CARTA ABIERTA A LOS GOBIERNOS DE UE-CELAC

Bruselas, 10 de junio de 2015

Nosotras y nosotros, miembros y representantes de colectivos y organizaciones diversas de Europa y América Latina y el Caribe, reunidos en Bruselas con motivo de las Jornadas de Movilización por la Soberanía de los Pueblos frente al Poder de las Transnacionales y la Arquitectura de Tratados de Comercio e Inversiones, en ocasión de la Segunda Cumbre UE-CELAC,

Declaramos,

Nuestro profundo rechazo a las políticas neoliberales y de austeridad que se vienen aplicando en los países de la Unión Europea para resolver la crisis generada por un sistema financiero desregulado en extremo, que no piensa sino en obtener el mayor beneficio posible, vía el precepto de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas. De la crisis financiera se pasó a la crisis de la deuda de los Estados, y ahora a la crisis presupuestal de los Estados con austeridad. Más de 25 millones de habitantes de la UE, principalmente jóvenes, están hoy sin empleo o perdieron su trabajo, mientras que los bancos europeos han recibido ayudas multimillonarias. Denunciamos la actitud del FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, que buscan imponer los intereses de los acreedores al pueblo griego y el gobierno conducido por Syriza. Apoyamos sus movilizaciones y resistencia, así como respaldamos la auditoría pública de la deuda de ese país y la anulación de toda deuda ilegítima.

En el caso de los países de América Latina y el Caribe reclamamos un cambio sustancial de las políticas extractivistas que de México a Argentina, de Brasil a Bolivia, se han generalizado provocando la deposición de territorios, expropiación de tierras, desplazamiento de poblaciones y daños medioambientales.

Demandamos a los gobiernos la suspensión inmediata y definitiva de las negociaciones del Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión que la UE realiza con  los Estados Unidos, del Tratado de Comercio de Servicios (TISA) y de la Asociación Transpacífica (TPP) en el que participan varios países latinoamericanos. La firma de estos acuerdos tendría nefastas consecuencias no solo para los habitantes de Europa, América Latina y Estados Unidos, sino del mundo en general, al desreglamentar el empleo, la seguridad alimentaria, las leyes medioambientales, privatizar y/o desregular los servicios públicos, y otorgar mayores derechos a las empresas transnacionales y los inversionistas privados que podrían incrementar demandar a un Estado, lo que constituye un ataque directo a su soberanía.

La Segunda Cumbre UE-CELAC se desarrolla bajo el lema “Construir un futuro común, trabajando juntos por sociedades prósperas, inclusivas, cohesionadas y sustentables para nuestros ciudadanos”. No obstante, al continuar centrando esa relación en la multiplicación y desarrollo de Acuerdos de Libre Comercio – envueltos en los llamados “acuerdos de asociación” – dichos objetivos no pueden sino alejarse, diluirse e inducir nuestras sociedades hacia nuevas y más profundas crisis.

Exigimos una evaluación pública y democrática sobre los impactos que han tenido los Tratados de Libre Comercio (TLCs) con México y Chile, cuyos gobiernos se disponen a vender lo que queda de la economía nacional para atraer nuevos capitales e inversionistas. Llamamos a los gobiernos de los países del Mercosur a no reiniciar las negociaciones para la firma de un TLC con la UE. Reiteramos nuestra demanda contra la ratificación de los TLCs firmados entre la UE, Colombia, Perú y Centroamérica, en discusión en varios parlamentos europeos.

Reclamamos que los gobiernos de la CELAC y la UE reafirmen enérgicamente el principio de responsabilidades compartidas pero diferenciadas por el cambio climático y sus impactos, y que garanticen la aplicación estricta de ese principio en el nuevo acuerdo mundial sobre el combate al cambio climático que debe surgir de la próxima cumbre de Paris de diciembre de 2015.

Eso implica que los gobiernos europeos asuman metas estrictas de recorte de las emisiones de sus empresas a nivel mundial, sin mecanismos de mercado y sin mecanismos de compensación de emisiones, que eviten un mayor calentamiento del planeta; e implica que asistan financiera y tecnológicamente a los países latinoamericanos en sus esfuerzos de adaptación a los impactos y sus necesarias transiciones hacia economías justas, despetrolizadas y con garantía de derechos.

Reivindicamos la necesidad y urgencia de que los gobiernos se comprometan a participar de manera constructiva en la negociación del instrumento internacional vinculante en materia de empresas y derechos humanos, tal como lo aprobó el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en junio de 2014 (A/HRC/26/L.22/Rev.1), a fin de obligar a las empresas transnacionales a respetar los derechos humanos.

Nuestras luchas no solo son de resistencia, más que nunca necesaria ante los peligros sociales, económicos y ambientales que acechan nuestras sociedades, sino también para crear alternativas al comercio y las inversiones que respeten los derechos humanos y garanticen un verdadero desarrollo social, integral, justo, democrático y plural.

Lista de firmantes:

Alternative Information and Development Center (AIDC), Asamblea Nacional de Afectadas/os Ambientales (México), Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA), Attac Argentina, Brazilian Network on Peoples Integration (REBRIP), Committee for the Abolition of Third World Debt (CADTM), CADTM AYNA, Comunidades Construyendo Paz desde el Territorio – CONPAZ, Center of United and Progressive Workers (SENTRO), Copenhagen Initiative for Central America and Mexico (CIFCA), Collectif Venezuela 13 Avril, Bruxelles, Comité pour les Droits Humains “Daniel Gillard”, Corporate European Observatory (CEO), Ecologistas en Acción, Enginyeria Sense Fronteres, Enlazando Alternativas, Entrepueblos, France America Latina, Food First Information and Action Network (FIAN), Friend of the Earth Colombia (CENSAT), Friend of the Earth Guatemala (CEIBA), Friends of the Earth International, Friends of the Earth Latin America and the Caribbean, Friends of the Earth Uruguay (REDES), Global Campaign to Dismantle Corporate Power and Stop Impunity, European Network of NGOs Grupo Sur, Hemispheric Social Alliance (HSA), Institute of Policy Studies- Global Economy Project, International Cooperation for Development and Solidarity (CIDSE), Mémoires des Luttes France, Mouvement VEGA, Movement of Peoples Affected by Dams in Brazil (MAB), Movimiento Mexicano de Afectados por Presas y en Defensa de los Ríos  (MAPDER), Mundubat, Observatori del Deute en la Globalització (ODG), Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL, Paz con Dignidad), Oficina Internacional de los Derechos Humanos – Acción Colombia (Oidhaco), Party of the European Left, Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (LATINDADD), Red Mexicana de Accion frente al Libre Comercio (RMALC), Rosa Luxembourg Foundation Brussels, Solidaridad Suecia – America Latina (SAL), TIYE International (Black, Migrant and Refugee women in the Netherlands), Transnational Institute (TNI), WIDE +, World March of Women.

PETICIÓN INTERNACIONAL: PAREN TPP

¡No permita que las corporaciones se apropien de otro acuerdo comercial!

Las corporaciones están tratando de manipular el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP por sus siglas en inglés) — un tratado de libre comercio que se encuentra en plena negociación y que, de aprobarse, sería más grande que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) — para aumentar su poder sobre la economía mundial y así tener influencia sobre todo, desde sus derechos en el trabajo hasta los precios de sus recetas de medicamentos y la seguridad de los juguetes de sus hijos.

¡Envíe un mensaje a su ministro de Comercio!

