Los riesgos de la extracción de gas mediante el fracking

ESPECIAL SUPLEMENTO LA JORNADA ECOLÓGICA

Presentación

La extracción del gas shale utilizando la técnica del fracking (o fractura hidráulica) despierta cada vez más protestas de los grupos ambientalistas, la crítica de los científicos y la oposición de los partidos políticos que ven en esa técnica una manera de enriquecer más a las trasnacionales de hidrocarburos, deteriorar los recursos naturales y la salud pública. En México, el secretario del Medio Ambiente, Juan José Guerra, reconoció el año pasado que “puede tener consecuencias adversas, generar algunos conflictos”. Y para evitarlos, agregó, “se debe trabajar en normas complementarias para resguardar los recursos naturales”. Y es que con la reforma energética aprobada por el Congreso de la Unión el año pasado y las leyes secundarias que se apresta a discutir la máxima instancia legislativa, se abre la puerta a la extracción en gran escala de gas utilizando la técnica mencionada.

Pero lo que no queda claro, ni ha sido suficientemente discutido, es la conveniencia de realizar tal explotación; menos se sabe sobre las políticas públicas en el campo ambiental que impidan daños a los recursos naturales, destacadamente al agua, y a las poblaciones involucradas. El propio secretario Guerra coincide con las críticas que se hacen a dicha explotación, pero asegura que en la dependencia a su cargo “intentamos implementar las mejores prácticas posibles, no hay duda que cualquier actividad humana deja huella en el medio ambiente, pero si se hace como se debe hacer, cuidando las descargas de agua, va a ser un gran beneficio para el país”.

Esto se dice cuando quieren imponer el fracking en muchos países ante la mayor demanda de gas, pues contamina menos que el petróleo y permite llegar hasta las reservas menos accesibles y extraerlas. En Estados Unidos se utiliza desde hace décadas. El gas así obtenido representa la mitad del total pero a la vez recibe severas críticas en los estados donde se extrae por sus efectos en el medio ambiente y la salud pública. Una larga lista de esos efectos nocivos circula en la red, elaborada por vecinos perjudicados, especialistas y medios de comunicación locales y nacionales.

Lo primero que destacan en las críticas es que el fracking requiere para cada perforación decenas de miles de litros de agua mezclados con arena y varios productos químicos. Esa mezcla se inyecta a alta presión en los yacimientos que se localizan en lo más profundo del subsuelo, en roca densa, a fin de liberar el gas natural. Hasta aquí todo parecería normal desde el punto de vista técnico, ambiental y social. Pero diversos estudios muestran que el fracking contamina el agua potable pues en la mezcla para extraer el gas se utilizan sustancias muy tóxicas, como el benceno y el plomo. Se reportan al menos 29 que figuran internacionalmente por sus posibles o probados efectos carcinógenos.

Agreguemos el problema del agua, un recurso escaso que demanda en grandes cantidades la técnica de perforación y extracción referida. En el caso de México, tiene una mayor importancia porque escasea en entidades donde se proyecta explotar el gas de las profundidades.

El poderoso sector trasnacional energético y sus aliados políticos y económicos niegan que contamine o amenace la salud pública. Por el contrario, lo presentan como algo necesario, benéfico que hasta contribuye a reducir los efectos del cambio climático. Pero eso no lo creen ni en Estados Unidos, donde varias dependencias gubernamentales y el Congreso ahora cuestionan severamente dicha explotación, la discuten en medio de las reservas más estrictas para tomar decisiones al respecto.

Recurren para ello a lo que está pasando en varios estados y lo que opinan geólogos, sismólogos, grupos ciudadanos, universidades y centros de investigación. Ya el estado de Nueva York, prohibió el fracking en su territorio.

Antes, un documental galardonado en el festival de Sundance abonó la oposición que crece en el vecino país y sirve para alentar la lucha en otras partes del mundo. Se llama Gasland y muestra los efectos en los acuíferos de nuestro socio comercial y vecino. Especialmente en Dakota (plagada de pozos de fracking) con imágenes impactantes de granjeros que prenden fuego con un mechero al agua que sale de sus llaves. Además, estudios de prestigiosas universidades del vecino país demuestran que la emisión de gases de efecto invernadero en ese tipo de explotación de gas es mayor que en yacimientos convencionales, incluso que en las de carbón.

Inglaterra y España anuncian su intención de extraer gas recurriendo a dicha técnica. Pero con una gran oposición ciudadana y de los grupos científicos, ambientalistas y gobiernos locales. No lo harán Francia e Irlanda mientras en toda Europa denuncian sus efectos nocivos.

Las preguntas sobre la conveniencia de recurrir al fracking crecen así con el paso de los días. De si es necesario arriesgar tanto para extraer un energético que no va a desplazar realmente el uso del petróleo como combustible en, por ejemplo, el sistema de transporte y la industria más contaminante. De por qué cifrar las esperanzas energéticas en el gas así obtenido cuando ello le resta fuerza a las políticas que buscan impulsar las energías limpias, renovables.

Y en el caso concreto de México, no disponer de la tecnología y los especialistas para realizar este tipo de explotación. Serían las trasnacionales energéticas, respaldadas con la publicidad de su poderoso lobby, y el apoyo de los grupos políticos y económicos locales las encargadas de hacerlo. Corrupción mediante. Tampoco ayuda un aparato burocrático probadamente incapaz de hacer cumplir las normas ambientales, como se demuestra a diario.

Ante la discusión en el Congreso de la legislación secundaria de la reforma energética, estimamos oportuno y necesario destinar esta vez La Jornada Ecológica a ofrecer a los lectores un panorama sobre los riesgos que acarrea la explotación de gas vía el fracking. Mostrar lo que ocurre en otras partes y lo que opinan especialistas de diversas disciplinas y las organizaciones de la sociedad. Esto complementa las columnas que en La Jornada se ocupan periódicamente de desenmascarar a las trasnacionales y a los gobiernos que van de la mano a la hora de hacer negocios en beneficio de unos cuantos a costa de la naturaleza y las poblaciones.

