Solidaridad con el pueblo cubano ante la partida de Fidel Castro Ruz

Declaración de Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe, a 27 de noviembre del 2016

Amigos de la Tierra de América Latina y el Caribe -ATALC- lamenta profundamente la muerte de Fidel Castro Ruz, a quien consideramos una de las grandes figuras latinoamericanas del siglo XX como luchador incansable por la justicia, las libertades diversas y las soberanías de nuestros pueblos.

El camino trazado por Fidel Castro abrió y seguirá proyectando las luchas de resistencia para continuar defendiendo y dignificando la vida de los pueblos latinoamericanos y del mundo. En su quehacer diario, durante todos sus años de trabajo por la construcción de otra América, Fidel materializó junto al pueblo cubano la solidaridad de Cuba para con diversos pueblos de nuestra América y del planeta, enseñándonos que es posible autodeterminar nuestro presente y futuro sin las imposiciones que el sistema capitalista pretende perpetuar. Les estamos y estaremos a Fidel y a Cuba siempre agradecidos por todas sus contribuciones.

Al pueblo cubano expresamos nuestras sentidas condolencias, al tiempo que les agradecemos su infinita solidaridad constante y sincera. Estaremos con ustedes, hombro a hombro, asumiendo los retos que enfrentan, tal como ustedes lo han hecho con nosotros en el camino de lucha que nos ha juntado y en el que hemos crecido como hermanas y hermanos. 

Abrazamos a Cuba toda en este difícil momento y reivindicaremos el ejemplo de resistencia que son para nosotros, es el mejor homenaje que podemos entregar hoy, y nuestro más sentido compromiso.

VIDEO: Una Mega-Peregrinación contra los mega-proyectos en Chiapas

Del 14 al 25 de noviembre del 2016, el Pueblo Creyente de Chiapas, México, organizado en el Movimiento en Defensa de la Vida y del Territorio (MODEVITE), realiza una mega-peregrinación en la entidad en contra de los mega-proyectos que gobiernos y empresas imponen en los territorios de los pueblos originarios, violando sus derechos a la consulta, al agua y a un medio ambiente sano.

El 25 de noviembre, día internacional contra las violencias hacia las mujeres, el MODEVITE caminará en San Cristóbal de Las Casas. Saldrá de Rancho Nuevo a las 7 AM para llegar a la Plaza de la Paz a las 10 AM.

Caminemos con esos miles de mujeres y hombres cuyo amor por sus raices nos inspira. Su fe incansable en que su lucha logre despertar conciencias y frenar el despojo, nos anima a actuar día a día en defensa de nuestros territorios y derechos.

Más informes en Facebook – Modevite Chiapas y en la página web del movimiento.

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Cumbre del movimiento social y popular hondureño contra el extractivismo superó todas las expectativas

Hacia la estructuración de un plan estrategico nacional de resistencia y lucha

Por Giorgio Trucchi | LINyM

Tras tres jornadas de trabajo intenso cerró exitosamente este martes (15/3) la primera Cumbre de los pueblos y comunidades en lucha contra el extractivismo, impulsada y coordinada por la Plataforma del Movimiento Social y Popular de Honduras (PMSPH).

Más de 700 delegados y delegadas de unas 400 comunidades de todo el país se reunieron en Tegucigalpa para definir estrategias nacionales de lucha por la defensa de los bienes comunes de la naturaleza, así como visibilizar la gravedad del extractivismo en los territorios e impulsar la unidad comunitaria y territorial, la movilización y la resistencia permanente.

«Estos proyectos -se lee en la Proclama de la Cumbre- son desarrollados a costa de la violación de los derechos humanos, la violación del Convenio 169 de la OIT, la estigmatización y criminalización  a las organizaciones, la división de las comunidades, la judicialización de defensores y defensoras y el asesinato de compañeros y compañeras que han echo frente a este modelo de despojo que, a expensas de extraer nuestros bienes comunes para cubrir la demanda del gran capital, se empobrece a las comunidades», denuncia el movimiento social y popular hondureño en su Proclama.

De acuerdo con el análisis realizado por las y los delegados reunidos en mesas de trabajo, para abordar todos los aspectos relacionados con las principales afectaciones e impactos de los proyectos extractivistas sobre las comunidades, en Honduras se está impulsando una política de neo-colonización de los territorios «en la que el despojo es justificado bajo la idea del mal llamado desarrollo», que responde a un modelo de producción «que privilegia la obtención y acumulación de riquezas».

Actualmente, en Honduras existen 714 proyectos extractivos y se calcula que entre el 30 y 35% de su territorio ya está concesionado. Los pueblos y comunidades en lucha denuncian que la imposición del modelo extractivista estaría generando un acelerado caos climático, violencia e inseguridad, migración, desalojo forzado, desplazamiento de pueblos y comunidades.

Cancelación de proyectos extractivos

Ante esta situación, la Cumbre exigió la cancelación inmediata de todos los proyectos extractivos y la derogación de las leyes que permiten invertir en estos proyectos destructivos. También instó las autoridades a respetar los procedimientos expresados en convenios ratificados por Honduras, como por ejemplo el Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales y la Declaración de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas. Asimismo, condenó y exigió el cese de la militarización y represión en los territorios.

También hizo un fuerte llamado a las comunidades para que «sumamos fuerzas, defendamos lo que es nuestro y no permitamos que nos arrebaten esta casa común en la que vivimos». Por esto auspició que «juntos y juntas  nos levantemos en una sola fuerza para detener el empobrecimiento por despojo de nuestros pueblos», concluyó la Proclama.

«La participación ha sido extraordinaria y hay decenas de comunidades que se están sumando al esfuerzo que viene haciendo la Plataforma. Hay entusiasmo y disposición a juntarse, coordinar estrategias y planificar acciones de resistencia y lucha. Exigimos la derogación de las leyes y que se cancelen todos estos proyectos de muerte. No podemos continuar con una situación donde se han asesinado a compañeros y compañeras, destruido comunidades, desalojado a pueblos», dijo Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña, Ofraneh.

La dirigente garífuna agregó que próximanente se reunirán para terminar de definir lo que será el Plan nacional de unidad y lucha contra el extractivismo, sentar las bases para las próximas acciones y movilizaciones a nivel territorial y nacional, e iniciar la preparación de la segunda Cumbre de los pueblos y comunidades en lucha contra el extractivismo.

Para el 2 de marzo del próximo año, primer aniversario del asesinato de la dirigente indigena Berta Cáceres, cientos de comunidades a nivel nacional se movilizarán masivamente contra el modelo extractivista.

Un nuevo contexto de lucha y resistencia

«La actividad ha superado las expectativas, al tiempo que supera también una deuda que ha tenido el movimiento de resistencia territorial al extractivismo, o sea el hecho de encontrarse en una actividad de caracter nacional en perspectiva regional. Esta actividad marca las coincidencias en la modalidad de resistencia que se desarrolla en Honduras, y la convergencia con otras modalidades que hay en la región centroamericana», manifestó a la LINyM, Víctor Fernández, coordinador del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, MADJ.

Según él, este camino de intercambio y búsqueda de estrategias comunes que se ha iniciado «rompe con la idea de los pequeños espacios organizativos o de las luchas locales no vistas en un contexto nacional», al tiempo que «moraliza las luchas, permite sistematizar las experiencias y encontrar los pasos que debe seguir el modelo de resistencia», agregó.

El ex fiscal evidenció cuáles son los desafíos futuros para la Plataforma. El primero es la articulación efectiva, que no puede quedarse en simples encuentros, sino en acciones coordinadas de resistencia y desafios a la institucionalidad. Además hay que ir configurando la estrategia de uso popular de los bienes de la naturaleza.

«Al margen de lo que digan los gobiernos debemos definir claramente cuál es nuestra relación con la naturaleza, y plantear el control estratégico de todos los territorios y de la misma institucionalidad en su momento. Debemos desafiarla con nuestra práctica y con nuestro plateamiento teórico de un modelo alternativo y popular», concluyó Fernández.

México: Hablan los Pueblos y los Barrios

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CAMPAÑA NACIONAL EN DEFENSA DE LA MADRE TIERRA Y EL TERRITORIO

¿QUIENES SOMOS?

NOSOTR@S somos quienes habitamos estas tierras, aguas, montes y cerros. Somos guardianes del territorio porque desde tiempos inmemoriales la MADRE NATURALEZA nos ha dado vida a tod@s, por eso la queremos y respetamos. No sólo venimos del campo y de las comunidades indígenas, también venimos de la ciudad y luchamos hoy, por el deber que tenemos de dejarle a nuestros hij@s la misma casa común que nos heredaron nuestr@s abuel@s. Porque tod@s tenemos derecho a disfrutar tranquilamente de nuestra vida, por eso luchamos, por recuperar la paz en nuestras comunidades.

 

Con PREOCUPACIÓN VEMOS y SUFRIMOS que estamos viviendo  un NUEVO DESPOJO MASIVO DEL TERRITORIO, pero ahora la disputa no es sólo por la tierra o el agua, sino que ahora está en peligro la vida, la existencia de la naturaleza, TODA nuestra Madre Tierra. Por eso nuestra lucha es ahora también POR LA VIDA.

El gobierno quiere engañar al pueblo diciendo que somos egoístas, atrasados, anti-desarrollo, pero  nosotr@s no somos egoístas, ni atrasados, al contrario pensamos en el futuro, en la humanidad.  Lo que para nosotros es nuestra madre naturaleza, los bienes comunes naturales, para el gobierno son recursos naturales, mercancías que tienen precio y por eso nos acusan de obstruir el progreso y el bien de la nación. Pero si nosotr@s nos levantamos es porque ellos lo están provocando, porque no son territorios vacíos donde ellos están destruyendo la naturaleza y no tienen derecho a decidir sobre NUESTRAS vidas. Y esto se les saldrá de las manos.

Nuestras formas de organización y nuestra cultura no son obsoletas, nuestra forma de vida sí funciona, no es que nos haga pobres, sino que lo que nos está empobreciendo son sus políticas neoliberales. Entonces, el gobierno llega con su discurso de DESARROLLO y NOS QUIERE HACER CREER que un megaproyecto es igual a crecimiento económico, que es mejor para tod@s detener un río para instalar una hidroeléctrica, o destruir un cerro para atraer las inversiones mineras. Pero

HAY QUE PREGUNTARNOS:

logo-nos-cndmtyt¿A PROVECHO DE QUIÉN ES LA EXPLOTACIÓN DE LA MADRE NATURALEZA? Realmente la naturaleza que destruyen, no es para “beneficio” del resto del pueblo, sino sobre todo del empresario y del gobierno corrupto que nos divide a través de sus partidos políticos y programas sociales, quitándonos autonomía para depender de sus limosnas.

