Nuevas trampas transgénicas y la emergencia de la ciencia digna

Por Silvia Ribeiro, Desinformémonos

Lo mejor de los transgénicos es que en todo el mundo han despertado una enorme reacción en su contra. Aunque las transnacionales que los manejan gastan cientos de millones de dólares en propaganda, corrupción de científicos y gobiernos, para tratar de convencernos de que son inocuos y hasta mejores que las semillas híbridas, no lo logran.

La mayoría de la gente, en cualquier parte del mundo, prefiere no comer transgénicos. Muchos no pueden evitarlo, porque no saben qué alimentos los contienen: las empresas han hecho todo lo posible para que ni siquiera se etiqueten. Pero aún así, la actitud de rechazo continúa, aunque los transgénicos sean impuestos en campo o alimentos, no existe resignación.

Esto podría parecer nimio, pero es una enorme ganancia para nuestro campo, porque no solamente significa prevenir y protegerse de los impactos de los transgénicos, además es un estupendo ejemplo de resistencia a la colonización de la mente. Cuando no aceptamos una situación, aunque sea impuesta por la legalidad o la fuerza, siempre seguiremos buscando la manera de salir de ella. Es una gran diferencia con la llamada “Revolución Verde”, que logró asentar en la mayoría de la gente el mito de que semillas híbridas, agrotóxicos y maquinarias eran señal de progreso y le darían de comer a la humanidad, lo cual nunca sucedió, pero desataron una ola de contaminación, acaparamiento de tierras y desplazamiento de parcelas campesinas.

Junto al rechazo a los transgénicos, crece también una crítica más profunda al sistema alimentario agroindustrial, a las corporaciones que se apropian de nuestros cuerpos y territorios, que nos llenan de tóxicos agua, tierra y alimentos, incluso a la propia tecno-ciencia que les dio origen, no sólo porque haya sido Monsanto que creó el primer transgénico. Hay un cuestionamiento cada vez más extendido a esa tecno-ciencia reduccionista que elimina la complejidad, los factores sociales, culturales, ambientales o cualquier otro que impida convertir su investigación en productos para la ganancia.

Por todos estos factores de críticas crecientes, la industria biotecnológica hace ahora grandes esfuerzos para deslindar a los nuevos transgénicos de la resistencia social. Para empezar tratan de cambiarles el nombre, alegando que por usar otras formas de biotecnología que pueden no insertar nuevo material genético, no son “trans”-génicos.

El término que han elegido para referirse a estas nuevas biotecnologías es “edición genómica”, una forma que quieren que parezca inocua, como cambiar una letra o una palabra en un texto, que pretenden no afectaría gran cosa. Aquí engloban tecnologías, como nucleasas con dedos de zinc (ZFN), nucleasas sintéticas (TALEN), micro ARN, ARN de interferencia o metilación dependiente de ARN y CRISPR, entre otras. No voy a detallar las particularidades de estas técnicas, pero al igual que con los transgénicos, se trata de ingeniería, no de métodos naturales, es manipulación deliberada de la composición genética de seres vivos, sea cortando o desactivando funciones de los genes o agregando otros.

Estas nuevas biotecnologías han ido surgiendo por la búsqueda de nuevas herramientas más eficaces para la manipulación genómica, en su vasta mayoría motivada por el afán de lucro de empresas. De cierta forma son un reconocimiento implícito de lo que siempre hemos dicho sobre la ingeniería genética aplicada a los transgénicos: que es una técnica burda, que no tiene control de las consecuencias que provocan en las interacciones entre los genes, en los organismos o los ecosistemas.

Pero al ser manipulación de genomas, todas esas nuevas biotecnologías conllevan también impactos y consecuencias imprevistos, ya que el conocimiento sobre las funciones de los genes y sus interacciones siguen teniendo grandes vacíos.

La mayoría de estas nuevas tecnologías están basadas en biología sintética, es decir, ya no usan genes de seres vivos, sino genes sintetizados en laboratorio que pueden o no replicar los que existen, por lo que agregan toda una nueva serie de impactos posibles y desconocidos.

De todas ellas, hay dos tecnologías de alto impacto que es importante conocer: CRISPR-Cas9 y una aplicación particular de ésta, que son los llamados “conductores genéticos”.

CRISPR, por sus siglas en inglés, significa “repeticiones palindrómicas cortas agrupadas e interespaciadas regularmente” y es una construcción sintética que imita una forma de defensa natural de las bacterias. Cas9 es un sistema de doble “corte” de la cadena de ADN para silenciar o agregar otros genes.

Esta tecnología apenas se hizo funcional en 2012, pero tiene dos aspectos que hicieron que se diseminara muy rápidamente: es barata y es más exacta que las técnicas que se usan con los transgénicos. En éstas era imposible determinar en qué lugar del cromosoma se insertaba un constructo genético. CRISPR-Cas9 permite reconocer un gen específico y cortarlo, deshabilitando ese gen, o insertar otros.

Aunque parezca más exacta, la tecnología no es tan precisa como la quieren presentar. Como explica el Dr. Jonathan Latham, de Independent Science News, creer que precisión equivale a control es un gran error, particularmente en sistemas vivos como el ADN: “Supongamos que yo, que no hablo chino, quisiera eliminar de forma precisa un carácter de un texto escrito en chino, o una línea, o una página. Tendría un cien por ciento de precisión, pero ningún control sobre los cambios en el significado. La precisión, por tanto, sólo es útil en la medida en que va acompañada de comprensión, y ningún biólogo puede afirmar que en este momento entendamos el ADN – ¿si no por qué lo seguimos estudiando?” (J. Latham, El mito de la precisión de CRISPR).

No existen en ningún país regulaciones de bioseguridad adecuadas a estas nuevas biotecnologías ni se conocen qué impactos pueden tener sobre salud o medioambiente. La industria biotecnológica, desde sus mayores corporaciones, está ahora intentando convencer a la Unión Europea y Estados Unidos que cualquier planta u organismo que se manipule con estas nuevas tecnologías, solamente están “editados genómicamente” y por tanto no necesitan pasar por las regulaciones de bioseguridad. Ya lo consiguieron en el caso de un champiñón manipulado con CRISPR para no volverse marrón al cortarlo, que se vende desde este año en Estados Unidos sin que el público tenga idea de ello. En Europa la presión de la industria para no pasar por regulación o que no se considere transgénico es aún mayor porque hay 17 países que prohíben transgénicos.

Una aplicación particularmente preocupante de CRISPR-Cas9 es la construcción de conductores genéticos (gene drives en inglés). Esto es una forma de hacer transgénicos para manipular especies silvestres, y asegurar que los genes modificados pasen siempre a la generación siguiente. Con los cultivos transgénicos existe ya el problema de la contaminación, pero éstos deben ser plantados cada año y además, las plantas no transgénicas, al no reconocer los genes extraños, tienden a eliminarlos en algunas generaciones.

Esta nueva construcción genética –organismos con conductores genéticos– asegura que el gen permanezca en todas las generaciones subsiguientes. Si es por ejemplo un gen para hacer que sólo nazcan machos (desde plantas y mosquitos a cualquier mamífero) se podría extinguir toda una especie. Aunque lo presentan como opción para eliminar “especies dañinas”, es un arma muy peligrosa en manos de quiénes fácilmente pueden definir todo lo que molesta a sus negocios agrícolas u otros, como dañino o plaga. (Ver artículo de Jim Thomas, ETC)

Son tecnologías, cuyo espectro de acción es tan amplio y las consecuencias tan devastadoras, que es necesario trabajar por su prohibición.

En ese sentido, la extendida crítica social hacia los transgénicos es una base de apoyo, necesitamos ahora desarmar las nuevas armas de lenguaje con que nos quieren confundir las empresas y los científicos que trabajan para ellas.

La reciente declaración de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza en América Latina (UCCSNAL) sobre nuevas tecnologías, apunta a ello. “Cuestionamos la seguridad de esta tecnología, que juega con la manipulación genética a pesar del gran desconocimiento que existe sobre su funcionamiento, y sobre los efectos que su aplicación podrían desencadenar a nivel celular, del organismo de la salud humana y del ambiente. No pedimos para estas nuevas tecnologías la aplicación de normas de bioseguridad ni el desarrollo de estrictas evaluaciones de riesgo, sino la suspensión de toda la experimentación en este campo.

Cuestionamos el exagerado rol que se da a “la ciencia” y al sistema científico tecnológico en el proceso de toma de decisiones relacionado con la adopción de estas nuevas tecnologías, pues sabemos que la investigación científica encarna las mismas relaciones de poder que se dan en la sociedad, y que las principales líneas de investigación son decididas por quienes las auspician y financian.”

Premios Nobel al servicio de Monsanto y Syngenta

 
Son pocas las veces que tanta gente prominente del ámbito científico presume su ignorancia en tan corto espacio. Así es la carta pública que un centenar de ganadores del premio Nobel publicaron el 30 de junio defendiendo los transgénicos, particularmente el llamado arroz dorado y atacando a Greenpeace por su posición crítica a estos cultivos. La misiva abunda en adjetivos y apelativos altisonantes, hace afirmaciones falsas y no da argumentos, por lo que parece más una diatriba propagandística de empresas de transgénicos que científicos presentando una posición.