“Por medio del presente le exhorto a suspender las negociaciones sobre el acuerdo TPP. Los ciudadanos tienen derecho a conocer el texto del TPP antes de que sea finalizado por los negociadores. Los Parlamentos y los ciudadanos de las Partes negociadoras del TPP deben tener la oportunidad de influir en el acuerdo antes de cerrarlo. Le pido que imponga una moratoria antes de continuar las negociaciones y haga público el texto ahora mismo. Asimismo, no deberá reabrir las negociaciones hasta que no se haya discutido plena y públicamente cuáles son las normas internacionales que mejor redunden en el interés de nuestros ciudadanos y se comprometa a velar por que cualquier TPP definitivo sea coherente con esta finalidad.

Un buen acuerdo debe anteponer a las personas ante todo mediante la aplicación de los derechos fundamentales del trabajo de la Organización Internacional del Trabajo, la protección del medio ambiente y de los servicios públicos, no permitir que se concedan derechos especiales a los inversores extranjeros para que puedan demandar a los gobiernos y con ello socavar las decisiones y las leyes locales, estatales y nacionales, así como promover un acceso asequible a los medicamentos vitales mediante reglamentos de patentes justos.

Concluir el TPP antes de dar a conocer públicamente sus devastadoras normas va en contra de una gobernanza abierta y participativa. Le insto a suspender las negociaciones y dar a conocer públicamente el texto del acuerdo TPP ahora mismo.”

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Celac-UE: Nuestros derechos no son negociables

IPS Noticias

El 10 y 11 de junio los jefes de Estado de 61 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión Europea (UE), que representan  a más de mil millones de personas, se reunirán para discutir cómo “modelar nuestro futuro común”.  Desafortunadamente, la Cumbre Celac-UE en Bruselas incluye en su agenda promover malos acuerdos comerciales y más privilegios  para las grandes empresas.

Muchos países europeos y latinoamericanos están actualmente  participando en negociaciones de acuerdos comerciales mundiales de gran envergadura  llevadas a cabo a espaldas del escrutinio público. Estos acuerdos son: la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP), el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA), el Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea y una amplia gama de Tratados Bilaterales de Inversión (TBI).

 

Los tratados de comercio e inversiones ya no aluden solamente a los aranceles de importación, también tratan gran variedad de asuntos que determinan cuáles son los alimentos que comemos, cómo es la energía que utilizamos y con qué capacidad cuentan los gobiernos para legislar a favor del interés general.

Tratados que son “caballos de Troya” 

Estos tratados son verdaderos “caballos de Troya” aunque difieren entre sí de muchas y complejas maneras; pero lo que todos tienen en común el atraso en décadas de avances hacia una mejor protección de nuestro medioambiente y nuestros pueblos, dotando a las grandes empresas de un poder extraordinario y sin precedentes sobre nuestras sociedades. Las normas que rigen asuntos tales como la seguridad alimentaria, las sustancias químicas tóxicas y la energía sucia se debilitarían significativamente en ambos continentes.

Uno de los componentes más injustos de estos tratados comerciales es la inclusión del proceso de “solución de diferencias entre inversores y Estados” (ISDS). Este sistema  permite a las empresas demandar a los gobiernos ante tribunales privados por políticas que interfieren en sus posibles ganancias. A nivel mundial, a finales de 2014 se conocían 608 diferencias entre inversores y Estados.

Algunos de los casos de diferencias entre inversores y Estados  más conocidos incluyen la multa de 16 millones de dólares impuesta a México por prohibir un vertedero de desechos tóxicos, la demanda de la gigantesca empresa tabacalera Philip Morris contra el gobierno uruguayo y su legislación en materia de protección de la salud frente al tabaquismo; y la demanda multimillonaria que enfrenta al gobierno alemán por su decisión no continuar con el uso de energía nuclear.

La razón que se emplea normalmente para justificar  estos derechos empresariales tan exagerados  es que “el proceso de solución de diferencias entre inversores y Estados es necesario para promover y proteger las inversiones”. Sin embargo, Brasil es el mayor receptor de inversión extranjera directa en América Latina, aunque su Congreso legislativo se ha negado a firmar tratados comerciales que incluyan el sistema inversores y Estado.

Los tribunales empresariales privados carecen de transparencia, independencia, imparcialidad y no ofrecen ningún derecho de apelación. Un exclusivo club de tan solo 15 árbitros, casi todos provenientes de Europa, Estados Unidos y Canadá, han tomado decisiones sobre  55 por ciento de todas las  diferencias entre inversores y Estados  conocidas relacionadas con tratados de inversión, según estadísticas del año 2012.

Sin embargo, estos tribunales privados que no rinden cuentas ante nadie continúan impartiendo multas por cientos de millones de dólares. El 9 de abril se le ordenó a Argentina pagar 405 millones de dólares a la empresa francesa Suez por cancelar su contrato y devolver a manos de empresas públicas el abastecimiento de agua.

Desafortunadamente, los nuevos acuerdos comerciales que muchos países de Europa y América Latina están negociando solo están fortaleciendo y expandiendo estos tribunales empresariales. Lo que estamos viendo es un profundo ataque contra la democracia y la soberanía de los Estados para legislar en favor del interés general.

Cambio de rumbo 

Sin embargo, hay un movimiento mundial creciente de grupos de la sociedad civil, sindicatos, agricultores y ciudadanos preocupados que trabajan juntos para frenar estos caballos de Troya.  Por ejemplo,  organizaciones que representan a millones de personas de toda Europa y América Latina también se reunirán esta semana en Bruselas para fortalecer sus estrategias mundiales en contra de los acuerdos de comercio e inversiones agenciados por las grandes empresas.

También están movilizados en una alianza mundial por un Tratado vinculante sobre empresas y derechos humanos, para que los derechos de los pueblos estén por encima de los privilegios a las trasnacionales que brindan los regímenes de libre comercio.

Algunos gobiernos, especialmente de América Latina, han comenzado a desvincularse de los tratados que incluyen derechos empresariales exagerados, y cuestionan el modelo neoliberal.  En 2013, Ecuador creó una Comisión para la Auditoría Ciudadana encargada de evaluar los tratados bilaterales de inversión del Ecuador y anuló acuerdos injustos con Finlandia, Suecia, Francia, Alemania y el Reino Unido.

El comercio dejó de ser un asunto periférico en Europa: más de 1.950.000 personas firmaron una petición en contra de la Asociación  Transatlántica de Comercio e Inversiones y decenas de miles de personas marcharon para protestar contra el TTIP. La localidad de Erkrath, en Alemania, y cientos de otros municipios de todo el continente también votaron y se declararon como ‘zonas libres de TTIP’. El nuevo gobierno de Grecia ya ha dicho que no ratificará el TTIP y muchos otros países de la UE han expresado gran preocupación por la cláusula inversionista-Estado.

Hace 10 años en Mar del Plata, en Argentina, otro “caballo de Troya” conocido como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) fue derrotado por la presión de fuertes movimientos sociales y el impulso de gobiernos progresistas.

Frente a la creciente desigualdad en nuestras sociedades, necesitamos un sistema comercial más justo que nos ayude a desarrollar sociedades sustentables. Este sistema tiene que apoyar las economías locales y las fuentes de empleo sustentables, un medioambiente limpio, mejor protección social y una producción de energía más responsable y alimentos para todos.

Mientras los líderes de Europa y América Latina se reúnen en Bruselas, los pueblos y movimientos sociales de ambas orillas del océano Atlántico sabemos que podemos frenar los regímenes actuales de comercio e inversión injustos y continuaremos denunciándolos hasta derrotarlos.

