Posible fusion de Monsanto y Syngenta advierte ETC

Monsanto/Syngenta:
De gigantes genéticos a mega-monstruos agrícola
Una posible fusión de corporaciones de semillas y pesticidas podría llevar a un nuevo nivel de monopolio el primer eslabón de la cadena alimentaria global 
 
Si se permite, la fusión entre dos gigantes globales de los agro-negocios podría concentrar aún más el poder de un puñado de compañías sobre el sistema alimentario del planeta, según un informe publicado ahora por el Grupo ETC.
 
Monsanto, con sede en Estados Unidos y la suiza Syngenta están negociando una posible fusión. Ya ahora seis empresas controlan el 75% de las ventas globales de semillas y pesticidas y la investigación y desarrollo que requieren. En el informe, titulado
Monsanto/Syngenta: Caracteres sinistros, el Grupo ETC argumenta que en vez de dejar que se consoliden aún más ese tipo de monopolios deberían romperse.
 
“Este pequeño grupo de compañías busca reforzar aún más el control que tienen sobre los abastos globales de alimentos, y para ello insisten en que necesitamos “agricultura climáticamente inteligente”, explica Pat Mooney, Director del Grupo ETC. Sin embargo, enfatiza el documento, las actividades de los gigantes de las semillas han ido debilitando la resiliencia de los cultivos que ya existen. Al enfocarse solamente en la resistencia a las plagas y en la manipulación genética y el fitomejoramiento, cualidades como adaptación a la sequía se han atrofiado.  
 
Monsanto/Syngenta: Caracteres siniestros detalla cómo la unión de esas empresas podría detonar otra ronda de fusiones y adquisiciones entre las compañías de semillas, de pesticidas, la industria de fertilizantes y los titanes de la maquinaria agrícola.
 
“Semillas, químicos, fertilizantes, maquinaria e incluso los seguros agrícolas son los primeros eslabones en la cadena industrial de producción de alimentos”, explica Joëlle Deschambault, de la oficina en Ottawa del Grupo ETC. “Todos los insumos que utiliza el sistema industrial de producción alimentaria podrían quedar bajo en control de tres mega corporaciones.
 
Finalmente, más grande no equivale a mejor cuando hablamos de los amos del sistema global de producción de comida. Aunque los reguladores antimonopolios vigilen la fusión que se está cocinando, las empresas involucradas argumentarán que la concentración de poder y recursos es la mejor forma de alimentar al mundo ante la perspectiva de una crisis climática.
“Los mega-monstruos agrícolas aseguran que solamente los más grandes pueden alimentar al mundo”, dijo Verónica Villa de la oficina del Grupo ETC en México. “Han estado allí por décadas, y más de 800 millones de personas en el planeta aún sufren hambre y muchos millones más están muy mal alimentados.”
 
“De hecho entre más grandes son las compañías, gastan menos en investigación y más en relaciones públicas. Hablan de agricultura ‘climáticamente inteligente’, pero es sólo una excusa para evadir las regulaciones antimonopolios”, agregó Mooney. “Esos conglomerados agrícolas son como jugar al monopolio: una vez que se alíen, los agricultores serán forzados a pagarles por cada movimiento que hagan.”
 
El Grupo ETC ha seguido la pista a los agronegocios desde 1977, cuando las semillas eran controladas por los agricultores, y de los siete mil proveedores que  había en el mundo, ninguno controlaba ni siquiera el 1% del mercado.
 
Si se permite que Monsanto y Syngenta se fusionen, la nueva compañía controlará el 54% de las ventas de semillas y una tercera parte de los pesticidas en todo el mundo.  Mientras tanto, los agricultores que han adaptado y nutrido las semillas por 12 mil años, están siendo forzados a pagar regalías por patentes y firmar contratos que les prohíben guardar sus propias semillas.
 
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El cinturón de oro de los zoques: Chimalapas, Zanatepec y Tapanatepec

Cinco minas concesionadas por la Secretaria de Economía en la zona oriente del Istmo

ROSELIA CHACA, noticiasNet.mx

CHIMALAPAS Y ZANATEPEC: DOS MINAS

El río Ostuta nace en las faldas de la Sierra Atravesada en Los Chimalapas, en el Cerro Picacho Prieto, cerca de la Congregación de San Miguel Chimalapa conocido como La Cristalina, también denominado 5 de Noviembre. Este importante río desemboca en la Laguna Inferior, pasando por los municipios de Zanatepec, Reforma de Pineda, San Francisco Ixhuatán y San Francisco del Mar.

De acuerdo al informe de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas en el 2013, las montañas de Los Chimalapas también dan vida a la cuenca de los ríos Espíritu Santo, Niltepec y Tapanetepec, que alimentan la Laguna Superior, la Laguna Inferior y el Mar Muerto, que dan al Océano Pacífico, que a la vez nutren los sistemas lagunares que mantienen gran cantidad de especies de flora y fauna acuática.

“Los diversos ecosistemas de Los Chimalapas, operan como reguladores del clima, de una importante porción del sur y sureste del país, y son una de las principales fuentes de oxígeno para nuestra atmósfera, por su alta capacidad de fotosíntesis. Estos ecosistemas, estabilizan la precipitación pluvial a lo largo del año y mantienen la humedad de la atmósfera, evitando sequías prolongadas a lo largo del Istmo de Tehuantepec”, explica el informe oficial para demostrar la importancia de la zona selvática.

Precisamente en el territorio de La Cristalina en los límites con Chiapas, se ubica una de las minas de oro, cobre y plata que la Dirección General de Regulación Minera (DGRM) de la Secretaría de Economía dio en concesión por 50 años a la empresa canadiense Minaurum Gold Inc, del 2008 a 2058. Este proyecto minero se denominó en los documentos oficiales de la administración de Felipe Calderón como “Lote Mar de Cobre” con una extensión de cinco mil 610 hectáreas de selvabaja caducifolia, subcaducifolia y selva mediana, registrado bajo el título número 231753 y expediente 062/09818.

De acuerdo a Roberto Gamboa, integrante de la organización Procesos Integrales para la Autogestión de los Pueblos (PIAP), en el 2008 el gobierno federal entregó la concesión a la empresa Minera Cascabel, S.A. de C.V, luego ésta la traspasó a Minera Zalamera S.A. de C. V, nombre con las que aún aparece registrada en algunos archivos del gobierno federal, pero luego lo obtuvo la empresa canadiense.

En el actual portal del Servicio Geológico Mexicano (SGM) en el apartado “Datos Económicos y Proyectos Mineros en Oaxaca” no aparece el nombre de este lote.

El segundo proyecto minero está ubicado entre los Bienes Comunales de San Miguel Chimalapa y los Bienes Ejidales de Santo Domingo Zanatepec, en los límites de ambos municipios, en una zona en conflicto agrario.

De acuerdo a la DGRM se denomina “Lote Jackita” con título de concesión número 225472 en una extensión de explotación de mil 500 hectáreas a nombre de la empresa Minera Zalamera S. A. de C. V.

La concesión se otorgó en el 2011 y tiene una duración de 50 años, fenece en el 2061. Los minerales a explotar en esta zona son cobre, oro y plata. Las dos concesiones, están ubicadas en un sólo espacio geográfico, tal y como lo presenta la organización PIAP en un mapa que elaboró con fines informativos.

De acuerdo a las investigaciones de PIAP, estas dos concesiones: Mar de Cobre y Jackita, fueron entregados por Minera Zalamera a la empresa canadiense Minaurum Gold Inc, fusionándolos en uno solo que denomina “Santa Marta”, un proyecto que abarca una extensión de siete mil 310 hectáreas.

La empresa Minaurum es un explorador de oro y plata que se centra en la adquisición y desarrollo de depósitos de metales preciosos en México. La empresa tiene en México los proyectos: Adelita, Aurena, Capilla, vuelcos del Destino, El Pórfido, Santa Marta, Corazonada y Proyectos de Jackie.

La Coordinación General de Minería en un informe que presentó en el 2013 titulado “Proyectos mineros operados por compañías de capital extranjero” y que se mantiene sin alterar, da a conocer que la empresa Minaurum Gold Inc tiene en Oaxaca el proyecto “Santa Marta” en fase de exploración.

LOS ESTUDIOS

El 20 de diciembre del 2013, Minaurum Gold dio a conocer un acuerdo de unión con la empresa Lowell Cobre, en donde ésta puede adquirir una participación de hasta 70% en el proyecto, a cambio de la financiación de los gastos de trabajo y la entrega de un estudio de prefactibilidad.

El proyecto de Santa Marta, según el informe en inglés que se puede consultar en el portal electrónico de la empresa, detalla que Santa Marta es un proyecto de cobre y oro localizado en el sureste de Oaxaca, no da una ubicación exacta.

“La concesión cubre siete mil 310 hectáreas y se encuentra aproximadamente a dos horas por carro de Salina Cruz. La infraestructura es buena, con una carretera pavimentada, líneas eléctricas y agua cerca. Minaurum ha realizado geofísica aérea (VTEM), con un reconocimiento de muestreo corriente de sedimentos y de cartografía geológica”, explica.
También da a conocer que James Franklin, geólogo y miembro de la Royal Society de Canadá, experto en exploración e investigación en Súlfidos Masivos Vulcanogénicos (VMS), visitó el proyecto Santa Marta y revisó los afloramientos principales e información geológica y geoquímica recabada por Minaurum.

El propósito de su estudio fue evaluar la plausibilidad del proyecto, concluyendo que “Santa Marta parece tener todas las características clásicas de sistemas VMS altamente productivos. La presencia de mineral consta de dos partes: una zona mineralizada mayor con cobre diseminado que topa con una zona lateral de óxido de silicio ubicada junto a una mineralización masiva de sulfuro. La zona de óxido de silicio forma una cresta sobresaliente”.

“La mineralización es rica en cobre, con prevalencia de clorito, y tiene un excelente potencial de aplicarse a lo largo y en lo profundo. Los contenidos de silicio y hierro de la zona masiva de óxido son el resultado consecuente de la oxidación de minerales sulfúricos masivos.”

El informe alentó a los inversionistas a seguir con las exploraciones, esperando los permisos para entrar a realizar más trabajos en la zona.

