se agota. “El clima lleva una inercia. Es como un coche acelerado: si quieres frenarlo no puedes esperar al último momento. Personalmente sí creo que esperar cinco años a objetivos más ambiciosos sería demasiado tarde”, dice Gómez Cantero.

Además, tampoco hay acuerdo sobre el grado de legalidad del texto. La gran apuesta de la Unión Europea, que opera como un solo estado en la cumbre, es que se trate de un pacto vinculante que entre a formar parte de la legislaciones nacionales, del mismo modo que funcionan las directivas europeas de reducción de emisiones para los estados miembros. Pero aquí el principal obstáculo es EEUU, que suele entender este tipo de obligaciones como una injerencia política, como ya pasó con Kioto, y sin él un acuerdo no tiene sentido. El país norteamericano es el segundo más contaminante del mundo y el responsable del 14,4% del total de emisiones de CO2. Lo que no se contempla en ningún caso es aplicar sanciones.

Financiación insuficiente y sin garantías

El otro gran problema, como de costumbre, es el dinero. En el capítulo dedicado a la adaptación al cambio climático existe el compromiso para un ‘fondo verde’ de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, que es cuando entra en vigor el acuerdo. En principio, sólo los países desarrollados (aplicando criterios de 1990) son los que están obligados a aportar al fondo a través de financiación pública y privada, aunque ninguna empresa ha anunciado de momento que vaya a colaborar. China, por ejemplo, no está obligada a contribuir al fondo y esto es algo que se quiere negociar.

En cualquier caso la ONU ya alertó de que era una cifra insuficiente y de que, al menos, haría falta triplicar o incluso cuadruplicar esa cantidad. Los países menos desarrollados, que son lo que resultarían más afectados por el cambio climático, quieren que el acuerdo contemple un capítulo separado de ‘pérdidas y daños’, que supondría financiación aparte. Pero los países ricos y más contaminantes prefieren que este capítulo se incluya en el de ‘adaptación’, dentro de los 100.000 millones. Algunos países del sur han condicionado sus compromisos a que esto cambie.

Pero no es sólo un problema de cuantía, sino también de seguridad en la provisión: el acuerdo no contempla un método que garantice que el dinero va a seguir llegando año a año.

París es la cumbre de las cumbres, el encuentro para el que se han postergado todas las decisiones y donde el Gobierno francés, como anfitrión, se juega su reputación. El presidente François Hollande ha puesto en marcha todo su potencial diplomático para conseguir un acuerdo “histórico, definitivo y vinculante”, consciente de que más allá del planeta, está en juego sobre todo su propia figura política. Lleva meses negociando con los principales mandatarios con la vista puesta en 1948, cuando Francia acogió la cumbre que aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.  Un fracaso se entendería como su fracaso y el de todo su ejecutivo en un momento en el que su popularidad no está precisamente por las nubes.

Pero aún así muy pocos son positivos y las esperanzas son tímidas, mucho más después del chasco monumental de la cumbre de Copenhague en 2009. Los grupos ecologistas, decepcionados por los políticos, prefieren poner ahora sus ojos en los movimientos sociales para combatir la mayor amenaza que enfrentará el mundo en los años venideros.

“El mal resultado de Copenhague se llevó por delante la lucha contra el cambio climático porque estaba demasiado volcada en el lobby político. Independientemente de que es necesario que en París se alcancen acuerdos, lo que es evidente es que el cambio climático no lo van a solucionar los políticos”, dice en conversación con este diario Juantxo López de Uralde, expresidente de Greenpeace España que fue encarcelado por intentar irrumpir en la cena de gala para líderes mundiales de la cumbre del clima en Dinamarca.

LOS PAÍSES RICOS CONDUCEN AL PLANETA A UN CAMBIO CLIMÁTICO IRREVERSIBLE

AVISO A LA PRENSA
    Amigos de la Tierra Internacional

    19 de octubre de 2015

    BONN, ALEMANIA, 19 de octubre de 2015 –  Amigos de la Tierra Internacional ha advertido hoy que los países ricos –los más responsables del cambio climático– nos están conduciendo a un cambio climático irreversible y más devastador, en lugar de tomar las medidas radicales que se necesitan con urgencia para reducir sus emisiones de carbono.

    La advertencia fue emitida al tiempo que gobiernos de todo el mundo comienzan una reunión de una semana en las negociaciones climáticas de la ONU en Bonn para negociar, por primera vez, el texto de un nuevo tratado climático mundial a ser acordado en París el mes de diciembre.

    “Las promesas de reducción de emisiones realizadas por los países ricos hasta ahora son menos de la mitad de lo que necesitamos para evitar un cambio climático fuera de control. El proyecto de acuerdo para París sobre la mesa de negociaciones esta semana muestra que muchos parecen dispuestos a aceptar consecuencias irreversibles y devastadoras para las personas y el planeta”, dijo Susann Scherbarth, activista de campaña de Justicia Climática y Energía, Amigos de la Tierra Europa.

    “Este proyecto incluso desmantelaría varios principios fundamentales de la Convención sobre Cambio Climático de la ONU, como la equidad. Esto es simplemente inaceptable. Los países más ricos deben cumplir con su parte justa. El nuevo tratado debe proteger a los países y personas menos privilegiados, no dejar que los países más ricos evadan responsabilidades” añadió.