CONTENIDOS:

-Qué es el gas natural de pizarra, gas de esquistos o gas shale
Raúl Manisse

-La invitación de México al mundo

-Lo que le espera a un país con el fracking: el caso de España

-¿Es rentable la técnica del fracking?

-Los peligros del fracking para la salud
María Valerio

-La Alianza Mexicana contra el Fracking

-La opinión de Greenpeace

-Mientras entregan a las trasnacionales otro tesoro enterrado, en Los Ángeles…

-En México, expertos, académicos, legisladores y activistas contra el fracking

-No quieren el fracking en España ni en Europa

-De última hora: luz verde al fracking en Inglaterra

Fracking: un pozo sin fondo

Cómo el acuerdo comercial entre la UE y los EE.UU. amenaza con expandir el fracking

Un acuerdo comercial que están negociando los EE.UU. y la UE podría dar lugar a demandas multimillonarias por parte de compañías que buscan expandir el fracking para extraer gas y petróleo.

Descargar el informe – Fracking: un pozo sin fondo (PDF, 755 KB)

Este dossier informativo es una iniciativa conjunta de Amigos de la Tierra, Amigos de la Tierra Europa, Attac, Blue Planet Project, Corporate Europe Observatory, Ecologistas en Acción, Powershift, Sierra Club y Transnational Institute.

Un importante acuerdo comercial que se está negociando actualmente entre la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos (EE.UU.) amenaza la capacidad de los Gobiernos para proteger a las comunidades, a los ciudadanos y las ciudadanas, y el ambiente de nuevas tecnologías de riesgo como el fracking.

La Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP en inglés) abarca un gran abanico de temas y sectores, entre los cuales la seguridad alimentaria, los productos transgénicos, los productos químicos tóxicos, los combustibles altamente contaminantes y la protección de datos. Las conversaciones amenazan con mermar o erosionar salvaguardias acordadas democráticamente y establecidas para proteger el ambiente y las personas en beneficio de las ganancias de las grandes empresas.

Las negociaciones favorecerán muy probablemente la protección de las inversiones corporativas por encima de la protección de la ciudadanía y el ambiente, y permitirán que las compañías exijan una indemnización cuando las decisiones de un Gobierno afecten a sus ganancias. Esto podría beneficiar a las compañías que buscan explotar recursos naturales mediante tecnologías peligrosas y cuyas actividades puedan verse afectadas por regulaciones en materia de ambiente o salud.

El fracking –o fractura hidráulica de gran volumen– se utiliza para extraer combustibles fósiles no convencionales de difícil acceso, como gas de esquisto y petróleo, gas compacto y metano en lechos de carbón. El fracking incrementará la disponibilidad de suministros de gas, confinándonos a la dependencia de combustibles fósiles durante varias décadas.

Cada vez son más las pruebas de los enormes riesgos e impactos sanitarios y ambientales del fracking y esto está generando una extensa oposición pública entre las comunidades, tanto en la UE como en los EE.UU.

Este dossier informativo analiza cómo la TTIP podría limitar la capacidad de los Gobiernos para regular el desarrollo y la expansión del fracking. En sus páginas se arguye que la TTIP podría socavar las medidas de los Gobiernos para luchar contra el cambio climático y proteger a la ciudadanía; podría expandir el fracking al acabar con la capacidad de los Gobiernos para controlar la exportación de gas natural; y podría significar que los Estados se vean obligados a pagar a las corporaciones cantidades astronómicas en concepto de indemnización por ‘beneficios perdidos’ raíz de la adopción de regulaciones. Finalmente, insta a la UE y los EE-UU. a excluir los derechos de solución de controversias inversor-Estado de este acuerdo y de otros acuerdos comerciales en fase de preparación, como el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA en inglés) entre la UE y Canadá.

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Petróleo: un pilar de la expansión del capitalismo

LA AMENAZA MUNDIAL DEL PETRÓLEO Y EL CAMINO HACIA SOCIEDADES POSPETROLERAS

Petróleo: un pilar de la expansión del capitalismo

Boletín del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM)

petroleo

El petróleo es una mezcla homogénea de compuestos orgánicos que, junto con el carbón y el gas natural, se formó hace unos 300 millones de años, durante el Periodo Carbonífero de la Era Paleozoica. Convertido en “combustible fósil” en la era moderna, es el resultado del accionar de millones de años sobre restos de animales y plantas cubiertos por arcilla, tierra y minerales, sometidos a grandes presiones, altas temperaturas y la acción de bacterias anaeróbicas, es decir aquellas bacterias que sólo pueden desarrollarse en ambientes carentes de oxígeno.

Para acceder a los depósitos de petróleo en el subsuelo terrestre o marino, y extraerlo, es necesario realizar perforaciones. Pero previamente hay un trabajo de exploración (prospección) que también implica el uso de instrumentos de gran precisión, la intervención de geólogos, geofísicos, ingenieros, la construcción de caminos y sistemas de comunicación, la movilización de vehículos y helicópteros, la instalación de campamentos y laboratorios. Entre los diversos métodos de prospección figura la sismografía, técnica por la cual se hacen estallar cargas de dinamita en pozos de escasa profundidad, registrando las ondas reflejadas en las napas profundas por medio de sismógrafos combinados con máquinas fotográficas. Otra técnica es la exploración en profundidad, por la cual a partir de la perforación de pozos profundos se analizan las muestras del terreno a diferentes profundidades y se estudian sus características.