ZANATEPEC Y TAPANATEPEC: TRES MINAS

Un poco más al sur de las dos primeras minas, en Santo Domingo Zanatepec y San Pedro Tapanatepec se localizan tres lotes mineros que la Secretaría de Economía ya dio en concesión por 50 años a dos empresas Maya Minas y Minerales S. A. de C. V y Radius Gold – Geonorte, esta última es una amalgama de empresa canadiense y mexicana.

La empresa Maya Minas y Minerales S. A de C. V acapara dos de los tres lotes. El primero conocido como Maya Frac I con dos mil 311 hectáreas tiene oro, plata y cobre, el permiso se otorgó en el 2013 y la explotación concluye en el 2063 bajo el título número 241869.

El segundo está registrado con el título número 241870 y recibe el nombre de Maya Frac II con dos mil 445 hectáreas, también fue concesionado en el 2013 hasta el 2063. De estas dos concesiones, según el Comité Nacional para la Defensa y Conservación de Los Chimalapas, ninguna está ubicada en la zona invadida por Chiapas, dado que el punto denominado La Jineta, es el único punto aceptado por los gobiernos de Oaxaca y Chiapas, pero sí se ubican en los límites de ambos estados, tanto que el lote Maya Frac I abarca 90 por ciento de territorio oaxaqueño y 10 por ciento chiapaneco.

El tercer lote se llama Tapanatepec 2 y es el que tiene mayor extensión: 17 mil 350 hectáreas, fue adquirido por Radius Gold – Geonorte, llevando como título el número 232208 , la concesión se logró en el 2008 y concluye en el 2058 con la explotación de oro, cobre y plata. Se encuentra ubicado en medio de los otros dos lotes de esta zona.

A estas tres zonas mineras la rodean las comunidades de Pascual Fuentes, Plan de Ayala, Ejido Zanatepec, Tapana, 10 de abril y Bella Vista. Los tres lotes tienen una extensión de 22 mil 106 hectáreas. Juntando las otras dos zonas mineras, la extensión concesionada en la zona oriente del Istmo de Tehuantepec por el gobierno federal de los cinco lotes a las tres empresas es de 29 mil hectáreas.

LOS DAÑOS

Leonel Estevan, tesorero de la Unidad de Manejo Forestal del Istmo Pacífico (Umafor), señaló que los pueblos que rodean las zonas mineras se enteraron de las concesiones otorgadas por el gobierno federal recientemente y desde el 2014 se han realizado reuniones de información con los Concejos de Bienes Comunales y Ejidales de los municipios de Zanatepec, Tapanatepec, San Miguel Chimalapa, Reforma de Pineda, Chahuites, Ixhuatán y San Francisco del Mar.

También se han incluido las cooperativas pesqueras de toda la zona, rechazando la explotación minera en los cinco puntos que abarca el corredor Chimalapas-Zanatepec-Tapanatepec, ya que los daños al medio ambiente serán irreversibles, afectando directamente a siete municipios de lado oaxaqueño y tres más de Chiapas: Citalapa, Arriaga y Tonalá. Los ríos que se dañarán serán: Ostuta, Novillero, Zanatepec y Tapanatepec.

Sergio Oceransky de la Fundación Yansa, consideró que el modelo extractivo a cielo abierto es muy dañino para el medio ambiente y el Estado mexicano sigue utilizando la misma estrategia de no consultar al pueblo para emprender un proyecto de explotación, tal y como lo hizo con los proyectos eólicos.

Roberto Gamboa de PIAP, detalló que los daños más severos son a la ecología con la destrucción de los bosques, la contaminación de los mantos friáticos, las cuencas de los ríos, los daños a la salud, ya que está comprobado que el 80 por ciento de la población cercana a estos proyectos tienen problemas respiratorios y de piel, el 20 por ciento tiene metales pesados en la sangre, como plomo y zinc.

También se perciben los daños en la ganadería y la pesca, el ganado también presenta metales pesado en la sangre y por consiguiente la leche que produce.

Efectos secundarios del ‘fracking’ que la industria no quiere que sepa

Actualidad RT

La lista de los efectos secundarios nocivos del ‘fracking’ se está ampliando con cada estudio científico sobre el tema, y los riesgos ambientales, de salud y de seguridad que representa esta técnica de extracción de gas siguen siendo un tema que divide a la sociedad estadounidense.

 

En un artículo publicado en el portal alternet.org el periodista Reynard Loki enumera ocho efectos secundarios del ‘fracking’ que la industria no quiere que sepamos.

1. Contaminación del agua

De acuerdo con el artículo, durante el proceso de fractura hidráulica, el gas metano y productos químicos tóxicos se filtran del pozo y contaminan las aguas subterráneas de la zona, que luego se utilizan para obtener el agua potable para las comunidades locales.

 

Así, ha habido más de 1.000 casos documentados de contaminación de las aguas cerca de las zonas del ‘fracking’, así como los casos de daño sensorial, respiratorio y neurológico causado por la ingestión de agua contaminada.

“Estamos quemando los muebles para calentar la casa”, lamenta John H. Quigley, exsecretario del Departamento de Conservación y Recursos Naturales de Pensilvania. “Alejándose del carbón hacia el gas natural, estamos buscando un aire más limpio, pero estamos produciendo grandes cantidades de aguas residuales tóxicas con sales y materiales radiactivos”, explica.

Lea también: El ‘fracking’ destruye ‘la cuna de la civilización americana’

2. Escasez del agua

Más del 90% del agua utilizada en el ‘fracking’ nunca regresa a la superficie, retirándose definitivamente del ciclo natural, lo cual es “una mala noticia para los estados afectados por la sequía o escasez de agua”, reza el artículo.

La reorientación de los suministros de agua para la industria del ‘fracking’ no solo provoca el aumento de los precios del agua, sino también reduce la disponibilidad del líquido vital para el riego de los cultivos.

Lea también: California: Fuga de agua contaminada por ‘fracking’ afecta a acuíferos de agua potable

3. Daño para los niños

El líquido residual del proceso de fractura hidráulica se deja en pozos a cielo abierto. Al evaporarse, libera los peligrosos compuestos orgánicos volátiles (COV) a la atmósfera, contaminado el aire y provocando las lluvias ácidas y el ozono a nivel del suelo.

La exposición al aire contaminado en las zonas del ‘fracking’ puede conducir a una serie de problemas de salud, incluyendo asma, dolores de cabeza, presión arterial alta, anemia, ataques al corazón y cáncer.

También puede tener un efecto perjudicial sobre los sistemas inmunológico y reproductivo, así como sobre el desarrollo fetal e infantil, advierte alternet.org, citando un estudio del 2014 llevado a cabo por el Departamento de Medio Ambiente y Salud Laboral de Colorado, que reveló que las madres que viven cerca de sitios de ‘fracking’ son un 30% más propensas a tener bebés con defectos congénitos del corazón.

4. Gas mortal

Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins descubrió que los hogares ubicados en zonas rurales cercanas a los sitios del ‘fracking’ tienen una concentración de radón un 39% más alta que los ubicados en zonas urbanas ‘no fracking’.

El radón, un gas radiactivo de origen natural, es la segunda causa de cáncer de pulmón en todo el mundo, después de fumar.

5. Arenas movedizas

El ‘fracking’ requiere el uso de arena fina o arena ‘frac’, lo que ha impulsado un auge de la extracción de arena de sílice en Minnesota y Wisconsin.

“El sílice puede dificultar la respiración y causar irritación respiratoria, tos, obstrucción de las vías respiratorias y un mal funcionamiento pulmonar”, cita el autor del artículo, Reynard Loki, las palabras del Environmental Working Group (el Grupo de Trabajo Ambiental).

“La exposición crónica o prolongada puede conducir a la inflamación pulmonar, la bronquitis y el enfisema, así como provocar una enfermedad pulmonar grave conocida como ‘silicosis’, una forma de fibrosis pulmonar. La enfermedad pulmonar relacionada con el sílice es incurable y puede ser fatal; mata a cientos de trabajadores en EE.UU. cada año”, añade el grupo.

6. Terremotos

El 20 de abril, el Servicio Geológico de EE.UU. publicó un informe muy esperado que confirmó lo que muchos científicos ya habían especulado durante mucho tiempo: que el proceso de ‘fracking’ provoca terremotos.

En concreto, durante los últimos siete años, las regiones geológicamente estables de EE.UU. han experimentado movimientos de fallas que no se han movido en millones de años. Además, los terremotos causados por el ‘fracking’ son difíciles o incluso imposibles de pronosticar.

Lea también: ‘Fracking’ monstruoso: EE.UU., al borde de “terremotos gravísimos que traerían grandes dramas”

7. Impacto climático

Cuando hablamos del gas natural, se trata principalmente de metano, un gas de efecto invernadero muy potente que atrapa 86 veces más calor que el dióxido de carbono. Y debido a las fugas de metano durante el proceso de fracturación hidráulica, el ‘fracking’ puede ser peor que la quema de carbón.

“Incluso las pequeñas fugas en el sistema de producción y suministro de gas natural pueden tener un impacto climático suficiente para destripar todo el beneficio que trae el cambio de energía de carbón a la de gas”, escribe Joe Romm, el editor fundador del blog ‘Climate Progress’, citado por alternet.org.

Lea también: Un estudio alerta de la amenaza del ‘fracking’ para la naturaleza en Reino Unido

8. Compra de favores políticos

Por último, uno de los efectos secundarios más dañinos del ‘fracking’ “no tiene que ver con la cantidad de productos químicos que fluyen hacia el suelo, sino más bien con la cantidad de dinero que fluye hacia el bolsillo de los políticos” que apoyan al ‘fracking’.

Según un informe de 2013 citado por el artículo de alternet.org, las contribuciones de los grupos comerciales y empresas relacionadas con el ‘fracking’ a los candidatos al Congreso que representaban a los estados y distritos con ‘fracking’ aumentaron más de un 230% entre los ciclos electorales de 2004 y 2012.

Este crecimiento es casi dos veces mayor que el de las contribuciones de la industria del ‘fracking’ a los candidatos de los distritos ‘no fracking’ durante el mismo periodo, señala el artículo.

