TTIP Secret: No al Tratado de Troya

Un acuerdo de espaldas a la ciudadanía

Amigos de la Tierra España

Para explicar algunos de los más importantes aspectos recogidos en el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones, TTIP, que negocian Estados Unidos y la Unión Europea. A través de once viñetas hemos acercado muchas de las consecuencias de este caballo de Troya, incluyendo breves artículos para completar las ilustraciones y profundizar así en los problemas que pueden acercarse con el acuerdo comercial.

El TTIP explicado en viñetas
http://app.emaze.com/1006106/ttip_secret#1

Blog para la campaña NO AL TRATADO DE TROYA !!
http://ttipsecret.wordpress.com/

Premios Pinocho 2014: ¡comienza la votación!

¿Cuál es la empresa que mejor mintió este año? Shell, Total, el Crédit Agricole, EDF, Pur Projet, GDF Suez, Perenco, Samsung o Lyon-Turin Ferroviaire ? Estas compañías, en mayoría francesas, han sido nominadas para la séptima edición de los «Premios Pinocho del desarrollo sustentable».

 

 

Organizado por la federación Amigos de la Tierra Francia, que reúne unas treinta asociaciones ambientales en el país, este concurso recompensará el 18 noviembre de 2014 a las tres empresas que mejor supieron manipular los medios de comunicación para hacer creer que sus actividades son las más verdes y las más responsables socialmente, cuando en realidad son unas de las más contaminantes y menos respetuosas de los derechos humanos, con los métodos financieros menos transparentes. El jurado de este concurso es la sociedad civil internacional, que puede votar desde ahora vía el sitio internet de Amigos de la Tierra Francia, en esta página: http://www.prix-pinocchio.org/es/nomines.php.

La competición se divide en tres categorías y los internautas pueden votar para una empresa en cada categoría.

1) La primera categoría, «¡Una para todos, todo para mí!», recompensa la empresa que haya manejado la política más agresiva en términos de acaparamiento, sobreexplotación o destrucción de los recursos naturales. Allí se desempeñan:

La compañía petrolera holandesa Shell, por explotar gas de esquito en Ucrania usando la fractura hidráulica (o fracking en inglés) en condiciones muy peligrosas para el medio ambiente y la salud: las aguas tóxicas que utiliza para fracturar las piedras de esquito y así extraer el gas están almacenadas al aire libre y separadas del agua subterráneo por una simple capa de plástico. También tiene concesiones para hacer fracking en Patagonia (Argentina), incluso en áreas naturales protegidas y en zonas de ganadería tradicional, cuyas adquisiciones están llenas de irregularidades.

La compañía petrolera francesa Total, cuya explotación de gas en tierra Egi en el Delta del Níger (Nigeria) se hace al detrimento de la población desde 1964. Para extender su central a partir del 2006, acaparó tierras sin indemnizar a toda la población expropiada. Hubo muertos y heridos en manifestaciones organizadas por familias Egi  en contra de la empresa Además, ocurrieron varios accidentes técnicos en los últimos años como explosiones o fugas de gas que provocaron graves daños al ecosistema y a la salud de la población.

El banco francés Crédit Agricole, por financiar a empresas que explotan carbón en los Apalaches (Estados Unidos) usando el método de la «remoción de cima» (Mountaintop Removal – MTR en inglés). Esta técnica consiste en hacer explotar las cimas de las montañas, destruyendo el ecosistema y provocando lluvias de metales pesados ultra contaminantes para la salud de población que vio los casos de cáncer multiplicarse en los últimos años. En 2013, CA cambió su política sobre minería y metales, pero nunca dejo de financiar el MTR, al contrario de otros bancos como el francés BNP Paribas.

2) La segunda categoría, «Más verde que verde», recompensa la empresa que haya manejado la campaña publicitaria más abusiva y engañosa comparada con sus actividades reales. Los tres nominados son:

La empresa estatal francesa Electricidad de Francia (EDF), que invierte cada vez mas en energías fósiles como el carbón, haciendo todo el contrario de lo que promete en sus campañas de comunicación donde asegura que lucha contra las emisiones de CO2. En Serbia, quiere construir una nueva central de lignito, una forma de carbón rica en sulfuro cuya explotación es conocida por provocar lluvias ácidas. La nueva central Kolubara B debe construirse en una zona donde ya existen minas a cielo abierto y centrales: expondrá la población local a aún más contaminación.

El colectivo Pur Projet (Proyecto Puro), nacido en Francia y que reúne hoy unas 50 empresas en el mundo, dedicado a «compensar los impactos socio-ambientales» de empresas contaminantes, permitiéndoles de invertir en proyectos de reforestación o de conservación de bosques en países del Sur. Basado en el modelo del sistema REDD (Reducción de Emisiones de carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los bosques), nacido con el Protocolo de Kyoto en 1992, Pur Projet permite a empresas seguir emitiendo CO2 y limpiar su imagen al mismo tiempo para parecer verde. Pero muchas veces, estos proyectos de conservación son sinónimos de acaparamiento de tierras y de violación de derechos de poblaciones tradicionales a quienes impiden vivir en el bosque para supuestamente protegerlo, como es el caso en Perú.

La empresa productora y distribuidora de gas y electricidad GDF Suez (Francia), por haber invertido una parte de los 2.5 billones de euros que recibió en mayo de 2014 de varios organismos financieros internacionales bajo el titulo de «obligaciones verdes» en un proyecto de muerte en la Amazonía brasilera: la construcción de la presa hidroeléctrica de Jirau, que provocó inundaciones y violó el derecho a la consulta. Estos green bonds le fueron otorgados con la obligación de ser usados para desarrollar energías limpias y proyectos socialmente responsables. Pero como los criterios que definen qué proyecto es verde o no fueron determinados por cuatro bancos (Bank of America Merrill Lynch, Citi, Crédit Agricole CIB, JPMorgan Chase & Co) más interesadas en ganancias que en sustentabilidad, GDF Suez pudo usarlo para promover esta presa.

3) La tercera categoría, «Manos sucias, Bolsillos llenos», recompensa la empresa que haya manejado la política más abusiva en términos de opacidad a nivel financiero (evasión fiscal, corrupción), en términos de cabildeo/presión, o en su cadena de suministro. Se encuentran:

La petrolera franco-británica-bahameña Perenco, por enriquecerse explotando petróleo en zonas muy pobres de países del Sur, siempre en condiciones financieras muy opacas. Su técnica es comprar a otras empresas petroleras cuando ya están maduros, es decir cuando la zona de explotación esta ya muy contaminada. No le importa seguir dañando el medio ambiente y el hábitat de las poblaciones cuando es sinónimo de ganancia para ella. Está presente desde el año 2000 en la ciudad de Muanda (República democrática del Congo), conocida como la ciudad petrolera más pobre del mundo, donde su contrato ni se ha hecho publico. Los accidentes allí son recurrentes y los contestatarios (vecinos o huelguistas) han sido víctimas de represalias.

El fabricante de productos electrónicos coreano Samsung, por recorrer a una mano de obra muy barata y explotada en China para fabricar sus «smartphones». Incluye menores de 16 años en las líneas de producción, violando la legislación local, según un estudio de China Labor Watch. Ellos no tienen contratos de trabajo, es decir ninguna protección social. Los obreros en general trabajan hasta 16 horas diarias, sin medidas de seguridad ni sanitarias. Al mismo tiempo, Samsung gasta mucho dinero en campañas de comunicación mentirosas para promover una imagen de empresa «ciudadana» y «socialmente responsable» que lleva una política de «cero tolerancia» hacia el trabajo infantil.

 – La sociedad franco-italiana Lyon-Turin Ferroviaire (financiada por la Unión europea y por los gobiernos de ambos países), encargada de construir la línea de tren de alta velocidad entre Lyon (sureste de Francia) y Turín (noroeste de Italia) que necesitaría cavar gigantescos túneles en las montañas de Los Alpes. El proyecto tiene un presupuesto de 26 millones de euros y su realización impediría a Francia invertir en otros proyectos hasta 2030, advirtió la Corte de Cuentas francesa. Su utilidad es controvertida ya que ya existente una línea que podría ser modernizada. Además, los costos ambientales serían muy altos: extracción de millones de metros cúbicos de roca, drenaje de 60 a 125 millones de m3 de agua por construir solo el primer túnel…

// Los Premios Pinocho del desarrollo sustentable 2014 son organizados en colaboración con Basta (www.bastamag.net) El Observatorio de las multinacionales (www.multinationales.org) y la Radio Mundo Real (www.radiomundoreal.fm).

Sitio web de derechos humanos visibiliza la conducta de más de 5600 empresas

Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos, CIEDH

El Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos (CIEDH) lanzó su sitio web multilingüe rediseñado, que transparenta la conducta en materia de derechos humanos de más de 5.600 empresas a nivel mundial, incluyendo los avances que éstas están haciendo, denuncias de abusos de derechos humanos y la forma como las empresas están respondiendo a estas preocupaciones.