Para la extracción de petróleo se sigue utilizando básicamente la misma técnica de bombeo desarrollada por Edwin L. Drake, de Pennsylvania, Estados Unidos, en1859, que estableció la base de la industria petrolera y aceleró el camino de la era industrial. Los depósitos de petróleo suelen estar a miles de metros por debajo de la superficie (generalmente entre 3000 o 4000 metros, aunque existen pozos de 5000 o 6000 metros de profundidad. Una vez que la perforación llega al yacimiento, el cambio de presión hace aflorar el petróleo en su forma viscosa, que es recogido a través de las torres petroleras. Ésta es la producción primaria, que puede durar años, pero cuando la presión cede se utilizan bombas para seguir extrayendo el crudo. El líquido obtenido se transporta a través de oleoductos o de barcos, para su posterior refinación.(1)

Es tristemente conocido el desastre ambiental tanto de los pozos de extracción petrolera y las chimeneas que queman los gases que emanan del crudo como los oleoductos que lo transportan. De ello dan testimonio las comunidades de Nigeria que viven en torno al despilfarro que representa la quema del gas de petróleo sobrante que realizan las empresas, por motivos puramente económicos. En la región del Delta del río Níger se queman diariamente más de 2 billones de pies cúbicos de gas. Las enormes llamaradas inyectan en el aire enormes cantidades de gas de efecto invernadero y de sustancias tóxicas. NnimmoBassey, de Oilwatch, describe que “No hay un soplo de aire fresco en los alrededores de estas llamaradas. Causan asma, bronquitis, cáncer y trastornos sanguíneos. También derraman lluvia ácida sobre el suelo, la vegetación, los edificios y la gente”(ver Boletín 133 del WRM). Los oleoductos han abierto los bosques a los depredadores mientras que los derrames, la quema constante de gas y los incendios forestales forman parte de la vida cotidiana de las comunidades, a las que el petróleo no ha traído más que miseria.

La tecnología ha permitido extraer también petróleo del lecho marino- los pozos marinos producen alrededor del 25% del petróleo extraído en todo el mundo. Mediante el uso de sofisticados equipos, instalaciones submarinas y de alta mar, a través de plataformas petroleras flotantes o ancladas en el fondo, se logra llegar a profundidades de hasta más de 1.000 metros. La explotación de petróleo en mar abierto (off-shore) ha ido acompañada de grandes desastres ambientales, a raíz tanto de los derrames de petróleo y de productos químicos tóxicos en el agua como por la liberación de gases nocivos a la atmósfera, que diezman la vida marina circundante afectando en algunos casos la soberanía alimentaria de comunidades pesqueras.
Con posterioridad a su refinación, el petróleo y sus derivados atraviesan una extensa red de distribución y comercialización en la que intervienen intermediarios, distribuidores mayoristas y minoristas, depósitos, puntos de venta, en un acarreo también riesgoso, que recorre todo el planeta.(2)

Mapa del petróleo

Si bien la mayor parte de las reservas mundiales de petróleo son pequeñas, son unas pocas reservas de gran tamaño las que contienen la mayoría del petróleo en el mundo, concentradas en unas pocas regiones (provincias petroleras) donde se formaron cuencas de sedimentación que almacenan petróleo y gas en campos y yacimientos.

Aproximadamente el 86% del petróleo mundial se localiza en 23 provincias petroleras. Otras cifras registran que alrededor de 15 países producen el 75% del petróleo mundial y poseen el 93% de las reservas petroleras. A su vez, más de la mitad de las reservas de petróleo probadas están localizadas en Medio Oriente, donde Arabia Saudita posee el mayor pozo de crudo del mundo, Al-Ghawār. Irak, Kuwait e Irán también tienen pozos gigantes.

En América del Norte, Estados Unidos ha sido el que ha producido más petróleo en el mundo y algunos de sus campos están mermando, pero aún se cree que posee importantes yacimientos por descubrir. México es uno de los 10 principales productores mundiales de petróleo, si bien su yacimiento más importante se está agotando. Canadá ha comenzado a explotar mediante fracturación hidráulica los enormes depósitos de arenas de petróleo o arenas bituminosas (tar sands) de Athabasca, provincia de Alberta, que quedan bajo 141.000 km2 de bosques y pantanos de turba.

En América del Sur, Venezuela descolla como el mayor exportador de petróleo y tiene el segundo mayor depósito de petróleo, luego de Arabia Saudita. Brasil es el segundo mayor productor de América del Sur y la mayoría de sus reservas están en el Océano Atlántico.

Las reservas de petróleo del Reino Unido en el Mar del Norte son las mayores de la Unión Europea, y lo ubican como un importante productor, si bien sus niveles han bajado y ahora es un importador neto de petróleo. Rusia tiene importantes reservas así como el mejor potencial de nuevos yacimientos.

Recientemente se ha localizado en el sur de Australia un gigantesco yacimiento de petróleo bituminoso que podría ubicar a este país como la “segunda Arabia Saudita” en materia de producción petrolera.

En África, el atractivo de un petróleo barato – básicamente porque su extracción se realiza sin atender los costos ambientales y sociales –y el proceso de intensa inversión de capitales en la región que supone la usurpación de extensos territorios, ha hecho quelas torres petroleras avancen en las regiones Oriental y Meridional del continente, desestabilizando gobiernos y dividiendo a las comunidades. Mientras la fiebre del gas y del petróleo ataca a los magnates de Tanzania, Mozambique, Madagascar, Chad, Mauritania, Etiopía, Eritrea, Somalia, etc., a las comunidades locales nunca se les pone al tanto de lo que les está por pasar, como ocurrió con el Gasoducto de África Occidental (WAGP), en que ni siquiera se respetaron las reglas ambientales del Banco Mundial, como denunciaron las comunidades. Así, los pobres continúan subsidiando los costos del petróleo con las pérdidas que sufren en su calidad de vida y la degradación extrema del medio ambiente. (Ver Boletín 133 del WRM)

Por otra parte, frente a la progresiva disminución de algunos yacimientos, las compañías petroleras han desarrollado nuevas formas de tecnología que les permiten expandir la explotación petrolera y avanzar sobre zonas remotas y antes inaccesibles en el mar – como es el caso del yacimiento de Tupi en aguas ultra profundas de Brasil- , las regiones árticas y los bosques tropicales, alterando y destruyendo frágiles ecosistemas y agravando dramáticamente las emisiones de carbono y con ello el cambio climático.

