[Vídeo animado] Extractivismo en América Latina

Compartimos este vídeo animado sobre el extractivismo en América Latina producido por la Fundación Rosa Luxemburg Andina, a través del Movimiento M4

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Si te preguntas qué es el extractivismo y por qué tantas personas se movilizan en su contra, en este video te contamos cómo ha cambiado a lo largo del tiempo y sus efectos actuales.

Este ha sido pensado como un material pedagógico para aportar en los debates y espacios de formación de organizaciones sociales y público intesado, para lo que hemos procurado ubicar el papel del extractivismo como parte del sistema capitalista mundial, a la vez moderno y colonial.

Recomendamos complementarlo con debates sobre la realidad de nuestros espacios en relación con el extractivismo y con otros materiales que aporten a la formación y el pensamiento crítico.

Algunos materiales sugeridos: Folleto Alternativas al Desarrollo https://www.rosalux.org.ec/producto/f… Presentación multimedia El extractivismo http://rosalux.org.ec/pdfs/EXTRACTIVI… Presentación multimedia Espejismos http://rosalux.org.ec/pdfs/EXTRACTIVI… Presentación multimedia Horizontes http://rosalux.org.ec/pdfs/EXTRACTIVI… Libro Más allá del desarrollo https://www.rosalux.org.ec/producto/m… Libro Alternativas al capitalismo / colonialismo del siglo XXI https://www.rosalux.org.ec/producto/a… Killaricoha: Una radionovela sobre la minería a cielo abierto https://www.rosalux.org.ec/killaricoh… El cuento de la economía verde https://www.rosalux.org.ec/el-cuento-… 8 mitos de la economía verde https://www.rosalux.org.ec/8-mitos-de…

[Artículo] Estudios demuestran que parques eólicos aumentan temperaturas en zonas donde son instalados

Compartimos la siguiente nota publicada en AvispaMidia – Mayo 2019 

Por Eugenia López, 21 de mayo 2019 

Las energías llamadas renovables han tenido mucho éxito esos últimos años. Los parques eólicos están brotando alrededor del planeta, tanto en la tierra como en los mares. Según el Consejo Global de Energía Eólica (GWEC por sus siglas en ingles), el desarrollo de energía eólica a nivel mundial ha aumentado de manera estable desde 2014, con más de 50 GW de nueva capacidad instalada cada año.

¿Estas energías que nos venden como capaces de resolver todos los problemas realmente son sin impacto sobre el medio ambiente? Es la pregunta que se hicieron varios equipos de científicos.

Un grupo francés encabezado por Robert Vautard, especialista en simulaciones climáticas en el Laboratorio de ciencias climáticas y del medioambiente (LSCE por sus siglas en francés), ha estado comparando simulaciones hasta 2020, realizadas sin y con el efecto de aerogeneradores.

Ver la investigación: Rastros obscuros de la energía limpia en Oaxaca, México

Según la investigación publicada en 2014, cerca de los parques eólicos se registra un aumento significativo de las temperaturas, especialmente en la noche: en este momento, las turbinas eólicas mueven la atmósfera más que durante el día, lo que calienta el aire y, por lo tanto, limita el enfriamiento nocturno del suelo.

El equipo científico también notó una disminución de las precipitaciones que puede alcanzar el 5% (unos 0,15 mm al día) en ciertas regiones.

Sin embargo, el equipo de investigación considera que es necesario producir nuevos estudios con otros modelos y diferentes escenarios de desarrollo de la producción de energía eólica para determinar con precisión cuáles serán las consecuencias de un despliegue aún más masivo de energía eólica. Una cuestión clave será evaluar los efectos de la duplicación o el triplismo de la cuantidad de eólicos estudiados aquí, ya que es lo que se puede prever en los próximos cuarenta años.

En otra investigación, científicos de la Universidad estadounidense de Harvard calcularon que alimentar la totalidad de los Estados Unidos con energía eólica aumentaría la temperatura del suelo de 0.54 ° C en la parte del país cubierta con turbinas eólicas, y de 0.24 ° C en el resto del país, según un estudio publicado el jueves 4 de octubre de 2018 en la revista científica Joule. Por la noche, el calentamiento incluso podría llegar a 1,5 ° C. Estos resultados son confirmados por estudios previos que informan aumentos de temperaturas cerca de los parques eólicos y por observaciones satelitales. 

Para David Keith, profesor de ingeniería en Harvard, los aerogeneradores les ganan a otras tecnologías “pero eso no significa que sus impactos sean insignificantes”. El científico pudo determinar que, durante un primer siglo de operación, el efecto de calentamiento debido a los aerogeneradores sería más importante que el efecto de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según los investigadores de Harvard, aunque sea diez veces menos que en el caso de los parques eólicos, la presencia de parques solares también aumenta localmente las temperaturas en el suelo.


Foto: Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Hasta el 2019 existen 22 parques eólicos. Credito: Renata Bessi

Más información:

El Istmo en riesgo ambiental, concentra el mayor número de parques eólicos en América Latina.

Rastros obscuros de la energía limpia en Oaxaca, México 

El Escaramujo 80: LA EVALUACIÓN DE IMPACTO SOCIAL EN EL SECTOR ENERGÉTICO 

Pueblos organizados de Chiapas nos oponemos a las falsas soluciones para mitigar el cambio climático

Pueblos organizados de Chiapas nos declaramos en resistencia ante el modelo energético capitalista 

[Artículo]Escasez de agua y alimentos: comunidades mayas muestran los efectos de la palma africana en Chiapas

Compartimos la siguiente investigación publicada en  la Revista Mongabay a través de Animal Político 

Mientras el monocultivo se expande en el norte de la Selva Lacandona, comunidades indígenas denuncian la escasez de agua, de alimentos y de tierras para los cultivos de autoconsumo.

En Chiapas hay 64 000 hectáreas sembradas que representan el 70 % del total de las plantaciones de palma en México. 


por Rodrigo Soberanes en 5 febrero 2019 

Cuenta un comunero del pueblo Maya Chol que vio desaparecer la pequeña laguna que tanto atesoraba su familia. Quedaba junto a la casa de sus padres y para Federico Méndez era un paraíso protegido por la espesura de la Selva Lacandona en México. Recuerda el comunero que el problema comenzó el día que llegó la palma africana a su municipio, llamado Salto de Agua, entonces los cultivos empezaron a cercar poco a poco ese rincón idílico de la familia Méndez y de pronto fueron testigos de cómo bajaba el nivel del agua mientras las palmeras ganaban altura.

“A 30 metros establecieron una plantación de cinco hectáreas de palma africana. A partir de los cinco años se acabó el agua”, narra el comunero Chol, Federico Méndez. 

Del “enamoramiento” al desamor. El boom de la palma africana en Chiapas duró poco: el agua hace falta y los beneficios económicos no son los que les prometieron. El el sureste del país, hay sed y hambre por el monocultivo. 

Hoy esas palmeras miden más de 15 metros y la laguna está seca. Federico se pregunta entonces si valió la pena, sobre todo cuando le cuentan que en los últimos cuatro años el precio del fruto de la palma ha caído.

Esta es una de las tantas historias que cuentan los habitantes de la comunidad La Concordia y que se repiten una y otra vez en la región indígena conocida como Tulijá, al norte de la Selva Lacandona, en el sureste de México. El agua hace falta y los beneficios económicos de la palma africana no son los que les prometieron, tampoco los que esperaban.

Esto se ha traducido en una escasez de alimentos en muchas comunidades, incluso hay un investigador mexicano que ha utilizado el término “hambruna” para describir la situación de la población de Tulijá —que abarca siete municipios y alberga a 4800 habitantes— compuesta por etnias mayas Tseltal y Chol casi en su totalidad. 

El inicio

La palma africana se instaló masivamente en el norte de la Selva Lacandona allá por 1994, cuando estalló la rebelión indígena zapatista. Esto hizo que muchos propietarios huyeran raudos de la zona abandonando sus tierras, que aparecieran nuevos actores para apropiarse de esos territorios y que producto de la repartición de los terrenos se formaran nuevos ejidos o tierras comunales.

“Del 94 para acá invadieron muchos ranchos la gente por esta región y otros rancheros comenzaron a vender sus tierras. El gobierno comenzó a comprar para darle a la gente vía fideicomiso y vía subsidio”, cuenta Feliciano Arcos, habitante de la comunidad de Las Vegas, en Salto de Agua.

Así es como recuerda Arcos el inicio de un cambio radical en la vida de su región. “Así se formaron los ejidos por toda esta carretera. Pasaron años y comenzó a llegar la Secretaría del Campo de Chiapas para decir que es bueno trabajar con la palma”, agregó el campesino. 

A partir de 1995, el paisaje en aquella región selvática comenzó a transformarse. Federico Méndez lo vivió cuando vio desaparecer su pequeña laguna.

Los cultivos de autoconsumo fueron disminuyendo y la agricultura industrial apareció en la zona como una promesa de cambio para las familias de las comunidades indígenas.

Para entender el nuevo escenario de Chiapas en los noventa, hay que mirar el contexto actual. En México existen hoy nueve plantas procesadoras del fruto de la palma africana: ocho de ellas están en Chiapas y, de este grupo, dos en la región norte de la Selva Lacandona. 

Bárbara Linares, investigadora del Colegio de la Frontera Sur, un centro público de investigación científica mexicano, ha seguido de cerca el caso de Tulijá y explica así los efectos de la palma africana en las comunidades: “Es una región que históricamente ha vivido del autoconsumo y desde la llegada de la palma africana y la mecanización del cultivo, el medio ambiente, el uso del territorio y el tejido social han sufrido cambios drásticos”.

Al inicio, cuenta la experta, se establecieron viveros extensos y las empresas palmicultoras les dieron trabajo a las mujeres, niños y hombres. El panorama era novedoso y el futuro lucía prometedor para las comunidades del Valle de Tulijá. El éxito lo medían entonces por el flujo de dinero.

Pero también se podía empezar a constatar el crecimiento del negocio de la palma con las miles de hectáreas de selva que iban desapareciendo año tras año. Feliciano Arcos da fe de ello.

Arcos recuerda que el comentario de una empresa de la zona era: si trabajas la palma, te va a mejorar la vida. Fue así como miles de familias entraron en una dinámica de industria y mercado, y comenzaron a depender del dinero para poder adquirir sus alimentos.  

Pero cuentan los comuneros a los que Mongabay Latam entrevistó para este reportaje, que no entendían entonces el daño que le estaban causando a la tierra. Dicen que nadie se lo explicó. Estaban contentos porque tenían un buen trabajo. Ahora, como sus ingresos han disminuido, producto de la caída del precio de la palma, muchos han optado por migrar hacia Estados Unidos.

La entrevista a Federico Méndez —habitante del ejido Arroyo Encantado, del municipio Salto de Agua— se realizó en un paraje del ejido Santa María que antes de la siembra de palma africana conservaba superficies pantanosas en ambos lados de la famosa carretera de la Ruta Maya.

Ahora el suelo es duro, las mesas y sillas están cubiertas de una capa de polvo, y en los parajes aledaños se observa una intensa actividad de jornaleros que cosechan los racimos del fruto de la palma y lo acarrean a orillas de carretera. Allí se detienen los camiones para recoger la carga y llevarla a los centros de acopio.

Mongabay Latam realizó varios intentos por contactar a las autoridades ambientales competentes —Secretaría del Medio Ambiente de Chiapas y Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno nacional— pero hasta el cierre de esta edición no recibimos respuesta alguna. En esa búsqueda, una fuente de la dependencia de Chiapas señaló que por tratarse de administraciones que recién han asumido sus cargos, no tienen conocimiento suficiente ni “interés” por tratar este tema con los medios de comunicación.