Nos hemos dado cuenta que el Gobierno solo está al servicio de los capitales trasnacionales y que sus decisiones están vendiendo nuestro futuro,  porque generar DESPOJO Y ESCASEZ  es un gran negocio para ellos.

Nos están haciendo pobres, material y espiritualmente. La causa de nuestra pobreza es el capitalismo/neoliberalismo y sus leyes del libre mercado. Debemos entender esta causa y debemos ser capaces de explicar el problema de forma sencilla y clara para que cualquiera lo pueda entender. Las reformas estructurales modificaron la estructura del Estado para despojar  del territorio y prosperidad a la gente pobre y dárselo todo a los ricos. Las Reformas Estructurales pretenden acabar con las conquistas logradas por nuestros abuelos en la Revolución Mexicana, la Reforma Agraria que restituye el territorio del pueblo al pueblo ha sido traicionada, hoy nuevamente están legalizando el despojo de las tierras, montes, aguas y cerros. Han roto el contrato social plasmado en la Constitución, que incluía los derechos de los pueblos indígenas, campesinos, obreros y de la gente pobre de este país.

¿QUE HACEMOS?

Pasar de la defensiva a la ofensiva,  tenemos que actuar ya, las consecuencias de esta nueva colonia comienzan a ser irreversibles. No basta con indignarse, con reclamar y exigir, hay que organizarnos de manera independiente, ir compartiendo saberes, identificándonos, fortaleciendo nuestra cultura. Tenemos que recuperar los valores comunitarios, reapropiarnos de eso que intentan despojarnos. Porque sin tierra y territorio la vida no es posible.

Es urgente comprender que estamos viviendo la catástrofe, el deterioro de la vida, porque cada vez que estos proyectos contaminan en los territorios de los pueblos un río, un bosque, una selva, el problema no es sólo para quienes los habitamos, sino para tod@s, porque se atenta contra la vida misma.

CONSTRUYAMOS JUNT@S UNA CAMPAÑA NACIONAL EN DEFENSA DE LA MADRE TIERRA Y EL TERRITORIO

El mensaje es simple:

LA VIDA Y EL TERRITORIO ESTÁN EN RIESGO,

TENEMOS QUE DEFENDERNOS HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS.

La tarea es combatir la desinformación de que no está pasando nada con los pueblos y bienes naturales de nuestro país. A nivel mundial, nos conocen como el país del narcotráfico y la violencia, y mientras tanto al interior los mexicanos estamos sufriendo el mayor despojo y retroceso de nuestros derechos. Bajo el pretexto del narcotráfico, han sacado al ejército a las calles, violando el artículo 129 de la constitución sobre el acuartelamiento que deben tener las fuerzas castrenses, y utilizan esta militarización para imponer los proyectos de muerte en nuestros pueblos y comunidades, contradiciendo la obligación que tienen las fuerzas castrenses de proteger la soberanía nacional que reside esencial y originalmente en el pueblo. ¡Tienen que defender al pueblo, no estar contra él! y esto incluye la defensa de nuestro territorio frente a intereses extranjeros.

Por eso es necesario que hagamos volantes, radios comunitarias, acciones para informar en nuestras comunidades y ciudades lo que nos está pasando. Conocernos entre l@s afectad@s y difundir la palabra hacia el interior y el exterior.

Hay que alzar la voz colectiva. Llevar lejos las experiencias. Denunciar la generalizada situación nacional de despojo del territorio, difundir los datos duros que demuestran la urgencia de cambiar las cosas. Hay que hacer viajar la palabra, como viaja el aire. Hablar con fundamentos, con razones, pero también desde las emociones y los sentimientos. Hay que traducir el mensaje de lo que nos está pasando a todas nuestros  idiomas indígenas. Contra la muerte que significan sus proyectos, debemos crear vida.

Debemos hacer conciencia desde nuestros hogares y familias. Dejemos de ser mujeres y hombres machistas e individualistas, reconozcamos el valor de la mujer. Fortalezcamos la vida, la alimentación saludable y la organización comunitaria.

Defendamos la cultura de nuestros pueblos, el control de producir nuestros alimentos, reconstruyamos nuestros sistemas normativos y de gobierno, nuestras instituciones comunitarias: la autonomía y el autogobierno. Creemos nuestras propias leyes, porque cuando la ley es injusta, lo justo es desobedecerla.

Levantémonos junt@s, sol@s no podemos. Cobijémonos entre tod@s. Si nosotr@s nos unimos, ellos tiemblan. Estamos viviendo la historia y queremos formar parte de ella. Ya no tenemos miedo. Porque todas nuestras luchas nos llevan a un OBJETIVO COMÚN: La DEFENSA de la VIDA y la MADRE TIERRA.

Es por eso que a partir de este 10 de abril y hasta el 20 de noviembre de 2016 realizaremos una Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra, la vida y el territorio, difundiendo tres mensajes centrales:

  • En todo el país y en todas nuestras comunidades difundiremos nuestras luchas e historias, de cómo defendemos la tierra, la vida y el territorio. Saldremos a todos los lugares donde nos inviten, a explicar cómo nuestra Madre Tierra está siendo destruida y nos está siendo despojada, haciendo morir a la naturaleza, a nuestras comunidades, barrios y pueblos y explicaremos porqué creemos que es importante preservarl@s. Vamos a contarles que nuestra lucha no es sólo por nuestras tierras, ni sólo por nuestros pueblos y barrios, sino que es en defensa de la vida, de la Madre Tierra, en defensa del futuro y el presente digno de todas y todos.
  • Difundiremos nuestra palabra por todos los medios a nuestro alcance para explicar y denunciar cómo esta destrucción le da ganancias a los señores del dinero y a esa ganancia depredadora, ellos les llaman desarrollo y progreso.
  • Haremos visible las alternativas de vida y de gobierno que en los pueblos y ciudades estamos llevando a cabo, para demostrar lo que es un verdadero desarrollo y que sí es posible otra forma de vivir en sociedad respetando la madre tierra y a nuestros hermanos, sembrando futuro, no muerte.

CONVOCAMOS A SUMARSE A ESTA CAMPAÑA:

A todos los pueblos, comunidades, barrios y colonias que sufren del despojo; a todas y todos quienes sufren de la destrucción de la Madre Tierra provocada por los proyectos depredadores mineros, petroleros, forestales o que hacen del agua una mercancía; llamamos a todas y todos aquellos que luchan contra los agrotóxicos, los monocultivos y tratan de preservar nuestras semillas; a todas aquellas comunidades que son avasalladas por megaproyectos energéticos (hidroeléctricas, eólicas, termoeléctricas, gasoductos, fracking), de infraestructura (autopistas, aeropuertos, trenes) y de minería; a todas las comunidades que están siendo afectadas por la contaminación de la industria y otros proyectos de muerte; a todos los barrios y colonias que en las ciudades resisten la imposición de grandes avenidas, megacentros comerciales, transporte masivo, desarrollos urbanos y basureros; llamamos a todas y todos quienes luchan contra el intento de volver mercancía las playas, los manglares, los lagos, los bosques y las áreas naturales protegidas.

Les llamamos con urgencia a ser parte de la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el territorio. A tod@s les invitamos:

  • A enlazarse con el Comité de Pueblos y Organizaciones de esta campaña para sumarse y ser parte de esta iniciativa.
  • A realizar entre mayo y septiembre alguna actividad comunitaria o barrial como parte de la campaña. Si ustedes lo consideran útil y pertinente invitarnos, en medida de nuestras posibilidades, los pueblos, académicos y organizaciones que lanzamos esta iniciativa, podríamos acudir directamente a apoyar dicha actividad. Y los invitamos también a que puedan acudir a otros pueblos y comunidades a difundir su propia lucha y apoyar a otr@s narrando su propia experiencia en defensa de la Madre Tierra.
  • A participar, dependiendo de sus posibilidades, en una acción estatal o regional organizada desde las coordinaciones que se han ido formando en la preparación de esta campaña.
  • A difundir en sus comunidades y barrios los materiales que hemos preparado y que explican nuestros tres mensajes centrales de esta campaña nacional y; a compartir los que ustedes mismos han realizado.

Llamamos a la sociedad civil organizada, a los colectivos, a las organizaciones civiles, religiosas, a los trabajadores organizados, a los estudiantes, a los medios libres y alternativos, a las organizaciones sociales y populares, ambientalistas, feministas, juveniles y de derechos humanos a ser parte de esta campaña, a ayudar a difundir nuestra voz y nuestro mensaje de defensa de la Madre Tierra. A los diferentes movimientos sociales que se extienden a lo largo y ancho del país, los llamamos a coordinarnos, a tejer unidad, porque solos no podemos defender la soberanía, futuro y presente de nuestro país.

A la sociedad civil organizada y no organizada la invitamos:

  • A registrarse durante todo el mes de abril como parte de la campaña nacional en defensa de la Madre Tierra
  • A realizar entre mayo y septiembre, alguna actividad en su escuela, centro de trabajo, colonia o barrio, que difunda nuestros tres mensajes. En medida de nuestras posibilidades, y si así lo determinan, alguna comisión de los pueblos, barrios, académicos u organizaciones que participamos en esta iniciativa podremos acudir a estas actividades. Todas las actividades registradas serán difundidas desde la página central de la Campaña Nacional.
  • A difundir, reproducir y replicar los materiales que hemos preparado para esta campaña nacional, al interior de sus organizaciones pero sobre todo en los sectores, comunidades y territorios donde ustedes luchan y se organizan.

Tod@s junt@s: pueblos, comunidades y barrios en defensa de la Madre Tierra, sociedad civil organizada y no organizada, preparémonos desde hoy, una movilización nacional en defensa de la vida, el territorio y la Madre Tierra para el próximo 20 de noviembre de 2016 y difundámosla previamente durante los meses de septiembre y octubre.

Tod@s nosotr@s, somos del color del arcoíris, l@s guardianes e hij@s de la madre tierra, l@s que la defendemos ante el cáncer de las “leyes del mercado y la catástrofe”, que nos la arrebatan, la enferman y matan. Nosotr@s hemos escuchado y respondido  al llamado de amor y dignidad de nuestra madre. Es momento que pasemos la voz para que otr@s también lo hagan. Porque al despojarnos de nuestros territorios, la vida está en riesgo y los afectados somos tod@s, por eso ya estamos luchando, pero necesitamos ser más…

PORQUE tod@s somos tierra, vivimos en ella, la amamos y dependemos de ella,

PORQUE las afectaciones son para TOD@S:

¡LA LUCHA ES DE TOD@S!