 

México: capitalismo del desastre

John Saxe-Fernández, La Jornada

Los «dos Méxicos», el de «casas nuevas» para los mandamás y el de «fosas nuevas» repletas de Tlatlayas y Ayotzinapas para amansar al resto (La Jornada, 14/4/15) son expresión brutal de lo que en La doctrina del shock Naomi Klein llamó capitalismo del desastre. Con un recetario desde 1982 a base de desregulación, privatización, austeridad a 99 por ciento y derrama fiscal a uno por ciento, el shock vía la guerra al narco se palpa en cerca de 150 mil muertos, más de 26 mil desaparecidos e inusitada, torpe y riesgosa represión ante resistencias y protestas legítimas. Como en San Quintín, por las reivindicaciones de trabajador@s agrícolas ante estremecedoras condiciones de explotación, que el neoliberalismo y el TLCAN llevan a todos los rincones de la Federación con su cauda de desempleo, hambre y represión con creciente intervención policial, militar y del espionaje extranjero, parte y parcela de la sombrilla de terror y seguridad para consumar el gran despojo consignado en las (contra) reformas estructurales.

Detrás de la privatización petrolera están, en la ronda uno, los negocios de petroleras de dentro (las menos): Pemex, la recién fundada Petrobal y Diavaz, entre otras, y las apetitosas ambiciones de firmas de fuera (las más): Exxon, Chevron. BP, Shell, Ecopetrol (Colombia), Cobalt International, Hunt Overseas, Total (Francia), Sierra Oil&Gas, BHP Billinton, Hess News, a quienes favorece –especialmente a las de Estados Unidos–, la Iniciativa Mérida y el programa de ajuste estructural entroncándolas con leyes secundarias, a mineras de aquí y de allá (Canadá, Australia) y a los intereses que codician la gestión del agua. Lo hacen con una atroz Ley de Aguas congelada hasta después de las elecciones de junio, por el fuerte rechazo popular que concita.

La radical contrareforma energética peñista parece calca de diseños de corte colonial de Exxon/Mobil y el Banco Mundial en África Occidental. Se asemejan hasta en la participación de Citigroup como uno de los bancos globales que, años ha, zopilotean el tan esperado festín a costa de México. Para facilitar operaciones especulativas a gran escala con la riqueza localizada en territorio bajo jurisdicción nacional, las reformas estructurales permiten a las mineras, receptoras de generosas concesiones (70 por ciento ya en manos extranjeras), que suman la friolera de 98 millones de hectáreas, para que, además del desastre humano y ambiental de la minería a cielo abierto, exploten los hidrocarburos, en especial los no-convencionales (gas y petróleo de lutitas, o shale) de enorme toxicidad, grave impacto medioambiental, atmosférico, sísmico, alta voracidad acuífera y territorial y una inviabilidad geológico-financiera que augura un mega-Fobaproa fósil, a lo bestia.

El saqueo neoliberal, llamado «proceso de cambio», causa destrozos al tejido social, expulsa la población de su territorio por medio de instrumentos policial-militares (y para-militares o de plano de empresas mercenarias de «seguridad») para consumar la incautación de los recursos naturales en ejidos, tierras y forestas comunales, mantos acuíferos, desvío o trasvase de ríos, de una cuenca a otra como en el acueducto Independencia con afectación grave a comunidades, los yaquis entre muchas.

Para perpetrar la incautación de los bienes comunes, la aplanadora legislativa PRI-PAN-Verde-Panal, busca su renovación, frente a lo cual sólo el voto podría desalojarlos del Congreso en junio, por ser un consistorio voraz, sumiso, corrupto y apátrida que entregó el gas y el petróleo y aprobó la vieja demanda imperial (y de EPN) para que agentes extranjeros puedan portar armas en México: toda una proeza anti-nacional de quienes Monsiváis dijo que eran «la primera generación de estadunidenses con nacionalidad mexicana» que recién arribaba al poder (1982) y que ahora en calidad de senadores, advierte Manuel Bartlett Díaz, «están cometiendo un atentado contra la nación mexicana, serán responsables de la integración del territorio nacional a las autoridades de EU».

Desde la perspectiva de la seguridad e integridad de México el riesgo de lo denunciado por el senador Bartlett no es asunto menor: es eje del diseño de seguridad imperial que ejecutan con entusiasmo el Ejecutivo y la aplanadora legislativa a través de lo que en verdad interviene, interfiere y acota nada menos que operaciones cruciales al monopolio del ejercicio de la violencia legítima sobre el territorio nacional, mientras grandes firmas realizan un «cercamiento» de enorme calado, mayor al despojo territorial de los años 40 del siglo XIX, vía la privatización y dislocación de la vasta y multimillonaria infraestructura desplegada (desde 1938) en grandes complejos económico/territoriales en los que Pemex y CFE realizan operaciones vitales a la seguridad e integridad de la nación. Ambas entidades, ahora «empresas productivas del Estado», están bajo alevosa agresión fiscal de los hacendistas locales (FMI), para llevarlas «a un punto de venta».

jsaxef.blogspot.com

Charla: Tratados internacionales e inversión extranjera ¿beneficios o perjuicios para el ambiente?

Lugar y fecha: Foro Cultural Kinoki, miércoles 27 de mayo a las 6:30 pm

México es uno de los países con más tratados comerciales firmados y con inversión extranjera, el estado le ha apostado a una economía sin prever el futuro y sus impactos, lo que ha provocado una problemática que valdría la pena analizar para conocer las repercusiones económicas y ambientales para el país. Te invitamos a la charla «Tratados internacionales e inversión extranjera ¿beneficios o perjuicios para el ambiente?”

Ponente: Mtro. Paul Marquez García, presidente del Foro Mexicano en Docencia Jurídica, Licenciado en Derecho por la Universidad de Chiapas, Maestro en Derecho Empresarial y Fiscal, Cum Laude, por la Universidad Iberoamericana Campus Puebla.

“Máxima apertura” en la renegociación del tratado comercial de México con la UE

Altos funcionarios de la UE han manifestado su exigencia de reforzar en un nuevo acuerdo con México la protección de los derechos humanos, el medio ambiente y los derechos laborales

Marco Appel, revista Proceso

El pasado 11 de mayo –acompañada por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo–, la comisaria de Comercio de la Unión Europea (UE), Cecilia Malmström, anunció que finalmente solicitará a los Estados miembros de ese bloque regional el mandato para que la Comisión Europea pueda negociar una ampliación del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación (o Acuerdo Global) con México, que entró en vigor en 2000. La comisaria precisó que lo hará entre octubre y diciembre de este año.

La primera “reunión exploratoria” con el propósito de modernizar el Acuerdo Global se realizó en Bruselas entre funcionarios de ambas partes el 23 de octubre de 2013. A partir de entonces, grupos políticos europeos, principalmente españoles, presionaron para que el proceso de negociación con México tuviera lugar antes de que llegara una nueva administración en la Comisión Europea tras las elecciones europarlamentarias de mayo de 2014, lo cual no sucedió.

En un debate sobre el tema realizado el 14 de enero de 2014 en el Parlamento Europeo, el entonces eurodiputado del grupo del Partido Popular Europeo, José Ignacio Salafranca, reprendió al vicepresidente de la Comisión Europea, Siim Kallas, a quien le advirtió que no podía “seguir perdiendo el tiempo”: “Tenemos que impulsar la adopción de unas directivas de renegociación del acuerdo con México: todo lo que no vaya ni milite en esa dirección, no beneficia los intereses de los ciudadanos y de las empresas de la UE”.

Luego del encuentro que sostuvo Guajardo con Malmström el 11 de mayo, la Secretaría de Economía indicó en un boletín de prensa que el anuncio sobre la conclusión del documento que necesita la comisaria europea para solicitar el mandato de negociación, el llamado ‘Estudio de Visión Conjunta’ (Joint Vision Report), podría darse durante la visita del próximo 12 de junio del presidente Enrique Peña Nieto, que asistirá a la Cumbre UE-Latinoamérica y el Caribe a celebrarse en la capital belga. En declaraciones a los periodistas, Guajardo incluso anticipó que las negociaciones formales podrían arrancar “a más tardar” el último trimestre de este año.