Para empezar, el llamado arroz dorado (arroz transgénico para expresar la provitamina A) que defienden con tanto énfasis, no existe. No por las críticas que le haya hecho Greenpeace y muchas otras organizaciones, sino porque sus promotores no han podido hacer una formulación viable, pese a casi 20 años de investigación y más de 100 millones de dólares invertidos. Tampoco han demostrado que tenga efecto en aportar vitamina A.

La primera versión de ese arroz transgénico con betacaroteno (GR1) fue un accidente de investigadores suizos que experimentaban otra cosa, por lo que nunca controlaron exactamente el proceso. Esa versión requería comer kilos de arroz diariamente para completar la dosis necesaria de vitamina A. Luego Syngenta compró la licencia y como propaganda donó la licencia de investigación a una fundación, en la que es miembro la Fundación Syngenta. Pero la empresa retuvo los derechos comerciales. En 2005, anunció la versión GR2, con más provitamina. Pero no ha podido demostrar que la provitamina sea estable, ya que se oxida fácilmente y en poscosecha disminuye a 10 por ciento del contenido. Como es una manipulación genética experimental de alteración de rutas metabólicas, podría tener cambios imprevistos con efectos graves para la salud. Varios científicos han señalado esos riesgos y los mitos del arroz dorado (entre otros, D. Schubert, 2008, y Michael Hansen, 2013; http://goo.gl/ChvI4Q).

 

Por otro lado, vegetales comunes como la zanahoria, col, espinaca y muchos tipos de quelites –hierbas comestibles comunes que acompañan la siembra campesina y las culturas culinarias tradicionales– aportan mucho más vitamina A que ese arroz, sin efectos secundarios y sin pagar a trasnacionales. Por el contrario, la agricultura industrial y de precisión que defienden en la carta de los Nobel, por ser plantadas en grandes monocultivos con agrotóxicos, eliminan esos quelites y también a los campesinos, desplazados y contaminados por las megaplantaciones.

La carta afirma que el hambre es por falta de alimentos, lo cual es falso: la producción mundial de alimentos sobra para todos los habitantes del planeta ahora y en 2050. Si existen hambrientos y desnutridos es porque no tienen tierra para producir ni pueden acceder a los alimentos. La cadena agroindustrial de alimentos –que detenta los transgénicos– desperdicia de 33 a 40 por ciento de la comida producida según datos de la FAO, lo cual alcanza para alimentar a todos los hambrientos del mundo. Además, como informa Greenpeace en su respuesta, 75 por ciento de la tierra agrícola se usa para producir forrajes para animales en cría industrial y agrocombustibles, no alimentos. (goo.gl/e5xEwc).

La afirmación de que los transgénicos son seguros para el ambiente y la salud ha sido rebatida, con argumentos y referencias científicas, por más de 300 científicos convocados por la Red Europea de Científicos por la Responsabilidad Social y Ambiental (goo.gl/VM8i3W).

Pero quizá lo más notable es que la carta no menciona que sólo seis trasnacionales (en vía de volverse tres) controlan todos los agrotransgénicos en el mundo, 61 por ciento de todas las semillas comerciales y 76 por ciento del mercado global de agrotóxicos. ¿Cuánta falta de ética y honestidad es necesaria para ocultar que su propuesta de agricultura de precisión es el negocio de un puñado de trasnacionales, todas con larga trayectoria de violación de derechos ambientales, humanos y a la salud?

La sombra de las trasnacionales cae pesadamente sobre esta carta supuestamente científica. Se dicen preocupados por el hambre y los niños desnutridos en el sur global, pero eligen presentar la carta en una conferencia de prensa en Washington, Estados Unidos, en un momento muy oportuno para favorecer a las empresas de transgénicos. En esta semana el Congreso debe votar una ley sobre etiquetado de transgénicos que quiere impedir que los estados tomen decisiones en este tema. Buscan anular la norma de etiquetado que comenzó a regir desde el 1º de julio en Vermont, luego de un referendo que votó en favor de ello.

A su conferencia de prensa se impidió asistir a Greenpeace, cuyo representante fue bloqueado por Jay Byrne, ex jefe de comunicaciones de Monsanto, que increíblemente ¡funcionaba de portero de la conferencia! (goo.gl/i8FXDg). Lejos del altruismo científico, los firmantes organizadores de la carta, Richard Roberts y Phillip Sharp, son también empresarios biotecnológicos. El sitio donde publican la carta es un espejo de otro que redirige al Genetic Literacy Project, frente de propaganda disfrazado de las trasnacionales de transgénicos y agrotóxicos. (GMWatch goo.gl/WekAin).

Pero lo más ofensivo es su pregunta final: ¿Cuánta gente pobre debe morir para considerar [la crítica a los transgénicos] un crimen contra la humanidad? Opino que los firmantes deben ir inmediatamente a las zonas de plantaciones de soya transgénica en Paraguay, Argentina, Brasil, donde las madres pierden los embarazos y niños y trabajadores mueren de cáncer por los agrotóxicos de los cultivos transgénicos. Esos son crímenes contra la humanidad.

* Investigadora del Grupo ETC


Pesticidas y niñez. El futuro nos está alcanzando

Emmanuel González-Ortega. Página3

Oaxaca.- A nivel mundial, el modelo de producción industrial agrícola echa mano de una gran cantidad de sustancias químicas con actividad plaguicida (insecticidas, fungicidas y herbicidas) y México no es la excepción.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sólo en 2013 en México se emplearon 37 455 toneladas de insecticidas, 31 195 toneladas de herbicidas y 42 223 toneladas de fungicidas. Aunque se conoce que los estados que más utilizan plaguicidas son: Campeche, Chiapas, Chihuahua, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz, dadas las carencias en infraestructura de monitoreo y la falta de regulación sobre el uso de sustancias químicas, no es posible conocer con detalle sobre el tipo de químico utilizado, el uso,  o las localidades en las que se aplican.

La organización ecologista Green Peace conjuntamente con investigadores de la Facultad de Ciencias de la UNAM, publicaron recientemente un reporte sobre la presencia de químicos usados en la agricultura industrial mexicana en ríos, drenes agrícolas, lagunas costeras y mares. Aunque existe un Catálogo Oficial de Plaguicidas, está totalmente desactualizado e incluso permite el uso de por lo menos 30 sustancias que desde hace años han sido prohibidas en otros países por sus altos índices toxicológicos, tanto para el medio ambiente como para la salud humana.

El estudio de la UNAM y el grupo ecologista reporta el monitoreo de agroquímicos altamente tóxicos (por ejemplo el herbicida glifosato) en agua colectada en dos regiones muy relevantes para la agricultura: Sinaloa y la Península de Yucatán.

Sinaloa se caracteriza por la agricultura industrial en monocultivo de maíz (producción anual aproximada de 5 millones de toneladas), jitomate y trigo entre otros. La agricultura sinaloense utiliza 700 toneladas anuales de plaguicidas y se reporta que por lo menos 17 diferentes sustancias utilizadas son clasificados como tóxicos por la Organización Mundial de la Salud. Los agroquímicos que se aplican intensivamente no permanecen en los campos de cultivo, sino que son filtrados y arrastrados hacia los cuerpos de agua, incluido el mar; por lo que las afectaciones al medio ambiente no únicamente se encuentran en el campo agrícola, sino en las aguas de ríos, lagos, en el mar, y de manera importantísima, en nuestros alimentos.

El estudio de la Facultad de Ciencias muestreó agua en diferentes puntos de Sinaloa (Ríos El Fuerte, Culiacán, Sinaloa; Lagunas Lechuguilla, Navachiste, Pabellones) en la temporada en la que no se aplican químicos. Se detectaron tóxicos altamente persistentes, tales como DDT, Endosulfán, Metoxicloro, o glifosato, que son muy contaminantes. Algunas de las sustancias tóxicas identificadas se encontraban en el mar, ¡a 10 km de la costa y a 10 metros de profundidad!

En cuanto a la Península de Yucatán, particularmente en el estado de Campeche, desde hace unos años se ha impulsado la agricultura industrializada con alto requerimiento de fertilizantes, plaguicidas y glifosato, lo que ha implicado la deforestación masiva de selva: de acuerdo a la organización Nature Conservancy, sólo en 2013 se arrasaron más de 38 mil hectáreas de selva y únicamente en el municipio de Hopelchén entre los años 2000 y 2008 se perdieron más de 22 mil hectáreas de selva, es decir se ha perdido biodiversidad y en varias comunidades se han dejado prácticas agrícolas milenarias, tales como la milpa maya o la apicultura.

El estudio de la Facultad de Ciencias realizó muestreos en Quintana Roo, en la costa de Yucatán, y en las costas de Campeche. Se encontraron concentraciones elevadas de entre varios, DDT, que es un insecticida muy tóxico y que está explícitamente prohibido, Endosulfán y Glifosato.

Como se ha explicado en notas anteriores, el glifosato es un herbicida no selectivo, cuyo uso se acrecentó a raíz de la introducción de los cultivos transgénicos, siendo actualmente el herbicida más utilizado a nivel mundial y que recientemente fue clasificado como probablemente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud. La siembra de soya transgénica tolerante a glifosato ha provocado el uso masivo de este herbicida en la Península de Yucatán y además, los organismos gubernamentales no han actualizado la información oficial sobre los daños potenciales ni sobre la regulación en cuanto a su uso, pero en cambio, si han impulsado la agricultura intensiva a la que se ha acoplado la comunidad menonita, que actualmente también está padeciendo las falsas promesas de esta modalidad de agricultura: muchas núcleos menonitas enfrentan deudas muy severas, y enfermedades tales como cáncer por la exposición prolongada a los agroquímicos.