La técnica no convencional de fracturación hidráulica (fracking), que mediante presión amplía las fracturas del sustrato rocoso que encierra el petróleo y favorece así su salida hacia el exterior, abre una nueva frontera más fronteras a la explotación petrolera y con ello a los inherentes riesgos ambientales que conlleva. En este caso, además de un enorme consumo de agua, la multitud de compuestos químicos que se emplean con el fin de favorecer la disolución de la roca terminan contaminando tanto el terreno como los acuíferos subterráneos. Por otra parte, esta tecnología “de fuerza bruta” aplica un proceso no lineal y caótico que puede llegar a fracturar napas de agua y otros pozos de petróleo y gas.

El rol del petróleo

Actualmente el petróleo es uno de los pilares de la economía globalizada, un producto estratégico para la expansión del capitalismo. Con sus innumerables derivados producto de la transformación química a través de industria petroquímica que da origen a plásticos, fibras sintéticas, detergentes, medicamentos, conservadores de alimentos, hules y agroquímicos, entre otros, el petróleo da forma a la civilización petrolera, con su trágica secuela de guerra y destrucción.

Si bien desde la antigüedad, los sumerios, asirios, babilonios, egipcios y más actualmente indígenas americanos lo utilizaron para distintas aplicaciones – para la construcción, como medicina, como combustible de lámparas, para protección de canoas -, fue a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, y en el marco de la Revolución Industrial, que se impuso su uso para la elaboración de combustible para motores (gasolina y sustancias petroquímicas), desplazando al carbón. Surgió en ese entonces la Standard Oil de Rockefeller, la mayor empresa refinadora, transportista y vendedora de petróleo del mundo, con sede en Estados Unidos, país que hasta la Segunda Guerra Mundial fue el principal productor y consumidor de petróleo.

En la Primera Guerra Mundial el petróleo tuvo un papel decisivo en su desarrollo y desenlace, ya que alimentaba los noveles tanques en tierra, los buques y submarinos y los primeros aeroplanos y aeronaves bélicos utilizados para reconocimiento, ataque y bombardeo. En esa época, la producción de Estados Unidos, alejado del campo de batalla, pasó de 33.000 toneladas en 1913 a 44.000 en 1917 y a 62.000 en 1920. En el periodo de postguerra la industria petrolera creció, junto con la industria del gas natural, desplazando definitivamente al carbón. (3)

En 1938, la producción mundial de petróleo alcanzaba las 276 mil de toneladas, cifra que aumentó a 370 mil en 1946, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1950 y 2000, la producción global de crudo se quintuplicó en promedio. En 2012 se registró un consumo mundial promedio de 89 millones de barriles, 30% más que en 1992, produciendo 14.110 millones de toneladas de emisiones de carbono.

El petróleo, con todos sus derivados y aplicaciones, habilitó al gran capital, a través de los tractores motorizados, las avionetas, las motosierras y los agroquímicos que alimenta, a lanzarse a la expansión del agronegocio, con su producción masiva e industrializada de alimentos y madera. El despliegue de tales herramientas productivas benefició a los grandes monopolios petroleros, que se inició con las Siete Hermanas – Anglo-Persian Oil Company (ahora BP); Gulf Oil, Standard Oil of California (SoCal) y Texaco (ahora Chevron); Royal Dutch Shell; y Standard Oil of New Jersey (Esso) y Standard Oil Company of New York (Socony) (hoy Exxon Mobil) –, que dominaron el negocio petrolero hasta principios de la década de 1960. Una vez creada la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la influencia de esas empresas se redujo. Posteriormente, como consecuencia de una serie de fusiones, de las siete quedaron cuatro –Exxon Mobil, Chevron, Royal Dutch Shell y BP –, si bien con un capital muy superior al que poseían las Siete Hermanas. (4)

El negocio petrolero ha sembrado a su paso una deforestación vertiginosa, ha alterado y destruido ecosistemas, ha desmantelado la vida campesina y la soberanía alimentaria de numerosas comunidades.Como bien expresa Andrés Barreda: “El periodo neoliberal es la época que más energía ha quemado en toda la historia de la humanidad. El consumo y el despilfarro de energía y materiales de la industria, las ciudades y el campo capitalistas crecen de forma descomunal, muy especialmente el consumo energético de las redes intermodales globales de transporte y sus casi mil millones de vehículos y de la red electroinformática multimodal de computadoras, teléfonos celulares, etc. que actualmente articulan al autómata mundial, conformando una economía capitalista vorazmente adicta al constante aumento de la producción y el consumo mundial de las tres energías fósiles: petróleo, gas y carbón”.

Petróleo maldito

derrameEn países del Sur, largamente abusados por la colonización y cercados para hacerlos dependientes, el petróleo suele ser una maldición, encontrando en los países del África su máxima expresión. Las comunidades de Kuwait, Nigeria, Angola, República del Congo, Gabón, países petroleros de la región, han sufrido y siguen sufriendo la “maldición” del petróleo, que no les ha traído ninguna riqueza.