Los problemas denunciados por algunas de las comunidades indígenas de Chiapas guardan relación con los resultados de algunas investigaciones. De acuerdo con una de la Universidad Autónoma de Chiapas, publicada en 2012, «la expansión de este cultivo acentúa las desigualdades sociales, degrada los recursos naturales, utiliza mucha energía fósil, impulsa la concentración de la tierra, debilita los sistemas locales de provisión de alimentos y reduce los márgenes del valor generado en la cadena agroalimentaria para los pequeños productores». 

El enamoramiento

La Secretaría de Agricultura del Gobierno de México señala que el país tiene sembradas 90 118 hectáreas. Eso reportan las cifras hasta el 2016. Pero con esa superficie solo se cubre el 61 % de la demanda nacional de aceite de palma —aceite comestible y biodiesel— y el resto se tiene comprar de otros países como Guatemala, Colombia y Costa Rica, principalmente.

El gobierno mexicano no está dispuesto a seguir importando y por eso se ha trazado una meta ambiciosa: incrementar en un 50 % la producción de palma aceitera de cara al 2030.

La Secretaría del Campo de Chiapas estima que en ese Estado hay unas 64 000 hectáreas sembradas, lo que representa alrededor del 70 % de toda la palma que posee hoy México. 

Por eso el potencial de Chiapas ocupa un lugar central en la Planeación Agrícola Nacional de México 2017—2030. En este documento, el Estado de Chiapas es considerado estratégico porque se busca incrementar sus plantaciones hasta alcanzar 1 219 000 hectáreas sembradas.

Pero para alcanzar esta meta necesitan disponer de las tierras del sector rural. Por eso el enamoramiento, como le llaman los investigadores a la etapa de convencimiento, es fundamental.

Las autoridades y empresas que introdujeron el cultivo de la palma africana se encargaron desde el inicio de sembrar la promesa de una mejora económica. Algunos comuneros recuerdan que les hablaron de jugosos pagos puntuales cada quincena.

Ahí fueron convenciendo a la gente diciendo que iban a vender cada 15 días y cuando les llegaron a ofrecer les daban apoyo para sembrar y limpiar sus predios. Fue simplemente para convencer a la gente. Luego dejó de existir eso”, contó Federico Méndez. 

El profesor de la Universidad Intercultural de Chiapas, León Enrique Ávila, con amplia trayectoria en el estudio del fenómeno social de la palma africana en la región, identificó «al enamoramiento» como uno de los pasos utilizados por las empresas procesadoras dentro de su estrategia de convencimiento.

Para Ávila es una etapa en la que las partes interesadas se introducen en las comunidades para convencer a las personas de que se muden a la actividad agroindustrial.

Feliciano Arcos, comunero originario de la comunidad Las Vegas, en el municipio Salto de Agua, cuenta que las empresas les ofrecieron un panorama en el que los comuneros recibirían todos los insumos necesarios y, después de dos años de la siembra, comenzarían a cosechar y vender su producto cada quincena, recibiendo una paga sustancial.

“Fue simplemente para convencer a la gente. Luego dejó de existir eso. Pero mucha gente se convenció y comenzaron a sembrar desde dos o tres hectáreas”, recuerda Arcos.

En un reportaje publicado por Mongabay Latam en 2018 sobre la expansión de la palma aceitera en la región sur de la Selva Lacandona, el entonces director de Producción Hortofrutícola y Agroindustrial, Onorato Olarte, dijo que las plantaciones de este cultivo no afectan terrenos selváticos debido a que utilizan potreros u otros predios ya deforestados. 

“La estrategia de fomento a la palmicultura está basada en la no tala de selva para apertura de nuevas plantaciones”, afirmó la entrevista.

Sin embargo, Antonio Castellanos, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, especializado en el estudio de la palma africana en Chiapas, explicó en una entrevista a un medio local que la introducción de la palma en esta región mexicana no ha sido bien regulado.

“El gobierno afirma eso pero el proceso de crecimiento ha sido poco regulado. Ha habido varios tipos de cambio de suelo hacia la palma, incluyendo en selvas y acahuales (predios con selvas jóvenes). Pero también ha habido deforestación. El problema ha sido una regulación escasa en ese sentido”, declaró el especialista al medio mexicano. 

El desamor

En la “etapa de enamoramiento” no se le dijo a la población que el precio de su producto depende de la cifra que arroje la Bolsa de Rotterdam sobre el precio de la tonelada de aceite de palma.

“En ciertos momentos de enamoramiento tiene el precio muy alto y eso va encantando a los productores, pero como todo ciclo económico, duran dos o tres años. De 2014 a la fecha bajó el precio dramáticamente y eso ocasionó que existiera hasta hambre en la región”, señaló León Enrique Ávila.

A los productores tampoco les dijeron que los insumos que les estaban otorgando, se descontarían de sus pagos, por lo tanto, si las noticias desde Rotterdam no eran buenas, podría ocurrir que esos pagos quincenales se hicieran humo.

“La empresa les da fertilizantes, herramientas, muchas cosas pero la empresa lo va descontando a la hora que llegan los productores a pesarlo directamente a la fábrica”, dijo Ávila.

Una de las empresas con mayor presencia en esa región de Chiapas es Palma Tica de México. Según la organización Otros Mundos, el mecanismo de esta extractora para obtener materia prima consiste en ofrecerle las plantas a los productores a crédito y bajo la condición de que el productor solo entregue su producto a esa empresa.

Mongabay Latam contactó a Palma Tica para tener su versión frente a las denuncias de las comunidades maya de Chiapas, pero a pesar que señalaron que responderían por correo a nuestra solicitud de entrevista, hasta el cierre de este artículo no hubo comunicación alguna. 

Ávila, con años de recorrido en la región, compara la dinámica de la palma establecida entre industriales y productores con la de las “tiendas de raya” de mediados del siglo pasado, cuando los campesinos estaban a merced de sus patrones y no tenían otra salida que comprar sus alimentos en las mismas tiendas que estos administraban. Si en algún momento al obrero o campesino no le alcanzaba el dinero, entonces la «tienda de raya» le brindaba un crédito que lo ataba por muchos años.

En este caso —explicó el especialista— es una “tienda de raya” que opera en terreno con representantes de los gobiernos y las empresas.

“Les garantizan los suministros y así los van fregando. ¿Cómo llega la palma a una comunidad? Es toda una negociación, la intersección del gobierno y las presidencias municipales, que se han convertido en promotoras de este modelo en muchas zonas, y son los que hablan directamente sobre las grandes ventajas de sembrar palma”, explica el experto. 

El académico señala que en la región existen hoy movimientos que se resisten a la proliferación de la palma africana y uno de ellos es liderado por la iglesia católica, en concreto, por la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, que ha jugado un papel importante en la pacificación de las regiones indígenas de Chiapas desde 1994.

“La teología india, impulsada por la iglesia católica en la zona, que permite procesos de reflexión sobre la relación del ser humano con la naturaleza”, señala Ávila.

El hermano religioso Joaquín Mnich, misionero de la Parroquia de Salto de Agua, es una de las personas que hacen el trabajo al que se refiere el investigador. Según Mnich, “hay comunidades que cambiaron el cultivo de maíz y frijol por la siembra de la palma africana y, de esta manera, faltan actividades propias de la producción de sus alimentos para el autoconsumo y eso hace a la vez que estos productos sean más caros”.

Mnich sostiene que la gente de las comunidades maya no entienden las consecuencias de la actividad que están desarrollando. “Lo que sí se sabe y está comprobado es que la palma destruye la madre tierra y para recuperarla es muy tardado y lento”, dijo el religioso.

Feliciano Arcos se pregunta: “¿Qué va a comer la gente que destinó sus tierras al cultivo de la palma?”. El comunero se refiere a las personas que disfrutaron de algunos años de bonanza y que hoy ven cómo sus ingresos han disminuido sacrificando, en el camino, las bondades de sus tierras.

A más de 20 años del inicio de la siembra en la región, el balance por la llegada masiva del cultivo de la palma africana comienza a ser negativo, como lo señalan algunas investigaciones, porque no está dando los resultados prometidos.

Un estudio sobre la palma africana en Chiapas y los escenarios en el uso del suelo, elaborado por la investigadora alemana Birgit Wiedersatz en el 2012, identificó por ejemplo que el cultivo de la palma aceitera es “la mayor causa de deforestación” en esa región de México, porque abarca enormes extensiones. También señaló la experta que la palma ocasiona “la degradación y erosión del suelo”.

En el estudio de Wiedersatz, Salto de Agua fue colocado dentro de una zona productiva de palma africana que en el 2010 abarcaba 2200 kilómetros cuadrados y que se proyectaba a crecer en un 5 % anual. Con este pronóstico —basado en un modelo científico que estudia el cambio climático y el comportamiento de los cultivos en la región— se calculó que en el 2020 el crecimiento de la palma africana afectaría “el estado de la soberanía alimentaria del maíz”, reduciéndolo a un nivel muy bajo y generando un impacto en los ecosistemas forestales y la selva húmeda primaria.

Es un panorama que en el terreno ya se comienza a vivir. “Ahorita tienen la misma vida los que sí [sembraron palma] y los que no la sembraron, pero los que no, tienen reserva, tienen donde sembrar, tener leña. Los que sí, están comprando leña y alimentos. Cuando ya no lo va a poder trabajar, a ver qué van a hacer. El suelo ya se desechó, la humedad la aprovechó la palma”, dijo Arcos.

Los que no sembraron —dijo el comunero Méndez— son en su mayoría las personas mayores que viven en ejidos antiguos, es decir, los que ya estaban antes de la revuelta de 1994, y tienen su subsistencia asegurada por medio de sus propias cosechas. El dinero no es vital.

En cambio, los que sí sembraron, son personas más jóvenes que, de acuerdo con el estudio de Otros Mundos, entraron en “la llamada reconversión productiva que implica eliminar la soberanía alimentaria”.

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Vídeo: Mongabay Latam.

Fotos: Rodrigo Soberanes y Moises Zuñiga

  • Foto 1: En los paisajes de la llamada Ruta Maya se ven con frecuencia a trabajadores acopiando sus cosechas de coco de palma africana. 
  • Foto 2: El fruto de la palma de aceite es acopiado en un predio del municipio de Salto de Agua, en la orilla de una carretera.
  • Foto 3: Federico Méndez y Feliciano arcos caminan en la carretera mostrando señalando los predios donde se cultiva la palma africana.
  • Foto 4: Muchos parajes de la ruta maya donde había suelo pantanoso ahora hay palma africana.
  • Foto 5: Las poblaciones del ejido Boca Chajul conviven con la palma africana. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.
  • Foto 6: Pobladores de Salto de Agua aprovechan todas las superficies posibles para sembrar palma africana, incluso al lado de sus casas.


Más información: 

Libro: 12 tácticas utilizadas por empresas de palma aceitera para apoderarse de tierras comunitarias 

[AUDIO] Antonio Castellanos: “Ha habido deforestación” por siembra de palma africana en Chiapas 

La palma africana avanza en la selva de México

EL ESCARAMUJO 01: LA PALMA AFRICANA EN MÉXICO (I y II) 

[Artículo y vídeo] El precio ambiental de la fiebre del litio en Argentina, Bolivia y Chile

Compartimos este artículo publicado Mongabay en a través de Movimiento M4 

Concentrado en cantidades ingentes en la salmuera de los salares de Bolivia, Chile y Argentina, el litio se ha convertido en la gran estrella de la megaminería mundial.