El estudio encontró que el río Champotón –el río más importante de la Península- presentó los mayores niveles de agrotóxicos; aunque los mayores niveles de glifosato seguramente se deben a la actividad agrícola, el estudio especula que la aspersión de glifosato en los innumerables campos de golf contribuyen a la contaminación de las aguas peninsulares con este herbicida actualmente considerado como probablemente cancerígeno.

De acuerdo al Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales del estado de Campeche,  a partir de análisis de orina, se encontró que niños de la comunidad de Ich Ek, perteneciente al municipio de Hopelchén, están contaminados con glifosato. El funcionario desestimó que la contaminación por glifosato sea la causa de enfermedades como el cáncer. Las ignorantes (por decir lo menos) declaraciones del funcionario campechano contrastan con el reporte recientemente publicado por la organización estadounidense Red de Acción por los Pesticidas (PAN, por sus siglas en inglés). Este reporte hace una compilación de estudios epidemiológicos sobre el aumento significativo de enfermedades en niños de distintas regiones de los Estados Unidos (el país que históricamente ha utilizado más agroquímicos) y la exposición a diversos pesticidas. Es indudable la relación entre la contaminación química y el aumento de enfermedades infantiles.

Los niños son particularmente vulnerables a los daños por la exposición a herbicidas, ya que a nivel fisiológico desde el estado embrionario y durante las primeras etapas de vida (por ejemplo, hasta los 6 meses), los niños beben en promedio 15 veces más agua que los adultos; hasta los 12 años de vida, el ritmo de respiración de los niños es el doble que el de los adultos.  Un factor adicional que posiblemente influye en la disposición a enfermedades a partir de la exposición a sustancias químicas, es que el sistema inmune no está totalmente desarrollado, por ejemplo, la barrera hemato-encefálica que provee al sistema nervioso de protección ante algunas sustancias tóxicas termina de desarrollarse hasta después de los 6 meses de vida.

Por lo tanto, puede inferirse que la exposición a herbicidas u otros químicos puede provocar daños significativos a la salud.  Si se consideran las condiciones socio económicas, son estas factores potenciales adicionales de emergencia de enfermedades en los niños: una familia que vive en condiciones de pobreza destina menos recursos a una alimentación adecuada y en muchos casos, lamentablemente no puede disponer de servicios médicos de calidad.

La Red de Acción por los Pesticidas reporta aumentos drásticos de enfermedades tales como distintos tipos de cáncer y leucemias (aumento de hasta 36% ), tumores de cerebro y sistema nervioso, linfoma y autismo (¡aumento de 123%!).

¿Permitiremos que ocurra lo mismo con nuestras niñas y niños?

¿Qué pasa en otros estados del país (por ejemplo, en Chiapas, Oaxaca, Chihuahua)?

¿Qué podemos hacer?

Todo empieza en la Información y la organización.

Más información:

Reporte Green Peace: http://www.greenpeace.org/mexico/es/Footer/Descargas/reports/Agricultura-sustentable-y-transgenicos/La-huella-de-los-plaguicidas-en-Mexico/

Reporte Red de Acción por los Pesticidas (Inglés): http://www.panna.org/sites/default/files/KOF-report-final.pdf

Jornada contra Monsanto, 25 de mayo, San Cristóbal de Las Casas

Les invitamos a la siguiente edición de la Feria Popular Alternativa que tendrá lugar el próximo 25 de mayo a un costado del Arco del Carmen en San Cristóbal de las Casas. Por la cercanía al Día Global de Acción contra Monsanto, diversos colectivos y organizaciones prepararemos una jornada con mesas informativas, talleres, exposición de variedades nativas de maíz, muestra de materiales pedagógicos, proyecciones y venta de alimentos limpios, locales y artesanales.

Actividades y horarios:

9:00- 10:00 Ritual de agradecimiento a la tierra.

10-12:30 Taller: ¿Qué son los transgénicos? ¿Sabes lo que comes? (Cupo limitado a 30 personas).

13:00-15:30 Taller: ¿Qué son los transgénicos? ¿Sabes lo que comes? (Cupo limitado a 30 personas).

16:00 -17:00 Rifa solidaria de productos agroecológicos.

17:00 – 18:00 Clases de Danzón con el grupo Tacón de Oro.

18:00 -19:00 Conferencia: La consulta “siembra de transgénicos en la península de Yucatán y su impacto en la producción de miel” (Invitado Remy Vandame).

19:00 – 20:00 Proyección “transgénicos”.

A.T.T.E.

Feria Popular y Solidaria*
“Jornada Contra Monsanto”

Guatemala: Estos son los dueños de 5 de las 7 empresas señaladas de desviar ríos

Guatemala. En un hecho sin precedentes, el ministro de Ambiente y Recursos Naturales, Sidney Samuels, demandó ante el Ministerio Público a 7 empresas agroexportadoras. La demanda es por el desvío ilegal de ríos, con el fin de utilizarlos para sus cultivos. El desvío ha provocado que comunidades enteras se queden sin agua, o la consuman contaminada, luego del uso de agrotóxicos. Esta es la información importante para 5 de esas 7 grandes empresas.

Por Equipo de Análisis, CMIGuate

Un ministro incómodo

 

La llegada de Sidney Samuels al MARN provocó varios ceños fruncidos. Antes de su llegada, el ministerio de ha caracterizado por el tráfico de influencias. Por lo que desde un inicio se vaticinó que tendrían que resistir los embates que las grandes petroleras, mineras y generadores de electricidad ejercen a estas instituciones para aprobar sus Estudios de Impacto Ambiental.

 

 

Samuels ha demostrado que no será parte de esas redes. Y lo ha hecho bajo la sombrilla de una pugna en varios niveles entre varias instituciones del Estado (Ministerio Público, SAT, MARN), la CICIG y la Embajada de Estados Unidos en contra de varias empresas de la cúpula empresarial. Allí cabe el caso de Aceros de Guatemala, la demanda laboral en contra de agroexportadores en el marco del Tratado de Libre Comercio, las capturas de los Panama Papers y los rumores sobre los siguientes casos de la CICIG.

 

Samuels es un académico de origen garífuna, ingeniero civil y ex decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de San Carlos de Guatemala (2001-2005). Doctor en Administración Pública, por la Atlantic International University, Hawaii, Estados Unidos.También se ha desempeñado como representante de la USAC ante el Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA). En 2013 fungió como Administrador General en el Ministerio de Agricultura.

 

Las empresas

 

Grupo Hame y Palmas del Horizonte

 

El grupo HAME responder a las siglas de su fundador Hugo Alberto Molina Espinoza, considerado, junto a su hermano ya fallecido, Milton Enrique Molina Espinoza, los mayores terratenientes de Guatemala. HAME se hizo famoso el año pasado luego de la contaminación masiva del río La Pasión en el municipio de Sayaxché.

 

Una de sus marcas más famosas es Olmeca. Fue la empresa Olmeca que a través de REPSA amplió sus plantaciones desde su zona tradicional en la costa sur de Suchitepéquez, Quetzaltenango y San Marcos.

 

Algodoneros durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX, ampliaron sus agronegocios a las plantaciones bananeras y palma africana convirtiéndose en los principales productores independientes de ambos monocultivos en Guatemala. Esa posición la lograron acumulando enormes extensiones de tierra. Sólo en palma africana se estima que poseen más de 35 mil hectáreas.

 

Ingenio Pantaleón

 

Del grupo familiar destaca Julio Herrera Zavala, presidente del Grupo Pantaleón; de Spectrum Inmobiliaria, la cual posee el Centro Comercial Miraflores y un conjunto de residenciales en varios departamentos del país; y de Procalidad, que es la alianza de Spectrum con Colombina, una empresa de dulces de Colombia, y que llevó a la construcción de una planta en Escuintla para producir galletas, chocolates y dulces.

 

Pero es su participación en los bancos Agromercantil, Cuscatlán e Industrial lo que hace de la familia una de las élites más poderosas del país. El ingenio Pantaleón es el mayor productor de azúcar en Guatemala, y el Grupo Pantaleón el mayor productor de Latinoamérica, y en el proceso de producción del edulcorante también se ha extendido a Nicaragua, donde en 1998 compró el ingenio Monte Rosa, en el cual también genera electricidad, actividad ésta que le hace el mayor generador de electricidad de todos los ingenios azucareros de Guatemala.

Sus inversiones más recientes están concentradas en la producción de etanol, un combustible con enorme futuro, y para lo cual está  asociado con inversionistas brasileños y colombianos. Igualmente, están invirtiendo en palma africana para la producción de biodiesel.

Ingenio Magdalena

La familia Leal Pivaral posee el ingenio azucarero Magdalena, el cual sería el segundo mayor productor de azúcar del país, además de poseer la mayor destilería de etanol. Con activa participación en el Banco del Quetzal (BANQUETZAL), institución bancaria adquirida por el Banco Industrial (BI) en agosto de 2007, con el cual se fusiona con una de las familias de mayor peso de la  cúpula empresarial guatemalteca: los Díaz-Durán.

