Oaxaca: La lucha Mixteca contra la voracidad minera

Compartimos esta nota publicada en Notas sin Pautas sobre la resistencia a proyectos mineros en Oaxaca – A 14 de Marzo de 2020

Reflexiones sobre el Primer Foro Antiminería y Megaproyectos

Por Frente Oriente /Imagen destacada: Con los Ojos Abiertos. Cobertura del Foro: Frente Oriente

Santiago Chazumba es una población encallada en la región mixteca del estado de Oaxaca; cabecera del municipio que lleva su mismo nombre, se encuentra rodeada por la cordillera montañosa del estado de Puebla. Chazumba, al igual que toda la mixteca oaxaqueña, es territorio de gran diversidad ecológica y con enorme riqueza de recursos minerales lo que ha hecho que la región se encuentre en la mira de corporativos mineros y sus agresivas prácticas de despojo. Es por ello que esta localidad se convirtió en la sede del Primer Foro Antiminería y Megaproyectos convocado por el Frente en Defensa del Territorio y los Recursos Naturales Puebla-Oaxaca el pasado domingo 8 de marzo.

Con la participación de habitantes de las comunidades oaxaqueñas de San Sebastián Frontera, Guadalupe Cuautepec, Santa Cruz Acatepec, Huajuapan de León, San José Miahuatlán, Yucuquimi de Ocampo, entre otras; así como las comunidades poblanas de Tehuacán, Acatitlán, Zapotitlán Salinas, San José Mihuatlán, Acatlán de Osorio, entre otras; y la participación de organizaciones sociales como el Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ), la Asociación de Periodistas Independientes de la Mixteca, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos-Puebla-Tlaxcala, la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, el Grupo de Investigación Independiente, la Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán, la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) y el Frente Oriente; el foro se convirtió en una importante tribuna de denuncia y organización en contra del intento por convertir esta región en rehén de los intereses de las grandes corporaciones mineras.

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Desde hace 15 años, el apetito voraz de las mineras se dispone a engullir la Mixteca Oaxaqueña

En el año 2008 la Universidad Tecnológica de la Mixteca publicó, en su revista Temas de ciencia y tecnología, un ensayo titulado “Grado de concentración potencial relativa de los recursos minerales de la Mixteca Oaxaqueña”. En ese texto el autor expresa que “el objetivo del presente trabajo fue diseñar un indicador cualitativo que muestre la magnitud, en primera instancia, de la concentración relativa de los recursos minerales en un espacio geográfico, en este caso, de los municipios y distritos de la Región Mixteca oaxaqueña. Lo anterior es útil para coadyuvar a orientar y fomentar la exploración y posible aprovechamiento de los yacimientos minerales existentes”. Desde luego que la ayuda ofrecida por la investigación no es para las comunidades originarias, sino para “el diseño de planes y programas públicos y privados y fortalecer la eficacia y la eficiencia de las acciones en la consecución de los objetivos y metas del sector minero (…), y en consecuencia, tomar la decisiones para su exploración y su posible explotación, beneficio y comercialización”. Asimismo, la investigación fundamenta que en la mixteca oaxaqueña “las concentraciones minerales más relevantes se ubican en los distritos de Huajuapan, Juxtlahuaca y Nochixtlán; sin embargo, Silacayoapan destaca por sus yacimientos de oro, plata y yeso; Juxtlahuaca por sus depósitos de antimonio y carbón y Teposcolula por su producción de cal”[1].

En ese mismo año, la Secretaría de Energía del gobierno federal anunció que en el estado entregaron 20 concesiones para proyectos de explotación minera equivalentes al 12.5% del territorio oaxaqueño. Entre las corporaciones mineras beneficiadas en esa época con los proyectos se encontraban Golden Trump Resources S.A de C.V, Linear Gold Corp, Arco Resources Corp, Zalamera, S.A. de C.V. filial de Chesapeake Gold Corp, Cemento Portland Cruz Azul, SCL, Fortuna Silver-Continuum Resources, Compañía Minera del Norte, Aurea Mining Inc, Linear Metals Corp, Radius Gold, Compañía Minera Plata Real, New Coast Silver Mines LTD, Aura Silver Resources Inc- Intrepid Mines Ltd., entre muchas otras.