La explotación masiva amenaza con transformar definitivamente parajes desérticos donde las lluvias no superan los 200 mm anuales. La escasez de agua se presenta entonces como uno de los principales problemas ambientales que destacan los expertos.  

Copaisa, el segundo salar más grande de Bolivia y el quinto del mundo en extensión, encierra en sus 2218 kilómetros cuadrados un lago del mismo nombre. Es una fotografía bellísima pero al mismo tiempo una metáfora del conflicto hídrico que atraviesa desde hace un tiempo el Altiplano de Bolivia, Chile y Argentina. Este espacio conocido como el “Triángulo del Litio” se ha convertido en uno de los blancos para la extracción de un mineral que es componente básico para almacenar energía en las baterías que alimentan vehículos, teléfonos, plantas solares y otros artilugios.

Los pueblos indígenas han sabido desde siempre cultivar y extraer de la costra salina las cantidades necesarias de agua para sus cultivos y ganado. Pero desde que el litio se volvió indispensable para las baterías acumuladoras de energía, el interés en los salares cambió radicalmente. El auge universal de la telefonía celular y otros aparatos electrónicos semejantes, junto al incalculable margen de expansión debido a la decidida apuesta por los vehículos eléctricos en los países del norte desarrollado, se unieron para desatar “la fiebre del litio”.

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La megaminería

Marcelo Sticco, hidrogeólogo e investigador de la Universidad de Buenos Aires explica que para explotar el litio “se hacen pozos en la superficie y se bombea salmuera desde las profundidades hacia el exterior. Después se vuelca lo extraído en piletas construidas sobre el mismo salar y se deja que el sol vaya evaporando el agua para que solo queden las sales”.

Uyuni es el depósito más grande del mundo en contenido de litio como recurso y en él “hay una cantidad de salmuera que nos permitiría la explotación durante 200 o 300 años”, dice el ingeniero Juan Carlos Montenegro, gerente ejecutivo de Yacimientos de Litios Boliviano (YLB), la empresa estatal que el Gobierno de ese país creó para centralizar la explotación del mineral. En 2011, mucho antes de la creación de YLB, el mismo Gobierno de Bolivia había elevado a la Unesco el pedido para que Uyuni fuese incorporado a la lista de Patrimonios de la Humanidad. Hoy la idea ha sido dejada en un segundo plano.

De los tres países, Bolivia es el que lleva más retraso en la explotación. A cambio de este avance a paso lento, los ecosistemas de los salares se mantienen más o menos intactos, aunque no exentos de riesgos.

 

Chile es el caso contrario. El salar de Atacama, segundo más grande del mundo tras el de Uyuni, lleva más de dos décadas de explotación intensiva y los efectos de veinte años de megaminería ya son visibles a simple vista. “Atacama vive una agonía socioambiental”, sostiene Bárbara Jerez, académica de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso en diálogo con Mongabay Latam: “Se están arrasando humedales, bofedales, ojitos de agua. Se ha roto el equilibrio hídrico del territorio y con ello también se está arruinando la economía local de los indígenas”. El Comité de Minería No Metálica de Chile ha establecido que la capacidad de recarga hídrica del salar es de 6682 litros/segundo. La descarga de las empresas es, sin embargo, de 8802 litros/segundo.

Argentina, por su parte, se encuentra en un punto intermedio. La explotación del litio lleva 21 años en el pequeño Salar del Hombre Muerto, donde la empresa FMC Lithium ya ha sido varias veces denunciada por contaminación de las aguas. En cambio, es más o menos reciente en Salinas Grandes y el complejo Olaroz-Cauchari y actualmente existen más de 60 solicitudes de permisos de prospección, de los cuales 28 ya están en proceso.

Los salares de los tres países comparten el mismo problema: “no hay líneas de base para hacer las valoraciones ni capacidad para efectuar controles efectivos”, dice la abogada argentina Pía Marchegiani, directora de política ambiental de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). 

Una especie de esponja que chupa agua embebida en sales  

Marcelo Sticco, investigador de la Universidad de Buenos Aires, señala que el modelo general es igual en todas las cuencas del triángulo. Explica que ellas son como una olla rellena de materiales arenosos que funciona como una especie de esponja en las profundidades del salar. Allí se va acomodando la poca agua que ingresa al sistema. Mientras tanto, en los bordes y en franjas de pocos kilómetros se acumula el agua dulce que equilibra el líquido que entra y sale del sistema en forma natural y permite la existencia de vida en la zona. El movimiento de esos volúmenes de agua dulce está totalmente influenciado por lo que ocurre en el centro del salar.

“La explotación a través de pozos”, indica Sticco, “forma los llamados ‘conos de depresión’, embudos que cambian el gradiente hídrico. Si naturalmente el agua dulce se moviliza progresiva y horizontalmente, los conos transforman el lugar en algo así como en un tobogán y el agua se introduce casi de manera vertical. De este modo deja de estacionarse en los bordes del salar y ya no está disponible para la población, el ganado o la flora”.

En el fuero oficial, sin embargo, las opiniones difieren. “Uyuni tiene 10 000 km2 y nuestra área de intervención es de 40 km2, menos del 1 %. Además, el agua que ingresa al salar a través del río Grande supera en mucho la cantidad que evaporamos en nuestro proceso”, asegura el ingeniero Montenegro, gerente ejecutivo de Yacimientos de Litios Boliviano (YLB).

Pero el agua no solo se pierde a través del bombeo de salmuera. La evaporación en piletas requiere de dos millones de litros de salmuera por cada tonelada de litio producida y deben utilizarse grandes cantidades de agua dulce para los procesos finales de obtención del carbonato de litio.

“Hoy, los grandes actores económicos quieren invertir en litio”, analiza la doctora Marchegiani, “esto ocurre ahora mismo, pero simultáneamente se están buscando otras fórmulas para almacenar energía más baratas y fáciles de obtener”. El hidrógeno, el sodio, el silicio son algunos de los competidores. Treinta o cuarenta años de demanda masiva es el plazo máximo que la mayoría de los investigadores le dan a esta nueva “Fiebre del Oro”. Algunos incluso lo acortan por debajo de los veinte, un tiempo demasiado corto para estudiar a fondo los efectos posibles sobre ecosistemas desérticos, en los que las lluvias no superan los 200 mm anuales. Las empresas y los gobiernos se ven así empujados a acelerar los procesos sin detenerse en exceso a pensar qué puede ocurrir después, cuando la ola haya pasado.

Gira por Europa controvierte el discurso “Verde” de Empresas Hidroeléctricas

Boletín de Movimiento Ríos Vivios Colombia- a 18 de mayo de 2019 

 Dos integrantes del Movimiento Ríos Vivos Colombia, Rubiela Avellaneda del Movimiento Social en Defensa de los Ríos Sogamoso y Chucurí y Juan Pablo Soler de las Comunidades sembradoras de territorios, aguas y autonomía de Antioquia – Comunidades SETAA, junto a Defensores de DDHH, ambientalistas, líderes y activistas de Europa y Latino América se encuentra realizando una gira por Europa de gran importancia para la visibilización de los conflictos ambientales y sociales asociados a la construcción de grandes hidroeléctricas. 

Esta Gira se realiza a propósito del Congreso Mundial de Represas en París, al que movimientos y organizaciones ambientalistas Europeas han controvertido por presentar las Hidroeléctricas como un una opción “Verde” que aporta a la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, de igual manera desde Colombia el Movimiento Ríos Vivos exalta la importancia de crear una Comisión Nacional de Represas y así ir también en la búsqueda para la transición energética justa de y para los pueblos.

Cabe anotar que esta gira que realizan los delegados del Movimiento Ríos Vivos, hace parte de la IX jornada nacional en defensa de los territorios que por novena vez adelanta el Movimiento a nivel nacional e internacional. En el caso de las giras internacionales se han tejido redes de solidaridad y reconocimiento con organizaciones Europeas que se han interesado en las luchas de los diversos procesos de defensa de los ríos existentes en Colombia y que están aglutinados en el Movimiento Ríos Vivos Colombia.

La agenda incluyó también una visita a Berlín donde se desarrolló la Conferencia: La Energía Hidroeléctrica, El Cambio Climático y Los Objetivos de Desarrollo Sustentable, evento organizado por Misereor, Fastenopfer y Contra Corriente, el pasado 9 de abril de 2019.

En Italia, se realizará una Feria de la Desobediencia que organiza Yaku – Onlus, la Red En Defensa y otras organizaciones italianas. A realizarse entre el 29 de mayo y 2 de junio en la ciudad de Trento, al norte de ese país.

El 24 de mayo, en el Cedla de la Universidad de Amsterdam se participará en el conversatorio sobre “Los retos de los defensores de la Naturaleza” convocado entre varias organizaciones de holandesas, entre ellas, Milieudefense, Cedla, UICN-NL, y NACLAS.

Imagen: CENSAT Agua Vida

Más información: 

Nota en CENSAT Agua Vida 

Nota: Las falsas promesas de la Hidroelectricidad

Nota: MOVIMIENTO RÍOS VIVOS COLOMBIA DENUNCIA EN PARÍS VIOLACIONES A DERECHOS HUMANOS Y AMBIENTALES POR REPRESAS HIDROELÉCTRICAS 

Nota: Las represas hidroeléctricas, la cara oscura del desarrollo

Una docena de maneras de resistir a la minería

Compartimos estos interesantes datos sobre como resistir a la minería publicados en  el portal Medium, a través del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (Movimiento M4


Por Guadalupe Rodríguez, 2 de mayo 

Cualquier persona u organización que se sienta afectada por un proyecto minero en el aspecto social, ambiental o económico está totalmente legitimada para negarse a aceptarlo y para resistirse a la imposición del mismo.

A continuación, algunas formas en las que comunidades alrededor del mundo afrontan los problemas que les supone la minería y que otras comunidades pueden imitar. 

1- No aceptar la idea impuesta de que todo es un bien de mercado y que todo es susceptible de ser comprado y vendido.

2- Esto implica una crítica profunda y total del modelo económico capitalista neoliberal y la necesidad de un cambio profundo de modelo, por otro centrado en un modo de vida mucho más sencillo, menos material, y más acorde y respetuoso con la naturaleza.

3- Para ello, las personas o comunidades afectadas pueden organizarse en diferentes niveles y analizar la situación que enfrentan, así como cuestionar la gestión política, la competencia técnica y/o la veracidad de las informaciones que se les proporcionan.

4- Mirar más allá: cuando nos dicen que un determinado proyecto minero es de «interés general» y que por eso va a ser priorizado por sobre todas las cosas. ¿Quién establece las prioridades? Muy posible que no responda realmente a tal interés general, sino mucho a los intereses privados de empresas mineras y arreglos extraoficiales con los políticos de turno.

5- Poner en evidencia el modelo de desarrollo basado en el crecimiento sin fin, pro-extractivista, hambriento de recursos mineros y dependiente de la minería; y denunciar el rol de los países del norte global como los de Europa y las consecuencias que implican las políticas basadas en su Estrategia Europea de Materias Primas.

6- Fomentar e incidir en el cumplimiento e implementación de las políticas y normativas internacionales, europeas y nacionales que obligan la gestión de residuos, el reciclaje y la recuperación de materias primas, no solo en los países industrializados, sino en todas partes.