Descargue todo el documento aquí

Shiva: Cómo el crecimiento económico se ha vuelto anti-vida

Vandana Shiva es una científica, filósofa y escritora india. Gracias a su andadura de más de 40 años en pos del activismo, se ha convertido en una representante muy importante del ecofeminismo.

En 1982 creó la Fundación para la Investigación Científica, Tecnológica y Ecológica. Entre las variadas iniciativas que maneja (biodiversidad, compromiso de las mujeres con el movimiento ecologista, regeneración del sentimiento democrático, etc.) destaca el programa Navdanya. Su nombre significa “nueve cultivos” y es una organización revolucionaria constituida por ecologistas y agricultores indios cuya iniciativa principal es el impulso y difusión de la agricultura ecológica a través del apoyo a agricultores locales y el  rescate y conservación de los cultivos que están siendo empujados hacia la extinción.

Actualmente es líder del Foro Internacional sobre la Globalización, así como miembro destacado del movimiento antiglobalización, desde donde lucha activamente contra la política neoliberal de globalización y a favor de los derechos de los pueblos, denunciando que la codicia de las corporaciones usurpan los recursos naturales, como la tierra y el agua, y violan los derechos fundamentales de la gente. En su libro reciente Manifiesto por una democracia de la tierra, Vandana ha propuesto el concepto y la causa de la democracia de la tierra como alternativa al capitalismo.

Para desarrollar su tesis ecofeminista plantea varias ideas como la presentada en el siguiente artículo, originalmente publicado en The Guardian: el desarrollo de otro tipo de herramientas más allá del Producto Interior Bruto (PIB) que evidencien la mejora en el desarrollo de las poblaciones:

El crecimiento ilimitado es la fantasía de economistas, empresas y políticos, quienes lo consideran una medida de progreso. Como consecuencia, el producto interior bruto (PIB) —que supuestamente mide la riqueza de las naciones— se ha convertido en la cifra más poderosa y en el concepto más dominante de nuestros tiempos. Sin embargo, el crecimiento económico oculta la pobreza que genera a través de la destrucción de la naturaleza, que a su vez desemboca en comunidades incapaces de autoabastecerse.

El concepto de crecimiento fue propuesto como medida para movilizar los recursos durante la Segunda Guerra Mundial. El PIB se basa en la creación de un límite artificial y ficticio, dando por hecho que producir lo que se consume no es producir. En efecto, el “crecimiento” mide la transformación de la naturaleza en dinero y del patrimonio común en mercancías.

De esta forma, los asombrosos ciclos naturales de renovación del agua y de los nutrientes se clasifican como no productivos. Los campesinos del mundo, que nos proporcionan el 72% de los alimentos, no producen. Las mujeres que cultivan el campo o hacen la mayoría de las tareas domésticas tampoco encajan en este paradigma de crecimiento. Un bosque vivo no contribuye al crecimiento, pero cuando se talan y se venden sus árboles como madera, entonces sí hay crecimiento. Las sociedades y comunidades saludables no contribuyen al crecimiento, pero la enfermedad origina crecimiento a través de la venta de medicamentos patentados, por ejemplo.

Si el agua estuviera disponible como bien común compartido libremente y protegido por todos, habría suficiente para todos. Sin embargo, eso no origina ningún crecimiento. Pero cuando Coca-Cola abre una planta industrial, extrae el agua y rellena botellas de plástico con ella, la economía crece, si bien este crecimiento se basa en la creación de pobreza, tanto para la naturaleza como para las comunidades locales. El agua que se extrae por encima de la capacidad de la naturaleza para renovarse y recargarse genera escasez de agua. Las mujeres se ven obligadas a andar distancias cada vez mayores en busca de agua potable. En la aldea de Plachimada, en Kerala, cuando la distancia que debían recorrer en busca de agua llegó a los 10 km, Mayilamma —una mujer de la comunidad tribal— dijo basta: “No podemos caminar más lejos: la planta de Coca-Cola debe cerrar”. Al final, el movimiento emprendido por las mujeres desembocó en el cierre de la planta industrial.

Del mismo modo, la evolución nos ha regalado la semilla. Los agricultores la han seleccionado, cultivado y diversificado; es la base de la producción alimentaria. Una semilla que se renueva a sí misma y se multiplica produce, además de alimentos, semillas para la próxima temporada Sin embargo, no se considera que las semillas cultivadas y cuidadas por los agricultores contribuyan al crecimiento. Originan y renuevan vida, pero no producen beneficios. El crecimiento empieza cuando las semillas se modifican, se entrecruzan genéticamente, lo que obliga a los agricultores a comprar más cada temporada.

La naturaleza se empobrece, la biodiversidad se deteriora y un recurso común y gratuito se transforma en una mercancía patentada. La compra anual de semillas supone el endeudamiento asegurado para los campesinos pobres de la India. Desde la instalación de los monopolios de semillas, la deuda de los agricultores ha aumentado. Más de 270.000 agricultores indios atrapados en la trampa de la deuda se han suicidado desde el año 1995.

La pobreza también se extiende cuando los sistemas públicos se privatizan. La privatización del agua, la electricidad, la sanidad y la educación sí genera crecimiento mediante beneficios. Pero también origina pobreza al obligar a las personas a gastar grandes cantidades de dinero en bienes y servicios que estaban a su alcance a precios razonables como bien común. Cuando todos los aspectos de la vida se comercializan y mercantilizan, la vida se encarece y la gente se vuelve más pobre.

Tanto la ecología como la economía surgen de la misma raíz: “oikos”, palabra griega que significa casa. Cuando la economía se centraba en lo doméstico, reconocía y respetaba sus cimientos basados en los recursos naturales y los límites de la renovación ecológica. Se centraba en satisfacer las necesidades humanas básicas dentro de esos límites. La economía basada en el hogar también era gestionada por la mujer. Hoy en día, la economía es algo ajeno y opuesto a los procesos ecológicos y las necesidades humanas. Mientras la destrucción de la naturaleza se justifica en aras de la creación de crecimiento, aumentan la pobreza y la expropiación. Al mismo tiempo que insostenible, es también económicamente injusto.

El modelo dominante de desarrollo económico se ha vuelto anti-vida. Cuando las economías se miden exclusivamente en términos de flujo monetario, los ricos se hacen más ricos y los pobres, más pobres. Y aunque el rico sea rico a nivel monetario, es también pobre en el sentido más amplio de lo que significa ser humano.

Mientras tanto, las exigencias del actual modelo económico están derivando en guerras por recursos como el petróleo, el agua y la comida. El desarrollo insostenible implica tres niveles de violencia: el primero es la violencia contra la tierra, que se manifiesta como crisis ecológica; el segundo es la violencia contra las personas, que se refleja en pobreza, indigencia y desplazamientos; y el tercero es la violencia de las guerras y los conflictos, cuando los poderosos echan mano a recursos que se encuentran en otras comunidades y países para saciar sus apetitos ilimitados.

El aumento del flujo monetario en función del PIB se ha desvinculado del valor real, pero aquellos que acumulan recursos financieros pueden reclamar los recursos reales de la gente: sus tierras, su agua, sus bosques y sus semillas. Esta sed les lleva a  saquear la última gota de agua y el último centímetro de tierra del planeta. No se trata del fin de la pobreza. Es el fin de los derechos humanos y la justicia.

Los premios Nobel de economía Joseph Stiglitz y Amarty Sen han admitido que el PIB no refleja la condición humana e instado a la creación de diferentes herramientas que midan el bienestar de las naciones. Esa es la razón por la que países como Bután han adoptado el índice de felicidad nacional bruta en lugar del producto interior bruto para calcular el progreso. Necesitamos crear medidas más allá del PIB y economías más allá del supermercado global para revitalizar la riqueza real. Debemos recordar que la verdadera moneda de la vida es la vida misma.

Artículo traducido por Lara San Mamés y editado por Arianne Sved – Guerrilla Translation!

Imagen de Thierry Ehrmann.

Max-Neef: “La economía neoliberal mata más gente que todos los ejércitos juntos”

El economista chileno Manfred Max-Neef reniega de una economía neoliberal para la que los seres humanos son “irrelevantes” y que, en su opinión, “mata más gente que todos los ejércitos juntos”. Galardonado en 1983 por los Right Livelihood Award, considerados Premios Nobel alternativos, Max-Neef se pregunta, en una entrevista con Efe con motivo de su estancia en Galicia, si los altos índices de suicidio en países como, por ejemplo, España, se pueden considerar “asesinatos de un sistema perverso”.

La perversidad de la economía neoliberal radica en que “no entiende el mundo y, además, los seres humanos son irrelevantes. Lo relevante son los indicadores macroeconómicos, el PIB… lo que le haya pasado a las personas no importa”, afirma.

