Protestas contra las condiciones de trabajo en más de mil tiendas Walmart en Estados Unidos
Walmart es la tercera compañía más grande del mundo, y la tienda más grande de menudeo. Tiene un histórico de bajos sueldos, y una política abierta de lucha en contra de cualquier intento de sus trabajadores de organizarse en sindicatos u otras organizaciones independientes.
David Bacon, desinformemonos.org
Richmond, California. En los pasados Black Fridays, la celebración de consumo que se da en Estados Unidos cada año después de acción de gracias, las tiendas Walmart estuvieron tan llenas de consumidores que personas fueron pisoteadas intentando pasar por las puertas. En este Black Friday, entretanto, los compradores vieron a trabajadores protestando en más de mil tiendas.
Walmart es la tercera compañía más grande del mundo, y la tienda más grande de menudeo, con más de dos millones de trabajadores en más de 15 países. Tiene un histórico de bajos sueldos, y una política abierta de lucha en contra de cualquier intento de sus trabajadores de organizarse en sindicatos u otras organizaciones independientes.
Un estudio hecho por la Universidad de California en Berkeley, reveló que los sueldos son tan bajos que los trabajadores de Walmart en este estado reciben anualmente 86 millones de dólares en beneficios públicos por cosas como seguro de salud y cupones de alimentos, financiados por los pagadores de impuestos.Muchas personas han criticado los bajos sueldos de la red Walmart y la competencia desleal con comercios locales por años. Y por mucho tiempo la compañía ha podido mantener a sus empleados lejos de las manifestaciones. Donde pudo, Walmart intentó darse a sí misma una cara paternalista, de que “todos somos una gran familia”. En los lugares donde ésto no funcionó, recurrió a la vieja táctica de despidos y miedo. Pero los trabajadores de Walmart se están despertando. Ellos han organizado una asociación de trabajadores llamada OURWalmart (Organización Unida por Respeto en Walmart) y, apoyados por un gran número de sindicatos, promovieron una serie de paros. El último y más extenso se dio en el Black Friday. Richmond, California, fue la zona cero para las protestas nacionales del Black Friday, ya que dos presidentes de sindicatos internacionales y una de las voces más pro-labor en el Congreso se unieron a trabajadores despedidos y algunos todavía empleados, y varios cientos de apoyadores del movimiento.
En un punto, la presidenta del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU), Mary Jay Henry, y la reverenda Carol Been, organizadora de Clérigos y Seculares Unidos por Justicia Económica, condujeron a una delegación adentro de la tienda, e intentaron entregar una petición a su gerente demandando la recontratación de los empleados despedidos, y el respeto por su derecho a la libertad de expresión y organización. El gerente se rehusó a recibirla. Mientras tanto, los trabajadores despedidos entraron en confrontación con el equipo de seguridad de Walmart, apoyados por algunos de los que todavía mantenían sus trabajos y lo habían dejado para poder participar de la protesta. “Fui despedido porque protesté en contra de los comentarios racistas de un gerente de tienda”, declaró Misty Tanner.
De acuerdo con el SEIU, cuando un empleado afro-americano usó una cuerda para mover la mercancía, el gerente VanRiper dijo: “Déjamelo a mí, yo pondría esta cuerda en tu cuello”. En seguida, cuando una trabajadora hablaba con miembros de la prensa, VanRiper la amenazó con atropellarla. Tanner trabajó por cuatro años en la tienda de Richmond que fue objeto de la protesta, más recientemente en el turno de la noche, haciendo reformas. Ella dice que de súbito le dijeron que ya no había trabajo para ella, a pesar de que las reformas siguieron después de que ella se fue. Los gerentes se rehúsan a comentar su caso, o a hacer cualquier otro comentario.
La protesta de Richmond fue organizada por OUR Walmart, y las playeras verdes del grupo fueron omnipresentes en la multitud. Aunque tiene el apoyo de la Unión de Trabajadores de Alimentación y Comercio (UFCW) y de otros sindicatos, es una asociación autónoma, de acuerdo con los mismos trabajadores de Walmart. En los días anteriores al Black Friday, Walmart prestó quejas junto al Cuadro Nacional de Relaciones de Trabajo (NLRB), alegando que la UFCW y Walmart estaban unidos organizacionalmente, y que el sindicato había violado la ley al conducir huelgas de reconocimiento por más de 30 días sin inscribirse en el NLRB para la elección de sus representantes. “Esto sólo muestra la falta de respeto que Walmart tiene por nosotros”, dijo Tanner. “No estamos organizando un sindicato, estamos demandando respeto a la compañía y el fin de la violación de nuestros derechos. OUR Walmart es una organización de asociados de Walmart”.