7- Generar un debate público amplio y exhaustivo sobre la minería y sus consecuencias sociales y ambientales. Campañas para informar de los impactos de la minería en la sociedad y compartir las preocupaciones al respecto son cada vez más numerosas y visibles.

8- A mayores, promover campañas de incidencia y solidaridad con las personas afectadas por proyectos extractivos, difundiendo ampliamente sus denuncias, así como formar un lobby ciudadano, que actualmente está en clara desventaja con los lobbies de la industria minero-extractiva en cuanto a atención mediática, respuesta política, presencia pública.

9- Aprender y enriquecernos de la experiencia de resistencia, lucha y dignidad de otros pueblos, de países de América Latina, Asia o África que tengan una larga trayectoria en esta temática. De allí precisamente llegan interesantes propuestas como la de otorgar derechos propios a la naturaleza (recogida en la Constitución ecuatoriana de 2008); o iniciativas para dejar los recursos extractivos bajo tierra. Esta propuesta se inspira en la iniciativa Yasuni, que en su caso propone dejar intocadas bajo tierra las reservas de petróleo de un área de alto valor de conservación. Puede estudiarse su aplicación a otras áreas y otros recursos extractivos como los mineros.

10- Estudiar casos judiciales que han llevado a empresas transnacionales a juicio, por los desastres causados en países diferentes a aquellos en los que tienen sus sedes. La denuncia a la petrolera estadounidense Chevron por los derrames ocasionados en Ecuador, o a la petrolera holandesa Shell por los derrames ocasionados en Nigeria, constituyen importantes precedentes, puesto que estas empresas fueron condenadas por la contaminación que dejaron atrás.

11- Analizar opciones y formas de decrecimiento, una corriente política, social, económica y ecológica emergente en Europa. También hay grupos que estudian y trabajan en la exigencia del reconocimiento de una deuda ecológica con los países del Sur global.

12- Recordar que resistir da frutos. Muchas comunidades locales logran defender sus territorios e impedir que la maldición de estar asentadas sobre o cerca de recursos estratégicos signifique su destrucción.

Tenemos que seguir estudiando y denunciando públicamente cada caso para detener el extractivismo y el modelo energético concomitante como modelo de desarrollo impuesto, insustentable y destructivo del medio ambiente, asociado a graves violaciones de los derechos humanos y del derecho a la participación de las comunidades afectadas.


Ilustraciones: Portal Medium

Más información: 

[Manual] Hablemos de megaminería 

[MAPA] ¡Esto no Vale!

El Movimiento de Afectados por las Represas en Latinoamérica (MAR) apoyamos la lucha en defensa del agua y contra la presa Milpillas en Zacatecas

Comunicado del Movimiento de Afectados por las Represas en Latinoamérica (MAR) -A 14 de mayo de 2019 

 

El MOVIMIENTO DE AFECTADOS POR LAS REPRESAS EN LATINOAMÉRICA (MAR) APOYAMOS LA LUCHA EN DEFENSA DEL AGUA Y CONTRA LA PRESA MILPILLAS EN ZACATECAS Y EXIGIMOS RESPETO A LOS Y LAS HABITANTES EN RESISTENCIA AL PROYECTO.

En el Movimiento de Afectados por las Represas en Latinoamérica (MAR) hemos sido informados e informadas sobre los acontecimientos de violencia, criminalización y acoso que se han venido registrando en las últimas semanas por parte del gobierno de Estatal en relación al proyecto Presa Milpillas en Zacatecas, México, para con las defensoras y defensores del territorio y en especial del Río Atenco. 

Desde el año pasado diversos ejidos afectados han llevado a cabo acciones legales y políticas para defenderse de la amenaza de la presa Milpillas, sin embargo el gobierno del estado de Zacatecas ha actuado sistemáticamente con varias estrategias de coacción, soborno y represión contra las personas, además de intervenir ilegalmente contra los procesos de toma de decisiones en lugar de respetar la elección que han tomado los y las habitantes por el proyecto: su decisión y derecho a decir NO a la presa Milpillas. Recientemente también se criminalizó a las mujeres defensoras, acusándolas de secuestro a autoridades estatales a través de un medio de comunicación local, solo por haber ejercido su derecho a prohibir el paso a personas que intentaron ofrecer supuesto “beneficios” a cambio de aceptar el proyecto. Las amenazas se han dirigido especialmente contra las compañeras Eugenia Grecia Rodríguez Navarro y Sandra Miranda, así como a un grupo de mujeres ejidatarias de Atotonilco. Puntualizamos que iniciar procesos de criminalización contras las personas defensoras del territorio es grave y pone en peligro su integridad física y psicológica. Exigimos al gobierno de México, respeto a sus derechos y garantías para su protección.

El Movimiento de Afectados por la Represas de Latinoamérica, conformado por organizaciones y movimientos de 13 países apoyamos la lucha de los y las compañeras y exigimos junto con ellos y ellas la cancelación definitiva del proyecto, así como llamamos a vigilar y proteger los derechos de las personas afectadas por la amenaza de la presa Milpillas.

La presa Milpillas es un proyecto planeado para construir una cortina de 80 metros de altura para el almacenamiento de agua y abastecimiento mediante un acueducto que transportaría 41 millones de agua durante todo el año con un costo energético altísimo. En su recorrido por el acueducto a la ciudad de Zacatecas se encuentran tres mineras del Grupo Peñoles y de Fresnillo PLC por lo que esto pone en riesgo de explotación a la cuenca y la calidad de vida en la región. Recientemente se anunció un Fondo de Agua para Zacatecas que tiene intención de apoyar a la Presa Milpillas, es lamentable que los aliados de dicho fondo sean compañías como Grupo Modelo y FEMSA (productora de la Coca-Cola), empresas causantes de la devastación ambiental y la destrucción de mantos acuíferos en México y en diversos países del América Latina.

Nos oponemos a continuar perpetrando un modelo económico impuesto por las empresas y los gobiernos, basado en la explotación y privatización del agua, exigimos agua para la vida, no para la minería ni para las empresas.

¡Agua y energía No son Mercancía!

¡Vida Sí, Mina No!


Imagen: Proyección de la Presa Milpillas, CONAGUA

Más información: 

Zacatecas: Acuden al Ejido de Atotonilco Gob de Zacatecas y empresa Camino Real para llevarse la maquinaria que de forma ilegal introdujeron al ejido 

Zacatecas: Existen Alternativas al Proyecto Milpillas 

Zacatecas: Opositores a la presa Milpillas presentan queja ante Comisión Estatal de Derechos Humanos por violación a derechos agrarios y humanos 

Zacatecas: Policía Estatal amenaza y arremete violentamente contra compañera de la lucha contra la minería

[Manual] Hablemos de megaminería

Compartimos el manual publicado por  Unión de Asambleas de Comunidades Chubutenses UACCH, a través del Movimiento Mesoamericano (Movimiento M4)

HABLEMOS DE MEGAMINERÍA

Manual de educación y difusión sobre las implicancias de la megaminería 

Presentación: 

“Nuestra lucha se basa en la información y la difusión”, suelen decir los/las vecinos/as de Chubut que resisten la instalación de emprendimientos mineros a gran escala, de extracción metalífera y de radioactivos mediante el uso de sustancias tóxicas. Gracias a los conocimientos sobre “megaminería” que supieron gestionar y compartir en asambleas y en diversas acciones de difusión pudieron posicionarse, organizarse y manifestarse de mil maneras para ponerle freno a la explotación de su territorio.

Este manual, elaborado por un grupo de vecinas y vecinos asambleístas que se embarcó en la aventura de producir un recurso didáctico que compile los saberes sobre megaminería que se han acumulado y complejizado durante más de quince años de aprendizaje popular y colectivo, está inspirado en ese espíritu y en esa necesidad de seguir aprendiendo, de seguir enseñando, de seguir difundiendo y seguir construyendo resistencia popular a partir de fundamentos científicos e informaciones de fuentes comprobables y válidas. 

Aunque para comprender debidamente en qué consiste este manual, de dónde viene y adónde va, necesitamos remontarnos brevemente a la historia de la lucha contra la megaminería en la provincia de Chubut.

En el año 2002 el pueblo de Esquel, ubicado en la cordillera chubutense, se vio conmovido por el arribo de una empresa minera transnacional que pretendía explotar oro y plata en las montañas cercanas a la ciudad, utilizando una metodología de extracción a gran escala muy diferente a la de la minería tradicional. En principio, las promociones de la empresa y de sus aliados políticos y mediáticos generaron expectativas de progreso económico y oportunidades laborales para la población.

Sin embargo, y afortunadamente, hubo vecinas y vecinos esquelenses que se preguntaron por los impactos ambientales, sanitarios, sociales y económicos que produciría dicha explotación.

 

Así fue que se pusieron a investigar. Se contactaron con pobladores de otros lugares de nuestro país y de Latinoamérica que convivían con emprendimientos megamineros para conocer sus experiencias. También averiguaron cómo sería el proceso de extracción de los metales y su procesamiento posterior: qué y cuántos recursos utilizaban, cómo operaban, qué pasivos dejaban.

Comprendieron entonces que este tipo de actividad, conocida como “megaminería”, conlleva graves secuelas socioambientales para los territorios en los que se instalan los yacimientos.

Y por si fuera poco descubrieron que las oportunidades de progreso con las que se promocionan las explotaciones, en poco tiempo se develan como falsas promesas. No se produce ningún derrame de riqueza: gracias a las ventajas impositivas del Código Minero vigente desde los años 90, los beneficios económicos son para las corporaciones extranjeras y las migajas que rinden no llegan a cubrir siquiera los costos de remediación.

Y, además, la contaminación irreversible del ambiente, destruye las posibilidades de desarrollo regional de otras actividades económicas, verdaderamente productivas y sustentables. Lamentablemente, abundan los ejemplos, a lo largo del país y del mundo, para afirmar que la megaminería genera más pobreza en los sitios que explota.

Después de conocer todo esto, los/las vecinos/as de Esquel compartieron la información apelando a estrategias de educación popular y se organizaron para evitar la instalación del emprendimiento megaminero que pretendían imponerles. En 2003 se conquistó una consulta popular en la cual el 81% de la población se expresó por el “NO” a la explotación del Cordón Esquel, luego se promulgó la Ley Provincial 5001, que prohíbe la minería a cielo abierto con uso de cianuro y, desde entonces, se han desplegado múltiples acciones legales, de difusión y movilización que se sostienen hasta la actualidad. La gesta del pueblo de Esquel y la experiencia del movimiento del “NO A LA MINA” han sido inspiradores para otros pueblos de Chubut, de Argentina, de Latinoamérica y del resto del mundo que resisten el extractivismo minero.

Y como en el territorio de Chubut existen enormes reservorios de metales y materiales radioactivos, resulta constante y creciente el asedio de las corporaciones mineras y sus operadores para habilitar la actividad extractiva que saquea y contamina. Debido a esto, han surgido numerosas asambleas y grupos de vecinos/as que luchan en contra de la instalación de la megaminería en diferentes localidades de la provincia. En 2012 hubo una fuerte embestida política y empresarial para impulsar la megaminería, la consecuente resistencia provincial dio origen a la Unión de Asambleas Ciudadanas Chubutenses (U.A.C.CH).

En este espacio asambleario horizontal y apartidario participan, se encuentran y comunican vecinas/os, pobladores rurales, pueblos originarios de Chubut, unidos a partir de la defensa del territorio, del agua, de la dignidad y de las oportunidades de verdadero desarrollo para las actuales y futuras generaciones.