Más información en http://www.defensamadretierra.mx/

Apuntes para la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo

Coordinación de Comunicación de la Jornada

La revista de la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo ha sido elaborado con el esfuerzo conjunto de las redes que hacen parte de la jornada.  El material es un aporte para el debate y la reflexión conjunta.

ÍNDiCE

Apuntes sobre Integración: Por una Articulación Continental

Apuntes sobre Democracia, Soberanía y Autodeterminación

El Poder de las Empresas Transnacionales X La Soberanía de los Pueblos

Apuntes sobre Libre Comercio

Glosario

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Jornada Continental por la Democracia y Contra el Neoliberalismo – 4 Noviembre 16

Boletín del WRM: Los pueblos de “América Media” luchando por sus territorios y contra toda forma de opresión

Boletín nº 226- Octubre 2016

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“América Media”: pueblos en resistencia ante un pasado colonial que perdura con imposición y violencia

Cuando pensamos en los países que van desde el sur de México hasta Panamá, acostumbramos hablar de América Central o Centroamérica. Es decir, en nuestro imaginario, ese sería el nombre que usaríamos para situar el territorio que se encuentra entre la región Sur y la región Norte del continente americano. Sin embargo, las historias, culturas, economías y políticas de este territorio cuentan una historia diferente y nos obligan a reflexionar más allá sobre sus límites y definiciones.
 
Mientras que administrativamente, Centroamérica comprende siete países: Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá; algunos historiadores aún delimitan la región de acuerdo a los límites establecidos por uno de los virreinatos de la colonia española, es decir, los actuales países de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.


Por otra parte, la antropología definió como Mesoamérica a los territorios que comprenden desde la mitad sur de México, los territorios de Guatemala, Belice y El Salvador, así como el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica, donde se asentaron grupos de las zonas precolombinas de México y del Caribe – tales como los pueblos Mayas, Lencas, Pipiles, Kunas, Chorotegas, Nasos, Bribris, entre otros -, y que han habitado estos parajes durante milenios. No debemos confundirnos con otras divisiones que han sido creadas por organizaciones internacionales para pretender una “integración” económica que apunta a expandir el comercio neoliberal en estos territorios.
 
Pero la historia oficial, antropológica y colonial no considera las otras diversas historias que los pueblos, culturas y geografías nos cuentan. Aquellas que tienen que ver con los intercambios culturales y políticos, las luchas de resistencia, las percepciones y formaciones de lugares sagrados, territorios y que dan un sentido de pertenencia a esta “América Media”, en el sentido amplio de la palabra, desde el sur de México hasta Panamá.
 
Esta “América Media” entonces es un territorio definido y re-definido a lo largo de los años por sus pueblos y culturas. A través del tiempo, no obstante, y sobretodo desde la era de la colonización, su papel ha sido el de zona de disputa territorial entre las grandes potencias europeas —a las que se sumó a fines del siglo XIX, Estados Unidos—, con el objetivo de explotar y controlar sus “recursos naturales”. Su ubicación es estratégica, ya que permite cortar camino en la comunicación de los océanos Atlántico y Pacífico por vía marítima. Además, es una zona de altísima biodiversidad en términos de bosques y manglares, suelos fértiles, ricas reservas de agua dulce, así como de enormes reservas de petróleo y minerales.
 
Durante poco más del último siglo, estos territorios han estado modulados por movimientos de liberación y emancipación social, seguidos por cruentas dictaduras militares. La fuerte violencia política y persecución social que continúa en la actualidad no ha impedido a que las luchas de resistencia se siguieran multiplicando por todos sus rincones. Sin embargo, en la actualidad, con los movimientos y organizaciones de base enfocados especialmente en la defensa de los territorios y contra la imposición de un modelo extractivista destructivo, los niveles de violación a los derechos humanos y colectivos de los pueblos es alarmante.
 
Este boletín busca apoyar y honrar a estos pueblos diversos y sus luchas de resistencia. Por tanto, es un boletín dedicado a reflexionar sobre esa “América Media”, es decir, a los territorios definidos por sus pueblos, historias y luchas que van desde el sur de México hasta Panamá. De la mano de organizaciones aliadas en estos territorios, el WRM ha buscado resaltar las imposiciones y luchas que desde hace muchísimos años vienen pugnando los pueblos en la defensa de sus bosques, tierras y culturas.
 
El empuje por expandir las plantaciones de monocultivos, las concesiones mineras y petroleras, los proyectos de “conservación” tipo REDD+, las hidroeléctricas, los proyectos de infraestructura, entre otros, ha ido de la mano de una violenta represión -con casi total impunidad- de cada vez más personas que resisten ese modelo económico que está al servicio del gran capital. En palabras de Berta Cáceres, líder indígena asesinada en Honduras, cuyo legado ha trascendido los territorios de la “América Media”, “La madre tierra, militarizada, cercada, envenenada, donde se violan sistemáticamente derechos elementales, nos exige actuar. Construyamos sociedades capaces de coexistir  de manera justa, digna y por la vida. Juntémonos y sigamos con esperanza defendiendo y cuidando la sangre de la tierra y sus espíritus”.
 
Esperamos que este boletín ayude a dar visibilidad a estas luchas y así entender mejor los diversos procesos que pretenden imponerse en estos territorios.

LOS PUEBLOS DE «AMÉRICA MEDIA» LUCHANDO POR SUS TERRITORIOS Y CONTRA TODA FORMA DE OPRESIÓN
Modelo extractivista: el despojo de territorios y la criminalización de la protesta en Centroamérica
Un modelo impuesto que saquea y expulsa a pueblos enteros de sus tierras, que criminaliza y reprime la protesta, que asesina gozando de total impunidad. Pese a esto, la resistencia crece y clama solidaridad.
 
Expansión de las plantaciones de palma aceitera como política de Estado en Centroamérica
Aspectos históricos, ambientales, laborales y económicos unen el fenómeno de expansión de los monocultivos de la palma aceitera en Centroamérica, el cual se incrementa con la demanda de este aceite a nivel global.
 
Madre Vieja: el río que llegó al mar
En febrero de 2016, varias comunidades de la cuenca del río Madre Vieja en Guatemala, se armaron de valor, denunciaron el desvío y robo del agua por parte de las agroindustrias, y emprendieron una pacífica batalla por la liberación de su río.
 
Neocolonialismo y plantaciones en la costa Garífuna de Centroamérica
Un siglo después de la invasión a Honduras por Sam Zemurray y Manuel Bonilla con las empresas bananeras y luego de palma aceitera, se inicia una nueva imposición con la amenaza de las llamadas “ciudades modelo”.
 
El Modelo Extractivo Minero: amenaza potencial contra la diversidad biológica en Mesoamérica
A pesar de los intentos para hacerle creer a la población que el extractivismo minero significa desarrollo sustentable, los pueblos de Mesoamérica, alertados sobre la contaminación que éste produce, caminan en la construcción de diferentes formas de resistencia.
 
La defensa del territorio cuerpo-tierra: una alternativa para los movimientos sociales en resistencia
Es necesario hacer una defensa integral por el derecho a decidir sobre el territorio, el cuerpo y la vida. Solamente uniendo las luchas, éstas tienen posibilidades de resistir y crear alternativas para transformar el sistema capitalista, patriarcal y colonial.
 
Semuc Champey, Guatemala: donde el río se esconde
Un extraordinario bosque fue convertido en “área protegida” sin siquiera consultar con las comunidades que habitaron y cuidaron de esas tierras desde hace siglos. Este “modelo de conservación” se suma a una serie de violaciones históricas.
 

 

 

La Lucha por la Tierra en Chiapas (1972-1993)

Antecedentes de la sublevación neozapatista

Por: JORGE FAVA. larevolucionseminal
“Dura y amarga ha sido la experiencia pero hemos
aprendido: lo que no hagamos por nosotros no lo
hará nadie, y estamos dispuestos a lucha por
recobrar nuestras tierras”.
Carta de la Comunidad de Monte Líbano al
presidente de México Miguel de la Madrid.
Municipio de Ocosingo, Chiapas, 1983.
1.- INTRODUCCIÓN
El estado de Chiapas, situado en el sureste mexicano, ocupa una superficie de 75.634,4 kilómetros cuadrados en la que se distribuyen 111 municipios, 16.400 localidades y una población, según el censo de 1990, de 3.200.000 habitantes, de los cuales aproximadamente un millón son indígenas. El 60% del total de estos pobladores viven en el campo. Económicamente, Chiapas es un estado rico en petróleo, gas, energía eléctrica (el 55% de la energía nacional de origen hidroeléctrico proviene de este estado), ganadería, agricultura, silvicultura, café, miel, mango, caña de azúcar, algodón, etc. No obstante ello, un tercio de las viviendas chiapanecas no tienen luz, la mitad no tiene agua potable, el 54% de los habitantes están desnutridos (en la región de los Altos y la Selva el porcentaje es aún mayor), el 90% de la población rural tiene ingresos mínimos o no tiene ninguno y el analfabetismo alcanza al 30% del total de los residentes del estado y al 50% en las comunidades indias. Se calcula que en Chiapas mueren cada año aproximadamente 14.500 personas de enfermedades curables, constituyéndose en el índice de mortalidad más alto del país.[1]
    En la estructura económica chiapaneca “los pobres –dice el investigador Alejandro Guevara- están ligados generalmente a las actividades productivas de bajo valor agregados como es el caso del sector primario”.[2] A dicho sector pertenecen mayoritariamente los 300 mil tzeltales, 120 mil choles, 90 mil zoques, 300 mil tzotziles y 70 mil tojolabales, entre otras etnias nativas del estado.[3] En este contexto la cuestión de la tenencia de la tierra se torna crucial. De acuerdo a los autores Luis Duhalde y Enrique Dratman (según datos de 1994), “en Chiapas existen por lo menos 50.000 campesinos que demandan la entrega de tierras y en el estado se concentra casi el 30% del rezago agrario nacional, lo que significa, según estimaciones de la Confederación Campesina, 112.000 expedientes. En este estado, aproximadamente 6.000 familias detentan 2.856.000 hectáreas dedicas a la ganadería, que representa casi la mitad de la superficie rural del estado, lo que denota su poderío económico y político”.[4] Esta situación de desequilibrio en la posesión de la tierra impulsó a ejidatarios y comuneros a una lucha sin cuartel con el objeto de lograr una distribución más justa de las mismas.
    Abordamos aquí brevemente la evolución del conflicto chiapaneco y el desarrollo de sus combativas organizaciones campesino-indígenas independientes. Esta sucinta historia sobre la lucha por la tierra en Chiapas está basada en el excelente libro del Profesor Thomas Benjamin: “Chiapas: Tierra Rica, Pueblo Pobre”,[5] cuya lectura recomendamos para una profunda comprensión del desarrollo histórico-social del mencionado conflicto agrario en el sureste mexicano. Del largo proceso chiapaneco (que Benjamin analiza de manera completa en su libro), nos ocupamos aquí solo de los veintidós años que van de 1972 a 1993, con el objeto de esclarecer los acontecimientos principales que llevaron a los indígenas a la lucha autogestionaria por sus tierras, la que finalmente  desembocó, luego de reiteradas frustraciones, en la sublevación de enero de 1994.
 