La demanda de Walmart con NLRB, acusando las huelgas de ilegales, pareció un esfuerzo para interceptar la participación de trabajadores en la protesta, planeada para llamar la atención de los consumidores en el mayor y más importante día de compras del año. Grandes minoristas como Walmart confían en el día después de acción de gracias para empezar bien la locura consumista de navidad y garantizar las ganancias del año. En respuesta, los organizadores de OUR Walmart dijeron que las protestas ocurrieron en más de mil tiendas en 46 estados. Bill Simon, el presidente y CEO de Walmart en Estados Unidos, dijo al diario británico The Guardian que “solo 26 protestas ocurrieron en tiendas la noche pasada [la noche anterior al Black Friday] y varias de ellas no incluyeron a ningún empleado de Walmart. Tuvimos un Black Friday muy seguro y exitoso en nuestras tiendas a través del país y hemos recibido feedback increíblemente positivos de nuestros consumidores”, dijo. Puede ser que él no haya recibido noticias de los gerentes de Richmond, ya que esta tienda estuvo cerrada por horas y muchos consumidores volvieron a sus casas después de que los empleados les explicaron por qué estaban allá.
La congresista George Miller, quien propuso el acto de reforma laboral Employee Free Choice en las últimas sesiones del Congreso, dijo a los trabajadores en el estacionamiento de la tienda que la comunidad de Richmond, a quien ella representa, se levantaría en defensa de ellos. “No dejaremos que ningún empleador maltrate a trabajadores por intentar organizarse”, dijo, “especialmente cuando están pidiendo por un patrón de vida decente, algo que merecen todos los trabajadores”.
Henry respondió a la demanda de Walmart por práctica laboral injusta preguntando: “¿Ustedes saben qué es una práctica laboral injusta?”. Ella misma contestó: “Trabajo injusto es trabajar tiempo completo y vivir en la pobreza. Trabajo injusto es ver el costo del seguro de salud dispararse año tras año. Trabajo injusto es que te nieguen las horas necesarias para apoyar a tu familia. Trabajo injusto es ser castigado por ejercer tu libertad de expresión y asociación. Los trabajadores de Walmart saben qué es trabajo injusto porque lo padecen a diario”.
Publicado el 17 de diciembre de 2012
BRUSELAS (BELGICA), SAN JOSE (COSTA RICA), 11 de Diciembre 2012 – Hoy, el día en que el Parlamento Europeo aprobó el Tratado de Libre Comercio con Colombia y Perú, y el Acuerdo de Asociación con Centroamérica, organizaciones sociales y ambientales advierten en una nota pública [1] de los efectos perjudiciales que este tipo de acuerdos generan para los pueblos y el ambiente. [2]
En América Latina, las izquierdas -sea en su matriz anticapitalista como nacional-popular- han sostenido y continúan sosteniendo una lectura productivista, y tienden a minimizar o presta escasa atención a las nuevas luchas sociales concentradas en la defensa del territorio y los bienes comunes.
En términos más generales, la ilusión desarrollista, promovida por los gobiernos progresistas más radicales como Bolivia y Ecuador, aparece hoy asociada a la acción del Estado productor y relativamente regulador junto a una batería de políticas sociales, dirigidas a los sectores más vulnerables, cuya base misma es la renta extractivista. Ciertamente, no es posible desdeñar la recuperación de determinadas herramientas y capacidades institucionales por parte del Estado nacional, el cual se ha vuelto a erigir en un actor económico relevante y, en ciertos casos, en un agente de redistribución. Sin embargo, en el marco de las teorías de la gobernanza mundial, que tiene por base la consolidación de una nueva institucionalidad basada en marcos supranacionales o meta-reguladores, la tendencia no es precisamente que el Estado nacional devenga un «mega-actor». Al contrario, la hipótesis de máxima apunta al retorno de un Estado moderadamente regulador, capaz de instalarse en un espacio de geometría variable, esto es, en un esquema multiactoral de complejización de la sociedad civil, ilustrada por movimientos sociales, Ongs y otros actores, pero en estrecha asociación con los capitales privados multinacionales, cuyo peso en las economías nacionales es cada vez mayor. Ello coloca límites claros a la acción del Estado nacional y un umbral inexorable a la propia demanda de democratización de las decisiones promovida por las comunidades y poblaciones afectadas a causa de los grandes proyectos extractivos.