Max-Neef atribuye a “la estupidez”, en su opinión lo único que distingue al ser humano de los animales, el hecho de que no haya “un solo preso” entre todos los “sinvergüenzas” que provocaron la crisis económica de 2008, y de que se siga apostando por el mismo modelo vistos los resultados.

“¿En este momento hay algo que no sepamos que no hay que hacer? Todos lo tenemos perfectamente claro”, proclama el catedrático por la Universidad Austral de Chile, quien comulga con la denuncia del Papa Francisco de que uno de los mayores problemas de la humanidad es “la globalización de la indiferencia”.

Max-Neef critica “el lenguaje del miedo” utilizado por los economistas, al igual que los diferentes credos religiosos, con los que los compara, y sus “dogmas indiscutibles”, que no se basan, afirma, en “fundamentos empíricos ni científicos”.

 Se remite a los mensajes “catastrofistas” sobre el peligro de quiebra de los bancos si no se les rescata y al caso paradigmático de Islandia, del que “poco se ha hablado”, en su opinión, no fuera a ser que originara “un efecto contagio”. Max-Neef cree “absurdo” y un “disparate descomunal” que en pleno siglo XXI la economía se rija por “ideas neoclásicas del siglo XIX”, y que de entre todos los que se consideran gurús del ramo nadie vaticinó “la catástrofe” de 2008.

Según el economista chileno, aquellos colegas que se consideran científicos deberían actuar como tales y plantearse buscar alternativas cuando ven que “fracasa su teoría”, y sin embargo estos “insisten en más de lo mismo”. Como contrapunto a la corriente económica dominante, quien fuera candidato a la presidencia de Chile en 1993 por Los Verdes promulga un modelo “al servicio de las personas”, a las que se debe vincular el desarrollo y no a los objetos; donde el crecimiento no sea sinónimo de desarrollo y no precise necesariamente del mismo.

Explica que su teoría casa con el concepto sudafricano de “ubuntu”, el de la interrelación de las personas, frente a la concepción “mecánica” de la economía, en la que “se llega al extremo de que la solidaridad es vista como un acto irracional”.

Ecoportal.net

Estados Unidos: ¿Quiénes son los contratistas del Estado federal?

Bloomberg Governement acaba de publicar su estudio anual sobre las compañías que obtuvieron contratos con el gobierno de Estados Unidos en 2013.

Red Voltairenet.org

De un total de 516 300 millones de dólares en 2012, el monto de los contratos públicos cayó en 2013 a 462 100 millones y el 65% de esos contratos con el gobierno federal fue a manos de 200 empresas. Esta evolución, generada por las restricciones presupuestarias, ha afectado solamente ciertos sectores y no ha modificado los gastos en el sector de la salud.

Las 10 compañías que más contratos han firmado con el Estado federal son:

-Lockeed Martin, con 44 300 millones de dólares, recibe los beneficios del proyecto de avión de combate F-35, que ya resulta tan oneroso que nadie se atreve a cuestionarlo.

-Boeing, con 21 600 millones de dólares, gracias a los helicópteros de guerra Apache.

-General Dynamics, con 14 000 millones de dólares por la construcción de los submarinos clase Virginia.

-Raytheon, con 13 700 millones de dólares, principalement en municiones inteligentes.

-Northrop Grumman, con 10 800 millones de dólares como gran proveedor de la US Air Force.

-Huntington Ingalls, con 6 400 millones de dólares por la construcción de los nuevos guardacostas.

-United Technologies, con 6 100 millones de dólares en motores y sistemas de navegación aérea.

-L-3 Communications, con 5 200 millones de dólares, gracias a sus sistemas informáticos.

-BAE Systems, con 4 900 millones de dólares por su participación en el proyecto de avión de guerra F-35.

-McKesson, con 4 700 millones de dólares,, gracias a las farmacias de la Secretaria a cargo de los veteranos de guerra.

Los 10 principales contratistas trabajan, como puede verse, fundamentalmente con el Departamento de Defensa.

Cabe señalar que en la 13ª posición de la lista se encuentra un ejército privado: DynCorp International.

BGouv200, Federal Industries leaders 2014, por Bloomberg Governement

Más de 80 países reclaman que la ONU penalice los abusos de multinacionales

Retransmisión Video en RadioMundoReal

Notas y entrevistas (RadioMundoReal)

23 – 27 de junio de 2014, durante la última semana de la 26ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDHNU), en Ginebra (Suiza), y con acciones descentralizadas alrededor del mundo.

María Cappa. Periódico La Marea.

Habilitar un marco jurídico vinculante para las multinacionales y garantizar que las víctimas de abusos de derechos humanos por parte de estas empresas puedan acceder a mecanismos mediante los que recibir protección, justicia y reparación. Son, a grandes rasgos, las dos exigencias que tanto Ecuador, con el respaldo de más de 80 países, y la red mundial de la sociedad civil Alianza por el Tratado (Treaty Alliance), en nombre de más de 500 organizaciones, está reclamando en la 26ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que concluirá el próximo 27 de junio. Dos peticiones con muchos puntos en común, pero también con recorridos, consecuencias y reivindicaciones algo distintas.

 

La más antigua y la más completa de las dos es la elaborada por la Campaña Internacional Desmantelando al Poder Corporativo, que aglutina a cientos de organizaciones civiles que llevan, al menos, seis años trabajando sobre este tipo de propuestas. La génesis de la Campaña fue el Tribunal Permanentes de los Pueblos (TPP), una herramienta de la Fundación Lelio Basso que, entre 2006 y 2010, actuó como un tribunal ético, con un gran impacto mediático gracias a que quienes conformaban el jurado eran juristas, jueces y defensores muy reconocidos de DDHH.

Estos tribunales actuaron como una herramienta fundamental para hacer visible cómo las violaciones que cometen las multinacionales en América Latina, África y Asia son sistemáticas. Tal y como explica la investigadora del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) Erika González, este tipo de violaciones abarcan todos los ámbitos de los DDHH. Por un lado, “políticos y civiles por medio de la represión militar y paramilitar de las oposiciones sociales a grandes proyectos de multinacionales, represión, persecución, asesinato o detenciones”.

Pero también violaciones de derechos sociales, económicos y culturales, “cuando se impide a la población acceder a bienes básicos para una vivienda digna como son las pensiones, el agua o la electricidad, derechos colectivos relacionados con los desplazamientos de los que son víctimas tanto las poblaciones campesinas como los pueblos indígenas, violación de los derechos ambientales por la destrucción de ecosistemas, acuíferos, zonas protegidas y parques nacionales”, explica González.

El último de los juicios que el TPP realizó fue en Madrid en el año 2010. Allí volvieron a constatar que empresas como Aguas de Barcelona, Canal de Isabel II, Bayer, BBVA, HSBC, Banco Santander, Benneton, Endesa, Unión Fenosa, Telefónica Pescanova o Repsol YPF han destruido el medio ambiente, vulnerado los derechos laborales básicos u obligado a comunidades autóctonas a abandonar sus hogares para dejar vía libre a la construcción de las empresas en determinados lugares.

Los ejemplos más recientes, tal y como recuerda González, son “el desastre de 2013 en Rana Plaza, Bangladesh, que quitó la vida a 1132 trabajadores (en su mayoría mujeres), la masacre de 2012 de Marikana que mató a 34 mineros en Sudáfrica, la creciente destrucción causada por Shell en la región de Ogoni y por Chevron en la Amazonia ecuatorial así como las violaciones de los derechos humanos relacionadas con la Mina de carbón en Cerrejon, Colombia”.

Todos estos ejemplos no son más que una muestra de la impunidad de la que gozan las multinacionales, a pesar de que la ONU insiste en que hay un consenso internacional respecto a la funcionalidad de los dos mecanismos con los que cuentan actualmente: el Global Compact y los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, elaborados por John Ruggie, que actúan más como recomendaciones que como herramientas coercitivas de obligado cumplimiento. “Ya sea por la Organización Mundial del Comercio, por los tratados de libre comercio, por los tratados bilaterales de inversiones o por los tratados que realizan las empresas multinacionales, la realidad es que se ha generado una armadura legal que protege a estas empresas, sus derechos comerciales están contemplados en contratos muy eficaces, que si un Estado no lo cumple, la empresa lo denuncia ante un tribunal de arbitraje como es el Ciadi en el Banco Mundial o La Haya en el de la ONU”, denuncia González.

Tal y como se ha demostrado en la práctica, “la mayoría de esas sentencias se resuelven en contra de los Estados; es decir, que encima son los países los que tienen que pagar una multa a la empresa. Una muestra clara de que los derechos de estas empresas están fuertemente garantizados en oposición a los DDHH, que están integrados en lo que se conoce como “derecho blando” ya que no hay mecanismos eficaces que se respeten. Ni las comunidades, ni las organizaciones ni siquiera un Estado puede denunciar a una empresa ante una instancia internacional”, recuerda.