A la eurodiputada Dita Charanzová le sorprende la celeridad con que la parte mexicana está manejando las etapas del procedimiento. Ponente para las relaciones con México de su bancada en el Parlamento Europeo, la Alianza de los Demócratas y los Liberales por Europa –el tercero más numeroso del hemiciclo–, la legisladora checa explica a Apro que el tiempo que tomaría la discusión para otorgar el mandato al Consejo (el órgano de representación de los 28 gobiernos nacionales de la UE) y la preparación administrativa del mismo, incluyendo su traducción a varias lenguas, normalmente llevarían el comienzo de las negociaciones hasta el año entrante.

“Quisiera decir que sí (comenzarán las negociaciones este año), pero, basándome en las informaciones que tengo, no creo que así sea”, señala Charanzová. Anota que, además, una vez que los representantes de México y la UE hayan terminado el ‘Ejercicio de Alcance’ (Scoping Exercise), en el que cada parte pone sobre la mesa prioridades y ofrecimientos de liberalización de sus mercados y que sirve para realizar el ‘Estudio de Visión Conjunta’, falta que la parte europea elabore una evaluación del Acuerdo Global. “Y eso –observa la eurodiputada– suele tomar más de cuatro meses”.

Negociación vasta

La ampliación del acuerdo abarcaría sectores de la economía mexicana que ofrecen jugosos negocios a los europeos y no tanto a la inversa.

En octubre de 2013, el subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Francisco de Rosenzweig, adelantó en Bruselas que el gobierno de Peña Nieto busca una apertura plena de los mercados a los productos agropecuarios y pesqueros, así como una ampliación de los capítulos de inversiones y servicios, en especial, precisó, en el campo de las telecomunicaciones y de los servicios profesionales, aéreos y marítimos.

El citado comisario Kallas hizo público que en febrero de 2014 se abordaron otras temáticas de particular interés para los europeos: licitaciones públicas, leyes de competencia, protección de las inversiones y energía.

Respecto a este último punto, y dada la activa promoción internacional de la reforma energética por parte del gobierno de Peña Nieto para amarrar negocios, resalta el hecho de que en una gira de trabajo en Bruselas el 21 de abril último, el canciller mexicano José Antonio Meade se entrevistó no sólo con su contraparte europea Federica Mogherini, sino también con el comisario de la Unión Energética, Maros Sefcovic, entre cuyas responsabilidades está la de diversificar las fuentes de importación de energéticos de la UE.

Guajardo reiteró ante la prensa acreditada en Bruselas que el gobierno mexicano pretende abrir “lo máximo posible” los sectores agrícola y de servicios, e incluir capítulos “modernos” como comercio electrónico o coherencia regulatoria, pero no abundó en detalles.

A ese respecto, un estudio del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), presentado el 11 de mayo en la capital belga, concluyó que para México las mayores ventajas de un acuerdo ampliado están en el sector agrícola, e identifica algunos productos: plátano, jitomate, espárragos, maíz, chícharos, aceitunas, champiñones, alubias, alcachofas, azúcar y dulces.

El mismo estudio ubica algunas mercancías europeas con potencial, pero sobre todo recomienda a los europeos hacer inversiones en los sectores energético y de telecomunicaciones de México, que tras su apertura al capital privado experimentarán “un crecimiento potencial a mediano plazo”.

Para animar más a los inversionistas, el documento del BBVA advierte que los costos laborales de México son 20% más bajos que los de China, lo que lo vuelve más “competitivo”, y mejor aún, remarca el banco español, si se considera que la población mexicana en edad de trabajar está en aumento y el peso se ha devaluado 90% desde 2000, mientras que el yuan ha ganado 24% de su valor en el mismo periodo.

México –donde el costo del trabajo es de 6.8 dólares por hora en el sector manufacturero– “está bien posicionado” respecto a otras naciones, presume el banco español en su estudio. Menciona que en Brasil ese monto es de 10.7 dólares, en España de 28.1, en Estados Unidos de 36.3, en Canadá de 36.9 y en Alemania de 49 dólares.

La presentación de ese estudio –celebrada en la sede de un ‘think tank’ de Bruselas y que corrió a cargo de Carlos Serrano Herrera, jefe economista del BBVA– fue apadrinada por la comisaria Malmström y el propio Guajardo, y formó parte de las actividades oficiales del secretario el pasado 11 de mayo.

Puntos sensibles

La eurodiputada Charanzová explica que los representantes mexicanos pretenden que el ‘Ejercicio de Evaluación’ se limite a la presentación de las ideas principales y que sea en la negociación formal cuando se detallen, lo cual, comenta, es “inaceptable” para la contraparte europea, que desea lo contrario.

Charanzová pone como ejemplo el asunto de las compras públicas, que salió a relucir el 11 de mayo durante una reunión a puerta cerrada del Grupo de Monitoreo sobre México del Comité de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, al cual ella asistió. La UE, narra, está pidiendo a las autoridades mexicanas que se comprometan desde ahora a abrir el mercado de compras públicas a todos los niveles de gobierno, no sólo federal. Pero el gobierno de México discrepa con esa solicitud, pues arguye que el gobierno federal ejerce la casi totalidad del gasto público. También los europeos solicitan a México que acepte ya proteger las indicaciones de origen de sus productos y luchar contra las copias piratas en su territorio, señala Charanzová.

Otro tema espinoso es el relacionado con las garantías individuales. Sobre todo después de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, altos funcionarios de la UE han manifestado su exigencia de reforzar en un nuevo acuerdo con México la protección de los derechos humanos, el medio ambiente y los derechos laborales mediante la introducción de un capítulo sobre desarrollo sustentable. Así lo confirmó a este corresponsal la comisaria Malmström, haciendo hincapié en la inclusión a este capítulo de los derechos humanos.

En el Parlamento Europeo, donde se someterá a aprobación el acuerdo ampliado con México una vez que su negociación haya finalizado, varias fuerzas políticas están exigiendo la creación de mecanismos más estrictos de protección a los derechos humanos.

El eurodiputado británico David Martin, portavoz del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas –el segundo más numeroso de la institución–, advirtió la semana pasada en un comunicado de prensa que su bancada “presionará para que se incluya una fuerte cláusula de respeto a los derechos humanos, y para que haya compromisos vinculantes en el capítulo de desarrollo sostenible”.

Charanzová dice que “se necesita una referencia o un capítulo de derechos humanos” para “poder mejorar la situación en México” en esa materia. Los más críticos del gobierno peñista son el grupo de los Verdes Europeos y el de la Izquierda Unitaria Europea, que no aprueban la ampliación del acuerdo en un contexto de represión y de graves violaciones a los derechos humanos en el país.

Consultado sobre la posición del gobierno mexicano al respecto, Guajardo se limitó a contestar que el tema de los derechos humanos no es de su competencia.

Insistencia mexicana

El gobierno de Peña Nieto fue insistente en la ampliación del acuerdo bilateral, según se desprende de la correspondencia que funcionarios mexicanos sostuvieron recientemente con Malmström y a la que Apro tuvo acceso.

El 7 de octubre pasado, poco después de que la comisaria fue propuesta al frente de la cartera de Comercio de la Comisión Europea, el secretario Meade le hizo llegar una misiva a la funcionaria europea. En ella, luego de felicitarla por su “nombramiento” –el cual se dio oficialmente hasta el 22 de octubre siguiente con la autorización del Parlamento Europeo–, el secretario mexicano planteó el interés del gobierno peñanietista de avanzar en las negociaciones.