A los Leal Pivaral se les vinculó con el Partido Patriota (PP) del general retirado Otto Pérez Molina, e igualmente en el impulso de la palma africana para la producción de biodiesel.

Leal Pivaral es padre de Mario Leal Castillo. La familia Leal financió, según el TSE, al Partido Patriota desde su inicio hasta el 2015, cuando Mario Leal Castillo (ex secretario de Asuntos Específicos de la Presidencia), salió peleado del gobierno del PP denunciando corrupción. Leal Castillo fue vicepresidenciable de la UNE.

También son dueños del centro comercial Cayalá, y de la empresa de seguridad Blackthorne, que cuida a la minera Exmingua, ubicada en La Puya.

Finca Bananera

La Finca Bananera es de la Corporación Agroamérica, de familia Bolaños Valle.  Y estos no son los únicos problemas que tiene la empresa. El día 9 de mayo de 2016, a través de acciones legales de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), se logró el retiro voluntario de plantaciones de palma africana en el área de protección especial Manchón Guamuchal, ubicado entre Retalhuleu y San Marcos.

El retiro de la empresa Agroaceites se dio tras una denuncia interpuesta ante el Ministerio Público por parte del departamento jurídico del CONAP. El área además es un humedal de importancia mundial reconocido por la convención RAMSAR. Se estima que el área donde se había plantado dicha especie extranjera sin autorización era de 39 hectáreas.

Argumentos de la Demanda Colectiva contra la siembra de maíz transgénico

Fundamental mantener la suspensión y entrar al fondo de los argumentos en la Demanda Colectiva contra la siembra de maíz transgénico:
·  La suspensión debe mantenerse en tanto se discuten a fondo los argumentos
·  Argumentos dejan ver contradicciones del Gobierno mexicano y empresas transnacionales en los documentos que integran el expediente de la Demanda Colectiva contra el maíz transgénico
·  Aceptan reiteradamente el contagio del maíz nativo por los transgénicos

demandacolectivamaiz.mx
Un grupo de científicos y más de 20 organizaciones campesinas, indígenas, ambientalistas, de consumidores, de derechos humanos y abogados forman la Colectividad del maíz que enfrenta a grandes empresas monopólicas de semillas ante la siembra de maíz genéticamente modificado hace 32 meses. A través del proceso jurídico se logró la suspensión provisional, a pesar de que las instancias de gobierno demandadas buscan defender un negocio de cinco empresas trasnacionales, declaró Adelita San Vicente, representante de la Colectividad e integrante de la organización Semillas de Vida. “Estamos ante una nueva definición en el Poder Judicial de la Federación en la que el Magistrado Soto Sánchez puede concedernos la suspensión definitiva de la siembra de maíz transgénico en México y con ello pasar a la historia como el Juez que protegió nuestro maíz.”
Hoy se enfrenta una nueva etapa, ya no se trata de suspender provisionalmente la siembra, sino de elevar la medida al grado de definitiva lo que implica que la suspensión se mantenga durante todos los trámites judiciales, o bien que se elimine la suspensión y se permita la siembra, como nos explica Colectivas A.C.  Es momento de entrar al fondo de los argumentos antes de tomar la decisión que afectaría al principal alimento de los mexicanos.
De acuerdo con el análisis de actas e informes[1], realizado por el equipo jurídico de la Colectividad, que el Gobierno federal y las empresas rindieron ante tribunales federales, en el juicio, a lo largo de los 32 meses de litigio, se han visto obligadas a confesar que sus argumentos carecen de sustento, aun cuando públicamente argumentan a favor, con lo que caen en contradicciones. “Públicamente nos hacen creer una cosa, pero ante la justicia reconocen la realidad”.
Públicamente hacen creer que:
A.    El maíz transgénico es seguro porque puede coexistir con los maíces nativos sin contagiarlos.
B.    Los transgénicos pueden coexistir con los maíces nativos  sin consecuencias negativas.
C.    Si los maíces nativos se contagiaran de transgénicos habría un supuesto beneficio de resistencia a plagas.
D.     La siembra de transgénicos es segura porque se han practicado evaluaciones.
E.    Si los maíces nativos se contagiaran de transgénicos no habría afectaciones al medio ambiente.
Ante la justicia reconocen que:
a.      Los maíces nativos serán contagiados de transgénicos como consecuencia del flujo entre las distintas regiones del país. En lacontestación que Monsanto envió a los jueces reconoció que hay flujo génico de maíces híbridos (que sí son genes de maíz) a maíces nativos de diferentes regiones. En otras palabras, si se siembran transgénicos (que tienen genes que NO son de maíz), el flujo génico de éstos contagiaría a los maíces nativos de las diferentes regiones del país.
b.     Si se siembra maíz transgénico no se podrá realizar el libre intercambio de semillas, sin que se contagien de transgénicos.Syngenta reconoció en su contestación al Juez, que para evitar flujo de semillas transgénicas hacia nativos o criollos son necesarias las barreras físicas que impidan a productores y campesinos trasladarlas,intercambiarlas y hasta venderlas. Si se siembran transgénicos nada de esto podría realizarse sin contagiar a los nativos.
c.      Si los maíces nativos se contagian de transgénicos, su entorno se verá afectado. Al contestar al juez, la Sagarpa afirma:
1. Que ante el contagio de transgénicos a maíces nativos…
2. Habría un supuesto beneficio…
3. RECONOCE que con ello se modificaría el entorno…
4. Afectar el entorno implica violar el derecho humano a la conservación de los elementos específicos de la especie maíz.
5. RECONOCE que los contagios continúan activos generación tras generación y su propiedad insecticida también continuará afectando organismos de los agro-ecosistemas.
d.       A pesar de que debiera existir CERO caso de nativos contagiados de transgénicos, el gobierno encontró 89 casos. En un estudio del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de la SEMARNAT, que presentamos a los jueces, se encontraron 89 casos de maíces nativos contagiados por transgénicos, en 6 estados del país durante la última década. Conforme a la Ley ninguno de los 89 casos debió suceder. Por lo que resulta obvio que si se siembran a gran escala los transgénicos contagiarían todo el territorio mexicano. Algunas consecuencias son que los campesinos perderán el derecho a elegir, pues la presencia de transgénicos sería generalizada; igualmente se verían afectadas actividades como la cocina mexicana, que es patrimonio mundial de la humanidad, dejarían de ser libres de transgénicos.
e.      Las generaciones futuras tienen el derecho humano de utilizar la diversidad de maíces nativos, en el entorno donde se desarrollaron (sin transgénicos). Una vez reconocido ante los jueces que los transgénicos contagiarían a los maíces nativos, también se afectaría a las generaciones futuras protegidas por el CONVENIO  DE DIVERSIDAD BIOLÓGICA. Nuestros hijos tendrían que enfrentar cambios climáticos con maíces contagiados de transgénicos. Por tanto también perderían los mercados de libres de transgénicos.
Al respecto la Doctora Elena Álvarez- Buylla, Presidenta de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, investigadora titular C del Instituto de Ecología, y Consejo Asesor del Centro de Ciencias de la Complejidad en la UNAM declaró que “la Ley de Bioseguridad, tiene un régimen especial de protección especial, justamente para estos cultivos que se originaron y se diversificaron en el territorio mexicano, que implica el que no pueden ser arriesgados por la liberación de maíces o cultivos transgénicos en otros casos y que se requiere la aplicación irrestricta del principio de precaución. No importa dónde se liberen los maíces transgénicos, aunque no haya a pocos o cientos de metros de distancia, eventualmente esas semillas van a encontrar su paso, por polinización o por intercambio, a poblaciones de maíces nativos y empezará el proceso irreparable, impredecible, irreversible e inaceptable desde el punto de vista cultural, riesgosas e inclusive peligrosas para el ambiente, para la biodiversidad y para la salud, entonces no es posible la coexistencia.”
René Sánchez Galindo, abogado de Colectivas, explica: “Lo que nosotros planteamos en esta demanda es que se deben negar los permisos porque no hay forma de controlar siembra de maíz transgénico, es como aventarlos al aire, va haber flujo por polinización cruzada o por el flujo de semillas, es decir que un campesino toma la semilla y la mezcla con la suya en sus parcelas y esto es un gran fluyo genético que existe en nuestro país y es imposible pararlo, la única forma que existe de protegernos de esos riesgos a la salud y al medio ambiente, es negar esos permisos. La medida precautoria de carácter definitivo que estamos solicitando en este momento al Segundo Tribunal Unitario en materia civil consiste en que antes de que se nos conceda la razón o no, durante el juicio no se pueda sembrar porque si se sembrara habría un daño irreversible. La afectación se daría en esencia a tres derechos humanos: la conservación del entorno, el libre intercambio de semillas, las aspiraciones de generaciones futuras, todo protegido por la constitución mexicana y los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos.”
Públicamente hacen creer que:
F.     Los transgénicos de maíz están debidamente aprobados por las autoridades sanitarias.
Ante la justicia reconocen que:
f.      Las autoridades sanitarias NO evalúan los impactos de la siembra de transgénicos de maíz, lo que significaría que todo el maíz que comeríamos sería transgénico. En la opinión que la Secretaría de Salud dirige a los jueces, se acepta que no hay ni habría estudios sanitarios sobre la siembra de maíz transgénico, puesto que se declaran incompetentes en la materia.
Emanuel González Ortega, investigador postdoctoral en el Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM, declara: “Hemos hecho revisiones de la literatura científica sobre los efectos por el consumo de organismos genéticamente modificados y la exposición a los herbicidas que acompañan a estos cultivos, como el glifosato, e indudablemente llegamos a la conclusión de que la siembra a nivel comercial de maíces transgénicos en México causará un grave daño a la salud de la comunidad, a nivel de campo la siembra masiva expondrá a las comunidades rurales a una exposición a los herbicidas que acompañan a este tipo de cultivos transgénicos, uno de éstos es el glifosato. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recientemente lo clasificó como probablemente cancerígeno para humanos. Además, investigaciones científicas han relacionado al glifosato con el aumento de diversas enfermedades; tales como desórdenes del espectro autista, una gama de afecciones degenerativas, aparición de linfomas, daños renales y hepáticos, daños al sistema reproductivo e incluso malformaciones congénitas tales como microcefalia, malformaciones craneoencefálicas, incluso espina bífida.”
Públicamente hacen creer que:
G.    Los transgénicos producen más toneladas que los demás.
H.    Los transgénicos pueden tener mejor  rendimiento porque aunque no produzcan más, podría ser más barato producirlos.
Ante la justicia reconocen que:
g.     Los transgénicos NO producen más. En la contestación de Sagarpa a los jueces, reconoce que los transgénicos NO incrementarían la producción de maíz.
h.     Producir transgénicos es más caro que los demás. Las semillas transgénicas son más caras, así lo reconoció la CIBIOGEM (Comisión del gobierno encargada del tema) a través de la opinión que envió a los jueces, la que enumeró diversas investigaciones científicas que financió. Las autoras de uno de estos estudios explicaron a los jueces que en su investigación documentaron el incremento en los costos.
El Doctor Antonio Turrent Fernández, Investigador Titular C en el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias INIFAP y miembro de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad UCCS, señala: “La SAGARPA en la opinión que emitió en los tribunales con respecto a esta demanda, reconoce que no se esperan que los organismos genéticamente modificado rindan más que los no transgénicos. Hay alternativas, desde un grupo de investigadores del INIFAP y del COLPOS, hemos estado estudiando México tiene reservas de tierras de calidad agrícola y de agua dulce que permitirían con tres millones de hectáreas, que ya están dedicadas a la agricultura con pastizales, con ecosistemas introducidos pero que están subutilizadas, podríamos producir la diferencia para llegar al orden de 50 millones de toneladas anuales, que es muy cerca del doble de lo que el país está requiriendo actualmente y esa sería la opción que tiene el país para recuperar su autosuficiencia sin recurrir a la tecnología transgénica.”
Pánfilo Hernández Ortiz, integrante de la organización campesina Grupo Vicente Guerrero del estado de Tlaxcala, explica: “Para los campesinos la producción de maíz criollo nativo es muy importante ya que depende de este maíz para la alimentación de las familias campesinas. En el estado de Tlaxcala el ciclo productivo es de temporal pero tenemos una producción bastante buena, años anteriores hemos obtenido aproximadamente de 3 a 4 toneladas por hectárea. Estos maíces son la riqueza que los campesinos han venido guardando, reproduciendo y que también tienen temor de perderlo ante la entrada de algunas semillas que podrían ser transgénicas o en el caso de las híbridas que no son productivas, en cambio las nativas criollas se enfrentan a las condiciones climáticas de cada año, en diferentes parcelas los campesinos sembramos toda esta diversidad de colores.”
Emiliano Flores Franco, campesino originario de la comunidad Vicente Guerrero, Españita, Tlaxcala, recalca: “Mi familia y yo hemos trabajado las parcelas, hemos sembrado diferentes tipos de maíces criollos nativos que nos dan la facultad y privilegio de que con estos maíces podemos acompañar otros cultivos como el frijol, haba, calabaza, chícharo, tomate, chile u otros más que se puedan asociar con los maíces. Sentimos que son muy importantes porque con los híbridos y ahora los transgénicos no se pueden asociar o combinar otros cultivos que son fundamentales para la alimentación familiar campesina.”
Públicamente hacen creer que:
I.      Los transgénicos representan avances en investigación científica.
Ante la justicia reconocen que:
i.      Las empresas trasnacionales buscan explotar a los transgénicos comercialmente y en forma exclusiva. En la contestación dirigida al juez, Syngenta reconoce que con la siembra de maíz transgénico las empresas transnacionales buscan aprovechar y explotar en forma exclusiva su tecnología, lo que significa que sólo buscan ganancias comerciales; es decir que no tienen fines científicos como algunos afirman.
Raúl Hernández Garciadiego, Director General de Alternativas y Procesos de Participación Social, puntualiza al respecto de la opinión que emitió CONACYT a petición del juez respecto de las implicaciones que esta medida cautelar puede causar o no a la investigación científica, en donde llama la atención que dedica gran parte de su opinión a defender la biotecnología, siendo que la colectividad no ataca ni pone en juicio a la biotecnología, sino que la medida cautelar únicamente pretende detener durante el juicio la liberación al ambiente de maíces genéticamente alterados para conservar la materia del juicio. Los datos de la CONACYT no respaldan su opinión de que la suspensión judicial afectaría la investigación científica. La medida provisional obliga a la SAGARPA y a SEMARNAT a abstenerse de efectuar “procedimientos tendentes a la liberación al ambiente de organismos genéticamente modificados del maíz, así como de otorgar los permisos relativos”, pero se precisa “sin perjuicio de que puedan efectuarse estudios científicos que determinen la viabilidad o no del otorgamiento peticionado”, con lo que de ningún modo se impide la investigación.
Finalmente, el Padre Miguel Concha Malo, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, hace un llamado a la ciudadanía para que mediante la difusión de estas contradicciones se les pueda hacer ver a los jueces que los requisitos para sembrar transgénicos establecidos en la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados no se están cumpliendo y que debe suspenderse definitivamente la siembra durante todo el juicio.