    “Los políticos están en camino a fallarnos en su cumbre de París. Muchos políticos, bajo la presión de los contaminadores corporativos transnacionales que se benefician de los combustibles fósiles y la energía sucia, promueven el carbón, el fracking y la energía nuclear ante la ONU y localmente. En cambio, deben comprometerse a una reducción drástica de emisiones y una transformación de nuestro sistema energético”, dijo Dipti Bhatnagar, coordinadora del programa de Justicia Climática y Energía, Amigos de la Tierra Internacional.

    Cientos de miles de personas están pagando con sus vidas por la falta de acción continua de nuestros gobiernos. Pero los verdaderos líderes, los pueblos, están tomando medidas y mostrando el camino con soluciones reales, como la energía renovable controlada por la comunidad.

    Miles de personas de todo el mundo, entre ellas partidarios de Amigos de la Tierra, planean ir a París para hacerse oír durante la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas [1] y movilizarse aún más en el año 2016 y más allá.

    “Nuestros gobiernos deben poner fin a la energía sucia y seguir con urgencia a los verdaderos líderes: los pueblos, no los contaminadores. Más y más personas están apoyando las soluciones reales, resistiendo la extracción de combustibles fósiles y conduciéndonos hacia sociedades seguras para el clima”, dijo Dipti Bhatnagar, coordinadora del programa de Justicia Climática y Energía, Amigos de la Tierra Internacional.

    Organizaciones de justicia climática, movimientos sociales, grupos religiosos, sindicatos, organizaciones ambientales y de desarrollo dieron a conocer un nuevo informe: “Su justa parte: el análisis de la sociedad civil sobre el principio de equidad en los INDC”. [2]

    El informe muestra que muchos países en desarrollo se han comprometido a hacer algo más que su “justa parte” para reducir las emisiones, mientras que los países ricos están peligrosamente fallando en esforzarse.

    El informe se basa en la información que han presentado los gobiernos ante la ONU sobre sus Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (INDC), que describen en qué medida se comprometen a reducir sus emisiones.

    El informe sostiene que, si bien la “equidad” es un principio básico en el proceso de la ONU para lograr un acuerdo mundial, los países hasta ahora han sido autorizados a determinar sus propios objetivos sobre una base puramente nacional sin hacer referencia a la escala del esfuerzo mundial necesario.

    En el informe, la parte justa que cada país debe tener en la lucha contra el cambio climático se mide en función de su nivel de responsabilidad en la causa de la crisis, así como su capacidad para hacer frente al cambio climático en este momento.

    NOTAS

    [1] Amigos de la Tierra Internacional pide a sus seguidores que se unan a sus actividades en diciembre en París y en 2016, y que se inscriban a la campaña de revolución energética en línea.
    Para ver más información: https://www.wearetheenergyrevolution.org/es/start/

    [2] El resumen del nuevo informe se encuentra en línea en http://civilsocietyreview.org
    El informe completo estará disponible en noviembre.

    Hallazgos del informe:

    · La ambición de todos los principales países desarrollados está muy por debajo de sus partes justas, que incluyen no solo medidas nacionales sino también las finanzas internacionales. Los que tienen la brecha más cruda incluyen Rusia (que no contribuye en nada de su parte justa), Japón (aporta una décima parte de su parte), Estados Unidos (contribuye aproximadamente un quinto de su parte justa) y la Unión Europea (contribuye poco más de un quinto de su parte justa).

    · La mayoría de los países en desarrollo evaluados han hecho promesas de mitigación que superan su parte justa. Esto incluye Kenia, las Islas Marshall, China e Indonesia. Las INDC de la India corresponde bastante a su parte justa, mientras que la de Brasil es un poco más de dos tercios de su parte justa.

    · La mayoría de los países desarrollados tienen partes justas que ya son demasiado grandes para cumplir mediante la reducción de sus emisiones solamente. El resto de sus partes justas debe cumplirse mediante el apoyo a una reducción equivalente de las emisiones en los países en desarrollo. Esto representa casi la mitad de los cortes necesarios a nivel mundial, lo que indica la necesidad de una gran expansión de las finanzas, la tecnología y la ayuda internacionales.

· A pesar de que el financiamiento climático es fundamental para los países desarrollados para cumplir con sus partes justas, hay una sorprendente falta de compromiso. Se requiere financiamiento internacional a mayor escala para que los países en desarrollo puedan ir más allá de sus propias partes justas y se cumpla con los recortes de emisiones totales necesarios a nivel mundial. También se necesita un aumento significativo de la financiación pública para el clima para satisfacer las necesidades de adaptación y para cubrir pérdidas y daños en los países en desarrollo, en particular para los más vulnerables.

Piden declarar a Centroamérica como región altamente vulnerable al cambio climático

ONG ambientalistas dicen que no existe un reconocimiento en los gobiernos de la región.
Organizaciones sociales de Centroamérica demandaron hoy a los presidentes del Sistema de Integración Económica (SICA) para que reconozcan a la región como una zona altamente vulnerable al cambio climático.