En esa breve carta, dirigida prematuramente a la “Comisaria de Comercio” (Malmström ocupaba en ese momento el puesto de comisaria de Asuntos de Interior), Meade subraya su confianza en que ella generará “un ambiente propicio para iniciar las negociaciones encaminadas a actualizar el marco jurídico entre México y la UE”. Enfatiza que ello “permitirá estrechar nuestros lazos comerciales y de inversión, fortalecer nuestro diálogo político y abrir nuevos horizontes en materia de cooperación”.

El embajador mexicano ante la UE, Juan José Gómez Camacho, envió una segunda carta a Malmström el 23 de octubre –el día posterior a su investidura como comisaria de comercio–, en la que insiste que para el gobierno priista “es de mayor importancia” aumentar “la contribución positiva que tiene el comercio y las inversiones extranjeras directas en el crecimiento y el empleo”, y “avanzar favorablemente en las negociaciones” para la ampliación del Acuerdo Global.

Malmström agradeció la felicitación de Meade hasta el 28 de noviembre, una vez que inició su nueva función el primer día de ese mes. En su respuesta expone que las instituciones europeas “coincidían” en “el deseo de México de proceder a una modernización amplia y altamente ambiciosa del marco jurídico” del acuerdo, “incluso comercial y de inversión”, subrayó la comisaria, quien expresó su confianza en que el ‘Estudio de Visión Conjunta’ será elaborado “con el alto nivel de ambición acordado desde el principio”.

En otra comunicación epistolar, fechada el 31 de marzo último y dirigida al secretario de Economía Guajardo Villareal, la comisaria se refiere a una primera conversación telefónica que en diciembre anterior sostuvo con él. Malmström hace notar que en esa llamada, ella fue la que “escuchó los argumentos” del secretario mexicano “acerca de la necesidad de modernizar el acuerdo de asociación México-UE”. La comisaria incluso le informa posteriormente que una “versión revisada” del ‘Estudio de Visión Conjunta’ acababa de ser remitida por los negociadores europeos al gobierno mexicano.

Bajo el TTIP, más de 75.000 empresas podrán doblegar la voluntad de los gobiernos

TTIP, EL SECUESTRO DE LA DEMOCRACIA

Verónica Gómez, nuevatribuna.es
Comisión Internacional de ATTAC

El tratado entre EEUU y Europa supondrá el final del modelo social europeo y un golpe de estado por parte de las corporaciones que terminará por hacer añicos nuestras ya precarias democracias.

Hasta la fecha, es preocupante el bajo perfil de las noticias relacionadas con el TTIP en los medios de comunicación, el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión que están negociando la UE y los EEUU en el secretismo más absoluto y cuyos objetivos podrían tener un impacto dramático en la calidad de vida de los ciudadanos y la democracia.

El TTIP pretende la creación de una zona de libre comercio e inversión que englobaría la UE y EEUU. Uno de sus focos de interés está en eliminar las “barreras” a la libre circulación de productos y servicios, que no es otra cosa que la degradación de las normas, salvaguardas y estándares sociales y medioambientales que se han conseguido a la lo largo de luchas generacionales. Sin embargo, este artículo no se va a centrar en esta cuestión de hondo calado y mayor impacto, sino en el segundo foco de interés del TTIP: la creación de procesos paralelos totalmente al margen de los parlamentos, la ciudadanía y el control democrático, que otorgan un poder inusitado a las multinacionales en detrimento del interés general y la soberanía de los gobiernos para regular a favor del interés público.

Para ello cuentan con dos estrategias. La primera es la creación del “Consejo de Cooperación Regulatoria Transatlántica”. Este instituto transnacional, y sin precedente histórico, tiene como propósito que un puñado de funcionarios y representantes de las corporaciones se sienten a la mesa para que, a puerta cerrada y totalmente al margen del debate público y el interés general, se siga desregulando en aquellos sectores donde no se haya alcanzado un acuerdo tras finalizar las negociaciones del TTIP. Más allá todavía, el objetivo es que todas las nuevas normas y regulaciones sean supervisadas primero desde su impacto sobre el comercio y deban ir acompañadas de un informe que asegure que los legisladores no adoptan medidas que van en detrimento de los grandes negocios. Es decir, medidas perfectamente legítimas para salvaguardar la salud pública, proteger el medioambiente, apoyar a las empresas nacionales frente a las extranjeras, apoyar a las PYMES, luchar contra la crisis, o promover modelos productivos alternativos, podrían ser rechazadas o“suavizadas” para asegurarse de que las grandes corporaciones siguen haciendo negocio. Mientras tanto, aquellas medidas que favorezcan a éstas, se presentarían como un acuerdo sin espacio para ninguna modificación. Por lo tanto, este consejo tiene el poder de substraer las nuevas propuestas normativas del debate público, modificarlas en el mejor interés de las multinacionales, y presentarlas justo después, como el resultado lógico de acuerdos previamente alcanzados entre los lobbies, autoridades de EEUU y la UE y un grupo de funcionarios no responsables frente a la ciudadanía.

Por si esto no fuera suficiente, el TTIP incluye el ISDS, un mecanismo que otorga a las corporaciones el poder de demandar a los gobiernos de un país cada vez que aprueben una ley que contravenga sus intereses, fuera de su sistema legal y en tribunales ad hoc, donde 3 abogados privados deciden, arbitrando normalmente a favor de las multinacionales, y obligando a los gobiernos a pagar demandas millonarias con el  dinero de los sufridos contribuyentes. Así viene ocurriendo en los 10 últimos años. Vattenfall demandó al gobierno alemán por querer desmantelar dos de sus plantas nucleares tras el accidente de Fukushima por 3.700 millones €, Philip Morris a Uruguay por lanzar una campaña para reducir el consumo de tabaco, 2.000 millones $, Argentina recibió más de 40 demandas (1.000 millones $) por congelar los intereses de los servicios de agua y electricidad para que fueran asequibles en época de crisis, y así un largo de etcétera. Bajo el TTIP más de 75.000 transnacionales podrían usar el ISDS para doblegar la voluntad de los gobiernos e impedir leyes a favor del interés público.

García Bercero, aseguró a su homólogo estadounidense que los documentos de las negociaciones no serían públicos hasta pasados 30 años, y hay razones de sobra para que así sea, el TTIP supondría el final del modelo social europeo y  un golpe de estado por parte de las corporaciones que terminaría de hacer añicos nuestras ya precarias democracias.

¿Puede el poder de las multinacionales amenazar la democracia?

Michael Robinson, BBC

En muchas partes del mundo, cada vez más personas están saliendo a las calles para protestar contra un enemigo común: los tratados comerciales internacionales que permiten que compañías multinacionales demanden a los gobiernos cuyas políticas perjudican sus intereses.

Ese derecho, conocido como arbitraje de diferencias estado-inversor (ISDS, por sus siglas en inglés), amenaza la democracia, acusan sus opositores.

Pero, ¿qué es y por qué causa tanta controversia?

Las naciones industrializadas concibieron los ISDS en los años 60 como una manera de proteger las inversiones de sus compañías contra riesgos como las nacionalizaciones en los países extranjeros en los que operaban.

Quienes apoyan la herramienta alegan que es un foro imparcial y justo para arbitrar disputas entre los inversores y los Estados y, de ser apropiado, para decidir el monto de la compensación que deben recibir los inversores.

Dicen además que ISDS alientan a las multinacionales a invertir en países que de otra manera evitarían por miedo a no tener la posibilidad de una audiencia justa en los tribunales locales.

¿Cómo funciona?