 

 

 

MINERAS: ¿IMPUNIDAD CON EL PERMISO DEL ESTADO?

Por Ilse García, sinembargo.mx

En el país existen al menos 36 conflictos mineros, la mayoría relacionados con casos de contaminación, daño a las comunidades y despojos a los pobladores donde se ubican estas zonas generadoras de una riqueza; de todos estos casos, al menos 70 por ciento son de compañías extranjeras. Datos del observatorio de Conflictos Mineros de América Latina y de la propia Secretaría de Economía, destacan que al menos tres cuartas partes de los proyectos mineros son de empresas de capital canadiense, que ampliaron su presencia en México tras la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
De acuerdo con datos del sector, siete de las minas de oro más grandes en nuestro país, están concesionadas a las firmas canadienses Goldcorp, Agnico Eagle, Alamos Gold, New Gold, Yamana Gold y Torex Gold Resources.
Diversas mineras canadienses a menudo son objeto de conflictos, algunos incluso de gran trascendencia, como el caso del asesinato del dirigente comunitario Mariano Abarca, en noviembre de 2009, luego de que se pronunció en repetidas ocasiones sobre los impactos ambientales y sociales de una mina de la firma candiense Black-fire Exploration en el municipio de Chicomuselo, Chiapas.
Pero también hay mexicanas, como Grupo México, que han sido señaladas por ambientalistas y organizaciones internacionales por actuar con impunidad, situación que hasta ahora ha dejado contaminación, despojo y daños a la salud de miles de personas.

 

El 30 por ciento del territorio mexicano está en manos de 293 empresas de capital extranjero que extrae, explora y transforma los recursos minerales, así lo destacan cifras oficiales y grupos ambientalistas que defienden el derecho de los ciudadanos a su tierra y a la propiedad de lo que ésta genera. A la par del crecimiento de la industria minera, también han aumentado las violaciones a los derechos de las comunidades y a las garantías laborales de quienes trabajan en la extracción, así como la cada vez más preocupante “devastación” al medio ambiente que, de acuerdo con diversas organizaciones, ha generado daños irreversibles que afectan a todo el país.

Miembros de organizaciones globales como Greenpeace, y las mexicanas Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC) y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), plantearon a SinEmbargo que en el país hay una visión generalizada de “pagar para contaminar” y no de prevención, puesto que en la mayoría de las concesiones que otorga el Estado, los estudios de impacto ambiental se realizan luego de firmarse los contratos y, en muchos casos, esos estudios son “débiles”.

 

Además, denunciaron esos organismos, imperan también las constantes violaciones a las comunidades indígenas y a sus sitios sagrados, la criminalización y el hostigamiento de los defensores de la tierra y del medio ambiente.

 

En México existen al menos 36 conflictos mineros en proceso, según el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, que en su mayoría se relacionan con accidentes, como la explosión que se registró en 2006 en la mina Pasta de Conchos, en Coahuila, donde 65 trabajadores perdieron la vida, y de los cuales 63 cuerpos aún no han sido rescatados. O como la defensa del pueblo Wixárika ante la devastación del territorio Sagrado Wirikuta, o el caso de La Sierrita en Durango, donde la empresa canadiense Excellon Resources ha violado los contratos que había signado, y los ejidatarios han tenido que enfrentarse no sólo a la minera sino a la complicidad de las autoridades mexicanas y el Gobierno canadiense.

 

Según las organizaciones, el Estado mexicano se ha dedicado durante los últimos años a darle a las empresas trasnacionales y nacionales del sector la garantía de que en el país “ellos van a poder hacer lo que quieran”, comprometiendo así el futuro de las comunidades indígenas y el derecho ambiental de todos los mexicanos.

 

LA PRODUCCIÓN MINERA

 

VER MAPA : Proyectos Mineros de Empresas con Capital Extranjero

 

De acuerdo con la Secretaría de Economía (SE), el sector minero contribuye con el 4.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Tan sólo en 2013, la inversión en este sector alcanzó un monto de 6 mil 575.8 millones de dólares, y para el año 2014 se estimó un total de 6 mil 175.5 millones de dólares, de acuerdo con la Cámara Minera de México (Camimex).

 

La SE reportó que México ocupó en 2013 el primer lugar en la producción de plata a nivel mundial, con un volumen de producción de 5 millones 821 mil toneladas, lo que representó el 26 por ciento de la productividad del mundo. La Nación ocupó también el segundo lugar en la producción de bismuto –un elemento químico para tratar los males estomacales–, con 824 mil toneladas; de fluorita, con un millón 210 mil toneladas, y de wollastonita –mineral que se utiliza en el sector de pinturas–, con 57 millones 302 mil toneladas.

 

Además se posicionó en el cuarto lugar en la producción mundial de cadmio, uno de los metales más tóxicos existentes, con un volumen de un millón 451 mil toneladas. De igual forma fue el cuarto productor de plomo, con 253 mil toneladas.

 

México fue también el octavo productor de oro a nivel mundial en 2013, al producir 118 mil toneladas del metal áureo.

 

En la República Mexicana al menos 25 estados registran producción minera. De ellos, Sonora fue la entidad con mayor participación a nivel nacional durante 2013, año en el que generó 66 millones 554 mil 248 pesos.

 

La dependencia federal destaca en sus informes que nuestro país es el primer destino en inversión en exploración minera en América Latina y el cuarto en el mundo.

 

Esta industria ha registrado un considerable crecimiento durante los últimos dos sexenios. En 2014 se registraron al menos 902 proyectos mineros operados por 293 compañías de capital extranjero, 205 de origen canadiense.

 

El mayor número de concesiones mineras de empresas con capital extranjero se concentran en Sonora con 216, Chihuahua con 114, Durango con 98, Sinaloa con 93, Zacatecas con 69, Jalisco con 60, Guerrero con 37, Oaxaca con 34, Nayarit con 22, Michoacán con 23, Guanajuato con 19, San Luis Potosí con 17, Coahuila con 12, Baja California y Colima con 11 cada uno, Puebla con 10, el Estado de México con ocho, Chiapas con 7, Baja California Sur también con 7, Querétaro con 6, Hidalgo y Veracruz con 4 por cada entidad, Tamaulipas con 2 y Morelos con 3. Finalmente, el estado de Nuevo León registra un solo proyecto de exploración.

 

De acuerdo con el Sistema de Administración Minera (SIAM), dependiente de la Secretaría de Economía, durante 2013 y 2014 se otorgaron más de 2 mil concesiones. Sin embargo, la dependencia federal no ofrece datos específicos de cuántos proyectos mineros se aprobaron durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa, periodo en el que asegura organizaciones civiles, el territorio concesionado creció en un 53 por ciento.

 

Toda la información con respecto a la producción e inversión minera que ofrece la SE en su página oficial de la Internet está relacionada con empresas de capital extranjero, pero no reporta la participación de empresas de capital mexicano ni tampoco cuántas concesiones se les han otorgado.

 

LEGISLACIÓN LAXA

El director de Comunicación de Greenpeace México, Raúl Estrada González, expone que en el país la legislación minera está enfocada principalmente en incentivar la inversión en este sector y, sin embargo, no existe un marco regulatorio que permita cuidar el medio ambiente, ni que proteja los derechos de las comunidades.

Mientras en otras partes del mundo las compañías tienen que cumplir con estándares muy altos para cuidar el impacto ambiental y las afectaciones a las comunidades por las actividades que realizan, en México hay ocasiones en que ni si quiera se llevan a cabo de manera previa los estudios necesarios para comenzar a explotar las tierras.

El coordinador del Área de Justicia Trasnacional de ProDESC –una organización no gubernamental que tiene como objetivo defender y promover los derechos económicos, sociales y culturales–, Juan Antonio López Cruz, sostiene que el Estado mexicano ha comprometido “la seguridad de las y los ejidatarios, así como la de las comunidades indígenas, en esta idea de poder abrir las puertas a la inversión extranjera”.

López Cruz expone que la corrupción que existe en nuestro país, es otro de los factores que permiten a las empresas pasar por encima de los derechos de los propietarios de la tierra, a quienes ponen en desventaja ante esos corporativos, debido a que las autoridades “ejercen sus funciones por ciertas cantidades de dinero”.

 

“La corrupción, la participación del Gobierno aceptando algún tipo de dádiva por parte de las empresas, eso es algo que afecta no sólo en el tema de la minería sino en el tema de muchas otras trasnacionales o grandes proyectos nacionales, en los cuales se permite que estas empresas puedan llegar a violentar los derechos de las y los propietarios de la tierra”, añade.

 

Una investigación de Greenpeace Internacional exhibió en varios países, entre ellos México, cómo las débiles legislaciones que existen han fallado en su objetivo de proteger la salud de las personas y sus comunidades, al tiempo que se promueve la negligencia en el cumplimiento y seguimiento del buen manejo del medio ambiente en la industria minera.

 

En el caso de México, explicó la organización, “las leyes sobre descarga de desechos son laxas y en la mayoría de los casos no son cumplidas por las industrias, quienes cuentan con la ayuda de la pasividad del Gobierno”.

La abogada ambiental Larisa de Orbe explicó a Greenpeace que en México las leyes se han vuelto cada vez más flexibles en los últimos años, un ejemplo es el haber excluido de la legislación local las manifestaciones de impacto ambiental y de riesgo que viven las poblaciones.

Por otra parte, el activista Raúl Estrada indica que durante el sexenio del Presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) se dieron una serie de cambios y decretos en la legislación minera, para que este tipo de empresas se pudieran instalar en el país con mayor rapidez y facilidad. Esa misma política, afirma, continúa en la administración de Enrique Peña Nieto, así como la entrega desmedida de concesiones.

Andrea Cerami, abogado del Cemda, asegura que un tema fundamental en la legislación minera debería ser “no tratar las cuestiones ambientales como las últimas. En México para poder hacer una minera la empresa generalmente solicita el permiso a la autoridad para poderlo hacer, y después se ocupa de los temas ambientales, como último”.

Destaca que por lo regular cuando las autoridades y las empresas abordan los temas ambientales, los proyectos ya están listos, e incluso ya se han dado todos los permisos.