La petición ocurre a 100 días de que inicie en Paris, Francia, la Conferencia de las Partes, COP 21, de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015.

Según las ONG, lideradas por Oxfam y la Fundación Salvadoreña para la Reconstrucción y el Desarrollo, REDES, no existe un reconocimiento oficial de parte de los gobiernos de la región centroamericana de la vulnerabilidad dentro de las negociaciones globales del clima.

Los denunciantes consideran importante ese reconocimiento para lograr “que se canalicen fondos nuevos a los países de la región para impulsar acciones que contribuyan a la gestión integrada del riesgo y la adaptación al cambio climático, priorizando los sectores más vulnerables y la participación de la ciudadanía”.

Las ONG dicen que el cambio climático está afectando de manera significativa la producción de alimentos y las condiciones de vida de los centroamericanos, sobre todo campesinos e indígenas.

Según las estimaciones de Oxfam, hay 2.5 millones de centroamericanos que sufren inseguridad alimentaria por sequía.

En El Salvador, los organizadores de la petición sostienen que el 83 % de los 42 desastres ocurridos entre 1970-2011 fueron de origen hidrometereológico. Además, en 2010, el 95 % de la población salvadoreña habitaba en zonas de riesgo y en 2012, el país ocupó el lugar número 13 por Riesgo Climático Global.

Sobre la sequía, por ejemplo, el Programa Mundial de Alimentos, PMA, estimó que unas 200,000 salvadoreños estarán en una situación de inseguridad alimentaria este año.

También datos de la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena, MARI, indican que se han dejado de pagar $3.5 millones en jornales para los trabajadores de granos básicos y $1 millón en salarios de trabajadores de la zafra.

Ambientalistas del mundo consideran que la CO 21 de Paris, en diciembre, se convierte en una oportunidad crucial que debe desembocar en un nuevo acuerdo internacional sobre el clima aplicable a todos los países, con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2º C.

Oxfam y REDES solicitan acompañar con firmas en el sitio web http://actua.centroamericavulnerable.org la moción para que C. A sea considerada como región altamente vulnerable.

Ecoportal.net – La Prensa Gráfica

Bolivia, con bosques y energía solar para enfrentar el cambio climático

Insumos para la propuesta de INDC de Bolivia

 

 Elaboración: equipo Fundación Solón

 

  1. ¿Qué son los INDCs?

Es una sigla en ingles que significa “Contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional” y que debe ser presentada por cada país hasta septiembre del 2015 en el marco de las negociaciones de cambio climático para la COP21 en Paris. Los INDCs incluyen propuestas de reducción de gases de efecto invernadero de cada país para el año 2030. Por ejemplo la Unión Europea ha hecho llegar su propuesta diciendo que reducirá para el 2030 el 40% de sus emisiones de gases de efecto invernadero tomando como año base sus emisiones de 1990. Esto quiere decir que sus emisiones de 5,6 millones de toneladas de CO2e en el año 1990 deben reducirse como a 3,3 millones de toneladas de CO2e para el 2030.

¿Que son las emisiones de efecto invernadero?

Los Gases de Efecto Invernadero (GEI) son aquellos cuya presencia en la atmósfera contribuyen al calentamiento global. Estos gases han aumentado dramáticamente desde la revolución industrial debido a la actividad humana, generando un desequilibrio en la naturaleza y produciendo la actual crisis climática.

En las negociaciones sobre Cambio Climático realizadas por Naciones Unidas, se reconocen principalmente 6 Gases de Efecto Invernadero:

  • dióxido de carbono ( CO2)
  • metano (CH4 )
  • óxido nitroso ( N2O)
  • 3 flurocarbonados con alto potencial de calentamiento atmosférico: ( HFCs, PFCs y SF6).

Al ser emitidos de distintos lugares y con la finalidad de calcular la cantidad real de gases de efecto invernadero, se ha establecido como medida universal el dióxido de carbono equivalente (CO2e). El CO2 “equivalente” expresa en términos de CO2 el nivel de calentamiento global que tienen los otros gases de efecto invernadero. (Ejemplo: 1 tonelada de Metano CH4 es equivalente a 25 toneladas de CO2e). La utilización de CO2 sólo comprende al gas dióxido de carbono. El empleo de CO2e comprende al CO2, CH4, N2O y los gases fluorados.)

¿Cuales son los diez países que emiten mayor cantidad emisiones de CO2e?

Las emisiones de los 10 países más contaminantes del mundo representan alrededor del 69% del total de las emisiones mundiales.

10 EMISORES MUNDIAL

Fuente: CAIT wri, historical, 2012 Elaboración: Fundación Solón

 

¿Existe un formato único para la presentación de INDCs por cada país?

No. Hay países que presentan sólo contribuciones de reducción de emisiones (mitigación) otros incluyen medidas de adaptación, necesidades económicas o tecnológicas.

¿Todos los países deben utilizar el mismo año base para sus propuestas de reducción de emisiones?