Informes y contacto:
http://demandacolectivamaiz.mx/wp/

Comunicado RECOMA en solidaridad con pueblos de Nueva Concepción

Comunicado de La Red Latinoamericana Contra Los Monocultivo de Árboles, en solidaridad con la lucha de los pueblos de Nueva Concepción, Escuintla por la liberación del río Madre Vieja.

El día 9 y 11 de febrero de 2016, más de 200 vecinas y vecinos de Nueva Concepción, Escuintla, Guatemala, realizaron una acción histórica para ese municipio y para muchos pueblos; liberaron al río Madre Vieja de varias represas que desviaban sus aguas hacia las plantaciones de palma africana y caña de azúcar.

El río Madre Vieja tiene un recorrido de más de 125 kilómetros de largo, desde que nacen sus afluentes en las montañas de la Sierra Madre, atravesando la cordillera volcánica hasta llegar al sistema de manglares en su desembocadura. El río a pesar de la degradación a la que ha sido sometida por años de explotación y uso indebido de sus aguas, aún es un importante elemento para la vida y sustento de las comunidades, agricultores y agricultoras, pescadores y pescadoras que conviven en sus orillas. El río aún sostiene importantes ecosistemas y biodiversidad.

Ante las acciones emprendidas por los pueblos de las aguas del río Madre Vieja expresamos:

Nuestra solidaridad con las comunidades de Nueva Concepción Escuintla, en su lucha para lograr el acceso al agua y la liberación del río Madre Vieja de represas injusta e ilegalmente construidas por intereses particulares de la empresa de palma africana del grupo Hame y la agroindustria de la caña de azúcar y banano.

Pedimos y exhortamos a las autoridades guatemaltecas, investiguen los casos de desvíos de ríos por las agroindustrias de palma aceitera, caña de azúcar y otras, con el fin de garantizar el acceso al agua a las comunidades locales y para el sostenimiento de la biodiversidad y los ecosistemas costero marinos tan  importes como el manglar.

Hacemos un llamado  las organizaciones sociales y a la sociedad civil en general a estar atentas ante este caso de violación de derechos humanos, con el fin de contribuir a la difusión de la información y al cumplimiento de los derechos de las comunidades afectadas.

Agroextractivismo y acaparamiento de tierras en América Latina: una lectura desde la ecología política

Omar Felipe Giraldo
Revista Mexicana de Sociología 77
Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales.

Resumen:
En este artículo se discute cómo el agroextractivismo pone en juego diversos mecanismos discursivos y prácticos para desterritorializar a los campesinos, en muchas ocasiones sin necesidad de expulsarlos de sus tierras. Se utilizan herramientas de la ecología política con el propósito de explicar las distintas vías por las cuales el capitalismo moderno está territorializando su racionalidad dicotómica, mediante la irrupción de un régimen tecnológico, cultural y representacional de verdad, y la imposición de un mundo transformado en su lógica de homogeneidad, linealidad y disciplinarización de la naturaleza.