En el Delta del Níger, los casos de cáncer, infertilidad, leucemia, bronquitis, asma, mortalidad infantil, bebés con deformaciones y otros problemas relacionados con la contaminación tienen una inusitada frecuencia. Las comunidades deben enfrentar constantemente las consecuencias de los derrames de petróleo, la quema de gas y otras amenazas que surgen de las actividades de exploración. De las empresas petroleras que operan en el Delta del Níger, Shell ha sido la de mayor notoriedad por las violaciones a los derechos humanos de las comunidades, sobre las que las fuerzas de seguridad contratadas por la empresa avanzaron con tanques de guerra y armas, disparando y matando a cientos de personas, incluso mujeres y niños, arrasando aldeas enteras y mutilando a miles de personas, en los tiempos en que Saro-Wiwa despertó la conciencia de la nación y de la comunidad internacional sobre la injusticia ambiental en Ogoniland (ver Boletín 152 del WRM).

En torno a la industria petrolera – junto con la minería – el capitalismo ha organizado la producción industrial de la mayor parte de las sustancias y energías perniciosas que hoy saturan no solamente los depósitos de basura sino también los sistemas hídricos, la atmósfera y finalmente el clima del planeta.

Las compañías petroleras, aunque prometen responsabilidad social, controles y medidas de seguridad adecuados y el uso de las mejores prácticas, actúan con total impunidad, violando derechos humanos y contaminando el ambiente en grados que representan crímenes contra el ambiente, la naturaleza y la humanidad en su conjunto. Frente al poder de los gigantes petroleros, difícilmente los estados pueden proteger a sus pueblos o a la naturaleza forzándolos a hacerse responsable de sus actos. E incluso en aquellos casos en que hay una respuesta judicial, suele ser insuficiente en términos de dar satisfacción a los reclamos de justicia de las comunidades afectadas, cuyos valores, cultura o derecho tradicional en algunos casos no tienen cabida en los sistemas judiciales. Tal es el caso de las tierras sagradas, los conceptos de propiedad comunitaria de la tierra o los Derechos de la Naturaleza, este último concepto incorporado en la constitución ecuatoriana. (5) Para el pueblo U’wa, que habita las selvas del oriente colombiano, el petróleo es la sangre de la Madre Tierra, por lo que perforarla constituye una profanación. Expresan: “Sabemos que el riowa (hombre blanco) le ha puesto precio a todo lo vivo y hasta a la misma piedra, comercia con su propia sangre y quiere que nosotros hagamos lo mismo en nuestro territorio sagrado ruiria, la sangre de la tierra a la que ellos llaman petróleo…todo esto es extraño a nuestras costumbres…” (6) Por eso han mantenido un prolongado conflicto con el estado colombiano y la empresa estadounidense Occidental Petroleum (OXY), autorizada por el gobierno a desarrollar un proyecto petrolero en el corazón del territorio U´wa, sufriendo represión y muerte.

Las comunidades están cuestionando la extracción de petróleo que envenena sus tierras, sus aguas y su atmósfera. No quierenvivir más en medio de derrames, de llamaradas de gas y de los trastornos económicos y sociales que la industria deja a su paso. No quieren más la deforestacióncausada por la industria petrolera. Y piden que el petróleo crudo permanezca en la tierra a la que pertenece, un reclamo que se extiende por el mundo y abarca al gas y al carbón.

Todas las señales hablan del peligro inminente que enfrenta la humanidad, consecuencia directa del modelo dominante dela actual “civilización petrolera”, cuyas formas productivas, comerciales y de consumo arrasan y se imponen sobre las grandes mayorías, para beneficio de unos pocos. El moderno estilo de vida occidental y urbana se sustenta en un elevado consumo de energía, que encierra una enorme injusticia social y ambiental. Según cifras de un reciente informe de Amigos de la Tierra sobre energía (7), 1.300 millones de personas, o un quinto de la población mundial, no tiene acceso a la energía eléctrica. El consumo de energía per cápita en Estados Unidos y Canadá es aproximadamente el doble que el de Europa o Japón, más de diez veces el de China, casi 20 veces más que el de India y aproximadamente 50 veces más que el de los países más pobres del África Subsahariana.

No obstante, las comunidades más vulnerables – justamente aquéllas que menos acceso tienen a los usos y aplicaciones del petróleo – son las más afectadas por el cambio climático causado por las emisiones globales de gases de efecto invernadero, cuyo 57% por ciento resulta del dióxido de carbono liberado por el uso de combustibles fósiles.

Por otro lado, el petróleo se ha impuesto ideológicamente como una fuente de energía imprescindible para las globalizadas “sociedades de plástico”, centralizada por multinacionales para las cuales resulta una actividad financieramente lucrativa, simplemente porque no contabiliza los desastres ambientales y sociales que provoca.

El cambio hacia sociedades que sean ambiental y socialmente justas y saludables, también en términos de energía, resulta cada vez más urgente. Y no se trata de un mero cambio de fuentes de energía. Si se mantienen los poderosos intereses económicos, políticos y financieros que hoy sustentan el engranaje petrolero, si continúa la inequidad, si se manejan las mismas grandes escalas, si se excede la capacidad, cualquier energía renovable puede resultar finalmente tan perniciosa como el petróleo.

La apuesta está en las visiones de sociedades solidarias que construyan los movimientos sociales y en el poder que acumulen en torno a eso para rescatar a la humanidaddel actual rumbo nefasto, en el que, a la larga, nadie saldrá ganando.

Una nueva frontera del petróleo: las arenas bituminosas

arenasEn el norte de Alberta, bajo un área del tamaño de Florida, se encuentran las arenas de alquitrán – una mezcla de arena, arcilla y un crudo pesado o sustancia alquitranada llamada bitumen.

Para extraer el bitumen se elimina toda la vegetación sobre la tierra, al estilo de mina a cielo abierto. y Es así que la producción de petróleo a partir de arenas bituminosas arrasó el delta de Athabasca, sus bosques prístinos y sus ríos y lagos impolutos, convirtiéndolo en un devastado horizonte deforestado, minas a cielo abierto y aguas contaminadas.