 2.- 1972-1981: LA LUCHA AUTOGESTIONARIA CAMPESINO-INDÍGENA
 
     Convencidos de que la solución a sus reclamos de tierra no habrían de llegar a través de las organizaciones sindicales nacionales y regionales oficiales, la Confederación Nacional Campesina (CNC) y su brazo local, la Liga de Comunidades Agrarias de Chiapas (LCACH), los campesinos comenzaron a organizarse de forma independiente. La experiencia acumulada en las décadas anteriores puso en evidencia la inoperancia interesada de estas organizaciones sindicales agraristas y su connivencia con el poder y los terratenientes. Además, la gestión de la Secretaría de la Reforma Agraria se  mostró “indiferente y apática” ante los pedidos de los ejidatarios y los campesinos indios, según lo han reconocido las propias organizaciones sindicales campesinas oficialistas. Por su parte, el estado, en esta etapa específica del conflicto, no supo (y en ocasiones no quiso) dimensionar la complejidad de la situación en Chiapas y lograr tener así un diagnóstico más acertado de lo que allí ocurría, para luego obrar en consecuencia. “La asignación de recursos a Chiapas en los setenta –dice al respecto Thomas Benjamin- fue escasa y tardía. En ese entonces se combinaban muchos factores para crear una situación explosiva: sobrepoblación, erosión y agotamiento del suelo, la perniciosa corrupción de las oficinas gubernamentales que trabajan con los campesinos, aumento de precios y estancamiento de salarios, una concentración creciente de tierras de cultivo, la expansión de pastizales para la ganadería en tierras agrícolas, demora y –lo peor de todo- fraude, demora y pasmo en el proceso de reforma agraria”.[6] Pero, como este mismo autor lo señala, la clave del activismo campesino en los comienzos de 1970 fueron las solicitudes de tierras y la casi inexistente respuesta a las mismas por parte de la Secretaría de la Reforma Agraria, así como también la manifiesta impotencia de la CNC para gestionarlas con éxito.[7]
 
    El Primer Congreso Indígena de Chiapas realizado del 13 al 15 de octubre de 1974 y organizado por la diócesis de San Cristóbal de las Casas, marca el inicio de la politización y organización indígena. Allí se reunieron tzeltales, tzotziles, tojolabales y choles en representación de más de 300 comunidades, las que posteriormente darían lugar a las organizaciones independientes de base en lucha por la tierra.
 
    De resultas de este Congreso, surgen tres movimientos populares e independientes en las regiones con mayor conflicto etno-social de Chiapas: la Selva, Simojovel (al norte) y Venustiano Carranza (en el centro). En la Selva, el gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) otorgó en marzo de 1972 una gran extensión de tierra (más de 600 mil hectáreas) a un grupo de 66 familias lacandonas y a una compañía maderera. Disimulado tras un acto de reparación histórica a los indígenas lacandones se pretendía esconder al verdadero beneficiario de la amplia concesión de tierras y sus inmensas riquezas forestales: la compañía maderera. Los 71 mil tzeltalez, tzotziles, choles y tojolabales afectados por esta resolución presidencial, decididos a no abandonar las tierras que ocupaban desde hacia mucho tiempo atrás y de las cuales obtenían su sustento, fueron declarados “invasores” por el gobierno que en 1975 envió al ejército para desalojarlos. En respuesta, los migrantes tzeltales fundan en 1976 tres Uniones de Ejidos (UE) diferentes: Quiptic Ta Lecubtesel (unidos por nuestra fuerza) en el valle de San Quintín, Ocosingo,  y las Uniones de Ejidos Tierra y Libertad y Lucha Campesina en Las Margaritas; todas controladas por delegados del Congreso Indígena. Las uniones de ejidos emprenden así una larga e infructuosa lucha en defensa de sus derechos, la que da nacimiento en 1980 en el ejido Bajucú a la organización Unión de Uniones Ejidales y Grupos Campesinos Solidarios de Chiapas (UU), que reunía a aproximadamente 150 comunidades indígenas repartidas en 11 municipios.

 

    En el norte del estado, en los municipios productores de café de Simojovel, El Bosque, Huitiupán y Sabanilla, el activismo campesino-indígena concentró sus esfuerzos en la recuperación de la tierra. Anteriores reformas agrarias (1934-1959) habían dado tierras a los campesinos ejidatarios pero de muy baja productividad, cuestión a la que para la década del ’70 se debió agregar la superpoblación de dichas tierras y el consecuente problema del minifundismo, lo que obligó a los campesinos a trabajar en las grandes fincas cafetaleras de la región como peones “acasillados”. En 1975 y 1976, desmoralizados por los nulos resultados obtenidos a través de las gestiones de la CNC, comenzaron las tomas de tierras y la posterior represión por parte del ejército y las guardias “contrainsurgentes” organizadas por los caciques. Esta nueva estrategia de acción directa estaba dirigida por un comité central de siete ejidos, nacido al calor del Congreso Indígena de Huitiupán. Para 1977, este comité central aglutinaba a 37 ejidos de Huitiupán, El Bosque, Simojovel y Sabanilla, los que en los siguientes tres años invadieron 19 fincas. Sobre el final de la década, el comité central solicitó ayuda a la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) con el propósito de atender los reclamos de los trabajadores asalariados de las fincas. En 1978, se creó en la zona del ingenio Pujiltic, municipio de Venustiano Carranza, la Unión de Ejidos 28 de de Septiembre, la que requirió su afiliación a esta central, expandiéndose así su área de influencia en la región. La instalación de la CIOAC en Chiapas trajo roces con la CNC, que intentó contrarrestar las acciones de ésta organizando rompehuelgas e invadiendo tierras ya invadidas por la CIOAC.  A esta confrontación se sumó la acción represiva del gobierno estatal, el que en apoyo del sindicato oficialista, persiguió, encarceló y asesinó a dirigentes de la CIOAC. Para esta organización independiente, la lucha en Chiapas reunía dos objetivos principales,  los derechos laborales y los agrarios, y era llevada a cabo a través de una doble acción: una imperativa negociación con la Secretaría de la Reforma Agraria y, simultáneamente, la toma de tierras. Los primeros logros de esta estrategia habrían de esperar hasta 1987, cuando finalmente el gobierno autorizó la titularización de 16 ejidos reclamados por la CIOAC.
 

 

    Venustiano Carranza es el tercer lugar donde surge en 1973 un movimiento independiente de lucha por la tierra en Chiapas. Llamado “Movimiento de la Casa del Pueblo”, por su lugar de reunión, canalizó las frustraciones de los campesinos de esta región que demandaban tierras al Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (DAAC). Su estrategia de lucha incluyó la acción directa, y en 1974 tomaron las oficinas del DAAC en Tuxtla Gutiérrez con el objeto de impulsar la puesta en práctica del decreto agrario de 1965.[8] En 1975, fue asesinado el dirigente Bartolomé Martínez Villatoro, y el ejército ocupó la Casa del Pueblo donde se produjo un tiroteo que resultó en la muerte de comuneros y soldados. El liderazgo del movimiento fue arrestado y la organización se dividió entre quienes intentaron un acercamiento al gobierno y sus planes de ayuda y quienes optaron por contrarrestar esta estrategia de “dividir para reinar” creando alianzas entre campesinos aislados. Dirigentes de esta última línea participaron en 1979 en el congreso  donde se creó la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA) en Milpa Alta, Distrito Federal, quienes, con la ayuda de los catequistas católicos, se expandieron dentro de Chiapas. En 1980, se unieron con ejidos y comunidades indígenas de los municipios de Simojovel y Las Margaritas para formar la Coordinadora Provisional de Chiapas (CPCH), la que en julio de 1982, pasó a denominarse Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ). Esta habría de convertirse en la mayor de las organizaciones independientes populares de Chiapas, como así también en la más combativa.

    Durante los ’80, la OCEZ, a diferencia de la CIOAC, se mantuvo independiente de influencia política partidista alguna, y, contrariamente a la ARIC (Asociación Rural de Interés Colectivo, fundada en Ocosingo en 1988), lejos de las agencias gubernamentales, lo que a posteriori habría de significarle una mayor afluencia de afiliados. Fiel a su política de tejer alianzas mayores, en 1980 la OCEZ se unió a la Coordinadora de Luchas de Chiapas (CLCH), una instancia organizativa amplia que fue prontamente desbaratada por la represión desatada contra ella. También tejió alianza con el Frente Nacional Democrático Popular (FNDP), una organización sospechada por algunos miembros de la OCEZ de estar infiltrada por el gobierno. En 1988, la agrupación se escinde en dos grupos como producto de discrepancias internas (el cuestionamiento a la unión con el FNDP, entre otras), con acusaciones cruzadas. Se supone que esta organización desarrolló en 1992 nuevos frentes en la Selva, los Altos y el norte de Chiapas bajo el nombre de Alianza Nacional Campesina Independiente Emiliano Zapata (ANCIEZ). Para algunos especialistas OCEZ y ANCIEZ son lo mismo con diferentes nombres.

  Otras organizaciones campesinas surgieron en esta época. En 1975, por ejemplo, la Alianza Campesina 10 de Abril (fecha del asesinato de Emiliano Zapata) coordinó tomas de tierras en los municipios de Ángel Albino Corzo, Chiapa de Corzo, Villa Flores, Venustiano Carranza, Socoltenango, Comalapa y Tzimil. Para inicios de 1982, hizo su aparición la Alianza Campesino Revolucionaria (ACR) y propició tomas de tierras en la costa del Pacífico de Chiapas.