DESCARGAR: farmlandgrab.org (.PDF 26 páginas)

 

Multinacionales, perverso apoderamiento del mercado

Érika Ramírez, Revista Contralínea

Con la ayuda del gobierno, una treintena de corporaciones multinacionales dominan el mercado agroalimentario. Reciben apoyos millonarios, permisos y concesiones para cada eslabón de la cadena productiva

Las corporaciones multinacionales se apoderan de manera “perversa” del sector agroalimentario en México. Es en una treintena de éstas que se concentran la producción, distribución y comercialización; como Monsanto y Syngenta en la venta de semillas; Gruma y Minsa en la industria de la harina de maíz, y Sukarne y Pilgrim’s Pride en el procesamiento de carne. A cada una, además de la riqueza que poseen, el gobierno les ha contribuido en su crecimiento económico a través de “apoyos”, subsidios o permisos para ampliar su presencia en el país.

El informe El impacto de las corporaciones multinacionales en los sistemas alimentarios (producción, distribución y venta) –elaborado por las economistas Flor Alejandra Bautista Hernández, Irma Cecilia Díaz Rojas y Miriam Lastiri Rito, de la Universidad Nacional Autónoma de México– documentan el acaparamiento de las trasnacionales en los sectores de semillas y agroquímicos; cerveza, refrescos y bebidas; procesamiento de carne; lácteos y el comercio minorista.

Revisiones de padrones oficiales hechas por Contralínea indican que estas corporaciones amasan sus fortunas con el agregado que hace el gobierno federal de millonarios recursos a través de organismos descentralizados como Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) –a cargo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa)– y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Sin embargo, el crecimiento de su control no sólo se ha debido a las inversiones hechas en el mercado nacional; también han contribuido las leyes que los benefician y a los tratados de libre comercio firmados con otros países que sostienen políticas públicas efectivas.

Ricardo Fuentes, director ejecutivo en Oxfam México, comenta que la organización ha trabajado la agenda de la desigualdad extrema, “porque estamos muy preocupados por la interrelación que existe entre esta gran desigualdad económica y la concentración de poder en el sector público, privado, a través de las instituciones trasnacionales y en la economía.

“México es el país más desigual del mundo. Por ello, este documento muestra un caso específico de lo que ocurre en las corporaciones multinacionales y el impacto que tienen, esta es una dinámica muy perversa, dañina para la sociedad y la economía mexicana, en especial para los más pobres”.

La invasión de las semillas

Como muestra de la expansión corporativa en sectores primarios se encuentran las empresas de origen estadunidenses Ingreedion México y Grupo Monsanto México; así como la suiza Syngenta Agro. Son las tres focalizadas por las economistas como las primeras en el abasto de semillas y agroquímicos.

La revisión de padrones públicos, realizado por Contralínea, revela que la riqueza de Monsanto va apoyada por el mismo gobierno federal. Del concentrado Programa de Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación 2009-2013 –del Conacyt– se desprende que ha obtenido estímulos fiscales por 20 millones 792 mil 120 pesos en el primer año de ese trienio.

En noviembre pasado, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgaron el amparo a las comunidades indígenas mayas contra el otorgamiento de permisos de siembra de soya transgénica a Monsanto, en la región del Sureste mexicano. Sin embrago, estos permisos venían operando desde 2012 (Contralínea, 460) sin que fueran consultadas las comunidades que dependen de la apicultura. Esta empresa también ha contaminado el maíz nativo, ya que se ha confirmado la presencia de organismos genéticamente modificados desde 2004 en Oaxaca, Puebla, Chiapas, Veracruz, Michoacán y Guanajuato (Contralínea, 455).

Syngenta, dice el documento, ocupa el primer lugar de segmento en México; junto con Ingredion México domina la producción y la comercialización de los paquetes tecnológicos en el país. “Son impulsadas por programas públicos como Proagro, que condiciona la entrega de recursos a la compra de sus mercancías, con lo cual se limita el uso que los productores pueden hacer de sus tierras y sus prácticas productivas a los formatos estandarizados de producción que dictan las corporaciones multinacionales”.

Las tres empresas mencionadas en el informe de Oxfam y El Barzón, “controlan el 50 por ciento de la comercialización de semillas patentadas en el planeta, incluidas las modificadas genéticamente”, indica el documento en el que también colaboraron las organizaciones. “En México están presentes y son parte de la Asociación Mexicana de Semilleros. De esta manera controlan al segmento mediante la operación de sus subsidiarias.”

Alejandra Bautista, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenta que esta es una mirada al modo en cómo se encuentran estructuradas las corporaciones multinacionales dentro de los sistemas alimentarios del país y sus efectos socioeconómicos sobre los pequeños productores.

“Es precisamente mediante este sector que las corporaciones han logrado dominar el mercado en México, las encontramos controlando interna y externamente todos los nodos de la cadena agroalimentaria, de modo que los pequeños y medianos productores, junto con los consumidores, quedan cautivos en una cadena estructurada y dirigida por las multinacionales”, dice la académica universitaria.

Millonario procesamiento de carnes

Sigma Alimentos es la primera en aparecer en el estudio elaborado por las economistas Bautista Hernández, Díaz Rojas y Lastiri Rito, bajo el auspicio de la Unión Europea. Detallan que es “esta empresa de capital nacional debe su expansión a adquisiciones transfronterizas que le han permitido entrar a los mercados estadunidense y europeo”.

De los padrones públicos revisados por Contralínea se desprende que Sigma ha obtenido estímulos fiscales por 93 millones 337 mil 620 pesos; tan sólo en 1 trienio (el documento del Conacyt es el más recientemente publicado).

Industrias Bachoco es la segunda mencionada en el estudio entre las poderosas de la agroindustria. De ésta indica que es “la sexta productora de pollo en el mundo y tiene una posición casi monopólica en la producción de huevo en México, donde además produce y comercializa cerdos, procesa carne de pavo y res, y provee alimentos balanceados a ganaderos”.

La empresa, de la que la familia Bours posee el 73.25 por ciento, se colocó en el número 24 de las 48 favoritas de Aserca, con 1 millón 432 mil 282 pesos, recientemente entregados.

SuKarne soporta las operaciones del Grupo Viz (SuKarne, Renpro, Humibac y SuKuero), de capital nacional. “Controlada por la familia Vizcarra, se enfoca fuertemente en la exportación, que en 2014 se incrementó 60 por ciento y que se dirige principalmente a Estados Unidos, Japón y Rusia. Su producción cubre tres cuartas partes del mercado nacional de res, cerdo y pollo”, muestra el documento de las organizaciones.

La empresa del expresidente municipal de Culiacán y excandidato a gobernador de Sinaloa, Jesús Vizcarra, fue beneficiada en 2014 con 40 millones 281 mil 983 pesos. El político aliancista realizó su campaña política de la mano del actual presidente, durante los pasados comicios. Al tercer trimestre de 2015 se suman 9 millones 876 mil 544 pesos del erario.

Pilgrim’s Pride “es una de las corporaciones multinacionales procesadoras de pollo y productoras de salchicha más importantes del mundo. Opera una de las redes de distribución refrigerada más grande de Latinoamérica. En México cuenta con tres plantas de procesamiento y cuatro de alimento, además de granjas reproductoras y de engorda. Tiene dos plantas en Querétaro, una de las cinco principales entidades en la producción avícola. Esta empresa es la principal proveedora de varias cadenas de alimentos procesados, como Kentucky Fried Chicken, indica el documento de las organizaciones.

En tanto que los Listados de beneficiarios compradores, al cuarto trimestre de 2014 y al segundo trimestre de 2015, muestran que el gobierno de Enrique Peña Nieto entregó a esta empresa de origen estadunidense 13 millones 464 mil 737 pesos por concepto de comercialización de maíz.

En el informe conjunto de la organización internacional defensora de los derechos humanos y de la campesina también aparecen Tyson de México, Grupo Bafar, Xignux Alimentos y Kuo Consumo, colocadas entre las principales empresas del país.

Alimentos procesados en poder de pocos

En la lista de los alimentos procesados, el informe de Oxfam y El Barzón, ubican a seis grandes: Grupo Bimbo, Gruma, Unilever de México, Grupo Industrial Maseca, Grupo Herdez, y Grupo Minsa. Todas han incrementado sus activos luego del desmantelamiento del agro, iniciado con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Las corporaciones de procesamiento de maíz, harinas y alimentos “son las principales acaparadoras de granos en México. Este segmento es estratégico puesto que es uno de los principales abastecedores de alimentos para la población mexicana.

“Se caracteriza por la forma en que obtiene sus insumos, empleando desde el acaparamiento de maíz y trigo hasta la fijación de los precios, afectando así a medianos y pequeños productores”, dice el documento.

El estudio menciona que la exitosa empresa mexicana, internacionalizada en años recientes, “de 2009 a 2014 tuvo nueve adquisiciones, con lo que se volvió la panificadora más grande del mundo. Bimbo tiene 1 mil 600 centros de distribución y 144 plantas en 19 países”.

La revisión de los padrones muestra que Grupo Bimbo se le asignaron 2 millones 767 mil 500 pesos en 2009, asignados en Colima, el Distrito Federal y Guanajuato a través del programa Innovación Tecnológica para las Grandes Empresas, del Conacyt, el mismo año que inició su expansión internacional.