No. A diferencia del Protocolo de Kioto donde todos utilizaban como año de referencia base 1990 ahora las propuestas presentadas hasta la fecha incluyen como referencia el 1990, el 2000, el 2005, el 2013 e incluso años futuros como el 2030 cómo veremos mas adelante. El año base es importante porque no es lo mismo reducir X% de 1990, cuando tus emisiones eran menores, que reducir el mismo porcentaje de tus emisiones del año 2005 cuando tus emisiones crecieron durante 15 años.

¿Qué tipos de INDCs se han presentado hasta la fecha?

 

 

Podemos decir que hay tres tipos de INDCs presentados hasta el momento.

 

  1. Los que proponen reducciones de emisiones absolutas a partir de un año base. Ej. Unión Europea o EE.UU. que dice que va a reducir entre el 26 y el 28% para el 2030 pero tomando como año base el 2005)
  2. Los que dicen que van a reducir la intensidad de sus emisiones de gases de efecto invernadero por unidad de Producto Interno Bruto tomando como referencia un año base. Ej. La China dice que reducirá para el 2030 entre el 60% y el 65% del dióxido de carbono (CO2) PERO por unidad de PIB tomando como año de referencia el 2005. Esto significa que de 817 toneladas de CO2 que emitía la China por unidad de PIB en el año 2005 bajará a 326 toneladas por unidad de PIB para el año 2030.
  3. Los que plantean reducir sus emisiones en relación a una trayectoria futura que le denominanBussines As Usual (BAU)” ó “negocios como de costumbre”, que representa una proyección de sus emisiones sino hicieran nada hasta el año 2030. Ej. México dice que reducirá el 25% de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero de lo que emitiría sino hiciera nada (BAU) e indican que eso seria 1.110 MtCO2e en el año 2030. En otras palabras en vez de emitir esa cantidad dicho año emitirán 25% menos, es decir 832 MtCO2e.

 

¿Los INDCs que presentan los países cubren todos los gases de efecto invernadero contemplados en la Convención de Cambio Climático?

 

Si, en algunos casos como el de la Unión Europea. En otros como el de China cubren principalmente el dióxido de carbono. También hay países como México que hacen compromisos específicos de reducción de contaminantes de corta vida en la atmosfera como el hollín o carbón negro.

 

Lea más: Propuesta del INDC de Bolivia desde la sociedad civil 

 

¿Los INDCs que presentan los países tienen condiciones?

 

 

Hay países que condicionan sus INDC o reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero a apoyo económico, transferencia de tecnología, a que existan mercados de carbono o a que los otros países hagan un mayor esfuerzo de reducción. En algunos casos dicen que reducirán X% incondicionalmente y que incrementarán ese porcentaje si se cumplen ciertas condiciones.

 

¿Cuáles son los pros y los contras de los INDCs?

 

 

El aspecto más positivo es que incentiva a que los países internamente discutan como reducir sus emisiones y para ello abren un escenario de discusión sobre como transformar las fuentes de energía, la situación de los bosques, la industria, el transporte, la agricultura, el tema de la basura y otros que son fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, China dice que en el marco de su compromiso para el año 2020 ampliará su cobertura de bosques en 40 millones de hectáreas, lo que en extensión es casi el 80% de los bosques de Bolivia pero obviamente de calidad muy diferente ya que se trata de plantaciones y no de bosques nativos.

 

El aspecto más negativo de los INDCs es que son contribuciones voluntarias que cada país hace sin que estas estén en concordancia con una meta mundial para limitar el incremento de la temperatura a 1,5ºC o 2ºC. Una vez que todos los países hagan llegar sus INDCs, en el mes de octubre, la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático hará una sumatoria de todas las contribuciones y verá donde estamos. Hasta el 16 de septiembre 34 miembros de la Convención de cambio climático han hecho llegar sus INDCs, entre estos figura la Unión Europea que agrupa a 28 Estados (http://cait.wri.org/indc/). Estos países representan el 59.5% de las emisiones mundiales actuales y la tendencia clara es que los países que faltan harán contribuciones de reducciones mucho mas débiles. Expertos en cambio climático ya han hecho proyecciones a partir de los INDCs presentados y muestran que la brecha de emisiones para el año 2030 puede ser de mas de 25 millones de toneladas de CO2e. Es decir que para el año 2030 las emisiones mundiales anuales deberían bajar a 35 millones de toneladas de CO2e y con los INDCs estarán en alrededor de 60 millones de toneladas de CO2e.

 

En síntesis el año pico de emisiones a nivel mundial debió haber sido el 2014 y con los actuales INDCs este año pico de emisiones no se producirá hasta el año 2030. Esto es extremadamente grave ya que significa que la temperatura subirá este siglo entre 4 y 8ºC.

 

II ¿CUÁLES SON LAS EMISIONES DE BOLIVIA?

 

 MAPA LAT

 

¿Cuanto emite Bolivia?

 

Según datos del World Resource Institute, el año 2012 Bolivia emitió 136,47 Millones de toneladas de C02e, lo que representa el 0,28 % de las emisiones mundiales y nos coloca en el puesto 48 de 186 países.

 

Si se divide las emisiones de Bolivia por la población del país, las emisiones per capita de Bolivia son altas (13 toneladas de CO2e) y colocan al país en el puesto 28 de 186.