La propuesta de Ecuador

Fue en septiembre del año pasado, en el marco de la 25ª sesión del Consejo de DDHH, cuando la Misión de Ecuador ante la ONU promovió por primera vez un una declaración que hablaba sobre la necesidad de elaborar de manera inmediata un tratado que obligara a las multinacionales a respetar los derechos de los ciudadanos y la normativa de los países en los que decidían instalarse. Esta declaración contó con el apoyo del Grupo Africano, el Grupo Árabe, Pakistán, Sri Lanka, Kirguistán, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Venezuela y Perú. En total, más de 80 países entre los que destacan las ausencias de países aparentemente afines como Argentina o Uruguay.

Para la investigadora de OMAL, la postura de Ecuador respecto a la necesidad de proponer este debate en la ONU “viene tanto de lo que ya estaban moviendo las organizaciones internacionales como del problema que ha tenido el Gobierno con Chevron, empresa que recientemente lo ha demandado ante el tribunal de La Haya por la multa ejemplar que le impusieron los tribunales ecuatorianos, no sólo para no tener que pagar la multa sino para que Ecuador tenga que indemnizar a esta empresa por daños y perjuicios. A diferencia de los movimientos sociales, la iniciativa de Ecuador -que Erika González cree que irá en la línea de lo propuesto por John Ruggie y contendrá reivindicaciones más ambiguas- está relacionada con un trabajo institucional,. Esta propuesta será la que, junto con el resto de los países que la secundan, tenga posibilidades de que se lleve a cabo ya que, como recuerda González, “quienes participan en la ONU son los Estados, no las organizaciones sociales”.

A pesar de las más de 80 naciones de todo el mundo que apoyan la iniciativa de Ecuador, el papel global de los gobiernos cuyos ciudadanos son víctimas de abusos por parte de muchas multinacionales no es homogéneo. Por un lado están los países cómplices como, según señala Erika González, Colombia, Perú, Guatemala o México, que son ejemplos claros “de gobiernos funcionales a los intereses de las transnacionales; todas sus decisiones políticas y sus leyes benefician las inversiones y los negocios de las transnacionales y se priorizan en detrimento de los DDHH”.

En el lado opuesto hay otros gobiernos, “como Venezuela, Bolivia, Ecuador, que están dentro del ALBA, y, en algunas cosas también Argentina, que han tomado decisiones o han elaborado leyes que incrementan la soberanía de los gobiernos del sur en la toma de decisiones políticas, que han repercutido negativamente en los intereses comerciales de las empresas transnacionales”. Aunque González destaca que esto no quiere decir que se opongan férreamente a las multinacionales. De hecho, en Bolivia, Venezuela y Ecuador “siguen trabajando transnacionales en sectores como la minería o el petróleo que siguen atentando contra el medio ambiente y contra los derechos de los indígenas o de las comunidades cercanas a las zonas donde se establecen, y sus gobiernos siguen firmando acuerdos y contratos con ellas”.

Semana de reivindicaciones en Ginebra

Durante la última semana de la 26ª sesión Consejo de Derechos Humanos de la ONU (entre el 23 y el 27 de junio), la Campaña Internacional Desmantelando al Poder Corporativo tiene prevista en Ginebra una serie de movilizaciones con dos objetivos claros. Primero, presionar a los integrantes de la ONU encargados de decidir si la resolución que ha presentado Ecuador sale adelante. Pero también conseguir la mayor visibilización posible para el tratado que las organizaciones sociales han elaborado (más exhaustivo de lo que, probablemente, haya presentado el gobierno de Rafael Correa) y que se presentará durante la semana de movilizaciones.

Las posibilidades reales de que la ONU habilite mecanismos para juzgar de manera efectiva a las multinacionales son escasas. Ya en 2011, cuando se aprobaron los Principios Rectores de la ONU sobre Empresas y DDHH, las organizaciones sociales lograron que se colara en el debate la necesidad de elaborar un tratado internacional vinculante. Sin embargo, el propio John Ruggie, relator especial de la ONU sobre este asunto y responsable de la elaboración de estos principios rectores, se mostró reticente al respecto. Y es que, según afirmó, dado que hay 80.000 multinacionales, y millones de subsidiarias más, supervisar el cumplimiento de este tratado superaría la capacidad de la mayoría de los gobiernos, y si se creara un organismo supranacional a tal efecto, le ocurriría lo mismo.

Por su parte, Erika González valora positivamente que en algunos países, gracias a la resistencia y la lucha protagonizadas por los movimientos sociales durante años, se ha conseguido llevar a juicio a algunas transnacionales y que se reconozca oficialmente que ha habido una violación de DDHH. “Un ejemplo muy claro es el de Chevron, en Ecuador, después de más de 10 años de lucha por parte de las comunidades afectadas. O el caso del pueblo mapuche, en Argentina, contra Repsol y contra YPF por todos los años de contaminación de su territorio y que había repercutido en su población”.

En otras ocasiones, los países donde tenían establecida la sede las multinacionales han juzgado a estas empresas gracias a los mecanismos de extraterritorialidad. “Por ejemplo, Amigos de la Tierra Internacional denunció a los tribunales holandeses la violación de DDHH e impacto ambiental de Shell en el Delta del Níger y el año pasado consiguió que un tribunal juzgara algo que había hecho una empresa de su país en otro lugar”. Pero son casos aislados y, a veces, poco eficaces, ya que las multinacionales condenadas deciden no cumplir con la pena que se les impone sin sufrir ninguna consecuencia. Y esta una de las herramientas básicas que exigen desde la Campaña: “Que se pueda juzgar a las empresas en sus países de origen por una vulneración de derechos cometida en otros lugares”, concluye González.

Mitos del TLCAN a 20 años

Por Alina Rosas Duarte, revoluciontrespuntocero.com

Mejores empleos, incremento en los niveles de productividad, diversificación del mercado, elevar niveles de vida, protección al medio ambiente y disminución de la pobreza, fueron algunas de las promesas que 20 años atrás, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) prometió, sin embargo, a dos décadas de distancia, las promesas y la realidad, parecen no asimilarse.

52.4 por ciento de los mexicanos vivían en pobreza al momento de signar el Tratado en 1994, mientras que para 2012, la situación no habría sido diferente, la pobreza se situaba en un 52.3 por ciento, mientras uno de cada 5 mexicanos se encontraba en pobreza alimentaria, es decir, que no goza de suficientes recursos para comer. Del 2006 al 2011, más de 50 mil personas murieron de desnutrición.

Desde la firma del Tratado con Canadá y Estados Unidos, los salarios mínimos en México han perdido el 20.13 por ciento de su poder adquisitivo, 76.48 por ciento menos, comparado a 1976, cuando se registraron los mejores índices adquisitivos.

Por otra parte, uno de los capítulos más polémicos ha sido el agrario, donde una de las promesas al signar el TLCAN, era que México se transformaría en una potencia agroexportadora, cuando dos décadas después, el país se ha consolidado como una potencia agroimportadora con una dependencia alimentaria del 45 por ciento cuando previo a 1994, era del 15 por ciento.

La tragedia del campo no sólo se tradujo en más importaciones, sino en la disminución del empleo rural del 19 al 13 por ciento, en más de 6 millones de campesinos que  migraron a Estados Unidos, y en que 30 grandes corporaciones transnacionales controlen actualmente el mercado agroalimentario de México.

Al mirar a Canadá tras la firma del TLCAN la situación tampoco mejora.

Los ingresos familiares del 2011, ajustados por la inflación, fueron los mismos que para 1980, y desde la firma del TLCAN, la pobreza en Canadá vio un incremento del 12 por ciento de la población, registrando en 2012 un record de 872 mil 378 canadienses utilizando los bancos de alimentos mensualmente, el nivel más alto en la historia canadiense.

Los impulsores del Tratado de Libre Comercio con América del Norte prometieron que mejoraría la situación ambiental bajo sus nuevas reglas, no obstante, en el caso de México, el agotamiento de recursos naturales y la degradación ambiental se disparó. A decir del Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas (Inegi), los costos estimados por el daño ambiental son equivalentes a un promedio anual de 637 mil millones de pesos.

Para Canadá, la firma del TLCAN ha implicado una limitación del gobierno para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, inclusive se obligó a Canadá a derogar el Protocolo de Kyoto, una pieza de legislación internacional en la búsqueda de reducción de gases de esta magnitud.

Organizaciones participantes en el Foro Multisectorial Tri-nacional, señalaron que, pese a las promesas de proteger el medio ambiente, el gobierno canadiense encabezado por el primer ministro Stephen Harper, ha hecho una revisión a las leyes ambientales para hacerlas más favorables con los inversionistas y facilitando los proyectos de mega extracción de recursos.

Cabe mencionar que de 1994 al 2013, decenas de leyes ambientales y de salud de los países del TLCAN han sido impugnadas en tribunales extranjeros, generando más de 360 millones de dólares en compensación.