Para que una inversión esté protegida por ISDS, tanto el país en el que se hizo como el país de donde proviene el inversor deben haber acordado su uso. Eso se hace normalmente cuando los países firman tratados de inversión.

En la actualidad existen alrededor de 3.200 tratados de inversión en el mundo. La mayoría les confiere a los inversores el derecho de valerse de ISDS.

Hasta ahora, se han iniciado aproximadamente 600 acciones, aunque no todas son reportadas. El número de casos ha crecido significativamente en años recientes.

Cada caso es juzgado por un panel de tres árbitros, seleccionados por el gobierno y el inversor involucrados en el caso de una corta lista de abogados especializados. Los tribunales se pueden reunir en cualquier lugar que le convenga a las partes, y las decisiones se basan en lo estipulado en los tratados más que en las leyes nacionales.

Los casos pueden tomar años en resolverse y son costosos. Además de pagar los honorarios de los árbitros, cada parte tiene que emplear su propio equipo de abogados para defenderse.

Incluso cuando los gobiernos ganan –como ha sucedido en cerca de un 40% de los casos conocidos– a menudo tienen que pagar sus propios gastos: en promedio US$4,5 millones por caso.

Cuando los inversores ganan, los árbitros pueden conceder indemnizaciones por daños. No se puede apelar el monto, que puede alcanzar los cientos de millones y, en algunos casos, los miles de millones de dólares.

¿Por qué los opositores aseguran que ISDS favorece a los inversores?

Los oponentes dicen que es más fácil para los inversores extranjeros atacar las políticas del gobierno usando ISDS de lo que sería hacerlo a través de incluso los sistemas nacionales mejor establecidos y más confiables.

En primer lugar, reclaman que ISDS les da una opción adicional para oponerse a las políticas gubernamentales.

Un ejemplo a menudo citado ocurrió luego de que Australia aprobara una ley en 2011 requiriendo que los cigarrillos sólo se pudieran vender en paquetes sin logos.

Philip Morris y un grupo de otras multinacionales de tabaco disputaron la legislación en las cortes australianas sin éxito. Para la ley local, ese era el final de la historia. Sin embargo, Philip Morris pudo lanzar otra acción -que aún está en pie- gracias al acuerdo de ISDS.

Los opositores a ISDS también denuncian que estos favorecen a los inversores extranjeros en detrimento de los nacionales.

En Alemania, tras el desastre de la planta nuclear de Fukushima en Japón, el gobierno anunció que iba a eliminar gradualmente la energía nuclear.

Por ello, Alemania fue demandada usando ISDS por pérdida de ganancias por la compañía estatal sueca Vattenfall, que tiene dos plantas nucleares en copropiedad con la gigante alemana E.ON.

Como es sueca, Vattenfall cuenta como inversor extranjero en Alemania y puede usar ISDS para que le concedan una indemnización. Como empresa alemana, E.ON no puede hacer lo mismo, a pesar de que ambas son grandes firmas europeas que enfrentan las mismas pérdidas potenciales en las mismas plantas nucleares como resultado de la misma política gubernamental.

¿Por qué los opositores argumentan que ISDS amenaza la democracia?

Los oponentes dicen que ISDS puede desalentar a los gobiernos a la hora de aprobar medidas en beneficio del medio ambiente o la salud o seguridad de la población, por ejemplo, por miedo a que esas políticas disparen demandas de los inversores extranjeros.

Y mientras que los países más ricos pueden darse el lujo de defenderse, el costo puede ser un gran problema para las naciones más pobres.

Durante cinco años, El Salvador -uno de los países más pobres de Centro América- ha estado luchando contra una demanda hecha por una compañía minera canadiense porque el país declaró una moratoria en las licencias de minería. San Salvador tomó esa decisión debido a la preocupación por el riesgo potencial a la calidad del agua potable debido a las operaciones de minería.

La firma canadiense reclama US$250 millones por daños, lo que representa las ganancias que dice habría acumulado si le hubieran concedido una licencia.

Esos US$250 millones equivalen a casi el 5% del presupuesto total del gobierno de El Salvador.

Aunque el arbitraje al final no favorezca a la multinacional, los opositores de ISDS señalan que el temor a estas acciones hace que muchos de los países duden antes de implementar medidas que beneficien a la población.

Por eso algunos países, particularmente en Latinoamérica, están considerando ponerle fin a sus pactos. Otros, incluyendo Sudáfrica, ya lo empezaron a hacer.

A esos países les tranquiliza el ejemplo de Brasil que, aunque nunca ha firmado un tratado de ISDS, recibe un flujo grande de inversión extranjera.

Si los ISDS existen desde hace décadas, ¿por qué de repente son un gran problema?

Durante años, aunque los tratados se firmaban, pocas eran las demandas que se presentaban. La investigación académica indica que la mayoría de los países solían considerar estos acuerdos como poco más que muestras de buena voluntad diplomática.

A finales de los 90, sin embargo, los abogados empezaron a darse cuenta del potencial de los ISDS y empezaron a aconsejarles a los inversores que los usaran. El número de casos aumentó bruscamente.

Las protestas actuales se deben a la propuesta de incluir provisiones ISDS en dos tratados comerciales: la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI) y el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica.

Protestar, ¿sirve de algo?

Parecería que sí.

En enero, la comisión de la UE reveló que de las 150.000 respuestas a una consulta popular sobre el tratado con EE.UU., 97% eran en contra.

En las negociaciones del ATCI, la comisaria de comercio de la UE, Cecilia Malmstrom, está tratando de limitar el alcance de ISDS. Propone darle a los gobiernos el «derecho a regular» sin la amenaza de una ataque ISDS, y eximir asuntos de interés público general como la salud y el medioambiente.

Si lo logra, espera que el nuevo acuerdo se convertirá en el «estándar de oro» para ISDS y que eventualmente reemplace las provisiones en miles de tratados existentes.

Pero algunos comentadores creen que las exigencias de la UE harán que las negociaciones fracasen y que no se firme el tratado.

Llamamiento de acción global para detener los Tratados de libre comercio e inversiones

Día mundial de acción – 18 de abril del 2015

Las personas y el planeta antes que el beneficio corporativo
Llamamiento de acción global para detener los Tratados de libre comercio e inversiones

Nosotras y nosotros, organizaciones de la sociedad civil, sindicalistas, campesinas y campesinos, jóvenes, hombres y mujeres activistas de movimientos de todas partes del mundo, llamamos a un Día global de acción a realizarse el 18 de abril del 2015 con el fin de parar los acuerdos de libre comercio e inversiones y promover una economía que
funcione para las personas y el medio ambiente.

 

A lo largo de las últimas décadas, las empresas transnacionales y los gobiernos han impulsado tratados de libre comercio y de inversiones a espaldas de los ciudadanos, vulnerando nuestros derechos y los del medio ambiente.

A lo largo de las últimas décadas, hemos luchado por la soberanía alimentaria, por nuestros bienes comunes, por la defensa de nuestros empleos, nuestros territorios, las libertades en internet, mientras exigíamos democracia. En el camino, hemos crecido como movimiento, hemos logrado que escuchen nuestras voces y hemos logrado muchas victorias.

Entre todas y todos, podemos parar los acuerdos que se están negociado y trabajar para revertir los impactos nocivos de los tratados pasados. Juntas impulsamos nuestras alternativas que se fundamentan en la primacía de los derechos humanos por encima de los privilegios y beneficios de las grandes empresas.

Hacemos un llamamiento a las organizaciones, personas y alianzas a participar en la jornada para organizar acciones descentralizadas en los cinco continentes. Nos acogemos a una diversidad de tácticas y acciones solidarias en todo el planeta que contribuyan a informar y sensibilizar, fomentar la participación y fortalecer la movilización de la gente, rumbo a un nuevo modelo económico y de comercio que funcione para el beneficio de todas las personas y el planeta.