Seis años después de publicado el diagnóstico minero de la Universidad Tecnológica de la Mixteca, la Gerencia Regional Sur del Servicio Geológico Mexicano informó que Oaxaca es considerado como uno de los estados de mayor potencial minero a nivel nacional, por la presencia de grandes extensiones de cobre, plata, oro, zinc, antimonio, y de minerales no metálicos, por lo que despertó el interés de empresas mineras internacionales. Ante ello, el gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto realizó una serie de modificaciones constitucionales, contenidas en la Reforma Energética, que posibilitaron el despojo de tierras en zonas campesinas e indígenas del país. Bajo estas reformas jurídicas, el capital extranjero logró la plena apertura para explotar los recursos naturales y energéticos nacionales y, a través de la Ley Nacional de Hidrocarburos, establecer esquemas de servidumbre donde los campesinos recibirán únicamente una renta ínfima a cambio del despojo de sus recursos a través de la explotación petrolera, gasera y de minerales. Huelga decir que con estas disposiciones se declara la explotación energética y mineral como prioritaria ante, por ejemplo, la producción alimentaria.

Desde entonces, más de 15 años, Oaxaca ha estado en la mira de las trasnacionales mineras quienes, a través del Estado, impulsaron el decreto de creación de las Zonas Económicas Especiales mediante las cuales se construirían espacios para el capital trasnacional que les permita desarrollar la infraestructura de enclave necesaria para la explotación de los recursos energéticos, minerales y de agrocombustibles que posee la región. Es cierto que las Zonas Económicas Especiales se han eliminado, pero no la convicción entreguista de los recursos al capital trasnacional, como lo evidencia el actual Plan Nacional  de Infraestructura elaborado por las mismas corporaciones que tienen intereses específicos en Oaxaca.

Por ejemplo, Luiz Camargo, director de la Compañía Minera Cuzcatlán, filial de Fortuna Silver Mines, afirmó que Oaxaca, es un estado “premium” por el alto potencial minero que, sin embargo, se encuentra en una “fase embrionaria” y “necesita dar otro paso” y realizar un banco de datos para facilitar el desarrollo de la exploración minera que a su vez “podría llevar desarrollo a las comunidades que se encuentran en rezago”. Agregó que “hay una buena relación con las comunidades con las cuales se celebran convenios para apoyarles en materia de salud, educación y sostenibilidad social”; sin embargo, la realidad muestra lo contrario: ante el panorama de invasión de las corporaciones mineras a la región mixteca, comunidades han desarrollado permanentemente procesos de organización para rechazar los megaproyectos mineros en sus localidades.

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La organización de los pueblos ante la voracidad minera

En febrero de 2016 habitantes de 48 comunidades y representantes de 30 organizaciones sociales exigieron la cancelación de 400 concesiones y 35 proyectos mineros en zonas indígenas de Oaxaca.

La respuesta de la burguesía minera y del Estado fue criminalizar, asesinar y desparecer de manera forzada a miembros de organizaciones y defensores ambientales con el objetivo de sembrar terror en todo el estado y poder realizar plenamente las actividades de minería con sus ulteriores efectos en la vida y la cultura indígena, en el medio ambiente, en la salud y en las relaciones sociales.

A pesar de esto, la resistencia y lucha en contra de los proyectos mineros no ha dejado de desarrollarse. Por ejemplo, desde el año 2009, la comunidad de Magdalena Ocotlán ha mostrado su oposición rotunda a la imposición del proyecto minero pues, mediante un acta de sesión solemne de cabildo, reafirmaron su lucha por la tierra y determinaron declarar su territorio totalmente libre de actividades mineras. Igualmente, habitantes de la Sierra Sur de Oaxaca iniciaron en 2018 la resistencia para evitar la actividad minera de la empresa canadiense Fortuna Silver Mines que afecta a 35 municipios de los Valles Centrales.

También en Valles Centrales las comunidades en resistencia realizaron, en 2019, la “Guelaguetza Antiminera” con la que conmemoraron tres décadas de lucha y resistencia. En ese acto, varias comunidades se declararon “territorios prohibidos para la minería”.