 

 

¿En que sectores y como se encuentran repartidas las emisiones de Bolivia?

 

Las emisiones de Bolivia por el cambio de uso de tierras, principalmente debido a la deforestación y las quemas, representan el 66% del total de las emisiones de Bolivia. Esta es la explicación de porque las emisiones de Bolivia comparativamente a otros países de similar población y economía son altas.

 

EMISIONES POR SECTOR

Fuente: CAIT wri, historical, 2012 Elaboración: Fundación Solón

 

 

El segundo sector en importancia es la agricultura con 18%. En síntesis la deforestación y la agricultura suman un 84% de las emisiones totales de Bolivia. El tercero en importancia es el sector de la energía con un 14%. El sector de energía según estos datos estadísticos comprende electricidad/calefacción (24%), transporte (32%), industria y construcción (9%), otras combustiones (21%) y emisiones fugitivas (14%).

 

EMISIONES POR SUB SECTOR

Fuente: CAIT wri, historical, 2012 Elaboración: Fundación Solón

 

 

III ¿QUE DEBERIA INCLUIR LA PROPUESTA DE INDC DE BOLIVIA?

 

 

Para formular el INDC de Bolivia es necesario ver primero que pasará con las emisiones de cada sector los próximos 15 años. En esta propuesta nos concentraremos en el sector de cambio de uso del suelo y bosques y electricidad por su importancia y posibilidades.

 

Bosques

 

En el año 2001 Bolivia tenía 60 millones de hectáreas de bosques que cubrían el 55% del territorio nacional.  En el 2013 esa cifra bajo a 51,4 millones de hectáreas, oséa sólo el 46% del territorio, lo que significa una perdida de 8,6 millones de hectáreas de bosques en 13 años.

 

MAPA BOSQUES

Mapa Bosques Bolivia 2013 Ministerio de Medio Ambiente y Agua

 

Según datos oficiales la deforestación promedio anual del período 2010-2013 es de 162.000 hectáreas. A este ritmo perderemos casi 2.5 millones de hectáreas de bosques entre el 2015 y el 2030.

 

DEFORESTACIÓN BO

Datos: Dirección General de Gestión y Desarrollo Forestal y Autoridad de Bosques y Tierra Elaboración propia Fundación Solón

 

El tema de la deforestación está muy ligado al tema del chaqueo, las quemas, la tala de arboles y un mal manejo de la agricultura y la ganadería. En el año 2014 las quemas de matorrales, pajonales y bosques abarcaron una superficie de 1,9 millones de hectáreas.

 

TAB 1

 

El tema central en una propuesta de INDC de Bolivia es bosques. Bolivia debería proponer una reducción absoluta de emisiones de gases de efecto invernadero por reducción de deforestación y quemas usando como referencia los datos de deforestación y superficie quemada del país del año 2013.

 

En términos de deforestación, habría que reducir la deforestación a cero totalmente hasta el 2020, tal como lo establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible en su punto 15.2. Está reducción de la deforestación debe hacerse manera gradual y sostenida empezando ya a bajar los porcentajes de deforestación en el presente año. Si se cumple con este compromiso podremos preservar mas de 50 millones de hectáreas de bosques nativos.

 

Tomando en cuenta que una hectárea de bosques desforestada genera entre 500 y 550 toneladas de CO2 y utilizando como referencia los datos de emisiones del año 2012 se podrían reducir alrededor de 80 millones de toneladas de CO2 anuales para el año 2020, lo que representaría una reducción de dos tercios (66%) de las emisiones actuales de gases de efecto invernadero de Bolivia.

 

Electricidad

 

En el año 2001 casi el 60% de la producción bruta de electricidad provenía de hidroeléctricas y el 40 % de termoeléctricas. Esta tendencia se ha invertido para el año 2014 y actualmente el 69% proviene de termoeléctricas (GN+Diesel) y el 30 % de hidroeléctricas.

 

GRÁFICO 4

 

Según el Plan Eléctrico del Estado Plurinacional de Bolivia-2025, la demanda de electricidad en el 2014 fue de 1298 MW (7,478 GWh) y el gobierno prevé que esta se incrementará para el 2025 a 3,138 MW (19,254 GWh).

 

SIN ENER

 

Para atender este crecimiento de la demanda el gobierno plantea el desarrollo de proyectos hidroeléctricos que generarían 1.599 MW, termoeléctricos 1.108 MW y de energía alternativa 183 MW haciendo un total de 2.890 MW, que sumados a la actual capacidad de generación de 1614 MW (fines del 2014) daría un total de 4.504 MW para el año 2025 lo que cubriría por demás la demanda proyectada de 3.138 MW y permitiría exportar 1.366 MW.

 

CUADRO 23

 

CUADRO 26

 

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Además de estos proyectos el gobierno se plantea ejecutar los siguientes mega proyectos hidroeléctricos para generar 5.552 MW adicionales llegando a un total de 10.056 MW con un excedente exportable para el año 2025 de 6.918 MW.

 

24

 

Además de estos mega proyectos se está considerando el proyecto de la hidroeléctrica binacional (Bolivia-Brasil) en el rio Madera que generaría 3.000 MW de los cuáles 1.500 MW corresponderían a Bolivia.