Luego de separado el bitumen de la arenisca, se lo somete a procesos que lo refinan, en gigantescas instalaciones humeantes que contaminan la atmósfera. Las aguas residuales del proceso se almacenan en enormes estanques de residuos tóxicos que incluso son visibles desde el espacio.

El requerimiento de agua para este proceso es enorme: por cada barril de petróleo se utilizan entre 2 y 6 barriles de agua. En la actualidad, las operaciones tienen licencia para desviar 652 millones de metros cúbicos de agua dulce al año, el 80% del río Athabasca. Alrededor de 1,8 millones de metros cúbicos de esta agua se convierten diariamente en aguas residuales altamente tóxicas, cuya filtración está contaminando el río Athabasca así como las napas subterráneas que fluyen a territorios de pueblos indígenas, quienes han denunciado la aparición de cánceres poco frecuentes y virulentos en varios miembros de la comunidad. También se han encontrado deformaciones y tumores en peces y animales de caza.

Fuente: Indigenous Environmental Network, http://www.ienearth.org/what-we-do/tar-sands/

En Camisea, Perú, Pluspetrol pone en peligro a pueblos indígenas aislados, ¡y pretende la recompensa de un proyecto REDD+!

Desde 2004, un consorcio dirigido por la compañía petrolera y gasera argentina Pluspetrol está explotando los yacimientos de gas de Camisea, en Perú, dentro de la Reserva Kugapakori-Nahua-Nanti. Ahora, la compañía planea perforar nuevos pozos, construir una extensión de oleoducto de 10,5 km y realizar pruebas sísmicas a través de cientos de kilómetros cuadrados, como parte de una expansión masiva de sus operaciones. Si bien el proyecto aún no ha sido aprobado por el Ministro de Energía y Minas de Perú, la organización Forest Peoples Programme (FPP) denunció que las fotos que figuran en un informe interno de una agencia gubernamental peruana revelan talas ilegales en la reserva que, supuestamente, protege a pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial.

Una Evaluación de Impacto Ambiental del proyecto revela que Pluspetrol reconoce que el contacto con indígenas en aislamiento voluntario será “probable” durante las operaciones, que dichas personas son generalmente muy vulnerables al contacto, que, como resultado, pueden ocurrir “numerosas muertes”, y que la expansión tendrá, o podría tener sobre ellos impactos considerables por muchas y variadas razones (por más información sobre los pueblos en aislamiento voluntario ver el Boletín 194 del WRM).

Increíblemente, Pluspetrol no sólo quiere expandir sus actividades en la Amazonía sino que también pretende ser “recompensada” con los beneficios de un proyecto REDD+ que otorgaría a la compañía los créditos de carbono que podrían generarse gracias a las áreas boscosas de la reserva que permanezcan en pie (ver Masking the Destruction: REDD+ in the Peruvian Amazon http://wrm.org.uy/books-and-briefings/masking-the-destruction-redd-in-the-peruvian-amazon/).

(1) El petróleo, http://www.elpetroleo.50webs.com/perforacion.htm
(2) “Sueños de oleoductos y tuberías”, Isaac Osuoka, OilwatchAfrica, en “Fluye el petróleo, sangra la selva”, Oilwatch, http://www.oilwatch.org/documentos/libroshttp://www.
(3) “Petróleo, el combustible del capitalismo”, María Ibáñez, enlucha.org/site/?q=node/831
(4) “Manipulaciones y zarandeos de la actual civilización petrolera mundial”, Andrés Barreda, Informe para Oilwatch, http://www.oilwatch.org/component/content/article/118-varios/documentos/131-manipulaciones-y-zarandeos-de-la-actual-civilizacin-petrolera-mundial#sdfootnote14sym
(5) “Digging for dirty oil. Reviewing corporate oil liabilities and EJO legal strategies for environmental justice”, EJOLT, October 2013, http://www.ejolt.org/2013/10/digging-for-dirty-oil-reviewing-corporate-oil-liabilities-and-ejo-legal-strategies-for-environmental-justice/
(6) Carta de los U´wa al mundo, http://www.asociacion.ciap.org/IMG/pdf/Carta_U_Wa.pdf
(7) “Good energy, bad energy”, http://www.foei.org/en/good-energy-bad-energy

Comunicado del Movimiento M4 en el Día Internacional contra el Fracking

Comunicado del Movimiento M4 en el Día Internacional contra el Fracking

19 DE OCTUBRE De 2013
DIA INTERNACIONAL CONTRA EL FRACKING

EL MOVIMIENTO M4 RECHAZA ESTE MODELO EXTRACTIVO

En los últimos años se registra un aumento en el interés de las grandes empresas de energía, con el apoyo de los gobiernos por medio de subsidios y facilidades legales, para extraer el gas que se encuentra a grandes profundidades atrapado en las rocas de pizarra y lutita, llamadas rocas de esquisto. Ante ello, el Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4) rechaza este Modelo Extractivo devastador que por medio de pozos fractura la roca subterránea inyectando más de 2,500 sustancias y alrededor de 800 químicos, y usa entre 10 y 30 millones de litros de agua por pozo alcanzando costos de entre 10 y 15 millones de dólares por cada pozo perforado.

Este Modelo Extractivo de Fractura Hidráulica (hydraulic fracturing –Fracking- o Shale Gas) contamina el subsuelo, las fuentes de agua, genera mayores emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI), provoca otras reacciones con metales pesados, elimina biodiversidad y afecta a la salud humana ya que las sustancias inyectadas en el agua provocan cáncer, mutaciones genéticas entre otras enfermedades. Con el Fracking se aumenta la presión de las corporaciones por el control y acaparamiento de la tierra disputándoles el territorio a comunidades indígenas y campesinas, criminalizando, persiguiendo e intimidando cualquier protesta en favor de la defensa de los derechos humanos.