En el caso de Estados Unidos, quien a decir de la opinión pública se ha beneficiado, mantiene un déficit promedio anual agrícola con México y Canadá de 800 millones de dólares, más del doble del nivel previo al TLCAN.

La oposición al Tratado en EE.UU. ha crecido, de acuerdo con una encuesta elaborada en el 2012 por Angus Reid Public Opinion, el 53 por ciento de los estadounidenses creen que se debe renegociar o salir del Tratado contra un 15 por ciento que piensa que la nación norteamericana debe seguir siendo miembro.

La agenda principal de Barack Obama es una re-edición del Tratado ahora bajo el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), por medio del cual, el gobierno norteamericano no sólo implementaría una estructura similar de acuerdo con México y con Canadá, sino con países como Australia, Brunei, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y aquellos países como Costa Rica, que apenas han mostrado su deseo de incorporarse a nuevas promesas que el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, sigue sin cumplir.

El fracaso de la política neoliberal circunscrita a los Tratados de Libre Comercio

COMUNICADO

“EL FRACASO DE LA POLÍTICA NEOLIBERAL CIRCUNSCRITA A LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO”

Sr. Presidente de la República mexicana
Sr. Presidente de los Estados Unidos de Norte América
Sr. Ministro de Canadá

Los pueblos y comunidades de México opositores al Modelo Extractivo Minero Depredador, reunidos en el Foro Nacional 2014 celebrado en Zacualpan, Municipio de Comala, Estado de Colima, hacemos manifiesta nuestra postura con relación a los acuerdos que desde hace 20 años fueron firmados por las tres naciones, en el marco de los acuerdos que dieron forma al conocido “Tratado de Libre Comercio” (TLC).

 

En la víspera de la reunión que ustedes sostendrán en la Cd de Toluca el próximo 19 de febrero, y en la cual preparan la “renovación y ajustes” de los acuerdos comerciales entre las tres naciones, vemos es imprescindible recordarles que no es posible que sigan impulsando este tipo de tratados haciéndonos creer que son la solución a los problemas que enfrentamos, cuando hay cientos de investigaciones y casos en donde se muestra cómo es que su modelo global tiene claros signos de agotamiento, es recesivo a los derechos humanos, y está acabando con los bienes naturales de forma dramática por su rapaz visión de mundo que comparten entre ustedes y todo el aparato que representan, al entregar a las empresas trasnacionales rapases e insaciables que día a día destruyen comunidades, población y ecosistemas en todos los rincones del mundo.

Es claro que cada año somos más las comunidades que estamos en resistencia y plena confrontación con las empresas mineras de capital nacional, extranjero o trasnacional, en especial canadienses, pero no únicamente, por la clara, recurrente e intransigente forma en la cual pretenden apropiarse de los bienes naturales que hay en nuestros territorios, quienes en su mentirosa visión de progreso y desarrollo, ocasionan graves e irreversibles daños a la salud y el ambiente, a la vez que destruyen el tejido social con el fomento de divisiones entre las personas, lo cual facilita el crecimiento de zonas inseguras vinculadas al crimen organizado e incluso, solapando crímenes de valientes dirigentes comunitarios, que siempre son encubiertos y protegidos por el aparato estatal y federal.

Para nosotros no es ajeno que el gobierno canadiense acaba de anunciar su Plan de Acción sobre Mercados Globales en donde se habla de “la diplomacia económica” como un gran enfoque en el cual, según el gobierno; “Todos los bienes diplomáticos del Gobierno de Canadá se canalizarán en respaldo del sector privado para lograr los objetivos indicados en mercados extranjeros claves” (anunciado el 27 de noviembre de 2013), entre los cuales se incluyen: México, Brasil, Chile, Colombia y Perú dentro de la región de América Latina.

Ya tenemos documentación de 12 casos sobre lo que significa este tipo de “diplomacia” en el contexto de aquellas comunidades que se oponen a los proyectos mineros o sobre quienes realizan denuncias de abusos con respecto a la minería: Antecedentes: Una docena de ejemplos de la diplomacia minera canadiense, y para ello basta mencionar el caso Blackfire en Chiapas como ejemplar: Informe revela respaldo de Diplomacia canadiense a letal proyecto minera de la empresa Blackfire.

También realizamos un fuerte seguimiento a leyes, reglamentos y demás procesos jurídicos y hacendarios en donde claramente notamos cómo los parlamentos se pliegan a favor de las empresas extractivas, a tal grado que hoy cada vez es más frecuente ver a naciones enteras en total indefensión por tomar acciones en contra de las empresas, a la vez que las empresas someten a gobiernos locales en tribunales internacionales de arbitraje para resolver disputas en torno a los bienes naturales, como si estos fueran de ellos y no de los pueblos y las naciones, tal como está documentado en los casos presentados en el Centro Internacional de Arreglos de Disputas relativas a Inversiones (CIADI), del Banco Mundial, en donde, hasta marzo del 2013, había 169 casos de inversionistas vs el estado. Del total de casos, 60 de ellos, es decir, el 35.7% se relacionan a disputas por petróleo (23), minería (19) o gas (13) y hay más de 5 casos relacionadas con proyectos combinados de petróleo y gas.

Otra muestra de la gran presión que ahora ejercen las empresas sobre las naciones, se observa desde el 2012 en el cual se registraron 48 nuevos casos en el CIADI. 17 de estos (35%) se relacionan con industrias extractivas y todas son en contra de países en desarrollo, pero llama la atención que el 46.7% del total de casos corresponde a procesos entre las empresas y los países de Latinoamérica y el Caribe dejando claro como el imperio impone su sello.

Una muestra de esos casos está fuertemente vinculada a demandas realizadas por empresas canadienses: Por ejemplo Pacific Rim Mining (ahora Oceana Gold) ha demandado a El Salvador presionando al gobierno de ese país a que autorice permisos de explotación de un proyecto minero de oro que sería potencialmente devastador para el medio ambiente. En torno a Pacific Rim, el tribunal del CIADI decidió que carecía de jurisdicción bajo el TLC entre Centro América, Estados Unidos y la República Dominicana (RD DR-CAFTA, por sus siglas en inglés) por tratarse de una empresa canadiense, pero que el caso podría continuar bajo las leyes de inversión del propio El Salvador. Pacific Rim está demandando a El Salvador por $301 millones de dólares (el equivalente a aproximadamente el 1.8% del PIB de El Salvador o alrededor de la mitad del total de su presupuesto de educación).

Dos meses después del asesinato de Mariano Abarca y después de la clausura de su mina “Revancha” por la autoridad ambiental estatal en Chiapas, México Blackfire Exploration amenazó al estado de Chiapas con una demanda de $800 millones de dólares.

La empresa Infinito Gold está amenazando a Costa Rica con una demanda de un mil millones de dólares; Costa Rica ha prohibido la minería de oro a cielo abierto y ha habido fallos sucesivos de la Corte Suprema de su país en contra del proyecto “Crucitas”. Además de amenazar al estado, la empresa ha demandado a un par de profesores y un abogado por haber hecho declaraciones en contra de su proyecto. (ver más en: Más de un cuarto de millón de personas apoyan a Costa Rica frente a una inminente batalla legal internacional con la minera canadiense Infinito Gold y Mensaje a Infinito Gold-Canadá ¡Abandone la descabellada demanda (CIADI) en contra de Costa Rica!)

Por si fuera poco, el propio gobierno canadiense anuncia la inversión de $25 millones de dólares para la creación del Instituto International Canadiense para las Industrias Extractivas y Desarrollo, que implica la colaboración entre tres universidades;, la Universidad de Columbia Británica, la Universidad de Simón Fraser y la Escuela Politécnica de Montreal. El financiamiento proviene de fondos de la cooperación internacional canadiense con un mandato para colaborar con gobiernos en otros países sobre sus políticas y instituciones responsables para el manejo de los recursos naturales, supuestamente para mejorar y fortalecer la gobernanza sobre los recursos naturales en otros países. Es lamentable que estas universidades, como otras en el mundo, estén también plegadas al servicio de las empresas y pierdan el sentido ético y moral que debe tener la ciencia, para no esconder o encubrir daños ambientales o a la salud.

Ese instituto por supuesto que ya dispone de relaciones estratégicas y financieras con: Goldcorp, New Gold Inc., Fresnillo, además de la Subsecretaria de Industria de México, la Coordinación General de Minería de México y la Dirección General de Promoción Minera de México.

Son múltiples las formas en las cuales empresas y gobiernos ejercen mucha influencia diplomática para armar leyes a modo en aquellos países que disponen de bienes naturales minerales. La asesoría técnica pagada por la cooperación internacional canadiense (2012-2013) que contribuyó al desarrollo de la nueva ley minera en Honduras, es una pequeña muestra, a tal grado que su aprobación, en enero de 2013, levantó un moratorio minero instalado desde 2006, posibilitando la apertura del sector minero para nuevos proyectos e implementando un nuevo impuesto de seguridad para las empresas mineras que se destinará a las fuerzas de seguridad defiendan los intereses privados.