    La intensa disputa por la tierra y las consecuentes invasiones que de ella se derivaron, no fueron protagonizadas exclusivamente por los campesinos. Un estudio realizado en los setenta en Chiapas, concluyó que de 115 casos de disputas agrarias graves 87 habían sido intrusiones de ganaderos en tierras comunales o ejidales.[9]
 
    La lucha del movimiento campesino-indígena y sus organizaciones de base, independientes y democráticas, contra la situación imperante en el campo chiapaneco generó una dura respuesta desde el poder. El encarcelamiento y/o asesinato de activistas sociales fueron recursos comunes a los que echaron mano tanto el estado como los finqueros, con el objeto de desarticular la creciente organización popular. Esta macabra tarea se profundizará en la década siguiente a través de una creciente militarización del estado y el control social de las comunidades indígenas.
 
3.- 1982-1993: AHOGAR AL MOVIMIENTO EN SANGRE
 
    Al conflicto por la tierra en Chiapas habrá de sumarse en esta década larga, como una marca de época, el drama de los refugiados guatemaltecos, la guerra revolucionaria en los países centroamericanos (Guatemala y El Salvador) y la erupción del volcán Chichonal (que obligó a reubicar a 14 mil indígenas zoques, muchos de ellos por la fuerza), lo que impulsó al gobierno a llevar adelante un creciente proceso de militarización del estado y nombrar como gobernador al general Absalón Castellanos Domínguez (1982-1988). “Hacia 1987 –señala Thomas Benjamin-, aproximadamente  4 mil soldados fueron destinados a Chiapas. Las dos fuerzas policiales del estado, la Policía de Seguridad Pública y la Policía Judicial, se pusieron bajo el mando de oficiales militares”.[10] La vía represiva con la que se pretendía ahogar en sangre al movimiento campesino-indígena independiente chiapaneco estaba en marcha.
 
    A partir de mediados de 1982, comenzaron a llegar a Chiapas oleadas de refugiados guatemaltecos, indígenas en su mayoría, que huían de la campaña de “tierra arrasada” que llevaba adelante el gobierno militar del general Efraín Ríos Montt en el noroeste del país vecino. En los años siguientes estos refugiados se establecerán en noventa campos a lo largo de la frontera con Guatemala, sumando para mediados de la década aproximadamente 50 mil personas. El gobierno, así como entidades empresariales mexicanas, temían que con los refugiados se infiltrasen las guerrillas centroamericanas con el objeto de diseminar en la región la ideología revolucionaria. Por tal motivo se tomaron una serie de medidas de seguridad que incluyeron, entre otras, maniobras de contrainsurgencia por parte del ejército mexicano en los municipios choles de Tila y Sabanilla, en la Selva y en la frontera con Guatemala, y el traslado de aproximadamente 18 mil refugiados al estado de Campeche.
 
    Con el objeto de bajar la tensión y desactivar posibles nuevos conflictos por la propiedad de la tierra, el gobierno nacional creó en 1984 el Programa de Rehabilitación Agraria (PRA), dándole prioridad a las zonas socialmente calientes de la Selva, Simojovel y Venustiano Carranza. No obstante su objetivo declarado de ayudar a los pequeños campesinos, los mayores beneficiarios del plan fueron los terratenientes y algunos burócratas de la Secretaría de la Reforma Agraria, quienes entre 1984 y 1987 se fagocitaron la mayor parte del presupuesto destinado a este propósito.

 

    Al tiempo que la crisis agraria se agravaba y las movilizaciones campesino-indígenas aumentaban poniendo mayor presión a la disputa por la tenencia de la tierra, el gobierno del general Absalón  Castellanos ponía todos los recursos del estado en pro de la protección de los propietarios privados contra las invasiones de tierras y las expropiaciones por la reforma agraria. No obstante, las tomas de tierras siguieron adelante. El panorama era el siguiente: en 1983 un grupo de campesinos invadieron 128 fincas; en junio de 1985, la CIOAC anunció que afiliados de su organización habían ocupado 109 grandes propiedades en diferentes municipios del estado. Y no fueron las únicas.
 
    Insertos en una dinámica de acción-reacción, a las invasiones les siguieron las expulsiones, muchas realizadas con suma violencia por tropas del ejército o la policía estatal. Esta espiral de terror fue creciendo, mientras los muertos se apilaban mayoritariamente de un solo lado. El hostigamiento a las organizaciones campesinas e indígenas independientes se efectivizaba a través de la persecución y el encarcelamiento de sus integrantes, o lisa y llanamente el asesinato de los mismos. En 1987, la Academia Mexicana de Derechos Humanos definió al gobierno del general Absalón Castellanos como el más represivo del país.[11]

 

    Durante el período 1988-94, el gobierno central instituyó un programa nacional para las poblaciones en situación de pobreza, denominado Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL). Este programa proporcionaba fondos a los denominados Comités Locales de Solidaridad para la puesta en ejecución de proyectos de desarrollo en los distintos estados de la Unión. El gobernador de Chiapas manejó esos fondos de manera arbitraria y corrupta, utilizándolos para recompensar a sus aliados políticos locales mientras ignoraba a las comunidades y organizaciones independientes. A comienzos de 1994, el propio Consejo Consultivo de Solidaridad dio a conocer un estudio en el que destacaba que, con respecto a Chiapas, en los “municipios más pobres de la entidad, que son justamente algunos de los involucrados en el conflicto armado, la presencia de Solidaridad en el combate a la pobreza extrema fue por demás exigua”.[12]
 
    Entre 1991 y 1992, el presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) reformó el Artículo 27 de la Constitución Nacional, con el objeto de cambiar el sistema ejidal de tenencia de la tierra y abrirlo a la inversión privada. Esta innovación hería de muerte a la reforma agraria, ya que negaba el derecho de los campesinos a solicitar la redistribución de la tierra y permitía rentar o vender las parcelas ejidales, las que, con toda seguridad, terminarían siendo absorbidas por los terratenientes y/o por los bancos a través de la ejecución judicial de los créditos caídos en mora, agravando aún más el problema. La respuesta fue inmediata, miles de campesinos de distintas asociaciones se movilizaron en Ocosingo en protesta por la reforma del Artículo 27 y demandaron el reparto de tierras, la cancelación de las carteras vencidas y el respeto a su forma de vida.

 

    Como vimos, en la década de 1980 Chiapas asistió a una escalada represiva sin precedentes, situación que no varió sustancialmente en los tres primeros años de la década siguiente, y que junto a las recurrentes crisis agrarias y económicas “crearon una grave crisis de justicia”.[13] Ante este panorama, las organizaciones de base del movimiento indígena chiapaneco se vieron enfrentadas a una disyuntiva de hierro: explorar nuevas formas de lucha o resignarse a una realidad de miseria y opresión. La respuesta a este dilema se la harán conocer al país y al mundo el 1° de enero de 1994.
 

 


* Este artículo fue escrito en febrero de 2015 y se publica aquí por primera vez.

[1] La mayor parte de estos datos fueron tomados del documento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), titulado “Chiapas: el Sureste en Dos Vientos, Una Tormenta y Una Profecía”. Firmado por el subcomandante Marcos y fechado en agosto de 1992, fue publicado por el diario La Jornada, México, el 27 de enero de 1994.

[2] Guevara, Alejandro: Perfil Socio-económico de Chiapas. En: De Lella, Cayetano y Ezcurra, Ana (comp.): Chiapas, entre la Tormenta y la Profecía. Lugar Editorial. Buenos Aires, 1994. Pág. 47.

[3] EZLN: mismo documento.

[4] Duhalde Luis y Dratman, Enrique: Chiapas, la Nueva Insurgencia. Ediciones del Pensamiento Nacional. Buenos Aires, 1994. Pág. 107.

[5] Benjamin, Thomas: Chiapas, Tierra Rica, Pueblo Pobre. Historia Política y Social. Editorial Grijalbo. México, 1995.

[6] Ibídem, pág. 257.

[7] Ibídem, pág. 258.
[8] Resolución del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), que reconocía las demandas de tierras de los indígenas de este municipio por aproximadamente 50.000 hectáreas.

[9] Benjamin, Thomas: ob. cit., pág. 260.
[10] Benjamin, Thomas: ob. cit., págs. 270 y 271.

[11] En 1989, la CIOAC “informó que desde diciembre de 1982 a 1988 (sexenio de Absalón Castellanos) se registraron 153 asesinatos políticos, 327 desapariciones de campesinos, 692 detenciones, 503 secuestrados y torturados” (Pólito, Elizabeth y González Esponda, Juan: Cronología. Veinte Años de Conflictos en el Campo: 1974-1993. Chiapas N° 2. Ediciones Era. México, 1996. Pág. 209).

[12] Díaz-Polanco, Héctor: La Rebelión Zapatista y la Autonomía. Siglo XXI Editores. México, 1997. Págs. 158 y 159.

[13] Benjamin, Thomas: ob. cit., págs. 275 y 276.

Lolita Chavez denuncia a empresas extractivistas y gobierno de Guatemala

Corporaciones, estado nacional y autoridades municipales hostigan y detienen a Maya-Kichés por usar leña para cocinar mientras le abren las puertas a empresas que cortan y transportan madera ilegalmente todos los días.

Fuente: Front Line Defenders

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La historia de Lolita Chavez, contada desde Front Line Defenders

Aura Lolita Chávez Ixcaquic es lideresa del Consejo de Pueblos K’iche’ por la Defensa de la Vida, Madre Naturaleza, Tierra y Territorio (CPK) de Guatemala, el cual da seguimiento a procesos de consulta popular y buena fe, diálogo y acciones colectivas ante la amenazante expansión de megaproyectos mineros, hidroeléctricos y de agroindustria en su territorio.

Aura Lolita Chavez y otros/as integrantes del CPK han sido objeto de amenazas y ataques por su trabajo pacífico en defensa de los derechos humanos, la naturaleza y la vida. Uno de sus miembros fue asesinado el 12 de junio de 2012.

Para los/as defensores/as del medioambiente y el derecho a la tierra en Guatemala, una grave problemática es el uso injusto de procesos judiciales para impedir que los/as DDH desarrollen sus actividades legítimas. Las compañías privadas ( a menudo respaldadas por los gobiernos de América del Norte y Europa) relacionadas con la minería y la construcción de represas inician muchos judiciales acusando a los/as DDH de delitos tales como actos de terrorismo, usurpación de tierras, secuestros, etc. Como parte del proceso de criminalización, tanto actores estatales como no estatales llevan a cabo campañas de difamación y estigmatización de los/as DDH, especialmente de parte de compañías transnacionales y medios de comunicación de derecha. Las autoridades del estado siguen publicando declaraciones y comunicados de prensa en los que incriminan públicamente a los/as DDH de delitos no probados.