En muchos países ya se ha prohibido o impuesto moratorias a este Modelo Extractivo como en los casos de Suiza, Bulgaria, Irlanda, Francia, Italia, Sudáfrica y Alemania; y en algunas regiones de Estados Unidos, Argentina, Australia, España, Canadá y Nueva Zelanda. Sin embargo, en otros países se pretende instalar este Modelo Extractivista a costa de los pueblos. Por ello, es urgente detenerlo y buscar nuevas formas sustentables de energía que sostengan y alimenten nuevas formas de vida humana diferentes al capitalismo. No se trata de sustituir las fuentes de energía para alimentar al mismo sistema, sino construir otras alternativas de vida por todo lo anterior el M4 se suma a las protestas y demandas de los movimientos sociales que en todo el mundo se manifiestan contra el fracking.

MOVIMIENTO MESOAMERICANO CONTRA EL MODELO EXTRACTIVO MINERO (M4)
www.movimientom4.org

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Folleto contra el Fracking

Autoriza SEMARNAT extracción de material pétreo en Selva Lacandona

Mariana Morales/ El Heraldo de Chiapas

Tuxtla Gutierrez, Chiapas.-En el rio Lacantùn dentro de la Selva Lacandona, considerada por expertos región prioritaria para el país por su riqueza biológica e hidrológica, se autorizó la extracción de material pétreo por cinco años. Personas ajenas a la comunidad lacandona sacarían anualmente de ese afluente un volumen estimado de 4 mil 093 m3, según el informe del proyecto número 07CH2011HDO42 ahora aprobado.

En esta ocasión, le tocó a este afluente que representa una cuenca importante de captación y que además alimenta al sistema fluvial más caudaloso del país. De acuerdo a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) es el centro de penetración más numeroso de plantas y animales de Centro y Sudamérica. Una Región Prioritaria Hidrológica a Conservación Nacional.

Es necesario precisar que la extracción de pétreo deteriora los acuíferos. Las excavadoras que ingresan al agua para sacar arena o piedra modifican el curso de los ríos y desaparece a especies endémicas. El beneficio económico es para quien extrae porque ese material es comercializado a su beneficio.

En ningún párrafo la CONABIO menciona que la extracción de material pétreo sea parte de las actividades locales permitidas a manos privadas, por el contrario, dice este lugar debe ser conservado por la biodiversidad tan relevante que resguarda para México y el mundo.

Los antecedentes de la extracción

A finales del año pasado, la dirección de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) Chiapas otorgó un permiso a un privado de nombre Moisés Cruz Sánchez para sacar arena o grava del rio Lacantùn, la extracción se realizó a la altura de la Laguna el Chavin municipio de Benemérito de las Américas.

En cinco años, estos privados extraerían 20 mil 467 m3 de material pétreo que venderían a obras civiles privadas y públicas. Para ello invertirán 826 mil 757 pesos.

Esta, no es la primera vez que la Semarnat da permiso para extraer material pétreo del rio Lacantùn en la Lacandona. Fue en diciembre del 2010 cuando se aprobó la extracción de ese material por un año, hoy ya concluyó. En esta ocasión no fue para favorecer a las manos privadas, sino al ejido Zamora ubicado ahí en lo más profundo de la Selva Lacandona.

Según la lista de la CONABIO consultada por este medio, este reciente proyecto se encuentra dentro de la Región Prioritaria Terrestre a Conservación Nacional denominada «lacandona», mismo que forma parte de un corredor biológico que conecta a la reserva Maya de Guatemala y la península de Yucatán.

Para el delegado de la Semarnat, Ricardo Alfonso Frías López quien en unos meses finalizará su cargo como titular, argumentó que ese permiso es viable porque está fuera de la Reserva de la Biosfera Montes Azules (REBIMA).

En entrevista con este medio mostró un mapa de Chiapas y explicó que la extracción -de la que dijo desconocer el nombre de la empresa o privado que la gestiona-, se encuentra fuera de la REBIMA.

Este medio recomienda a Frías López consultar el listado de la Conabio que detalla que REBIMA es sólo una de las cinco áreas naturales protegidas en la «Lacandona» y por tanto, ese proyecto está dentro de un área de conservación nacional, entonces se daría cuenta que su argumento no tiene ningún sustento y ese permiso es cuestionable por quien desee hacerlo.

En Chiapas el número de autorizaciones para extraer ese tipo de material se disparó en los últimos tres años. La Semarnat dio principalmente a las manos privadas 70 permisos con vigencia de cinco años, siendo los ríos Santo Domingo en Chiapa de Corzo seguido de Coatàn en la zona fronteriza de Tapachula, donde más se extraerá grava y piedra por cinco años, según datos obtenidos a través de la Ley Federal de Acceso a la Información Pública.

La catástrofe de la BP en el Golfo de México

A casi un mes de la explosión de la plataforma petrolera de la transnacional BP cerca de las costas de Lousiana, en el Golfo de México, tanto las autoridades del gobierno estadounidense, como la empresa dueña de la plataforma, aun no consiguen detener la fuga, que arroja al Océano Atlántico cinco mil barriles de petroleo crudo diariamente, haciendo de ésta la mayor catástrofe en la historia de la industria petrolera.

El impacto ambiental de este desastre es incuantificable y lamentablemente no alcanza una remediaciòn inmediata como lo han manejado en su momento la British Petroleum, quien opera en gran porcentaje las plataformas petroleras que se encuentran en la región del Golfo de México, plataformas pertenecientes a los Estados Unidos, donde la extracción de hidrocarburos es privada y manejada por corporaciones internacionales, así como del gobierno estadounidense que también ha intentado lavarse las manos responsabilizando sólo a la transnacional, intentando zafarse de la parte de responsabilidad que le toca. Con la mancha de crudo extendiéndose a las costas de Florida y entrando a la corriente del Golfo, el peligro ambiental toma dimensiones mucho más grandes que las actuales, llevando el problema a terrenos internacionales, complicando más la detención de la fuga y la remediaciòn del daño causado.