 

LA COMPLICIDAD CANADIENSE

 

En México, de acuerdo con datos del observatorio de Conflictos Mineros de América Latina y de la propia SE, el 70 por ciento de los proyectos mineros pertenecen a empresas de capital canadiense, las cuales ampliaron su presencia en México luego de que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

 

Según la Camimex, siete de las minas de oro más grandes en nuestro país, están concesionadas a las empresas canadienses Goldcorp, Agnico Eagle, Alamos Gold, New Gold, Yamana Gold y Torex Gold Resources.

 

Diversas firmas canadienses a menudo son objeto de conflictos. Algunos de gran trascendencia, como fue el caso del asesinato del dirigente comunitario Mariano Abarca, en noviembre de 2009, luego de que se pronunció en repetidas ocasiones sobre los impactos ambientales y sociales de una mina de la firma candiense Black-fire Exploration en el municipio de Chicomuselo, Chiapas.

Otra empresa de ese mismo país, First Majestic Silver, dueña del Proyecto La Luz, ubicado en la región de San Luis Potosí conocida como Wirikuta, ha sido objeto de reclamo. En noviembre de 2014, el Consejo Regional Wixárika exigió que la mina abandone la zona, luego de que IDM Mining INC, otra canadiense, ya había dejado el proyecto.

 

Mientras, en 2004, la minera Excellon Resources comenzó a explorar las tierras de la comunidad del ejido La Sierrita de Galeana, en el municipio de Tlahuililo en Durango, donde buscaba plata, plomo y zinc, fuera de los territorios establecidos en el contrato de arrendamiento con los ejidatarios de la zona.

 

En su acompañamiento a la comunidad de La Sierrita, la organización ProDESC ha detectado muchas irregularidades de las autoridades mexicanas, quienes incluso han llegado a “parecer representantes de las empresas”.

 

Estas actitudes, asegura la organización, son reiteradas en diferentes estados en donde operan minas y en donde hay una protesta legítima en contra de la instalación o en contra de las afectaciones que está haciendo una empresa.

 

Juan Antonio López expone que en el caso de Durango la participación de diferentes autoridades estatales y federales están en complicidad con la Embajada canadiense, ésta última señalada por presionar a las autoridades mexicanas “para que violentaran a las y los ejidatarios de La Sierrita”.

 

También dice que la participación del Gobierno mexicano y del canadiense ha llegado a niveles de violentar a los ejidos usando a la fuerza pública para desalojar a los habitantes que se han manifestado en contra de la mina.

 

Recuerda que la importancia de este caso radica en que la mayoría de las minas en México y en toda Latinoamérica son canadienses, y con ello está implícita la participación de su Gobierno, “que es el que presiona e influye dentro de nuestro Gobierno, para que se violente y se reprima a los ejidatarios que están protestando y defendiendo sus derechos en contra de una mina canadiense”.

 

En febrero pasado, las organizaciones Mining Watch Canada y United Steelworkers, presentaron el informe “Las entrañas de la complicidad canadiense”, en el cual recordaron que se considera un aspecto normal de las actividades consulares de Canadá respaldar los interese de las empresas del mismo origen a nivel internacional.

 

Sin embargo, denunciaron, existen pruebas contundentes en el comportamiento de representantes canadienses en México que han intentado ayudar a la empresa Excellon Resources a evadir sus responsabilidad por violaciones al contrato pactado con el ejido en cuyas tierras opera la mina La Platosa en el estado de Durango.

Este conflicto es uno de los muchos en los que empresas mineras canadienses han estado involucradas en México. Incluso, a través de su análisis, estas asociaciones concluyeron que las misiones canadienses promueven y protegen los intereses de las empresas mineras originarias de ese país “a costa de los derechos individuales y colectivos de las comunidades afectadas”.

 

En el caso de otra canadiense, Blackfire Exploration, en Chiapas, las organizaciones United Steelworkers, Fronteras Comunes y Alerta Minera Canadá alertaron en un informe basado en una solicitud de acceso a la información, que la representación de ese país posibilitó que se estableciera la mina presionando al estado de Chiapas, luego de que la firma encontró dificultades para instalarse.

 

En este conflicto, en el que perdió la vida el activista Mariano Abarca, la Embajada de Canadá en México se encargó de resolver los problemas de la firma en la entidad, ignorando las protestas de las comunidades e incluso hizo caso omiso de las amenazas a los activistas locales.

 

Abarca fue asesinado en 2013, posteriormente la mina fue clausurada por razones ambientales y se supo que la empresa había realizado pagos directos a la cuenta personal del Alcalde local para limitar las protestas, lo que en la actualidad es objeto de una investigación de la policía federal (RCMP) de Canadá.

 

Estos casos, alertan las organizaciones, representan un preocupante ejemplo del significado que el Gobierno de Canadá le puede estar dando a la “diplomacia económica” que figura como uno de los aspectos centrales de su Global Markets Action Plan (Plan de Acción sobre los Mercados Mundiales) dado a conocer en noviembre del 2013, que indica que la totalidad del cuerpo diplomático canadiense se mantendrá al servicio de los intereses privados, y de las maneras en que este enfoque podría posibilitar mayores abusos empresariales.

 

Finalmente, destaca el estudio, esas revelaciones “escasamente sorprenderán a muchos en Latinoamérica que ya estiman que las autoridades canadienses actúan con una notable parcialidad”.

 

UN EJEMPLO CLARO: LA SIERRITA

 

El 29 de agosto del 2012, en el estado de Durango, aproximadamente un centenar de elementos del Ejército Mexicano y de las policías federal y estatal utilizaron la fuerza para desmantelar un campamento pacífico enfrente de la mina La Platosa, propiedad de Excellon Resources. El ejido La Sierrita, una comunidad agrícola de 127 ejidatarios propietarios de los predios, exigía que la firma respetara el contrato de arrendamiento que ambas partes habían firmado en 2008, y que la empresa había violado.

 

Las protestas inciaron desde el 8 de julio de ese año y desde ese momento la firma decidió suspender las operaciones de la mina, debido a que los trabajadores se unieron a los pobladores en un gesto de solidaridad.

 

Juan Antonio López, abogado de ProDESC, detalla: “Presentamos una demanda de recisión de contrato, precisamente por incumplimientos a un contrato ya existente y por violaciones a los derechos de las y los ejidatarios”.

 

La demanda se presentó al mismo tiempo que la mina interpuso también una demanda de recisión. Actualmente se está llevando a cabo la etapa de pruebas, luego se dictará sentencia al caso y sea cual sea el resultado, implica la devolución de mil 100 hectáreas, que contempla el contrato.

 

En esos ejidos ya se llevó a cabo la etapa de exploración, explica el también activista, pues se detectaron obras de barrenos y hoyos por donde se iba diseñando la veta de plata. Por esto, en esos terrenos ya hay una afectación, como el compactamiento de tierra así como la contaminación por tiradero de aceite.

El litigante dice que se había mantenido un diálogo con la empresa para tratar el tema de cómo se iban a resarcir los daños causados en los terrenos, además de cómo se reivindicarían los derechos violados de los ejidatarios. Sin embargo, desde el año pasado esas negociaciones se rompieron y pese a que se ha intentado retomarlas, hasta el momento “la empresa no ha querido sentarse aún ha dialogar”.

 

“Las ejidatarias y los ejidatarios han apostado por el desarrollo de la región, tanto económico y la inversión, pero también por el respeto a sus derechos”, precisa.

 

Aunque actualmente, la gran parte de los ejidatarios están pidiendo que “se vaya la empresa, que se vaya la mina”, porque no ha producido, y además ha violentado a los habitantes de la comunidad.

 

¿Y LAS EMPRESAS MEXICANAS?

 

Pese a que la mayoría de las concesiones están en manos de empresas extranjeras, las firmas nacionales también se han visto involucradas en conflictos mineros, accidentes, y una gran contaminación del medio ambiente.

 

De acuerdo con la Camimex, el 30 por ciento de las concesiones en el país se encuentran en manos de firmas mexicanas. Entre ellas destacan Grupo México, de Germán Larrea; Industrias Peñoles, de Alberto Baillères González, y Frisco, que es propiedad de Carlos Slim Helú.

El accidente más importante, y que abrió las puertas a un sinnúmero de investigaciones al sector minero, fue el sucedido en la mina de carbón de Pasta de Conchos, de Grupo México, en Coahuila. La tragedia se registró el 19 de febrero de 2006 y ahí murieron un total de 65 mineros luego de una explosión provocada por una alta concentración de gas metano.

 

Los mineros fallecidos se encontraban trabajando a 490 metros y dentro de un túnel horizontal de 1.6 kilómetros de largo. De acuerdo con los peritos, quedaron a 150 metros bajo tierra y únicamente se lograron extraer dos cuerpos de las 65 personas que murieron sepultadas. A nueve años del siniestro, las familias aún reclaman los cadáveres que permanecen en el fondo de la mina.

 

Uno de los desastres ecológicos más recientes del sector minero es el derrame, sucedido el pasado 7 de agosto, de 40 mil metros cúbicos de ácido súlfurico procedentes de la mina Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, en los ríos Bacanuchi y Sonora. De acuerdo con Greenpeace, es el peor desastre ambiental registrado en esa entidad y en el país. Ese derrame afectó a unas 22 mil personas de siete municipios: Arizpe, Banamichi, Baviacora, Aconchi, Cananea, Ures y Hermosillo.

 

Sobre el tema, Sinaí Guevara, coordinadora de la campaña de Tóxicos de Greenpeace México, plantea que “(en el caso de Sonora) esta minera no va a cerrar a pesar del daño causado, inclusive la compañía ha mostrado su interés particularmente en proyectos peligrosos como el fracking”.

 

En tanto, Raúl Estrada expone que el desarrollo del caso, sobre todo el tema de la reparación del daño, se ha manejado sin transparencia y no se sabe si se han llevado a cabo todas las medidas necesarias de saneamiento.

 

Además, en Sonora, las minas de Industrias Peñoles también se han visto involucradas en diferentes casos. Uno de los más recientes, es La Parreña, que ha sido señalada por contaminar un río y una presa en la entidad, la cual, según ejidatarios de la zona, vierte desechos tóxicos [sulfato de cobre] en el arroyo Milpillas en el municipio de Santa Cruz, ubicado a unos 15 kilómetros de la frontera entre México y Arizona.