Esperamos que este manual se transforme en una herramienta para construir conocimientos, para multiplicar conciencias, para cimentar poder popular basado en saberes independientes. Que sirva para que los/las ciudadanos/as y especialmente los/las jóvenes de nuestro pueblo puedan elegir su destino sin imposiciones, ni manipulaciones informativas de las corporaciones.

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Más información: 

[Artículo] No existe la minería sostenible ni responsable, eso es un discurso corporativo 

[MAPA] ¡Esto no Vale! 

Sr. Presidente de México, ¿De dónde saca usted que en Canadá las empresas mineras son bien portadas?

[Artículo] No existe la minería sostenible ni responsable, eso es un discurso corporativo

Artículo publicado en Contagio Radio, a través del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4)- A abril 2019  


Una entrevista sobre las implicaciones ecológicas, sociales y humanas de los megaproyectos Minero-Energéticos en Colombia 

En el mes de Octubre una comisión de líderes sociales colombianos estuvieron de gira por Europa con el apoyo y organización de Friends of the Earth International. Tras ubicarse Colombia, junto a Honduras y Palestina, como uno de los tres países prioritarios de la organización a causa de la situación de violación de derechos humanos, emprendieron camino en esta gira Danilo Urrea, miembro de CENSAT Agua Viva- Amigos de la Tierra Colombia, Blanca Nubia Anaya del Movimiento Social Ríos Vivos en defensa del Sogamoso en Santander y Jonathan Ospina del Colectivo Socio-Ambiental Juvenil de Cajamarca – COSAJUCA – en el departamento del Tolima. 

Nos reunimos con la comisión para ahondar en el estado de la situación y presentar las violaciones colectivas a los derechos de los pueblos que están teniendo lugar en el país por la participación del capital transnacional en la construcción de megaproyectos. 

Colombia se ha caracterizado por décadas por su actividad económica de tipo extractiva. La extracción y exploración de hidrocarburos como principal fuente de ingresos nacionales, se vio sin embargo, consolidada junto al énfasis en los proyectos minero-energéticos a gran escala como uno de los pilares de desarrollo económico en el plan nacional de desarrollo 2014-2018. ¿Qué implicaciones ha tenido esta afamada «locomotora minero-energética “en los territorios donde se ubican dichos proyectos? 

Danilo: Señalaría un aspecto, sí es cierto que el modelo se consolidó entre 2014 y hasta 2018 por el plan de desarrollo, pero la viabilidad del modelo y su incursión firme en el país las entrega la política de “seguridad democrática” durante la presidencia de Uribe, en la que se hizo todo por atraer la inversión extranjera directa, causando 4 millones de desplazados, 5 millones de hectáreas de tierra tomadas por el paramilitarismo. Es la seguridad democrática la que garantizó el modelo, Santos, el presidente actual, lo que hizo fue darle un impulso a esas garantías para el capital transnacional. Pero ya eso estaba bien consolidado. 

Jonathan: Este modelo ha hecho que haya un desconocimiento de las comunidades en los territorios por parte del estado, desde la centralidad. Al perseguir esta estrategia de desarrollo, se han causado nuevos y numerosos conflictos con las comunidades, conflictos por la tierra y por el ambiente. Lo que se ve amenazado es la tradición y la permanencia en el territorio.

¿Es posible hacer minería a gran escala sostenible, responsable y respetuosa de los derechos?

Danilo: No existe la minería sostenible ni responsable. Es un discurso corporativo, que incluso ha calado en todo el sistema de Naciones Unidas que ha garantizado que a través de esos discursos lleguen a territorios específicos con esas falacias. 

Es contradictorio. La misma actividad es de tipo extractivo. De explotación. No puede ser sostenible ni sustentable. Desde la mirada científica es contradictorio. Tampoco es responsable. De lo único que es responsable es del desplazamiento, de la criminalización de la lucha, de la contaminación de agua, de enfermedades respiratorias y estomacales. Lo demás es una falacia. Todo el modelo de responsabilidad social empresarial, que ha sido montado alrededor de la minería, es un favorecimiento del modelo corporativo. Porque una responsabilidad social corporativa que se hace por ejemplo responsable de pagar las fiestas patronales del Tolima para que la gente se comprometa a permitir la entrada de la transnacional, o de pagar la construcción de escuelas en las que se les enseña a los niños indígenas que se tienen que convertir en mineros por fuera de toda su concepción tradicional y ancestral, un puesto de salud donde ni siquiera hay energía necesaria para poner a funcionar las máquinas para realizar exámenes y atender a la población, son claramente sólo lavados de imagen corporativo para lograr exención de impuestos como está comprobado hasta la saciedad en el caso colombiano. Por todo eso, ese modelo de responsabilidad social y el discurso de minería sostenible es sólo una estrategia para garantizar la entrada más fácil de los proyectos y las mineras a los territorios. (VER: El drama de la salud de las comunidades de La Guajira por la minería de El Cerrejón). 

Y en últimas para liberar también al estado de su responsabilidad como garante de las condiciones para el desarrollo de los territorios y la vida de las personas.

Danilo: Suplantación ficticia del estado. Y además dividen a la población para ganar adeptos. ¿Cómo hicieron por ejemplo en Cajamarca para reunir a la mayoría en contra del proyecto de minería de oro?

Jonathan: Sólo tuvimos 15 días para organizar a la gente. Sobre minería ya habíamos hablado por muchos años. Para todos era claro que Cajamarca en su mayoría iba a votar No a la minería. Ese día de la votación, ofrecieron paseos para irse a otros lados, en otros casos ofrecieron 400.000 pesos para retener cédulas y después las devolvían al final de las votaciones. A pesar de esas maniobras de último minuto, nuestro proceso de información y sensibilización ya tenía efectos irreversibles. Los pequeños grupos que estaban a favor de la minería eran porque tenían contratos u otros beneficios directos con la empresa. 

Colombia transita por un proceso de construcción de paz. Ya con la ley de víctimas, y después del acuerdo de paz, se comenzó a implementar y reforzar en Colombia la política restitutiva, reparativa y de redistribución de tierra. Pero todo eso va en paralelo compitiendo con la “Locomotora Minero-energética” y con políticas o leyes como la ZIDRES- Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social- . ¿Uds. creen que esta competencia de políticas se constituye en un impedimento efectivo para la paz?

Danilo: En primer lugar es importante señalar que es un error tratar los temas agrarios en el marco de los planes de desarrollo territorial integral. Cuando hablamos de desarrollo rural, se habla de la tierra en términos de explotación, de lo productivo. Diferente a cuando hablamos de lo agrario. Más allá de ésto, el obstáculo real es que todo el andamiaje normativo de Colombia está en contravía del acuerdo. Por ejemplo las ZIDRES van a crear clústeres productivos, es decir que la única vía será integrar a las Zonas de Reserva Campesina con las ZIDRES como anexo para fortalecer los megaproyectos en la zona. Esta anexión implica que las zonas campesinas, van a ser devoradas por el modelo corporativo que dirige las ZIDRES. Esa fue una jugada brillante del gobierno, ya que ahora todo ese esquema normativo y las políticas de desarrollo rural van a ser validadas y legitimadas en su totalidad por los Planes de Desarrollo Territorial – PDET-, que son parte del acuerdo de la Habana. No dejan ventana ni chance de articular de ninguna forma alternativa los territorios rurales y las actividades productivas. Todo queda atrapado en el modelo corporativo. 

Se ha discutido ya ampliamente, que tras la retirada de las FARC de los territorios, éstos quedan totalmente libres para que el gobierno y las multinacionales entren con sus megaproyectos de minería o agricultura intensiva y monocultivo. ¿Puede ser que la ausencia de las FARC conduzca a una catástrofe natural y social en territorios que por tradición habían sido intocables por la protección del grupo guerrillero?

Blanca: De hecho en varias comunidades, la misma gente no ha querido que la guerrilla se vaya. La gente tiene miedo. Ha habido muchas amenazas a pobladores diciendo que apenas se vayan las FARC los van a ajusticiar.

Danilo: Es importante dejar claro que nosotros respaldamos cien por ciento el acuerdo como posibilidad de terminar un conflicto armado de tan larga data. Pero eso no quiere decir que estemos de acuerdo con lo que se quiere implementar como paz. Las comunidades han construido paz desde siempre desde sus mismas formas de habitar el territorio, en una dirección totalmente diferente al modelo corporativo impuesto por el gobierno.

Nosotros como firmes defensores del proceso de paz, sabemos la importancia de la reconciliación como primer paso para construir paz. Pero la reconciliación debe ser completa. También debe haber reconciliación con la naturaleza. La guerra también ha sido declarada a la vida no humana. Reconocer, reparar y enmendar el camino es parte de la construcción de la justicia ambiental para una paz integral. 

Ustedes representan procesos colectivos locales de resistencia y rechazo a los megaproyectos minero-energéticos. En Cajamarca se llegó a ese punto culmen con la consulta popular en la que el 97% votó en contra de la mina de Oro “La Colosa”. En Sogamoso, la represa siguió su curso como proyecto pero es conocido que la resistencia de la comunidad ha obligado a gobierno y a empresa a hacer un pare y negociar con la gente ¿Cómo fue el proceso colectivo del pueblo para llegar a esos puntos determinantes en la defensa del territorio? 

Blanca: En Sogamoso, no ha sido nada fácil, duramos 6 meses en protesta y en paro organizado en uno de los parques de la localidad. Nuestras condiciones fueron muy difíciles. En últimas la sede de la CUT-Central Unitaria de Trabajadores- fue la que nos prestó techo y refugio sobre todo para nuestros ancianos y niños. Tal fue nuestra resistencia que la empresa ofreció 1.300 millones de pesos (39.000 euros) para solucionar la situación. Pero eso no era ninguna solución. Somos más de 2000 familias, y no se nos ofrecen tierras para cultivos ni soluciones de vivienda. Tras seis meses rompimos la huelga pues no aguantábamos más a sol y a lluvia todos los días. Seguimos movilizándonos y exigiendo. Requerimos apoyo internacional. 

Jonathan: Un año antes de la llegada del proyecto “La Colosa”, ya existían algunas organizaciones sociales. Con la llegada de la minera y su gran campaña de prensa y su discurso de progreso económico en las jornadas de socialización con la comunidad, ya comenzaron con gran escepticismo a organizarse los mismos pobladores en comités como el Comité Ambiental en Defensa de la Vida -CADV-. Se formaron redes locales, municipales, departamentales, nacionales e internacionales en apoyo a la causa. Se utilizó muchísimo el “voz a voz” y se generaron iniciativas de movilización ciudadana como las marchas-carnaval. También se produjeron materiales, cartillas, y contenidos de tipo informativo y didáctico en las que se lograron explicar todas las implicaciones de la minería a cielo abierto a gran escala. 

De igual forma nos asesoramos con abogados y fuimos muy activos en usar todas las herramientas jurídicas para no sólo hacer respetar el derecho a la consulta previa, sino el hecho de hacer valer la presencia de representantes de la comunidad en sesiones de consejos locales o nacionales y mantener vivo el tema de la minería en el agenda pública. 

Y después de la consulta, la empresa también se agarró de argumentos jurídicos para deslegitimar los resultados. El argumento de que habían ya adquirido los derechos de explotación tras haber obtenido la licencia para exploración durante 10 años, fue utilizado decididamente por la minera para argumentar su negativa a dejar el territorio. ¿Cómo se alegó contra esos argumentos? 