Ejemplos como los mencionados son recurrentes y comunes en todos los países latinoamericanos y por supuesto México vive procesos similares en donde hay una clara tendencia a que los gobiernos dejen de ser útiles a la sociedad y se vuelvan utilitarios de los intereses de empresas trasnacionales extranjeras y nacionales.

Leyes a modo, falta de la aplicación de aquellas leyes que todavía protegen a pueblos, comunidades y al medio ambiente, aunado a la impunidad, la corrupción de funcionarios e inspectores y la inseguridad creciente y vinculada al crimen organizado, son el soporte central de las empresas extractivas. Por el contrario, los pueblos opositores carecen del respeto básico a sus derechos, no se les consulta, se realizan procesos informativos con coacción, se criminaliza la protesta social o se asesina a dirigentes y opositores, siendo ello consecuencias que están siempre presentes en los proyectos de empresas vinculadas al modelo extractivo minero depredador.

Por todo ello, les exigimos se abstengan de defender los intereses de las grandes corporaciones mineras y se centren en que los pueblos tengan total garantía del estado de derecho y se respeten los derechos humanos que los gobiernos han ratificado en instrumentos internacionales. Mientras tanto, los pueblos seguiremos en resistencia contra sus políticas depredadoras que violentan la vida de los pueblos.

Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4)
Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA)
Foro Nacional de Afectados por la Minería 2014 de Zacualpan

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Corporaciones y derechos humanos: una combinación imposible

Corporaciones y derechos humanos: una combinación imposible

Opinión del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM), en el Boletín 197

En el mundo de los grandes negocios, un pequeño grupo de corporaciones transnacionales domina, cada vez más, a casi todos los sectores de la economía. Ya eran grandes, pero ahora son enormes, y sus actividades están causando cada vez más impactos negativos. Al mismo tiempo, y gracias a las grandes luchas de comunidades, movimientos, organizaciones y activistas, esas mismas corporaciones se vieron forzadas a asumir algunos compromisos escritos, con la ética, con la responsabilidad social y ambiental; y empezaron a elaborar sistemas de certificación de la “sustentabilidad” y a hablar de “mejores prácticas”; inclusive comenzaron a hablar de derechos humanos.

En este boletín, dedicado una vez más al Día Internacional de los Derechos Humanos, buscamos reflexionar sobre este tema, observando la actuación de las grandes corporaciones. Con ello, es imposible no ver el comportamiento de tales empresas que violan los más diversos derechos fundamentales – consagrados o no en leyes y tratados internacionales. Como derechos fundamentales consideramos, por ejemplo, los que buscan garantizar la dignidad del ser humano, la justicia social y ambiental.

Veremos, en este boletín, la violencia del acaparamiento de tierras como una de las acciones probablemente más fuertes en la actualidad, que se expresa de varias formas. Es violento cómo las grandes corporaciones del sector del eucalipto y la celulosa acaparan cada vez más tierras en países como Brasil, para instalar grandes monocultivos y cómo lo han hecho históricamente en la ilegalidad y con el apoyo del Estado. Es igualmente violenta la expansión desenfrenada de las grandes corporaciones de palma aceitera en África, que invade tierras de los campesinos, afectando la soberanía alimenticia y aumentando el hambre en países como Sierra Leona. Es violento también cómo las grandes corporaciones del sector energético acaparan tierras para construir mega hidroeléctricas como en Malasia y otros países, destruyendo la biodiversidad, los bosques y el sustento de miles de personas, para beneficiarse de la generación de energía. Hay un pasivo enorme con millones de personas, expulsadas y lanzadas a las periferias de las grandes ciudades, que hoy concentran cada vez más población de los países del Sur global, aunque haya tierra suficiente para que gran parte de esa población pueda trabajar y garantizar la soberanía alimenticia en sus países.

Es violento también cómo las corporaciones tratan, hoy en día, a sus trabajadores directos y, principalmente, a los indirectos. La esclavitud, abolida desde hace mucho tiempo en el mundo, sigue prevaleciendo y agravándose en las regiones que abastecen a las grandes corporaciones con sus materias primas; por ejemplo, en las vastas plantaciones de monocultivo de palma aceitera en Malasia e Indonesia, principales países productores.

Es violento cómo las grandes corporaciones no aceptan limites a sus actividades que son cada vez más globalizadas, pretenden el libre comercio, lo que significa una gran ventaja para aumentar aún más sus beneficios. Y como controladores del mercado, pueden sacar aún más provecho. Las corporaciones buscan garantizar sus intereses en espacios clave como la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se reunió recientemente en Bali, Indonesia.

Es violento inclusive cuando las grandes empresas adoptan un discurso de “sustentabilidad” de la madera tropical, como proveniente del “manejo forestal sustentable”, porque ello agrava la devastación gradual de los bosques tropicales, destruyendo el futuro de las comunidades que dependen de dichos bosques para desarrollar sus formas de vida. Pero sus únicos objetivos son aumentar los beneficios e incentivar el consumo de productos de lujo, innecesarios.

Con seguridad, es de suma importancia seguir luchando para que nuestros gobiernos, e incluso la ONU, garanticen los derechos humanos fundamentales, dando énfasis especial a la lucha incesante de Via Campesina en estos últimos años para garantizar la aprobación de una declaración de la ONU sobre los derechos de los campesinos- lo que merece el apoyo de todos a todas.

Al mismo tiempo, es necesario reconocer que las grandes corporaciones, por la lógica del propio sistema capitalista, buscan acumular, especular y obtener cada vez más beneficios. Las grandes corporaciones son la mayor expresión de un sistema intrínsecamente injusto y explotador. Buscan abrir cada vez más mercados, inclusive relacionados con la “sustentabilidad” a través de los “certificados de sustentabilidad”, las “políticas de responsabilidad social y ambiental” o los “códigos de ética”. No aceptan reglas obligatorias, por eso siempre defienden los sistemas voluntarios, porque en la lógica del capital los mercados no pueden imponer barreras al libre comercio para las corporaciones, también en el negocio de la “sustentabilidad”.

Sin cambios a nivel global para restringir drásticamente la acción de las grandes corporaciones, presenciaremos la continua privatización de tierras y bosques por parte del poder corporativo, y las múltiples violaciones de derechos no cesarán. Vale la pena centrar los esfuerzos con el objetivo de responsabilizar a las corporaciones por sus violaciones actuales e históricas.

Hacemos un llamamiento al apoyo y a la integración de la Campaña para Desmantelar el Poder Corporativo y dar fin a la Impunidad que hoy rige la acción de las Corporaciones. Los Derechos Humanos no combinan con las corporaciones; combinan con un sistema económico basado en la solidaridad, en la soberanía alimenticia, en la justicia social y ambiental.

Refrescando la memoria: ¿qué es el TLCAN y cómo se negoció?

Refrescando la memoria: ¿qué es el TLCAN y cómo se negoció?

Alberto Arroyo Picard Investigador de la UAM-I; miembro de la coordinación colectiva de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC) y de la Alianza Social Continental (ASC)
La Jornada del Campo

tlcanLa idea de negociar un tratado para crear una zona de libre comercio entre México y Estados Unidos surge el 11 de junio de 1990 en una Cumbre presidencial entre Carlos Salinas y George W. Bush. Se inician negociaciones formales el 5 de febrero de 1991 a las que se incorpora Canadá.

1.- El proyecto estratégico detrás de los Tratados de Libre Comercio (TLCs). Con la desintegración del bloque soviético, se acelera la etapa triunfalista de expansión cuantitativa y cualitativa del capitalismo y avanza su forma más salvaje llamada neoliberalismo. Para 1982, se logra imponer el neoliberalismo como pensamiento casi único y, con excepción de Cuba, es adoptado por todos los gobiernos del continente americano. Sin embargo, el primer círculo del poder de Estados Unidos, siempre previsor, se pregunta si este tan conveniente modelo podrá sobrevivir en caso de que hubiera cambios de signo político en los gobiernos de América Latina. El temor crece con las elecciones en 1988 en México: Carlos Salinas tiene que recurrir al fraude frente a Cuauhtémoc Cárdenas, quien había roto con el PRI por considerar que la nueva ideología dominante en dicho partido no ero lo adecuado para México. Sus análisis eran correctos pues años después empiezan a ganar gobiernos progresistas o de izquierda en Sur América. El factor común de estos gobiernos era cuestionar el Consenso de Washington y buscar un camino distinto y propio. Ello lleva a Estados Unidos a plantear la idea de los TLCs, que no son otra cosa que convertir en ley supranacional obligatoria, y con mecanismos efectivos para hacerla cumplir, la ideología neoliberal. Ello es expresado magistralmente por el primer director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Renato Ruggiero:“Éstos son el esfuerzo de crear una constitución internacional de los derechos del capital”. Es decir, con los TLCs la orientación de la economía ya no dependería de los gobiernos o del pueblo, sino que se impondría por una legislación supranacional.