A finales de abril, ex empleados de la mina Fresnillo PLC, del mismo consorcio y ubicada en Caborca, Sonora, denunciaron una serie de irregularidades en sus despidos, además sostuvieron haber sido objeto de acoso y amenazas por parte de esa compañía, luego de que exigieron al Sindicato Nacional Minero Metalúrgico, Sección 94, que hiciera una rendición de cuentas.

 

Los mineros acusaron que la empresa, al momento de despedirlos, los obligó a firmar una carta donde la deslindaban de cualquier accidente o enfermedad que hayan sufrido o contraído durante sus años en la mina.

 

Los ex trabajadores aseguran que durante los despidos, de hasta ahora al menos 30 empleados, se han registrado una serie de irregularidades tanto en la manera en que realizaron sus liquidaciones, como en la forma en que los corrieron, pues aseguran han sido amenazados e intimidados. Explicaron que la minera tampoco les dejó corroborar si sus liquidaciones eran las que marca la ley, puesto que los presionaron para que firmaran.

PAGAR PARA CONTAMINAR

En México, de acuerdo con datos del observatorio de Conflictos Mineros de América Latina y de la propia SE, el 70 por ciento de los proyectos mineros pertenecen a empresas de capital canadiense, las cuales ampliaron su presencia en México luego de que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Cifras de la Camimex muestran que siete de las minas de oro más grandes en nuestro país están concesionadas a las empresas canadienses Goldcorp, Agnico Eagle, Alamos Gold, New Gold, Yamana Gold y Torex Gold Resources.

Además, diversas firmas canadienses a menudo son objeto de conflictos. Algunos de gran trascendencia, como fue el caso del asesinato del dirigente comunitario Mariano Abarca, en noviembre de 2009, luego de que se pronunció en repetidas ocasiones sobre los impactos ambientales y sociales de una mina de la firma candiense Black-fire Exploration en el municipio de Chicomuselo, Chiapas.

Finalmente, las organizaciones consultadas concluyeron que en México existe una política generalizada de que las empresas pueden pagar para contaminar. Alertan también, que si en México no se regula la actividad minera, se seguirá acumulando una descomposición del entorno ambiental, que aunado a los futuros proyectos que dará paso la Reforma Energética, como es el caso del fracking, se continuará con la destrucción del territorio nacional.

El activista de Greenpeace Raúl Estrada sostienen que en México “la visión que se tiene es de pagar y entonces ya resuelves el problema. El asunto de fondo aquí es que no deberíamos de permitir en el país que existiera este tipo de producción que daña a las personas, daña a las comunidades. […] Además de que produce una descomposición del entorno ambiental”.

En tanto, dice, “las minas subterráneas, generan una extracción de agua impresionante, miles de litros por segundo, y toda esa agua la utilizan para su laboreo, proceso que implica romper piedra y estar sacando minerales, esa agua sale de la mina ya contaminada, con altos grados de zinc, de plomo, y de otros minerales; [y a pesar de ello] la depositan directamente a la tierra sin un tratamiento adecuado, así como la sacan, así la depositan, y todos esos minerales se va acumulando en la parte superior de la tierra, lo cual la deja inservible para cualquier vegetal”.

Además de que el resto del agua contaminada se vuelve a filtrar sobre los mantos acuíferos, por lo que se tiene un ciclo de contaminación repetitivo que va afectando, aunado a las grandes cantidades de líquido que se desperdician.

Finalmente, el activista precisa que la mayoría de las comunidades que están en defensa de sus territorios no están en contra de las empresas, sino a favor del respeto, reconocimiento y reivindicación de los derechos humanos de los ejidatarios y comuneros.

“Esta defensa es porque se respeten sus derechos humanos, se da porque las empresas trasnacionales, del rubro que sea, no respetan los derechos”, asegura.

“Me da hasta un poco de miedo pensarlo […] las afectaciones por la minería y por la extracción de gas shale, así como las que se están dando por proyectos hidroeléctricos, todas estas afectaciones del territorio nacional […] son afectaciones con las que se está destruyendo el territorio nacional”, concluye.

Libro Resistencia Global al Fracking

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En este libro se presentan una selección de quince luchas icónicas a niveles muy diversos. En la mayoría de los casos las cuentan sus protagonistas, en primera persona, como no podría ser de otro modo. Hay luchas personales en los tribunales como las de la familia de Lisa Parr en Texas, o la de Diana Daunheimer en Canadá. Batallas a nivel local por obtener el derecho a prohibir la técnica, como la acontecida en el municipio de Dryden en el estado de Nueva York. Rumanía o Polonia por su parte nos inspiran con la lucha estoica de campesinos pacíficos frente al poder corporativo defendido por un Gobierno represor. Encontramos también campañas que buscaron la alianza de diversos sectores para hacer frente común, como el caso de la Multisectorial contra la Hidrofractura de Neuquén, en Argentina, o la exitosa alianza de Neoyorquinos Contra El Fracking. O iniciativas que se extendieron como la pólvora, como la decisión de «cerrar la puerta» a los perforadores en Australia, los municipios «libres de fracking» en el Estado español o la Resolución de Korbach en Alemania. Estas y otras luchas icónicas e inspiradoras son la principal aportación de este libro a la resistencia global al fracking.

La guerra química contra los pueblos

por Raúl Zibechi, en cipamericas.org

Campaña Paren de Fumigados

En los pequeños pueblos de la pampa argentina, las fumigaciones con glifosato enferman a la población y contaminan la vida. La resistencia al modelo de agricultura industrial crece día tras día.

“Estoy aquí porque enterré a cuatro familiares”, dice Raquel en un tono casi inaudible. “Mi papá, mi primo y un hermano de mi papá que trabajaban fumigando, además de mi hermano que trabajaba en una escuela rural”. Raquel es maestra y vive en Elortondo, un pequeño pueblo de seis mil habitantes a 300 kilómetros al sur de Santa Fe, donde reinan la soja y las enfermedades provocadas por las fumigaciones.

“El 80 por ciento son gente de campo”, agrega.

 

Raquel carga una pesada carpeta con trabajos de sus alumnos de 7° grado, casi todos de 13 años. Con ellos hicieron una amplia encuesta para conocer la realidad sanitaria de la población. La escuela está pegada a las vías del tren y frente a los silos secadores de soja. Casi todos los encuestados por los niños, sus vecinos y familiares, tienen conciencia de los problemas de salud que provocan las fumigaciones.

“Para llegar a la escuela hay que pasar cerca de los silos y no se puede respirar. Los niños que salen a la calle mientras funciona la secadora quedan con la ropa blanca, que es el polvillo que sale de los silos que se difumina en la escuela y en todo el pueblo”, explica la maestra. El proyecto que encabeza Raquel se llama “Somos lo que respiramos”, pero las autoridades les impidieron concursar ya que aborda un tema “polémico”.

Se pone triste y apaga aún más la voz cuando relata la indiferencia de las personas que podrían implicarse en la defensa de la salud. Es común que en los pueblos el presidente comunal, la directora escolar y la cooperadora con la escuela tengan algún tipo de relación con los plantadores de soja. “Vine porque en el pueblo queremos formar un grupito, para hacernos sentir”. Con esa intención llegó al 17° Plenario de la Campaña Paren de Fumigarnos de la provincia de Santa Fe.

Los pequeños grandes avances

Carlos Manessi y Luis Carreras, dos de los militantes del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat), sienten que el muro de silencio se va resquebrajando por las dos noticias que se difundieron en las semanas anteriores a la celebración del plenario, a cuya organización dedicaron muchas horas de trabajo al “viejo estilo”: dedicar todo el tiempo posible a la causa.

La primera es que la Organización Mundial de la Salud declaró el 20 de marzo que “hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos (linfoma no Hodgkin)” y que el mismo herbicida “causó daño del ADN y los cromosomas en las células humanas”. El periodista ambiental Darío Aranda escribió que “el glifosato desde hace más de diez años es denunciado por organizaciones sociales, campesinas, médicos y científicos independientes de las empresas” (MU, 22 de marzo de 2015).

En Argentina hay 28 millones de hectáreas de cultivos transgénicos (soja, maíz y algodón) sobre los que se riegan 300 millones de litros de glifosato cada año. Pero también se utiliza en frutales, girasol, pasturas, pinos y trigo. Aranda explica que en la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, uno de los espacios de la OMC, 17 expertos de once países trabajaron durante un año para llegar a la conclusión de que el glifosato es cancerígeno.

El glifosato es el herbicida de mayor uso en el mundo, tanto en productos de aplicación agrícola como en espacios urbanos y en el hogar. El producto de Monsanto se comenzó a usar masivamente con el desarrollo de los cultivos transgénicos. En 1996 en Argentina se usaban 11 millones de litros de glifosato, pero ese año se aprobó la soja transgénica y la Red de Médicos de Pueblos Fumigados estima que ahora se utilizan 320 millones de litros.

En 2009, Andrés Carrasco, jefe del Laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la UBA e investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (Conicet) advirtió que el glifosato producía malformaciones en embriones anfibios. Como recuerda Aranda, “debió enfrentar una campaña de desprestigio por parte de las empresas, de sectores de la academia y de funcionarios políticos”.

Carrasco abrazó la causa de los afectados por el glifosato, apoyó incondicionalmente a las poblaciones de los pueblos fumigados como las Madres de Ituzaingó[1], afirmaba que “la mayor prueba de los efectos de los agrotóxicos no había que buscarlas en los laboratorios, sino ir a las comunidades fumigadas”. Falleció en mayo de 2014, semanas después de participar en la escuelita zapatista y hoy es un símbolo de la lucha contra los agrotóxicos.

La segunda resolución que anima a Luis y Carlos es la reciente del Ministerio de la Producción de la provincia de Santa Fe, del 25 de marzo, que prohíbe la aplicación del potente tóxico 2,4-D en toda la provincia y restringe severamente la aplicación aérea y terrestre. En adelante sólo podrá usarse en aplicaciones aéreas a más de 6.000 metros de las poblaciones y en las terrestres a más de 1.000 metros de los centros poblados (http://www.cepronat-santafe.com.ar/, 31 de marzo de 2015).