 

Otro elemento muy importante a destacar es la propuesta de construcción de una central nuclear para la generación de energía eléctrica de la cual no existen datos de generación de electricidad en informes oficiales disponibles al público.

 

Desde el punto de vista económico el Plan Eléctrico del Estado Plurinacional de Bolivia 2025 señala que el total de las inversiones alcanza “16.929,4 millones de dólares, de los cuales 8.043 millones de dólares están destinados a la ejecución de proyectos en generación para cubrir la demanda interna (59%), la integración de nuevos hogares al servicio de electricidad (25%) y líneas de transmisión asociadas y sistemas aislados (17%). Asimismo, se ha previsto un presupuesto estimado de 8.886,4 millones de dólares para proyectos de gran envergadura.”

 

Bolivia es un país privilegiado en cuanto a radiación solar. Es absolutamente insostenible que solamente se proponga según este documento oficial desarrollar proyectos sólo por 20 a 25 MW. Esta cifra representan tan sólo el 0,2 % de la generación eléctrica proyectada para el 2025. El costo de instalación de plantas de generación de energía solar ha decaído en los últimos años y seguirá bajando. Actualmente ya se aproxima a una relación de 1 millón de dólares por 1 MW. En el Brasil se van a generar 553 megavatios (MW) de energía solar con una inversión de 600 millones de dólares (http://www.invertia.com/noticias/articulo-final.asp?idNoticia=3058796). Chile a fines del 2014 tenía ya en operación 402 MW de energía fotovoltaica y en construcción tiene otros emprendimientos por 833 MW.

 

Chile: Energías Renovables No Convencionales

 

CHILE ENERGÍAS REN

 

Bolivia debe apostar por la energía solar y avanzar a tener un 25% de generación eléctrica a base de radiación solar (aproximadamente 450 a 500 MW) para el año 2025. Cifra que comparada a la de los vecinos países es absolutamente factible y representaría que casi 300.000 toneladas de CO2 se dejarían de emitir.

 

Para el año 2030 Bolivia debe proponerse cubrir el 45% de su demanda de electricidad a base de energía solar (aproximadamente 1.600 a 1.700 MW) lo que significaría que mas de un millón de toneladas de CO2 anuales se dejarían de emitir en el 2030.

 

Es importante destacar que el desarrollo de energía solar en Bolivia debe seguir un modelo comunitario y familiar y no devenir en el despojo de tierras para la instalación de mega plantaciones de paneles solares. El desarrollo de la energía solar puede permitir la democratización de la generación de electricidad haciendo que esta actividad, que antes era exclusivamente controlada por el sector privado y/o el Estado, pase a contar con la activa participación de la sociedad en su conjunto.

 

De otra parte la energía eólica es igualmente marginal en la proyección del Plan Eléctrico del Estado Plurinacional de Bolivia-2025: 53 MW hasta el año 2020 (0,5%). Países como Chile a fines del 2014 ya tenían en operación 836 MW.

 

Los mega proyectos hidráulicos contenidos en el Plan Eléctrico del Estado Plurinacional de Bolivia-2025 tienen un gran impacto medioambiental e inciden directamente sobre la deforestación debido a la magnitud de sus embalses que en casos como el Bala pueden llegar a las 200.000 hectáreas generando emisiones no sólo de CO2 sino también de metano CH4 por la descomposición de los bosques inundados.

 

En términos económicos es mucho mas apropiado invertir en energía solar y eólica que en mega represas hidráulicas o energía nuclear para evitar los graves impactos ambientales y sociales de estos proyectos.

Los recursos naturales destinados para 2015 ya fueron agotados, dice ONG

Por Sin Embargo

La Red de las Huellas Globales (Global Footprint Network), estima que la humanidad agotará los recursos naturales del planeta que produce en un año y comenzará a consumirlos “a crédito”.

De acuerdo con la organización, este jueves es el llamado día del “exceso”, periodo en el que la humanidad ya agotó los recursos destinados para un año antes del tiempo estimado.

El año pasado, este día correspondió al 17 de agosto cuatro días más tarde que el de este 2015 y meses después que el de 2000, que se reportó el 4 de octubre.

El exceso y derroche del consumo de estos recursos ha llevado a la humanidad a tomar medidas para poder solventar la demanda que se genera, quedando en deuda con sus propias necesidades.

El “presupuesto ecológico”  ue es destinado, y dividido, queda corto ante la demanda que ahora se produce. Además, por consecuencia, los efectos que provocan la generación de estos recursos deja una huella ecológica irreversible en el territorio del planeta y junto con ellos, una alta emisión de bióxido de carbono por la combustión de energías fósiles que contamina el ambiente.

La Red de las Huellas Globales explica que desde 1970 en México se vive con este desabasto ecológico, y que al ritmo actual, en el año 2030 se necesitarán hasta dos planetas para poder solventar una “calidad de vida” en el consumo.

La organización  describe que cada uno de los habitantes de nuestro país consume lo equivalente a 2.4 hectáreas del mundo anuales, cuando lo que corresponde es la mitad de esa cifra.

En tanto que la población mundial, consume lo correspondiente a 1.6 planetas. Cifra que se elevará a 2 planetas para el 2030 de no actuar.