Para imponer el neoliberalismo se fueron engarzando diversos elementos. Primero, un consenso generalizado llamado el Consenso de Washington, que se complementa con la coerción económica, vía el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para finales de los 80’s lo anterior no era ya suficiente. El sureste asiático no tiene grandes deudas y con ello está fuera de la mira del FMI, sigue con éxito su propio camino. El neoliberalismo no da los frutos prometidos y eso va debilitando el Consenso, Hay que implementar una tercera pieza en el mecanismo de garantía de reproducción del neoliberalismo: una legislación supranacional obligatoria, y los TLCs.

La oposición social no se hizo esperar. Desde 1982 hay grandes movimientos frente al yugo de la deuda externa y los ajustes estructurales neoliberales. En 1991 nace la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC) y pronto se conforma la Red Trinacional de América del Norte. En 1995 se conforma la Red Global Nuestro Mundo no está en Venta frente a la OMC. En 1997 se inicia la construcción de la Alianza Social Continental que logra derrotar el proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y frena el avance de TLCs bilaterales o regionales tanto con Estados Unidos como con Europa. En 2001 nace el Foro Social Mundial. En 2007 se forma la Red birregional Europa-América Latina Enlazando Alternativas.

Por supuesto, a pesar de algunos triunfos del movimiento social global, el poder globalizado no deja de impulsar este modelo económico e implementa diversas estrategias para frenar los cambios progresistas y dividir nuestro continente. Ahora busca consolidar la zona de hegemonía neoliberal en con la Alianza del Pacífico y con el Tratado Transpacífico y un TLC entre Estados Unidos y Europa.

En México hoy se quiere dar un gran salto con las reformas constitucionales que impulsa Peña Nieto, especialmente la energética. Si se cambia la Constitución, el petróleo y la electricidad, que habían sino excluidos de los compromisos del TLC de América del Norte (TLCAN), serían sometidos a dichas obligaciones. Los inversionistas extranjeros en el sector tendrían que ser tratados igual que los nacionales, las empresas públicas energéticas licitarían como cualquier otro inversionista por los contratos y podrían perderlos, los contratos estarían sujetos al mecanismo internacional de solución de controversias que incluye la llamada expropiación indirecta (consideran expropiatoria cualquier medida gubernamental que disminuya su ganancia esperada). Más aún, podríamos ser demandados si en el futuro se tratara de revertir este cambio constitucional. Hoy la resistencia unida frente a este modelo es más necesaria que nunca.

2.- El proceso de negociación y aprobación del TLCAN. El proceso de negociación fue secreto y cerrado para la sociedad, excepto para los grandes empresarios y algunos ficticios representantes de movimientos sociales miembros de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y de la Confederación Nacional Campesina (CNC). La presión social logró abrir mesas de información, pero en ellas se nos daba información sesgada e incluso falsa, como se pudo comprobar cuando, gracias al trabajo de las redes sociales de los tres países, se logró filtrar uno de los últimos borradores de la negociación.

De parte del equipo de negociación mexicano, se negoció sin tener un proyecto estratégico de país. Ello fue explícitamente reconocido por Herminio Blanco, jefe negociador, cuando a pregunta expresa de RMALC de “¿cuál era el proyecto de país que se tenía en mente al sentarse a la mesa de negociación?” contestó: “Proyecto de país, ¿para qué? El mejor proyecto de país es no tener proyecto de país y dejar que el mercado modele al México posible”.Ello muestra claramente lo que es el libre comercio y su forma legal, que es el TLC. Se trata de dejar la dinámica de la economía, y en el fondo, de la sociedad y de nuestra vida y futuro, a las solas fuerzas del mercado, es decir a la ley del más fuerte. Los TLCs son mucho más que apertura de fronteras y quitar aranceles para promover el intercambio internacional de mercancías. Incluye muchos otros capítulos que limitan o, mejor dicho, casi anulan, la capacidad de los Estados de regular la economía, de promover o impulsar un proyecto económico nacional y garantizar los derechos sociales.

La negociación termina en 12 de agosto de 1992 y el 17 de diciembre del mismo año lo firman los presidente Bush, Salinas, y el primer ministro de Canadá, Brian Mulroney. La ratificación por el Senado Mexicano se da a principios de 1993, pero de una forma totalmente irregular y anticonstitucional: se aprueba un texto y entra en vigor otro. El texto que aprobó la Cámara alta mexicana tiene en la primera página la leyenda que dice “Texto no oficial sujeto a correcciones”. Dichas “correcciones” no fueron, como dijo el gobierno mexicano, un asunto de mejorar las traducciones, sino que en el proceso de ratificación del Senado estadounidense sufrió numerosos cambios. Además, según el Artículo 133 de nuestra Constitución, no se puede ratificar un tratado que no es coherente con dicha Constitución, elemento que no cumple el TLCAN. Todo ello fue denunciado y demostrado, pero en México la verdadera ley es tener el poder de hacerlo y en ese momento había sólo tres senadores no priistas y sólo hubo dos votos en contra. El TLCAN entra en vigor el uno de enero de 1994

3.- Conclusión. El TLCAN es un megaproyecto geopolítico estratégico que obliga a nuestras economías a dejarse llevar por el llamado mercado que no es otra cosa que la ley del más fuerte.

El resto de este suplemento mostrará lo perjudicial que ha sido para los campesinos, pero es importante tener en cuenta que ha sido malo para todo el pueblo mexicano. Peor aún, ha sido un fracaso ya que no se consiguieron los objetivos planteados por sus promotores. Veamos algunos datos duros:

-Se planteó un crecimiento acelerado y constante. Durante estos 20 años, la tasa media de crecimiento del PIB por habitante fue de sólo 0.51 por ciento anual, la más baja comparada con las diversas estrategias seguidas por México desde el fin de la Revolución Mexicana. Es uno de los países que menos crece, ocupa el número 25 de 33 países de América Latina de los que hay información comparable.

-Se planteó que mejoraría la competitividad, y de haber sido el número 40 en la medición del Banco Mundial (BM), en 2011 baja a ser el número 66.

-Se prometieron más y mejores empleos pero la tasa de desempleo abierto hoy es el doble de 1993, antes de que entrara en vigor. Además el trabajo se ha precarizado. Basados en la canasta mínima alimentaria y no alimentaria del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), y considerando una familia de cuatro miembros en los que dos tienen empleo, resulta que en 2004 al 46 por ciento de los trabajadores no les alcanza para adquirirla y esa proporción en 2013 sube al 49 por ciento. Peor aún, en 2004 al 14.9 por ciento no le alcanza ni siquiera para alimentarse y en 2013 ese porcentaje sube a 19.53.

Estos resultados son contundentes: hay que cambiar de rumbo. Pero quien nos gobierna plantea profundizar y acelerar este camino al precipicio. Negocia actualmente un nuevo y más profundo TLC y busca cambiar la Constitución para someter nuestro petróleo a las obligaciones del TLCAN y “compartir” las ganancias con las trasnacionales petroleras. Necesitamos rescatar nuestra nación, el futuro depende de nosotros.

TODO EL INFORME ESPECIAL 20 AÑOS DEL TLCAN de La Jornada

Los límites del crecimiento, ayer y hoy

 

Los límites del crecimiento, ayer y hoy

Por Carmelo Ruiz Marrero, Ecoportal.net

En 1972 un equipo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, dirigido por Dennis y Donella Meadows y comisionado por el Club de Roma (1), estudió la interacción del crecimiento poblacional y económico con los recursos finitos del planeta empleando una herramienta entonces novedosa: modelaje por computadora. Utilizando los más poderosos ordenadores de la época, Meadows et al. manejaron grandes cantidades de cifras de variables como población humana, crecimiento industrial, producción de alimentos y contaminación ambiental, al igual que constantes, como los recursos naturales no renovables y los límites de los ecosistemas del planeta (2). Los resultados del estudio fueron estremecedores: si las tasas de crecimiento económico y de uso de recursos naturales continuaban, habría un catastrófico colapso ambiental y económico en algún momento en el siglo 21.

El estudio y sus conclusiones fueron publicados en el libro Los Límites del Crecimiento, que a menudo se le llama El Informe del Club de Roma. En las cuatro décadas tras su publicación, Los Límites del Crecimiento ha vendido 12 millones de copias y ha sido traducido a 37 idiomas. Es el libro de tema ambiental más vendido de todos los tiempos (3). A lo largo de los años ha sido objeto de apasionada discusión, elogios al igual que críticas. A los 20 años los autores revisitaron su estudio y lo actualizaron en un libro titulado Más Allá de los Límites. Luego en 2004 publicaron una edición actualizada en conmemoración de los 30 años de la publicación original. Los Límites del Crecimiento no pudo haber salido en un mejor momento, pues el principio de la década de 1970 fue un periodo crucial en el desarrollo del ecologismo moderno. Precursores del campo de la economía ecológica como Herman Daly, Kenneth Boulding y Nicolás Georgescu-Roegen estaban entonces publicando varios de sus más importantes trabajos. En 1971 el biólogo Barry Commoner publicó el valioso libro ambiental The Closing Circle, mientras que el ecólogo Howard T. Odum, pionero de la ecología de sistemas y de la teoría general de sistemas, publicaba el igualmente importante texto Energy, Power and Society. Murray Bookchin publicaba para entonces sus ensayos teóricos y polémicos en los que combinaba la crítica social, el ecologismo, la militancia anticapitalista y el anarquismo, sobre los cuales erigió los fundamentos de la ecología social. Sus ideas llevarían a la fundación del Instituto de Ecología Social en Estados Unidos en 1974.