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Carta de Apoyo a la Declaratoria del Territorio Indígena Bribri Libre de REDD

Los abajo firmantes apoyamos esta propuesta indígena, que retoma las leyes internacionales sobre derecho de autodeterminación de los pueblos para la organización propia en la toma de decisiones sobre el uso de sus bienes comunes [*], e instamos a todas las autoridades que respeten la Declaratoria como una clara oportunidad de escuchar las preocupaciones de sus comunidades y respetar sus decisiones comunitarias.

Respaldamos la gran valentía de este territorio que protege un bosque ancestral y que está deteniendo uno de los proyectos más grandes de mercantilización de la naturaleza.

El pasado 1 de julio, comunidades del territorio Bribri de Talamanca en Costa Rica, presentaron ante una asamblea de casi 400 personas la Declaratoria del Territorio Bribri Libre de REDD+.

La Declaratoria surge como estrategia para proteger el territorio ante la avanzada de una consulta sobre REDD+ planteada por el gobierno de Costa Rica y que las comunidades identifican como un proceso de mala fe.

La declaratoria que rechaza REDD+ fue elaborada en espacios autoorganizados, compartida en idioma Bribri y firmada por más de 300 personas, durante visitas entre marzo y junio de 2016 en más de 15 comunidades del territorio.

REDD+ (Reducción de Emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la Deforestación y Degradación de los bosques) es un proyecto que nace en la COP 11 (Conferencia de las partes) de la Convención de las Naciones Unidas de Cambio Climático celebrada en el 2005 en Canadá, y fue planteada por iniciativa de Costa Rica y Papúa Nueva Guinea. Sin embargo en lugar de ser una solución al problema del cambio climático, REDD ha desplazado las discusiones sobre el clima en la ONU, encubriendo la causa principal de la crisis climática: la combustión de combustibles fósiles y la necesidad de cambiar el sistema, en especial de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero que son producidos en mayoría por los países industrializados.

Este mecanismo permite que las industrias paguen permisos para contaminar (créditos de carbono), y que los proyectos causantes de la deforestación a gran escala, como la tala industrial, la expansión de monocultivos, los mega-proyectos de infraestructura, la minería, las grandes represas hidroeléctricas y sobre todo, la agricultura industrial que se expande hacia los bosques, continúen sin restricciones. Por otro lado, profundiza la privatización de los bosques, ya que cuando se venden este tipo de créditos de carbono, se estipula que los bosques sean inalterados y desde una visión conservacionista, las comunidades no pueden utilizar los elementos del bosque para sus usos tradicionales.

El gobierno de Costa Rica impulsa esta estrategia desde el 2008 y supone que los pueblos indígenas participan en la construcción de la misma, sin embargo las comunidades del territorio indígena Bribri cuestionan los procesos de información, preconsulta y de la elección de representantes de su pueblo para la construcción de la propuesta indígena de REDD+.

Los $855.733,39 dólares gastados por el gobierno de Costa Rica para construir la estrategia REDD+ con los pueblos indígenas, dejaron dudas y cuestionamientos en las comunidades indígenas sobre la transparencia del proceso. El gobierno a inicios del 2016 dio por terminadas las etapas de información y preconsulta para todos los territorios indígenas del país, a pesar de que las comunidades bribris denunciaron innumerables veces el rechazo a este mecanismo:

  • El 29 de agosto del 2014 una asamblea bribri de más de 300 personas cuestionaron ante todo el gabinete del MINAE el proceder y las implicaciones de REDD+.
  • En diciembre del 2014 presentaron su caso en el Tribunal por los Derechos de la Naturaleza en Perú.
  • El 15 de octubre del 2015 más de 400 personas indígenas Bribris y de otros territorios del país se movilizaron hacia Casa Presidencial en San José para solicitar al presidente Luis Guillermo Solís que terminara las negociaciones sobre la estrategia REDD, la respuesta del gobierno fue afirmar que la implementación de la estrategia no daría marcha atrás.
  • El 1 de Julio del 2016 se presenta ante la Asociación de Desarrollo Indígena del Territorio Bribri (ADITIBRI) la Declaratoria del Territorio Indígena Bribri Libre de REDD+.

No son pocos los intereses contra los cuales las comunidades bribris están luchando. El Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), que pertenece al Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) es quien lidera este proceso en el país. REDD+ es financiado en Costa Rica por el Forest Carbon Partnership Facility (FCPF) del Banco Mundial y apoyado por UN-REDD. El país es uno de los más avanzados en Latinoamérica en la preparación de esta estrategia que actualmente es parte del Programa de Bosques y Desarrollo Rural del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE)

Carta de Apoyo a la Declaratoria del Territorio Indígena Bribri Libre de REDD

  1. Movimiento Mundial por los Bosques (WRM)
  2. Servicio Paz y Justicia (SERPAJ-CR), Costa Rica
  3. Colectivo Voces Ecológicas (COVEC), Panamá
  4. Radio Temblor, Panamá
  5. No REDD in África Network
  6. Alianza Mundial en contra de REDD
  7. Ramón Vera-Herrera (GRAIN-Ojarasca)
  8. Red de Coordinación en Biodiversidad, Costa Rica
  9. Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario, Guatemala
  10. Acción Ecológica, Ecuador
  11. Movimiento Mesoamericano contra el Modelo extractivo Minero -M4
  12. Asociación de Ecología Social (AESO), Costa Rica
  13. Asociación Proyectos Alternativos (PROAL), Costa Rica
  14. Amigos del Pacuare, Costa Rica
  15. Federación Conservacionista de Costa Rica (FECON)
  16. Movimiento Ríos Vivos, Costa Rica
  17. Comisión Defensora de los Ríos Convento y Sonador, Costa Rica
  18. Comité de Agua Longo Mai Abajo, Costa Rica
  19. Unión de Amigos para la Protección del Agua (UNAPROA)
  20. Refugio Nacional de Vida Silvestre Longo Mai, Costa Rica
  21. Procesos Integrales para la Autogestión de los Pueblos (PIAP, A.C.), México
  22. Amigos de la Tierra Argentina
  23. Otros Mundos. Amigos de la Tierra México
  24. CODEFF, Amigos de la Tierra Chile
  25. CESTA, Amigos de la Tierra El Salvador
  26. Sobrevivencia, Amigos de la Tierra Paraguay
  27. Amigos da Terra Brasil
  28. CEIBA, Amigos de la Tierra Guatemala
  29. Censat Agua Viva, Amigos de la Tierra Colombia
  30. Comité Ambiental en Defensa de la Vida del Tolima de Colombia
  31. Red Contra los Monocultivos de árboles (RECOMA)
  32. Suy Wong Ugalde, Costa Rica
  33. Pablo Sivas Sivas, territorio Indígena Térraba. Costa Rica
  34. María Esther Montanaro Mena, Costa Rica
  35. Felipe Andrés González Murillo, Costa Rica
  36. Andrés Cambronero Rodríguez, Costa Rica
  37. Cristina Bolaños Blanco, Costa Rica
  38. Carla Rutsch – Lüneburg, Alemania
  39. Jose Antonio Mora Calderón, Costa Rica
  40. Grupo Ecológico de Occidente (GEO), Costa Rica
  41. Unión Norte por la Vida-UNOVIDA, Costa Rica
  42. Mujer y Medio Ambiente A.C, México
  43. Cooperativa de Vivienda Construcción, Fuerza, Unión, destreza y ayuda mutua (COOVIFUDAM R.L.), Costa Rica
  44. COECOCEIBA Amigos de la Tierra Costa Rica
  45. Programa Kioscos Socioambientales de la Universidad de Costa Rica

México. Movimientos sociales, “amenaza” para el Estado: Cisen

Maestros, defensores de derechos humanos y del medio ambiente, sindicatos, campesinos, opositores a megaproyectos, normalistas… “atentan” contra la seguridad nacional, según la Agenda Nacional de Riesgos. Por ello, son víctimas de represión, acoso, espionaje, encarcelamiento y muerte

Érika Ramírez, Revista Contralínea 503

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el Frente Amplio Social (FAS), el Frente Popular Revolucionario (FPR), el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre (UPVA) y el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) son considerados por el Estado mexicano como un riesgo para la seguridad nacional. Así lo revela la Agenda Nacional de Riesgos –elaborada por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y reservada por 12 años–, con copia en poder de Contralínea.

El saldo para todos y cada uno de estos movimientos –así como los opositores a la minería o a los proyectos de infraestructura; también para los que se encuentran en defensa del territorio y medio ambiente y las policías comunitarias– ha sido ser víctimas de represión, espionaje, acoso, abuso de poder, congelamiento de cuentas, detenciones, judicialización y criminalización de la protesta social, encarcelamiento, desaparición, asesinato.

En la Agenda Nacional de Riesgos (ANR), uno de los documentos clasificados como confidenciales por el aparato de inteligencia del país, focaliza a los movimientos sociales como opositores a los cambios hechos a la Constitución, a través de las llamadas “reformas estructurales”, llevadas a cabo en los últimos años.

La versión de este análisis, para el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, reconoce que las reformas educativa y laboral son de los ejes principales que han movilizado al país. Focaliza los movimientos desde 1999, con la toma de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por los estudiantes que se opusieron al cobro de cuotas en la universidad pública más importante del país.

En 2013, el capítulo “Ingobernabilidad por movimientos sociales” se encontraba en el escaño sexto de la lista de temas revisados por el Cisen –bajo la dirección de Eugenio Ímaz Gispert–; sin embargo, el acceso a los escalafones de la Agenda de 2015 permite observar que la movilización social se ha convertido en el segundo tema de importancia para el gobierno de Peña Nieto, sólo por debajo de la “delincuencia organizada”.

Martín Esparza Flores, secretario general del SME, dice en entrevista que el acoso en contra de los movimientos sociales es “histórico, hay antecedentes en el país de la forma en cómo buscan acabar con un movimiento: primero, se meten, lo dividen, criminalizan y cuando ven el momento ocupan la fuerza del Estado. Recientemente vimos Nochixtlán, vimos la desaparición de los 43 normalistas, mineros asesinados, electricistas golpeados; ¿cuántos dirigentes sociales indígenas en la cárcel o asesinados?”

Riesgo para la seguridad nacional, “así nos han catalogado”, dice el líder de los electricistas, quien asegura que hay un seguimiento permanente del Cisen contra todos los dirigentes, los movimientos y organizaciones sociales.