El riesgo que representa el crecimiento de la mancha de crudo al acercarse a las costas, así como su continuación en las zonas pelágicas, alcanza a más de cuatrocientas especies de peces, invertebrados y mamíferos marinos, sin embargo mientras más avanza a la costa, las aves entran en la zona de riesgo. Cabe mencionar que estudios recientes hablan de que la mancha en la superficie del mar sólo representa el diez por ciento del petroleo liberado ya que las condiciones de salinidad de los océanos, así como las corrientes marinas y sus cambios de temperatura ayudan a que éste se combine con otros elementos químicos formando nuevos compuestos, principalmente dioxinas o depositándose en el fondo del mar y/o evaporándose y llegando a la atmósfera como gas de efecto invernadero contribuyendo al calentamiento global que mantiene al planeta en el jaque climático actual.

Este desastre nos debe de llevar a reflexionar, no sólo de los peligros de la privatización de los recursos energéticos u otros recursos estratégicos para los países, ya que en contadas ocasiones ha quedado claro que la privatización es ineficaz y trae consigo mayores costos ambientales y sociales a nivel global y local. También nos debe de llevar a la reflexión sobre el uso de los combustibles fósiles como el principal motor de las actividades humanas, no sólo por los graves riesgos que representa, sino porque es una industria sucia y de alto impacto a los seres humanos y la naturaleza.

El riesgo del uso de los hidrocarburos como el principal motor de la matriz energética en el planeta, no solo se presenta como gas efecto invernadero razón por la cual en los últimos años se cuestionado su uso, sino por los altos costos ambientales y sociales que arroja, este modelo de producción-consumo. Dejar el crudo en el subsuelo no solo es una idea coherente y en congruencia con las problemáticas ambientales y sociales actuales, sino que nos permite recuperar la soberanía energética, rompiendo con el sistema de producción, los modelos de transporte y consumo impuestos por el modelo económico actual.

Llevar este problema a terrenos nacionales, donde la discusión por la privatización del petroleo, así como la inversión y exploración de aguas profundas, no solo ya no tiene cabida al mostrarse los riesgos que esto implica con hechos irrefutables, sino que implica cuestionar la dependencia nacional hacia los hidrocarburos y la poca investigación e implementación de proyectos energéticos limpios y descentralizados. La participación de la iniciativa privada tampoco es punto de discusión y se debe de encaminar hacia un modelo comunitario con soluciones reales, fuera de los alcances del mercado y de la valorización económica de los bienes comunes.

La búsqueda de alternativas limpias, sostenibles y sustentables debe de ser prioridad para la prevención de desastres como el ocurrido en la plataforma petrolera y para llevar una convivencia entre las actividades humanas y la naturaleza.

Marea Creciente México

Dialogo-Convención Climática de los Pueblos

PETROLEO, GAS Y PLAN PUEBLA-PANAMÁ (y 2)

(Segunda y última Parte)

En la guerra absurda de Bush contra Irak donde ganan las empresas militares y petroleras y pierden los civiles que ponen los muertos, nos hace reflexionar sobre el águila imperial sedienta de petróleo y gas que ahora mira hacia el territorio del Plan Puebla-Panamá (PPP) como una región de tránsito comercial y de búsqueda potencial de más hidrocarburos. A Irak no la controla, pero sí Mesoamérica endeudada y empobrecida

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PETRÓLEO, GAS Y PLAN PUEBLA-PANAMÁ (1)

(Primera Parte)

Si el control de los recursos energéticos del Continente Americano es fundamental para la estrategia imperialista del gobierno de los Estados Unidos (EU), en el Plan Puebla-Panamá (PPP) podemos ver na expresión regional de esa estrategia que se enmarca en el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)

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LA DISPUTA POR EL GAS Y EL PETRÓLEO EN EL MARCO DEL ALCA (y 2)

(Segunda Parte y última)

LA CRISIS ENERGÉTICA DE ESTADOS UNIDOS
Entre las fuentes de energía se encuentra el agua (hidroeléctricas), el petróleo, el gas, el vapor y el carbón (termoeléctricas); la energía solar, eólica (viento) o nuclear (uranio enriquecido). Pero si toda la energía la uviese que generar el petróleo, cada día el mundo requeriría 210 millones de barriles diarios de petróleo. ero hoy se producen 75 millones de barriles diarios. De la energía mundial actual el 38% proviene del petróleo; 22% es del gas natural equivalente a 46 millones de barriles; 26% de la energía proviene del carbón; % de la energía nuclear; y el otro 7% proviene de la energía hidráulica, solar, eólica, entre otras.

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LA DISPUTA POR EL GAS Y EL PETROLEO EN EL MARCO DEL ALCA (1)

(Primera Parte)

INTRODUCCIÓN
El control de los yacimientos, el mercado y los precios del petróleo y el gas natural han sido factores decisivos para la creación de conflictos políticos y sangrientas guerras. Incluso miles de civiles han pagado con su vida el osto de tal ambición. Según Oil Watch entre estas guerras están las de Nigeria que se libró de 1967 a 1970 y e 1980 a 1984; Sudán que se debate en el conflicto desde 1983; las guerras en Yemen entre 1986 y 1987 y entre 1990 y 1994; el Congo entre 1997 y 1999; Irak de 1974 a 1975 y luego diez años más tarde entre 1985 a 1992. Por este motivo tampoco termina el conflicto en Indonesia desde 1986, en Angola desde 1992 ni en Argelia desde 1991. Cada 5% de aumento en la dependencia al petróleo, estos países gastaron un 1.6% más en gastos militares, según Oxfam y citado en el documento de Oil Watch, “Moratoria a la ampliación de la frontera petrolera”.

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