Esta lucha por la defensa de sus territorios y en contra de la minería cada vez se hace más general en todas las regiones de Oaxaca. Las comunidades indígenas han desarrollado procesos de organización y articulación regional para evitar que las corporaciones mineras devasten sus comunidades y la biodiversidad que poseen.

Pero ante estos procesos de resistencia popular, la estrategia de división en las comunidades ha sido una práctica que el Estado ha implementado a través de los partidos políticos de todos los colores. Entre la represión, el hostigamiento, la división y las falsas promesas de cambio, se intenta dar el golpe de fuerza que permita a los intereses mineros romper los lazos sociales y de autogestión comunitaria.

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El Frente en Defensa del Territorio y los Recursos Naturales Puebla-Oaxaca

A partir de la preocupación de las concesiones mineras que se han otorgado en la zona mixteca de Oaxaca y Puebla, autoridades comunales, habitantes y organizaciones sociales de la región comenzaron a reunirse en asambleas comunitarias para discutir y tomar acciones contra la imposición de estos proyectos. Así, colectivamente las comunidades tomaron la decisión de formar un frente regional para implementar acciones de defensa y resistencia. Fue así como nació el Frente Regional en Defensa del Territorio de los Recursos Naturales Puebla-Oaxaca, con la finalidad de exigirle al gobierno que elimine las concesiones a mineras extranjeras para la explotación de la tierra en sus comunidades.

Ya constituídos como frente, el pasado 1 de febrero desarrollaron en la comunidad de Santiago Chazumba la Segunda Asamblea de la Defensa de la Tierra y los Recursos Naturales, a la que acudieron autoridades municipales, agrarias, activos, población de la Sierra Norte de Puebla y de la Mixteca. Durante la asamblea informaron que los proyectos mineros, establecidos desde la Sierra Norte poblana hasta la Mixteca Alta oaxaqueña, atentan contra los ecosistemas de los municipios de la región, y denunciaron las amenazas que enfrentan por los responsables de los proyectos existentes en sus comunidades entre los que se encuentran: el proyecto hidroeléctrico Coyolapa-Atzala; concesión minera Newmont Mining Co. en Cerro Colorado, Tehuacán; parque eólico en Miahuatlán, Puebla; fumigación de nubes con yoduro de plata en el valle de Tehuacán y en comunidades de la Mixteca oaxaqueña; concesión minera en Tequixtepec; así como la concesión minera Arco Resources Corporation en San Jerónimo Silacayoapilla; San Marcos Arteaga y Santiago Ayuquililla, aunado a la extracción de material pétreo en ríos de la región por pequeños concesionarios.

Ante este contexto de afectaciones y conflictividad, el Frente acordó declarar sus comunidades como “pueblos libres de minería, megaproyectos y en permanente resistencia” y, asimismo, la realización de acciones de resistencia y movilización en Oaxaca y Puebla para la defensa de sus territorios. Su primera acción fue la realización del Primer Foro Antiminería y Magaproyectos, celebrado el 8 de marzo en Santiago Chazumba.

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La minería es feminicida

El Primer Foro se realizó en el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En este sentido, la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), giró en torno al tema de la minería como feminicida. Ahí se destacó que la minería extermina la vida, en particular de las mujeres, pues “el modelo extractivo minero es una de las caras más visibles y patriarcales del sistema capitalista el cual no duda en asesinarnos, en desaparecernos y enfermarnos”.

Las mujeres de REMA, denunciaron firmemente “los agravios de este sistema patriarcal que se esconde en empresarios nacionales e internacionales; en gobernantes a nivel federal, estatal y municipal; también en las instituciones financieras y los agentes de gobiernos extranjeros”. Por ello, no dudaron en sentenciar que “no creemos en la minería sustentable, ni responsable, ni verde. Las mujeres no negociamos la vida”.

Finalmente, REMA fue contundente al manifestar que “le decimos al gobierno federal que si ellos no están dispuestos a acabar con el saqueo y la rapiña de las empresas extractivas y sus empresarios parásitos que operan en nuestro país, lo haremos con la fuerza de las mujeres. Si este gobierno no está dispuesto a acabar de tajo con la impunidad, lo haremos nosotras”.