Este escenario de contrastes que presenta hoy América Latina abre a un terreno de grandes acechanzas. Uno de los rasgos más notorios de la época es que el Consenso de los Commodities impuso una brecha, una herida, en el pensamiento crítico latinoamericano, el cual en los `90, mostraba rasgos mucho más aglutinantes, frente al carácter monopólico del neoliberalismo como usina ideológica. Así, el presente latinoamericano refleja diferentes tendencias políticas e intelectuales: por un lado, están aquellas posiciones que dan cuenta del retorno del concepto de Desarrollo, en sentido fuerte; esto es, asociado a una visión productivista que incorpora conceptos engañosos, de resonancia global -Desarrollo sustentable en su versión débil, Responsabilidad Social Empresarial, gobernanza- al tiempo que busca sostenerse a través de una retórica falsamente industrialista. Sea en el lenguaje crudo de la desposesión del neodesarrollismo neoliberal, como en un neodesarrollismo progresista que apunta al control del excedente por parte del Estado, el actual modelo de desarrollo se apoya sobre un paradigma extractivista, se nutre de la idea de «oportunidades económicas» o «ventajas comparativas» proporcionadas por el Consenso de los Commodities, y despliega ciertos imaginarios sociales -la ilusión desarrollista- desbordando las fronteras político-ideológicas que los años `90 habían erigido. Por encima de las diferencias que es posible establecer en términos político-ideológicos y los matices que puedan hallarse, dichas posiciones reflejan la tendencia a consolidar un modelo neocolonial de apropiación y explotación de los bienes comunes, que avanza sobre las poblaciones desde una lógica vertical (de arriba hacia abajo), colocando en un gran tembladeral los avances alcanzados en el campo de la democracia participativa e inaugurando un nuevo ciclo de violación de los Derechos Humanos.
Más allá del neodesarrollismo imperante, en sus versiones progresistas y neoliberales, en América Latina existe una perspectiva crítica diferente, que hoy aparece ilustrada por diferentes organizaciones sociales y posicionamientos intelectuales que cuestionan abiertamente el modelo de desarrollo extractivista hegemónico y su concepto de naturaleza. En un contexto de retorno del concepto de desarrollo como gran relato y en sintonía con los cuestionamientos propios de las corrientes indigenistas, el campo del pensamiento crítico ha venido retomando la noción de «post-desarrollo» elaborada por Arturo Escobar , así como elementos propios de una concepción «fuerte» de la sustentabilidad. En efecto, al compás de los conflictos socio-ambientales se han ido forjando marcos interpretativos de la acción, que expresan un cruce entre discurso ambientalista y matriz indigenista; consignas movilizadoras en defensa de los bienes comunes, la justicia ambiental, el buen vivir y los derechos de la naturaleza; esto es, una gramática común latinoamericana. Asimismo, desde la tradición crítica del pensamiento latinoamericano, la perspectiva del post-desarrollo ha venido promoviendo otras valoraciones de la Naturaleza, que provienen de otros registros y cosmovisiones: pueblos originarios, perspectiva ambientalista, eco-comunitaria, eco-feminista, decoloniales, movimientos eco-territoriales, entre otros.
Al presidente de México Felipe Calderón no le queda ninguna esperanza de que la crisis europea esté bajo control antes de presidir la Cumbre del G-20 el 18-19 de junio. Aunque la amenaza inmediata de una crisis económica ha disminuido, la continua incertidumbre en Grecia y la crisis creciente en España son los problemas más recientes que han empeorado la situación en la zona euro, dijo la Comisión Europea en su reporte semanal de la última semana de mayo. Como es usual, el reporte llamó a mantener la situación actual.
La publicación identifica al ex director Eduardo Castro-Wright detrás del hecho
Desde que México aprobó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) millones de mexicanos se han unido a las filas de los hambrientos. Mientras que la violencia y la sangre de la guerra contra las drogas se apodera de los titulares muchos mexicanos, sobre todo mujeres y niños, hacen frente a la silenciosa y violenta suerte del hambre.
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