Jonathan: En primer lugar, esos argumentos no tienen un peso jurídico real. En la legislación colombiana, la licencia para exploración no concede de manera automática la licencia para explotación. Es una mera expectativa. Entonces la empresa no tenía ningún derecho adquirido real. No cuentan con licencia ambiental y con los resultados de la consulta tampoco la obtendrán.

Danilo: En todo caso, los resultados de la consulta sí son vinculantes. Lo que pasa es que hay un vacío jurídico. Esos mecanismos de participación están garantizados en la constitución, pero no hay gran desarrollo en su reglamentación. Por esta razón después de los resultados hay un gran bloqueo porque no hay claridad de cómo implementar o seguir el proceso. En eso se excusa el gobierno Colombiano para no actuar de acuerdo a la voluntad de los votantes. Sin embargo, sí existe la jurisprudencia de la corte constitucional que indica que toda decisión de los entes territoriales debe ser previamente consultada y que los resultados de las consultas son vinculantes. 

La verdadera pregunta es cómo se están interpretando los desarrollos de la corte constitucional y las discusiones alrededor de éstos. Y eso va para largo. 

Entonces en el caso de Cajamarca ¿tampoco se ha implementado?

Jonathan: El proceso de implementación en principio sigue tres etapas. El local, luego el departamental y por último el nacional. Los consejos municipales tienen que reglamentar los resultados de la consulta en el ordenamiento territorial, entonces en Cajamarca, el consejo municipal sacó el decreto por el cual adopta los resultados de la consulta popular pero lamentablemente lo hizo a espaldas de la comunidad y quedó un decreto muy vulnerable que puede ser atacado en cualquier momento por la empresa. Pero bueno, desde lo local ya se puede decir que se implementó. En el nivel regional, la Corporación Autónoma del Tolima – CORTOLIMA- falta que le quite los permisos ambientales a la empresa; los que tiene de exploración. Y de orden nacional falta que los ministerios le quiten los títulos mineros. 80% del territorio en Cajamarca está titulado como territorio minero, entonces seguimos exigiendo que esos títulos se deroguen, pues si la actividad minera está prohibida pues no tendrían por qué estar activos. Al día de hoy la empresa sigue como titular de los territorios, tienen seguridad privada. La empresa expresó que estaría esperando la resolución del tema minero y allí retornarían o se irían; en un total desconocimiento de la voluntad de Cajamarca.

¿Cómo ha sido la situación en relación a la seguridad e integridad de los líderes sociales que defienden los territorios de los mega proyectos y las grandes empresas? 

Danilo: En Colombia ha habido un cambio del dispositivo de criminalización en los últimos diez años y el cambio no significa que se haya dejado de usar la forma clásica que es el asesinato y el encarcelamiento. En los últimos diez años hubo todo un desbloqueo de las tecnologías del poder y cambiaron a tener otras estrategias como la deslegitimación del trabajo de la gente. Tiene que ver con mostrar a esas personas como que tienen problemas diversos, más allá de lo que se refiere a su trabajo y tiene que ver con un intento de presentar a los líderes y lideresas como si hicieran parte de grupos insurgentes. Aun cuando eso no se lleve a escenarios penales, genera bastante desconfianza en la población local. Este nuevo dispositivo de criminalización ha tenido un resultado. La estigmatización ha sido producto de una muy buena coordinación entre los medios que están asociados a las empresas privadas y a éstas que a su vez aportan dinero a esos medios.

Blanca: Cuando empezó a entrar con fuerza la empresa en el territorio para construir la represa, sucedieron 4 asesinatos de líderes. Aún siguen esos y otros casos en la completa impunidad. Así mismo tenemos compañeros y compañeras a quienes les han ensuciado su imagen de manera tal que es casi imposible poder recuperar la credibilidad o confianza por parte de los demás. Es muy lamentable. Apenas ven cabezas visibles en la resistencia y defensa de la causa, se implementan varias estrategias para afectarlos. En el peor de los casos, desaparición o asesinato.

Jonathan: En Cajamarca sucedió lo mismo, el asesinato de 3 líderes, dos en 2013, otro en 2014. Según las investigaciones siempre se ha arrojado que los crímenes fueron aislados y desvinculados de su protagonismo en la lucha por la defensa del territorio, sin embargo, se han encontrado también inconsistencias en estas investigaciones. Además también ha habido muchas amenazas al movimiento y sus líderes por parte de grupos paramilitares; en otros casos por personas desconocidas. La empresa incluso ha tenido históricamente escándalos de vínculos con grupos paramilitares en otras partes del mundo, en Ghana o Sudáfrica, por ejemplo. 

Causa curiosidad que las amenazas realizadas por el grupo paramilitar “Las Águilas Negras” utilicen el mismo lenguaje y discurso utilizado por la empresa: El famoso discurso del progreso. Existen muchos indicios que ponen a pensar que realmente existen nexos entre estos grupos y la empresa, teniendo en cuenta que la empresa tiene convenios de seguridad con cuatro batallones de alta montaña del ejército. Es bien sabido por todos cómo no sólo en Cajamarca, los grupos militares han trabajado de la mano con grupos paramilitares. La misma fuerza pública además ha sido de los principales actores que han vulnerado los derechos de los líderes y las comunidades en defensa del capital y los megaproyectos asociados. Este año volvieron a intentar nuevos asesinatos; hubo disparos por parte de una persona desconocida. Se trató que la investigación se hiciera de una manera efectiva pero no hay respuesta ni intención explícita de investigar a fondo. Vemos que los derechos se vulneran constantemente no sólo por los directamente involucrados en las agresiones sino por parte del estado entero al no tener voluntad ni disposición para investigar y esclarecer los hechos. Muestra de ello la impunidad total en la que quedan todos estos casos.

¿Qué mensaje principal quieren dejarle a nuestros lectores y cómo se pueden vincular y participar para lograr el mejoramiento de la situación? 

Jonathan: Visibilizar los casos. Que no se quede la información en los territorios. Difundir la información. Presionar al gobierno colombiano en dirección a que respete la democracia participativa, los derechos y que implemente las medidas para que se dejen e vulnerar éstos de manera sistemática. Así mismo hacemos un llamado a que las personas cuestionen y cambien sus prácticas del día a día. El consumo excesivo e innecesario está conduciendo a que las empresas vayan a los países “subdesarrollados” para extraer los recursos naturales y así garantizar que otras personas en otros países vivan lo más cómodamente posible a costa de la vida de otras personas. Si cambiamos nuestras prácticas de consumo no habría necesidad de ir a otros países a explotar y extraer sus recursos hasta acabar con los territorios. Antes de comprar o desechar algo, hay que pensar que otras personas están sufriendo o perdiendo la vida para que ese producto o servicio esté al alcance.

Blanca: Toda la explotación que se hace, se hace de recursos naturales que no son renovables. El agua es vital para sobrevivir. La gente debe ser consciente de que cuando un bombillo está prendido innecesariamente, es el agua la que se está acabando, cuando usamos y botamos mucho papel, también. Al atentar contra el agua, atentamos contra la vida misma. La gente debe despertar y enterarse de dónde y cómo se producen las cosas que adquieren o tienen.

Danilo: Lo principal es tener una mirada crítica frente al modelo global de producción y consumo y lo que implica que una sociedad participe en el modelo de producción y consumo de otras sociedades. En el fondo, la discusión debe ser cómo una situación como la Colombiana, depende de una presión internacional muy fuerte; desde los pueblos de otros países. Se debe saber que no es una democracia la que se vive en Colombia, que la idea de que Colombia ha vivido como la democracia más antigua de Suramérica es una idea falsa. Es una creencia justificada en un modelo legal pero falsa. Creo que como mensaje quiero decir que en Colombia no hay garantías democráticas para el ejercicio de la defensa del bien natural y el territorio y que hasta que no cambie esa concepción de las sociedades europeas de que Colombia es una democracia, no va a ser posible intervenir para acabar con el modelo de dominación, que es un modelo de dominación oligárquico, de una clase social sobre las otras y sobre la naturaleza. El mensaje sería que hay que construir una democracia basada en la autodeterminación de la gente.

Foto: Tanenhaus

Más información: 

Con el río Cauca seco el futuro de Colombia es incierto  

[AUDIO] Colombia: “Hidroituango causó más desplazamientos forzados que la guerra en el cañon del río Cauca” 

[INFORME] Conflictos Mineros en América Latina en 2017: Extracción, Saqueo y Agresión

Atlas de la Agroindustria 2019

Compartimos la publicación de la Fundación Heinrich Böll Ciudad de México, México y El Caribe y la Fundación Rosa Luxemburg, Oficina Regional para México, Centroamérica y El Caribe:

EL ATLAS DE LA AGROINDUSTRIA 2019 

Datos y hechos sobre la industria agrícola y de alimentos

EL ATLAS DE TRANSNACIONALES 2019 es un proyecto de la Fundación Heinrich Böll Ciudad de México, México y El Caribe y la Fundación Rosa Luxemburg, Oficina Regional para México, Centroamérica y El CaribeEl. Atlas de la Agroindustria 2019 es la versión mexicana de la edición alemana Konzernatlas e inglesa Agrifood Atlas publicadas en 2017 por la sede de la Fundación Heinrich Böll y de la Fundación Rosa Luxemburgo,en asociación con Oxfam Alemania, Germanwatch, Le Monde Diplomatique y Amigos de la Tierra Europa. 

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Prologo 

Campos, animales y praderas: las imágenes en los empaques de los alimentos nos hacen pensar en una agricultura campesina, en un oficio tradicio-nal y en una naturaleza intacta. Muchas personas saben que, con frecuencia, estas imágenes no tienen absoluta-mente nada que ver con la agricultura actual y con la pro-ducción industrial de alimentos; y sin embargo, nuestros alimentos están vinculados de manera casi inseparable con estas imágenes en un plano emocional, y no con la realidad y la práctica de las transnacionales que operan en todo el mundo.

La industria alimentaria promueve la imagen tradicio-nal de la agricultura porque hace sentir bien a las y los clientes, porque les tranquiliza. Muchos no saben que gran parte del sector alimentario se reparte entre pocas transnacionales. Y la tendencia hacia la concentración del poder sigue en aumento. En los países del Sur está crecien-do la clase media, lo que está provocando un cambio en las costumbres de alimentación y de consumo. Eso parece asegurar la demanda por los alimentos procesados en todo el mundo. Hacerse de un pedazo lo más grande posible de este pastel ya no sólo es la meta declarada de las transna-cionales del sector agrario, químico y de alimentos, sino también de los bancos, compañías aseguradoras y del ramo de la tecnología de la información.

Las compras, como la de Monsanto por parte de Bayer, o el reparto de los mercados de Kaiser’s/Tengelmann entre Rewe y Edeka son sólo la punta del iceberg. En todas las etapas de la cadena de suministro, desde el campo hasta el mostrador de la tienda, se están llevando a cabo procesos de concentración con un dinamismo enorme. Y se está mostrando que son los actores más grandes los que crecen a mayor velocidad e imponen sus intereses y sus reglas. 

La pregunta –de relevancia social– “¿Cuándo lo grande resulta demasiado grande?” no es fácil de responder. La puesta en práctica de valores sociales y ecológicos como los derechos humanos, laborales, climáticos y del medio ambiente no depende necesariamente del tamaño de una empresa. Pero en muchos ámbitos del sector agrícola y de la alimentación algunos actores determinados gozan, gra-cias a su poder en el mercado, de gran poder de configura-ción e influencia política. La línea del conflicto transcurre casi siempre a lo largo de las desiguales relaciones de poder: entre las transnacionales de los sectores agrario, alimentario y comercial por un lado, y, por otro, los campe-sinos y campesinas y los obreros y obreras. La brecha entre sus respectivas participaciones en los ingresos por las ven-tas se abre cada vez más y la desigualdad global aumenta.