En junio de 2014 Cepronat había presentado un expediente solicitando la prohibición o restricción del 2,4D, el agrotóxico que es el segundo herbicida más usado por la agricultura en la Argentina y el tercero en Estados Unidos. De este modo, la provincia se convierte junto a Chaco, Santiago del Estero, Entre Ríos y Córdoba, en una de las primeras en adoptar restricciones.

38 años resistiendo

Cepronat participa en la Campaña Paren de Fumigarnos, nacida en setiembre de 2006 en las provincias más afectadas del país. Santa Fe es junto a Córdoba y Buenos Aires una de las tres principales provincias sojeras. Sólo en Santa Fe la campaña reúne organizaciones y personas de cien localidades que, como señala uno de sus documentos, “veían deteriorar su calidad de vida y cambios en la forma de enfermar y de morir”.

La campaña cuenta con el apoyo de organizaciones barriales, culturales y sindicatos, como el de los maestros que cedieron el camping a 15 kilómetros de la ciudad para albergar al medio centenar de participantes del plenario. En la ronda de presentaciones se nombran unas 20 organizaciones de varios pueblos, algunos de los cuales se definen como “refugiados ambientales”, que serían hasta 250 mil en la provincia.

Una decena de militantes (del Cepronat y de otras organizaciones que integran el Foro Santafesino por la Salud y el Ambiente) preparan el espacio del encuentro, registran a los asistentes y colocan carteles. Ezio, el “presidente” de Cepronat, transpira bajo el fuerte sol del mediodía junto a la parrilla donde prepara la comida. Luis no para de trajinar, con sillas, con cajas y botellas, de trepar para colocar pancartas. Carlos abre el plenario y explica los modos de trabajo. Un equipo de gente sencilla, entregada a la lucha por la vida.

Cepronat nació en 1977, en plena dictadura militar, dos meses antes que la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo. Todos los meses publican el boletín El Ambientalista (que ya lleva 284 ediciones) con informaciones sobre los pueblos fumigados, denuncias de productos que dañan la salud y de cualquier iniciativa que destruya el medio ambiente.

El Centro de Protección de la Naturaleza “es la primera organización no gubernamental formada por ciudadanos preocupados por el ambiente en el interior de la Argentina”, que ya en 1978 se involucró en frenar las fumigaciones de mosquitos en Santa Fe, realizó cientos de plantaciones de árboles autóctonos en la ciudad y fue una de las primeras organizaciones en oponerse a la IV Central Nuclear y conseguir la ordenanza que declara “Santa Fe No Nuclear” (El Ambientalista N°283, marzo 2015).

En la década de 1990 promovió el rechazo a una represa en el Paraná Medio. Desde que comenzó a implementarse el nuevo modelo agrícola a mediados de la década, se encuentran en una encrucijada que los lleva a abordar los dos problemas principales: las aspersiones con agrotóxicos y la defensa de los espacios públicos urbanos. Es una misma lucha o, mejor, la resistencia a un mismo modelo.

Luis relata con inocultable pasión una de las últimas batallas en la que estuvo empeñado Cepronat: la defensa del parque Alberdi, un emblemático espacio verde en el corazón de la ciudad, muy cerca del río Paraná. El gobierno de la ciudad decidió remodelar el parque que alberga más de cien árboles, con menos verde, más cemento y la concesión a una empresa privada.

Lo que más rechazo generó fue la decisión de construir 300 plazas semisubterráneas para coches porque cambia la fisonomía del parque, mientras los empresarios privados que la construyen tendrán la explotación por 30 años, abonando un canon de poco más de cien dólares mensuales. La comuna les entrega un espacio público de 15 millones de dólares cuya inversión recuperarán en los primeros cinco años.

Cuando comenzaron a talar los árboles cientos de vecinos ocuparon el parque, el 14 de junio de 2014, instalaron tiendas y durmieron allí durante varios días. Crearon la Asociación Ciudadana en Defensa de lo Público y los días 14 de cada mes retornan en grupos al parque recordando la fecha de la toma. La privatización y especulación con los espacios públicos es parte del mismo modelo extractivo que los monocultivos de soja y la minería a cielo abierto.

Enfermedad y dominación

La ronda empieza los debates. Luego de las presentaciones de rigor, Carlos recuerda que la Campaña Paren de Fumigarnos lleva más de seis años recorriendo pueblos, realizando tres plenarias provinciales cada año y que ahora cuenta con la presencia del grupo de médicos de la Universidad de Rosario y de un equipo de científicos de la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata, además de un grupo de la vecina Paraná.

Entre los testimonios de los afectados, destaca –además de Raquel de Elortondo- el de Roberto, de Ceres, una ciudad de 15 mil habitantes a 260 kilómetros al noroeste de la capital. Tiene 38 años y trabajó nueve como aplicador de agroquímicos manejando un “mosquito” hasta que comenzaron los dolores de estómago. Hace varios años que no puede trabajar porque perdió movilidad en los brazos. En el hospital le recetaron medicamentos psiquiátricos porque creían que mentía. Muchos médicos son cómplices del modelo y se resisten a aceptar la realidad de las fumigaciones.

Daniel Verzeñassi, bioquímico e integrante del Foro Ecologista de Paraná, advierte que “no sólo nos fumigan a través del aire sino del agua contaminada”. Explica que el agua de lluvia arrastra los tóxicos hasta las capas subterráneas de las que se saca el agua para consumo humano. “Los 800 o mil metros que exige el movimiento de distancia de las fumigaciones del lugar de residencia, es necesario pero insuficiente. Somos todos pueblos fumigados”, concluye.

En la ronda, alguien dice una frase densa, de esas que golpean como piedras: “Cuando predomina la enfermedad perdemos libertad”. Luego explica que la enfermedad se construye como dependencia del enfermo, anulando su autonomía. En los tres grupos que se formaron para profundizar el debate, salieron casi todos los temas centrales: desde el miedo que existe en los pequeños pueblos, que impide la denuncia y la organización, hasta la necesidad de estudiar y formarse para luchar mejor.

Alguien se pregunta “¿cómo cambia la gente?”. En el intercambio hay unanimidad en evaluar que mientras trabajaron contra las fumigaciones y los cultivos de soja, no conseguían remover la indiferencia. Pero cuando decidieron centrarse en la salud y las consecuencias sanitarias del modelo, la gente comenzó a denunciar los casos de cáncer, leucemias y malformaciones.

El médico Damián Verzeñassi recordó que de los cien mil productos liberados al ambiente desde el fin de la segunda guerra mundial (1945), “sólo dos o tres mil fueron evaluados desde el punto de vista cancerígeno”. Sostiene una tesis polémica pero que debemos contemplar: los alimentos forman parte de un proyecto geopolítico de control de la población mundial. ¿Exagerado? Días después del plenario de la Campaña, dos científicos mexicanos del Instituto de Ecología de la UNAM recordaron que “Monsanto y el gobierno de Estados Unidos conocían de la toxicidad del glifosato desde 1981” (La Jornada, 17 de abril de 2015).

Por su parte, el sindicato de maestros AMSAFE (Asociación de Magisterio de Santa Fe) destacó que en toda la provincia hay 800 escuelas rurales y periurbanas en las que trabajan dos mil maestros. El sindicato recibe muchas denuncias de maestros que enferman de cáncer y de escuelas que cierran los días de fumigaciones. Muchos directores de escuelas tienen miedo a denunciar. Para visibilizar la situación se proponen convocar un Congreso Provincial de Escuelas Fumigadas.

Campamentos sanitarios

La Facultad de Ciencias Médicas de Rosario, la mayor ciudad de la provincia y la tercera del país, vivió un viraje político en 2007, con el triunfo de una corriente que realizó cambios de fondo en la carrera. Uno de esos cambios fue la introducción de los “campamentos sanitarios” que son “un dispositivo creado en el año 2010, como Evaluación Final Integradora del Ciclo de Práctica Final de la Carrera de Medicina, que integra evaluación, investigación, docencia y extensión”, según lo define Damián Verzeñassi, responsable académico de esa materia.

Sostiene que los campamentos son una herramienta de análisis epidemiológico de las comunidades y que un estudiante no debe terminar sus estudios sin tener una experiencia que le deje en claro que obtuvo su título gracias a los aportes de toda la población y no sólo por méritos personales. Los campamentos duran cinco días y participan entre 90 y 150 estudiantes de la misma cohorte, por lo cual se realizan campamentos cada tres meses.

La facultad firma un acuerdo con el municipio, que debe ser de menos de 10 mil habitantes. Al campamentos acuden los docentes, entre diez y quince, la facultad se encarga del traslado y los equipos y el municipio del alojamiento (duermen en colchones en el suelo en escuelas o polideportivos) y la alimentación. En los tres meses anteriores los estudiantes preparan el campamento, ya saben a qué localidad van a ir y todo lo que tienen que hacer durante los cinco días que estarán en el pueblo.

A cada estudiante se le adjudica una manzana para que lunes y martes visiten todas las casas y encuesten a todas las personas. La encuesta busca una caracterización socioeconómica del grupo familiar y los principales problemas de salud que han padecido, en el último año y a su vez en los últimos 15 años. “Conseguimos una cobertura del 76% de la población en los 21 campamentos realizados”, explica Verzeñassi.

El miércoles construyen un perfil sanitario de la población. “Los docentes evaluamos el trabajo de los estudiantes, su capacidad de entrevistar, de generar empatía con el sujeto, de construir una hipótesis de diagnóstico y de identificar los elementos determinantes de la situación de salud de la familia. Además convierten transformando las escuelas en un gran hospital de campaña, donde hacen un examen físico y control de salud de los niños, controlando crecimiento, desarrollo y las posibles patologías.

El jueves hacen talleres de promoción de salud y prevención de enfermedades en las escuelas primarias y secundarias, pero también en las plazas y centros sociales, “porque los médicos tienen que tener la capacidad de compartir con la comunidad sus saberes para construir una comunidad más saludable. De ese modo podemos evaluar al estudiante en la práctica concreta con la gente que es lo que va a hacer cuando trabaje como médico”.