Estos cifras se desarrollan en medio de un cálculos realizados en una comparación entre la demanda mundial, las emisiones de dióxido de carbono, las tierras destinadas al cultivo y espacios marítimos productivos, la deforestación y la habilidad del planeta para poder genera sus recursos.

Lo más grave de estos cálculos, es que no se pondrán mantener a largo plazo, debido a que no se están tomando las medidas correctas respecto al problema, según información de The Guardian.

Sin embargo, hay regiones que no rebasan las cifras, y en ellos se encuentra  Sudamérica, Canadá, Europa del norte y oriental, América Central y Australia. Al contario de países como Japón que consume 5.5 veces más sus recursos, liderando la lista.

Cambio climático y chikungunya

Javier Flores, La Jornada

Es curioso, pero el número de estudios científicos acerca de una enfermedad se ha convertido hoy en un buen parámetro para entender la evolución de las patologías en el mundo. Tomemos, por ejemplo, a la fiebre chikungunya (algunos escriben chikunguña o chicunguña), enfermedad producida por un virus transmitido a los humanos y otros primates por la picadura de mosquitos de las especies Aedes (A. aegypti y A. albopictus) a los que se conoce como vectores. Luego de la descripción clínica de la enfermedad en 1952, las primeras publicaciones científicas formales aparecieron 17 años después, ¡hasta 1969!, lo que indica que se trataba de una enfermedad rara, presente en regiones muy localizadas y pobres del planeta (la frontera entre Tanzania y Mozambique). El número de publicaciones científicas sobre este mal se mantuvo muy bajo (menos de 10 por año) hasta concluir el siglo XX.

Pero, a partir de la aparición de la enfermedad en otras regiones del planeta y especialmente su diseminación en Europa en 2007 y en América a finales de 2013, el interés científico por la enfermedad aumentó notablemente y el número de artículos especializados experimentó un cambio abrupto. Hasta ayer se habían acumulado 2 mil 415 artículos científicos sobre esta enfermedad, la mayoría publicados entre 2006 y 2015, de acuerdo con la base de datos PubMed, creada por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. ¿Qué significa este cambio? Además de una modificación en el interés científico, es un indicador de la evolución de una enfermedad emergente y de las modificaciones en la distribución regional del vector, el mosquito Aedes.

Antes de proseguir, es importante hablar de la enfermedad y de su importancia en nuestro continente, en particular en México. La fiebre chikungunya es una enfermedad caracterizada por temperatura elevada (superior a 39 grados centígrados) y dolor en diversas articulaciones, el cual puede ser tan intenso que la persona afectada tiende a encorvarse (chikungunya significa “cuerpo doblado” en la lengua kimakonde) y otros síntomas como dolor de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones en la piel.

Es una enfermedad incapacitante que puede remitir con los cuidados adecuados, pero sin ellos puede ser en algunos casos mortal. No es contagiosa, sólo afecta a quien es picado por el mosquito infectado. No hay vacunas ni tratamientos específicos (además de los cuidados generales se emplean analgésicos y antinflamatorios).

En diciembre de 2013, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recibió notificación sobre los dos primeros casos en América, inicialmente en el Caribe, y para diciembre de 2014 esta organización informaba ya sobre 861 mil casos sospechosos, 16 mil confirmados y 153 defunciones –leo los lineamientos para la vigilancia epidemiológica y diagnóstico de la Secretaría de Salud (SSa). ¿Y qué pasa en México? De acuerdo con un comunicado de prensa de la SSa emitido el pasado 3 de agosto, para el 31 de julio de 2015 se habían confirmado 3 mil 306 casos en 16 estados de la República, 10 por ciento de los cuales habían requerido hospitalización; en el boletín no se mencionan fallecimientos. Lo anterior muestra que en nuestro continente y nuestro país la enfermedad se ha diseminado muy rápidamente, por lo que, con razón, las autoridades sanitarias se encuentran en alerta.

Volviendo al tema de las publicaciones científicas sobre la fiebre chikungunya, casi medio centenar de artículos atribuyen el comportamiento de la enfermedad a los efectos del cambio climático. Por ejemplo, Jolyon M. Medlock señala, en un artículo publicado en marzo en la revista Lancet Infectious Diseases, que durante los inicios del siglo XXI se ha producido un cambio sin precedentes en las enfermedades transmitidas por vectores en Europa como la malaria en Grecia, mal producido por el virus del Nilo en Europa Occidental, la enfermedad de Lyme y algunas encefalitis producidas por garrapatas y llama a preparar estrategias de adaptación al cambio climático.

Hace pocos días se informó de 160 casos de fiebre chikungunya atendidos en la ciudad de México, todos importados de otras regiones del país, pues, de acuerdo con el secretario de salud en el Distrito Federal, Armando Ahued, el vector no ha rebasado la altura de mil 700 metros sobre el nivel del mar, por lo que el mosquito no se encuentra en la capital. Tiene razón, pero no hay que confiarse, pues los efectos del cambio climático pueden ser inesperados, como señalan Meghnath Dhimal y sus colegas en un estudio publicado también en marzo en la revista PLoS Neglected Tropical Diseases, en el que piden la aplicación de medidas urgentes por la propagación de mosquitos transmisores del dengue y chikungunya en la región de alta montaña en Nepal para proteger la salud de la población local y de los turistas que viajan a los Himalayas.