Esparza Flores expone: “En nuestro caso, hay un expediente grandísimo del Cisen, nos tienen identificados como un riesgo para la seguridad nacional de este país. Cada que se detenía a un compañero [después del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, en 2009], las primeras fotos que le pasaban en la cárcel era mía o de los otros compañeros del Comité; incluso, buscaban que los trabajadores dijeran que habíamos sido nosotros que los mandábamos a una movilización. Lo hacían para poder escalar en las averiguaciones contra del Comité Central del sindicato. A algunos les ofrecían trabajo en CFE [Comisión Federal de Electricidad], casas, bienestar para sus familias, con tal y que declararan en contra. Afortunadamente, los trabajadores muy conscientes decían categóricamente: no somos delincuentes, nos estamos manifestando y es un derecho que tenemos para exigir que nos regresen nuestro trabajo”.

El diagnóstico

Con un nivel de riesgo medio (3.6), el capítulo “Ingobernabilidad por movilizaciones” diagnostica de manera general que “existen organizaciones que adoptan tácticas de presión y motivaciones opuestas al interés colectivo con capacidad de reducir los márgenes de gobernabilidad en zonas específicas.

 “El comportamiento de algunas de ellas busca generar crisis recurrentes de gobernabilidad.”

El documento de inteligencia hace una división en el tipo de “organizaciones sociales que alteran deliberadamente el orden social”. Las primeras, aquellas –según el documento– que tienen “oposición a políticas públicas que eliminan privilegios a grupos de interés, obtenidos mediante la presión política y social (reforma Laboral y Educativa)” (sic).

Víctor Manuel Zavala Hurtado, secretario general de la sección XVII de la CNTE, hace una evaluación de lo que ha ocurrido en el sector educativo desde 2012: “ha habido un sin número de compañeros detenidos de la disidencia magisterial, manifestaciones que han llegado a la muerte en Chiapas y Oaxaca (Nochixtlán).

Además, suma el conflicto “histórico” de las normales rurales [cada año, los alumnos de estas escuelas salen a las calles en reclamo de mayor presupuesto y mejoría en los espacios que ocupan y la ampliación de la matrícula] y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas.

 “Por defender la educación pública, 64 luchadores sociales han estado en la cárcel. México ya vive una condición difícil; demandamos que el gobierno federal cese la represión, que se busque una solución distinta a la agresión y se deje de golpear al movimiento social para que se pueda ver cómo se resuelve el conflicto”, comenta Zavala Hurtado.

Desde el 15 de mayo pasado, el magisterio adherido a la CNTE se encuentra en paro de labores a nivel nacional. Líderes de la disidencia magisterial, como Rubén Núñez Ginez, secretario General de la Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) –principal bastión de la CNTE–; Francisco Villalobos, de Organización; Aciel Sibaja, de Finanzas y Heriberto Margarito López, representante regional del Istmo de Tehuantepec, fueron llevados al Centro de Readaptación Social (Cefereso) de Hermosillo, Sonora, y luego trasladados a Cefereso de Mengolí, en Miahuatlán, Oaxaca. Entre los cargos que se les atribuía: lavado de dinero. De éstos, los últimos en ser liberados fueron Núñez Ginés y Villalobos, el pasado 12 de agosto.

La agenda también menciona que supuestamente hay “injerencia de actores vinculados a la subversión o grupos anarquistas en movimientos sociales tradicionales como el magisterio disidente, colectivos estudiantiles, organizaciones de defensa de los derechos humanos, agrupaciones campesinas e indígenas, así como iniciativas frentistas multisectoriales”.

Indica que existe una percepción social de ausencia de autoridad por la inacción gubernamental ante acciones radicales de movimientos sociales en determinadas zonas de Guerrero, Michoacán y Oaxaca, estos últimos gobernados por el perredista Ángel Heladio Aguirre Rivero, el priísta Fausto Vallejo Figueroa y el aliancista Gabino Cué Monteagudo, respectivamente.

Añade que ha habido una “provocación de la violencia como argumento para actualizar el discurso sobre la ‘regresión autoritaria’”. Además, de que hay una “tendencia creciente a transgredir el estado de Derecho como mecanismo de presión hacia las autoridades” (sic).

Ejemplifica con el conflicto magisterial en Guerrero y Oaxaca; así como de normalistas, en Michoacán (previo a la realización de esa Agenda, en octubre de 2012 se habían detenido a 176 estudiantes de las escuelas normales de Cherán, Arteaga y Tiripetío; la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 fueron desaparecidos 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, a manos de policías y delincuentes).

El documento del Cisen incluye los “actos vandálicos” del 1 de diciembre de 12 (cuando Enrique Peña Nieto asumió la presidencia de la República) y la toma de instalaciones de la UNAM.

Los grupos “opositores”

Según el Cisen, los principales movimientos frentistas antigubernamentales son: la  Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el Frente Amplio Social (FAS), el Frente Popular Revolucionario (FPR), el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), la Unión Popular de Vendedores Ambulantes “28 de Octubre” (UPVA) y el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT).

Éste es uno de los pasajes que se pueden apreciar en la Agenda. Los líderes de  cada uno de estos movimientos han sido criminalizados y judicializados.

Leonel Rivero, abogado y coordinador general de la organización Defensa estratégica en derechos humanos, AC, dice que desde hace varios años ha  llevado la defensa de algunos luchadores sociales, como los de la huelga de la UNAM (1999); luego, en el 2006, acompañando a Atenco, y ahora, con los líderes de la CNTE, se han percatado de que “el Estado ha venido perfeccionando sus métodos de contención de la protesta social: criminalizándola a partir de establecer acusaciones con base en delitos que en su momento han generado gran impacto social en toda la población, como la utilización de la imputación de secuestro. Acusar a un activista de secuestro lleva como objetivo el despertar o revivir en la sociedad experiencias que ha pasado y eso tiene un fuerte impacto de condena mediática”.

En su análisis, dice que “esa situación es sumamente complicada, es grave la forma en cómo se ha utilizado el secuestro y la asociación delictuosa. A ello, se suma que los envíen a cárceles de alta seguridad y a lugares que están como mínimo a mil kilómetros de distancia, lo que implica sacarlos de su base social y desarraigarlos de su gente; por ejemplo, el encarcelamiento de los líderes de la CNTE”.

De Atenco a la CNTE

De la defensa del territorio a las reformas estructurales, comunidades y organizaciones se han manifestado y los intentos por desbaratar los movimientos sociales han dejado muertos, sangre y encarcelamiento.

Sofía de Robina Castro, abogada del área Internacional del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, dice en entrevista que en defensa de los derechos humanos, podemos ver cómo las movilizaciones sociales son un reflejo de lo que vive el país, de la crisis en la que estamos, y cada vez más las calles se convierten en un espacio en donde se vierte todo ese descontento social.

 “Vemos, tristemente, la respuesta que hay de parte del Estado: una respuesta autoritaria. Lejos de permitir que se desahoguen y se ventilen todas las problemáticas, de atenderlas y de resolver, se generan mayores violaciones a través de detenciones arbitrarias, incluso muertes y ejecuciones, como en Nochixtlán [Oaxaca]. Se limita el espacio social. Nos preocupa que ante una situación de crisis la respuesta del Estado sea tan autoritaria”, comenta la defensora de derechos humanos.

En 2006, la defensa del territorio en San Salvador Atenco, Estado de México, y la entrada de la policía a las tierras del poblado, provocó la muerte del estudiante de Economía de la UNAM Alexis Benhumea, y el encarcelamiento de los líderes del FPDT. Las sentencias impuestas a Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo (opositores a la construcción del aeropuerto en sus tierras) llegaron a rebasar los 100 años. La lucha por la excarcelación duró 4 años y el caso llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El golpe a la población fue dado durante la administración de Enrique Peña Nieto, como gobernador del Estado de México.

El decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro en 2009, durante la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa, impactó en 66 mil empleados de la compañía estatal. El sindicato, considerado uno de los más fuertes del país y con mayor tradición en la defensa de los derechos laborales, perdió a 27 mil 401 de sus agremiados, porque logaron dividirlos. La base fue reducida a 16 mil 599 trabajadores, ante el acoso permanente que se llevó a cabo a través de campañas mediáticas, el cierre de los empleos y amenazas de imposibilidad de reinsertarse en el campo laboral.

La relación de las administraciones priístas y panistas en el gobierno con sindicatos o movimientos sociales es la misma, afirma Esparza Flores, porque mantienen la misma política económica, “el objetivo es el mismo: se ocupa la fuerza del Estado para reprimirte, hacerte a un lado, criminalizarte y administrar los conflictos”.

Conflictividad regional

La Agenda Nacional de Riesgos hace un análisis de lo que llama “conflictividad regional”, y explica que hay una obstrucción a proyectos de infraestructura (hidroeléctricos, eólicos, termoeléctricos, aeropuerto y refinería), bajo el argumento de “supuesto daño al entorno ecológico y la desatención a las necesidades de las comunidades”.

Asimismo, manifiesta que en el país hay un rechazo a la explotación minera por afectaciones al medio ambiente y saqueo de los recursos naturales, lo que implica la focalización de estos grupos opositores a los procesos extractivos como de interés para la seguridad nacional.

Hace énfasis en la utilización de la “figura denominada como policía comunitaria para conformar grupos con intereses que alteran la armonía comunitaria. Aun cuando los medios de comunicación reflejan la proliferación de estas organizaciones en diversos estados del país, en los hechos de su operación se concentra en Guerrero y Michoacán”.

Nestora Salgado, líder y comandante de la policía comunitaria en Olinalá, Guerrero, fue encarcelada durante 2 años y 7 meses y declarada inocente el 18 de marzo de 2016, acusada de secuestro.

En entrevista con Contralínea, dice que ha sido muy difícil pelear contra el Estado, que “es quien te acusa y fabrica delitos. Yo nunca debí pisar la cárcel, porque nunca cometí un delito, nunca estuve fuera de la ley. La policía comunitaria en Guerrero es reconocida y respaldada por la Ley 701 de reconocimiento, derechos y cultura de los pueblos y comunidades indígenas del estado de Guerrero.

 “La policía comunitaria es algo que necesitamos en los estados y las comunidades. La delincuencia organizada está matando a nuestra gente y ha rebasado al Estado. No nos queda más que protegernos, buscar la forma de defender a nuestra gente y a nuestras familias.”