El viernes los docentes hacen la evaluación de los estudiantes y por la tarde convocan a todo el pueblo para hacer la devolución de los resultados. Luego en la facultad comparan los resultados de las diferentes comunidades a lo largo de estos años que llevan haciendo campamentos, fijando la atención en la evolución de las enfermedades en los últimos 15 años.

“Hemos comprobado que ha existido un crecimiento del cáncer que oscila entre cuatro veces y media y hasta siete más que en el primer quinquenio. Cuando empezamos a ver que en los 21 pueblos nos da incrementos similares de cáncer, de abortos espontáneos, de nacimientos con malformaciones, nos preguntamos qué hay en común en todos ellos y es que están en el medio de las áreas de producción agroindustrial con agroquímicos”, señala indignado.

Una guerra química

En 2008 en Argentina había 206 casos de cáncer cada 100 mil habitantes. En algunos pueblos encontraron hasta dos mil casos, casi diez veces más. En cuanto a las malformaciones, se llega a seis niños en algunos pueblos de 4.000 habitantes cuando la prevalencia es de un caso por millón. Pero lo que más les llama la atención es que no aumenta el mismo tipo de cáncer que había antes sino que aparecen nuevos: linfomas, leucemias, cáncer de tiroides, páncreas y mamas.

Un estudio que se divulgó en el Plenario de Paren de Fumigarnos, realizado por la Universidad de La Plata a pedido de las autoridades de Monte Maíz (un pueblo agrícola de 8.200 habitantes en la provincia de Córdoba) descubrió que hay tres veces más cáncer que el promedio del país. La tasa de abortos espontáneos asciende a 9,9% de las mujeres embarazadas, frente al 3% de media nacional.

La hipótesis de “una guerra química” que busca controlar a los pueblos cobra vigor si tenemos en cuenta que empresas multinacionales y autoridades tienen perfecta conciencia de las consecuencias esperables cuando liberaron los plaguicidas.

Sin embargo, algunas cosas están cambiando, como lo demostró el encuentro de la Campaña Paren de Fumigarnos. En los pueblos existe una clara conciencia de lo que está sucediendo, como demuestra la encuesta escolar de Raquel en Elortondo. De ahí a organizarse, hay un paso: perder el miedo. Pero ese paso lo están dando cada vez más personas en más lugares.

La segunda, es que hay cambios en la academia. Verzeñassi nos recuerda que a comienzo de los campamentos había mucha resistencia entre docentes y alumnos que decían, “no querían trabajar gratis”. Pero de los diez últimos campamentos siete se hicieron a pedido de un médico del pueblo que era un graduado que había participado en los campamentos”. Este cambio en los médicos, y en los docentes –que son figuras claves en los pueblos rurales- puede torcer la balanza contra el modelo de agricultura industrial.

Sin duda la situación es bien diferente a la que existía en 2006 cuando comenzaron la campaña. La campaña contra las fumigaciones no conoce pausas. En junio se realiza en Rosario el 3er. Congreso de Salud Ambiental y el 1er. Encuentro de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad de América Latina. Se inaugura el 16 de junio, fecha del cumpleaños de Andrés Carrasco, símbolo de ese compromiso.

Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Escribe cada mes para el Programa de las Américas (www.cipamericas.org)

[1] Ver “El modelo extractivo rechazo en las calles”, en http://www.cipamericas.org/es/archives/10888

Victoria legal mapuche contra el fracking en Argentina

elciudadano.cl

Un representante del pueblo mapuche presentó un amparo contra YPF argumentando que el fracking ponía en riesgo las napas de agua y la jueza Iris Pacheco, del juzgado Laboral 2 de Comodoro Rivadavia (Chubut, Argentina), determinó la paralización de las operaciones en ese sector. Toda una victoria legal para el pueblo orginario.

El pozo está ubicado a 20 kilómetros del centro de la ciudad. El gobierno de Chubut puede apelar la medida.

El recurso de amparo lo presentó Marcelino Pintihueque, del pueblo mapuche, patrocinado por la abogada comodorense Silvia de los Santos. En esta determinación jugó un rol determinante el informe del perito de oficio Roberto Ochandio -designado por el Juzgado- que plantea que la fractura hidráulica pone en riesgo las napas de agua. El argumento de que existe separación entre las capas acuíferas y las capas gasíferas es falso, según la presentación.

La principal argumentación de Ochandio coincidió con la del perito de “parte”, judicialmente un consultor técnico de la parte demandante, el ingeniero en Petróleo y master en Evaluación de impacto ambiental y energías alternativas -entre otras cosas- Eduardo D’Lía. Cabe recordar que Ochandio había sido cuestionado por el gobierno de Chubut al indicar que no tenía como especialidad la explotación petrolera, pero el mencionado es geógrafo y cuenta con más de 30 años de experiencia como trabajador petrolero.

Sobre el fallo, De los Santos indicó que la Justicia consideró que “el pozo no tenía garantías necesarias para no vulnerar el ambiente y que está acreditada la afectación directa del agua hasta que se demuestre lo contrario, pero no existe tecnología en el mundo que evite la contaminación del agua y el aire”.

El pozo fue inaugura con un gran acto en mayo del año pasado en el lugar, al que asistieron el CEO de YPF Miguel Galuccio y el gobernador de Chubut Martín Buzzi. En su momento ambos desestimaron que el pozo ponga en peligro las napas de agua. Ahora la justicia opinó lo contrario y las actividades fueron suspendidas.

Boletín informativo y otros materiales del WRM

El Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM por su sigla en inglés), a través de su trabajo sobre los bosques y los temas relacionados con las plantaciones de monocultivos, busca contribuir a que se respeten los derechos de los pueblos locales sobre sus bosques y territorios. El WRM tiene un secretariado internacional con base en Uruguay, desde donde se interconecta y colabora con otras redes y movimientos en un gran número de países.

BOLETÍN ACTUAL

El boletín del WRM se publica mensualmente desde 1997 y es actualmente distribuido en cuatro idiomas: inglés, español, francés y portugués. El boletín intenta ser una herramienta al servicio de las luchas de los pueblos por defender los bosques contra la extracción comercial de madera, las represas, la minería, las plantaciones de monocultivos de arboles, las granjas camaroneras, el agronegocio y otros proyectos que los amenazan, entre los cuales destacan iniciativas más recientes como REDD (Reducción de Emisiones por la Deforestación y Degradación forestal) o las valoraciones económicas de los llamados “servicios ambientales”; mecanismos de mercado que transforman a los bosques y territorios en tan solo otra mercancía a ser comercializada.

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Las mineras no son santas: causan contaminación, muerte y explotación laboral

Revista Sin Embargo

El pasado 7 de abril un comando entró a las instalaciones de la mina El Gallo 1, propiedad de la canadiense McEwen Mining, ubicada en el municipio de Mocorito, Sinaloa, y robó 198 kilos de oro.

Tras el atraco a McEwen Mining, empresas mineras denunciaron ante las autoridades federales que han sido objeto de amenazas y robos por parte de organizaciones del crimen organizado. Al respecto, Manelich Castilla Craviotto, Comisionado de la Gendarmería Nacional, ofreció todo su apoyo a la compañía canadiense McEwen Mining.

La inseguridad que ahora afecta al sector minero, antes había llegado a los habitantes aledaños a la región donde operan, incluso alcanzó a sus trabajadores cuando el pasado mes de marzo cuatro mineros fueron levantados por hombres armados y días después tres de ellos aparecieron en una fosa. Sin embargo, la industria minera no se pronunció al respecto, sino hasta ahora que sus finanzas se ven amenazadas.

En un intento por soslayar la inseguridad que se vive en el país, el martes pasado el Gobierno federal dialogó con representantes del sector minero para mejorar sus condiciones en materia de operación. Pero, ¿qué hay de las afectaciones que pobladores han denunciado en contra de las mineras por reclamar la violación a los derechos de sus tierras, al agua y a la consulta popular?, ¿qué hay de los 63 mineros atrapados en túneles de la mina Pasta de Conchos desde 2006? O, ¿dónde quedó la ayuda a los afectados por el derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre en los ríos Sonora y Bacanuchi?

Decenas de comunidades han denunciado una y otra vez ante las autoridades correspondientes a las minas por explorar territorios que consideran sagrados o que entran a las regiones sin los permisos ambientales violando con ello la ley.

Y se suman las afectaciones en materia de salud que viven los habitantes cuando el polvo que se deriva de las perforaciones al suelo llega hasta sus comunidades y les provoca alergias en la piel y enfermedades crónicas irreversibles.

Otro problema es el impacto ecológico. Organizaciones como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) han denunciado que algunas especies de animales ya no llegan a las zonas donde existen minas, o prevén la modificación de ecosistemas debido a la contaminación que generan las compañías.

Tan sólo en Guerrero, exponen, se han otorgado 300 concesiones a minas a cielo abierto que afectarán irreversiblemente el patrimonio ambiental y cultural.

Se llaman minas a cielo abierto a las explotaciones mineras que se desarrollan en la superficie del terreno. Para su explotación, a veces, es necesario excavar, con medios mecánicos o con explosivos los terrenos que recubren o rodean el yacimiento.

El pasado 15 de abril, comunidades indígenas de Puebla y Colima interpusieron demandas de amparo contra las concesiones mineras entregadas por el Gobierno federal que contemplan sus tierras. Se trata de tres demandas de amparo presentadas por las comunidades de Zacualpan, en el municipio de Comala, en Colima; de Tecoltémic, en Ixtacamaxtitlán, Puebla, y del pueblo macehual altepetapianij de los municipios de Cuetzalan, Tlatlauquitepec y Yahonahuac, también en Puebla.

Las tres demandas de amparo ya fueron admitidas por el Poder Judicial de la Federación, que ordenó la suspensión de las respectivas concesiones.

México está juzgando a los transgénicos

Entramos en una nueva etapa en la defensa del maíz después de 21 meses de lucha judicial.
El Poder Judicial Federal mexicano acepta iniciar el juicio del maíz transgénico.
Hemos ganado 19 juicios de amparo entre las 91 impugnaciones intentadas por la agroindustria y las dependencias gubernamentales, en un total de 17 tribunales.