En junio de 1972, justo después de la publicación de Los Límites del Crecimiento, tomó lugar en Suecia la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano, referida a menudo como la Conferencia de Estocolmo. Fue el primer evento de la ONU dedicado a la problemática ambiental, y llevó a la creación del Programa Ambiental de la ONU (PNUMA).

También ese mes, se organizó en Paris un debate público sobre crecimiento económico vs. decrecimiento, presidido por el presidente de la Comisión Europea, Sicco Mansholt, y el eco-filósofo Andre Gorz, quien alegadamente fue la primera persona en utilizar el término “decroissance”. Mansholt se había tornado en contra del crecimiento económico tras leer Los Límites del Crecimiento. El evento, organizado por el periódico Nouvel Observateur y al cual asistieron unas tres mil personas, contó también con la participación del sociólogo y teórico alemán Herbert Marcuse, el filósofo francés Edgar Morin y el ecologista inglés Edward Goldsmith, publicador de la revista The Ecologist.

Según el ecologista catalán Joan Martínez Alier: “No se habló todavía de cambio climático pero sí de la escasez de recursos, y además se discutió sobre el aumento de la población, los absurdos de la contabilidad macroeconómica del PIB, la felicidad, el capitalismo, el socialismo, el militarismo, la tecnología y la complejidad.” (4) El evento había sido provocado principalmente por una carta que envió Mansholt tras leer el Informe del Club de Roma, a Franco Malfatti, entonces presidente de la Comisión Europea, puesto que Mansholt estaba por asumir próximamente. La carta tenía un contenido ecologista radical que sería considerado controversial aún hoy día. Dice Martínez Alier:

“Mansholt se pronunció (en la carta) muy claramente por un socialismo democrático planificado a escala europea. Tuvo propuestas directamente dirigidas contra las ganancias capitalistas, al suprimir la amortización acelerada de bienes de capital que se deduce de los impuestos (y que infla las ganancias) y al protestar contra la obsolescencia de los bienes de consumo duradero. Propuso introducir la certificación de productos reciclables que tendrían desgravaciones fiscales. Un arancel europeo a las importaciones protegería esos productos reciclables certificados pues en caso contrario la competencia internacional impediría esa producción menos dañina. Era partidario de prohibir la producción de muchos productos no esenciales.”

A los temas tratados en la carta de Mansholt, Morin y Gorz añadieron varios elementos en el foro ese día de 1972, incluyendo el carácter de clase del movimiento ecologista, la crítica a la modernidad cartesiana y el rol cada vez más importante de las complejidades e incertidumbres. Los participantes también sumaron a los planteamientos de Mansholt críticas al militarismo, específicamente denunciando la guerra de Vietnam, y las pruebas nucleares francesas en el océano Pacífico.

El economista Georgescu-Roegen, uno de los más importantes precursores de la economía ecológica, escribió a los Meadows felicitándoles por su trabajo, pero también advirtiéndoles que la gran mayoría de los economistas, casados intelectual y profesionalmente con la idea de crecimiento eterno, les atacarían. Efectivamente, su advertencia fue acertada. En la sección literaria del periódico New York Times, tres economistas tildaron Los Límites del Crecimiento de “vacío” y “engañoso”, “Menos que seudociencia y poco más que ficción polémica”. Y en un editorial, el semanario Newsweek lo clasificó como “disparate irresponsable” (5).

Mientras que el repudio de economistas fue casi unánime, el informe fue acogido y celebrado por el ecologismo. «Hace 30 años era fácil para los críticos despachar los límites al crecimiento”, dijo el influyente ecologista Lester Brown, fundador del Instituto Worldwatch, al leer la edición del 30 aniversario. “Pero en el mundo de hoy, con sus pescaderías colapsando, bosques encogiéndose, mantos freáticos bajando, arrecifes de coral muriendo, desiertos expandiéndose, suelos erosionándose, temperaturas subiendo y especies desapareciendo, ya no es tan fácil hacerlo. Estamos todos endeudados con (el equipo que escribió Los Límites del Crecimiento) por recordarnos de nuevo que el tiempo se nos está acabando” (6). El informe también ha sido elogiado por otros ecologistas de reconocimiento mundial, como el activista y autor Bill McKibben, Amory Lovins, gurú de las energías renovables, y Herman Daly, quien fue economista de alto rango del Banco Mundial y ahora aboga por una economía estacionaria de cero crecimiento (strady state economy), y muchos más. A pesar de su talante tecnocrático y apolítico, el libro también ha recibido el reconocimiento y respeto de ecologistas progresistas.

Las defensas y ataques al Informe del Club de Roma continuaron por años y décadas, y aún hoy el libro deja de qué hablar.

Como ven, la propuesta decrecentista no tiene nada de nuevo. Y hoy es más vigente que nunca ahora que los pronósticos de los efectos del calentamiento global lucen cada vez más fúnebres, que las compañías de energía se embarcan en proyectos demenciales para extraer combustibles fósiles mediante técnicas insólitas como el infame fraqueo (fractura hidráulica), y que el bando progresista latinoamericano ofrece como alternativa al status quo neoliberal un progresismo desarrollista basado en un extractivismo suicida (7).

El decir que no hay alternativas viables al crecimiento económico y las políticas extractivistas no es más que un lloriqueo. En todas partes del mundo hay movimientos alternativos y nuevas configuraciones sociales que no se cansan de mostrarnos el camino a futuros alternos (así mismo, en plural), nuevos pensamientos y nuevas formas de acción. A estas alturas, sólo hacen falta ojos para ver.

NOTAS:
1) El Club de Roma es una organización privada y exclusiva fundada en la Accademia dei Lincei en Italia en 1968, compuesta por líderes empresariales, científicos, economistas, funcionarios de Naciones Unidas, y figuras políticas de alto nivel, incluyendo jefes de estado pasados y actuales. Según su página web, se dedica a estudiar los problemas más apremiantes de la humanidad y formular escenarios alternativos para enfrentarlos. Sus miembros más notables han incluido a Mikhail Gorbachev y Vaclav Havel.

2) El equipo de los Meadows desarrolló el programa de simulación World3, el cual era una versión avanzada de World2, programa creado por Jay W. Forrester, ingeniero de computadoras especializado en teoría de sistemas.

Forrester fundó la disciplina de dinámica de sistemas, la cual analiza el comportamiento de sistemas complejos mediante modelos matemáticos. Aplicó la dinámica de sistemas a ciclos económicos industriales en su libro Industrial Dynamics, y luego aplicó su modelo a los problemas sociales y la planificación urbana en su libro Urban Dynamics.

A fines de la década de 1960, Forrester le comunicó a los líderes del recién fundado Club de Roma su interés en aplicar la dinámica de sistemas para analizar los problemas de la sustentabilidad ecológica a nivel global. Tras el Club de Roma expresar interés en su propuesta, Forrester escribió el programa de simulación mundial World2, y en 1971 publicó el libro World Dynamics, en el que expresa sus preocupaciones acerca del crecimiento económico ilimitado dentro de un sistema limitado, como lo es nuestro planeta.

3) Christian Parenti “’The Limits to Growth’: A Book That Launched a Movement: This mega-bestseller has been attacked repeatedly since its publication forty years ago, but its warnings about the climate were alarmingly prescient” The Nation, diciembre 24 2012. http://www.thenation.com/article/171610/limits-growth-book-launched-movement #

4) Joan Martínez Alier “Macroeconomía ecológica, metabolismo social y justicia ambiental” Revista de Historia Actual, Vol. 9, Núm. 9 (2011)

5) Parenti.

6) Lester Brown. http://www.chelseagreen.com/bookstore/item/limits_to_growth:paperback/praise /

7) Carmelo Ruiz Marrero “El Nuevo progresismo Latinoamericano y el extractivismo del siglo XXI” CIP Americas Policy Program, 31 de enero 2011 http://www.cipamericas.org/es/archives/3913; Ruiz Marrero “Gobiernos progresistas siguen apostando al extractivismo” Monitor de Energía y Ambiente de América Latina, 17 de octubre 2010 ; http://energyandenvironmentmonitor.blogspot.com/2010/10/gobiernos-progresistas-siguen-apostando.html