Las transnacionales agrarias, alimentarias y comerciales impulsan la industrialización a lo largo de toda la cadena de valor, desde el campo hasta el mostrador de la tienda. Con sus políticas de compra y de venta fomentan una agricultura para la cual el elemento central lo constituye el aumento de la productividad, y en la cual la lucha por obtener participaciones en el mercado suele desfavorecer a los miembros más débiles en la cadena de suministro: los campesinos y campesinas y los obreros y obreras. Pero la presión sobre los precios por parte de las cadenas de super-mercados y de las transnacionales alimentarias no sólo es una de las causas principales de las malas condiciones la-borales y de la pobreza, sino también del avance de la agri-cultura industrial, que se relaciona con graves problemas climáticos y del medio ambiente. Así, la pérdida de suelos fértiles y de la biodiversidad, la eutrofización (fertilización excesiva) de los océanos o la emisión de gases dañinos para el clima es, en gran parte, responsabilidad de la agricultura industrial. A pesar de esto no se prevé una reorientación socioecológica, más allá de algunos progresos puntuales. Por el contrario: una y otra vez se torpedean posibles reglas vinculantes para las empresas, que las obliguen a respetar los derechos humanos y laborales. Hay muchas razones para ello. Una de las más importantes son las estructuras de poder que describimos en el presente Atlas. Sólo si comprendemos los modelos de negocio y las estrategias de crecimiento de las transnacionales podremos intervenir a favor de los cambios políticos necesarios.

Las y los ciudadanos deben poder contribuir a las decisio-nes sobre la política alimentaria. Pero estamos viendo que en todo el mundo se reducen los espacios de acción demo-crática. En muchos países en los que están activas nuestras organizaciones la sociedad civil es censurada, intimidada y desalentada cada vez más intensamente. De esta manera, justamente en el sector agrario y de la alimentación, se enfrentan dos procesos que no podrían ser más difíciles: por un lado, cada vez menos transnacionales asumen una participación cada vez mayor en el mercado y, por tanto, también un mayor poder de configuración en muchas regiones del mundo; por otro, las oportunidades de la sociedad civil y de los movimientos sociales de oponerse a estos desarrollos son cada vez más limitadas.

Las megafusiones anunciadas en el sector de las semillas y de la agroquímica –Bayer/Monsanto, Dow/DuPont, Syngen-ta/ChemChina– son una llamada de alerta. Los políticos y políticas así como las autoridades de competencia deben analizar las consecuencias socialmente relevantes que ten-drán estas fusiones en mercados que, de por sí, ya están altamente concentrados. Deben impulsar una reforma del derecho de la competencia que evite una mayor concen-tración a lo largo de toda la cadena de suministro. Por desgracia, el debate por la renovación del permiso para el uso del glifosato demostró cuán estrechamente vinculados pueden estar la política y sus instituciones con los intereses de la economía.

Cada vez más personas se organizan y compran de tal manera que pueda volver a existir la diversidad a lo largo de la cadena de valor. Pero esto no basta para acabar con el hambre y la pobreza y para proteger al medio ambien-te en todo el mundo. El hecho de que la política se haya retirado de la economía es una causa clara de los colosales daños actuales al clima y al medio ambiente, así como de la injustica global. Por eso ha llegado el momento para una regulación socioecológica y política de la economía agraria y alimentaria. Con este Atlas queremos detonar un amplio debate social al respecto. 

  • Barbara Unmüßig, Fundación Heinrich Böll
  • Dagmar Enkelmann, Fundación Rosa Luxemburg
  • Hubert Weiger, Amigos de la Tierra Alemania (BUND)
  • Marion Lieser, Oxfam Alemania
  • Klaus Milke, Germanwatch
  • Barbara Bauer, Le Monde diplomatique, edición alemana

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Más de 200 organizaciones denuncian demanda multimillonaria por empresa minera estadounidense contra Guatemala

Comunicado de Movimiento Mesoamericano Contra el Modelo Extractivo Minero (Movimiento M4) – A 25 de abril 2019

 

227 organizaciones y redes guatemaltecas e internacionales firmaron la carta que fue entregada hoy a instancias del gobierno guatemalteco y la embajada de los Estados Unidos en Guatemala. En ella se denuncia la demanda de US$300 millones de dólares de la empresa minera estadounidense Kappes, Cassiday & Associates (KCA) en contra del estado centroamericano por ser un intento descarado de socavar la voluntad de las comunidades afectadas por su proyecto así como la decisión de las cortes en Guatemala. La empresa presentó su demanda en diciembre de 2018 ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) por supuestas violaciones al Tratado de Libre Comercio entre la República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA).

Miembros de la resistencia pacífica ‘La Puya’ presentaron la carta a representantes del gobierno durante una cita en el Congreso, incluyendo representantes de los Ministerios de Energía y Minas, de Ambiente y Recursos Naturales, y de Economía, además del Procurador de los Derechos Humanos, entre otros.

Las organizaciones firmantes constatan que la demanda “representa un nuevo ataque al sistema judicial de Guatemala”. Señalando un aumento de presión sobre la Corte Constitucional por parte del Presidente Jimmy Morales por decisiones judiciales tomadas en torno a proyectos mineros, además de su intención de frenar investigaciones sobre corrupción en los altos niveles del gobierno.

“Nos preocupa que con esta demanda, KCA intenta presionar a las autoridades en Guatemala para lograr un arreglo y desestimar los múltiples problemas judiciales y la oposición social que le han prevenido operar su mina de oro Progreso VII Derivada. Esto sería otro claro ejemplo del ‘efecto escalofriante’ de las políticas regulatorias que tratados como el DR-CAFTA conllevan”, dijo Manuel Pérez-Rocha del Institute for Policy Studies de Washington D.C.

La suspensión de la mina de KCA fue ordenada por la Corte Suprema de Justicia en Guatemala en el 2016 por falta de consulta previa con las comunidades indígenas de los municipios de San Pedro Ayampuc y San José del Golfo, al norte de la ciudad de Guatemala. Dicha suspensión sigue vigente, mientras que la decisión final de la Corte Constitucional está pendiente.

Sin embargo, aún y cuando la Suprema Corte ordenó la suspensión, la empresa siguió operando la mina. A consecuencia de ello, el propietario Daniel Kappes y el representante legal de la compañía también se encuentran bajo investigación penal en Guatemala por el delito de explotación ilegal de recursos naturales. Además, la empresa fue condenada por haber operado sin licencia de construcción.

“El proyecto de KCA está plagado de ilegalidades y aún así los dueños se sienten libres para entablar un arbitraje en contra de Guatemala. Este tipo de chantaje, el cual busca socavar las decisiones de la Corte, así como la resistencia pacífica y los derechos de las comunidades no se debería permitir. Desgraciadamente, ya hemos visto antes que se utilice este tipo de arbitraje por las mismas razones”, dijo Carla García Zendejas del Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL por sus siglas en inglés).

En marzo de este año, la resistencia pacífica ‘La Puya’ celebró siete años de mantener un plantón las 24 horas al día, los 7 días de la semana afuera de la entrada de la mina. La oposición se ha centrado en los posibles impactos de la mina en el agua y el ecosistema de esta zona seca, la cual pone en perjuicio la salud pública y el ambiente. Por su lucha persistente, miembros de la resistencia han sufrido intimidaciones, amenazas y criminalización, además del intento de asesinato de un miembro del grupo en junio de 2012. Desde que KCA presentó su demanda surgieron preocupaciones por la militarización de la zona, además de nuevas amenazas y actos de intimidación en contra de miembros de la resistencia. El gobierno guatemalteco ha fichado a la resistencia pacífica ‘La Puya’ por estar en contra del desarrollo, acusando a las comunidades de ser las responsables de la demanda multimillonaria.

“La demanda de KCA es un ejemplo actual de colonialismo empresarial. Un miembro del elite de interés extranjero espera beneficiarse a costa del pueblo y del planeta empleando la violencia junto con maniobras legales y políticas”, comentó Laura Martin, Directora Ejecutiva de la Alianza de Liderazgo Progresista de Nevada (PLAN por sus siglas en inglés).

Los representantes de PLAN también entregaron la carta a la empresa en sus oficinas en la ciudad de Reno en el estado de Nevada este miércoles.

En solidaridad con ‘La Puya’ y los residentes de San Pedro Ayampuc y San José del Golfo, las 227 organizaciones hacen un llamado a KCA y al Gobierno guatemalteco para que se abstenga de intimidar a los jueces de la Corte Constitucional, y se permita no solo la independencia del proceso judicial, sino la toma de decisiones conforme a derecho. Al respecto, exigen que la empresa KCA desista de su demanda.

Ver una copia completa de la carta y la lista de adhesiones acá. 

To read the letter in english please click here.

Para más información:

  • Ellen Moore, Earthworks, emoore at earthworks.org, 202-887-1872×128
  • Laura Martin, PLAN, lmartin at planevada.org, 702-791-1965
  • Carla García Zendejas, CIEL, cgarcia at ciel.org, 202-374-2550
  • Manuel Perez Rocha, Institute for Policy Studies, manuel at ips-dc.org, 240-838-6623}

Más información: 

Sr. Presidente de México, ¿De dónde saca usted que en Canadá las empresas mineras son bien portadas? 

¡PRIMER CASO! Embajada canadiense a los tribunales por su intervención indebida en conflicto minero en México 

EL ESCARAMUJO 85 EL GOBIERNO DE CANADÁ A LA CORTE FEDERAL

Brumadinho 70 días después: Infinitas realidades de un mismo crimen

Reportaje publicado en  Agencia Latinoamerica y Caribeña de Comunicación (ALC) – A 23 de abril de 2019 

Rodrigo Zaim R.U.A/Christian Aid BRASIL-

Más de dos meses pasaron desde el 25 de enero. Hace más de dos meses que la vida de las personas de la región de Brumadinho (MG), se estacionó en el crimen cometido por la minera Vale do Rio Doce, de la represa Córrego do Feijão. Dos meses después del “alboroto” de la prensa tradicional y su cobertura cuantitativa: Número de muertos, desaparecidos, supervivientes, inversiones que cayeron, “dineros” perdidos.

  

De acuerdo con el informe de la SOS Mata Atlántica, divulgado en el último día 22 de marzo, el rompimiento colocó casi 13 millones de metros cúbicos de desechos de minería en el río Paraopeba, dejando el ecosistema local devastado, muerto.

Se detectó la concentración de hierro, manganeso, cromo y cobre, además del nivel de turbidez del agua sobrepasando los límites legales establecidos por el Consejo Nacional del Medio Ambiente (Conama).

Alzira de Fátima, residente de la región cuenta que en los primeros días después de la ruptura, era posible ver pedazos de cuerpos humanos y muchos animales pasando por el curso del río. Ahora pregunta lo que será de ella, que cocinaba para los pescadores y se quedó sin ninguna renta. Al mostrar el cultivo de mandioca que tiene en el patio, pregunta: ¿Crees que puedo comer eso? No tengo el coraje… Está tan cerca de ese río contaminado. Debe estar contaminado también”.

En el caso del río Paraopeba, hay muchas personas cuyo sustento dependía de él. Pescadores, habitantes del lecho del río que vivían de la economía local generada por la pesca o plantaban su propio alimento, ahora aguardan los desdoblamientos.