Unilever de México, dice la investigación financiada por la Unión Europea, “es la tercera empresa más grande de bienes de consumo en el mundo, su capital es de origen británico y holandés. Cuenta con dos divisiones: alimentos y cuidado personal y del hogar. Sus principales materias primas son papel, cartón, azúcar, té, frutas, verduras, productos lácteos, cacao y aceite de girasol, colza y palma”.

Las listas oficiales mexicanas indican que el Conacyt le entregó 1 millón 987 mil 685 pesos en el Estado de México, justo el primer año de la administración federal del mexiquense Enrique Peña Nieto.

Del Grupo Industrial Maseca era directivo el ahora el director de Aserca, Alejandro Vázquez Salido. Contralínea ha documentado que ésta, a través de su poseedora Compañía Nacional Almacenadora, obtuvo 217 millones 273 mil 344 pesos.

Según los especialistas, Cargill, Minsa y Maseca “dieron muestra clara de su control sobre el maíz cuando se pusieron de acuerdo para no comprar el maíz de los productores organizados, a fin de debilitarlos y disminuir los precios. Lo mismo ocurrió con el caso del trigo para la cosecha otoño/invierno de 2008-2009.

Grupo Herdez, “desde 2010 ha hecho diversas adquisiciones. Ubica sus plantas en las principales entidades hortícolas del país como Sinaloa, Guanajuato, San Luis Potosí y Chiapas, donde compra sus materias primas a los grandes productores agrícolas”, indican las organizaciones.

Tan sólo al tercer trimestre de este año, los apoyos a compradores al tercer trimestre de 2015 de Aserca muestran que Grupo Minsa obtuvo de los recursos públicos 22 millones 110 mil 75 pesos. Ésta es la segunda empresa más importante en la producción y en el proceso de maíz en México, nacida a raíz de Miconsa (Maíz Industrializado Conasupo, SA de CV].

Bebidas en poder de seis

Este es uno de los segmentos más beneficiados por el modelo económico actual en México, dice la investigación de Oxfam y El Barzón. En 2012 la cerveza fue el principal producto exportado por México, lo que colocó al país como el exportador número uno en el mundo.

De las seis corporaciones que componen este segmento, expone, tres en realidad forman parte de The Coca-Cola Company (matriz estadunidense) en México. En total, las identificadas por las economistas son: Coca-Cola Femsa, Grupo Modelo, Cuauhtémoc Moctezuma, Arca Continental, Pepsico de México y Coca-Cola de México.

Las académicas resaltan que, en 2013, en México fue aprobado un impuesto a la producción e importación de bebidas endulzadas y comida chatarra con el objetivo de incrementar los ingresos fiscales del país y también, supuestamente, combatir la epidemia de sobrepeso y obesidad que se vive en el país al incrementar el precio de estos productos para los consumidores.

Sin embargo, el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (organismo mexicano que representa a empresas como Coca-Cola, Pepsi, Bimbo, Alpura y Lala) se manifestó en contra de dicha medida, señalando que era regresiva y que no existe evidencia científica que relacione el consumo de bebidas azucaradas con el incremento del sobrepeso y la obesidad en México (El Financiero, 2013).

Y sí, en efecto, la medida fue pagada por los consumidores y no por los productores, ya que, por ejemplo, el precio de los refrescos aumentó.

Lácteos acaparados

Las Corporaciones del mercado de lácteos, dice la investigación de las organizaciones, “funcionan como recolectoras, que tienen la capacidad instalada para transportar la leche a la industria y, así, acaparar el mercado. Estos grupos se caracterizan, además, por tener una fuerte integración vertical; su diversificación está en productos como el café. El caso paradigmático es Nestlé”.

En éste dominan cuatro empresas, dos de origen nacional y dos extranjeras:

Grupo Lala, “la mayor empresa láctea de Latinoamérica y surge de la unión de varios productores. Actualmente se abastece recolectando en los diversos establos de la región Lagunera.

“Alpura es parte de una unión de socios ganaderos, su crecimiento en el mercado es un obstáculo para los pequeños productores, pues procesa 2.5 millones de litros de leche al día. Cuenta con 30 depósitos de almacenamiento y una red de distribución propia. El modelo de negocios de Alpura funciona como una Unión de Crédito que aglutina a diferentes socios, a los que vende insumos, maquinaria y equipo. Así asegura la cadena de lácteos para su posterior procesamiento y distribución.

“Danone es la compañía número uno de lácteos frescos en el mundo. Sus otras actividades principales son la producción de agua embotellada y de bienes para la nutrición infantil.

“Nestlé México es la empresa agroalimentaria más grande del mundo, con sede en Vevey, Suiza. En México cuenta con 16 centros de investigación. Está integrada al sector lácteo pero también produce bebidas, cereales, alimentos para bebé, helados y alimentos congelados; además posee la marca Purina, de alimentos para mascotas…”.

Las poderosas minoristas

En el llamado comercio minorista figuran Walmart de México, Organización Soriana, Sam’s Club, Grupo Comercial Chedrahui, Controladora Comercial Mexicana y Costco de México.

El análisis El impacto de las corporaciones multinacionales en los sistemas alimentarios (producción, distribución y venta) indica que se trata de “conglomerados con una estrategia de mercado multiformato, que diversifica sus empresas y su ubicación en el mercado con base en los niveles de ingreso de la población; de allí que poseen bodegas, almacenes, clubes de precios, mercados e hipermercados”.

Alfonso Ramírez Cuellar, presidente nacional de la organización campesina El Barzón, comenta que hay un problema muy grande en todos los productos y con estas empresas. Los márgenes de intermediación oscilan entre el 70 y 90 por ciento; es decir, la diferencia del pago al productor y al consumidor implica una ganancia que se llevan los intermediarios de hasta el 90 por ciento. ¿Quién no se va a extender por todo el país, si tienen todo el apoyo del gobierno?, cuestiona.

Apoya a comunidades mayas vs soya transgénica

Cómo saben el pasado 4 de Noviembre la Suprema Corte de Justicia de la Nación falló a favor de las comunidades mayas de la Península de Yucatán suspendiendo la siembra de soya transgénica en la Península hasta que se realice una consulta.

Idealmente esta consulta “debería” haber sido previa y debe ser libre, informada y de buena fe.

Debido a que existen numerosas experiencias de consulta a pueblos indígenas en los que no se han cumplido las garantías establecidas en el Convenio 169 de la OIT y en la Declaración de Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas, surge la presente campaña de recaudación de fondos para poder informar, dar seguimiento y verificar el procedimiento.

TODOS PODEMOS CONTRIBUIR, APOYA Y DIFUNDE. SALVEMOS LA SELVA MAYA

¿De qué trata el proyecto?

Desde hace varios años, las comunidades mayas de la Península de Yucatán han visto afectadas sus formas tradicionales de vida y de desarrollo. La apuesta por un modelo de agricultura industrial con especial énfasis en la siembra de soya transgénica ha traído numerosas consecuencias:

– Daño a la apicultura: la presencia de soya transgénica es un gran riesgo para las exportaciones de miel a Europa, que desde 2012 no compra el producto si tiene presencia de transgénicos; poniendo en peligro el principal medio de subsistencia de las comunidades mayas y parte esencial de su identidad cultural.

Conocer más y Apoyar

Demandan a Monsanto por crímenes de lesa humanidad

RT

Varias decenas de organizaciones no comerciales y activistas de derechos humanos han demandado a la transnacional biotecnológica Monsanto por crímenes de lesa humanidad y ecocidio, que tendrá que enfrentarse a un juicio en el tribunal internacional de La Haya en octubre del próximo año.

El anuncio de la celebración del juicio ha sido realizado en una rueda de prensa en el marco de la Cumbre del Clima que se está celebrando en París, ha informado la defensora ecológica y sanitaria OCA.

Según los demandantes, Monsanto viene desarrollando desde principios del siglo XX productos tóxicos que están causando un daño irreparable al medio ambiente y la salud humana.

Entre las sustancias se encuentra el Roundup, un herbicida altamente tóxico que es el más utilizado en el mundo; bifenilos policlorados, un contaminante orgánico persistente que afecta la fertilidad humana y animal; el Lasso, un herbicida que ahora está prohibido en Europa; y el 2,4,5-T, uno de los componentes del Agente Naranja que fue empleado por el Ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam, causando malformaciones congénitas y cáncer.

Entre el 12 y el 16 de octubre de 2016 está prevista la celebración del juicio después de que el tribunal de La Haya haya estudiado los hechos que se le imputan a la estadounidense Monsanto.

El juicio se basará en los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, adoptados por la ONU en 2011. Entre los demandantes se encuentran la OCA, IFOAM International Organics, Navdanya, Regeneration International y Millions Against Monsanto entre otros grupos.

La sociedad civil le dice NO a la “Agricultura Climáticamente Inteligente”

¡No se dejen engañar!
La sociedad civil le dice NO a la “Agricultura Climáticamente Inteligente” e insta a los responsables políticos a que apoyen la agroecología

climatesmartagconcerns.info

Los abajofirmantes pertenecemos a organizaciones de la sociedad civil, incluyendo movimientos sociales, organizaciones de campesinos agricultores y organizaciones religiosas de todo el mundo. Estamos trabajando para combatir los impactos del cambio climático que actualmente perturban la agricultura y los sistemas alimentarios y amenazan la seguridad alimentaria y nutricional de millones de personas. A medida que avanzamos hacia la COP21 (vigésimo primera Conferencia de las Partes Contratantes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015, también llamada «París 2015») en París, celebramos el reconocimiento cada vez mayor de la urgencia de adaptar los sistemas alimentarios a un clima cambiante y el papel clave de la agroecología dentro de un marco de soberanía alimentaria y de semillas para lograrlo, contribuyendo, mientras tanto, a la mitigación de las emisiones de gases a efecto invernadero.