Considera que México está atravesando una “terrible crisis”, y en todo el país se vive abuso de autoridad y violación a los derechos humanos. “El Ejército y el gobierno mismo están violando todas las leyes; nos está fallando el Estado, nos está matando, nos está reprimiendo por ejercer el derecho a la vida, a la educación, a la salud”, dice.

Los conflictos y el medio ambiente

La Agenda Nacional de Riesgos también califica como tema de seguridad nacional la “violencia derivada de las pugnas por tierras y recursos naturales (Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca)”.

Los conflictos socioambientales se han incrementado en los últimos años. Analistas han contabilizado más de 300 en todo el país; y aseguran que su detonante es la amenaza de despojo a la que se enfrentan comunidades indígenas, ejidos y espacios urbanos, principalmente.

El investigados Víctor Toledo, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM, indica que las causas de estos conflictos son las actividades industriales llevadas a cabo por empresas o corporaciones, tanto nacionales como extranjeras, frente a las cuales la ciudadanía organizada o las comunidades rurales y urbanas se oponen y resisten. “Ante ello, los organismos estatales, por lo general se ponen del lado de las corporaciones o se mantienen neutrales”.

El investigador identifica que hasta el momento afectan a 180 municipios en todo el país. Los casos de conflictos socioambientales se pueden dividir de la siguiente forma: biotecnológico, nueve; energético, 35; hidráulico, 33; minero, 71; turístico, 12; y urbano, 17.

Para el académico de la UNAM, “los conflictos socioambientales no sólo generan tensión social, sino víctimas: seres humanos privados de sus medios de subsistencia, sus hogares, tradiciones y hasta su vida. Aquellos que defienden in situ a la naturaleza, se enfrentan ineludiblemente a las fuerzas desbocadas del capital, grupos de talamontes locales o regionales, impulsores de megaproyectos, gigantescas empresas y consorcios”. Expone que el Estado actúa, casi siempre, de lado del empresariado bajo los “escudos” justificativos del progreso, la modernización y el desarrollo (Contralínea 493).

El documento del Cisen indica que hay una débil capacidad de administración y gestión de gobiernos estatales y municipales para atender conflictos sociales y políticos (Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca).

ONG, eslabón

Miguel Barrera Rocha, director de la Brigada Humanitaria de Paz Marabunta, asegura que se ha intensificado la violación de derechos humanos en el país. “Es doblemente preocupante, la gente está reaccionando. Cuando vemos los bloqueos que están haciendo en Oaxaca, no solamente es por Oaxaca, hay que darle la lectura clara de que hay un ejercicio muy injusto de la distribución de la riqueza, del uso y el derecho para el disfrute de las garantías, nos queda claro que los vacíos van aumentando”.

Con respecto de la participación de las organizaciones no gubernamentales en los movimientos sociales dice: “es claro que incomodamos, no sólo con el gobierno federal, también con el local. Si las cosas siguen así, todo este contexto de violencia nos va a rebasar. Como organizaciones somos útiles, pero estorbamos [al poder]. Las organizaciones somos el eslabón, la línea fronteriza de lo que está pasando”.

Libro: A 10 años del “No al ALCA”

Aprendizajes y desafíos para la integración de los pueblos de Nuestra América

Por FISYP

Esta investigación contó con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo (FRL).

Autores: Lucas Castiglioni, Analé Barrera y Emiliano Fernández

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En este período se han organizado diversas actividades como paneles en jornadas académicas, seminarios y talleres debate que resultaron en publicaciones y se realizó un vídeo documental a propósito del décimo aniversario del No al ALCA.

Durante el año 2013 se llevó a cabo una investigación colectiva sobre las problemáticas de integración regional en América Latina y el Caribe. En aquella ocasión se analizaron los proyectos de integración hegemónicos y los proyectos regionalistas contra-hegemónicos.

En este sentido es que se llevó a cabo una conceptualización de ambas perspectivas y posteriormente fueron comparadas críticamente. Para ello se estudiaron los Tratados de Libre Comercio, el Plan Puebla Panamá y el rol del Banco Mundial en Argentina. En una segunda parte se indagó sobre la propuesta de la Alternativa Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), analizando la historia reciente del proyecto de integración y las propuestas de las Empresas y Proyectos Grannacionales, Tribunal de Inversiones, Banco del ALBA, SUCRE y la iniciativa PetroCaribe.

En 2014 se continuó con la investigación en torno a la integración regional y el papel de las instituciones financieras en América del Sur. Para ello se introdujo una mirada sobre la aún vigente crisis global y el papel que asumen las instituciones de Bretton Woods (Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional). Luego se indagó sobre la Arquitectura Financiera Regional. Para ello se ahondó en el estudio sobre el Banco Interamericano de Desarrollo y las políticas de crédito para Argentina.

En tercer orden se analizó el proyecto de integración suramericano desde el punto de vista teórico y desde el estudio del Banco del Sur y el Sistema de Pagos en monedas locales Argentina-Brasil.

De este modo, se parte de un trabajo y debate colectivo previo que nutrirá el estudio que aquí se propone. El mismo pretende avanzar en el análisis crítico del escenario social de América Latina y el Caribe actual, tomando como referencia uno de los hechos más significativos del nuevo milenio: el rechazo a la propuesta estadounidense del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en noviembre del 2005 en la ciudad argentina de Mar del Plata, en el marco de la IV Cumbre de las Américas y ante la movilización social organizada que confluyó en la III Cumbre de los Pueblos.

Un abordaje integral del “No al ALCA” implica situarlo en relación a los proyectos de integración regional en pugna, las respuestas de los gobiernos nacionales y organismos internacionales, el rol de los movimientos sociales; dando cuenta a la vez de los procesos y sujetos que convergieron en el hecho entonces y del legado político-social que el mismo plantea hoy.

El proceso de investigación implicó una búsqueda bibliográfica para la construcción de un Estado del Arte sobre el problema planteado.

En este recorrido, se dio con análisis que ya desde fines de la década del noventa alertaban sobre los peligros que encerraba el ALCA y, ante el escenario de gestación de su rechazo hacia el 2005, resaltaba la centralidad de derrotar esta propuesta al mismo tiempo que reconocían otros instrumentos en las que la misma podía reconfigurarse, como los TLC.

En este momento, a 10 años del rechazo continental del ALCA, se multiplican los discursos de “conmemoración y festejos”. En ellos, se tiende en general a homogeneizar los procesos políticos y a simplificar los motivos de las luchas que condujeron a la derrota de la iniciativa estadunidense. Así, se invisibilizan las causas profundas, se desconocen los grados de homogeneidad, organización y conciencia del movimiento popular que permitieron dicha gesta y se ignoran los nuevos mecanismos que asume la integración hegemónica en nuestros tiempos.

De esta manera, en el trabajo que presentamos, se parte de reivindicar este hito de la lucha social contra el neoliberalismo en la región, al mismo tiempo que se busca complejizar el análisis, retomando las “alertas” establecidas por organizaciones populares e intelectuales orgánicos de la región respecto a la estrategia imperialista.

En este sentido, la pregunta por el legado de la derrota del ALCA hoy se presenta al mismo tiempo como un problema de conocimiento y como un desafío político para las organizaciones populares.

A partir de estas consideraciones introductorias, se plantea el desarrollo del trabajo que supone una estrategia metodológica mixta que combina el análisis documental y de fuentes estadísticas y la sistematización bibliográfica.

El estudio comienza por analizar la propuesta de (des)integración que supone el ALCA y los espacios, bloques regionales e instrumentos en los que el mismo se perpetúa en el escenario global actual.

En segundo término, se estudian los cambios dados en la agenda social en estos diez años y se propone una caracterización de las estrategias hegemónicas dirigidas a la gestión de la fuerza de trabajo súperexplotada y excedente a los fines del capital.

Particularmente, se plantea un análisis de la implementación en toda la región de los Programas de Transferencia de Renta Condicionada (PTRC) y se refl exiona sobre las condiciones para una agenda alternativa.

Luego, se propone una caracterización y periodización de la lucha social que supone articulación regional y global de sujetos colectivos desde fines del siglo XX al presente, siempre tomando el rechazo al ALCA como hecho de referencia. Asimismo, se plantean elementos para la conceptualización de la movilización social a nivel internacional en el periodo seleccionado.

Finalmente, se presentan reflexiones con el propósito de abrir nuevos interrogantes y enriquecer el debate desde una perspectiva crítica.

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Defender la vida, defender la tierra

11 de Agosto del 2016, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

casa de la mujer ixim ansetic

El sistema de despojo y extractivismo es inminente, tiene varios nombres: hidroeléctrica, minera, carretera, monocultivo, extracción petrolera, arenera, pero tiene el mismo apellido despojo para los pueblos.

Chiapas, uno de los estados más ricos en recursos naturales, y diversidad cultural no es excepción en esta guerra de poder e imposición de un modelo neoliberal en donde no cabe el amor y cuidado de la madre tierra, ni el trabajo y la vida colectiva o comunitaria.

Caminando los diferentes proyectos de imposición para las comunidades, encontramos la construcción ahora llamada ampliación de la carretera San Cristóbal Palenque cuyo proyecto ha cambiado en 3 ocasiones, bajo la supervisión de las mismas empresas y bajo el mismo presupuesto 3,000 millones[1] de pesos,  encontramos la presa hidroeléctrica de Tenosique antes Boca del Cerro que aunque cambie de nombre y de kilómetros será en el mismo río y con las mismas consencuencias de pérdida comunitaria.

Ya basta!, este es el grito que 10 comunidades de la zona del Valle de Tulijá le hacen a este sistema, hoy sus comisariado ejidales se encuentran presentando ante el Registro Agrario Nacional actas de asamblea firmadas no solo por ejidatarios/as de sus ejidos, sino por mujeres, niños, niñas, jóvenes que luchan en defensa de la vida.

Después de 10 meses de reuniones, en las que se analizó la información pública en torno a los megarproyectos de la zona, en las que se compartió información, y se adquirió el compromiso no solo de informar, sino de sumar por igual a hombres y mujeres de las comunidades, el resultado son actas que con diferentes palabras pero un mismo corazón representan acuerdos para el no paso de la carretera.

Hoy hay 10 comisariados aquí, pero sumado más de 1500 firmas de hombres y mujeres en defensa de Chiapas, y por territorios libres de megaproyectos.

Abajo la lista de comunidades y sus firmas, ayúdanos a difundir, esta lucha es de todas y todos. Por un México libre de megaproyectos, sin minería, sin hidroeléctricas, sin extracción de pétroleo, sin fracking.

[1] Dato que se podrá localizar en la siguiente página de la SCT http://aga.sct.gob.mx/sigueObraPublica.do