Por medio de un Fondo de Respuesta Rápida de ACT Alianza, desde finales de abril el Foro Ecuménico ACT Brasil (FEACT), con la coordinación de KOINONIA, está actuando junto al Movimiento de Afectados por Represas (MAB), con apoyo psicosocial, distribución de agua y alimentos para familias afectadas.

Además, el trabajo también se dio en alianzas con el Ministerio Público (MPF), la sección local de Minas Gerais de la oficina del Defensor del Pueblo (DPU), la Iglesia Católica y el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas (CONIC-MG).

Débora Matte es psicóloga de formación y actuó como orientadora y monitora de los equipos de atención psicosocial de la articulación MAB/FEACT – KOINONIA.

En cuanto a la naturaleza, Débora cuenta como se sintió al ver aquellos árboles de guayaba en el patio de una de las casas que fue a visitar durante el trabajo del grupo del apoyo psicosocial, “será que la gente no va a acabar comiendo esa guayaba en alguno tiempo? ¿Tiene una huerta llena de lechuga en el patio, ellas no van a nunca más poder tomar una hoja para colocar en el plato? “.

El MAB acompaña, denuncia y auxilia a las personas afectadas por el crimen en Brumadinho desde el 25 de enero, por medio de los equipos de voluntarios/as que se desplazaron a toda la cuenca del río Paraopeba y lo largo del río São Francisco, donde el lodo y la contaminación comienzan a llegar, dos meses después de la ruptura.

Desde enero, cerca de 760 familias están siendo acompañadas con apoyo psicosocial por medio de visitas a las casas; en el amparo a los habitantes en necesidades de emergencia, como para mantener la unidad de las comunidades y ayudar a la acción de los comités comunitarios locales; apoyo en asambleas para acceder a informaciones sobre desaparecidos, entre otras demandas específicas.

En la distribución de alimentos y agua potable fue posible alcanzar un número de 1390 familias atendidas, sumando las alianzas con las iglesias.

Considerando lo que sucedió en Mariana, es fundamental la presencia de organizaciones sociales, entre ellas las ecuménicas, para sumar y garantizar que la población no quede desamparada y vulnerable a los acuerdos propuestos por la Vale. La presencia de las Iglesias, del Movimiento de Afectados por Represas, Foro Ecuménico, entre otras, garantiza un equilibrio en la región y un apoyo para el protagonismo de las personas afectadas luchando por reparaciones y compensaciones.

Una de las conquistas fue la negociación junto a las comunidades y al Ministerio Público para indemnizaciones y medidas compensatorias por la Vale en el Tribunal de Justicia de Minas Gerais.

Después de la decisión judicial, Vale deberá pagar:

  • Para las personas del Municipio de Brumadinho, mensualmente por 12 meses – Un salario mínimo para cada adulto;
  • – Medio salario mínimo ( sm) para cada joven o adolescente;
  • – y 1/4 de salario mínimo para cada niño/niña.
  • Para las personas a lo largo del Paraopeba, que viven en un radio de 1 km, a cada lado del canal de río:
  • – Las mismas indemnizaciones provisionales decididas para Brumadinho: 1 s.m. por adulto, 1/2 s.m por joven o adolescente y 1/4 s.m. por niño, mensualmente por 12 meses.

Los crímenes como lo que ocurrió en Brumadinho no son aislados ya que la lista de impactos y amenazas provocadas por grandes empresas en relación al uso de bienes comunes no es pequeña en Brasil ni en otros países de América Latina. Mientras estos países sean tratados y legitimados como quintal de empresas como la Vale, crímenes como Brumadinho y Mariana, continuarán ocurriendo.

¿Y las vidas que quedan?

Débora y otros socios relataron que se hizo común en la región oír historias de niños dibujando cuerpos, sangre y helicópteros, en una señal clara de la experiencia vivida. La moradora Sara de Souza Silva cuenta sobre el trauma en sus hijos, que ya no pueden dormir solos.

“Para mí, Vale tenía que sacar todo el mundo de aquí. ¿Cómo los niños van a crecer con ese recuerdo? ¿Cómo va a quedar la cabeza de ellas en medio de ese fango? “. La región presenta escenarios distintos y complejos. En el centro de Brumadinho, la vida intenta mantener una normalidad, y las familias de la región de la Córrego do Feijão piensan en cómo seguir de aquí en adelante.

La relación con el gobierno local y la compañía Vale hace las cosas más difíciles, ya que ambos demostraron intereses mutuos en el debilitamiento de las negociaciones de mitigación. La población afectada está participando en comités (10 comités con una media de 100 familias cada uno) formados con la ayuda de la articulación del MAB/FEACT – KOINONIA desde la primera semana después del desastre.

Se comprobó que la minera responsable se infiltró con falsas víctimas en comités familiares, utilizó control digital ilegal, movilizó móviles donde había un trabajo del equipo psicosocial con niños y contrataron profesionales psicosociales. Ocasionando un flujo de voluntarios externos muy grande, con la propia comunidad relatando incomodidad con la situación.

La articulación MAB/FEACT – KOINONIA no sólo mejora la acción de coordinar las listas de familias atendidas y servicios de abogacía libre, pero también procura garantizar una contribución más sostenible a largo plazo, ya que con la experiencia adquirida en casos semejantes, la reconstitución y garantía de derechos puede tardar años.

Débora cuenta que se conocieron como “el personal de la casita”, pues se acabó estableciendo un círculo de confianza con la comunidad. “La gente acaba creando un vínculo con las personas. Las familias querían que la gente fuese en los velorios con ellas, se sentían seguras cuando veían al personal con nuestra camiseta. Llamaban a la gente a ir en las casas. Entonces ellos ven a la gente y ya saben que son personas con quienes ellos pueden conversar”.

Es necesario oír el dolor de las personas, y nosotros estamos allí para eso

Escuchar con empatía. Este es el verbo más utilizado por Débora cuando cuenta sobre el trabajo realizado por el equipo del apoyo psicosocial. Un dolor que no puede medirse, pero puede ser escuchado.

“Y cuando las operaciones terminen y la gente se olvide?, era una pregunta que Débora dice haber escuchado con frecuencia. No sólo ella, sino otras personas del equipo.

El apoyo psicosocial del MAB está allí para oír y dejar que aquellas personas sientan ese dolor. El momento es de dolor, y ellas necesitan sentir eso, estamos allí para sentir eso con ellos. Si no va a convertirse en un síntoma psíquico en algún momento después, no tiene como abrazar ese momento. Estamos allí para animar a la gente a hablar de sus dolores, ¿como ellos, como comunidad pueden organizarse para enfrentarlo juntos? ¿Cuáles son las dudas? ¿Cuáles son las demandas?

Incomoda aquel discurso que dice que la persona tiene que dar gracias a Dios porque no murió. Ella no murió, pero su vida está destruida. Perdió prima, tío, abuela, perro, la casa, la tierra. No es sólo dar “gracias a Dios”.

Nuestro papel es dar protagonismo a lo alcanzado. Porque normalmente son personas que no están acostumbradas a ser protagonistas. Es el mayor apoyo psicosocial que podemos colaborar con ellos. Hay muchas entidades que quieren colocar a esas personas en el papel de débiles. Y ese papel no favorece a la persona, ella necesita hablar y entender lo que está pasando.

La ciudad respira, despierta, duerme, almuerza y cena el crimen

El centro de operaciones de rescate está en la ciudad de Brumadinho. Entonces no tiene pausa, los helicópteros no paraban, usted estaba en la misa y los cuerpos sobrevolaban sobre usted; usted estaba hablando con las personas en la calle y pasabs otro cuerpo volando. Porque aunque estén en las bolsas, sabes lo que es. Y la gente está a la sombra de eso.

Otra cosa frecuente allí eran las sirenas. De madrugada, llovía, tocaba una sirena. Y nadie sabía el motivo de la sirena, no tiene ningún tipo de preparación para huir si otra cosa sucediera, no tiene entrenamiento de ruta de fuga, por otra parte, la otra minera vecina, de la MIB, continuó funcionando hasta que la justicia bloqueó su operación.

Hubo una noche que fui a conversar con un bombero, yo y un periodista, porque la gente escuchó un ruido extraño. Y la población allí, a la merced de las otras represas, de la falta de información. Es lo que me parece más cruel, la falta de información de Vale para con las personas.

Familias que perdieron cuatro, cinco personas. Es una situación que no tiene pausa. La vida de las personas hoy es la ruptura. Se detuvo el día 25. Todo el mundo conoce a alguien que murió. De dos a cinco velorios al día. El olor de la muerte está allí, aquel olor de pudrición.

Usted se lava el pelo y el pelo no se limpia

El agua que llega a la casa de la gente, nadie sabe de dónde viene. La Vale daba una noticia, pero de ahí nadie tenía confirmación de qué tipo de agua estaba siendo distribuida. Nadie veía el tal del camión abastecer.

No sabía si el agua era buena o mala, entonces el pedido era no beber ni cocinar, para eso sólo con agua mineral.

Yo me ensucié una parte de mi piel con el fango en uno de los días, y no salía. Me quedé tratando de sacar la mancha por más de 4 días. ¿Y quién vive allí? Eso está en el patio de su casa. Incluso tiene familia en el Córrego do Feijão que está viviendo sobre el lodo. Porque no quiso salir de allí, y es un derecho de ella. ¿Usted toma una familia entera y pone en un hotel, y después? El hotel es para una situación provisional. No es una cosa para que te quedes un mes, dos meses.

Las raíces de las personas fueron invadidas por el lodo, es el bien material e inmaterial

Para la Vale, quien es alcanzado es el agricultor. O las personas que perdieron un familiar o las que perdieron una casa. Pero hay alcanzados visibles y también los invisibles. Por ser una comunidad de interior, las personas viven mucho de subsistencia.

Prácticamente todas las casas tienen gallinas, huertas, frutas, y todo eso queda prohibido para el consumo. ¿Y cómo quedan esas familias y esos alimentos que son de ellas y ellas ya no pueden consumir? Porque eso es un tipo de renta que no es posible de ser comprobado.

Por ejemplo, un señor vino a buscar a la gente porque estaba teniendo problemas en el trabajo. El jefe estaba amenazándolo porque no estaba consiguiendo ir a trabajar por la falta de transporte.

Con el rompimiento de la represa, la carretera que conecta el Córrego do Feijão al centro de Brumadinho quedó prohibida. La gente tardaba dos horas en llegar al centro. Se quedaron aislados. No tenía autobuses, y no todo el mundo tiene coche.

Y tuvo una pelea en la justicia para que Vale suministrara transporte a la población. Siempre decimos a las personas que pueden exigir este tipo de cosas. Es un derecho de ellas. Porque en la cultura brasileña tiene una cosa que parece que la gente no conoce sus derechos. Entonces la persona se queda a merced.

Incluso explicarles que no necesitan un abogado, pueden contar con la defensa pública. Ellas pueden hacer una comisión, recurrir colectivamente, porque el colectivo tiene más fuerza que el individual. Y eso acaba protegiendo.

Foto: Rodrigo Zaim R.U.A/Christian Aid

Más información: 

[MAPA] ¡Esto no Vale! 

Solidaridad con las victimas de Brumadinho 

¡Aguas para la vida, no para la muerte! !Fuera empresas mineras de Brasil! 

El Movimiento de los Afectados por Represas en Brasil (MAB) denuncia nuevo crimen de la minera Vale