Únase a la lista automática del Día mundial de acción
y participe en las discusiones estratégicas !
Envía un mensaje a 18a-subscribe@lists.riseup.net para inscribirse !

  • Se invita a los grupos a que traduzcan, adapten y modifiquen el presente llamamiento en función de sus propias movilizaciones.
  • También se informa que los grupos tienen toda la libertad de elegir un día distinto de la semana si consideran que es más indicado para sus objetivos de movilización.

ATP: asalto secreto del 1%

John Saxe-Fernández. La Jornada

Una de las razones por las que deben saber que el Acuerdo TransPacífico (ATP) es importante es que traten de aprobarlo sin que nadie se entere…los que apoyan (al ATP) siempre dicen que van a crear empleo. Si fuera verdad, los sindicatos estarían a favor, pero la gente que lo impulsa es la de Wall Street. Así se expresó el economista Joseph Stiglitz, luego de hacer una reflexión crítica del ATP ante un auditorio neoyorkino: alertando a organizaciones comunitarias y sindicatos, agregó que Michael Froman, el representante comercial del gobierno de EU en esas negociaciones, viene de Citibank (dueño de Banamex) y no representa a los trabajadores ni al ciudadano común, sino a un grupo de interés especial, por lo que, dice Cynthia Phinney, del Sindicato de Electricistas de Maine, “es menester la revisión y discusión parlamentaria del ATP oponiéndose a la vía rápida (fast track) llamada autorización para promover el comercio.

La vía rápida permite que Obama presente un texto al Congreso, cocinado en lo oscurito, en tiempo limitado de debate, sin modificar el articulado y con una votación en bloque, positiva o negativa. Como las negociaciones se realizan en secreto y México es parte de ellas, cabe resaltar la importancia (y a pesar de todo) exigir transparencia incluso a un gobierno tan opaco y entreguista como el del PRI: lo que están pactando con poderosas corporaciones extranjeras, a puertas bien cerradas, va mucho más allá de asuntos comerciales o de negocios. Hacen componendas con la vigencia de la Constitución, fundamento del estado de derecho en territorio nacional o lo que van dejando los neoliberales de leyes, regulaciones y directrices de corte nacional en materia laboral, ambiental, del consumidor y de arbitraje.

Documentos divulgados por Wikileaks (http://goo.gl/1zg0Q5) desde La Jornada (26/3/15) ofrecen evidencia de que, como advierten analistas varios, el ATP es un TLCAN en esteroides: concede a inversionistas privilegios y derechos por encima de las leyes –y empresas– nacionales, asentando normas y tribunales supranacionales como el centro internacional establecido por el Banco Mundial para dirimir las disputas entre inversionistas extranjeros y los estados firmantes (Icsid, siglas en inglés). Todas las ventajas jurídicas van para las corporaciones de fuera, quedando a su merced, según demuestra Manuel Pérez Rocha L., en sustancioso artículo, toda regulación de interés público que pudiera reducir sus ganancias. El mecanismo no es equitativo: Los gobiernos o las comunidades afectados por inversionistas extranjeros no pueden presentar demandas. Igualmente problemática es la frecuente opacidad en las operaciones de estos tribunales(NYT, 3/12/14). Pérez Rocha recuerda que países, de Indonesia a Perú, enfrentan juicios de las trasnacionales y que México y Canadá ya han perdido o llegado a acuerdos en cinco oportunidades cada uno, pagando cientos de millones de dólares a empresas extranjeras, sin olvidar pérdidas semejantes en Centroamérica, ni los mil 770 millones cobrados a Ecuador por cancelar un contrato a Occidental Petroleum, o los mil 600 millones a favor de Exxon que Icsid ordenó a Venezuela pagar por nacionalizar proyectos petroleros. Y aún en el Icsid hay 200 casos pendientes(Ibídem).

Los pocos documentos del ATP que conocemos, analizados por Lorry Wallach de Public Citizen, muestran que mejor prestar atención a la advertencia de Stiglitz: el secretismo es mayúsculo porque la embestida del uno por ciento es de fondo y de magnitud mayor: van por todo. Phinney revela que sólo aquellos con autorización especial pueden ver los textos y luego de revisarlos, no pueden discutir lo leído. Aún más, “la mayoría, si no es que todos, los consejeros con acceso –a los documentos– son representantes de las corporaciones. Habrá uno que otro líder sindical. Pero ni siquiera pueden discutir lo que saben con miembros de su sindicato”. Peor aún “…sólo pueden ver los textos que (Froman) considere que son relevantes a su área de interés”. Para Billy Engel, electricista de Nueva York, “estos tratados van a barrer con nuestras leyes…muchos derechos laborales y sindicales serán totalmente borrados de inmediato”, una opinión que contrasta con la displicente postura de Paul Krugman, quien desatiende sin más el impacto del ATP en los derechos laborales (NYT, 26/3/15) aunque reconoce que el ATP no promete nada bueno para EU o el mundo.

Tal vez sea generoso asumir que esa preocupación por el mundo tiene que ver, además de los derechos del consumidor, con la campaña del cabildo fósil contra acuerdos vinculantes en materia de medio ambiente, en particular en relación con la urgente necesidad de limitar severa e inmediatamente emisiones de gases con efecto invernadero, base de las ganancias de las Exxon/Mobil de este mundo. Quizá en Krugman la palabra world refleje preocupación por la humanidad ante un planeta en colapso climático antropogénico.

jsaxef.blogspot.com

Asociación Transpacífica: garantizar ganancias e impunidad

El Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, impulsado formalmente por el gobierno de Estados Unidos parece ser un cheque en blanco para el gran capital. En secreto, los gobiernos firman impunidad para las grandes empresas y los bancos de Wall Street. El objetivo del documento: eliminar cualquier ley o regulación que se interponga en el camino de las ganancias de las trasnacionales.

Vía Revista Contralínea

Martha Andrés Román/Prensa Latina

La Cuba. El Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por su sigla en inglés), en cuyas negociaciones participan hasta el momento 12 países, continúa generando una creciente polémica, motivada por las dimensiones del pacto y el secretismo con el cual se ha abordado.

El mecanismo, encabezado por Estados Unidos, incluye además a la tercera economía del orbe, Japón, y a Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

Todos ellos tienen una población conjunta de 792 millones de personas y representan alrededor del 40 por ciento del producto interno bruto mundial, lo que podría convertir al TPP en el principal pacto de libre comercio de la historia.

El gobierno estadunidense espera que el instrumento, aún en proceso de negociación después de varios años, pueda complementarse con otro proyecto tremendamente ambicioso e igual de controvertido: la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión con la Unión Europea.

Las rondas de conversaciones sobre el TPP comenzaron en 2010, y aunque el objetivo era sellar el acuerdo en 2013, ese plazo no fue suficiente, debido, en gran medida, a la fuerte oposición generada en diferentes sectores de los territorios involucrados.

El pasado año la Casa Blanca señaló la meta de concretar el convenio durante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, celebrado en China en noviembre último, pero nuevamente ese intento resultó fallido y varios analistas se atreven a señalar, incluso, que hasta 2017 es improbable su aprobación.

Puntos polémicos y secretismo

Aunque Estados Unidos ya tiene acuerdos comerciales con seis de los países comprendidos en la propuesta del TPP, uno de los mayores premios del instrumento es la posibilidad de una apertura con Japón, según consideran varios analistas.

Sin embargo, el convenio no está destinado sólo a desmantelar barreras comerciales, sino que abarca gran gama de asuntos, lo cual constituye una de las principales causas de la avalancha de críticas que ha recibido.