“Estamos comenzando tarde… pero podemos ganar”

“En Oaxaca existen 427 concesiones mineras. En la Región Mixteca, por lo menos, hay 61 concesiones diferentes” para la explotación de titanio, plomo, cobre, zinc, barita, hierro, oro y plata; manifestaron durante su ponencia los investigadores del Grupo de Investigación Independiente de Oaxaca.

Asimismo, manifestaron que en la lucha contra el despojo minero las comunidades de la región están comenzando tarde, por la rapidez con que avanzan las exploraciones mineras; sin embargo, confiaron en que aún hay tiempo para revertir esta problemática. Destacaron que el patrimonio de las comunidades y sus habitantes, concretamente de los niños, están en un grave riesgo pues de acuerdo con la Ley Minera las concesiones tienen vigencia de 50 años con renovación automática de otros 50 años más. “Todos tenemos que estar involucrados mujeres, niños, hombres, ancianos, ancianas. ¿Por qué? Muchos de estos niños tal vez tienen por lo mucho cuatro o cinco años. Si la concesión la otorgaron en el [año] 2016, esa concesión va a estar vigente cuando esos niños tengan cincuenta años y muchos de nosotros ya no vamos a estar aquí”. Con esta duración en las concesiones “están hipotecando el futuro de nuestros pueblos por 100 años; y eso, el gobierno no lo ha echado para atrás”, expresó el mencionado grupo.

También informaron a los participantes un dato sorprendente: en la mixteca se encuentra el yacimiento de hierro más grande del planeta y éste se encuentra en las ambiciones del magnate acerero Lakshmi Mittal, dueño de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas – Las Truchas (SICARTSA), en Michoacán, quien en junio de 2019 se reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador quien se comprometió a generar las condiciones idóneas para que el “Rey del Acero” pueda invertir en nuestro país mil millones de dólares. De acuerdo a lo dicho por el presidente de la República, “estamos llegando al acuerdo de explorar, de que invierta más en México, cuando menos unos mil millones de dólares más, tanto en Lázaro Cárdenas como en otras actividades productivas”. La garantía que AMLO ofrece a Mittal es respaldar el proyecto minero implementado por su antecesor Enrique Peña Nieto que establece, de acuerdo con la Ley Minera, que la concesión minera cuesta 5 pesos por hectárea al año y después de los diez años, aumenta a 111 pesos. Sin duda un negocio redondo a la medida de la voracidad minera extranjera.

El panorama resulta complejo, por ello el grupo de investigación insiste en que “estamos empezando tarde”. De acuerdo a sus consideraciones, se necesita difundir ampliamente la información de lo que rodea al negocio minero a toda la sociedad y, principalmente, a dos instancias fundamentales: la presidencia municipal y la autoridad agraria “porque la empresa tendrá la venia del gobierno federal, pero si no tiene el permiso del municipio y no tiene el permiso del núcleo agrario, no puede entrar. Y eso está establecido en las leyes”.

Desde la óptica del Grupo de Investigación Independiente, para avanzar en la lucha de resistencia es necesario allegarse y difundir información lo más completa y certera posible. También considera que es fundamental desarrollar una política de medios que les permita insertar en la opinión pública la problemática que viven las comunidades mixtecas ante el avance de los proyectos mineros. Igualmente es necesaria la asesoría jurídica, pero siempre bajo las directrices de los mandatos de la asamblea comunitaria.

“Tenemos que estar preparados para movilizarnos y para confrontarnos. La empresa no nos va a decir ‘por favor déjame entrar’. En el momento en que vea que no tiene el permiso, va a aplicar la fuerza; y nosotros tenemos la razón, pero también tenemos que ser conscientes de que tenemos que tener la fuerza para demostrar que esa razón es válida”.

Y concluyó: “Podemos ganar, pero tenemos que hacer un esfuerzo continuo”.

Imagen destacada: Con los Ojos Abiertos. Cobertura del Foro: Frente Oriente

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