Los tribunales federales estudiarán si la siembra de maíz genéticamente modificado dañará el derecho colectivo de los mexican@s a la diversidad biológica, es decir, si la contaminación de maíz con transgenes vulnera el derecho de utilizar nuestras razas nativas, así como el derecho que tenemos para aspirar a obtener más variedades, a partir de los nativos o de su par silvestre.

 

 

En la demanda argumentamos que el derecho a la utilización de las razas nativas incluye los derechos derivados: derecho a la salud, derechos de los pueblos originarios y derecho a la alimentación, lo que comprende el derecho a la comida mexicana como patrimonio inmaterial de la humanidad.

 

Sobre los riesgos que traería la siembra o liberación de maíz transgénico, el debate judicial que se inicia confrontará las evidencias de las partes. El tema central será el derecho humano de generaciones presentes y futuras a la diversidad biológica de los maíces nativos o criollos, considerando todo el complejo de agroecosistemas. Sin embargo, otros temas, como la salud o la producción de alimentos, también entran a debate judicial.

 

La sentencia final deberá establecer que la siembra comercial, o a gran escala, de maíz transgénico, dañará el derecho humano a la diversidad biológica. También deberá impedir que se siembre en nuestro país.

 

La posibilidad de juzgar a los transgénicos y ponerlos en México, cuna del maíz, implica intensificar nuestra lucha, llamar a sumarse a esta causa a la Colectividad amplia del maíz, no sólo a quienes firmamos la demanda sino a todas y todos los que se verían afectados por la contaminación de este grano, el más importante hoy por su volumen de producción.

Los campesinos serían afectados al ser contaminados sus cultivos con transgenes y no tener la posibilidad de sembrar el maíz que ellos mismos le brindaron al mundo, también los grandes productores que verían cerrados los mercados interesados en maíz libre de transgénicos, demanda que cada día crece en el mercado mundial.

Por su parte, es fundamental que los consumidores de maíz se unan a la defensa de este grano que es la base de nuestra alimentación que además está presente en la mayor parte de los productos industrializados.

Las evidencias de daño a la salud se acumulan y por ello el rechazo de la mayor parte de los países del mundo (Europa se ha cerrado casi en su totalidad a la siembra de transgénicos, también China y Rusia han rechazado la importación) debe ser una alerta para que nuestro País rechace la siembra de transgénicos y empiece a solucionar la importación masiva de grano transgénico.

Es una falacia de los promoventes señalar que estas importaciones disminuirán con la siembra de transgénicos, se ha demostrado en los escasos países que siembran transgénicos (Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina y la India suman el 90 % de la superficie sembrada con transgénicos en el mundo) que los rendimientos no se incrementan, lo que sí aumenta es el uso de agroquímicos.

En estos 10 años que ha estado vigente la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, mejor conocida como Ley Monsanto, la investigación en bioseguridad ha avanzado: tenemos nuevos datos muy robustos en términos que deben ser contemplados por el Poder Judicial. Estos años han servido para demostrar que la bioseguridad y el principio de precaución son los temas que deben primar en un asunto que nos afectaría a todas y todos los mexicanos.

 

Para llegar a este punto, tuvimos que ganar 11 juicios de amparo (9 que presentaron las corporaciones y 2 del gobierno federal a través de Sagarpa y Semarnat). Para afirmar que ganamos un juicio de amparo, antes deben resolverse todas las impugnaciones que se hayan intentado en el juicio colectivo o dentro de los juicios de amparo.

 

A estos 11 juicios de amparo que ganamos para que se admitiera nuestra demanda colectiva, se suman otros 11 juicios de amparo (9 que presentaron las corporaciones y 2 del gobierno federal), que combaten la medida precautoria. Juntos, los 22 juicios comprenden y representan las 91 impugnaciones intentadas por la agroindustria y las dependencias gubernamentales, así como las 26 impugnaciones que como colectividad promovente presentamos.

 

Podemos asegurar que el Poder Judicial Mexicano, como órgano supremo de gobierno, ha decidido iniciar el proceso para juzgar al maíz transgénico sin que se siembre durante el juicio, porque se trata de una decisión de varias instancias y distintos órganos. A la fecha han intervenido un total de 17 tribunales: 1 juzgado federal, 1 tribunal de apelación, 3 tribunales de amparo, 1 comisión administrativa, 10 tribunales colegiados y la Primera Sala de la Suprema Corte.

 

Más información con:
René Sánchez – 0445554364248
Francia Gutiérrez – 0445539226898

 

JORNADA DE LUCHA CONTRA MONSANTO – SÁBADO 25 DE ABRIL

ESTE 25 TE ESPERAMOS A PARTIR DE LAS 14.00 hs. EN AV. FIGUEROA ALCORTA Y AV. SARMIENTO (FRENTE AL PLANETARIO)

Como cada 25 estaremos denunciando el modelo extractivista mediante una Jornada cargada de arte. Acercate con toda la familia para disfrutar de un día de lucha con Payasos, Títeres, Murgas, actividades para lxs mas pequeñxs, muestra de fotografía y mucho mas.
Terminaremos esta Jornada marchando hasta la Embajada de Estados Unidos, país precursor de este modelo de agricultura industrial.


“Todos los 25 hasta que se vaya Monsanto”

Triunfo nacional, la aceptación del amparo contra mineras: ONG

Martín Hernández Alcántara, La Jornada de Oriente

La Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema), el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Fundar y el Consejo Indígena por la Defensa del Territorio de Zacualpan y el Consejo Tiyat Tlali, consideraron un triunfo nacional los amparos concedidos a habitantes de Tlatlauquitepec, Yahonáhuac, Cuetzalan e Ixtacamaxtitlán en contra de las concesiones mineras de Autlán y Almaden Minerals.

Representantes de esas organizaciones ofrecieron ayer por la mañana una rueda de prensa en el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos).

En un boletín emitido por el Cencos, se informó que en las últimas semanas, pueblos de origen nahuat de los estados de Puebla y Colima interpusieron tres demandas de amparo ante el Poder Judicial de la Federación, reclamando que sus derechos han sido transgredidos por el Estado Mexicano,  dado que la Secretaría de Economía expidió títulos de concesión minera que afectan sus territorios ancestrales.

El 17 de marzo el pueblo maseual que habita los municipios de Cuetzalan, Tlatlauquitepec y Yahonahuac, en el estado de Puebla, interpuso su amparo y fue admitido por el Juzgado Segundo de Distrito con sede en la ciudad de Puebla. El pueblo nahuat de la comunidad de Zacualpan, en Colima, hizo lo propio, ingresando su demanda el 24 de marzo, la cual fue admitida por el Juzgado Primero de Distrito con sede en la ciudad de Colima.

Este ciclo de amparos lo cerró la comunidad campesina de Tecoltemic, ubicada en el municipio de Ixtacamaxtitlán, Puebla, quién presentó su demanda el 7 de abril y admitido por el Juzgado Cuarto de Distrito con sede en la ciudad de Puebla.

Los tres juicios de amparo fueron admitidos por el Poder Judicial de la Federación, otorgando la suspensión de plano de las concesiones mineras a favor de los pueblos originarios. Esto es un hecho de suma importancia, pues significa que mientras duren los trámites de los juicios de amparo, las compañías que detentan las concesiones mineras no podrán realizar actividades tendientes a la explotación.

Estas acciones se suman a las que han sido emprendidas con anterioridad por los pueblos wirrarika y el pueblo me´phaa, quienes también han interpuesto demandas para defender su territorio de la actividad minera.

“La relevancia de estas acciones jurídicas, reside en que ponen en evidencia la violencia estructural y simbólica que se fomenta desde la legislación y la política pública en materia minera. La Ley Minera actual ha sido el instrumento que posibilita la expedición de los títulos de concesión, para el despojo de los territorios de los pueblos en favor de las compañías mineras. Lo anterior constituye una discriminación, violando con ello la Constitución Política y los acuerdos internacionales que obligan al Estado mexicano a respetar los derechos humanos, particularmente el derecho de los pueblos originarios y comunidades equiparables a la autodeterminación y al control de los recursos naturales que sobre su territorio han utilizado ancestralmente”, se advierte en el boletín.

Se añade que la minería es la industria que históricamente más ha impactado de manera significativa los derechos humanos de los pueblos originarios y comunidades equiparables, dando como resultado la existencia de un patrón sistemático de violación de los derechos humanos.

“Uno de sus efectos ha sido el despojo del territorio a los pueblos originarios de América Latina. En los últimos años, los avances tecnológicos han servido para desarrollar modelos de extracción mucho más agresivos, como la minería a cielo abierto, que elevan los efectos destructivos a niveles difíciles de imaginar”, se indicó.

Por ejemplo, la Red Mexicana de Afectados por la Minería ha documentado lo ocurrido en la comunidad de Carrizalillo, Guerrero, presentándolo como un grave caso de lo que la minería puede ocasionar. Carrizalillo es una comunidad totalmente ocupada por la actividad minera, pues sus tierras han sido destruidas. Ellos han identificado particularmente a la compañía minera Goldcorp, la cual ocupa más de 85 por ciento del territorio del ejido y lo poco que todavía no ha sido destruido, está contaminado.

La Rema ha denunciado que los efectos a la salud de la población son terribles y han convertido a las enfermedades originadas por la minería en algo común. Según han señalado, muestreos realizados revelan que hasta 70 por ciento de la población presenta afectaciones, todas las familias tienen un enfermo por la actividad minera y, en algunos casos, la familia entera está enferma. Por otro lado, han alertado respecto a que la actividad minera ha sido también un atrayente del crimen organizado. De acuerdo con la Rema, a ocho años del ingreso de Carrizalillo al progreso minero, su población vive un verdadero infierno, a tal grado que hace apenas una semana prácticamente la mitad de las familias han tenido que salir de su pueblo desplazadas por la violencia, los asesinatos y la extorsión del crimen organizado.

Experiencias como éstas han motivado a otros pueblos a emprender la lucha por mantener sus territorios libres de la actividad minera, continuando con la trayectoria de lucha que en los últimos cinco siglos les ha permitido mantener viva su identidad.