Impacto ambiental, salvaguardas laborales, fijación de precios de medicinas, normas relativas a patentes y la capacidad de los inversores de eludir las leyes nacionales son algunos de los temas incluidos en los textos preliminares del instrumento.

Para Arthur Stamoulis, director ejecutivo de la Campaña Ciudadana para el Comercio Justo, el presidente estadunidense, Barack Obama, sigue incumpliendo los plazos del TPP porque está impulsando una agenda extremadamente impopular, con el objetivo de beneficiar a grandes corporaciones.

Según el líder de la organización contraria al pacto, tanto la sociedad civil como los parlamentarios de naciones con costas en el Pacífico están empezando a darse cuenta de que el mecanismo será una mala noticia para sus Estados, con repercusiones en áreas como la economía, el medio ambiente y la salud pública.

Uno de los puntos que ha generado mayor polémica y está considerado entre los más sensibles del TPP es el relacionado con la propiedad intelectual, un capítulo que abarca desde los precios de los medicamentos hasta la libertad con la cual las personas navegan por internet.

En ese apartado se propone cambiar el plazo de protección de los derechos de autor: si actualmente una obra permanece amparada durante 70 años y luego pasa a ser patrimonio público, la petición estadunidense es aumentar el plazo a 95 años, lo que no es respaldado por varios territorios.

A finales de 2013, el portal digital Wikileaks denunció que, en el más alto secretismo, Estados Unidos gestionaba con los otros países implicados en el TPP la aplicación de sanciones contra aquellos proveedores de servicios de internet que no realicen tareas de fiscalización.

Según el borrador del capítulo sobre propiedad intelectual, el mecanismo establece la creación de tribunales supranacionales para regular la aplicación de nuevas normas en materia de derechos de autor, lo que, a decir de Wikileaks, dañaría significativamente el acceso libre a la cultura y a la educación en la red.

Pero las regulaciones recogidas en el tratado no afectarían sólo a internet, pues también regularían el comercio de fármacos, el copyright, la legislación sobre patentes y la industria sanitaria, indicó la página digital.
Los intereses detrás del TPP

De acuerdo con el senador estadunidense Bernie Sanders, el TPP es un convenio comercial desastroso diseñado para proteger los intereses de las multinacionales a expensas de los trabajadores, los consumidores, el medio ambiente y algunas de las personas más pobres del planeta.

Este mecanismo fue escrito a puerta cerrada por el mundo corporativo e, increíblemente, mientras las compañías, los bancos, la industria farmacéutica y los grandes medios tienen amplios conocimientos sobre su contenido, el pueblo y los miembros del Congreso han quedado fuera del proceso, apuntó.

A decir del político estadunidense, el TPP es mucho más que un acuerdo de libre comercio, pues forma parte de una carrera global para aumentar los beneficios de las corporaciones y socavar los derechos de los trabajadores.

Por su parte, el profesor Robert Reich, de la Universidad de California en Berkeley, señaló recientemente en un artículo publicado por el periódico The Huffington Post que el TTP podría ser un desastre.

Si tras la Segunda Guerra Mundial el debate giraba en torno a la oposición entre libre comercio y proteccionismo, ahora las grandes empresas y centros financieros quieren un poco de ambas fórmulas, reflexionó.

Ellos desean más protección internacional cuando se trata de su propiedad intelectual y otros bienes, por lo cual han estado buscando normas comerciales que aseguren y extiendan sus patentes, mercados, marcas y derechos de autor en el exterior.

Pero, al mismo tiempo, explicó, esas entidades desean menos amparo a los consumidores, trabajadores, pequeños inversionistas y medio ambiente, porque todos ellos interfieren en sus dividendos y, por consiguiente, buscan reglas que les permitan anular esas protecciones.

Al mismo tiempo, advirtió Reich, la administración de Obama ha expresado que el acuerdo impulsará las exportaciones estadunidenses en la cuenca del Pacífico, donde Estados Unidos enfrenta la creciente competencia de China, por lo que el pacto también pretende contener la destreza estratégica y económica de la nación asiática.

En otras palabras, concluyó, el TPP brinda a las grandes empresas y los bancos de Wall Street la forma de eliminar cualquier ley o regulación que se interponga en el camino de sus ganancias.

Miembros mexicanos formulan estrategias para el proceso del Tratado para regular los abusos corporativos

Red-DESC

El Grupo de Trabajo de Empresas y Derechos Humanos (CAWG) de la Red-DESC organizó el 28 de enero de 2015, en Ciudad de México, una reunión de concienciación y elaboración de estrategias en relación al nuevo proceso de la ONU para establecer un tratado para regular las violaciones de derechos humanos por parte de las empresas. Más de 15 organizaciones de la sociedad civil de México participaron en la reunión.

El objetivo del encuentro en Ciudad de México era informar sobre el progreso del proceso de la ONU para empezar a desarrollar un tratado, y discutir maneras en que las organizaciones nacionales pueden participar de manera activa en su elaboración.

 

Un grupo de miembros mexicanos de la Red-DESC participó en la reunión, entre ellos: PODER, ProDESC, Proyecto AliMente, Equipo Pueblo, FIAN Mexico y CEMDA. También asistieron algunas organizaciones de otras regiones que se encontraban en México para participar en otra reunión de la Red-DESC sobre la captura corporativa, como Defend Job Philippines y Habi Centre for Environmental Law (Egipto).

Durante el evento, los participantes plantearon sus preocupaciones sobre la existencia de vacíos legales en la legislación nacional, que facilitan la impunidad y hacen que las corporaciones puedan influir en el sistema judicial. Todos estuvieron de acuerdo en que el proceso de creación del tratado puede brindar nuevas oportunidades estratégicas para crear una agenda de incidencia local, fortalecer los esfuerzos colectivos existentes para abordar las violaciones de derechos humanos por parte de las empresas y ejercer una presión efectiva sobre el gobierno mexicano para que tome medidas proactivas hacia una mayor rendición de cuentas y transparencia corporativa.

Los participantes también hicieron hincapié en la ineficiencia de los mecanismos actuales a la hora de abordar las violaciones de derechos humanos por parte de las empresas, y se mostraron de acuerdo con que un nuevo mecanismo podría ayudar a impulsar una agenda local, a la vez que conectarían las iniciativas de la sociedad civil mexicana con acciones similares en otros países. 

También se debatió cómo sería posible participar de manera efectiva en el proceso de desarrollo del tratado. Algunas de las ideas propuestas sugerían oportunidades coordinadas de incidencia en los litigios nacionales e internacionales, actividades de presión sobre el gobierno mexicano y diplomáticos de la ONU, la creación de conciencia entre otros activistas mexicanos e internacionales sobre casos emblemáticos de violaciones de derechos humanos por parte de las empresas, y la promoción del reconocimiento y el cumplimiento de las obligaciones extraterritoriales (ETO).

Durante la reunión también se anunció que la Red-DESC y la FIDH han lanzado un proyecto conjunto que facilitará la participación de los miembros y los aliados en el desarrollo del contenido para el tratado, mediante consultas con un grupo de expertos legales que viajará a las principales regiones del mundo y se reunirá con las comunidades afectadas y las organizaciones que trabajan en temas de rendición de cuentas y transparencia. Los resultados de estas consultas se traducirán en la producción de propuestas legales por parte del grupo de expertos, compuesto por miembros de la Red-DESC y de la FIDH y sus aliados. Las propuestas legales formarán la base de las propuestas de contenido sobre temas pertinentes para el tratado.

A modo de clausura de la reunión, las organizaciones participantes se comprometieron a continuar la conversación entre ellas como un primer paso hacia una participación y una coordinación de los esfuerzos más significativa en relación al proceso del tratado.