50 años de avances médicos irán a la basura si no frenamos el cambio climático

Muchas enfermedades mortales se favorecen con el cambio climático, prevenirlo es la mejor forma de ayudar a salvar millones de vidas.

veoverde.com

El ser humano ha tenido avances increíbles en el campo de la medicina pero de no controlar el cambio climático, se echarían a perder los últimos 50 años de éxitos en la salud. Esta es la conclusión de un estudio publicado en la revista británica The Lancet. Nos encontramos frente a una “emergencia médica” ya que las consecuencias de este fenómeno son un riesgo potencial para la salud humana.

 

Las inundaciones, sequías, propagación de enfermedades, inseguridad alimentaria, estrés por calor, tormentas y demás desastres naturales, plantean retos para los que no estamos preparados. Sólo en 2010, los incendios forestales en Rusia duplicaron la cantidad de partículas en el aire alrededor de Moscú al consumir 2,7 millones de hectáreas. Esta situación más el calor ayudó a incrementar 11 mil muertes en un mes.

En Pakistán murieron casi 700 personas en 3 días por una ola de calor y esto fue en junio. Enfermedades como el dengue y la malaria son favorecidas por el calor, así que las temperaturas extremas del cambio climático tienden los cimientos para una serie de enfermedades que quizás ya conocemos pero que en determinado momento pueden exceder en número nuestra capacidad de atención.

Tenemos “la mayor oportunidad de salud global del siglo 21” en palabras de los autores del estudio. La mejor forma de atacar la mayor catástrofe en materia de salud es previniendo el cambio climático. Sin embargo, las mayores barreras para enfrentarlo no son económicas o técnicas, sino políticas.

Para frenar el cambio climático, los países deberán eliminar las plantas de carbón y sustituirlas por alternativas limpias y renovables. Los profesionales de la salud deberán tomar el liderazgo para crear una cultura de salubridad mundial, y el apoyo de países ricos a los pobres será indispensable para lograr un desarrollo sostenible. De lograr esto, para 2030 habremos prevenido 500.000 mil muertes con sólo reducir nuestras emisiones de carbono.

2015: El clima bajo la lupa de los pueblos

Lo que pide el pueblo

Solo una transformación sistémica de nuestras sociedades, economías y nuestro mundo será suficiente para resolver la crisis climática y reducir las crecientes desigualdades.

La urgencia por mantener este límite en la temperatura no solo es necesaria para el planeta y el medio ambiente. Se trata de la gente, y nuestra capacidad como humanidad de asegurar un futuro seguro y digno para cada uno de nosotros y nosotras.

las demandas de las comunidades del mundo más vulnerables a los impactos del cambio climático y que no han tenido mayor rol en esta situación, son cruciales si queremos una sociedad más justa y sostenible.

 

Estas demandas incluyen, pero no se limitan a:

Transformación energética sostenible

sostenible – redirigir el financiamiento de “energías sucias” a energías renovables limpias, asequibles, seguras y confiables, a fin de apoyar las soluciones comunitarias, incluyendo sistemas comunitarios y descentralizados de energías renovables, prohibir nuevos proyectos de energías sucias, asegurar el acceso a energías renovables limpias, asequibles, seguras y confiables, reducir el consumo energético especialmente el de las élites, y asegurar que la reducción de la pobreza y la justicia sean priorizado a lo largo de esta transformación;

El derecho a la alimentación y al agua

– asegurar el acceso de las poblaciones al agua y tierras a fin de tener una producción alimentaria que sea resiliente al clima, la suspensión del acaparamiento de tierras, y la continua conversión de tierras agrícolas a vocación alimentaria hacia otros productos como los biocombustibles que son falsamente presentados como soluciones a la crisis climática, y el apoyo a la agroecología sostenible y sistemas de producción alimentaria resilientes al clima;

Justicia para las poblaciones impactadas

– asegurar y construir resiliencia de las poblaciones impactadas, incluyendo indemnizaciones para las poblaciones más pobres y marginales del mundo, que no tienen responsabilidad en las causas del cambio climático, pero cuyas vidas y medios de vida están siendo seriamente afectados por el mismo, apoyar una transición justa de los trabajadores hacia una nueva economía ambientalmente sostenible y socialmente inclusiva, y el apoyo a aquellas poblaciones y comunidades que pongan en marcha soluciones de adaptación y rehabilitación.

2015: El clima bajo la lupa de los pueblos

Cuando comparamos lo que se está discutiendo con las demandas de la gente mencionadas más arriba y los imperativos de la ciencia, la Cumbre de París parece estar muy lejos de lo que realmente necesita la gente y el planeta.
Sin embargo, el equilibrio de fuerzas puede y va a cambiar, porque los pueblos del mundo están dispuestos a luchar para proteger sus hogares, su derecho a la energía, su derecho a la alimentación, y su derecho a un trabajo decente.

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http://peoplestestonclimate.org/es/

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