Sin embargo, a pesar de estas señales prometedoras, compartimos profundas preocupaciones acerca de la influencia y de la agenda de la llamada “Agricultura Climáticamente Inteligente” (CSA), así como de la Alianza Mundial por una Agricultura Climáticamente Inteligente (GACSA – Global Alliance for Climate Smart Agriculture). El cambio climático es la mayor y más urgente amenaza que enfrentan nuestras sociedades. Necesitamos una transformación radical de nuestros sistemas alimentarios, lejos de un modelo industrial y sus soluciones falsas, que conduzca hacia la soberanía alimentaria, a sistemas alimentarios locales y a una reforma agraria integral que permita alcanzar el cumplimiento integral del derecho humano a una alimentación y nutrición adecuadas. Por lo tanto, instamos a los responsables políticos, a nivel de los países y de la ONU, a que rechacen la peligrosa retórica de la “Agricultura Climáticamente Inteligente”.

La “Agricultura Climáticamente Inteligente” no debe confundirse con la agroecología

La “Agricultura Climáticamente Inteligente” no debe confundirse con la agroecologia. La agroecología es un enfoque integral de la agricultura, basado en los principios de ecología, de la seguridad alimentaria y nutricional, así como de la soberanía y justicia alimentarias, las cuales buscan enriquecer los sistemas agrícolas utilizando y reciclando los recursos naturales en vez de depender de insumos adquiridos externamente. Fomenta la producción local/nacional de alimentos realizada por pequeños productores y agricultores familiares, y está basada en técnicas que no son impuestas desde arriba sino más bien se desarrollan a partir del conocimiento y prácticas tradicionales de los agricultores, así como de sus propias innovaciones. Este enfoque se basa en la participación de los agricultores y hace de la naturaleza un poderoso aliado, garantizando la seguridad alimentaria y nutricional, formando suelos sanos, conservando el agua y aumentando los ingresos y la resiliencia de las comunidades ante el cambio climático, mientras que mejora la biodiversidad y diversidad de cultivos. Es entonces crucial, para todo esfuerzo, de realizar el derecho humano a una alimentación y nutrición adecuadas. Los gobiernos deben reconocer que los enfoques industriales que agotan la salud del suelo y la retención de agua, que contaminan los sistemas hídricos, envenenan la naturaleza, crean dependencia sobre insumos externos y degradan la biodiversidad así como los ecosistemas, no sólo son dañinos e innecesarios sino bastante mal orientados para un planeta enfrentado al hambre, a las crisis ecológicas y al cambio climático.

La “Agricultura Climáticamente Inteligente” puede sonar prometedora, pero es un término políticamente motivado. El enfoque no supone ningún criterio para definir a qué se le puede llamar o no “Climáticamente Inteligente”. Las corporaciones agroindustriales que promueven fertilizantes sintéticos, la producción industrial de carne y la agricultura de gran escala – las cuales son ampliamente reconocidas por su contribución al cambio climático y por debilitar la resiliencia de los sistemas agrícolas – pueden llamarse a sí mismas “Climáticamente Inteligentes” y en efecto así lo hacen. Mientras que la CSA afirma incluir todos los modelos de agricultura – debido a que carece de salvaguardias sociales o ambientales y no prioriza las voces de los agricultores, su conocimiento y derechos como claves para enfrentar y mitigar nuestros retos climáticos – amenaza, de hecho, con minar los enfoques agroecológicos, así definidos por los practicantes de la agroecología, al mismo tiempo que pone en peligro el futuro desarrollo y ampliación de tales enfoques.

La GACSA: una puerta abierta para el greenwashing

La Alianza Mundial por una Agricultura Climáticamente Inteligente fue lanzada hace un año y actualmente está invirtiendo mucha energía en una campaña de divulgación al mismo tiempo que sus Grupos de Acción han comenzado a trabajar en sus propios objetivos. Al 20 de julio, su membresía de 21 naciones comprendía solamente diez países en vías de desarrollo y tres organizaciones de agricultores, en contraste con una amplia afiliación corporativa. Mientras que algunas organizaciones de la sociedad civil y de los movimientos sociales rurales la rechazaron desde un principio, otros han realizado repetidos para entablar relaciones con la GACSA con el fin de reducir la amenaza del maquillaje verde y las soluciones erróneas. A pesar de esos esfuerzos, las preocupaciones expresadas fueron ignoradas en su mayoría como se comenta en un documento del IDDRI (Institut du développement durable et des relations internationales/Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales). En lugar de ello, la Alianza le dio la bienvenida a algunos de los actores de la agricultura que son menos sensibles con el medio ambiente – El 60% de la membresía del sector privado de la alianza está relacionado con la industria de fertilizantes. Además, corporaciones transnacionales que han generado cuestionables impactos sociales y medio ambientales, tales como Monsanto, Walmart y McDonalds han lanzado sus propios programas de “Agricultura Climáticamente Inteligente”.

La agricultura climáticamente inteligente: un concepto que no tiene lugar en la lucha contra el cambio climático

A medida que la ONU acelera el ritmo de acción con respecto al clima con miras a la COP21 y años venideros, hacemos un llamado a los países para que reconozcan que el sendero de la “Agricultura Climáticamente Inteligente” nos puede llevar en la dirección equivocada, sin capacidad de garantizar seguridad alimentaria y nutricional, socavando la transformación radical que el planeta necesita con tanta urgencia, de los sistemas alimentarios y agrícolas actuales. Sin definiciones, criterios, normas, salvaguardias o exclusiones, es un concepto sin sentido y peligroso que no tiene cabida como estrategia climática. Además, la GACSA no responde a ninguna estructura de la ONU relacionada con seguridad alimentaria, clima o agricultura.

Con la puesta en marcha de nuevos instrumentos de financiación internacional destinados a la lucha contra el cambio climático en montos de billones de dólares, existe un riesgo real de que los países más pudientes – con el objetivo de satisfacer sus compromisos financieros – lleguen a financiar proyectos y programas que dirigen los recursos hacia soluciones erróneas en países donde cuentan con intereses creados. Por lo tanto:

    A medida que el programa de trabajo del Fondo Verde para el Clima (GCF) va tomando forma,  acogemos favorablemente la importancia brindada a la adaptación. Ya que la agricultura será un componente principal de este programa, instamos a la Junta Directiva del GCF a que no acredite ningún programa de trabajo o institución basados en Agricultura Climáticamente Inteligente.  En su lugar, le exhortamos a que apoyen soluciones de base comunitaria, tales como la agroecología, que surjen de las comunidades en primera línea frente al cambio climático.
    Mientras se crea una  “Agenda de Soluciones” con miras a la COP21 – la cual está dirigida a demostrar el  compromiso de actores no estatales para lograr un acuerdo legal nuevo y ambicioso en el 2015 y que podría  hacer parte del documento resultante de la COP21, conjuntamente con el acuerdo negociado – instamos a los gobiernos a no respaldar a la Agricultura Climáticamente Inteligente como una solución al cambio climático, ni identificar cualquier otra iniciativa que podría ser parte de la “agenda de soluciones” como parte del concepto.

La agroecología como pilar fundamental de toda política agrícola

Enfrentamos un momento decisivo. Se deben acordar y adoptar, con urgencia, soluciones reales al cambio climático. Instamos a los responsables políticos a que se opongan a las soluciones erróneas de maquillaje verde, que vienen a ser renombradas como CSA y a que tengan el coraje de reconocer y promover el papel clave de la agroecología para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, para realizar integralmente el derecho humano a una alimentación y nutrición adecuadas, la soberanía alimentaria ante el cambio climático, la escasez de recursos y los desafíos de una creciente demanda. Los procesos internacionales y regionales que emanaron del Simposio sobre Agroecología de la FAO en septiembre de 2014, así como el próximo informe sobre “Desarrollo Agrícola Sostenible” del Grupo de Alto Nivel de Expertos del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial y la reciente Declaración de Nyéléni del Foro Internacional de Agroecología, se presentan como una oportunidad única para aprobar a la agroecología como el pilar principal de los marcos de política agrícola a nivel mundial. Además, comunidades, organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales organizados, campesinos, organizaciones religiosas…. se encuentran desarrollando, fortaleciendo y apoyando alternativas a nivel local y nacional que han demostrado ser exitosas en la lucha global contra el cambio climático. Le hacemos un llamado a los responsables políticos para que reconozcan esta amplia gama de acciones tangibles y concretas, para que las escuchen, apoyen y acompañen, mientras evitan sucumbir a las iniciativas globales impuestas desde arriba que dependen de modelos del pasado.

Por lo tanto, le hacemos un llamado a los responsables políticos para que avalen la aplicación de la agroecología tanto a nivel internacional, dentro de los procesos de la ONU relacionados con agricultura y cambio climático, así como a nivel nacional.

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